Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El aroma de las flores por FershuWestfall

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Primero de mayo
Cinco de la tarde

 

Luego de una recuperación milagrosamente rápida, Ren regreso a la florería, listo para llenarse las tardes con arreglos, preparaciones de eventos, y quejas del hombre que le rentaba el local. Aquel hombre, Hibiki, era una persona verdaderamente desagradable, no porque fuera grosero o no le hablará de nada más que del pago mensual, sino que, aparentaba ser una persona agradable y dulce cuando no lo era, y eso era lo que hacía a Ren aborrecerlo, y no solo a él, a sus empleados les pasaba igual.

Esa tarde, Ren estaba acompañando de Reiji y Otoya, quien estaban trabajando en silencio en el taller de arreglos, mientras que él acomodaba diferentes ramos en las estanterías de la derecha, ya que en las del lado izquierdo, iban las flores por tipo, de manera que los clientes pudieran elegir entre ellas para crear sus propios arreglos. Ren siempre había pensado que lo importante al regalarle flores a alguien más, era dar un mensaje directamente desde el corazón, por eso cuando iban clientes a elegir flores, él u otro de sus empleados los asesoraba con la elección de flores, de acuerdo al mensaje que querían dar.

Por supuesto que, no todas las personas tenían el tiempo de ponerse a elegir las flores, por eso estaba el área derecha de la florería, en que ya estaban listos varios ramos para distintas ocasiones, incluidas las disculpas.

—Buenas tardes —Ren se giró al oír esa voz, nunca pensó que vería a esa persona en ese lugar—, estoy buscando a Kotobuki Reiji.

—¿Mikaze-sensei? —Ren pensó que el doctor lucía bastante diferente de sí mismo, para empezar, nunca pensó que lo veía vestido de manera casual, ya que aquel hombre daba la impresión no saber usar otra ropa más que la formal.

—¿Eh? Me temo que me confunde, mi nombre es Kisaragi Aine. —Replico el otro con una sonrisa, Ren, se sintió confundido, podría jurar que era Ai, ya que… ¡Era idéntico al doctor! —. Entonces, ¿Esta Reiji?

—Sí, un momento por favor. —Ren se dirigió al almacén para hablarle al castaño, y durante el trayecto no fue capaz de quitar la cara de confusión, ¿Aquel hombre era el gemelo perdido de Ai o algo así? No tenían el mismo apellido, e incluso podía ver ligeras diferencias en sus rostros, pero… Si es que la voz era la misma—. Reiji… Te busca un tal Kisaragi. —Le dijo al castaño al llegar al almacén, Reiji levanto la vista de inmediato al escuchar ese apellido.

Ren y Reiji caminaron juntos de regreso a la tienda, dejando al pelirrojo con una duda atrás, Otoya se preguntaba porque Ren se veía contrariado, mientras que el castaño parecía estar más que sorprendió, sin embargo, atenía que terminar aquellos encargos esa tarde, por lo que no tuvo la oportunidad de seguirlos para saber quién era ese tal Kisaragi.

De regreso a la parte principal de la florería, Ren veía con los ojos entrecerrados a aquel muchacho, él parecía ser de la misma edad que Reiji, lo que le indico que no era Ai, ya que Ai era menor incluso que el propio Ren.

—No puedo creer que regresaras, Aine, ¿Qué tal Londres? —Cuestiono el castaño con una enorme sonrisa, Aine y él habían sido mejores amigos desde la escuela elemental, pero, habían tenido que separarse cuando Aine tuvo que irse con su padre a Gran Bretaña, lo que sucedió cuando tenían diecisiete años, aunque, habían mantenido el contacto por medio de correos electrónicos.

—Húmedo… —Dijo con una mueca haciendo reír al otro—. Nunca pude acostumbrarme del todo, las cosas son muy distintas. —Le explico ladeando un poco el rostro.

—Bueno, al menos estas de regreso, salgamos en la noche, hay muchas cosas de las que debemos hablar. —Ofreció el castaño poniendo una sonrisa al hacer un ademan con las manos, Ren, que no podía evitar escuchar su conversación mientras terminaba de arreglar las estanterías, se animó a hacer una pregunta.

