Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Otra oportunidad por Yeta

[Reviews - 102]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Advertencia +18, olvidé ponerlo en el otro capítulo jaja XD


***


Todos sabían qué sucedió sin que ninguno abriera la boca para decirlo. No es que Tony planeara contar con detalles lo que pasó en el lago. Pero tampoco planeaba ocultarlo. Al anochecer Steve no había esperado a que todos se encontraran durmiendo para ir junto a Tony para dormir.


A la mañana siguiente Wanda se veía interesada pero avergonzada de querer preguntar, solo se quedó viendo hacia él mientras Scott hacía su segundo intento de afeitarlo para mantener su barba característica. La había perdido a los días de haber llegado a éste universo, pero luego de asentarse en la choza de Bruce (dicho con cariño y burla, porque en realidad la casa no era ninguna choza) había intentado recuperar su barba aunque su cabello creció un poco más de lo que se acostumbró a llevar en los últimos años. Mientras lo hizo bajo la mirada atenta del par que se habían convertido en su sombra, Wanda quiso intentar usar las navajas en él como si fuera un experimento, uno que terminó bien. No como el caso de Scott que lo cortó más de una vez en el proceso y desde esa vez Tony lo hacía por su cuenta o Wanda lo hacía por él. Pero hoy estaba de muy buen humor y dejó, contra todo buen juicio, que Scott maneja esa navaja afilada tan cerca de su cuello.


—Ya habla niña— dijo cuando la navaja se alejó de su rostro, hasta ahora sobrevivió de algún corte accidental.


—¿Estarás bien?— ella hizo una mueca de dolor cuando vio a Scott preparado para volver a acercar la navaja, ninguno confiaba en terminar ésto si un corte —Cuando vuelvas a tu mundo lo harás solo.


—Primero deberías poder enviarme de vuelta— se encogió de hombros, había evitado pensar en la posibilidad que Wanda no logrará enviarlo de vuelta. Ella era joven y sus poderes no eran controlados aún.


—Prometi que lo haría— ella se veía determinada —, ya sea que todo termine bien o mal debo enviarte de vuelta a tu hogar. Sé que puedo hacerlo, Loki... Él me enseñó a canalizar mi fuerza y no perder el control. Aunque perder el control fue lo que te trajo aquí en primer lugar, pero si mantengo canalizado mi poder puedo tener un mayor control, más fuerza y alcance. También dijo que mi poder es joven aún pero que puede ver que será más fuerte que el suyo o hasta de su madre, por eso tengo que aprender a controlarlo.


Tony sabía que Wanda, aparentemente en su mundo o éste, podría ser una muy poderosa personas que podría causar mucho mal al igual que bien, dependiendo de si logra controlarse.


—¿Por qué tiene que volver?— Scott asintió satisfecho con su trabajo, moviendo la navaja sin darse cuenta entre sus dedos —No te ofendas, pero te veías fatal cuando te conocí y ahora pareces alguien que sí llegará a viejo.


—Scotty— amonestó Wanda y Tony rió negando con la cabeza antes de echarse agua en el rostro.


—Solo digo...


—Ya hay un Stark en ése mundo, uno malvado, pero está y no puedo abandonar mi mundo. Hay personas que dependen de mi y a quienes extraño. Merecen saber que estoy vivo— no pasó desapercibido para Tony la mirada que compartieron los dos —. Si hay una posibilidad de volver voy a hacerlo.


—Entoces, ¿creés que es una buena idea... tú y Steve?


—No estamos saliendo. Tampoco vamos a convertirnos en pareja— razonó ante ambas miradas escépticas haciendo que bufara divertido —. Niños, papá no planea darles un padrastro por el momento.


—Lo que quiero decir es que estabas dañado cuando llegaste y ahora que lo superaste me temo que al irte ésto te vuela a hacer sentir como al principio. Y no vamos a estar para evitar que te dejes caer.


Todavía era extraño darse cuenta que realmente podrían haber más personas a parte de Pepper o Rhodey interesados realmente en él, Tony, y no solo Iron Man o el dueño de Stark Industrias. Recordando sus relaciones más cercanas podía decir ahora que aunque se dijo que entregó su confianza realmente no lo hizo.


