Tony sabía que debía de estar repasando los detalles de su viaje con Loki, memorizar cada camino y entrenar más para estar completamente preparado contra cualquier contratiempo. Por precauciones, ya que solo necesitó repasar los mapas una vez para ubicarse como si hubiera recorrido aquellas tierras toda su vida.
Pero estando sentado en la cama de Steve, desnudo; apoyando su espalda contra la pared junto a la cama y sus piernas cruzadas sobre la espalda de un dormido rubio, lo único que podía pensar era en que hace tiempo que no se relajaba como en los últimos dos días y en qué definitivamente Steve debía usar algo para tener la piel tan suave.
—A mi no me engañas— murmuró tocando una cicatriz en su omóplato derecho.
—¿Cuándo intenté hacerlo?— la voz de Steve sonó amortiguada.
—¿Fingias dormir?— bufó levantando una ceja.
—Desperté hace poco, pareces cómodo usando mi espalda como apoya piernas.
Tony no había dormido, al contrario de Steve que en ésta ocasión no tuvo problemas para hacerlo aún siendo ya de día. Ya habían pasado unas horas desde el amanecer, pero era difícil notarlo con el cielo nublado.
—No puedo negarlo— y no hizo ningún esfuerzo en moverse —Dime una cosa tipo duro, ¿Usas cremas? Ungüentos para mantenerte bonito.
No había encontrado nada parecido en su cuarto, sabía que no estaba bien hurgar pero cuando Steve le dio acceso no pudo evitar curiosear entre sus cosas. Wanda dijo algo como "te dan la mano y tú tomas el brazo..."
Era una persona curiosa, no era algo que disimulara y por lo tanto cuando Steve lo dejó a solas con sus pertenencias era de esperarse que mirara entre ellas un poco. Fue como un permiso implícito entre líneas.
—¿Te parezco alguien que hace eso?— su voz sonó divertida, animando a Tony a presionar más.
—Tuve mi cuota de Spa para reconocer una piel cuidada cuando la tocó, y tú definitivamente usas algo.
Tony sintió el triunfo cuando Steve giró su rostro y lo miró con una media sonrisa.
—Loki insistía que no tendría a un cabeza hueca a su lado y tampoco a alguien que se viera mal— comenzó a explicar y Tony guardó silencio —, así que además de instruirme sobre todo lo que creyó importante... desde los catorce años me convenció de usar jabones "especiales" y demás cosas para el pelo también durante el baño ya que me negué a usar esos ungüentos o dejar que las doncellas del palacio me hicieran todas esas cosas que hacían con él. Hasta el día de hoy sigue dejando esas cosas para que las use. Tiene una seria obsesión por el cuidado personal y estético ajeno.
Y sexual... Pensó Tony recordando lo que le causó el lubricante multi-uso del hechicero. Otra cosa que recién ahora tomaba realmente en cuenta, había un nivel de confianza más que familiar entre ese par. Iba a mencionarlo cuando la puerta se abrió de golpe revelando a Nesha, no se vio afectada ni un poco por la desnudez de ninguno.
—La luna de miel terminó— habló sin levantar mucho la voz —Los cuervos volvieron.
No esperó respuesta alguna por el aviso y salió del cuarto dejando a Steve ya de pie, buscando ropa para vestirse y bajar. El hombre relajado se esfumó por completo.
—Fue bueno mientras duró. Hay que ponernos manos a la obra, ¿tendré un bonito traje letal?
—Tendrás— contestó Steve ya vestido y con el rostro sereno —pero no prometo que será bonito.
No mencionó nada con respecto a cómo su cuerpo se tensó cuando miró por la ventana, tuvo el recuerdo de cuando trasladaban a Loki y se mostró nervioso por la tormenta. Fue por Thor. Pero ahora, el cielo estaba apenas nublado y durante la noche solo hubo una llovizna, nada comparado con aquella vez.
Steve realmente no había hablado sobre su pelea con el Dios del trueno, solo sobre sus recuerdos anteriores a los últimos años. Tony no era experto en percibir emociones profundas, pero podía apostar todo su dinero a que había algo más que Steve le ocultaba a todos. Algo personal, que en cierta medida todos sabían, como un secreto a voces.
Al bajar todos estos estaban reunidos en la pequeña sala. Un mapa extendido sobre la mesa.
Ambos cuervos sobre los hombros de Loki, Tony se estremeció cuando uno de ellos lo miró. El ave tenía ojos de humano, lo ponía nervioso. Nesha estaba cruzada de brazos, Steve se quedó frente a ella. Tony se acercó a Wanda y Scott, quienes estaban sentados juntos a Sam.
