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La manipulación de la serpiente. por kitsune_nya

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Notas del capitulo:

Hola de nuevo, si me recuerdan entonces hola. Es gracioso pero e tenido este capitulo por meses ( si quieren sabe, tengo 5 además de este ya escritos), pero no sé por qué nunca los subí. Bueno, las quiero - huye - 

Cuando empezó el mes de noviembre, el tiempo se volvió muy frío. Las montañas cercanas al colegio adquirieron un tono gris de hielo y el lago parecía de acero congelado. Cada mañana, el parque aparecía cubierto de escarcha. Por las ventanas de arriba veían a Hagrid descongelando las escobas en el campo de quidditch, enfundado en un enorme abrigo de piel de topo, guantes de pelo de conejo y enormes botas de piel de castor.
Iba a comenzar la temporada de quidditch.

Aquel sábado, Harry jugaría su primer partido, después de semanas de entrenamiento: Gryffindor contra Slytherin. Draco había comenzado a puyar a Harry por su primer partido próximo; para molestia de Harry, recordándole incesantemente que pronto estaría frente a toda la escuela, jugando con jugadores mucho más grande que ellos. Lo que había ocasionado una pequeña discusión amistosa con almohadas en la habitación . Para compensarlo, Draco consiguió un ejemplar de “Quidditch a través de los tiempos” para Harry, el cual se veía encantado con el libro y no se despegaba de él en ningún momento.


Draco le explicó a Harry de que había setecientas formas de cometer una falta y de que todas se habían consignado durante los Mundiales de 1473; que los buscadores eran habitualmente los jugadores más pequeños y veloces, y que los accidentes más graves les sucedían a ellos; que, aunque la gente no moría jugando al quidditch, se sabía de árbitros que habían desaparecido, para reaparecer meses después en el desierto del Sahara. Las cartas con Hermione habían comenzado desde ese momento, en total secreto claro está. Hermione era una compañera de tareas muy útil. Los problemas de la chica con Ron también se habían calmado, y ahora casi siempre estaban junto a los demás Gryffindor, cosa que alegraba a Draco. Neville en cambio había estado decaído desde hace algunas semanas. Se había armado de valor para contarle de su amistad con Draco Malfoy y los demás Slytherins a su abuela una semana antes, en una carta. Ella había estado furiosa, incluso al punto de amenazarlo con no volver a dirigirle la palabra o desheredarlo si no cortaba relaciones . Su abuelo le había mandado su hurón albino, junto con su lechuza real al día siguiente y le había prometido que hablaría con su abuela sobre el tema, animándolo a no dejarse llevar por los chantajes de la anciana. El anciano estaba súper feliz de que Neville había caído en su casa de origen.

El día anterior al primer partido de Harry, los tres amigos estaban fuera, en el patio helado, durante un recreo. Draco comía de los dulces que le había mandado sus padres. Repasaban algunos puntos de sus libros en compañía de Harry y Neville.

—Bien, veamos — Dijo Draco, mientras comía una barra de chocolate —¿Cuál era el movimiento de varita para el hechizo congelador ? — Pregunto, mirando su libro. Neville miró al piso en un gesto pensativo, mientras Harry cerraba los ojos para forzar a su cerebro.

—¿así? — Hizo un movimiento parecido a una N, Draco negó.

—No lo recuerdo.... ¿Por qué estudiamos esto ahora? No tendremos eso hasta dentro de muchas clases, según el libro será una de los últimos hechizos que veremos — Dijo Harry en tono fastidiado, apoyando su espalda al troncó de árbol en donde estaban sentados. Tomó una rana de chocolate del pequeño montoncito de dulce junto a el y lo comió con energía .

—Cierto— Draco rodo los ojos al escuchar a Neville. Cerró su libro y lo guardo en su mochila de mala gana, sin quitar su expresión enojada. En ese momento Snape cruzó el patito congelado, cojeando justo frente a ellos. Draco lo miró con curiosidad.

—¡Es Snape!— Exclamó bajito Harry. Neville palideció — Mejor nos vamos, antes de que nos regañe de nuevo — Draco resopló. Harry guardó los dulces y sus libros y se levanto.

—¡Son unos exagerados! — Exclamó riendo Draco, mientras se levantaba para seguirlo.Neville tomó a su pequeño hurón alvino Marius, el cual descansaba sobre sus piernas. Draco había detestado al pobre animal desde que lo había visto.¿Razón? .“mini-Malfoy"era el apodo que Zabini y Weasley le pusieron al pequeño animal. «Los idiotas piensan igual» le había dicho Harry con una sonrisa, mientras acariciaba al infame mini-Malfoy, el cual le había cogido cariño a Harry, para real molestia de Draco.

—¡Potter! — Exclamó Snape, acercándose. Draco lo miró con duda, pero Snape ignoró su mirada. Neville todavía no se había levantado ya que había estado metiendo al hurón a su jaula —¿Qué tienes ahí? — Pregunto en tono serio. Draco vio el libro de Quidditch que había buscado para Harry en las manos de este.

—Solo es un libro de Quiddich — Susurro en tono suave Harry.

—Los libros de la biblioteca no pueden sacarse del castillo —Exclamó en tono frío el profesor. Draco lo miró con duda, pero de nuevo su mirada fue esquivada por el sombrío hombre. Se veía que el profesor estaba de mal humor —Dámelo— Le quitó el libro de las manos de forma brusca—¡Vayan a sus salas comunes! — Exclamó antes de irse cojeando.