—Disculpa que los interrumpa. —Se disculpó antes de decir otra cosa—. ¿Pero, tú eres familiar de Mikaze Ai?

—Ah, ¿Conoces a mi hermanito? Hace mucho que no lo veo, me pregunto cómo estará. —Con aquella personalidad que parecía tener, Ren pensó que estaba más cerca de ser hermano de Reiji que de Ai—. Oye, Reiji, ¿Lo cuidaste como te lo pedí?, ¿O el enano revirtió las cosas para cuidar de ti? —Reiji se sonrojo un poco ante las palabras burlescas de su viejo amigo.

—Ninguna de las dos, tu madre se lo llevo lejos luego de que te fueras con tu padre… —Replico el castaño cruzando los brazos—. Pero, hablaremos de eso en la noche.

—Puedes irte antes, es un día tranquilo así que está bien. —Le dijo Ren guiñándole un ojo, Reiji le agradeció con un abrazo para ir a tomar sus cosas e irse con Aine.

Ren podría haber dicho eso, pero, se arrepintió de ello tan pronto como comenzó a hacer el trabajo del otro junto a Otoya, sobre todo, porque era Reiji quien comenzaba las conversaciones cuando estaban en el taller, sin él ahí, no tenía la menor idea de que hablar con el pelirrojo.

—Ren… ¿No te molesta que Masato no estuviera contigo cuando saliste de la operación? —La pregunto del contario lo tomo por sorpresa, Otoya no solía inmiscuirse en los asuntos personales de nadie más, sin mencionar que ya había pasado un tiempo de eso, ¿Por lo que lo preguntaba ahora?

—Sé que estaba ocupado con la premier de su obra de teatro. —Respondió al cabo de unos segundos—. No me molesta que estuviera trabajando, él pago mis cuentas del hospital y estuvo conmigo antes y después, así que no hay una diferencia para mí porque no estuviera conmigo en cuanto salí. —Otoya se puso a pensar en las palabras de Ren, y en el tono de voz que empleo, de alguna manera, le sonó como si estuviera triste por ello, aun cuando decía que estaba bien con la idea.

—Pero, ¿No crees que debió cancelar eso y estar contigo, no eres tu más importante que su obra? —El mismo pelirrojo sabía que estaba yendo más lejos de lo que debía, y aun así, siguió por ese camino, necesitaba una opinión ajena a la suya, y Ren era el único que quizás pudiera comprender.

—No lo creo, creo que estas confundiéndote un poco. Que yo sea su novio, no quiere decir que soy más importante que su trabajo, creo que es una situación distinta, además, es así como Masato se gana la vida, y ha estado haciendo eso desde antes de salir conmigo. —Explico el peli-naranja mientras mantenía las manos ocupadas con un ramo de rosas de varios colores—. Todos tenemos distintas prioridades en la vida, hay personas que trabajan más de lo que deberían porque creen que así pueden complacer los gustos de otros, mientras que por otro lado estamos los que creemos que debemos estar más pendientes de las personas que queremos que de nuestros trabajos. —Otoya nunca lo había pensado de esa forma, Ren tenía razón en eso, cada persona era un mundo distinto y no podía esperar que alguien más se sintiera de la misma forma que él—. Ahora, ¿Me dirás de qué se trata todo esto?, dudo mucho que solo estés preocupado por mi relación.

—Es difícil de decir en pocas palabras. —Se excusó el pelirrojo con una sonrisa nerviosa. Ren le dirigió una mirada interrogativa, Otoya comprendió que eso no le importaba, y que la excusa del tiempo tampoco le serviría para quitárselo de encima—. Hace unos meses, casi un año de hecho, yo estaba saliendo con alguien, pero, siempre anteponía su trabajo por sobre mí, llegando al punto de que ni siquiera nos veíamos más, incluso, dejo de llamarme y responder mis llamadas. —Ren dejo lo que estaba haciendo para acercarse al pelirrojo, poniendo una mano en su hombro izquierdo.

