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Conviviendo con el pasado por Miyuchi

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Notas del capitulo:

wow! Me emocioné cuando vi que conseguí 6 reviews después de pasarme la tarde escribiendo. 

Muchas gracias a Maria12628, a Ui, LikeBunnies, Miyu, Lu-chan y 1827Forever27 por ser las primeras en dejarme un review! Y como prometí, actualicé lo más rápido que pude.

espero que el resto también me deje algún review, sería muy emocionante ver lo que dicen sobre lo que escribo.

Era una mañana tranquila, Giotto estaba agotado, después de estar un largo día encerrado en su oficina haciendo el papeleo, lo único que quería era dirigirse al gran comedor para tener una agradable conversación y comer pastel. Y estaba seguro que sus dos acompañantes, G y Asari, querían lo mismo, tal vez no lo del pastel pero el resto sí.

 

-Maaa, por qué tengo que hacer tanto papeleo... Pierdo la mayor parte del día haciéndolo- se quejó Giotto mientras bostezaba.

 

-Ma, ma Giotto, no es para tanto- dijo Asari con su típica sonrisa.

 

-Mmm... Pero~

 

-Giotto, no perderías tanto tiempo haciendo el papeleo si no fuera porque intentas de quemar todos los documentos para terminarlo, sabes que tendrás una nueva copia el día siguiente y se te acumulará con los nuevos- dijo G mientras prendía un cigarro.

 

-La vida solamente se vive una vez, no me arrepiento de nada- se defendió Giotto.

 

-Giotto-sama, su sobrino, el joven amo Tsunayoshi se encuentra jugando con sus amigos en el patio- dijo un mayordomo de pelo y bigote gris con unos lentes redondos, hizo una reverencia ante Primo.

 

-Gracias, Garibaldo, puedes retirarte- dijo Giotto mientras se dirigía hacia el jardín con sus amigos.

 

Ya ha pasado unos días desde que la décima generación se instalaron en el hogar de la primera generación.

Para no levantar sospechas por el parecido de los muchachos, a G se le ocurrió decir que eran unos parientes lejanos que vinieron de visita por capricho. Y todos se lo tragaron. Los empleados del lugar ya se acostumbraron a los niños, tal como lo hicieron Giotto y sus guardianes, aunque la casa era más ruidosa que antes, valía la pena.

 


Era un día normal para Tsuna y sus guardianes, estaban jugando en el jardín o mejor dicho peleando en el jardín como ya era normal. Disfrutaban la tranquilidad de sus días sin tener que estar al pendiente de algo, relajados de los quehaceres como guardianes de Vongola. Sobretodo Tsuna, estaba más que contento por no tener que realizar el entrenamiento espartano de Reborn y el maldito y fastidioso papeleo.

 

 

-Cállate, maldito cabeza de piña, a Juudaime le gustan más las fresas- gritó Gokudera mientras le lanzaba un par de bombas a Mukuro.

 

-Kufufufu, perro faldero, a él le gustan más las piñas- dijo Mukuro esquivándolas.

 

-Hm, estúpidos- susurró Hibari, quien se encontraba acostado en uno de los árboles del lugar.

 

-Jaja tranquilos- dijo Yamamoto con su sonrisa de siempre, y como siempre, nunca es escuchado.

 

-En realidad, me gustan ambos- dijo Tsuna con una sonrisa nerviosa. Después de eso, hubo un silencio entre sus amigos.

 

-Pero él prefiere más la fresas, cabeza de piña!- dijo Gokudera.

 

-No quieres admitir que él prefiere las piñas, perro faldero- dijo Mukuro con una sonrisa algo particular. 

 

-Por hacer tanto ruido, los morderé hasta la muerte- dijo Hibari mientras sacaba sus tonfas y se les unía.

 

-Jajaja, vaya, se están divirtiendo mucho- dijo Yamamoto.

 

-..... Sí....- agregó Tsuna.

 


Esto era el paraíso, bueno, no del todo, las peleas entre sus guardianes continuaban pero si la vida te da limones, haz limonada, no?

 

-Buenos días Tsuna, ya es la hora de almorzar- dijo Giotto apoyándose en la puerta.

 

El grupo se dio vuelta al oír la voz de Primo.

 

-Giotto-san- dijo Tsuna mientras corría a abrazar al mencionado. A Tsuna realmente le agradaba la primera generación.

 

Giotto alzó al castaño y lo apretó contra su cuerpo. Él enserio quería tener a Tsuna como su sobrino, hermanito o hijo, era demasiado adorable, quién no se encariñaría con él?

