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Conviviendo con el pasado por Miyuchi

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Notas del capitulo:

Como siempre, espero que lo disfruten. 

Ahora tengo más tiempo que antes para actualizar mis capítulos, haré lo posible para terminar la historia y empezar otra nueva de Katekyo Hitman Reborn y espero que esta también tenga tanto éxito como esta

Después de las transformaciones de la décima generación, la primera se encontraba más tranquila, por lo que volvieron a la mansión de primo.


Cuando llegaron, el primero que los recibió fue Cozarto, quien se había dirigido hacia su mejor amigo abrazándole las rodillas y lloriqueando por el maldito papeleo. G veía la escena con una mezcla entre celos y humor.


La mayoría de los guardianes de Giotto, al estar acostumbrados a la ciudad, volvieron a su rutina. Y claro que Giotto también había vuelto con el papeleo.


Dino fue a hacer quién sabe qué en la mansión de los Vongola.


La décima generación, aburrida, se fue a pasear por la ciudad, aunque todos por separado.


Tsuna se había ido a comprar un par de ingredientes para hacer algo de repostería, era lo que mejor le iba si hablábamos de preparar comida.


-Hey, bambino! Tu hai dimenticato questo- dijo cierto vendedor.


Tsuna, al oír eso, giró su cabeza a la dirección del puesto de frutas. El señor le estaba mostrando un melón mientras sonreía. El castaño, apenado, fue de inmediato a donde se encontraba para tomar su compra y despidiéndose con un "grazie mille" y siguió deambulando por las calles del lugar.


De repente, se topó con alguien, logrando que ambas personas perdiesen el equilibrio y cayesen al suelo. Se sobó la cabeza y miró a la persona que cayó junto a él.


Estaba congelado. La persona ante sus ojos, no era ni más ni menos que el fundador de Vindice, Bermuda von Vichtenstein.


-D-iscúlpeme señor- dijo Tsuna parándose y empezando a hacerle varias reverencias al arcobaleno del pacificador sin color.


-Pwahahaha niño, no hay necesidad de tanta formalidad- dijo alegre- soy Bermuda von Vichtenstein, y tú?

 

-T-Tsunayoshi


-Y tu apellido?- preguntó curioso.


-N-No tengo- dijo temblando.


-Pero si deberías de haber heredado el de tu padre, cómo es?


-Y-yo no tengo padres, se encuentran muertos- dijo Tsuna.


-Oh, lamento oírlo, mis más sinceras condolencias- dijo haciendo una reverencia con su sombrero.


Al retirarse, Tsuna suspiró aliviado. Nunca había pensado que Bermuda era tan amable cuando aún no era el arcobaleno del pacificador sin color.

 

" Lo siento mamá, papá..... Acabo de matarlos" pensó Tsuna mientras seguía con sus compras.


Después de pasar un rato caminando, tomó un pequeño descanso cerca de una fuente.


Veía a las personas deambulando tranquilamente por el lugar hasta divisar una figura conocida, era Hibari! El azabache al notar que Tsuna lo estaba mirando, frenó su andar y esperó a que se le acercara.


-Qué coincidencia haberte encontrado aquí, Hibari-san- dijo sonriendo el castaño. Hibari no dijo nada y simplemente vio las bolsas que llevaba el menor.


-......


-mm?- preguntó Tsuna dirigiendo la mirada a donde veía el pelinegro- ahh, acabo de comprar algunos ingredientes


De repente, pasó cerca un vendedor de helados. A Tsuna le salían estrellas de los ojos, él quería uno, pero le daba vergüenza que su guardián lo viera, ya que piensa que Hibari se burlaría de él por ser tan infantil.


Hibari al notar lo que miraba Tsuna, fue a comprar un helado de vainilla y chocolate para luego dárselo al menor, claro que primero tomó las bolsas que llevaba.


Tsuna, atónito, se sonrojó al pensar que fue descubierto por Hibari. Pero eso no le importó mucho. Comió felizmente su helado mientras se sentaba en la fuente junto con su guardián.


-Terminé!- dijo alegremente Tsuna. El helado sí que era una de las maravillas de Italia.


El castaño tenía migas del cono del helado y también parte del postre cerca de su labio. El pelinegro suspiró, tomó el mentón de Tsuna y pasó su dedo por lo que quedö del helado para luego comerlo. El castaño se sonrojó con tal movimiento, haciendo que Hibari quedase satisfecho.


-Herbívoro, vámonos- dijo agarrando las compras y parándose- acaso no quieres volver a la mansión?


-Eh? Sí, sí- mientras seguía a su guardián cuando este comenzó a caminar.


Durante el camino, hubo un silencio que ninguno de los dos rompió. Sin embargo, no les incomodaba el silencio, más bien, era lo contrario. Ambos lo estaban disfrutando.

 

Todo era perfecto hasta que regresaron a la mansión. Era tan silencioso, Hibari se había ido a patrullar después de dejar a Tsuna en casa. Él pobre castaño era el primero en llegar a casa. No encontraba a ninguno de sus guardianes y la primera generación estaba ocupada con sus asuntos y con varias reuniones con otras familias.


Tsuna fue hacia la cocina, y empezó a sacar todo lo que había comprado hoy para hacer algunos postres que creía que de seguro animaría al resto.