—No me voy a enamorar de Steve, porque amo a otra persona. Es algo que todavía estoy asumiendo, pero es real, realmente tonto de mi parte pero real... Me harán falta, todos, pero no puedo engañarme a mi mismo. Necesito volver no solo por aquellos que me esperan sino por mí, porque pertenezco a ese lugar: donde el mundo está podrido, mi familia tal vez solo sea compuesta por siempre por unos amigos y una inteligencia artificial, y aún así con todo lo malo en el sé que ese es el lugar donde tengo que estar para mejorarlo. Dejar un mejor legado.— suspiró mirando los dos pares de ojos un momento antes de ponerse de pie —No me voy a desmoronar nuevamente, no por una persona al menos. Pero si les preocupa estén seguros que si lo hago voy a recordar ésta promesa: no alejaré a los que me quieren nuevamente. Ellos son los que siempre me ayudaron a recordar quién soy, como ustedes lo hicieron en este tiempo. Palabra de Boys Scout.


—¿Que cosa son Boys Scout?


—Son un grupo de punks con uniformes chistosos y con tendencia naturalista— contestó vagamente —Se toman muy en serio los juramentos.


—Oh... Bueno— Scott asintió a Wanda no tan seguro si creer o no en que Tony cumpliría con su promesa.


—¿Qué se están jurando aquí?— Nesha apareció de la nada con una bolsa de cuero negro en mano. Su cabello estaba trenzado y aunque vestía como normalmente hacía sus botas eran las que utilizaba para viajar.


—No morir en el camino— respondió Tony sonriendo al par que se apuró para juntar las cosas que habían utilizado antes para irse. —Lindo peinado, evoca la letalidad. Me gusta.


—Deberian estar preparados— Nesha tan simpática como siempre ignoró su parloteo y fue al punto. Casi no se dirigía a él a menos que quisiera algo concreto.


—Tu te trenzas el cabello, yo me afeito.— ella entrecerro los ojos haciendo que resoplara —Todo listo mi capitán. Bolsos de viaje, hecho. Armas escondidas, hecho. Medicinas, hecho. Espíritus guerreros, hecho...


—Eres insufrible.


—Me lo han dicho en una que otra ocasión— admitió riendo tranquilo de no haberla ofendido al notar que ella sonrió, apenas, una muy pequeña sonrisa.


—Intenta no morir entonces.


—¡Gracias, también te quiero!


Nesha hizo un gesto con la mano mientras se encaminó hacia el bosque, por la dirección que eligió aparentemente iría hacia el mercado. El pueblo mas cercano era pequeño pero contaba con un grupo tiendas en los que podían encontrar varios artículos útiles.


Al entrar a las casa se encontró con Loki observando fijamente un par de dagas con incrustaciones de piedras verdes, preciosas, en los mangos. Estaba extrañamente cayado y en calma, Tony se acercó mas para ver !as de cerca aquellas armas.


—Fue un regalo de mi madre. Ella se encargó personalmente de enseñarme todo sobre la magia, luchar y el manejo de armas.


—Adorable tu mamá.


—En realidad lo es. La desaparición de Odin la enceguecía y la hizo creer en Thor.— Loki lo miró ladino —Cuentan que mi madre biológica me lanzó al suelo decepcionada por haber dado a luz a un bebé tan pequeño y frágil. Yo fui su quinto intento,mis predecesores murieron antes de nacer. Mi padre, el rey Jotum, me llevó a un templo alejado para que muriera solo, rechazado. Todo esto ocurrió al final de la guerra, cuando Odin que ya habia prácticamente ganado accedió a un tratado de paz. Una valquiria me encontró y en vez de llevarme a la isla me entregó a Odin. El resto lo puedes deducir.


Tony asintió en silencio y lento alcanzó unas de las dagas, esperando alguna negativa, pero al no escuchar alguna la tomó con su mano para inspeccionar mas de cerca.


—Thor me contó que fue el resentimiento y el odio por no saber que fue adoptado lo que hizo a Loki enloquecer. ¿Por que es diferente en tu caso?


—Madre jamás nos ocultó la verdad. Omitió los detalles hasta que fui lo suficiente mayor, pero siempre supe sobre mi procedencia. Al igual que Thor siempre supo que ella no era su madre...