—Es posible que estuviera trabajando tanto por una razón, ¿Llegaste a preguntarle por ello? —El peli-naranja quería ser positivo con el tema, si bien pensaba que era más que posible que aquello se debiera a romance aparte, o quizás la pareja de Otoya solo se aburrió de él, Ren quería pensar que había algo que ellos dos no sabían, y que solo aquella persona podía aclarar.

—No me quiso decir, me aseguro que no era lo que estaba pensando, pero… ¿Eso es lo que dicen siempre no? —Otoya estaba conteniendo las lágrimas, había dejado de pensar en ello tiempo atrás porque no quería seguir llorando por el recuerdo, sin embargo, aun cuando estaba luchando por no llorar, se sentía bien al haberle contado, aunque fuera un poco, a Ren.

—No necesariamente, ¿Aun hablas con esa persona? —Ren no quería preguntar por un él o un ella, no estaba seguro de que era lo correcto, y por esa razón se estaba manteniendo en terreno neutral.

—No, es muy doloroso el solo verle. —Respondió Otoya manteniendo sus ojos rojos en las flores—. Gracias, Ren, me has ayudado bastante.

—Cuando quieras, Ikki, eres mi amigo, así que quiero verte bien. —Replico el otro regalándole una sonrisa.

 

Siete de la tarde.

 

Aine dejo su abrigo en el perchero, mientras sus ojos seguían al castaño que intentaba arreglar un poco la estancia. El peli-turquesa trato de no reírse por respeto a Reiji y sus ganas de quedar mal, aunque a él no le importaba si estaba sucio o no, para empezar, conocía a Reiji, y sabía que si estaba desorganizado era por una buena razón, segundo, él no era más limpio, así que estaba bien.

—¿No te molesta quedarte en la misma habitación que Ai, verdad? —Le pregunto el castaño devolviendo su mirada a su viejo amigo, Aine negó con un gesto, si era sincero, no iba a quedarse ahí más de una noche, así que compartir con su hermano menor estaba bien para él—. ¿Qué te trajo de regreso, Aine?

—Bueno, saque mi doctorado bastante tiempo antes de lo planeado, y quería regresar a mi hogar. —Le dijo mirando hacia arriba en lo que pensaba que podía responder—. Además, quería volver a ver a mi mejor amigo. —Agrego dándole una sonrisa sincera, no era que antes le hubiera dado una falsa, pero, el castaño vio lo sincero que estaba siendo al decir aquello.

—En todo caso, me alegra que regresaras, y estoy seguro de que Ai estará feliz también. —Replico el castaño correspondiendo el gesto, Aine no estaba seguro de eso, porque los términos con Ai siempre estaban cambiando, así que solo esperaba que el menor no se fuera tan pronto como lo viera.

—Pues, esperemos que sea así, tú sabes que Ai es una persona muy difícil de entender. —Le comento su preocupación de forma implícita, Reiji entendía porque pensaba así, después de todo, cuando Aine se separó de su hermano menor, Ai seguía siendo muy dependiente de él, de forma que aquello fue un golpe duro para el menor de los hermanos.

Los dos hombres entonces empezaron a platicar de lo que habían estado haciendo esos años en los que no se vieron, Reiji estaba sumamente interesado en saber cómo era Londres, pues siempre había soñado con ir de vacaciones a aquella ciudad, a él le apasionaba todo lo que tuviera que ver con Inglaterra, de manera que casi estaba interrogando a Aine sobre cómo era la ciudad. El peli-turquesa en cambio preferido preguntarle sobre cómo se las había arreglado para sobrevivir, pues el castaño podía ser demasiado despistado con muchas cosas, y bastante imprudente con otras.

—Ya veo, ¿Y qué hay de tu vida amorosa?, ¿Algún avance con Kurosaki? —Le pregunto echando el cuerpo en el respaldo del mueble en que estaba sentado, Aine miro al techo por unos segundos, esperando la respuesta de Reiji, sin embargo, cuando no llego, le dio una mirada al castaño.