—¿Qué le habrá pasado en su pierna? — Pregunto Neville. Draco se encogió de hombros. Se sentía algo molesto, por eso prefirió no decir nada.

—Mejor Vamonos — Todos asintieron, corriendo hacia el castillo.


---Esa misma noche.

Draco se encontraba leyendo en la sala común, mientras ignoraba a todos alrededor. Harry había terminado los deberes hace un rato, y ahora solo se dedicaba a ver el fuego con interés..

—¡Quiero mi libro! — Se levanto de los costosisimos sillones de la sala común (bonitos pero incómodos) de un salto —Iré a ver si Snape puede devolvérmelo — Draco despegó su vista de su grueso libro solo por un segundo para mirarlo.

—Te aconsejo que no lo hagas — Exclamó en tono monótono, mientras volvía su vista al libro. Neville asintió ante lo dicho por el rubio, sin dejar de escribir el último centímetro de la redacción de posiones.

— Iré, volveré en unos minutos — Se despidió, mientras salía por la pared falsa. Draco rodo los ojos, sin despegar su vista de las páginas de su libro.

—¿Crees que debimos ir con el? — Pregunto Neville ya con su trabajo de pociones terminado. Draco lo tomo y comenzó a revisarlo silenciosamente.

—Déjalo. Todavía falta para el toque de queda — Continuo examinando el pergamino. Corrigiendo pequeños errores o simplemente agregándole palabras con la varita —Está muy bien, es increíble lo mucho que mejoras Neville — Exclamó, devolviéndole el pergamino. Neville se sonrojó fuertemente, mientras en sus labios nacía una sonrisa.

La sala común permaneció en silencio por los siguientes minutos. Neville ahora se dedicaba a leer un libro sobre plantas exóticas en un sillón individual. Vio de reojo como Zabini cuchicheaba con Parkinson, la cual lo miraba con ojos suplicantes. Goyle y Crabbe comían en una esquina algo que parecía ser ¿chocolate?.

—Draco— Goyle camino hacia el. Traía entre sus manos una caja grande y blanca —Mi mama está muy feliz de que mis notas vayan tan bien, así que me mando pasteles de chocolates rellenos, esos que comimos en Francia cuando fuimos el verano pasado —Se sonrojó de forma extraña. Draco alzó elegantemente su ceja, en una pregunta silenciosa hacia el muchacho enorme—Draco..... Sin ti nunca lo hubiera logrado, incluso me sigues ayudando hasta ahora. Gracias por lo de la redacción de pociones y Transformaciones.... Y por todo — Le tendió la caja. Draco vio que dentro había pequeñas cajas de platicó herméticas Muggle con un pastel. La caja estaba hechizada pues habían muchísimas cajas de plástico más de lo que parecía por fuera. Draco tomó una caja de plástico, la cual era más grande de lo que Draco esperaba. La señora Goyle seguramente compro una docena de esos deliciosos postres.

—Gracias Goyle. Claro que te ayudare siempre, tú y yo somos amigos — Goyle sonrió bobamente. Parkinson desde la esquina frunció el ceño.

—Neville — Lo llamo Goyle, mientras le pasaba una cajita de plástico. Neville le sonrió dulcemente.

—Gracias Gregory — Neville abrió la caja y trasformó su pluma el una cuchara. Ese gesto sorprendió a todos los presente. Entonces Draco note que los pasteles eran . Incluso tenían helado de chocolate aún lado.

—Toma otro para Potter, si el profesor Snape no lo mata dile que están hechizadas para mantener su estado frío — Draco tomó otro con una pequeña sonrisa. Goyle y Crabbe subieron las escaleras informando que se irían a dormir. Draco abrió su cajita, y comenzó a comer del cremoso y frío pastel Francés. En ese momento la puerta se abrió, y Harry entró a toda velocidad.

— ¿Lo conseguiste? — Pregunto Draco, sin dejar de comer. Harry se dejó caer a su lado de forma cansada, lucia pálido y pensativo. Draco aprovechó para dejar la caja de plástico sobre su regazo y trasformar una pluma en una cuchara.

—¿Esto es? — Pregunto.

— Son de parte de Goyle, su madre se los envió desde Francia. Pruébalo, son deliciosos — Harry tomó la cuchara y comenzó a comer en silencio. Luego de unos minutos, el postre desapareció y Harry lucia más calmado.

—¿Vas a contarnos que ocurrió? — Pregunto distraído, mientras desaparecía con la varita los envases vacíos. Neville lo miraba ahora con curiosidad. La sala común había quedado vacía, solo quedaba unos chicos de séptimo que planeaban una broma para Wood, el capitán del equipo de Quidditch de Gryffindor.

Harry procedió a contarles como, había visto la pierna ensangrentada de Snape, el cual decía que había sido mordido por el perro de 3 cabezas. Draco se lleno de angustia muda por un segundo, angustia por la seguridad de su padrino. Sin perder la compostura se juro que iría a ver a su padrino al día siguiente .

—¿Saben lo que quiere decir eso? —terminó sin aliento—¡Que trató de pasar por donde estaba el perro de tres cabezas, en Halloween! Allí se dirigía cuando lo vimos... ¡Iba a buscar lo que sea que tengan guardado allí! ¡Y apuesto mi escoba a que fue él quien dejó entrar al monstruo, para distraer la atención! — Draco hizo una señal para que guardara silencio.

—¿Vieron? ¿Quiénes? ¿Lo vieron a donde? — Pregunto. Harry y Neville por un segundo cruzaron miradas.

