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Volvernos a encontrar por azuna121

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Notas del capitulo:

¡Hola!, se que actualizo muy rápido, pero lo hago que ahora tengo tiempo y estoy libre , de mis exámenes, por eso actualizo rápido, porque cuando este en examenes no podré hacerlo tan seguido, asi que gracias por leer y espero sus opiniones :D

 

 

Una pequeña luz me despertó, aunque era muy tenue fue lo suficiente para interrumpir mí sueño, al abrir los ojos me cegó un poco y unos momentos después pude recuperar nuevamente mi visión, miré el reloj que tenía a un lado y aún era temprano, por alguna razón no había tenido ningún sueño, así que esta vez pude despertarme sin ninguna complicación, me sentía tranquilo y de algún modo feliz, no podía entender del todo este sentimiento que me había albergado tan repentinamente después de haber regresado la noche anterior a mi apartamento, era como si todo mi pecho se oprimía solo al recordar al castaño de ojos verdosos, eh visto a muchas personas con ojos de ese color, pero solamente sus ojos se me hacen extraordinarios y tan intensos que es difícil de explicar con las palabras, solo quien sabe apreciar la belleza de las cosas tan simples pueda tal vez entender de lo que estoy hablando, nunca había pensado que solamente unos ojos puedan transmitir tantos sentimientos y también puedan quitar la respiración a alguien, aún siento que lo conozco de algún modo, pero no estoy seguro, no tengo el valor para preguntarle directamente.

-¿Diga? – conteste el teléfono que había estado sonando desde hace un rato

-¡Hola cariño! – contesto una voz de mujer tratando de sonar dulce, pero solo lo que lograba con ese tono era uno molesto.

-¿Qué quieres Erika? – no me limité a contestar de una forma brusca, ya que lo que menos quería escuchar la primera hora de la mañana era precisamente a ella

-Que malo eres – dijo tratando de sonar enfadada – bueno, sé que hoy sales temprano de tus clases y que no tienes nada mejor que hacer que pasar un poco tiempo conmigo

-Hmph – solo pude emitir un sonido de burla - ¿A que hora quieres que nos veamos?

-A la misma hora de siempre cariño – su voz cambio de dulce a seductora, pero como a mí no me importaba conteste de la misma forma

-Ponte lo que más me gusta – al parecer a ella le gustaba que le hablará de esa forma, pero lo que es verdad es que solo lo hago por complacerla, no es que realmente lo sienta

-Lo haré, te esperare ansiosa – y con esa última frase colgó

La conozco desde la secundaria, éramos vecinos y amigos en el pequeño vecindario donde vivía con mis padres, gracias a que la conocía me llamaba la atención físicamente, pero pese a su orgullo y a su despotismo nunca pudimos ser más que amigos, en ese tiempo no me importaba realmente mucho, porque lo que sentía solamente era un pequeño gusto, cuando pienso en ello me doy cuenta que era muy ingenuo y hasta tal punto muy idiota, pensaba que algún día tendría una pareja a quien amar con todo mi ser, que solamente mi existencia fuera para esa persona, y que esa persona me correspondiera, pensaba de esa forma tan cursi, pero la realidad es otra, después de que mis padres se separaran no podía elegir a uno de ellos ya que los quería por igual, desde pequeño veía a mis padres que se amaban como unos adolescentes, recuerdo que me daba asco verlos besarse frente a mí, pero a ellos no les importaba ya que eso era lo que sentían, era amor el uno por el otro y yo era el producto de ese supuesto amor, por eso pensaba “Que afortunado sería si yo encontrara una persona que me ame de esa forma, y mejor aún formar una familia juntos”, pero ese dulce pensamiento cambio cuando comenzaron a tener problemas, en ese momento me di cuenta que no todo dura para siempre, que si amamos a una persona tarde o temprano te cansaras de ella a tal punto de volverse insoportable, y que no todo es color de rosa, ya que mientras te enamores de ella más grande es el sufrimiento que debes de pasar y para remediar ese dolor del cual no puedes ni siquiera escapar te ocultas en excusas absurdas y tratas de mostrarte fuerte ante los demás.

