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Conviviendo con el pasado por Miyuchi

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Notas del capitulo:

Lo sé, tardé mucho en actualizar pero tengo las finales. Ay, quiero llorar, creo que ya me llevé matemáticas :'c pero vamos a tener un poco de fe para ver si apruebo(?

 

lo que sea, espero que disfruten del capítulo!

 

Era un lindo día, Giotto se había despertado con somnolencia.


Abrió las persianas y bostezó.


De alguna manera, sentía que debía que estar todo el día de hoy con Tsuna. Que debería de hacer algo junto a él, como si nunca más tuviese la oportunidad de volver a hacerlo.


Apoyó su mentón en su mano derecha y se quedó pensándolo. A cabo de un rato, le había dado tanta flojera en pensar el motivo de su corazonada que directamente se había ido a ver a su futuro sucesor.


Este aún se encontraba dormido, por lo que Giotto quiso hacerle una broma. Se acercó al oído del castaño y gritó:


-Despiértate Tsuna!- haciendo que al pobre castaño casi le diera un infarto. El Niño se había caído de la cama y se puso lo primero que encontró diciendo:


-Maldición! Llegaré tarde, por qué no me has despertado antes Reborn!- cerrando sus ojos.


-Reborn?


Tsuna, al recordar que se había quedado atrapado en el pasado, río nerviosamente y le explicó por qué había reaccionado de esa manera.


-Ya veo- le sonrío Giotto- ese tal... Reborn, es una persona importante para ti?


-Lo es, aunque él tal vez crea que solamente soy una molestia- suspiró y sonrío el castaño.


-No pienses eso. Sabes Tsuna, algunas veces, las personas no saben cómo expresar su cariño hacia los demás. Por lo que demuestran su cariño de otras formas.


"Pero qué me dices del entrenamiento espartano, la forma sádica con la que me despierto todas las mañanas y esos apodos de mierda?" Pensó Tsuna.


-Tal vez sea un tsundere?- y el castaño miró al rubio con una cara de " en serio?".


Se quedaron unos segundos mirándose y se echaron a reír.


-Ven Tsuna- dijo Giotto saliendo de la habitación.


Llevándolo hasta la oficina de Primo, éste le señaló una zona que se encontraba en su escritorio. Puso su mano sobre ella y prendió sus llamas del cielo, haciendo que aparezca un picaporte que desde luego abrió.


-Este es mi lugar favorito para esconder cosas que me gustan- sonrío y sacó unas golosinas. Tomó unos caramelos y los lanzó hacia Tsuna.


-Giotto-san, por qué me muestras esto?- dijo el menor abriendo el envoltorio.


-Bueno...- dijo rascándose la mejilla- tal vez sea porque...


BAAMB


Se oyó el sonido de las puertas abriéndose de repente.


-GiOTTO! TSUNA HA DESAPARECIDO!- dijo G.


-PRIMO, LE SUPLICO QUE AYUDE A ENCONTRAR A JUUDAIME!- gritaba Gokudera mientras tiraba de sus pelos plateados y caminaba en círculo.


Ambos guardianes del cielo pensaban que estaban exagerando la situación, y que de seguro los guardianes de la lluvia se estaban encargando de tranquilizar a todos, que los de la nube estaban descansando por ahí, los de la niebla riéndose del estado de los de la tormenta y que los guardianes sobrantes de Giotto estaban esperándolos a todos para la hora del desayuno.


Claro que pensaban que eso sucedía, pues que claro que no era así, o sea, gente, piensen, si Tsuna desaparece, nadie estaría así de tranquilo!


-GIOTTO! Tsuna no se encuentra en el jardín al extremoo!- gritó Knuckle.


-El grandioso Lampo-sama no ha visto a Tsuna en las profundidades del jardín- comentó Lampo lleno de hojas.


-Giotto! Esto es malo, Yamamoto y yo revisamos por todas las habitaciones de la mansión y no vimos a Tsuna- decía Asari con una mirada seria justo como la del otro guardián de la lluvia.


-Chicos... Tsuna- y antes de que Giotto dijese algo, los guardianes de la nube habían ingresado a la habitación rompiendo las ventanas. Y no estaban solos, sino junto a los de la niebla.


-No hemos encontrado al muchacho por toda la ciudad- dijo Alaude intentando recuperar la compostura.


-Usa tu sentido para decirme en dónde se encuentra el hervívoro- dijo Hibari jadeando de cansancio.


-aunque no me gusta estar en de acuerdo con la alondra, hazlo, usa tu instinto y dinos en dónde está- dijo Mukuro sin sus típicas risas.


-Exactamene lo que dijo- agregó Daemon con sus ropas desaliñadas.


-Mis.... mis ventanas- susurró Giotto mientras se hacía bolita y se dejaba caer al suelo.