—Veras..... En Halloween, cuando dijeron lo del Troll en las mazmorras, estábamos muy preocupados por qué tú estabas en las mazmorras y si volvías seguramente te encontrarías con esa cosa. Corrimos hacia allá y vimos a Snape que iba al tercer piso. Él no nos vio por qué nos escondimos, nos pareció muy raro por qué no iba hasta las mazmorras como todos los demás profesor. Continuamos y llegamos hasta el baño de las niñas, donde recordamos que Granger estaba llorando y vimos hacia adentro — Draco palideció cuando escucho a Harry hablar.

— Vimos al troll tirado en el piso, todo echo un desastre. Pero lo más raro, fue que vimos una puerta, la cual se desvanecía. La puerta estaba cerrada y ya le faltaban partes de ella— Esta vez explicó Neville en susurros. Draco asintió intentando controlar su nerviosismo —Quizás la puerta fuera uno de los secretos de Hogwarts, quizás un atajo de algún profesor para ir a vencer a la bestia. Tuvimos que irnos pues los profesores se acercaban. Luego te encontramos en la sala común con los demás, en la fiesta— .

—Olvidamos decirte lo de la puerta y el troll y Snape — Se excusó .

—Entiendo..... ¿Vamos a dormir? Hablaremos de esto en la mañana — Dijo en tono ido. Neville y Harry asintieron de acuerdo, siguiéndolo hasta las habitación.

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La mañana siguiente amaneció muy brillante y fría. El Gran Comedor estaba inundado por el delicioso aroma de las salchichas fritas y las alegres charlas de todos, que esperaban un buen partido de quidditch.


—Tienes que comer algo para el desayuno — Exclamó Crabbe en dirección a Harry. El cual parecía muy decaído.

r32;—No quiero nada — Crabbe y Goyle llenaron su plano de comida diversa sin importarle lo dicho por el muchacho, y le sirvieron jugo de naranja con fresa.

—Vamos, está muy rico— Le insistió Neville. Draco se preparaba una pila de panqueques con arándanos y fresas, les puso crema, junto un plato de salchichas fritas con papas al horno, un poco de bacon y huevos fritos. Un tazón mediano de ensalada de frutas y pan tostado, el cual unto con mermeladas de fresa, piña, uva, y arándano. Todo acompañado con jugo de calabaza —¿Todo eso Draco? — Pregunto Neville algo sorprendido. Draco asintió, mientras comía en silencio y con elegancia, totalmente digno de un Malfoy.

—Comienza a comer en este instante, Harry Potter o te pondré un hechizo que teñirá tu cabello de rojo y dorado, y tendrás que ir así al juego de Quidditch — Exclamó el rubio ya arto de ver a todos rogándole. Harry palideció, dándose cuenta que Draco no mentía. comenzó a comer de su propio plato, el cual consistía principalmente en pan tostado untados con mermelada de fresa, huevos, tocino y salchichas, ensalada de frutas y jugo de naranja al cual Crabbe le había puesto jugo de fresa. Parecía que él hambre le había vuelto, y ahora comía con tranquilidad.

A las once de la mañana, todo el colegio parecía estar reunido alrededor del campo de quidditch. Muchos alumnos tenían prismáticos. Los asientos podían elevarse pero, incluso así, a veces era difícil ver lo que estaba sucediendo.


Draco y Neville, junto a Crabbe, Goyle y Nott estaban en la grada más alta. Para darle una sorpresa a Harry, habían transformado en pancarta una de las sábanas egipcias de Zabini, el cual obviamente todavía no lo sabía.

Decía: «Potter ganara» junto a una serpiente enorme, blanca y de ojos verdes, que Draco había hechizado para que reptara sobre el pancarta, gruñendo a todo Gryffindor que lo veía y saltando de forma alegre cada vez que alguien de Slytherin lo veía. La pancarta era bastante grande, pero se mantenía en el aire con un hechizo. Draco conjuro unos binoculares cuando los jugadores salieron hacia el campo. El color verde esmeralda del uniforme de Quidditch quedaba demasiado bien en Harry en opinión de Draco, el cual sintió como su corazón comenzaba a latir desenfrenadamente. Todos los jugadores del campo montaban en sus escobas, señal de que comenzaría el partido.


—Y la quaffle es atrapada de inmediato por Angelina Johnson de Gryffindor... Qué excelente cazadora es esta joven y, a propósito, también es muy guapa... — Escucharon al comentarista de Gryffindor. La serpiente en la pancarta rodo los ojos, antes de continuar reptando.


—¡JORDAN! —.


—Lo siento, profesora —Lee Jordan, era un Gryffindor muy hablador sin lugar a duda en opinión de Draco. Era el comentarista del partido, vigilado muy de cerca por la profesora McGonagall. Solía meterse en líos con los gemelos Weasley.