Por esa razón decidí vivir solo, si vivía con mi madre ella ya había encontrado un sustituto de mi padre, así que no me agradaba tener que ver a mi madre besar a alguien más y además ella tendría un hijo de esa persona, no tendrían tiempo para mí, y si me iba a vivir con mi padre él estaba tan ocupado con su trabajo y con su secretaria que quien sabe cada cuando la hubiera llevado a su casa solamente para satisfacer sus placeres, desde que pase todo eso pienso que el amor es solo una  idiotez y si realmente existe no tendré tanta suerte para encontrarlo, por eso solamente satisfago mis necesidades con Erika, ella disfruta y yo también, ambos buscamos un cariño que nadie nos ha podido dar, y pensamos que con tener una relación de ese tipo nos hace sentir llenos, pero solamente son caricias sin ninguna ternura, besos sin pasión y palabras sin sentimiento alguno, mientras que los dos salgamos beneficiados no hay ningún problema, no es la única mujer con quien tengo esos encuentros y siempre las trato lo mejor que puedo, las hago sentir bien y las acaricio como si realmente sintiera algo por ellas, pero la cruda verdad es que solamente es una dulce y cruel mentira, ellas lo saben, pero no dicen nada ya que de alguna manera cada persona busca el amor y cuando no lo encuentra con cualquiera que nos trate bien es suficiente.

-Buenos días Masamune – dijo una voz profunda sacándome de mis deprimentes pensamientos

-buenos días… - contesté un poco distraído

-¿No me digas que no pudiste dormir? – al mirar a la persona que me hablaba con tanto entusiasmo me pude dar cuenta de un chico con cabello rojizo y ojos desafiantes.

-No me vengas con eso Shin  – conteste distraído

-Te diviertes mucho con Erika ¿eh? – aunque lo dijera de broma, Haitani tiene una forma muy especial de decir las cosas, a mí en lo personal algunas veces me llega a molestar, pero la única razón por la cual hablo con él es porque es muy sincero y si le molesta algo sobre ti, lo dice sin importar que te lastime o no.

-Bueno, pues parece que no soy el único

-Vamos, no seas cruel, yo sería incapaz – dijo con un tono tan cínico

-Nunca dije que fueras tu – mofe con una sonrisa burlona

-¡Demonios!, me atrapaste Takano – alzo ambos brazos como si fuera culpable de ello, sin quitar su sonrisa burlona

-Me da lo mismo mientras no le contagies ninguna enfermedad

-No soy un animal, me se cuidar y se con quién lo hago –contestó en un tono ofendido, pero sé que solo es algo falso

-Bueno, tú incluso te acuestas con hombres

-¿Y tú no?

-No

-Bueno, no tiene nada de malo, es una experiencia algo interesante – se acercó más a mí – incluso tu mejor amigo es homosexual, así que no veo el porque te sientes tan asqueado ante la idea de que dos personas del mismo sexo disfruten de sus cuerpos

-Yo no estoy en contra y me da lo mismo, pero es algo muy difícil de ver

-bueno, si algún día te animas a probar y disfrutar de esa exquisita experiencia me avisas, conozco personas que no les desagradaría para nada tener una noche contigo

-Eres un maldito cínico – conteste algo exasperado ante su sugerencia

-Solo un poco, pero si lo disfrutas no hay nada de malo

-Mejor me marcho, no quiero perder mi clase por tu culpa – dije caminando más rápido

Cuando mire hacia atrás para comprobar si se había marchado comprobé que se había quedado parado y me observaba con su cínica sonrisa de orgullo y de suficiencia, no me desagrada del todo Haitani, pero algunas veces me llega a molestar su cinismo y sus comentarios lleno de burlas y de desprecio, sé que Erika también tiene sexo con él, porque Haitani siempre está compitiendo conmigo por cualquier estupidez, así que yo no lo tomo enserio, me da lo mismo mientras no sea algo realmente importante para mi, por mí, se puede acostar con toda la escuela y a mi me tendría sin cuidado.

