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El mejor amigo de Tom Riddle por Eowyn Fitzgerald

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Notas del capitulo: Perdón por la tardanza, pude haber publicado hace casi dos semanas pero salí con mi familia al rancho unos días... fue una tortura ¡siempre había calor y nada de Internet
La nieve caía con suavidad desde el cielo tocando con una caricia la cabeza encapuchada de un hombre joven de no más de veinte años que se cubría del frío con un ligero suéter azul marino con gorra, el joven muchacho tomaba su mochila con fuerza mientras contaba los segundos en voz baja y cerraba los ojos.

- Ya he acabado Hyperion - dijo otro joven saliendo de una vieja mansión donde hasta ese momento se habían escuchado gritos - puedes abrir los ojos y dejar de contar.

El más bajo hizo caso dejando ver sus resplandecientes ojos azules que chocaron con unos ojos rojos que le miraban con diversión.

- Dejaré que te encargues de guardar esto.

El mayor le entregó al de ojos azules un objeto en sus manos que resultó ser un anillo dorado con una piedra negra.

- Tom no puedo hacerlo... mejor ve con Abraxas o con Cygnus... después de todo...

- Mi querido Hyperion, dadas las circunstancias no confío en nadie más que en ti para esto, sólo recuerda no usarlo jamás -besó tiernamente las manos cerradas en puño del menor - odiaría que te pasará algo.

El menor parecía tener miedo pero al final de cuentas terminó abrazando al otro en un acto impulsivo y al hacerlo la manga del suéter de uno de sus brazos se recorrió dejando ver una marca aún rojiza con la apariencia de un cráneo con una serpiente saliendo de su boca.

- Gracias por tu lealtad mi querido Hyperion.

Hyperion despertó agitado aún recordando el frío glaciar de aquellos labios y esas manos... y la sádica mirada color sangre que nunca se apartó de su versión más adulta y... los gritos... sobre todo los gritos...

Giró su cabeza al lado derecho de la cama y allí aún se encontraba Tom durmiendo plácidamente tras pasar un largo rato consolándolo por algo que el menor de los Malfoy ni siquiera tubo el valor para decirle. Hyperion miró fijamente a Tom y sintió una punzada al corazón pues Hyperion era tonto pero no ciego ni sordo, el tipo con los ojos rojos definitivamente era un Tom con mayor edad, pero todo aquello no era más que un horrible sueño, estaban allí en la seguridad de la sala común y el mismo chico que le daba la mano para ir a clases no iba a convertirse en ese monstruo ¿verdad? Y si algo malo pasara a él lo alejarían de todo eso como siempre ¿verdad?

Intentó sin mucho éxito dormir nuevamente.

Por otro lado en la cama de al lado y bajo un hechizo de insonorización Cygnus lloraba golpeando una y otra vez su almohada, ¿por qué tenían que pasarle estas cosas a él? ¿cómo Alphard su querido hermano mayor había terminado confesándose a él? ¿y por qué su corazón no había dejado de latir a un ritmo tan rápido desde que eso pasó? Y Cygnus no era un idiota, en realidad Cygnus era más inteligente que el mismísimo Abraxas Malfoy, y por ello el más chico de la familia Black entendía lo que sentía por Alphard... ¡y sabía que eso estaba completamente mal! No sólo la diferencia de edad era grande y ambos eran hombres (lo que para una familia sangre pura era malo) si no que ¡eran hermanos maldita sea! Cygnus no pudo más que sentirse sucio, terminó abrazando a la almohada que antes había golpeado y se puso a llorar con más intensidad.

- Tengo que enamorarme de Druella y alejarme de Alphard... es lo que mamá me diría y es mi única opción - comenzó a gimotear haciendo sus sollozos cada vez más grandes, dolía mucho - tengo que hacerlo... debo hacerlo... pero no quiero - sacó el relicario de oro blanco que tenía escondido bajo su camisa dejando ala vista la fotografía de una hermosa mujer que lo saludaba y ella no era precisamente la misma persona que desde hace unos meses ocupaba el lugar al lado del señor Black en el retrato familiar - lo siento mamá, te he fallado y al parecer soy tan estúpido como cree papá, verás... me gusta una persona que no debería gustarme y estoy muy asustado, me gustaría que estuvieras aquí, si no te hubieras ido nada de esto estaría pasando ¡por Merlín¡ no te estoy culpando... sólo sé que... tu ya tendrías un plan y... no hay nadie desdé que te fuiste con quien pueda hablar...

Pov Tom

Cuando desperté me encontré con la rara escena de que tanto Hyperion como Cygnus ya estaban despiertos y arreglados, pero más que eso ambos compartían grandes ojeras y los ojos rojos e hinchados. Intenté no prestarle mucha atención pues el día anterior estuve toda la tarde y parte de la noche intentando calmar a Hyperion por algo que ni siquiera quiso explicarme, y para como están las cosas probablemente Cygnus estuvo lloriqueando por la misma misteriosa razón... la verdad no quería entrometerme y normalmente hubiera dejado al idiota de turno con complejos de bebé llorar como Magdalena, pero hay algo en Hyperion que me hace cometer tonterías monumentales como: tomarle de la mano, recibir sus abrazos, soportar las amenazas de Abraxas y sus miradas llenas de odio cuando bien podría ser su amigo y ganarme un gran aliado, y claro la última fue consolar a un niñato llorón... es claro que Hyperion me gusta y mucho, bien podría negarlo cómodamente y evitarlo pero eso no es más que una pérdida de tiempo, así que la cuestión no es si me gusta o cuanto si no ¿por qué?

