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Otra oportunidad por Yeta

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Tony nunca fue una persona pudorosa y que se avergonzara con facilidad era algo a lo que no estaba acostumbrado, pero al despertar en los brazos de un muy dormido Steve con la mirada de las dos personas que en los últimos días se convirtieron en sus sombras lo hacía sentir un tanto incomodo.

─Maldita sea que tiene el sueño pesado…

Llevaba un rato despierto, pero el hombre que lo apretujaba como si de un niño con su peluche preferido para dormir se tratara no lo dejaba levantarse e ir al baño, porque fue el llamado de la naturaleza lo que lo hizo despertar más temprano de lo habitual ya que desde que se instaló en la sala con Wanda y Scott ocurrió algo que desde hace mucho no ocurría. Dormía durante toda la noche sin recordar sí tuvo o no alguna pesadilla y por lo descansado que amanecía podía deducir que realmente no había malos sueños en las últimas noches.

Quién diría que para lograr tener un buen sueño debería de viajar a otra dimensión, dormir en medio de un bosque que alberga criaturas míticas y específicamente en el piso de una choza (la cabaña no era una choza pero le daba más dramatismo a sus conjeturas) junto a dos versiones de personas que conocía en su mundo.

─Tiene dificultades para dormir, al igual que tú─ la voz de Loki los sorprendió a los tres, no habían escuchado al pelinegro acercarse hasta que habló a pocos pasos de distancia. Tony lo dudó por cómo se removía en sus brazos y no era soltado, al contrario al parecer solo lograba quedar más atrapado ─Durante su viajecito junto con ustedes supongo que hizo guardia durante todas las noches, antes de eso seguro tampoco descansó y estas últimas noches estuvo junto a ti, porque sino tienes pesadillas. No me sorprende que haya quedado rendido anoche.

¿Copia de Steve era la razón por la cual durmió tan bien las últimas noches?

Las sorpresas no acababan en éste otro mundo. Un Thor malvado aliado con su “yo” villano, el fin del mundo a la vuelta de la esquina aparentemente por el hijo con forma de serpiente de un Loki bueno, etc., etc… sí, en realidad no debía de sorprenderle más nada.

─¿Eso significa que tengo que quedarme como su oso de peluche por mucho más tiempo?

No que fuera un desagradecido, pero la posición era, además de incomoda, un tanto contracturante. Quería esturar sus músculos e ignorar la sensación calidad de los brazos rodeándolo. Loki rodó los ojos antes de caminar sobre la cama improvisada de ellos y encaminarse hacia afuera.

Tony estaba por decirle algo, solo para distraerse de su posición cuando el agarre de Steve se aflojó rápidamente y por poco en el proceso no lo hizo rodar y terminar de cara contra las mantas. Se incorporó para mirarlo enojado por la forma en la que lo alejó y a punto de decirle que era un idiota, pero cerró la boca al verlo sentado y mirando hacia el frente parpadeando aparentemente perdido hasta que cerró los ojos.

Mientras mantuvo sus ojos cerrados al parecer contuvo el aire y luego llevó una de sus manos para frotarse la cara. Tony miró de reojo a Wanda y a Scott que observaba la escena en total silencio, sin mover un musculo. Los entendió, lo que le faltaba era que el rubio estuviera adormilado y no los reconociera. Mejor quedarse quieto por el momento.

Cuando notó que Steve movía los labios, aparentemente murmurando algo que no lograba escuchar decidió que ya le había dado el tiempo suficiente para que recobrara bien la conciencia.

─Hey grandulón… ¿dormiste bien?

El no recibir un puñetazo fue un alivio para Stark quien levantó una ceja expectante por la forma rara en la que se despertó la copia de Steve. ¿Pesadillas tal vez?  Sea lo que sea que lo hizo despertar de esa forma no lo sabría porque en cuando miró a las tres personas que lo miraban fijamente se puso de pie y subió las escaleras sin decir nada.

─¡Buenos días para ti también!─ gritó y seguramente despertó a los que seguían durmiendo en la casa. Cuando sintió las miradas acusatorias de sus sombras los miró y suspiró exasperado ─¿Qué? Me usa como su maldito peluche y no es capaz de dar los buenos días.

─No se veía bien─ Scott bostezó mirando hacia las escaleras ─deberías ir a ver si está bien.

─¿Yo?

─Él estuvo junto a ti cuando comenzabas a tener pesadillas.

─¡¿Por qué no me dijeron nada?!

─Sí, en nuestra primera noche aquí no te quedabas quieto mientras dormías, parecías sufrir mucho y Loki te calmaba pero fue Steve quien te hizo dormir como un bebé.