—¡Woo... Para ahí, espera, ¿Thor es adoptado?!


—Es hijo de Odin, pero no de la reina— levantó las cejas comprendiendo el alcance de las diferencias entre ambos mundos —Balder fue el único hijo de ambos, Odin y Frigga.


—Thor lo mató— recordó y fruncio en ceño —¿Y ella lo apoya aún?


—Sigue siendo su hijo. Su nieta también está ahí y creo que realmente piensa que provocar el rangarock es lo correcto. Piensan que al provocarlo pueden controlarlo, que las premoniciones pueden evitarse.


—¿Y según las premoniciones...?


Tony casi saltó cuando una mano revolvió su cabello.


—El mundo por completo es destruido, fin de la historia— dijo Steve serio, sin mostrar ningún sentimiento en particular.


Tony lo observó antes de decidir terminar con el tema, solo quedaban dos días antes de partir. Devolvió la daga a su dueño y codeó en el estómago al rubio sin fuerza.


—Qué tal te suena aprovechar tu cuarto ahora que Sam no está y los niños no nos siguen— movió las cejas sugestivo haciendo que la expresión estoica del rubio desaparecieran.


—Que aprovechen— dijo Loki con una sonrisa traviesa dejando un pequeño frasco sobre la mesa.


—¿Eso es...?


El lubricante aparentemente era algo universal. Porque eso en el frasco era lube, y lo comprobó al abrirlo mientras subía las escaleras, aunque notó algo extraño. Tenía la misma textura, incoloro, pero había pequeños "destellos" amarillos y rojos que al tocarlo se deshacían como si no fueran nada.


Raro.


—¿Qué tiene?— preguntó curioso rompiendo fácil esos granos de lo que sea que sean, entró al cuarto después de Steve —. Aprecio el gesto y preocupación de Loki por nuestras actividades sexuales, pero no voy a meterme nada extraño por atrás. Hice muchas cosas locas de joven, pero meterme cosas raras y hacerlo sin protección no fueron parte de mi lista: "malas decisiones de puber"


—Es un aceite especial para ciertos fines, entre ellos, sexo— Respondió Steve quitándole el frasco de las manos y dejándolo sobre la mesita junto a su cama. Lo miró desde aquella corta distancia satisfecho aparentemente con lo que veía por su sonrisa, cuando se acerco comenzó a desvestirlo metódicamente —En realidad, fue hecho para usarse en heridas. No cura, desinfecta o sirve como anestesia. Pero causa un efecto placebo haciendo que el dolor se vaya.


—Lubricante sexual-multiuso para tu hogar. Okay— se rió mirando el frasco que esperaba sobre la mesita, pero su vista de desvió de inmediato cuando Steve dio un paso hacia atrás y se quitó la camiseta arrojándola al suelo, definitivamente era una mejor vista para admirar.


Sus manos fueron hacia su torso bien marcado, músculos firmes recibiendo el toque de sus dedos. Miró hacia arriba cuando la mano de Steve apartó unos cabellos de su frente y terminó de acercare chocando ambos pechos antes de conectar sus labios, caminando a ciegas hasta lograr llegar a la cama. Fue un beso descuidado en todo momento hasta que tuvieron que volver a separarse para poder quitarse los pantalones y calzados. En ese momento Tony extraño las zapatillas o zapatos que podía quitarse con ayuda de sus pies solamente, sin necesidad de usar sus manos. Usar botas porque alguna serpiente podría picarte en el bosque y son mas resistentes no era practico en absoluto en este momento.


Cuando estuvo completamente desnudo se lanzó, literalmente, sobre Steve que lo había observado sentado con una sonrisa burlona por su tardanza. Cuando se incorporó quedo sentado sobre el estomago de Steve, su peso en mayor parte siendo soportado por sus piernas. 


—Tengo una muy buena vista desde aquí— Y era cierto.


—Yo también— Steve llevó una de sus manos a la parte baja de su espalda, subiendo lentamente a la par de su mirada que lo recorría intensamente. Ejerciendo cierta presión para que fuera hacia abajo para alcanzar su rostro, su boca.