—Y realmente golpea bien, un buen pase a Alicia Spinnet, el gran descubrimiento de Oliver Wood, ya que el año pasado estaba en reserva... Otra vez Johnson y.. No, Slytherin ha cogido la quaffle, el capitán de Slytherin, Marcus Flint se apodera de la quaffle y allá va... Flint vuela como un águila... está a punto de... no, lo detiene una excelente jugada del guardián Wood de Gryffindor y Gryffindor tiene la quaffle... Aquí está la cazadora Katie Bell de Gryffindor; buen vuelo rodeando a Flint, vuelve a elevarse del terreno de juego y.. ¡Aaayyyy!, eso ha tenido que dolerle, un golpe de bludger en la nuca... La quaffle en poder de Slytherin... Adrian Pucey cogiendo velocidad hacia los postes de gol, pero lo bloquea otra bludger, enviada por Fred o George Weasley, no sé cuál de los dos... bonita jugada del golpeador de Gryffindor, y Johnson otra vez en posesión de la quaffle, el campo libre y allá va, realmente vuela, evita una bludger, los postes de gol están ahí... vamos, ahora Angelina... el guardián Bletchley se lanza... no llega... ¡GOL DE GRYFFINDOR! — Gryffindor salto en victoria en la grada izquierda. Draco vio desde sus binoculares a Weasley mirándolo con una sonrisa de suficiencia... La serpiente de la pancarta bufo, algo muy extraño. Nott miró con duda a la serpiente, la cual ahora seguía reptando en la pancarta.

Desde el otro lado de las tribunas, Hagrid le dirigió una sonrisa y un saludo de manos. Draco le hizo una señal para que fuera hacia ellos, ignorando la mirada venenosa de los Slytherin próximos. Hagrid camino hacia su lado de las tribunas con una pequeña sonrisa nerviosa.

—¿Puedo? — Pregunto señalando un lugar junto a Neville. Draco asintió y el semi gigante se sentó. Una chica de tercero de Slytherin se levanto para reñir a Hagrid, pero se encontró con la mirada envenenada de Draco, la serpiente en la pancarta rugió y la chica volvió a sentarse.

—Estaba mirando desde mi cabaña —dijo Hagrid, enseñando el largo par de binoculares que le colgaban del cuello. Parecía mucho más relajado. Crabbe le pasó un pastel de caldero— Pero no es lo mismo que estar con toda la gente. Todavía no hay señales de la snitch, ¿no? —.

—Todavía no— Dijo, mientras buscaba con la mirada la pelotita dorada. Hagrid hizo lo mismo.

De nuevo Gryffindor volvió a anotar. Y Harry parecía algo tenso sobre la escoba. Luego de un rato Pucey el cazado, al fin metió un punto.

—Slytherin toma posesión —decía Lee Jordan— El cazador Pucey esquiva dos bludgers, a los dos Weasley y al cazador Bell, y acelera... esperen un momento... ¿No es la snitch? —.

Un murmullo recorrió la multitud, mientras Adrian Pucey dejaba caer la quaffle, demasiado ocupado en mirar por encima del hombro el relámpago dorado, que había pasado al lado de su oreja izquierda. Draco rodo los ojo, mientras la serpiente de la pancarta entonaba los ojos realmente molesta.


Harry la vio. En un arrebato de excitación se lanzó hacia abajo, detrás del destello dorado. El buscador de Gryffindor lo siguió, ese chico del cual Draco no sabía el nombre lucia bastante perdido, pero ambos seguían la Snitch nariz a nariz . Marcus Flint le cerró paso al buscado de Gryffindor. Parando a Harry en el proceso y casi chocando contra el, para real horror de Draco.

—¡Idiota! — Regio Draco. Hagrid asintió totalmente de acuerdo.

—¡Pudo chocar con Harry, o tirar al otro chico— Exclamó Hagrid.

—¡Falta! — La serpiente bufo desde la pancarta. Lucia incluso más molesta que antes. Nott le dirigió una mirada interrogante a la serpiente, mientras las palabras azules de « Potter ganara» pasaban a Rojas.

La señora Hooch le gritó enfadada a Flint, y luego ordenó tiro libre para Gryffindor; en el poste de gol. Pero con toda la confusión, la snitch dorada, como era de esperar, había vuelto a desaparecer. Draco miró con odio al idiota capitán, jurando en silencio que haría que lo echaran del equipo de Quidditch después de volver de Navidad.

r32;—Entonces... después de esta obvia y desagradable trampa... — El comentador parecía bastante molesto.

—¡Jordan! —lo regañó la profesora McGonagall.

r32;—Quiero decir, después de esta evidente y asquerosa falta...—.

r32;—¡Jordan, no digas que no te aviso...! —.


—Muy bien, muy bien. Flint casi mata al buscador de Gryffindor, y se casi llevará por delante al buscador de su propio equipo, cosa que le podría suceder a cualquiera, estoy seguro, así que penalti para Gryffindor; la coge Spinnet, que tira, no sucede nada, y continúa el juego, Gryffindor todavía en posesión de la pelota —


Draco vio como Harry esquivó otra bludger, que pasó peligrosamente cerca de su cabeza. En ese momento Draco vio como la escoba de Harry daba una súbita y aterradora sacudida. Contuvo el aliento, invadido por el terror, mientras veía como la escoba comenzaba a moverse sin control, tratando de tirar a Harry.

—¡Harry!— Exclamó con horror. Pero fue ignorado ya que todos seguían a los otros jugadores.

Lee seguía comentando el partido.


—Slytherin en posesión... Flint con la quaffle... la pasa a Spinnet, que la pasa a Bell... una bludger le da con fuerza en la cara, espero que le rompa la nariz (era una broma, profesora), Slytherin anota un tanto, oh, no... —

Los de Slytherin vitoreaban. Nadie parecía haberse dado cuenta de la conducta extraña de la escoba de Harry. Lo llevaba cada vez más alto, lejos del juego, sacudiéndose y retorciéndose.