—No pasó nada con Ranran, pero, estoy bien, ahora tengo novia. —Replico Reiji con una sonrisa, no obstante, Aine lo conocía lo suficiente para saber que se trataba de una sonrisa falsa. El peli-turquesa estuvo a punto de hacerle una pregunta, pero, el ruido de la puerta los hizo girar para encontrarse con el menor de los hermanos.

—Reiji, Haruka vino temprano a mi oficina, dijo que estaría en el hospital cuidando de su abuela. Así que no puede salir hoy. —Le comento al castaño antes de dejar caer sus ojos sobre su hermano mayor—. Aine… Llegas tarde.

—Como siempre, demasiado frio. —Se quejó el mayor con una pequeña risa, Ai seguía con la misma personalidad con la que lo recordaba, aunque eso no era precisamente malo.

—Gracias por el aviso, Ai, la llamaré para ver que todo esté bien. —Comento Reiji levantándose para ir a la cocina a tener un poco de privacidad.

—¿Te quedarás aquí? —Le pregunto Ai a su hermano mayor mientras se acomodaba a su lado. Aine tomo unos segundos para responder, su plan original había sido el irse a un hotel de inmediato, pues sentía que las cosas con Ai serían bastante incomodas, solo que ahora, le preocupaba el castaño y quería saber un poco más sobre esa tal Haruka.

—Sí, ¿No te molesta compartir habitación con tu hermano mayor? —Le pregunto en un tono burlón, Aine la distracción de Ai para atraparlo en un abrazo, solo para después soltarlo al sentir un golpe en su abdomen.

—¿Qué crees que haces?, no me molesta compartir habitación contigo, pero, no te acerques tanto a mí. —Se quejó el menor dejando ver su molestia en su rostro, Aine dejo escapar un suspiro al reacomodarse en el mueble, entendía que Ai estuviera distante con él, después de todo, básicamente lo había abandonado a las garras de aquella mujer cuando más lo necesitaba, aunque eso no había sido elección del mayor, ya que su padre se había quedado con su custodia y al ser menor de edad en ese momento no tuvo voz en el asunto.

—De acuerdo, seguiré tus reglas. —Le comento a su hermano menor poniendo una sonrisa tranquilizadora. Ai levanto una ceja ante ese gesto, sino recordaba mal, esa era la manera en que Aine decía que haría exactamente lo contrario a lo que indicaban sus palabras. Ai estuvo a punto de advertirle que no hiciera ninguna tontería, porque él no lo soportaría, pero, antes de que pudiera decir algo, Reiji regreso a la estancia con una expresión bastante rara en él.

—¿Todo en orden, Reiji? —Le pregunto el menor de los hermanos mostrando su preocupación, Ai había tomado al castaño como a un hermano mayor, un molesto, irritante, infantil, y extraño hermano mayor. Reiji puso sus ojos grises sobre los turquesa del menor para luego darle una sonrisa tenue.

—No te preocupes, Ai, todo está en orden. —Los hermanos compartieron una mirada tan pronto como dijo eso, ambos lo conocían bien, de forma que sabían que el castaño no estaba siendo del todo sincero con eso.

—Reiji, tengo ganas de un trago, ¿Conoces un buen bar? —Le pregunto Aine levantándose, Ai tuvo la sensación de que nada bueno saldría de eso, pero, contario a lo que parecía, no tenía tiempo para esas tonterías, solo había ido al departamento a darse una ducha y descansar un poco, pues tenía que regresar al hospital antes de las nueve de la noche.

 

Tres de mayo
Diez de la mañana.

 

Ren se había reunido con Masato en la casa de este último, en los últimos días se había vuelto una costumbre en él el ayudar a su novio a practicar ciertas líneas de sus trabajos, Masato no solo estaba agradecido con Ren por tomarse el tiempo de aprender esas empalagosas líneas de memoria para ayudarlo, sino que estaba sorprendido con el talento que mostraba en la interpretación que hacía. Ren mostraba una mejoría propia de un actor cada vez que practicaban, Masato, incluso había llegado a considerar el pedirle a Ren que probará a actuar profesionalmente con él en alguna ocasión, claro que, dejo la idea de lado luego de pensar en lo popular que sería Ren con las mujeres, y Masato no estaba dispuesto a compartir a su novio con otras personas, además, Ren no parecía estar muy interesado en actuar.