Tony jadeó contra sus labios cuando la otra mano alcanzó su erección. Estiró el cuello cuando los besos de Steve fueron bajando, ni siquiera se había percatado de que la mano en su espalda fue hacia su cadera, empujándolo hacia adelante. La lengua de Steve lo recorrió estremeciéndolo y no se molestó por ser girado y arrojado sobre el colchón sin ningún aviso.


Steve se arrodillo frente a él, entre sus piernas, y no perdió el tiempo volviendo a besar y lamer cada extensión del cuello y pecho de Tony, evitando tocar el reactor y sus bordes sabiendo que era un lugar que incomodaba al castaño.


—Vamos... mas rápido grandote— Tony lo empujó sin mucha fuerza, solo para remarcar su pedido. Con unos cuantos besos y toques ya se sentía al borde, no quería que esto terminara antes de tiempo.


—La paciencia es una virtud, Tony— resopló estirándose hacia atrás para alcanzar el frasco.


Fue cuando Tony pudo ver sus músculos flexcionados, y su erección completamente erguida golpeando contra su estomago.


—Virtud es lo que tienes ahí— dijo ganando una carcajada como respuesta.


Las manos de Steve fueron hacia sus muslos atrayéndolo hacia él y luego haciendolo entender que debía flexionar sus piernas. Con Steve arrodillado y viéndolo desde arriba no podía dejar de verlo a la cara. Y fue solo un segundo, pero tuvo que apartar la mirada de su rostro y cerrar los ojos. Por un momento se maldijo al confundirlo, fue solo unos segundos, pero la confusión lo hizo seguramente hacer algo mal porque Steve se tensó.


—¿Quieres parar?— escuchó la pregunta y tardó en pensar qué quería realmente.


—No— podía distinguir a uno del otro, después de estar tan cerca podía notar las pequeñas diferencias. —Quiero hacerte sentir bien... Para poder sentirme bien también...


Frunció el ceño al escuchar lo que salió de su boca. Eso no sonaba bien. Pero relajó a Steve. Así que Tony pensó que no sonó tan mal tampoco.


—Es lo mismo para mí.


Dejaron de hablar para concentrarse en el momento, disfrutarse. Era una posición en la que se encontraba totalmente expuesto, Tony no sentía exactamente vergüenza, aunque tenía que admitir que era un tanto desconcertante dejar totalmente el control del acto a otra persona. Porque eso era lo que quería Steve, obviamente deseaba hacer todo ésto a su ritmo ésta vez.


Tony pensó que si él estuviera al mando ya estaría listo para ser follado, pero al igual que era desconcertante también había cierto placer en dejarse hacer...


Jadeó al sentir un dedo rodeando su entrada, lubricado y cada tanto apretando como si fuera a entrar pero luego retrocediendo. Mordió su labio cuando sintió que sin previo aviso apretó su perineo, recordando vagamente que durante su juventud odió lo sensible que podía ser el tocado en ese lugar. Cuando por fin un dedo lo penetró sintió como su cuerpo se resistió a la intrusión pero se relajó casi al instante, fue una preparación casi angustiosamente lenta. No sé sorprendió al darse cuenta que el cuarto se llenó de sonidos de jadeos y gemidos, su piel estaba perlada en sudor y sus manos apretaban las sábanas para evitar alcanzar a Steve y tomar lo que necesitaba. Al abrir los ojos se encontró con su mirada, ojos azules, sin ninguna pizca de verde, observando cada reacción de su parte.


—¿Qué esperas?— jadeó la pregunta moliendo sus caderas contra los tres dedos que se encontraban en su interior.


Steve le sonrió, casi arrogante, antes de llevar su otra mano hacia abajo de la rodilla de Tony para llevar una de sus piernas casi contra su pecho y comenzar a mover sus dedos dentro de él con más ímpetu, golpeando su próstata con cada golpe y no rodando como antes.


—Oh... Maldita sea... Sí, ahí, sigue ahí...


