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Conviviendo con el pasado por Miyuchi

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Notas del capitulo:

Disfruten del último capítulo que, creo, actualizaré así de rápido, por ahora, ya que comenzaré las clases otra vez, deséenme fuerte! La necesitaré si quieren que sobreviva

Al día siguiente, Mukuro y Kyoya estaban en una de sus típicas peleas, todos los miraban asombrados, estos dos eran unos demonios y no debían pelearse con ellos ni en sus sueños.


Tsuna buscaba a los dos que estaban peleando para ir a comer, tenía que mantener un ojo encima de ellos para que no causaran tanto alboroto, no debía darle tanto papeleo a Primo. Vio a un montón de estudiante rodeando algo y escuchó el choque de aceros, se acercó por curiosidad y se llevó la grata sorpresa de encontrarlos al ver un peliazul con un peinado de piña y a un pelinegro.


El castaño no esperó y se metió entre el cúmulo de gente, cuando consiguió salir vio como sus guardianes peleaban, los intentó llamar pero no hubo forma, ya resignado, y con hambre, utilizaría el método más peligroso, se acercó a la pelea ignorando los gritos y advertencias del resto.


Los dos que peleaban ne se habían dado cuenta de lo que pasaba, el castaño se acerca e hizo lo que nadie en el mundo haría, jaló de las prendas de ambos, interrumpiendo su batalla. Claro que los guardianes no golpearon ni hicieron algo parecido a Tsuna, pero obviamente porque era él y no otro, lo miraron y esperaron a que dijese algo.


-Vayamos a comer junto al resto, ne?- dijo Tsuna con una expresión algo preocupada debido a que estaba exponiendo su vida al peligro, y que esta vez no era a causa de Reborn, y de repente, le salieron unas lágrimitas por el miedo. Luego, al pensar que todos los veían de esta forma, se avergonzó y se ruborizó.


Hibari y Mukuro se mandaron una mirada de odio mutuo y asintieron para luego seguir a Tsuna, dejarían su disputa para otra ocasión.


El público miro boquiabierto el espectáculo, el pequeño castaño tenía bajo control al violento y temible jefe del comité disciplinario y el tenebroso y perverso jefe de los delincuentes, nunca deberían de meterse nunca con el castaño, claro que solamente lo tomaron en cuenta los que se encontraban ahí.

 

Después de unos pocos minutos, llegaron a la azotea. Para Tsuna, el lugar era especial por tener una vista tan maravillosa de Italia, las calles rocosas, los edificios, las alegres personas deambulando por el lugar que descubrió en su primer día de clases. Lo más raro había sido que a los demás no les parecía extraño que unos niños fueran solos a la azotea pero bueno, mejor para él y sus amigos.


-Buenos días Juudaime- le sonrió Gokudera con los ojos brillantes.


-Buenas Gokudera-kun- dijo para luego sentarse.


-Jaja buenas Tsuna, quieres jugar baseball?- preguntó Yamamoto mientras tomaba algo de leche.


-Lo lamento Yamamoto pero con el tamaño que tengo actualmente, no creo que pueda jugar contigo- dijo el castaño.


El pelinegro escupió todo lo que había tomado y empezó a quedarse en voz alta.

 

-Maaa Tsuna no quiere jugar conmigo! Tsuna eres un malvado, por qué no quieres jugar conmigo?- dijo mientras sacudía sus brazos.

 

-Cállate friki del baseball- gritó el peliplata- cómo te atreves a insultar a Juudaime y a acusarlo de malvado!!- gritó mientras le mostraba sus puños a Yamamoto.

 

-Y-Yamamoto-kun, yo no he dicho que no quisiera jugar contigo, acaso no me estabas oyendo?- dijo algo alarmado Tsuna, intentando calmar a su amigo.

 

-Hm, por hacer tanto alboroto, los morderé hasta la muerte- dijo Hibari sacando sus tonfas.


