Sehun, residencia de la familia Oh:
Unos cuarenta minutos después de que el rey saliera por la puerta se escuchó el sonido de un auto que la reina logró escuchar sobre el ruido y creyó que era el auto de su compañero.
-¡Ya llegaron! -El grito de la reina retumbó por toda la casa durante unos segundos, y todos los que se encontraban ocupados en sus actividades las dejaron de lado para observar con ansias la puerta, incluso Sehun, que ahora estaba sentado en los escalones, puso su atención en esta.
Se escuchó como se cerraban las puertas de un auto, los pasos acercándose a la puerta, y el sonido de las llaves girando en el picaporte de la puerta.
Todos inclinaron sus cuerpos, ansiosos por ser los primeros en ver al príncipe de la Dinastía de la Telequinesis, que según los recientes rumores esparcidos en Suwon, era tan hermoso que podría deslumbrar a cualquier estrella con, simplemente, su presencia, decían que su piel era tan blanca como una hoja de papel sin la menor imperfección, sus ojos tan bellos y brillantes como dos diamantes, su nariz parecía hacer sido hecha con la más fina porcelana y sus labios, aunque uno tenía una pequeña cicatriz, eran lo más apetecible que un mortal e incluso un inmortal podía llegar a ver, de color cereza, redondos y llenos, lo justo para ser mordidos, pero al mismo tiempo no dejaban de ser finos.
-Ya estamos aquí. -La puerta fue abierta de forma abrupta por el hijo mayor de los Oh.
Una expresión de desánimo general de escuchó por toda la sala de los reyes de la Dinastía del Viento, causando risa en los recién llegados.
-Jaja lo logramos Eunhyuk, hola umma. -dijo Donghae dirigiéndose hacia su madre sacándole una sonrisa a esta cuando la abrazo.
-Buen día señora de Oh.-Dijo Eunhyuk, siguiendo la dirección que su compañero hacia tomado y abrazo a la señora Oh.
-Ohh Eunhyuk, te he dicho que no me llames señora de Oh, me puedes decir umma sin ningún problema.
-Lo siento, pero es incómodo llamarla de esa forma.
-¿Que tal lo están pasando en Jeju? Eh oído por parte de Chung Ho que han estado haciendo algunas reformas.
Las demás persona al ver que el príncipe de la Dinastía china no había llegado se fueron a otras partes de la casa a cumplir con sus deberes.
-Sí, las cosas han ido mejorando desde que llegamos.
Sehun bajo las escaleras en vista de que su hermano no lo había visto y Eunhyuk tampoco.
-Hola Donghae y Eunhyuk.
-Sehun, hola, estas más alto que la última vez que te vi. – Donghae habló. -¿Porque tienes el pelo teñido?
-¿Y porque de color rubio platino? Hola Sehun.
-Sehun pidió permiso pista teñirse el pelo porque Kyungsoo le dijo que le gustaban los hombres que había en Alemania con el pelo de ese color. -La madre de Sehun contestó, haciendo reír a los recién llegados.
-Sabes Sehun, - Donghae habló -yo pensaba que tu encaprichamiento con Kyungsoo ya era cosa del pasado.
-No es un encaprichamiento. -Sehun contestó. -Él es mi novio.
-¿Que tan novios pueden ser si no se ven desde hace más de un año y con suerte y se llaman por teléfono? -Esta vez Eunhyuk habló.
Sehun suspiro irritado, no le gustaba que se metieran en su relación con Kyungsoo, y mucho menos si eran esos dos los que se metían, ellos no sabían nada, la mayor parte del año no habían estado en Suwon, habían estado en la isla Jeju, una isla donde la población estaba compuesta únicamente por lobos que dominaban el poder del Viento, a excepción de los turistas, Donghae se encargaba de gobernar esos territorios y estaba siendo asesorado por el consejo de lobos de esa región, que durante un tiempo atrás había funcionado con casi completa autonomía.
- Eunhyuk hyung, la distancia no es un impedimento para nuestra relación, la llevamos bastante bien sin secretos de por medio y sabiendo lo que hace el otro de forma semanal.
-Las relaciones entre los que no son compañeros se puede enfriar con la distancia Sehun, solo las relaciones entre compañeros duran a una larga distancia y durante un gran lapso de tiempo, tu aun eres menor de edad y Kyungsoo no te ha visto en físico desde antes de cumplir la mayoría de edad. Nada asegura que su relación pueda durar mucho. – Donghae hablo.