Arqueó la espalda gimiendo complacido, abriendo apenas sus ojos para poder ver la mirada acalorada de Steve. Totalmente concentrado en registrar cada expresión de placer de su parte. Fue demasiado y no pudo mantener la mirada cuando sintió aquel familia tirón de sus músculos y la tensión acumulándose casi dolorosamente antes de terminar. Se sintió flotar y caer sobre el colchón más cómodo de su vida, abrió los ojos aún jadeante y tembloroso. Frunció el ceño levemente, aunque sonreía sin poder evitarlo, dándose cuenta que se vino sin tocar su pene y que su interior se sentía... Caliente, no de forma insoportable, sino que simplemente caliente, y sus músculos se contraían aparentemente no recibiendo el mensaje que acababa de correrse.


Miró el desastre en su estómago y pecho, luego al aún erecto miembro de Steve. Goteaba pre semen y sus testículos se veían tensos.


—¿Lubricante mágico...?— preguntó sintiendo su pene animándose nuevamente.


—No tienes idea— su vista intercaló del rostro de Steve a su pene cuando pasó su mano con lubricante sobre él.


Por su expresión, Tony no podía entender cómo de aguantó el no correrse o siquiera tocarse.


—Llevaste la paciencia a un nuevo nivel— bufó y llevó sus manos sobre su cabeza, se sentía ansioso y su erección comenzaba a animarse nuevamente.


La mano de Steve volvió hacia su rodilla mientras que la otra guiaba su pene hacia su entrada. Cuando el glande ingresó sin mucho esfuerzo gimió sonriendo su interior apretando sus músculos, demasiado húmedo por el lubricante y dilatado por el trabajo de Steve. Se sintió muy bien, demasiado, pero necesitaba más. Miró hacia Steve entre molesto y frustrado por el juego de Steve, lo estaba enloqueciendo. Justo cuando conecto su mirada vio una sonrisa antes de que Steve se impulsara hacia delante de un solo golpe de sus caderas haciendo que gritara.


Ahora ambas manos separaban sus piernas, apenas podía ver por más de unos segundos la cara de Steve. Observando cada reacción suya, acertando con cada golpe de sus caderas y mordiendo su labio.


Se corrió nuevamente sintiendo la sobreestimulación extrañamente agradable. Steve lo siguió con un par de envestidas más, llenándolo. Los músculos de sus piernas estaban se sentían adormecidos y no se dió cuenta de la presión de las manos de Steve sobre el hasta que intento bajar y estirar un poco sus piernas. Habrá un par de moretones pensó despreocupado y palmeado uno de los brazos de Steve para que lo soltara, el mensaje mudo le llegó aparentemente porque lo soltó aunque no se salió de su interior aún. Tony estaba por decir un comentario sobre que definitivamente sentiría ésto mañana cuando las manos de Steve terminaron a cada lado de su cabeza, sus ojos vidriosos y la boca entreabierta.


—Eres todo un espectáculo para la vista, Tony— su voz salió ronca y lo besó lentamente. Tony se retorció cuando su miembro salió de su interior y besó su mejilla antes de alejarlo un poco.


—Estoy hecho un desastre, me gusta, pero creo que hay que limpiarnos antes de que se vuelva...ohh... ok...ok— miró gratamente sorprendido cuando la cabeza de Steve descendió, su lengua lamiendo el desastre que hizo consigo mismo contra su pecho, el reactor y estómago. Cuando siguió descendiendo ahogó un grito al sentir su lengua lamer su pene, lo creyó imposible pero luego de un par de lamidas y sentir la calidez de la boca de Steve contra su eje comenzó a endurecer de nuevo. Definitivamente Loki les dio algo muy fuerte porque no recordaba el poder hacerlo tan rápido y mucho menos tres veces en mucho pero mucho tiempo... —Demonios Steve... Eres una maldita caja de sorpresas... ¿Qué tenía esa cosa que me pusiste?


Gimió y se quejó cuando Steve alejó su boca y lo miró fijamente, parecía un depredador.


—Hay que aprovechar estos dos días...— se lamió los labios y volvió a bajar su cabeza, cortando cualquier cosa que Tony quisiera decir cuando lo tragó hasta la base.


***


Rhodes caminaba entre los pasillos oscuros por la escasa iluminación sintiendo a cada paso que se acercaba a Muspel, las tierras de los gigantes de fuego, por la temperatura que subía cada vez más. Pero no, solo iba a la torre del Rey.


