La inmortalidad no es un regalo, sino una maldición y él lo aprendió con el paso del tiempo; al ver como todo lo que ama estaba destinada a perecer y quedarse solo como recuerdos sin rostro entre sus tantas memorias.
Algunos eran olvidados, otros raramente recordados, pero aquel joven había logrado quedarse grabado cual tatuaje en su piel.
Logan cargaba con el peso de arrastrar sus errores, atormentado por los fantasmas de su pasado, pero ninguno se comparaba con Peter Maximoff. El niño fue su ruina y su muerte fue la única que pudo quebrarlo por completo.
Tal vez fuera el hecho de que fue él que más tiempo se quedó con él, quizá el que él nunca le tuvo miedo o quizá... pero ya nada de eso importa ahora, el muchacho no regresaría y su cordura tampoco.
Su único consuelo era que no era tan inmortal como todos pensaban. Después de años su vida llegaba a su fin, después de décadas por fin su vida llegaba a su fin. El supuesto inmortal nunca creyó en patrañas como la reencarnación, o incluso en la existencia de un cielo e infierno, pero después de lo acontecido solo la leve ilusión de que algo de eso pudiera ser verdad le daba tranquilidad.
Tenía el anhelo de renacer y volverse a encontrar con Peter en condiciones iguales; en una vida donde ninguno fuera inmortal o mutante, solo dos simples humanos con edades similares, solo dos personas que se amaban y deseaban ser feliz juntos. Cuando sus ojos al fin se cerraron aquello fue su único deseo...
~~~ 250 después~~
Peter Xavier, un joven de cabello claro, piel blanca y ojos azabaches se encontraba en un salón de clases sentado en la mesita de un pupitre mientras miraba con detenimiento a su mejor amigo. Estaba impaciente por irse, su última clase había terminado, todos se habían ido y ambos tenían una ida al cine pendiente por realizar.
— Que siguas mirándome así no hará que nos vayamos más rápido — respondió Logan Hudson; un chico de piel canela, cabello oscuro peinado hacia tras y unos ojos azules, que aun que le más bajo de ambos no lo admitiera le hacían enloquecer. El apenas estaba guardando sus cosas después de haber terminado un trabajo que él sabia no haría en su casa por salir con su amigo — así que si deja de hacerlo.
— ¡Vamos Logan, que se nos hace tarde para la película! — Dijo el más bajo a su amigo.
— No me fastidies Peter, La película no empieza hasta dentro de una hora — Respondió con enfado terminando de guardar sus cosas y cerrar la mochila.
— Solo camina amargado — Dijo tomando de la mano y obligándolo a caminar.
— Peter espetara, deja acomodo mí mochila, ¿Por qué siempre eres tan impacien...?
Logan no supo que fue lo que paso, tal vez se estaba volviéndose loco o quizá su mente le jugó una mala pasada pero en ese momento la imagen de un chico con cabello plateado apareció en sus retinas. Un chico igual a su amigo en casi todo sentido.
Por un impulso se detuvo abruptamente, dejando sus cosas en el suelo jalo a su amigo y lo aprisiono en un abrazo.
—Lo...Logan — dijo sin creerse la acción del más alto.
Lo estaba abrazando, el señor "yo no doy abrazos" lo está abrazando fuertemente mientras escondía su cara en su hombro — ¿Te encuentras bien? — Pregunto al sentir como su mejor amigo templaba levemente y se aferraba más al castaño.
— Si, solo...solo sentí la necesidad de hacerlo, perdón si te molesta — Dijo sintiendo por fin como el abrazo era correspondido.
— No me molesta, nunca me molestaría viniendo de ti, solo me tomo por sorpresa — Dijo con una sonrisa — Pero deberíamos irnos antes que...
— Quedémonos solo un poco más así, por favor — Interrumpió Logan, Peter solo asintió y se quedó ahí junto con su amigo por un par de minutos.
Logan no se lo dijo por miedo a parecer un loco, pero en esos segundos en que visualizo al castaño como un joven de cabellos plateados, pudo sentir como una parte oculta en su ser reconocía en Peter algo importante que no pudo notar hasta ese momento, como si hubiera encontrado algo preciado que ya había dado por perdido por varios años. Provocando que un sentimiento de alegría, tristeza y confusión se alojaran en su pecho, pero sobre todo eso estaba el miedo que había surgido en él; miedo de que Peter se fuera de su lado, a perderlo de maneras inimaginables, y por alguna razón, terror de nunca ser correspondido en un sentimiento que el mismo no sabía distinguir si seria simple amistad o algo más. Todas cosas que nunca se le habían cruzado por la cabeza hasta ese momento. La calma no llego a él hasta que el más bajo correspondió su abrazo.
Cuando decidió que el abrazo había durado lo suficiente se separó de él, tono su mochila del piso y comenzó a caminar tomando la muñeca del castaño, la película no tardaría mucho en empezar. Ninguno menciono nada de lo ocurrido ese día, y Logan lo prefería así, nunca hubiera sabido explicarle al chico que fue lo que paso, Mejor se dedico a pasar la tarde con su amigo en lo que más bajo decidió llamar por su cuenta “una cita”.