 

-Herbívoro, suéltalo- dijo Hibari mirándolo con una cara de pocos amigos y señaló a Giotto con uno de sus tonfas.

 

-Kufufufu, odio admitirlo, pero estoy de acuerdo con Alondra-kun- dijo Mukuro haciendo lo mismo con el tridente.

 

Y antes de comenzar otra pelea, Tsuna vino a salvar el día.

 

-Ne, chicos, vayamos a comer, sí? Tengo hambre- con una brillante sonrisa.

 

Y ahí, el mejor truco que descubrió Tsuna para calmar a sus guardianes. Sin embargo, no pudo mantener la paz por más tiempo.

Luego llegaron Alaude y Daemon, comenzando un caos total en el jardín. Giotto, al no querer pensar todo el papeleo que tendría que completar después, fue el primero en dirigirse al comedor con Tsuna entre sus brazos. El castaño se encontraba muy feliz porque no era él quien tenía que hacer el papeleo. Aunque debía de admitir e sentía lástima por Primo.

 

Al llegar al comedor no había nadie, Tsuna se sentó junto a su supuesto tío y a esperó a los demás, a los minutos se escuchó alguna explosión y a alguien gritando.

 

-¡ESTUPIDO MOCOSO VEN ACA Y DAME ESA DINAMITA!-se escuchó gritar a G.

 


-¡VEN Y QUITAMELA VIEJO!-le respondió Gokudera.

 

Las puertas del comedor se abrieron de golpe mostrando a un joven peli plateado ya un adulto pelirrojo.

 

-Que lo hagas, mocoso!

 

-Cuando logres quitármela, viejo de pelo rosa

 

-QUE ES ROJO, NO ROSA- dijo G masajeándose la sien- qué harán si ven a un niño con dinamita? Levantaremos sospechas

 

-Claro que no, en la mafia es común!

 

-Buenos días G- dijo Tsuna al sentirse culpable por no saludarlo antes en el jardín.

 

-Buenas- dijo G sentándose cerca de su amigo, y dejó a Gokudera hacer lo que quería con los explosivos, se rindió con él.

 

-G, cuántos papeles debo firmar hoy con la bomba que acaba de explotar y la destrucción del jardín- dijo mirándolos Giotto.

 

-Demasiados- Haciendo que su amigo se deprimiera.

 

Tsuna realmente le estaba dando lástima Primo.

 

-Jaja Gokudera, tengo mucha hambre- dijo Yamamoto, llegaron los guardianes de a Lluvia.

 

-Herbívoros ruidosos- dijeron Hibari y Alaude entrando al comedor.

 

-Yare, yare, demasiado molestos para el gran Lampo-sama, por eso odio a los niños- dijo Lampo mientras entraba con Knukles al lugar.

 

-Aún no han llegado Daemon y Mukuro?- y como si Tsuna supiese cómo invocar demonios, aparecieron de la nada.

 

-Nufufu joven Tsunayoshi, nos has llamado?- dijo Daemon.

 

-Me has extrañado mi querido Tsunayoshi-kun- Mukuro tomó la barbilla del castaño, haciendo que se encuentren frente a frente.

 

Y antes de que el chico de los ojos heterocromáticos haga cualquier otro movimiento, una bomba fue lanzada a donde se encontraba.

 

-No contamines a Juudaime, maldita piña- dijo Gokudera enojado, y empeoró cuando vio que Mukuro lo esquivó.

 

Gokudera pensaba que tenía que casi todos le querían arrebatar la inocencia de su Juudaime, por lo que juró como mano derecha de su Juudaime salvarlo de todo lo que sea considerado una amenaza por el bienestar de Tsuna.


Sin embargo, no solamente Gokudera tenía profundas emociones, también Giotto por los daños que causarían más papeleo.

 

-Ma, ma, qué divertido juego Gokudera, pero no le disten el blanco- dijo con una falsa tristeza- Jaja yo te ayudo- dijo más animado Yamamoto, lanzándole a Mukuro el cuchillo que se encontraba al lado de su plato, que también lo esquivó.

 

Mukuro sonrió con indiferencia.

 

-Kufufufu acaso no pue- antes de que pudiese terminar su oración, Mukuro fue golpeado por una de las tonfas de Hibari. Y ahí comenzó otra pelea, que se les unió primero Alaude y Daemon, luego Knukles, G y Gokudera, por último, entraron Asari y Yamamoto intentando calmar las cosas.

 

-" Qué bien que no soy yo el que se tenga que encargar del papeleo"- pensó felizmente Tsuna mientras bebía otro sorbo de su delicioso jugo de frutas.