Tony los observó no sabiendo si enojarse o no con ese par. Esto de tenerlos todo el tiempo detrás de él lo estaba haciendo encariñarse más de lo recomendable y notar detalles que antes pasó por alto. Wanda aun tenía rasgos juveniles, tal vez más que la de su mundo, pareciera que aun contaba con algunas actitudes propias de alguien joven e inexperta. Siguiéndolo como si de un pollito se tratase al igual que Scott, que también al parecer era más joven del que conoció en su tierra.

─Muy bien, iré a ver a mi somnífero humano. Ustedes recogen todo.

Lo bueno de tenerlos junto a él era que escuchaban atentamente sus monólogos sin juzgarlo por las cosas que hizo, ya que tenía que aprovechar que aunque quisieran no podían vender a la prensa lo que él les dejara saber. Y también que si les pedía algo lo hacían sin problema alguno, como ahora que recogían la cama improvisada que hacían cada noche para los tres.

Mientras subía las escaleras se dio cuenta que no tenía idea de cuál era el cuarto de Steve, no había muchos pero no deseaba tener la mala suerte de entrar en el de una Natasha con el carácter más agrio que la arañita de su mundo. Nesha parecía odiar hasta al aire que respiraba, fue con la que casi no cruzó palabra alguna desde que se instaló aquí.

Y Bruce era muy amable y hospitalario, pero no era como su Brucie. Maldición, como extrañaba sus charlas en el laboratorio con Banner, el maldito cuando se trataba de ciencia hablaba hasta por los codos dejando de lado sus inhibiciones.  Sonrió un tanto melancólico recordando que Bruce los dejó luego de lo de Ultrón.

─¿Buscas a Steve?─ y hablando de Roma.

─Buen día, emm… sí.

─Ese es el cuarto de Nesha, no te aconsejó entrar sin su permiso─ le sonrió y Tony se alejó de la puerta que Bruce le señalaba un poco más rápido de lo que debía. Realmente parecía que esa mujer esperaba que él cometiera algo que justificara el matarlo ─El de Steve y Sam es ese, este de aquí es mío y de Loki.

─Gracias─ asintió viendo que vestía un pantalón oscuro menos suelto a la vez que una camisa clara menos holgada de lo que acostumbraba a usar y el bolso tampoco lo pasó por alto. Bruce se dio cuenta de sus observaciones y volvió a sonreírle amistoso.

─Tengo que ir por unas yerbas medicinales que debían de llegar hoy al pueblo. Si tengo suerte no tendré que ir hasta la ciudad, realmente no me agrada las multitudes.

─Entonces debe ser una tortura el tenernos a todos aquí.

─Oh no, me refiero que odio caminar entre tanta gente y más en la ciudad.  A pesar que los asaltantes disminuyeron en el último tiempo es fácil que te roben cuando caminas entre tantas personas. El tenerlos en casa es agradable, es bueno tener a alguien cuando vives en un bosque.

¿Por qué si le gustaba el no estar solo vivía en medio de un bosque alejado de todo?

Saludó a Bruce dejándolo partir sin ningún interrogatorio y se encaminó hacia el cuarto de Steve. Abrió la puerta que le indicaron antes sin tocar, ya había visto al rubio totalmente desnudo y al parecer dormía con él también así que no había nada que no hubiera visto antes. Excepto a Sam durmiendo a pierna suelta con los ojos entreabiertos, roncando, con un hilo de baba que salía de su boca hasta un pequeño charquito en su almohada… Dios, esa era una imagen para el olvido.

Desvió su mirada de eso y se encontró con la copia de Steve ya vestido y aparentemente preparado para comenzar su día. El rubio ni se inmutó por su presencia y siguió buscando algo en un pequeño baúl.

─Bien, ahora entiendo porque tienes pesadillos. Si despertara con esa imagen todos los días también las tendría─ intentó bromear pero al parecer el rubio no estaba para chistes esta mañana ─¿Mal sueño? Parecías un tanto perdido cuando despertaste.

─¿Con qué sueñas? Se con quien pero no se porque te perturba tanto.

─¿Con qué sueñas tu?─ No le contaría sus pesadillas a la copia de la persona que las causaba y por la mirada que recibió la respuesta del rubio era clara. Él tampoco le contaría sus pesadillas. Rodó los ojos dispuesto a ir con los “polluelos” para ver que haría hoy ya que el equito de este lugar no lo incluían en sus cosas y solo le quedaba buscar en que ocuparse junto a Wanda y Scott.