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-¿Ah?, ¿Masamune?, si está en esta clase, ¿quieres que le llame? – al parecer un compañero mío estaba hablando con alguien  en la entrada del aula de clases – como gustes

No tenía pensado salir aún del aula, pero como mi curiosidad fue más grande me levante recogiendo mis cosas y saliendo, al llegar a la entrada me encontré con una persona de cabellos castaños y de blanquizca piel, tan delicada y al mismo tiempo tan bella, al observarlo bien me di cuenta quien era esta persona

-¿Onodera? – dije por inercia tratando de confirmar mis sospechas

-S-sí, Takano-san, este… perdón por molestarte a estas horas – al parecer su expresión y sus gestos los escondía debajo del pequeño flequillo que tenía, me era imposible ver esos ojos tan increíbles.

- No hay problema

-Vine a entregarte tu abrigo, gracias por prestármelo la vez anterior, y lo siento si fue una molestia para ti. – dijo extendiendo una pequeña bolsa de papel

-No fue ninguna molestia

-Creo que mejor me voy, has de estar muy ocupado – al fin pudo verme directamente a la cara y pude apreciar esos ojos tan profundos que tanto me inquietan

-De hecho acabo de terminar mis clases, esta fue la última

-¿De verdad? – dijo en un tono muy alegre, ¿o acaso fue solo mi imaginación?

-Sí, así que como agradecimiento por traer mi abrigo, ¿Qué te parece si te invito a comer? – dije sin pensar en la hora ni en el momento, solo quiero pasar un rato con él

-Ah, en ese caso sería yo quien te tendría que invitar, ya que fue tu abrigo y me lo prestaste

-Me puedes invitar la próxima vez, esta vez yo lo sugerí primero y esta vez yo te invito a comer

-Pero…

-No voy a aceptar un no por respuesta

-Está bien – termino aceptando y salimos de la universidad

A pesar de que estemos caminando por la calle el uno junto al otro no encuentro tema de conversación y es muy incómodo, pero con el simple hecho de estar con él no me importa si solo caminamos sin decir nada.

Revisé la hora y apenas eran las 4:00 de la tarde, se supone que tengo que ver a Erika  las 6:00, así que tengo tiempo para llegar.

-Disculpa Takano-san – dijo el menor un poco preocupado

-¿Si? – conteste sin siquiera mirarlo

-¿A dónde vamos? – sin siquiera pensarlo me pare en seco ante esa pregunta, es verdad, no le había preguntado qué es lo que quería comer y sin pensarlo estaba en la dirección del pequeño restaurante de la última vez

-Es verdad, ¿Qué es lo que quieres comer?

-Bueno, estaos cerca del lugar de la última vez, ¿Por qué no comemos ahí?

-Si eso es lo que deseas

Al entrar pedí al castaño que buscara una mesa mientras y ordenaba nuestra comida, al sentarme en la mesa cerca de la ventana pude observar que estaba mirando fijamente a las personas que pasaban, lo cual era extraño

-Aquí estas – dije sacándolo de sus pensamientos

-Ah, lo siento mucho, y gracias – dijo apartando la vista del cristal avergonzado

-¿A quién mirabas? – dije con cierto interés y curiosidad

-Nada en especial, supongo que a las personas que pasan y a esos árboles teñidos de flores rosas

-Ah, esos arboles

-Me gusta ver a las personas e imaginar hacia donde van, en que trabajan, como es su personalidad, es muy entretenido, puedes darte cuenta de muchas cosas si observas a las personas, algunas muestran soledad, otras una gran felicidad y otras incluso tristeza, y cada vez que veo eso me pregunto ¿Qué le habrá pasado para mostrar esa expresión?

-….. – no dije nada, ya que se veía que estaba totalmente concentrado en lo que estaba diciendo, es algo muy profundo… -Ya veo

-Pero no es lo único que me gusta ver, lo que más me gusta son esos árboles – esta vez miro nuevamente por el cristal y su semblante se relajó – desde que era pequeño me han gustado mucho, siempre que veo uno por alguna extraña razón me relaja…

-A mí también – dije en un susurro

-¿Eh?

-Nada, si no te apuras a comer se va a enfriar

Nuevamente ese incomodo silencio se apoderó de nosotros, no hacíamos nada más que comer y mirar a las demás personas

-¿Sabes? – dije tratando de relajar el incómodo ambiente

-¿si?

-Eres un chico extraño – no era una crítica, era una afirmación

-¿Disculpa?