 

Luego, el castaño miro a su antecesor, quien se encontraba demasiado serio mirando la escena. Y sin saber qué hacer, dejó su juguito y se quedó quieto y callado como un buen niño.

 

-Oigan, pueden sentarse y desayunar tranquilamente?- preguntó Giotto con una sonrisa olímpicamente aterradora.

 

Los muchachos frenaron y miraron a la persona que lo dijo.

 

Luego, el rubio abrió los ojos y dejó de sonreír, mostrándoles su iris de un color dorado/anaranjado- siéntense- con una voz de ultratumba.

 

Y todos, absolutamente todos, en un abrir y cerrar de ojos se encontraban comiendo el almuerzo.

 

Luego, Primo suspiró y murmurró un "... Papeleo, papeleo y papeleo". Tsuna, al escucharlo, realmente sintió lástima verlo rodeado de una aura oscura, el también experimentó la dificultosa tarea de completar el papeleo. Después de ya hacerlo una vez, tu mente vive pensando en cómo evitarlo, tu sistema nervioso se altera cuando lo mencionan y simplemente consideras cometer suicidio antes de enfrentarte a él.

 

Tsuna se le acercó a Giotto, le palmeó el hombro, sonrío y le dijo:

 

-Giotto-san, si quieres, te ayudo con el papeleo- dijo Tsuna mientras le sonreía con algo de miedo.

 

-Enserio?- exclamó radiante Giotto. Recibiendo un asentimiento por parte del otro.

 

Primo abrazó a Tsuna y comenzó a dar vueltas por todo el comedor. Se encontraba sonriendo y le salían lágrimas de felicidad. En el fondo se podría escuchar el himno de la alegría.

 

-Yare, yare.. Alguien más puede ver esas flores y brillos que rodean a esos dos?- preguntó Lampo.

 

Después, todos dirigieron sus miradas hacia los ilusionistas.

-Nufufufu no haría algo tan estúpido- dijo Daemon, por lo que cambiaron sus puntos de vista hacia Mukuro.

 

-Kufufufu si fuera yo, hubiese hecho esto- y al terminar de decirlo, chasqueó sus dedos.

 

Los guardianes del Cielo detuvieron lo que estaban haciendo y miraron a Daemon, como el resto, y empezaron a reír.

La causa?

Daemon llevaba un disfraz de melón.

 

-Nufufufu, no eres nada malo- dijo Daemon mientras miraba a Mukuro con los ojos llenos de furia- pero ahora estás en mi lista negra- y de repente Mukuro llegaba un traje de piña.

 

Ya llegamos al final del largo y estresante día, Giotto decidió convocar una reunión con sus guardianes.

 

-No puedo vivir así, puedo hacerlo con Tsuna, pero no con el resto de los niños junto a ustedes, causan demasiada destrucción juntos en las mañanas, y sorprendentemente no por las tardes, tal vez ahí ya se les bajaron la azúcar de la sangre- se quedó pensando- Además, mi instinto me dice que sería mejor que ellos actuasen más como unos niños- dijo Giotto mientras apoyaba su barbilla entre sus manos- por lo tanto, he decidido mandarlos al internado Horatio La Cruce.

 

-Mmm no lo sé Giotto, no me gusta la idea de estar alejado de Yamamoto, me he acostumbrado a tenerlo cerca durante estos días- y aunque los otros guardianes no dijesen nada, se sentían del mismo modo.

 

-También lo he considerado, pero creo que sería lo mejor. Además, pueden volver los viernes después de clases

 

-Giotto, has considerado que no todos entienden y saben el italiano?- dijo Daemon.

Y el silencio se formó.

 

-Concuerdo con la idea de Giotto- dijo de la nada Alaude- Y de seguro saben, sí pueden entender a los sirvientes, entonces hay pruebas de que lo entienden.

 

-Nufufufu y si les resulta difícil a algunos?

 

-Estarán en la sección de kindergarden, no creo que la pasen tan mal

 

-Pero estarían en primaria- dijo G, en desacuerdo con la idea de su mejor amigo cuando oyó lo que dijo el guardián de la Niebla.

 

-Digamos que son de 5 años y problema resuelto- dijo gentilmente Giotto- y? Todos en de acuerdo?

 

Como la primera generación, incluyendo a Daemon y a Alaude, se estaban muriendo de sueño por todo el estresante día que tuvieron, así que decidieron ignorar las consecuencias y concordaron con el rubio.

 

 

 

Notas finales:

Si les soy sincera, me identifiqué con el final, así dejo mis cosas la mayor parte de mi vida


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