Hyperion es débil, tiene poca inteligencia, no es nada hábil, es molesto, empalagoso, incapaz de llegar a tiempo a algún lugar, parece tener dificultades cuando lee, no escucha advertencias, no sabe seguir instrucciones, es completamente una carga emocional apunto de explotar todo el tiempo... es como tener un bebé: pequeño, bonito y completamente inútil. Yo nunca he soportado a esos malditos mocosos... ¿por qué Hyperion me gustaba tanto? ¿que tenía de especial?

Bueno es verdad, tiene una apariencia única, probablemente sea la cosa más hermosa que jamás haya visto y aún dejando de lado sus maravillosos ojos simplemente era un ángel caído del cielo. Pero nunca he sido así de superficial... tiene que haber algo que no esté notando a simple vista.

Dejaré está conversación conmigo para después.

La primera clase del día fue historia de la magia. Estuvimos media hora sin hacer nada porque el profesor Binns no se dignaba a aparecer, hasta que vimos un fantasma cruzar el pisaron y todos los presentes se asustaron inmediatamente.

- Lamentó la tardanza, el día de hoy iniciaremos con Uric el chiflado...

- Profesor Binns - habló Hyperion levantando la mano izquierda mientras se secaba pequeñas lágrimas con la derecha -

El profesor parecía completamente desconcertado al ver a un alumno levantar la mano en su clase y más fue su asombro al darse cuenta de que alumno se trataba.

- ¿Se le ofrece algo señor Hopper?

- Yo... - que lindo se ve todo nervioso Hyperion, pero no me gustaban esas lágrimas y parecía que no podía decirle al profesor Binns la evidente situación sin antes sufrir un ataque -

- Lo que Hyperion trata de decir señor - tenía que intervenir - es que usted parece haber muerto.

Tal vez no fui muy sutil pero ¿de que forma le explicas a una persona que ha muerto? Toda el aula se quedó en silencio mientras el profesor Binns analizaba mis palabras.

- Señor Hopper vaya a avisar al director Dippet, y señor Duck acompañelo.

Hyperion y Cygnus se pusieron de pie y salieron del aula con rapidez.

- ¿En qué estaba? Oh si, Uric el Chiflado.

Cygnus tenía razón, ese viejo debía morir aunque claro se refería a que muriera y se quedará en su tumba no que muriera y volviera como fantasma... y su nueva condición lo hacía aún más aburrido que antes, si, es posible.

El director Dippet llegó media hora después siendo acompañado por Cygnus e Hyperion, al parecer el anciano profesor se quedó dormido en la sala de profesores frente a la chimenea y murió. La clase terminó antes gracias al director Dippet quien convenció a Binns de terminar temprano y ayudarlo a organizar su funeral.

Tras lo sucedido Hyperion se quedó el resto del día en la cercanía de Cygnus el cual parecía ser el único que no nos hacía enojar a Abraxas o a mi, es como si de alguna manera supiéramos que entre ellos dos sólo podía haber lugar para una torpe amistad, tal vez tenía que ver con el hecho de que Cygnus tuviera novia o la sobreprotección que sus hermanos le daban o puede que fuera el aura de color rosa que ambos parecían tener como dijo aquel profesor de adivinación que nos encontramos en el pasillo el otro día. Sea cual fuere la razón a nadie le importó.

Volví a la sala común ya tarde por haberme quedado estudiando en la biblioteca, todo el mundo estaba aún en el gran comedor por lo tanto la sala común estaba vacía.

— Hola Nagini —le dije al verla arrastrarse sobre una de las mesas — ¿por qué no estás con Hyperion?

— El profesor Dumbledore le dijo a Hyperion que unos chicos se quejaron de mi por miedo — me contestó molesta — y le obligó a dejarme en este lugar hasta que pueda arreglar las cosas.

— Algunas personas son tan idiotas, no te preocupes ya me vengaré por ti y por Hyperion.

— ¿Alguien más sabe que hablas con las serpientes? — preguntó Abraxas saliendo de una esquina oscura acompañado por Walburga, su voz parecía seria más no amenazante — es de mala educación quedarse callado cuando te hacen una pregunta.

— Sólo el profesor Dumbledore e Hyperion.

— Nada que no se pueda arreglar, pero es una lastima que seas un mestizo — dijo Walburga con una voz baja y cara de fastidio — pase lo que pase quiero que sepas que te apoyo, pero no cuentes conmigo en el proceso.

Así Walburga salió apresuradamente de la sala común dejándome a solas con mi futuro cuñado.

— ¿Alguna vez has escuchado sobre la leyenda de Slytherin?

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