-Kufufufu- río Mukuro mientras seguía comiendo.


Yamamoto no se calmaba, al contrario, sus quejidos crecían por segundo, no quería escuchar a nadie. Y si gritaban, el pelinegro se tapaba los oídos diciéndole a los chicos cosas como "Lalalalala no voy a escucharte" o "Juega conmigo!!". Y como los dioses querían tanto al castaño, Gokudera le seguía gritando a Yamamoto mientras Tsuna retenía a Hibari para que no molestara a uno de sus mejores amigos.


-M-Mukuro, ayúdanos por favor, te necesito- dijo exaltado Tsuna, intentando esquivar los golpes de Hibari. Y cuando lo dijo, los golpes de Hibari se volvieron más veloces y más fuertes que antes y se estaban dirigiendo a Mukuro.


-"Qué lío!! Los chicos se están peleando a muerte, Gokudera no logra aún tranquilizar a Yamamoto, quien se encuentra gritando y quejando como..... Lambo"- pensó Tsuna. El castaño suspiró y miró al cielo- Cómo se encontrarán ellos?


"Época del Noveno Vongola"

*Un par de días atrás*

-Mira lo que has hecho, vaca estúpida- dijo Reborn después del escándalo de la bazooka de los 10 años.


Lambo, al escuchar la voz del hitman, dejó de lloriquear.


-Ya han pasado 5 minutos y aún no regresan, todo por tu culpa- dijo Reborn mientras tomaba unas de las piernas de Lambo y la levantaba. El niño intentó de zafarse del agarre pero no lo logró.


-Mía!!??! El gran Lambo-sama no tiene la culpa de nada, tú fuiste el que le disparó hacia la dirección de Tsuna- se defendió Lambo.


-Pues yo solamente me defendí alejándola de mí- dijo sonriendo Reborn mientras sus rizos se encontraban rebotando.


-"Sí, claro, y yo soy el hada de los dientes"- pensó con sarcasmo el niño con el disfraz de vaca.

- Pues no sabía que lo eras- dijo él mientras sacudía a Lambo- Chrome, llama a Shoichi, Spanner y a Giannini, diles que ha sucedido una emergencia

Y la muchacha se retiró.

-S-suelta al gran Lambo-sama maldito- dijo un mareado Lambo.


-No quiero


Ryohei veía la escena con una sonrisa.


-Tengo.... que... calmarme- y antes de que siguiera, estalló en otro llanto.


Ryohei agrandó su sonrisa.


-Son tan apasionantes. Qué buena atmósfera al EXTREMO!


-Después tendrás tu castigo por el escándalo que has causado- y un brillo apareció en los ojos del hitman.


"Y esto qué?" Se preguntó Emma mientras se sentía preocupado por las cosas que le hacían hacer a Tsuna con un tutor tan sádico.

 


*Actualmente en el laboratorio Vongola*


Lambo se encontraba comiendo un par de caramelos de uva hasta que de pronto estornudó.


"Quién estará hablando de mí" pensó el chico vaca mientras se limpiaba su moco con sus mangas.

En frente a él, se encontraban los todos los científicos e ingenieros de Vongola, haciendo lo posible para reparar el arma.


-Cómo van con la reparación de la bazooka?- preguntó Reborn.


-Se encuentra mejorando de a poco- dijo Shoichi mientras temblaba de miedo- aunque falta mucho tiempo para repararla por completo


-Oh, y si quieren probarla en alguien, utilicen a la vaca


-Creí que lo trajiste para mantenerlo vigilado- dijo Spanner mordisqueando otra de sus paletas- y no para que sea nuestro sujeto de pruebas


-Claro que no- dijo Reborn- también está Dame-Dino y Varia

 


*Tiempos de Primo Vongola*


Tsuna miró a sus amigos, suspiró de vuelta, "acaso no pudo tener una vida más pacífica? " Sin embargo, luego se retractó de lo que pensó. Si hubiese tenido una vida normal, de seguro no hubiese conocido al resto, de seguro no habría sido quién es ahora, de seguro no hubiese pasado sus días tan felices como ahora.