-Me refiero aun comiendo no alzas la mirada y te sonrojas muy fácilmente

-Lo siento – contestó con un leve rubor en sus mejillas

-Y siempre te disculpas

-Lo siento… ah, lo siento, ah… lo que quiero decir es… - nuevamente escondiendo esos ojos detrás de su flequillo – normalmente no soy así, puedo establecer una conversación con alguien, pero solamente me pasa con Takano-san – al darme cuenta estaba muy rojo de la cara, pareciera que estuviera a punto de llorar de la vergüenza

- ¿Solo conmigo? – aturdido ante esa confesión volví a preguntar

-S-si, es algo extraño, pero cuando Takano-san me habla me pongo nervioso, aunque nunca he visto a Takano-san sonreír me imagino cómo será su risa y mi pecho duele, cuando estoy con Takano-san mis pensamientos no los puedo controlar y son un desastre, incluso al mencionar el nombre de Takano-san siento que en cualquier momento me volveré loco…

-¿Sabes lo que estás diciendo? – al escuchar esa gran confesión de amor sin siquiera notarlo estaba nervioso, sentía que en cualquier momento me iba a poner tan rojo como aquel castaño – prácticamente me estas confesando tus sentimientos

-…. – no dijo nada, confirmando mis sospechas de hace un momento – se que no te conozco bien, que nada más nos hemos visto dos veces, pero yo no he podido dejar de pensar en Takano-san desde que nos vimos en la calle de la escuela, esa fue la primera vez que te vi, y varias veces te he visto en la universidad, en algunas ocasiones estaba junto a Takano-san y no te dabas cuenta.

-¿Así que lo que me quieres decir es que te gusto?

-¿Es extraño no?, sé que es muy pronto de decir eso, pero parece que si, a lo mejor piensas que es algo asqueroso ya que ¿Cómo un hombre le puede gustar otro hombre?

-Yo no… - estaba a punto de decir “yo no pienso que sea asqueroso”, pero una voz interrumpió antes de poder decirlo

-¡Hey Masamune! – al escuchar esa voz llena de entusiasmo, por inercia me gire un poco y pude observar a mi compañero de clase

-…. – sin siquiera prestarle atención me gire hacia el pequeño castaño ignorando al peli rojo que había llegado

-Que cruel Masamune – dijo acercándose y sin ninguna invitación se sentó a mi lado – ignorar a un amigo tuyo de esa forma, pensaran que eres un ególatra de lo peor.

-¿Qué quieres Shin? – al parecer estaba un poco molesto por haber interrumpido mi platica con el pequeño castaño, ahora que lo recuerdo no ha emitido palabra alguna

-¿Quién es él? – preguntó Haitani mirando al chico que estaba frente a mi

-Mi nombre es Onodera Ritsu, mucho gusto – de forma brusca se levantó de la silla y se inclinó un poco hacia Haitani

-Mucho gusto pequeño Onodera-kun, soy Haitani Shin – con una sonrisa que jamás había visto en su rostro le tendió la mano y la estrecho de una forma dulce, demasiado diría yo – soy un amigo de Masamune – al decir la última frase me miro con esos ojos desafiantes y llenos de orgullo que tanto me molestaban, ¿Qué pretende?

-Yo soy… soy… - al parecer el pequeño no sabía que decir, ya que un amigo no se podía considerar y mi pareja, no le había confirmado nada – solo un conocido – termino diciendo en un tono un poco lastimero para mi

-Vaya Masamune, no sabía que te estuvieras divirtiendo de esta forma tan… dulce – detesto esa mirada y ese tono de voz que normalmente utiliza en  las personas, ¿Qué es lo que quiere Haitani?, ¿A él en que le afecta?

-No es lo que imaginas, no tiene nada de malo pasar un rato con unos compañeros de la universidad – me defendí de sus acusaciones sin haberlo logrado, no sonaba muy convencido y al parecer el pequeño castaño estaba un poco incomodo

-Ese es el problema, al único compañero que le hablas es a Akihiko y si mal no recuerdo él no esta este periodo en la escuela

-Bueno, ¿a ti que más te da? – conteste un poco desafiante y arto de esa arrogancia suya – ¿no tienes que ir a alguna parte?