—¡Hagrid! ¡Chicos! — Exclamó en un grito, esta vez sí consiguiendo la atención de todos —¡Harry tiene problemas! — Exclamó, levantándose. De pronto, la gente comenzó a señalar hacia Harry por encima de las gradas. Su escoba había comenzado a dar vueltas y él apenas podía sujetarse.
Entonces la multitud jadeó. La escoba de Harry dio un salto feroz y Harry quedó colgando, sujeto sólo con una mano.

—¡Harry!— Draco salto de su lugar, mientras corria por las es escaleras de las tribunas . La serpiente en la pancarta se quejó sonoramente, mientras rugía con desesperación.

Sacó sus binoculares, examinando a todos los presente para ver el quien hechizaba la escoba de Harry.

—¿Padrino? — Pregunto al verlo recitar un hechizo mirando a Harry —¡Un contra hechizo! — Exclamó sin aliento, mientras se dirigía hacia el. Sacó su varita para rastrear la magia de la fuente del hechizo. Pero en ese momento la capa de Snape se prendió en fuego, destruyendo la concentración de ambos de inmediato. Draco miró a Hermione, la cual corria junto a Weasley, escapando de dónde estaba Snape y supo que ellos eran los que habían provocado el fuego.

La magia se desvanecía de la escoba; para su mala y buena suerte , antes que pudiera rastrearla y matar al responsable.

Harry volvió a montarse en su escoba y descendió suavemente. Draco sintió una rabia infinita cuando escucho que Flint había aprovechado para marcar, mientras Harry casi eran asesinado por su escoba. Harry iba a toda velocidad hacia el terreno de juego cuando vieron que se llevaba la mano a la boca, como si fuera a marearse. Tosió y algo dorado cayó en su mano.

—¡Tiene a Snitch! — exclamó con real alegría Lee —¡Me agradas Potter! No seas como los demás jugadores de Slytherin.. Excepto Pucey — Exclamó con una sonrisa. Draco camino hasta las tribunas de vuelta, y apoyo su rostro contra el pecho Hagrid cuando llegó con ellos, el semi gigante acaricio su cabello rubio en un gesto tímido . La serpiente de la pancarta lucia feliz y ahora danzaba.

—¡70- 170! A favor de Slytherin, no se desanimen, habrá una próxima chicos — Alentó Lee.

Luego del partido. Nott, Draco, Harry y Neville fueron a tomar el té en la casa de Hagrid.

—Era Snape —explicaba Neville, su semblante estaba blanco y pálido — Theo lo vio desde los binoculares, no despegaba su vista de la escoba y no dejaba de murmurar — Exclamó. Draco estaba demasiado libido para replicar. Así que solo los ignoro y continuó tomando de su té.


—Tonterías —dijo Hagrid, que no había oído una palabra de lo que había sucedido— ¿Por qué iba a hacer algo así Snape? — .


Harry decidió contarle la verdad.


—Descubrimos algo sobre él —Le explico a Hagrid. El rubio seguía ido , a pesar de que estuvieran acusando injustamente a su padrino, seguía absorto en sus pensamientos —Trató de pasar ante ese perro de tres cabezas, en Halloween. Y el perro lo mordió. Nosotros pensamos que trataba de robar lo que ese perro está guardando —Hagrid dejó caer la tetera.


—¿Qué saben de Fluffy? — Cuando escucho hablar a Hagrid, Draco salió de su estado atontado. Miró a Hagrid sin dejar de parpadear, con curiosidad y miedo adornando sus pupilas.


—¿Fluffy? — Hablo por primera vez en esa reunión.

—Ajá... Es mío... Se lo compré a un griego que conocí en el bar el año pasado... y se lo presté a Dumbledore para guardar...


—¿Sí? —dijo Harry con nerviosismo.

—Bueno, no me pregunten más —dijo con rudeza Hagrid— Es un secreto—.

—Pero Snape trató de robarlo— Replicó Neville. Nott le dirigió una mirada compasiva y extraña a Neville.

—Tonterías —repitió Hagrid—Snape es un profesor de Hogwarts, nunca haría algo así—.

—Entonces ¿por qué trató de matar a Harry? —gritó Nott, para sorpresa de todos. Lucia bastante frustrado.


—Les digo que están equivocados —dijo ofuscado Hagrid— No sé por qué la escoba de Harry reaccionó de esa manera. .. ¡Pero Snape no iba a tratar de matar a un alumno! Ahora, escúchenme los cuatro, se están metiendo en cosas que no les conciernen y eso es peligroso. Olvídense de ese perro y olvidad lo que está vigilando. En eso sólo tienen un papel el profesor Dumbledore y Nicolás Flamel.. — Callo de repente. Draco lo miró con sorpresa.

—¿Nicolás Flamel? — Exclamó con sorpresa Draco, mientras su cerebro comenzaba a trabajar. Hagrid lucia bastante molesto con el mismo.

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Se acercaba la Navidad. Una mañana de mediados de diciembre Hogwarts se descubrió cubierto por dos metros de nieve. El lago estaba sólidamente congelado y los gemelos Weasley fueron castigados por hechizar varias bolas de nieve para que siguieran a Quirrell y lo golpearan en la parte de atrás de su turbante. Las pocas lechuzas que habían podido llegar a través del cielo tormentoso para dejar el correo tuvieron que quedar al cuidado de Hagrid hasta recuperarse, antes de volar otra vez. Draco lucia bastante decaído, hasta que Hagrid llegó con una carta para el de sus padres que llevaba una semana guardada por una confusión con las lechuzas.