—Asgard está alerta, cambian las guardias del palacio y la bóveda de Odín sin dejar un patrón. Nuestro aliado con Stark dice que hay algo siendo construido en el castillo, no sabe qué es, pero si lo mencionó es porque es importante. Y la lanza está en ese lugar, está confirmado. Iré por ella junto con Sam. Ustedes...— miró a Tony directamente, él sabía que se refería a Loki, Wanda y Scott también —Deben llegar con los enanos, espero que hagas algo útil como Loki prometió.
Tony resopló cruzándose de brazos, mirando altivo a la mujer pelirroja.
—Si se trata de armas, soy tu hombre— esa afirmación era cierta pero no podía evitar sentir un poco de incomodidad, no le habían denominado el "mercader de la muerte" por nada. —Y, estoy especulando, pero si ese tipo es como yo entonces hay algo muy letal siendo construido. No al nivel de un robot asesino, pero con las herramientas, recursos y cerebro adecuado se pueden hacer muchos artefactos mortales.
Tendría poco más de un mes para hacer lo que sea que pudiera con aquellos enanos. Tiempo suficiente, según tenía entendido tendría todo lo necesario para lograr algo que verdaderamente sirviera. Si logró hacer su armadura en tres meses, con ayuda de Yinsen, podría hacer algo en menos tiempo con aquellos enanos.
—Como la armadura de la que nos hablaste— asintió a Nesha.
—Sí.
Siguieron hasta cordinar cada movimiento que harían.
Aunque... Al final de la explicación de Nesha y Steve, notó un pequeño espacio en blanco de aquel plan.
—¿Qué hay de tí?— la pregunta fue dirigida a Steve, que apretó los labios y hizo aquella postura tan parecida a la de Rogers. Como si hablara con un soldado y no con Steve —No me mientas. Y ocultar cosas también es mentir.
Lo último lo agregó recordando su falta de sinceridad con el equipo y la de Rogers con él. La postura de Steve cambiaba, dejando el soldado atrás. Miró a Nesha y Tony siguió su mirada. Ella se encogió de hombros.
—Hay una posibilidad...— Tony entrecerró los ojos y se cruzó de brazos, sintiendo un mal presentimiento —Una gran posibilidad— corrigió —que sean interceptados, por Thor.
Tony asintió y sintió cada músculo tensarse. Cómo cada vez que comenzaba una pelea y todo parecía ir a favor del contrario. No era ingenuo o se mentiría a sí mismo, sabía perfectamente en qué se estaba metiendo. Pero encariñarse con todos, lo hacía caer en cuenta de la dimensión del problema en el que terminó. Todos podrían morir, él moriría en un mundo que aún no comprendía y nadie sabría jamás qué pasó con Tony Stark.
No esperaba sentir esa presión familiar que sentía cada vez que estaba con los Vengadores. Ellos no eran su ex equipo y tampoco formaba parte de ellos formalmente, lo tenía claro.
—Si eso pasa deben seguir con el plan, intentar llegar a los enanos. Necesitamos a uno de nosotros dentro del palacio, sabemos que Thor los quiere a ellos dos— dijo Nesha sin ningún titubeo, refiriéndose a Loki y Steve —Haremos todo lo necesario para que Loki no sea capturado, si Frigga vuelve a sellar su magia no podrá romper aquellas ataduras. Al menos no hasta que sea demasiado tarde.
—Steve es un cebo— concluyó y su estómago se retorció. Lo sabías... Se dijo a sí mismo. No necesitó confirmación, era obvio. Wanda y Scott se veían conmocionados, Loki solo desvió la mirada y Sam se removió incómodo sobre sus pies —Saben que no va a matarlo .
—Y no lo torturara— agregó Nesha, pero hubo una pequeña mueca que Tony no perdió.
—No al menos de la forma que lo haría si fuera uno de nosotros— masculló entre dientes.
Steve suspiró al escucharlo.
—Soy la mejor opción para ingresar al palacio.
—Por supuesto que lo eres— no pudo evitarlo, evidenciar con su tono que sabía. Que aunque no lo hubiera dicho, estaba al tanto de el interés de Thor hacia él, un interés ni remotamente parecido al interés con Loki.
Hubo un silencio incómodo. Tony sintió la tensión brotar entre ellos. Steve lo miró fijamente, mostrando en su mirada el entendimiento de su miedo, pero que estaba decidido a hacer lo necesario para terminar con todo de una buena vez. No volver a perder.
Tony apretó los labios, él haría lo mismo en su lugar.