Oh, pero saben? Esto no termina aquí, aparece Dino con su látigo gritando:


-Maldito Giotto! Sabía que no debía confiar en ti! Te has robado a mi hermanito para ti solo, no? Maldito


Y todos dirigieron su atención hacia Primo con una mirada que decía " en dónde lo escondiste? Maldito pedófilo".


-O-oigan, estoy aquí- decía un nervioso Tsuna parándose de donde estaba.


De repente, todos se calmaron e iban a seguir con sus rutinas como si nada hubiese pasado. Hasta que Tsuna gritó:


-E-esperen. Sé que deben de estar ocupados, pero quiero que estemos el día de hoy todos juntos. No sé por qué, pero mi instinto me lo dice..


-El mío también- dijo Giotto apoyando su mano en el hombro del menor y le sonrío para luego mirar al resto- entonces, pasemos un día juntos, sí?


Dentro de unos minutos, todos se encontraban deambulando por las calles de Italia.


Iba a ser un lindo día con todos juntos, no? Íbamos a pasarla muy bien, no? Nada malo sucedería, no?


Eso se repetían Tsuna y Giotto huyendo, junto un par del resto, de una multitud de mujeres.


Aham, las hienas se encuentran en todos lados, no importa en dónde y en qué tiempo estén, siempre están presentes.


El ataque fue inesperado, en el primer movimiento de las mujeres, ya habían perdido a Knuckles y a Lampo.


La armada de los Vongola intentaron mantener la formación e huyeron lo más rápido que podían después de reaccionar. Sin embargo, sufrieron la pérdida del teniente de pelo rojo, G, y al flautista, Asari.


Ya era demasiado tarde para salvarlos, algunos se lamentaron de no poder salvarlos, pero no querían arriesgar a más gente.


-Friki del baseball por qué demonios te pones serio en un momento como este, eh?- gritaba Gokudera a quien generalmente sonreía.


-Gokudera, cómo puedes decir eso? Hemos perdido a Asari, él me caía realmente bien- suspiró Yamamoto con tristeza.


"Acaso no piensas en G o en el resto?" Más de uno pensó eso.


-Tch, lo que se- antes de que Gokudera dijese algo, éste se encontraba siendo succionado por las hienas, y antes de que cayera por completo, agarró la manga de Yamamoto susurrando un :


-Si yo caigo, alguien caerá conmigo- con una frívola sonrisa.

 

-.... jaja, oh mierda- dijo Yamamoto mientras era consumido por las mujeres.

 

Dos menos señores, dos menos! Pobres Vongola! Lamentables! Miren lo que han de sufrir.


Después de un rato escapando, los guardianes de la niebla han desaparecido del campo de batalla. Arrastrados al mar de mujeres? Desapareciendo en la multitud de gente normal? Quién sabe, ahora solamente quedan cuatro personas.


Antes de que el enemigo avanzara, los guardianes de la nube notaron que no habría salvación.


-Primo, sabes lo que sucederá?- preguntó Alaude.


-Ne, Alaude, dejemos que ellos dos escapen- sonrío Giotto.


-Qué?- preguntó sorprendido Tsuna.


-Tsuna, sálvanos, sigue tus instintos, y sálvanos a todos desde la base de las señoritas- sonrío Primo- Hibari, llévatelo, nosotros distraeremos al resto


Y así sucedió, Hibari tomó a Tsuna entre sus brazos y saltó por los árboles.


Giotto, al ya no poder ver con claridad la silueta de ambos, frenó agarrando el brazo de su guardián y le sonrío.


-Me cansé de correr- dijo como si nada Primo.


-Por qué me arrastras a esto?- dijo algo molesto Alaude.


-Porque es más divertido si estoy en compañía de alguien- sonrío y se dejó llevar por las hienas- si yo muero, tú lo harás conmigo


Un par de soldados se han sacrificado para salvar a los que seguían escapando. Los sobrevivientes se encontraban aún huyendo, intentando alejarse lo más posible del lugar para estar asegurados de que no hubiese moros en la costa.


Tsuna se encontraba aferrado al cuello de Hibari, haciendo todo lo posible por no soltarse ya que el miedo de caerse era grande.


Hibari, al notar que el castaño no se sentía a gusto, detuvo su andar y lo bajó.


-Qué haremos?- preguntó el azabache mientras cruzaba los brazos.


-Si supiera, ya estaríamos todos en casa- susurró Tsuna. Lo que luego se arrepintió de hacerlo ya que fue oído por el otro- bueno, Giotto-san ha puesto su confianza en nosotros, ne? Creo que lo mejor sería entrar por el cuartel de las mujeres y rescatarlos a todos, pero.... cómo lo haremos?


-Herbívoro, acaso el bebé no te ha enseñado nada sobre estrategia?


-e-eh? S-sí lo ha hecho, p-pero no sé cómo aplicar eso en estos momentos- dijo Tsuna demasiado nervioso, ya que se encontraba con Hibari.

 

El guardián de la nube suspiró, se acercó a Tsuna y le preguntó qué deberían de hacer.