—¡Han dicho que si! — Exclamó alegremente. Harry parpadeó con curiosidad —Bien.... No había querido decirte por qué no me habían dado permiso.... Pero, Harry, ¿quieres pasar navidades conmigo? — Pregunto con un sonrojó. Harry abrió la boca sorprendido. Draco sabía que desde que había visto ese extraño espejo y su conversación con el director, había estado muy decaído, pero ahora lucia mucho más feliz al saber saber que no pasaría navidades solo. Aunque la angustia por conocer a los padres de Draco era visible en sus pupilas, Drsco lo tranquilizó poniendo su mano en su hombro.

—Claro Draco — Exclamó con una enorme sonrisa — Aprovechare y iré a agradecerle a tu madre por las galletas y mi escoba — Draco asintió. En ese momento Neville se sentó junto a ellos, mientras se servía un poco de sopa de pollo. Lucia decaído y ojeroso, su nariz estaba roja por cuál de un fuerte resfrío.

—Lo siento Draco, la abuela me a dicho que no puedo ir a pasar vacaciones a tu casa. El abuelo la a convencido de que me deje quedarme algunas tardes y solo por qué Harry estará allá y en año nuevo me dejaran tomar la chimenea para pasar 2 horas antes y cenar — Susurro desanimado.

—Lastima que Crabbe y Goyle vayan a esquiar a Suiza — Exclamó Harry — Y Nott irá a Francia. Así que solo seremos tú y yo Draco — Draco asintió .

—Por lo menos te veremos, lo bueno es que este año mis padres no quisieron viajar. No será tan maravillosos, las fiestas Malfoy son aburridas — Bufo, en ese momento Weasley pasó a su lado con la cabeza baja. Hermione lo seguía de cerca con un grueso libro entre sus manos.

—¡Debes decirle a McGonagall que irás a mi casa en Navidad Harry! — Exclamó Draco, en ese momento un enorme árbol de Navidad andante entro por la puerta del gran comedor. Era Hagrid, el cual lo saludo mientras paso por su lado, lo chicos le devolvieron el saludo. Harry corrió hacia la profesora, que iba de salida del gran comedor, mientras hacía un gesto con la mano en despedida.

Harry, Draco y Neville pasaron el resto de la tarde empacando, totalmente felices de poder irse. Comieron dulces hasta atragantarse y luego se fueron a la cama a dormir. Al día siguiente tomaron el expreso que los llevaría a casa en la tarde, luego de unas cuantas horas en tren, llegaron a la estación.

Lucius y Narcissa Malfoy lucían igual de serios que siempre. Vestidos totalmente elegantes, saludaron a los chicos con frialdad y amabilidad. Neville se despidió y se fue con su amable abuelo, el cual los saludo con mucho cariño.

—Draco— Lo llamo su madre — Joven Potter, agárrate fuerte de mí por favor — Draco abrazo a su padre, el cual lo cargo antes de desaparecer. Harry tímidamente tomó a Narcissa de la mano, la cual desapareció para seguirlos. Cuando pisaron suelo firme Narcissa se arrojó a abrazarlos a ambos.

—Bienvenidos a nuestro hogar, joven Potter — Narcissa le sonrió dulcemente. Draco vio con diversión como Harry se sonrojaba —Espero que pases unas buenas vacaciones— Acaricio su cabello despeinado con delicadeza —Yo soy Narcissa Malfoy la madre de Draco. Puedes llamarme Cissy si así lo prefieres y espero que yo pueda llamarte Harry — Pregunto en tono dulce, sus labios rosados se curvaron en una sonrisa Nerviosa. Harry asintió energéticamente.

—Bien a bañarse. Harry, Draco — Esta vez hablo Lucius en un tono tranquilo. Harry pestañeo con confusión, mirando al hombre rubio por unos segundos. El parecido con Draco era increíble, aunque Draco tenía pequeños gestos de su madre, era totalmente una copia de su padre. Si no fuera por esas largas pestañas rubias de Draco y los labios un poco más gruesos, ellos serían idénticos — Cenaremos en unos minutos y luego a la cama — Proclamó en tono solemne, pero amable. Draco asintió, tomó la mano de Harry, arrastrándolo escaleras arriba.

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Así, Harry pasó su estancia en la mansión Malfoy. La comida era deliciosa y la familia era unida y amable, algo que no se notaba a simple vista por su carácter serio frente a la gente.

Harry había entrado solemnemente en “el club de caballeros” de Lucius. Los 2 Malfoys habían pasado el día dedicados a enseñarle ajedrez mágico a Harry, pero las piezas de la familia (Que eran de oro) eran demasiado estiradas y pomposas, por lo tanto no seguían las órdenes de Harry, sobre todo la reina (Que era igual a Narcissa Malfoy, pero totalmente altanera ) , que solía reñirlo cada vez que perdía alguna pieza. Harry había descubierto que que Draco era un gran jugador y que lo había dejado ganar en su primer juego, para su real molestia.

Luego de un buen rato habían salido a volar con las escobas, aprovechando que una parte de los jardines de la mansión tenía un hechizo para mantenerse con una temperatura calurosa, como si fuera verano. Más que todo para proteger el jardín de rosas de Narcissa. El resto de la tarde lo pasaron frente a la chimenea, tomando chocolate caliente mientras Lucius le contaba historias de su juventud.

Al día siguiente, Harry había sido invitado a su cocina por la señora Malfoy ( o Cissy como él le llamaba ahora) en la mañana. Ella le había enseñado a hace pie de crema de calabaza y galletas de Jengibre para las fiestas. Volviéndolo su catador oficial durante el resto de la tarde y dandole de comer todo tipo de comidas deliciosas.