Hace tiempo que no pasaba a los aposentos reales y mucho menos a su torre. Anton se había aislado de todos a los que una vez llamó amigos, hermanos. Solamente dejaba acercarse a Virginia, y solo para que ella hiciera de vocera en el consejo y ante el pueblo. Así que se sorprendió cuando Potts lo mandó a llamar.


Mantuvo su postura relajada y su expresión neutra. Solo había dos razones por las cuales él mandaría llamarlo: recordó que tenía un amigo o descubrió lo que últimamente estaba haciendo a sus espaldas. Se inclinaba a la segunda opción. Ingresó luego de tocar y recibir una rápida afirmación. El sudor corría por su rostro por el sofocante calor. Se preguntó cómo Anton podía pasar casi todo su tiempo aquí.


Había artilugios de todo tipo esparcidos por doquier, entre más se acercaba hacia la fuente del ruido del acero siendo golpeado más cosas encontraba por el camino. Armas, reconoció. Pero también habían partes de armaduras, pero de alguna forma diferentes.


—Quedate ahí— escuchó y paró sus pasos. Miró a su alrededor, la oscuridad más allá de unos metros de distancia del pasillo le impedía ver más allá.


Escuchó cuando las herramientas cayeron al suelo, al parecer no había perdido esa mala costumbre de dejar caer sus cosas una vez que no las necesitaba más. Unas puertas se abrieron iluminando por un momento el lugar, dejando entrever por un momento las cosas que estaban rodeándolo.


Anton apareció frente a él vistiendo solamente pantalones que más para un Rey parecían ser de un pordiosero. Sucio, sudoroso, cabello despeinado totalmente y con quemaduras por sus brazos. Su barba estaba un poco descuidada también.


—Rhodey— sonrió y lo hizo fruncir el ceño. Reconocía aquella sonrisa falsa —Un pajarillo me contó que estás haciendo travesuras y no me invitaste.


Segunda opción.


Anton caminó hacia una de las mesas y tomó un trapo que alguna vez fue blanco. Limpiando el sudor de su rostro y lanzándolo al suelo luego.


—¿No vas a negarlo? ¿Justificar? ¿Nada?— abrió un estante debajo de unas de sus mesas, alcanzando una botella de alcohol y bebiendo directamente de la botella sin mostrar disgusto por lo fuerte que era o lo caliente que estaba. —El silencio no te queda James.


Su tono bajo un poco, no lo miraba y terminó el licor en tiempo récord. Rhodey suspiró.


—No puedo dejar que lastimes a otros deliberadamente o a ti mismo. Eres mi amigo, fuiste como un hermano y lo sigues siendo. No puedo y no voy dejar que sigas con ésto.


Anton se carcajeó mirándolo con diversión.


—Mi verdadero hermano intentó arrancarme el corazón, ¿que podía esperar de uno que no tiene mi misma sangre?


Se encogió de hombros y suspiró mientras comenzaba a buscar algo entre la chatarra que había esparcida en el suelo. Rhodey caminó hacia él frunciendo el ceño, no habían guardias ingresando para encarcelarlo o matarlo y Anton parecía ignorarlo ahora mismo. Murmurando para sí mismo o eso parecía hasta que captó que su mirada se desvió dos veces hacia un punto en la oscuridad.


—¿Quién es?— Rhodey miró sin tener éxito, consciente de que había alguien más en el lugar. Que había estado siendo observado desde que ingresó a la torre. —Anton.


—¿Por qué sigues aquí? Vete, no te daré un premio por apuñalarme por la espalda— movió la mano despectivo, como si echara a un insecto.


Rhodey lo ignoró y caminó hacia la oscuridad, su piel se erizó. Todos sus instintos le dijeron que debía alejarse, ¿cómo no lo había sentido antes? Cuando unos ojos verdes se hicieron visibles gritó cayendo al suelo sintiendo que todos sus músculos se paralizaban. Fue apuñalado por la espalda. No podía hablar, su respiración se agitó y sus pulsaciones aumentaron, fue girado y se encontró con el rostro de Anton.


—Debiste irte cuando te dije— levantó una ceja y suspiró, lo miraba decepcionado —Se siente mal que te apuñalen por la espalda, ¿no lo crees?


***


Gracias por leer!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).