Tiene un punto importante y también hizo unas buenas observaciones, –Sehun pensó. –pero yo tengo un punto todavía más importante.
-Pero seguimos siendo novios, ¿no es así Donghae? Tal vez eso signifique algo importante.
-Sí, ¿pero a causa de que siguen siendo novios Sehun? Ninguno tiene fuertes sentimientos por el otro, solo están con el contrario porque les da cierta estabilidad y simboliza una pertenencia de uno sobre otro. –Esta vez fue Eunhyuk quien hablo, dando en el clavo con respecto a lo que toda la familia Oh sentía, pero que no decía por respeto a Sehun.
Sehun se quedó unos segundos choqueados, Eunhyuk de cierta forma tenía razón.
No. –Se dijo a si mismo Sehun. -No es así, nosotros dos nos amamos.
-Sehun cree fuertemente que Kyungsoo es su compañero. –Young Mi hablo, cortando la extraña tensión que se había formado en el ambiente. –Y no hay nadie que le quite esa idea.
La pareja estallo en carcajadas, pero después miraron a Sehun con compasión.
-Ay mi pequeño Sehunnie, – Donghae hablo. –te dijo desde ya que si Kyungsoo es tu compañero, nunca estará en casa, estará siempre en otro país cumpliendo las ordenes de su padre.
Eunhyuk abrazo a Donghae por la cintura y asintió hacía Sehun con complicidad.
-Ya entendí lo que está pasando aquí, -Sehun miro a su madre, luego a su hermano y al compañero de este. –Tú los llamaste, mamá, y les dijiste que trataran de convencerme de terminar con Kyungsoo por la llegada del príncipe de la Dinastía de la Telequinesis.
Eso era exactamente lo que estaba pasando a ojos de Sehun, respondía al por qué su madre insistía tanto para que conociera a Luhan, la razón porque su padre le dijo que terminara con su novio, y también porque su relación con este había salido a colación con la llegada de su hermano y el compañero de este. Pero la verdad es que todos los adultos se habían dado cuenta de que la relación de Sehun con el príncipe de la Dinastía de la Fuerza no tenía ni pies ni cabeza, no salían, no se daban regalos en fechas importantes, no tenían nada de parejas y no se habían visto desde hace más de un año.
Sehun dio media vuelta y se fue en dirección a su cuarto, cuando llego a este cerró la puerta de un portazo, tenía decidido no salir en lo que restaba del día.
-Qué pena que no se dé cuenta de la realidad de su relación. –Dijo Eunhyuk.
-Sí, pero ya lo hará, espero. –Dijo la reina. –Ahora, ¿Por qué no me cuentan de cómo les ha ido en Jeju mientras esperamos la llegada del príncipe de la dinastía de la Telequinesis y la servidumbre lleva sus cosas a su cuarto?
Los dos sonrieron aceptando la invitación de la reina y dirigiéndose al sofá para charlar.
Unos 20 minutos después desde que empezaran a conversar se escuchó el sonido de un auto entrar al estacionamiento.
La reina rápidamente interrumpió la conversación que estaba teniendo para mirar por la ventana y asegurarse de que esta vez si fuera el auto de su marido, aunque debía ser el de él, no debería llegar nadie más en auto.
-¡Son ello! –Volvió a gritar la reina y esta vez algunas personas de la servidumbre también se asomaron por las ventanas para asegurarse de que esta vez la reina no se estuviera equivocando.
-¡Si son ellos! –Grito alguien de la servidumbre causando revuelo por toda la casa, todos dejaron sus trabajos de lado y fueron lo más rápido posible hacia la entrada, personas bajando las escaleras al tiempo que se tropezaban con sus propios pies, guardias saliendo de donde se suponía que debían hacer guardia, aunque otros se quedaron en su lugar, cocineras apagando el horno y limpiándose las manos al tiempo que caminaban ha al entrada.
La reina, su hijo, y el compañero de este se fueron acercando hacia la puerta con el fin de recibir a el invitado y Sehun salía lentamente de su cuarto a causa de los insistentes golpes en su puerta de parte de la servidumbre para que valla a conocer a su prometido.