—¿Sabes? Cuando estaba en la escuela media asistía al club de teatro. —Le comento el peli-naranja dejando el guion que Masato le presto de lado, el peli-azul no lucio demasiado sorprendido al oír eso, aunque lo estaba—. Aunque nunca lo tome en serio, llegando al punto que el presidente me dijo que solo me encargara de la escenografía.

—Debiste brillar en eso, eres bastante bueno decorando. —Comento Masato dándole una mirada a su sala, todos los objetos en ella habían sido comprados por él, pero, fue Ren quien organizo todo de modo que el espacio se veía optimizado y bastante bien arreglado. Ren le dio una pequeña sonrisa al notar por donde iban sus pensamientos.

—Bueno, según me han dicho mis hermanos mayores, siempre he tenido un sentido del gusto bastante agudo, aunque yo más bien creo que solo me gusta que las cosas se vean bien juntas. —Le comento recargando el cuerpo en el respaldo del mueble, Masato se sentó de lado, de modo que estaba frente a Ren—. ¿Qué hay de ti?, ¿Alguien te ha dicho algo de ese estilo?

—Mi abuelo me decía que era bueno actuando, a decir verdad, él y Mai fueron los únicos que me apoyaron con lo de convertirme en actor. —Respondió poniendo el codo derecho en el respaldo del mueble, y su cabeza en la mano de dicho brazo. Ren puso sus ojos azules sobre los de Masato, sabía que no le gustaba mencionar a ninguno de esos dos, y aun así, cuando lo hacía trataba de no demostrar ninguna emoción, pero, Ren lo conocía mejor que eso.

—Bueno, yo opino lo mismo, siempre que te ayudo con tus líneas, me da la impresión de que hablo con una persona completamente distinta. —Masato se sintió algo cohibido al oír eso, había sido elogiado por muchas personas anteriormente, sin embargo, escucharlo de Ren lo hacía algo especial, al peli-azul le encantaba que el otro notará las cosas que lo hacían diferente, por más pequeñas que fueran—. Por cierto, ¿No tienes una audición este viernes? —Aquella pregunta lo tomo un poco por sorpresa, claramente no era que no recordará ese detalle, sino que, Ren rara vez le preguntaba sobre su trabajo, como si le restará importancia a todo eso.

—Así es, aunque la movieron a las diez de la mañana, así que estaré libre por la tarde. —Masato recordaba que Ren había mencionado algo sobre salir el viernes en grupo, a Ren le gustaba salir a disfrutar de distintas cosas con sus amigos, y a Masato aquello le parecía algo bastante bueno ya que servía para reforzar los lazos de amistad entre ellos, o al menos él lo veía de esa forma.

—Excelente, estaba pensando en ir a cierto lugar, y me gustaría que me acompañaras. —Ren sonaba más serio que de costumbre, lo que en un principio dejo al peli-azul con una pequeña sorpresa—. Claro que, es decisión tuya si quieres venir o no.

—Iré contigo, sabes que siempre te acompañare. —Replico Masato dándole una sonrisa gentil, estaba siendo sincero al decir aquello, pues sus sentimientos por Ren se hacían cada vez más fuertes, y no importaba a donde quisiera ir el peli-naranja, iría con él aunque se tratará del propio fin del mundo.

Ren se acercó a Masato para unir sus labios, no los había probado desde que llego a la casa del peli-azul y casi se sentía como en una especie de desintoxicación sin ellos. El contrario puso sus manos en los hombros de Ren, para atraerlo más hacia su cuerpo, a Masato le encantaba sentir la calidez natural que emanaba el otro, de alguna forma aquello lo tranquilizaba a la par que lo hacía sentir cómodo. Ren entonces recostó a Masato sobre el mueble, quedando sobre él, suspendido por tan solo unos centímetros por encima. Aquel beso que le había plantado se pasó de sus labios a su mandíbula, y de ahí a su cuello, el peli-azul mantuvo sus ojos cerrados, riéndose a la extraña sensación que estaba sintiendo en ese instante, nunca antes habían llegado a ese punto y ahora se preguntaba por qué.