-Pues deberíamos infiltrarnos, pero no sé cómo lo lograríamos- dijo sonrojado.

 

-vístete de mujer

 

-Qué??- preguntó Tsuna con la cara aún más roja que antes.

 

-precisamente lo que has escuchado- dijo el guardián- te disfrazarás como una de esas féminas y me llevarás como rehén. Esa es la mejor manera de entrar


-P-pero cómo me veré como una niña- dijo Tsuna.


Hibari sonrío, tomó de la barbilla al castaño y se acercó a su rostro. Lo miró fijamente mientras que el otro se encontraba rojo como un tomate.


-eso no es tan difícil- y amplió su sonrisa al ver las reacciones adorables del otro- vamos a por un vestido, con eso ya bastará- y otra vez tomó almcastaño de forma nupcial para volver a la mansión de Giotto.


Ahí, los sirvientes le entregaron un hermoso vestido rosa, sencillo pero bonito.


Tsuna parecía haber salido de un cuento de hadas. Aunque tuviese el cabello corto, parecía una linda muchacha, pura e inocente. Sus zapatos negros se complementaban con sus medias blancas que llegaban hasta sus muslos. Parecía un ángel.

 

Hibari no pudo evitar sonrojarse, por lo que simplemente se tapó la cara por pensar que se veía humillante al encontrarse en un estado así.

 

-Herbívoro, tómame de la mano

 

-eh?- se sonrojó Tsuna.

 

-Tienes que parecer como si me habías capturado


-cl-claro- y tomó la mano del azabache. Luego, ambos se dirigieron hacia El Centro de la ciudad, en búsqueda de algún multitud de hienas para que los dirigieran hacia su morada. Sin embargo, en el fondo, ambos sabían que esto solamente era una excusa para estar juntos.

 

Las féminas no tardaron mucho en creer la situación de que Tsuna había atrapado a Hibari. Por lo que ambos fueron rápidamente conducidos hacia la base del enemigo.

 

Tsuna no sabia si sentir alegría por poder salvar a sus amigos, o tristeza por ser confundido tan rápido con una niña.


-Maldita sea! Cuándo nos dejarán salir?!- se podía oír a Gokudera gritar mientras pateaba a la celda de donde se encontraba junto al resto.


-Cállate mocoso, mejor usa tu cerebro en vez de tu cuerpo- decía G sentado en una esquina.


Era realmente curioso el que unas mujeres tendrían unas celdas, era increíble ver lo que podrían llegar a tener. Aunque eso no era lo importante en este momento.

Cuando una de ellas abrió la puerta de la celda, Tsuna hizo un movimiento rápido para arrebatarle las llaves para luego decirle a sus amigos que salgan.

El resto de las mujeres, sabiendo que no lograrían mantenerlos solas, se fueron para reunir refuerzos.


-Esta es nuestra oportunidad de escapar- dijo Tsuna.


Los demás, aparte de Hibari, se quedaron mirando al castaño fijamente.

Giotto se le acercó, lo tomó de sus hombros, y miró fijamente a su futuro sucesor.


-TSUUUNA QUÉ ADORABLE TE VES- dijo flotando sus cachetes con los del castaño.

 

-eh?- dijo un sonrojado guardián del cielo para luego mirar a los otros.


Mukuro intentaba parar su sangrado mientras le señalaba un pulgar arriba al castaño.


Gokudera ya había caído desangrado como Lampo y Knuckles.


Y los demás se encontraban sonrojados.

 

algo normal? 

 

Tal vez, pero podemos confirmar que era algo muy esperado.

 

-Y cómo escaparemos?- preguntó un entusiasmado Dino con un hilo de sangre corriendo por su nariz, del que por cierto, nadie notó su presencia, ni siquiera su escritora se había percatado.


-N-no planeé eso- dijo Tsuna intentando no verle a los ojos ya que se sentía culpable consigo mismo.


-Pero yo sí- dijo G mientras tocaba las paredes del cuarto- me he percatado de que este lugar es muy antiguo, por lo que se destrozaría fácilmente. Sin embargo, no sé dónde es más vulnerable- y miró a los guardianes del cielo- puedo confiar en sus instintos?


Ambos sonrieron, se dejaron llevar y luego llamaron a todos los guardianes para juntar sus fuerzas en una zona, destruyendo la pared.

 

Deberián de sentir culpa por destrozar propiedad ajena, pero esta vez tenían una buena razón para hacerlo.


Más tarde, cuando todos regresaron a la mansión Vongola, Tsuna suspiró de cansancio, hoy había sido un largo día.


-Ciao, Dame-tsuna- dijo un apuesto hombre con fedora que se encontraba bebiendo un expresso. A su lado, se podía ver a un asiático con un traje rojo, un rubio con un traje militar y a un hombre con una bata blanca.

 

-R-Reborn??


-mmm, sabía que eras todo un bishounen pero quién diría que te quedaría tan bien un vestido?

 

-HIIIIIEE

 

 

 

 

 


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