En la tarde, Neville los había visitado en compañía de su muy enojada abuela, la cual no saludo a nadie más que a Harry. Ambas mujeres se habían dedicado a verlos jugar a la lejanía en el río congelado, patinando, por el resto de la tarde.


La señora Longbottom para sorpresa de todos, estableció una conversación con Narcissa en la terraza, mientras tomando el té . Cuando fue hora de irse, la anciana se había ido más relajada, incluso se veía un poco más cómoda en la mansión en comparación cuando llegó.

En la víspera de Navidad, Los niños se fue a la cama ( la cual compartían , por capricho de Draco) bastante temprano. La señora Malfoy llegó como todas las noches a arroparlo, y a darles besos de buenas noches para que durmieran. Harry estaba deseoso de que llegara el día siguiente, pensando en toda la diversión del día siguiente, y claro, la comida que la matriarca de los Malfoys le había prometido que prepararía, pero sin esperar ningún regalo. El día de Navidad, fue despertado por un energético Draco, el cual lo arrastró hacia el árbol de la sala para mostrarle algo.


—¡Feliz Navidad! — Exclamó feliz Draco. Harry asintió aún somnoliento.

—Los señores todavía duermen, la señora dijo que podían abrir sus regalos sin ellos — Les informo un elfo antes de desaparecer.


—Para ti también —contestó Harry—. ¡Mira esto! ¡Me han enviado regalos! — Draco rio.


—¿Qué esperabas, Potter? —Pregunto Draco, volviéndose hacia sus propios paquetes, que eran más numerosos que los de Harry, de echo los de Harry y Draco estaban cada uno apilado de sus lados, seguramente los elfos lo habían echo.


Harry cogió el paquete que estaba más arriba. Estaba envuelto en papel de embalar y tenía escrito: «Para Harry de Hagrid». Contenía una flauta de madera, toscamente trabajada. Era evidente que Hagrid la había hecho. Harry sopló y la flauta emitió un sonido parecido al canto de la lechuza. Draco en cambio abrió primero el de Snape, detrás del papel de regalo verde musgo y apagado había un kit de pociones y unas felicitaciones muy cortas. El segundo regalo de Harry era muy pequeño, contenía una nota.


«Recibimos tu mensaje y te mandamos tu regalo de Navidad. De tío Vernon y tía Petunia.» Pegada a la nota estaba una moneda de cincuenta peniques. Draco parpadeó, mientras fruncía el ceño.

—¿Es todo? — Pregunto enojado. Harry se encogió de hombros.

—¿Abrimos juntos los tuyos y luego los míos? — Draco asintió. Abrieron unos cuantos regalos de parte de los “ amigos“ de su padre ( incluyendo a la señora Zabini), en su mayoría le mandaban dulces, Hagrid le había regalado un siervo de madera muy Bello; Crabbe y Goyle le había mandado dulces suizos, sobre todo chocolate; su madre le había regalado una túnica nueva y muchos dulces; su padre un violín nuevo; Hermione le había mandado un libro de pociones sin remitente; Neville le había regalado un reloj de bolsillo de plata; Nott un libro de animales fantásticos y dónde encontrarlos; Parkinson le había regalado chocolates ( que había desechado), el abuelo de Neville le había regalado una pluma que escribía al dictar, junto a una caja de buñuelos de naranja y Harry le había regalado una pulsera de plata con un lobo.

—Tu turno— Dijo, mientras comía un buñuelo de naranja. Harry abrió uno de sus paquetes más grandes, Draco juro por un segundo que era una escoba. Era de Crabbe y Goyle, que resultó ser cada tipo de pastel que habían probado en Suiza. Draco había tenido que llamar a los elfos para que guardaran todas esas cajas . Luego abrió uno de Neville, era un estuche de plata encantado que solo se abría con la voz de Harry, Nott le había regalado un libro de Quidditch muy extenso y interesante, el abuelo y la abuela de Neville le regalaron una pluma igual a la de Draco, junto a buñuelos de manzana, Lucius le había regalado un Kit de mantenimiento de escobas, junto a unos guantes de piel de dragón, Narcissa le había regalado una túnica de gala negra muy linda junto a muchos dulces; Draco le había regalado un estuche personal de ajedrez mágico de plata que cambiaban de color a un oro, y había jurado defenderlo hasta la muerte. Le quedaba el último. Harry lo cogió y notó que era muy ligero. Lo desenvolvió.
Algo fluido y de color gris plateado se deslizó hacia el suelo y se quedó brillando. Draco sonrió.


—Había oído hablar de esto —dijo con voz ronca, dejando caer la caja de grageas de todos los sabores que le había regalado su madre— Si es lo que pienso, es algo verdaderamente raro y valioso — Se acercó un poco a Harry.


—¿Qué es? —Harry cogió el género brillante y plateado.


—Es una capa invisible — Dijo en un susurro —Hay una nota— Le informó al ver caer el pedazo de papel. Harry lo tomo de inmediato.


«Tu padre dejó esto en mi poder antes de morir. Ya es tiempo de que te sea devuelto. Utilízalo bien.»

Una muy Feliz Navidad para ti.

No había una firma. Draco le sonrió.

