17. Es difícil.
Quité mis antiguas cosas de la habitación. Hacia un mes que había vuelto a casa y a pesar de no poder haberlo olvidado del todo; me seguía manteniendo en pie. Haruhiko Usami se olvidó por completo de mi existencia, me dejó de contactar desde ese día y suponía que era mejor así. Una sonrisa vacía acompaño mi afirmación y puse en el suelo una caja con cosas nuevas para cambiar las viejas.
Un dolor se iba esparciendo en mi pecho mediante las horas transcurrían al darme cuenta que mi madre había tenido razón en cada una de las palabras que me dijo y a veces procuraba en pensar que esto fuera un simple mal sueño pero siempre despertaba en el momento equivocado. En un momento crucial en dónde me ahogaba, si no hubiera sido por las terapias con el psicólogo que me recomendó un amigo, estaría completamente desecho. Es duro aceptar, que ya acabo.
Al darme cuenta ya había ordenado la mayoría de mis pertenencias. Hacía poco había mandado solicitud a un famoso despacho de abogados, no era tan grande en realidad pero trabajar me este me ayudaría mucho.
—Hijo preparé la cena ¿Te sientes de ánimos para venir a comer?—Asentí con la cabeza y bajé junto con ella a la parte de abajo. No quería decirle que tan mal me sentía. Al estar ya en la parte baja de la casa me dispuse a sentarme en la mesa. Había un plato hondo prosado delante de mí, que contenía sopa caliente. Ella repitiendo mi acción, tomo también asiento y ambos dimos gracias por la comida. Sus labios se abrieron para decirme algo que había querido decir hace mucho.
—Deberías hablar con Takahashi-kun, antes solías hablarme mucho de él. —Mis orbes cafés se pudieron abrir lo suficiente. No esperaba aquello.
—No creo que él me quiera ver en este momento. — Repuse, la verdad era que no tenía muchas esperanzas que Misaki me perdonará después de todo lo que pasó en su momento. Aún tenía que reparar todos los baches que surgieron luego de que él se fuera.
—Yo creo que si te quiere ver ¿Por qué no lo llamas?—Sabía que mi madre notaba lo mucho que me había dolido, y que aún lloraba en las noches, pidiendo que Haruhiko de alguna manera volviera pero no podía y no puedo quedarme estancado en ese rechazó.
—Lo intentaré. —Mentí. Terminé de comer, para levantarme; tenía planes de mandar solicitud a otro lugar, y podría comprarme un refrigerio. Había llevado mi plato a la barra y lo dejé en la parte donde lavábamos los platos. Di un suspiro antes de ver el reloj.
Podía ser más difícil que esto, lo sabía. No había vuelto a contactar a Haruhiko por ningún motivo y eso había sido lo más difícil para mí. Mis pasos se volvieron pausados antes de llegar a su cuarto y suspirar un poco.
“La verdad no me gustas tanto”.
A mí sí me gustabas, Haruhiko… aún me gustas, repuse en mi mente antes de que sonará mi teléfono y lo tomará. Era el número de la compañía en donde había enviado solicitud anteriormente.
— ¿Hola?
—Usted debe ser Todou, leí su currículo y revise el examen escrito. Veo que saco la más alta calificación de todos los aspirantes al trabajo y puedo decir que usted es el más eficiente para el puesto. ¿Podría venir mañana a mi oficina?
— ¡Por supuesto! Mañana a primera hora, me presentaré en su oficina sin falta. —Inconscientemente, había gestionado mi tono de voz, haciéndolo un poco más agudo de lo que normalmente era.
—Me parece bien. Mañana nos vemos Todou, ten una buena tarde. —Dicho esto, colgó, le había alcanzado a decir unas gracias muy apenas, pero eso me hizo feliz. ¡Había esperado tanto por una oportunidad así! Y era grandioso que se cumpliera. Por fin podía decir que mi vida estaba caminando hacia delante.
Al colgar, volvió a sonar el teléfono. Pensé que se le había olvidado algo al entrevistador sin embargo no era él, sino…
-Haruhiko Usami-
Aún no estaba listo, y si ¿Quería disculparse? Quizás se había dado cuenta de su error… No, él dejó las cosas muy claras la última vez… a él no le gusto tanto