Aunque toda la actividad en la casa se detuvo cuando la puerta se abrió revelando al ángel más hermoso que jamás se halla visto sobre la faz de la tierra, y aunque nunca uno de ellos haya visto a un ángel sabían que el chico era lo más cercano a uno de ellos.
Pov Luhan:
Es el, después de todos estos años, lo encontré, siempre estuvo aquí en Suwon. Pero lo he encontrado.
-Bienvenido Luhan, soy Song Young Mi, reina de la Dinastía del viento, es un placer conocerte al fin. –Hablo la reina e hizo una reverencia, me agrado cuando me sonrió con su maternal sonrisa.
-Xiao Luhan, príncipe de la Dinastía de la Telequinesis, también es un placer conocerla. –Yo también hice una reverencia.
Ella señalo al chico que se encontraba a su derecha ya dijo: -Él es Oh Donghae, mi primer hijo.
-Mucho justo Luhan, yo soy el actual subgobernador de Jeju. –En lugar de hacer una reverencia el tomo mi mano y le dio un apretón. Por lo que había oído de él, su padre le dio la isla Jeju casi de regalo para que la gobernara pocos meses después de que encontró a su compañero y por leyes universales él no puede gobernar completamente una región muy extensa hasta pasar a ser el rey, aun en su cargo debe informarle a su padre de todo lo que hace, algo parecido a lo que hago yo.
-Y él es Lee Eunhyuk, compañero de Donghae. –Hablo la reina señalando a su izquierda. Eunhyuk hizo una reverencia a la cual correspondí. Por lo que he oído, en Corea cuando una pareja se casa o se unen los compañeros, la mujer no adquiere el apellido del esposo, lo conserva y solo agrega el apellido del esposo a su nombre cuando debe demostrar un categoría o a quien pertenece, lo mismo pasa en relaciones homosexuales, el más sumiso agrega el apellido del dominante al suyo cuando debe demostrar algo. Por último la reina señalo a quien se estaba acercando, a mi compañero. –Y él es Oh Se Hun, mi segundo y último hijo.
-Es un placer conocerte Oh Se Hun, yo soy Xiao Luhan. –Y de verdad lo era, en especial desde que me entere de que era mi compañero. Yo Hice una reverencia, pero Sehun no.
-No es un placer conocerte para mí y ya sabes mi nombre asique no tendré que repetirlo. Por cierto, puedes llamarme Sehun.
Una atmosfera extraña y tensa se formó cuando finalizo el pequeño comentario de Sehun, la cual la reina intento romper.
-Ayyy nuestro Sehunnie. Él es así Luhan no te preocupes, su humor es negro y algo extraño.
Para mí eso no era por su humor y al ver la expresión muy seria de Sehun comprendí que para él tampoco lo era.
Después de eso la reina me empezó a mostrar las partes importantes de la casa, como la cocina, el gran patio trasero con piscina incluida, el comedor, el cuarto de juegos y le gimnasio, y me nombraba quien o quienes dormían en los cuartos que tenían las puertas cerradas, o sea todos. Por cada lugar al que íbamos sentía múltiples miradas provenientes de las esquinas taladrarme la nuca, aunque cada vez que volteaba a ver no veía nada, con mi telequinesis quise averiguar qué es lo que había ahí, pero antes de eso pude escuchar miles de pensamientos viniendo de las esquinas y lo comprendí, ese era el lugar en donde los guaridas vigilaban dentro de la casa.
-Y por último, este es tu cuarto Luhan.
La reina abrió una puerta que se encontraba al lado del cuarto de Sehun y me quede sorprendido en la entrada, el cuarto era gigante.
La reina entro tranquilamente, ignorando mi estado en la entrada de la puerta.
-Por aquí está tu cama y el cuarto de baño Luhan.
La seguí, echándole una rápida mirada a living y a la cocina con desayunador. Mi, ahora, cuarto era inmenso, la cama era de plaza y medio, cubierto por un bello cubrecamas blanco con flores azules, y había un gran armario, divido por la mitad, y una de esas partes estaba lleno de cajones.
-En algunos de los cajones hay toallas, al igual que en baño.
Por pura inercia abrí uno de los cajones con mi telequinesis y me sorprendí al ver que estaba vacío, abrí otro y era lo mismo, abrí todos los cajones del armario y todos estaban vacíos.