Fue una mala idea subir, no debió acercarse a este Steve. Ni al otro tampoco.

─Me sigues mirando como si te hubiera hecho algo malo, hasta donde sé te salvé de ser comida de Minotauro y te di un lugar donde quedarte hasta que la bruja te devuelva a tu mundo─ Tony se cruzó de brazos y bufó por el recordatorio. Tenía que sentirse agradecido con éste Steve, pero era difícil cuando tenía la misma cara que el supuesto amigo que lo traicionó, que le clavó el escudo en el reactor lo suficientemente duro para que su traje no recibiera energía de él. Unos centímetros más y podría haberlo matado ─. Tienes que dejar de compararme, de compararnos a todos.

Lo estaba haciendo, los veía como si fueran en realidad ellos, pero no lo eran. ¿Por qué tenía que encontrarse justamente con versiones de ellos? El universo lo odiaba, bueno, tal vez no tanto porque definitivamente hubiera sido peor si se encontraba con una versión de este mundo del Zombie que mató a sus padres.

─Te interesa nuestro mundo, haces como si no pero veo que te preocupa. Loki cree que puedes ser de ayuda.

─Pero tú no─ concluyó Tony mirándolo a los ojos. La mirada era distinta a la que recordaba de Steve, el color era idéntico pero la forma e intensidad era otra cosa. Su actitud con él era inmadura, compararlos y culparlo por una traición que no hizo era injusto. Eso ya lo había pensado antes, pero ahora parecía que de verdad podía recapacitarlo en serio ─Se que sin mi traje no puedo ser de ayuda, pero me encariñé con esos dos y no puedo irme sabiendo que tal vez su mundo se destruya.

No era su mundo y tampoco pretendía quedarse. Tenía su vida (aunque actualmente no estaba en uno de sus mejores momentos) y desaparecer, por muy tentador que fuera, no estaba en sus planes. No era un cobarde, tampoco débil, él era Iron Man por mucho más que su armadura. Volvería y se levantaría nuevamente ante todo.

No podía taparse los ojos y pretender que el mundo de sus dos conocidos y casi amigos no estaban corriendo un riesgo. Los mangoneaba y se quejaba cuando lo seguían como si fueran trillizos inseparables, pero apreciaba su compañía.

─Quiero ayudar, lo queramos o no ya estoy metido en esto y no pienso irme hasta se solucione.

Al diablo con este Steve si no lo aceptaba en su grupito.

─Las casualidades no existen, que te encontrara no lo fue...─ Tony levantó una ceja por el murmulló de Steve, él tampoco creía en las casualidades pero al parecer lo dicho no fue exactamente por la manera en la que se conocieron sino más bien un recuerdo por la mirada del rubio.

─Steve─ lo nombró sintiéndose más liviano por alguna razón al decirlo sin pensar en el de su tierra ─Tú serás Steve y él Rogers para no confundirlos más.

Dicho eso recibió una sonrisa de parte de Steve antes de que estirara su mano para un apretón como un verdadero inicio. Una presentación.

O por favor… éste maldito también tiene una perfecta sonrisa.

─¿Estás consciente de en qué te estás metiendo verdad?─ la fuerza con la que apretaba su mano fue un poco más fuerte cuando hizo la pregunta.

─Bueno, si por fin me contaran todo estaría más que consciente─ le sonrió irónico sin intentar alejar su mano a pesar de que le dolía, ¿lo estaba midiendo? ¿Ver si retrocedía? maldito idiota.

Cuando su mano fue soltada reprimió las ganas de frotarla para aliviar el dolor. La anterior sonrisa de Steve se esfumó y su expresión se volvió seria y su mirada también se endureció. Era hora de ser parte de éste equipo.

***

Asgard / Palacio

Los pasos de las damas que debían de vigilarla se escuchaban a través de la puerta. Sabía que no era correcto el escapar de las mujeres que tanto la cuidaban y educaban, pero es que ella quería que la escucharan, que su padre entendiera que necesitaba a su madre.

Jane no salía de su alcoba, no recodaba si alguna vez ella la sostuvo en sus brazos o le cantó como su abuela Frigga. Su madre solo se mantenía en aquel cuarto con la mirada triste y derrotada desde que podía recordar.