-Eso pregúntatelo tu Masamune, ¿Qué no te ibas a ver con Erika esta tarde? – ¡Cabrón!, lo dijo adrede .Al mirar al chico que estaba frente a mi vi que su expresión era dolorosa, haciendo una mueca de dolor y al parecer malinterpretando las palabras de este idiota. – Vaya, Erika si que te trae loco, y bueno, no te culpo, es una mujer deseada por muchos hombres, no me sorprende que de todos te haga más caso a ti

-Guarda silencio Shin – dije en una advertencia

-Oh, Masamune no sé de qué te molestas, no es nada nuevo, además que el pequeño Onodera-kun se dé cuenta de quién eres en realidad - ¡Este maldito!  - ¿qué opinas Onodera-kun?

-….. – sin saber que decir el pequeño de ojos verdosos que me miraban con atención y con cautela no supo que decir – pienso que Takano-san es libre de escoger a su pareja, así que no es necesario mi opinión  

-Eso es dulce de tu parte – Haitani con un cinismo se recargo sobre su mano y se sentó al lado de Onodera – eres realmente adorable – dijo mirándolo con una insolente mirada llena de ¿lujuria?, ¿eso es lo que estaba pensando Haitani?

-Haitani, creo que es mejor que te vayas – dije alarmado ante él

-Pero si apenas nos estamos divirtiendo, acabo de llamar a Erika para que tu amigo la conozca – arrogantemente contesto y posó su mano en los cabellos del castaño

- Haitani – esta vez si estaba molesto – ya basta

-Vamos Masamune, no seas cruel

-Onodera, vámonos – sin esperar respuesta de mi compañero me levante tan bruscamente de la silla que al parecer se sorprendió

-Takano-san, espera – tomándolo de la muñeca lo arrastre hacia la puerta para salir y poder explicar lo que pasaba, no entendía porque le tendría que explicar algo a él, no tenía la necesidad y no sé porque pero siento la necesidad de hacerlo

O eso es lo que pensaba, antes de salir del local me encontré con Erika entrando y l verme sin ningún tipo de pudor o de vergüenza se lanzó a mi y posó sus labios sobre los míos impidiéndome soltarme.

-¡ERIKA! – sin importarme nada más la empuje buscando con desesperación al pequeño chico castaño, pero lo busque en vano porque ni él ni Haitani estaban en el local. - ¡¿Qué demonios estas haciendo?!

-Que tiene de malo, tu y yo teníamos que vernos y al parecer ese Haitani me llamo para decirme que necesitabas hablar conmigo, y bueno, no pude negarme cuando se trata de ti

-Olvídalo – conteste sin ningún tipo de delicadeza hacia ella

Salí furioso del pequeño local y salí en busca de Ritsu, al parecer Haitani estaba con él, eso imagine y no muy lejos de aquí los encontré, pero lo que vieron mis ojos fue realmente doloroso para mí, sin pensarlo dos veces me aleje y nuevamente por alguna extraña razón me sentí traicionado.

-Erika, vámonos

-ya cariño, yo te haré sentir mejor

Sin ningún tipo de pudor me entregue a ella y ella se entregó a mí, solo para satisfacer mis deseos y poder olvidar tan siquiera por un momento este dolor que sentía, no tenía ni idea el porque me sentía de esta manera, no lo conozco y él no conoce nada de mí, pero aun así siento que tan solo saber su nombre pienso que de alguna manera conozco a esa persona

-Cariño, no permito que pienses en alguien más mientras estoy contigo – dijo modo de reproche

-Lo lamento

Sin parar ni una vez tuve sexo con ella, no me importo que ella estuviera cansada o que ya no quería, solamente por un momento quería olvidarme de esto que sentía por ese pequeño castaño de ojos intensos que podía alterar mis sentimientos de manera cruel, pero a la vez tan maravillosa, pero lo que hice en ese momento fue una gran idiotez de mi parte, no tuve el valor para averiguar que es lo que había pasado, y gracias a mi inseguridad termine lastimando a ese pequeño castaño, fue mi inseguridad que me separo de una vida junto a él. 

Notas finales:

Ya sé, pobre Takano, pero es que es tan inseguro que hasta a mi me duele, al parecer esta pareja tiene que superar muchos obstaculos para poder estar juntos 

¡GRACIAS POR LEER!


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