Sonrío y dijo en voz alta:

-Chicos, ustedes son muy ruidosos y siempre me meten en un lío- cerró sus ojos- pero es lo que les hace divertidos!


Todos frenaron, intercambiaron miradas, y se fueron a sentar tranquilamente en el suelo para continuar con la comida. Y Tsuna se les unió.


-Abra la boca Juudaime- pidió amablemente Gokudera sosteniendo un trozo de carne con un tenedor. Él quería alimentar a su jefe y a mimarlo. Tsuna cerró los ojos y abrió su boca sin saber para qué, y antes de que el peliplata introdujera la comida dentro de la boca del castaño, cierta piña interfirió poniéndose al medio de ambos.


Y al haber alcanzado su objetivo, posó orgullosamente triunfante. Sin embargo, le quedó salsa en su mejilla.


-Kufufufu Tsunayoshi-kun, tengo algunos pockys, quieres comerlos- dijo Mukuro mientras ya se metía uno a la boca. A Mukuro no le disgustaba casi nada cuando se trataba de comer, le interesaba probar nuevos sabores, pero prefiería a los pockys sobre todo.


-Maldito bastardo piña! Qué insinúas con Juudaime- gritó Gokudera lanzándole dinamitas no sólo por arruinar su momento con Tsuna, sino también por querer robarle lo que quería hacer con él.

Más tarde se les unió Yamamoto cuando acabó su almuerzo, intentando calmar al dúo. Aunque no dijo nada, ya que tenía la garganta algo seca, antes había escupido toda su leche, por lo que se quedó sin nada para acompañar a la comida, y únicamente hacía movimientos con la mano.


-Etto....- Tsuna no sabía qué decir, no entendía lo que había ocurrido.


-Herbívoro- llamó Hibari. Tsuna, temerario de lo que le podría pasar, giró lentamente su cabeza y antes de que preguntara qué necesitaba de él, el pelinegro le metió un pedazo de omelette a la boca de Tsuna. Y, ya satisfecho, salió de la azotea con una minúscula sonrisa.

 


Después de la comida, los niños estaban en sus pupitres dibujando el tema que requirió la profesora, "Ese soy yo " del que consiste dibujarse a uno mismo en versión animal y qué animales te parecían el resto.

Cuando el tiempo llegó, la profesora fue a ver los dibujos que habían hecho los niños. Y como casi todos eran garabatos que no entendía muy bien, intentó verles la forma del animal a algunos y a otros los felicitó.


Cuando llegó al de Yamamoto le preguntó qué animal dibujó, y él simplemente respondió:

-He dibujado unas pelotas de baseball

-P-ero Takeshi, tenías que dibujar lo que te parecían el resto, incluyéndote- se le cayó una gota y sonrío preocupada.

-Pero dibujé lo que me parecía- dijo algo confundido Yamamoto.


-Pero como animales! No objetos!- gritó ella preocupada por la salud mental del chico. El dibujo estaba llena de pelotas de diferentes colores jugando baseball.


Luego vio el de Gokudera, del que era uno de gatitos caminando juntos, el de un lado era negro y tenía el pelaje algo corto, sonreía alegremente. El del medio era castaño, de un pelaje largo y desordenado, se veía como una esponjosa bola de pelos, este también sonreía. Al otro lado, se podía ver a un gato gris con un pelaje algo largo y lacio, el animal se encontraba intentando de arañar al pelinegro.


Siguió con el de Mukuro, encontrando el dibujo de un par de gatos, uno morado con un parche y otro azul, y tres perros, uno pelirrojo, otro negro y otro rubio aclarado, en un sofá, además de un conejo rosa con un desordenado pelaje que se encontraba entre los felinos. Debajo del sofá, se encontraban otros dos perros cerca del conejo, uno negro y otro gris, y una ave muerta. A la maestra le pareció poco común pero dejaría de pensar tanto en eso.