—¿Qué beneficio crees que sacarás estando ahí?— decidió dejar lo personal para después, a pesar de que quería gritar que era un estúpido.
Tenía esa duda. Thor no lo quería muerto y no lo iba a torturar, pero tampoco lo dejaría pasearse libremente. No sería libre. Y la idea de Steve ganando su confianza no era agradable, ni un poco.
***
La llovizna dificultaba la vista y hacía que las partes que no estaban cubiertas de hojas, ramas y césped se hicieran difíciles para transitar. Steve caminaba junto a Nesha observando como Tony y Wanda buscaban a Scott. Era un ejercicio simple que las valquirias usaban en los niños que rescataban para que comenzarán a entrenar. Ocultarse, escapar y rastrear.
Porqué Nesha creyó ser buena idea hacer ésto era un misterio.
Steve resopló cuando notó que Tony intentaba convencer a Wanda de usar su magia. Él mismo estuvo tentado a pedirlo antes, cuando le tocó encontrar a Scott. Sam era su compañero, pero desistió cuando media hora después estaban empapados y con lodo ya que el desafortunado ladrón demostró ser bueno en ocultarse y entorpecer el rastreo considerablemente. Steve tardó más de lo que esperaba en encontrarlo y aún así atraparlo fue una pequeña dificultad, era escurridizo y rápido a pesar de la lluvia y terreno.
—Cuando termine con Anton la noticia llegará a Thor rápidamente, resguardar la lanza será mi prioridad.
—Lo sé, al igual que tengo claro cuál es mi prioridad.— cruzó sus brazos y entrecerró los ojos intentando ubicar a los demás —Sin distracciones. Haré todo lo necesario para abrir la bóveda y dejar entrar al Hawk.
—Frygga intentará deshacerse de tí en el primer instante en que pongas un pie en el palacio.— sonrió. Ella siempre lo vió con desaprobación, era como si la Reyna supiera antes que todos que se convertiría en una debilidad para el heredero de Asgard.
—Que lo intente— comenzó a caminar dejando atrás a Nesha. Ella volvió a la cabaña, saldría antes que ellos. En solitario trabajaba mejor.
Caminó hasta el final de las huellas. Eran tres pares y a pesar de la llovizna que comenzaba a empeorar podía distinguir bien que habían llegado hasta un punto y pararon. Pero no estaban.
Miró a su alrededor y luego los árboles, pero los que se encontraba cerca eran imposibles de escalar sin el equipo adecuado. Y solo Scott lo tenía.
—Aquí arriba— escuchó a Tony y levantó la vista sorprendido.
Wanda había creado una... burbuja... Qué sostenía a los tres entre las partes espesas y altas de los árboles. Eran muchos metros de altura que causarían golpes graves en le mejor de los casos. Fácilmente podían matarse.
—Espero que sepan bajar— resopló viéndolos flotando.
—En realidad...— Wanda sonrió nerviosa. —Estaba intentando elevarnos un poco, pero cuando quise bajar, subimos.
Steve levantó una ceja ante eso y miró a Tony, él se veía relajado pero prestando más atendió pudo notar una leve tensión que intentaba ocultar. Scott estaba con los ojos cerrados.
—Relajate, solo así puedes controlar tus poderes.
—¡No puede ser! ¡¿Cómo no se nos ocurrió pensar en ello antes?!— exageró Tony su sorpresa, dando a entender que ya lo había dicho.
Steve suspiró recordando que a veces podía ser un tanto odioso y exasperante.
Wanda cerró los ojos aparentemente intentando otra vez volver al suelo. Pero se elevó aún más, a Steve le constaba verlos. Solo el resplandor de esa esfera rojiza lo hacía saber que seguían ahí. Pero el resplandor desapareció y escuchó el grito de Scott, Steve supo por qué cuando los vió caer hasta que Wanda aún con los ojos cerrados volvió a crear esa burbuja, haciendo que los tres se entregaran con sus piernas y brazos.
Cuando se acomodaron el resplandor volvió a desaparecer y cayeron una vez más. Steve se alejó unos pasos cuando notó que la altura era menor, lo suficiente para que la caída solo causará dolor por el impacto. Quitó la humedad de su rostro, la lluvia impedía que mantuviera la vista fija en ellos.
—Muy bien, el último y...¡Mierda!— ese fue Tony. Wanda había deshecho otra vez la burbuja y los tres cayeron, ella no pudo volver a crearla e impactaron contra el suelo.
Eran un desastre de barro y hojas.
Tony se quitó el barro del rostro, tenía los labios apretados en una delgada línea y los ojos cerrados.