Por eso quería que su padre la escuchara, porque según las damas él siendo el Rey tenia la autoridad suprema para pedir, ordenar o hacer lo que quisiera. Y si él le pedía a su madre que la amara, entonces Jane saldría de ese estado en el que se encontraba y la vería como las demás madres miran a sus hijos. Así que por esa razón decidió entrar en el cuarto prohibido, las damas no se atreverían a entrar al igual que los guardias y luego de registrar todo el palacio su padre, el único que ingresaba a este salón infestado de libros y con una pequeña fuente en el centro, vendría a verificar que su hija estuviera aquí y ella podría por fin hablarle.

Las damas siempre le decían que como Rey estaba demasiado ocupado para ocuparse de ella y su abuela siempre le repetía que sus padres la amaban. Torrun con apenas tres años de edad lo dudaba.

Thor le acariciaba la cabeza en aquellas escasas veces en la que se encontraban. Pero no le hablaba y su mirada era extraña, como si anhelara acercara pero a la vez temiera el hacerlo. ¿Acaso hizo algo malo? ¿Ella tenía algo que causara el rechazo de sus padres?

No supo cuanto tiempo estuvo esperando sentada en uno de los bancos del gran salón, inspeccionando algunos libros sin reconocer muchas palabras o revisando por si encontraba algún tesoro escondido en los rincones. Pero cuando las puertas del salón se abrieron dándole paso a su padre se tensó y encogió pensando en que tal vez su idea habría sido algo malo. Aunque lejos de ver una mirada molesta o preocupada en Thor, vio una de sorpresa.

─¿Torrun? ¿Qué haces aquí? Sabes que este lugar está prohibido.

─Me escapé─ susurró sintiendo sus ojos arder, su padre ni siquiera la estaba buscando y tal vez sus damas ni se preocuparon en dar aviso de su desaparición.

El suspiró de Thor la hizo volver a mirarlo, seguía sin verse molesto aun con su confesión. Lo vio acercarse y ver los libros que antes ella inspeccionó sin entender que era lo que tenían escritos y presenció algo que antes nunca presenció. Su padre sonreía, pero no era una sonrisa feliz como a las que ella acostumbraba a ver en las damas cuando reían o hablaban animadas, era una sonrisa triste.

─¿Por qué escapaste Torrun?─ la pregunta fue dicha apaciblemente mientras tomaba los libros y los colocaba en sus sitios.

─Quería hablar contigo, pedirte algo─ contestó sintiendo la oportunidad de lograr su cometido ─Padre, quiero que le ordenes a mi madre que me ame.

Lo deseaba tanto y él era el único que podía cumplir su deseo. Thor la miró nuevamente y en silencio se acercó a ella para acariciar sus rubios cabellos.

─Nadie puede obligar a nadie a amar…─ y así de fácil sus esperanzas se esfumaron y se largó a llorar. Sus damas siempre la reprendieron cuando sentía ganas de hacerlo, pero ahora no podía contenerse, su madre no la amaba y su padre no podía hacer que lo hiciera. Su llanto desesperado no la hizo consciente de cuando fue alzada hasta que se cansó de llorar sintiéndose sostenida por los fuertes brazos de su padre.

─Tu no amas a mi madre─ era una afirmación y escuchó la confirmación de ello de parte de su padre ─… por eso tampoco me amas a mí.

─Tu eres mi mayor tesoro, Torrun─ Eso la hizo levantar la vista y mirar sus ojos ─Lamento el no demostrarlo, pero no dudes de mi amor por ti.

─¿Por qué no amas a mi madre?

─Porque mi corazón ama de esa forma a alguien más─ y otra vez esa sonrisa triste apareció y se animó a elevar su mano para acariciar el rostro barbudo de su padre ─, pero como te dije antes, no se puede obligar a nadie a amar.

Torrun pensó que eso era injusto.

─Te doy el permiso para que entres a este salón cuando quieras si prometes cuidarlo─ su corazón latió más rápido emocionado de repente, este era el lugar prohibido al que solo su padre podía entrar ─. Este lugar era el preferido de mi hermano, pasaba horas aquí y se molestaba mucho si tocaba sus libros.

¿Hermano?

─¿Por qué no lo conozco?

─Loki decidió partir por un tiempo, pero volverá y se conocerán.

─¿Y cuándo será eso?

─Pronto, pronto haré que regresen. Ya va siendo hora de que los haga volver─ Captó que no solo se refería a su tío Loki, pero decidió no preguntar más. Disfrutar la calidez de los brazos de su padre y de su voz mientras le relataba sobre su hermano. Torrun sonrió emocionada, tal vez no consiguió que su padre concediera su deseo, pero descubrió que al menos él si la amaba y que al parecer pronto conocería a su tío.

Notas finales:

Sin nada que decir, más que gracias por leer y comentar =)

 Besos!


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