Más tarde, con el de Hibari, que era el de una pantera durmiendo tranquilamente, y que había un conejo castaño que se había recostado en su estómago.

Y por último, el de Tsuna, que era el de un león rodeado de todo tipo de animales, felinos, roedores, aves, todo se encontraba en él.Y los que se encontraban más cerca del pequeño león anaranjado, eran un erizo con toques morados, dos búhos, uno con detalles morados y otro con azul, un perro de raza japonés, un gato con una mirada de enojo, un toro y un kanguro con guantes de boxear.


Luego de que se acabara el día, tenían que regresar a sus habitaciones, Gokudera y Yamamoto se habían ido antes sin Tsuna, ya que tenían asuntos importantes, Gokudera tenía una reunión con su pandilla y Yamamoto tenía que ir a jugar baseball con un par de niños, a los cuales Tsuna suplicaba que saliesen con vida. Mukuro salió a quién sabe dónde a realizar sus travesuras. Dejando a Tsuna solo con Hibari.


-Apresúrate herbívoro- dijo Hibari, quien se encontraba posado en la entrada del salón con los brazos cruzados.


-Y-ya voy Hibari-san- dijo Tsuna mientras metía todas sus cosas en su mochila y se dirigía hacia el otro. Corrió y se tropezó de con un trapo de por ahí y se cayó de frente, al pasar unos segundos, se sentó en el piso y se quedó callado. Se veía que tenía la frente roja. Quiso llorar por el dolor, intentó calmarse pero unas lagrimitas salieron de sus ojos. Y como el mundo lo quería tanto, Hibari había visto todo. Bueno, por lo menos era mejor que Lambo en esto de calmarse, pensó el al intentar ver algo positivo de esto.


El pelinegro no dijo nada, se acercó a Tsuna para tomarlo con sus manos y alzarlo. Al notar que el castaño se encontraba temblando, le acarició la cabeza.


-Herbívoro, en dónde te duele?- preguntó Hibari.


-L-la frente- dijo Tsuna con la mirada en el piso y empezó a jugar con sus manos.

Y sucedió lo inesperado para el castaño, Hibari besó su frente mientras susurraba un "Ya sanará". Tsuna se encontraba más rojo que el cabello de G, quería gritar su típico "Hiii" pero no lo hizo, en vez de hacer eso, dijo" gracias Hibari-san" y le sonrió al pelinegro.


Luego de que se tranquilizara, Hibari tomó la mano de este y salieron del lugar. Y, aunque Tsuna no se diera cuenta, Hibari se encontraba feliz.


*Viernes*

-Jajaja vamos a regresar, no es emocionante Gokudera?- dijo Yamamoto sentado junto a la ventana del carro.


-Tch, ni que fuera para tanto friki del baseball- dijo Gokudera apoyando su codo en la otra ventana, contemplando el paisaje.


-Jaja Gokudera, no te pongas así, sé que estás enojado porque cuando llegues recibirás el regaño de G por haber explotado una de las canchas de fútbol pero no es razón para desquitarte con todos- sonrío Yamamoto.


-Qué no estoy enojado!- gritó el guardián de la Tormenta- Más encima nunca me inmutaría por el regaño de ese viejo- agregó.


Y continuaron su conversación hasta llegar a la mansión Vongola.

-Bienvenidos de vuelta, jóvenes amos- dijo recibiéndolos Garibaldo abriéndoles la entrada principal. De la cual salió de la nada Giotto radiante, y cuando vio a Tsuna, lo capturó en un gran abrazo y pensó "Por fin, alguien que me ayuda con el papeleo" soltando unas lágrimas de felicidad.