Después de un buen rato. Giotto y sus guardianes terminaron sus reuniones y el resto de la décima generación había vuelto a casa. Ambas generaciones se reunieron en el gran salón para relajarse.


Escucharon un sonido proveniente del comedor, se dirigieron hacia el lugar, y encontraron a unas personas con unas armas pero más importante aún, Dino se encontraba en el suelo herido.


Todos se supieron en posición de ataque.


-Jajaja qué estúpido, creen que podrán derrotarnos? Somos una familia aliada de Tomaso, somos los mejores luchadores de esa familia, somos Lattuga- dijo un moreno sacando un revólver- y yo soy el jefe de esa familia, Massimo Lattuga. Vengo a darte un regalo, Primo- y disparó donde se encontraba Tsuna.


Pero Tsuna nunca recibió la bala ya que Giotto lo cubrió con su manto.


-Yo soy Primo, así que no metas a los demás en esto- dijo serio y sus ojos cambiaron de color.


-Jajajaa.....- dejó de reír y afiló sus ojos Massimo- como quieras..- y chasqueó sus dedos. Detrás de él, aparecieron varios hombres son trajes idénticos.


Todos se encontraban luchando, hasta que acorralaron a Giotto y este no tenía escapatoria. Massimo sonrío mientras alzaba su revólver susurrando:


-Arriverderci Primo Vongola


-Ne, qué estúpido. Acaso no sabes que tengo mi manto?

 

-JAJAJA..... ne, Vongola, acaso no sabes que estas son unas balas especiales? El rubio al que me había enfrentado no duró mucho con ellas- Giotto abrió sorprendido sus ojos y el moreno apretó el gatillo.


Giotto esperó la bala que nunca llegó. Delante de él se encontraba Tsuna recibiendo la bala. Tsuna miró a Primo y le sonrío diciendo:


-Ahora estamos a mano, no es así Giotto-san?


-TSUNA!!- y todos miraron hacia el castaño.


-Vaya, vaya, al parecer esa copia de Primo es muy valioso para todos ustedes... Entonces esto será más divertido- y disparó otras dos balas.


En ese momento, algo se había quebrado.


Massimo recibió un golpe en su barriga para caer al suelo y para recibir varios más en la cara por parte de Hibari.


Luego, Mukuro no reía ni sonreía, simplemente sussurró un " experimenta los seis infiernos" mientras se acercaba a Hibari.


Yamamoto dejó de sonreír despreocupadamente y afiló sus ojos. Tenía su katana a mano.


Gokudera llamó a emergencias y se dirigió donde se encontraba el resto.


Todos ellos desprendían una gran cantidad de llamas.

 

Todos miraron asombrados por la escena, Giotto salió de su shock y llamó a Knukles para que se encargara de Tsuna.


-Apártense- dijo Giotto con voz de ultratumba.


La décima generación cumplieron la orden con molestia.


Primo miró el estado en el que se encontraba Massimo, lleno de golpes, moretones, sangrados y temblando. Lo miró con indiferencia y dijo:


-Te mereces más que esto. Sin embargo, Tsuna no quisiera que alguien muriese por su culpa y tampoco está en mis principios asesinar- agarró la corbata del jefe de los Lattuga y lo atrajo hacia su cara- más te vale decirnos quién te ha dado esas balas


-L-las creamos nosotros


-Entonces más te vale destruir todas y descontinuarlas, porque, ya sabes, podrías perder tu vida


-S-sí señor- y Giotto utilizó su Zero point Breakthrough. Miró a los subordinaos de Lattuga- llévenselo. Y dile que nunca aparezca más ante mi vista- lo que hicieron con sumo cuidado.

 

Luego de recuperar algo de sus fuerzas, Tsuna abrió sus ojos, encontrándose con todos mirándolo preocupados.


-Lo siento Tsuna, esto es todo mi culpa- dijo Giotto. El castaño sonrío.


-No te preocupes Giotto-san. No me sucede nada- y notó que no solamente Primo sintió culpa, también el resto- ne,ne, acabó de preparar algunos postres, por qué no lo compartimos entre todos? Se encuentran en la cocina en la mesa que está al lado del horno


Luego de que todos tomasen parte d lo que había preparado el castaño, fueron a la enfermería para comer junto a él.


-Juudaime, abra su boca- dijo Gokudera con un pedazo de tiramisú.


El peliplateado fue empujado por un Giotto en modo madre gallina con un pedazo de zuccotto entre sus manos.


-Vamos Tsuna, tu querido hermano mayor te dará un poco de zuccotto- dijo Giotto, quien fue empujado por Daemon.


Daemon fue empujado por Mukuro, y Mukuro por Hibari.


Comenzando otra pelea entre ellos involucrando al resto de los guardianes.


Tsuna miraba divertido la escena, todo parecía más tranquilo, aunque quería saborear algo de lo que había preparado. De repente, aparece Alaude a su lado con un pedazo de ferratella y se lo da.


Satisfecho, el castaño sonrío tranquilamente.


-Siento que nos estamos olvidando de algo...- murmurró para sí mismo.

 

En el comedor, aún se encontraba Dino todo golpeado, en una posición que decía " que alguien salve a esta criatura De Dios".

  

 

 


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