—A partir de ahora, nada de trucos nuevos.— dijo resoplando antes de levantarse y tender la mano a Wanda que aún estaba en el suelo sacudiendo las manos repletas de barro.
Scott se levantó ayudado de un árbol detrás de él. Estaba agitado por haber estado ya demasiadas horas corriendo para ocultarse y huir.
***
Tony les hizo un gesto a sus polluelos para que caminaran más a prisa, por supuesto ellos siguieron su pedido mudo antes de desaparecer entre la lluvia. Porque la llovizna empeoró hace un buen tiempo y ahora era una lluvia. Por suerte hacía calor y las gotas frías no lo hacían sentir que se congelaba.
—Fue mala idea convencerla de subir por Scott de esa manera.
—¿Tú crees?— Steve le sonrió socarron y Tony bufó antes de salpicar barro en su rostro.
—No seas listillo conmigo— hizo una mueca, tenía barro por lugares interesantes. —¿Qué más haremos hoy? Correr y jugar por el bosque en medio de la lluvia fue divertido, pero algo me dice que hay que prepararnos para nuestro viaje altamente peligroso. Corrígeme si me equivoco.
—Si tienes alguna pregunta que hacerme, éste es el momento.
Tony asintió en silencio, ya estaban más cerca de la casa. Tenía demaciadas preguntas que hacer.
—¿Estás bien?— él mismo se sorprendió por la pregunta y Steve lo miró de reojo antes de intentar quitar el agua de su rostro, acto inútil cuando hay un diluvio sobre sus cabezas. —Digo, es claro que estás dispuesto a dar la vida...
—Todos lo estamos y estoy de acuerdo con hacerlo si es necesario, aunque no estoy bien con arrastrarte a ti en nuestra lucha. Pero es tu decisión y la acepto— Tony se apoyó contra su costado izquierdo y resopló cuando la mano de Steve revolvió su cabello, estaba demaciado largo y se pegaba a su frente y nuca —También te lo agradezco. Mucho.
—Oh... No, no te me pongas sentimental Steve— se alejó quitándose la chaqueta, luego la camisa y las botas tirándolas contra el montón de ropa mojada cerca de la puerta. Necesitaba un baño. —Tomemos un baño juntos, quiero ver qué tanto te cuida Loki.
—Tony— levantó la vista cuando pudo quitar la bota restante. Steve estaba impecablemente desnudo, a excepción de la ridícula ropa interior que parecía un pantalón hasta las rodillas muy fino —Lo digo de verdad, agradezco que hayas aparecido en mi camino. Fuiste de mucha ayuda para mí, más de lo que crees.
—Hey... En serio, no manejo bien el sentimentalismo sin preparación previa.— cerró los ojos cuando la mano de Steve lo acercó y le plantó un beso en la frente —Esto suena a despedida, Steve. No soy fanatico de ello.
—Yo tampoco.— dijo y abrió la puerta para entrar y dejar la puerta abierta para él, apenas hizo unos pasos dentro para cuando Wanda apareció cubierta por una gran manta, la chica era friolenta.
Tony sonrió un poco por el sonrojo de la muchacha y la forma en la que desvió la vista cuando Steve pasó junto a ella. Todavía tenía una mala sensación por culpa de Steve, pero tenía que seguir. Ésta noche se irían con o sin tormenta.
Aceptó la manta que ella le tendió, caminando a su lado hasta llegar a la sala. Scott estaba tomando con gusto un té verdoso, Tony a la fuerza comenzó a tomar gusto por aquellos mejunjes de hierbas.
—Nesha se fue— escuchó y levantó las cejas preguntándose por qué se sorprendió —Nos pidió que te demos un mensaje.
—¿Qué dijo? ¿que no lo arruine?
—No— Wanda le alcanzó una taza de té y se sentó junto a Scott para beber el suyo. Tony los miró con una ceja alzada —Dijo que espera que no mueras porque le debes una pelea ahora que Steve te enseñó un poco.
—Oh... Realmente cree que voy a morir. Nesha se nos puso sentimental.— sonrió mientras bebía su té. Caminó acomodando la manta con su mano libre. Todavía tenía un baño pendiente con un Comandante. —¿Loki?
—Está con Menade y los cuervos, esas aves no me gustan— Scott exageró un escalofrío, él sentía lo mismo por ese par de cuervos.
No tomó asiento, de quedó caminando en círculo en la pequeña sala, observando cada detalle. Las primeras noches habían sido incómodas, pero mucho mejores que sus noches a la intemperie. Y cuando se dió cuenta que Steve dormía abrazándolo como si fuera un peluche se había desconcertado bastante.