-Están vacíos. –Dije y la reina volteo a mirarme y después puso su atención al armario vacío.
-Uhh que extraño, pero no importa, no te preocupes Luhan, le pediré a la servidumbre que ponga las cosas que corresponden, tal vez lo olvidaron.
Después de eso la reina me dejo solo para que me acostumbrara al cuarto y me dijo que dentro de poco alguien vendría a avisarme que el almuerzo estaba listo.
La primera parte del gran cuarto tenia las paredes pintadas de amarillo, había un gran televisor plasma apernado a la muralla, delante de una alfombra, sobre ella una mesa de centro, un sofá con forma de L y un pequeño sillón a su lado, la gran cocina con todos los muebles necesarios, el cuarto, donde se encontraba la cama, en cambio tenia pintadas las paredes de color azul y el armario era de madera.
Con mi telequinesis lleve mis maletas al dormitorio y abrí las puertas del armario para empezar a ordenar mi ropa, calzado y todas las demás cosas que traje.
Cuando estaba a la mitad de esto escuche como tocaban la puerta y fui a ver quién era.
-Hola. –Me dijo Donghae en cuanto abrí la puerta. –El almuerzo ya está servido, mi madre me pidió que te avisara.
-Ah ok, gracias. –Salí del cuarto y cerré la puerta de este, viendo que detrás de Donghae estaba su pareja, Eunhyuk.
Los tres empezamos a caminar hacia al comedor.
-Por cierto Luhan, ¿Qué edad tienes? –Me pregunto Eunhyuk.
-Tengo veintiuno.
-Oh, igual que nosotros. –Dijo esta vez Donghae.
Llegamos al comedor donde estaba sentada la reina en un extremo de la mesa rectangular, Sehun estaba sentado a un lado de ella. Donghae y Eunhyuk me dijeron que me sentara al lado de Sehun, ellos se sentaron al frente de nosotros, y el rey llego unos segundos después, sentándose en el otro extremo de la mesa.
En la mesa cada uno tenía servido un plato de Albalón en lecho de lechuga, y yo lo único que pensé respecto a eso fue: un chino viaja a Corea, teniendo en mente que podrá probar platos de la gastronomía coreana, pero lo primero que le sirven es un plato chino. Aunque no dije nada al respecto, no quería ofender a la familia real de Suwon de ninguna de ninguna forma, imagino que el rey y la reina quieren que me sienta cómodo este primer día en Corea.
Durante el almuerzo se dedicaron a hacerme preguntas como: ¿Qué tal es China? ¿Y cómo vivias tu en ella? ¿Has ido a conocer la Gran Murala China? ¿O la Colina del Tigre y La Pagoda inclinada, El Puente de los 17 Arcos, la Torre de la Campana, la Ciudad Prohibida?
Todos me hicieron alguna pregunta, excepto Sehun, que ses mantuvo todo el tiempo comiendo con la mirada baja.
Después de que comiéramos la reina nos informó que íbamos a hace un pequeño recorrido por la ciudad. Fuimos a la fortaleza de Hwaseong, a Yeonmudae, que era donde hace siglos se entrenaban a los militares, al Templo Yongjusa y finalmente fuimos al Arboreto Mulhyanggi.
Cuando volvimos a la casa todos estábamos bastante cansados, comimos una cena rápida y cada quien se fue a su propio cuarto. Ya en el pude sentir el olor de personas que estuvieron es mi cuarto, revise las lacenas de la cocina y estas tenían algo de comida, fui al cuarto y mi ropa ya estaba completamente guardada en el armario y en algunos cajones había toallas, me tome unos pocos minutos para ordenar todo como yo quería que estuviera, luego tome unas toallas para dirigirme al baño, notando que en este también había productos de aseo y el shampoo que yo traje de China.
Me di una corta pero relajante ducha, después me lave los dientes y me envolví en una gruesa y larga toalla. En el cuarto saque uno de mis pijamas del armario y me los puse. Me metí en mi cama y me arrope, pero al instante sentí unos pinchazos en mis brazos que deje pasar, me relaje completamente, sintiendo como me clavaba algo en toda mi espalda y piernas, además de en la cabeza. Hice un movimiento para correrme a otra parte de la cama, pero volví a sentir el pinchazo en mis brazos y como me clavaba algo en el resto de mi cuerpo.
¡Qué mierda está pasando! -Pensé.