—Harry, Draco — Su madre bajo por las escaleras. Llevaba una bata blanca, pero aun así su cabello y maquillaje estaba impecable . Harry escondió la capa atrás de él —¡Por Merlin!— Exclamó al ver la sala llena de papeles de envolver y regalos regados por todas partes. Un enorme montoncito de golosinas que los 2 habían amontonado aún lado la horrorizó — Cuando el elfo me dijo que mandaste a guardar cajas de pasteles..... Pensé que era un juego. ¡no se comerán todo eso!. Escojan los dulces para el resto de la Navidad y el resto se lo llevaran a Hogwarts.... ¡Ahora vayan a prepararse! Pasaremos el resto de la tarde solos con la familia. Harry, Draco, bajen cuando entren listos. Tengo que enseñarles algo — Los elfos comenzaron a recoger el desastre, mientras lo niños subían las escaleras con sus regalos y dulces a montón. La mujer volvió a su habitación para prepararse.

Cuando bajaron 1 hora después. La señora Malfoy los esperaba con una sonrisa, se hallaba sentada en uno de los sillones largos, llevaba un vestido azul largo y elegante.

—Vengan— Los llamo a ambos. Los niños corrieron hacia la elegante mujer para sentarse a su lado. Con un floteo suave de la varita, conjuro unos libros rojo con dorado y se lo extendió a Harry — Esto es tuyo. Me costó un poco encontrarlo, pero creo que tú debes tenerlo — Harry abrió el libro suavemente. Muchas fotos y notas saltaron mágicamente frente a él — Este es el álbum de fotos de La familia Potter, 6 generaciones — Ella volvió a hacer otro floteo, otro libro parecido al anterior apareció, esta vez era blanco y dorado — Este es el de los Black y ahora me pertenece. Ya que toda familia sangre pura está emparentada, cuando tus padres murieron, este libro terminó en la antigua mansión Black por años, abandonada — Abrió el último capítulo del libro Black. Allí un Draco pequeño y lindo leía un libro concentrado, sentado sobre uno de los sillones de la sala — También hay un libro Malfoy, pero ese lo tiene Lucius ocultó, él quiere ser el que se lo enseñe a Draco — Río, su risa se escuchó refrescante y trasparente.

Harry abrió la tapa enorme del álbum. El lema de la familia fue lo primero que leyó “ protege a aquellos que son importantes” en letras doradas, junto al árbol genealógico de más de 10 generaciones, incluyéndolo. Fue a la última página, viéndose a él mismo de 11 años sobre la escoba, parecía ser un pequeño reportaje del profeta, junto a una foto de él en el uniforme de Slytherin. Los colores de Slytherin decoraban los bordes y páginas, a diferencia de las demás que eran rojas y doradas.

—Gracias — Abrazo a la mujer con una enorme sonrisa.


—De nada — Respondió la rubia, acariciando los caballeros azabaches del niño.

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Los días pasaron tranquilamente. 3 días después de Navidad la familia visito Francia, por unas mini vacaciones en una de las tantas mansiones de la familia. Habían ido a un Zoológico en Paris donde solo habitaban criaturas mágicas extrañas, habían disfrutado de la gastronomía y el ambiente de la hermosa ciudad. Apenas volvieron de Francia, almorzaron en la mansión Lombotton, donde se veía una mejora en las relaciones de los adultos, para sorpresa y regocijo de Draco. Tal como Draco había advertido, el día antes de año nuevo se llevó acabo una cena de gala, donde se había aburrido a más no poder al tener que soportar a los hipócritas del mundo magico . Después de la cena, Lucius los había invitado a la sala, donde había presentado a ambos el libro Malfoy ( aunque Cissy se le hubiera adelantado, no dejaba de ser impresionante), como un honor por la último reunión de su club de caballeros. Draco no recordaba haber recibido ese libro nunca, había escuchado de el por su madre , pero cuando la mansión Malfoy había sido quemada, ella se había consumida junto a todo lo demás. Al final, luego de una serie de cuentos acompañados con galletas y leche, los 3 se habían quedado dormidos en la sala, sobre unos cuantos cobertores y almohadas esparcidos en el suelo. Así los había encontrado Cissy al día siguiente, todos todavía vestido con túnicas de gala.


En año nuevo, la señora Malfoy había preparado una celebración pequeña, solo con personas allegadas y amigos de la familia para la comodidad de Harry. La señora de la casa se había dedicado a hacer el día entero de preparar la comida, mientras se aseguraba al mismo tiempo que todo estuviera perfecto para la fiesta de la noche. Mientras Lucius estaba absorto en su trabajo atrasado, así que el día entero se lo había pasado en su despacho.

Algunos tíos y primos lejanos de Draco habían venido de otras partes del mundo, personas estiradas y ponposas que a pesar de mirarlo mal, no se atrevían ni a acercarse por el miedo a Lucius Malfoy. Draco casi se atraganta con un poco de chocolate caliente cuando vio a Andromeda, Nymphadora y ted Tonks llegar por la chimenea, con el rostro incómodo y nervioso. Cissy había sido cordial y fría, algo distante por los invitados, pero al mismo tiempo muy amanle . Ambas mujeres habían llorado abrazadas durante mucho rato en la noche, cuando todos los invitados se habían retirado. Los pocos Malfoys que estaban presentes miraron a Lucius con curiosidad, pero no cuestionaron nada. Los Longbottom llegaron después, Neville se había arrojado a los brazos de Draco. Después de un rato el ministro y su familia, Severus había llegado después del ministro, luego llegó Crabbe y Goyle. Neville casi se atraganta al ver a la mama de Gregory, tan bonita y elegante como la misma Narcissa y tan joven, allado de su esposo lucia tan pequeña e indefensa, todo lo contrario a su personalidad.

Continuará.

 

 

 

 

 

 

 

 


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