Era tan fácil tratar con él una vez que bajó la guardia, mejor dicho que ambos bajaron el nivel de auto-conservación extremo.
Lo vio salir del cuarto bajo las escaleras y asintió en silencio viéndolo volver a entrar. Dejó la taza sobre la mesa de madera y fue aún cubierto por la manta, más por ser suave y no por frío.
—Por favor recuerda que estamos aquí— soltó una carcajada por el pedido de Scott.
—No haremos tanto ruido— dijo ya abriendo la puerta para no volver cuando escuchó que ambos dijeron que él era el único ruidoso. —Mis mocosos ya no me respetan por tu culpa.
Steve había preparado el baño, el vapor salía del agua y Tony suspiró no quejándose de la calidez. No tenía frío, pero tampoco calor y no de negaría a un baño caliente con Steve.
Se quitó la única prenda que traía puesta y se deshizo el resto del barro seco con un trapo húmedo, Steve lo ayudó. Aguantó una carcajada cuando Steve sacó un frasco con un líquido, que era como el jabón líquido normal, pero tenía algo más por su textura y aroma. Steve debió notar su gracia porque le lanzó agua sin previo aviso haciendo que se atragantara. Cuando le mostró cuáles usaba para su pelo no pudo evitar reír, definitivamente alguien tenía un cuidado personal especial.
En cuánto terminó se metió en la bañera que parecía tener unos buenos años de antigüedad. Fue lo suficientemente grande para que los dos entraran apretujados.
—Hasta el día de hoy nunca me dí cuenta de cuánto amo mi bañera con hidromasaje.
Se quedaron en silencio y ambos se permitieron disfrutar la falsa calma.
Tony cerró los ojos un momento, pero debió quedarse dormido porque Steve estaba sacudiendo su hombro. Suspiró y se dispuso a salir, esperando que sus huesos dolieran. Se estiró tronando un par, a pesar del la rigidez muscular podía decir que estaba bastante bien.
—Planeaba ir a la India o cualquier lugar parecido para despejar mi complicada mente y volver a funcionar como siempre.
—Pero a una bruja le pareció buena idea jugar con portales dimensionales.
—Sí— sonrió totalmente seco, viendo cómo Steve aún se secaba. Estaba comenzando a pensar que lo hacía lento a propósito. —Estaba bastante enojado con ella, pero ahora se lo agradezco. Nada como el posible fin del mundo para volver a ser quien eres.
—¿Qué motivación mejor que esa quieres?— asintió y volvió a envolverse en la manta que Wanda le entregó antes —Loki tiene una nueva perspectiva con respecto a mí. Creía que me quebraría, pero ahora creé en que tengo una motivación mayor al de morir por la causa. Dijo que siempre fui alguien fuerte, pero cuando se trató de ésto— señaló su pecho, dónde está su corazón —soy muy débil. No entrego mi confianza, amistad y mucho menos amor con facilidad. Y desde... Esa traición, no creí volver a entregar aquello a nadie. Estaba roto y me negué a verlo, ahora puedo entender el miedo de Loki o la desconfianza de Nesha. Planeaba morir, terminar con toda ésta locura y morir en el proceso. Ya no pienso así, voy a dar todo de mí no importa qué, pero también quiero vivir. Confíar en que aunque el mundo no es perfecto merece una oportunidad, quiero ser parte. Entendí ésto al notar que confío en tí, que te quiero y puedo estar a tu lado sin temer a que me apuñales por la espalda.
Tony se tapó aún más con la manta maldiciendo a Steve por amar los discursos largos que lo hacían sentir vulnerable.
—¿Qué hay de Loki? Nesha, Sam...
Ésto se sentía importante. Ellos se conocían hace mucho más tiempo.
—Loki es familia, como un hermano mayor. Tuve miedo de nuestra relación cuando escapamos, tardé demaciado en creer en que no fue una mentira su afecto. En cuanto a los demás, confío, pero como compañeros. Porque confíes en alguien no significa que se convertirá en un amigo.— Steve se acercó hasta estar a poca distancia —Tu eres mi amigo, Tony. Te quiero y me importas. Quería que lo supieras.
—¿Confías en mí? Te conté sobre todos mis errores y aún así...
—Creo en tí, confío y sé que cuando nos volvamos a ver pelearemos codo a codo. Tú me cuidaras la espalda y yo la tuya.
—Eso suena como un plan— suspiró y asintió ante la pregunta en la mirada de Steve. También confiaba en él.
***