-Tsuna, ya no importa ese maldito internado, llamaremos a un tutor particular y problema resuelto, ne G?- dijo mirando a su mejor amigo con los ojos llenos de esperanza.

-.....- el mencionado evitó a Giotto y miró a cierto peliplata- Mocoso, no te había dicho que no destrozaras nada?


-Hmp, fue solamente un campo- dijo cruzándose de brazos Gokudera- viejo de color rosa...


Y comenzaron otra pelea que fue ignorada por el resto.


-Cómo te ha ido, Yamamoto?- preguntó Asari.

 

-Fue más interesante de lo que creía- dijo mientras ponía sus manos detrás de su cabeza.

 

-Nufufufu, alguien ha molestado a Tsunayoshi-kun- dijo Daemon.


-Kufufufu claro que no- dijo Mukuro.


-Has hecho tu trabajo?- dijo Alaude en modo de saludo.


-Hm- dijo Hibari, en modo de afirmación.

 

-Vayamos adentro- dijo contento Asari, y todos estuvieron en de acuerdo con él.


Después de disfrutar todo un día juntos, cada quién se fue a dormir. Hasta que un ruido los despertó. Todos se dirigieron a la sala donde provenía el sonido encontrándose con Gokudera con el aspecto de cuando tenían 15 años.

 

-Hiiiiii- dijo Tsuna- Gokudera-kun, te encuentras bien?- dijo ladeando adorablemente su cabeza.

 

Y de repente, el peliplata tuvo una hemorragia.

-C-claro Juudaime- dijo sonrojado.

 

"Esto es fácil de confundir con pedofilia" pensaron el resto.

 


-Un momento, si Gokudera-kun se transformó a como cuando tenía 15, eso significa que tarde o temprano, nosotros pasaremos por lo mismo?- pensó en voz alta Tsuna-Qué bien!- sonrío. Y toda la décima generación coincidieron con él, a diferencia de la primera, ellos no querían que los adorables niños desaparecieran.

 


En medio de su depresión, a Giotto le surgió algo por la cabeza.

 

-G! Como las transformaciones de cada uno pueden ser pueden suceder en cualquier momento, es mejor que dejen de ir al internado y se queden en casa con algún tutor particular o algo así, ya que si se transformaran en ese lugar, armaríamos un caos y levantaríamos sospechas, y deberíamos quedarnos en la casa de verano de Asari, sería malo que los sirvientes vieran a los muchachos crecer con tanta rapidez, los volverían locos y qué pasaría si uno de ellos es un topo?- dijo Giotto con todos los puntos a su favor, sonrío al saber que el mundo lo amaba, sus deseos se cumplían siempre- Además podríamos dejar el papeleo para luego y disfrutar de unas vacaciones...

G suspiró.

-¿Y cómo se supone que ejecutamos lo del tutor si quieres que nos escondamos en la casa del raro de la flauta?

 

-Pues quitemos lo del tutor del plan y listo- defendió Giotto, y Tsuna no podría estar más feliz con eso.

 

-Está bien, tú ganas, pero el papeleo lo tendrás que seguir completando, podría mandar a alguien para que nos lo traiga-bueno... Sobre lo de que los deseos de Giotto siempre se cumplían....

-Moo pero si mandas vas a formar suposiciones. Además puedes dejar a alguien que los haga mientras tanto


-Tch, bien, dejaremos el papeleo hasta que todos los muchachos terminen de cambiar. Luego volveremos y seguirás con tu papeleo- sip, como lo dije, siempre se cumplían.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Gente bonita, espero que tengan un maravilloso día no como su servidora que morirá pronto en un lugar donde encarcelan a los niños a los que llaman "pupitres", obligándolos a ver cosas que no les gustan, a hacer cosas que no les gustan y a aprender cosas inútiles que nunca utilizarán en su maldita vida... Sí, estoy hablando del colegio.... Buuueno, espero que hayan disfrutado mi última actualización rapida de ahora

 

Cariños

 

Miyuchi


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