Masato regreso a la realidad cuando sintió las manos de Ren por debajo de su camisa, el peli-naranja también se detuvo al darse cuenta de lo que estaba haciendo. Los hombres compartieron una mirada mientras se reincorporaban, aquello parecía que se convertiría en un silencio incómodo, hasta que ambos comenzaron a reírse en el unísono. Ren se sentía avergonzado de haber ido hasta ese punto sin pensarlo, mientras que Masato se sentía de la misma forma por dejar que pasará.

—Lo siento, Masato, me deje llevar. —Se disculpó Ren llevándose una mano a la nuca, no se sentía apenado por los sentimientos que afloraban en él, aun si lo llevaban a tener esos impulsos sim darse cuenta, lo que lo apenaba era haberlo hecho tan de repente.

—No te disculpes por eso, Ren, son cosas que pasan… Creo. —Replico el peli-azul con un poco de duda en su voz, nunca antes se había sentido de esa forma con respecto a nadie, por lo que no estaba demasiado seguro de sí aquello era algo que pasaba de la nada o no. Ren le sonrió a Masato antes de tomar el guion una vez más, aquello de actuar siempre le había parecido divertido, aunque no era algo a lo que le gustaría dedicarse.

—Bien, sigamos ensayando, aun no hacemos la escena de la playa. —Comento en un tono burlón, logrando hacer sentir un tanto incomodo al contrario. Aquel guion era distinto a otros, ya que se trataba del guion de una película.

—Creo que disfrutas verme de este modo. —Se quejó el contrario con una mueca, provocándole una pequeña risa al otro, Ren no admitiría que la razón por la que le gustaba provocarlo era porque encontraba que se veía bastante adorable con sus mejillas sonrojadas, o que la manera en que desviaba los ojos para evitar el contacto visual al estar cohibido era algo tierno.

 

 Mediodía.

 

Aine había acudido a la clínica principal de la ciudad para hacer su solicitud de empleo como era debido, pues con anterioridad había llegado a un acuerdo con el director general del hospital, sin embargo, el peli-turquesa comprendía que era imposible que le dieran el empleo por tan solo unos correos como entrevista laboral, por esa razón se presentó con vestimenta formal e incluso se arregló el cabello para que este no le cayera encima del rostro. Aine entonces se encontraba fuera de la oficina del director general, Kira Sumeragi había sido muy bueno haciendo sus preguntas, el peli-turquesa pensó que no por nada era el director general, sin embargo, lo único que le importaba en ese momento era que había conseguido el empleo.

—Lamento hacerle esperar. —Escucho decir a Kira cuando este salió de su oficina, el peli-negro le había pedido que aguardará por él unos minutos, pues le enseñaría su oficina ese mismo día, solo que había tenido que contestar unas llamadas de distintas divisiones del complejo, razón por la cual le pidió que saliera antes.

—No se preocupe, Sumeragi-san, llevar la dirección de la clínica debe ser muy duro. —Le dijo Aine con una pequeña sonrisa, Aine sabía que aquello era un trabajo complicado y desgastador, después de todo, había visto a su padre lidiar con eso bastantes años. El doctor Sumeragi procedió a darle una mirada curiosa, Aine debía admitir que esos ojos dorados podían ser algo intimidantes.

—Lo es. —Respondió regresando su mirada al frente—. Sígame por favor, el área de oficinas de jefes de división esta en este mismo piso. —Le indico sin usar un tono de voz en especial, el peli-turquesa aún se sorprendía de lo buenos que eran los médicos para ocultar lo que en verdad pensaban, él, como pediatra debía estar a esa altura también—. Por cierto, ¿No menciono que su padre era Kisaragi Ji?

—Así es, ¿Por qué? —El padre de Aine y Ai había sido un reconocido médico en Japón, de forma que no le extrañaba demasiado que preguntará por él, sin embargo, Aine sintió curiosidad por la manera en que le pregunto por su padre, pues le pareció percibir cierta curiosidad por parte del peli-negro.

—Porque tengo un doctor que es hijo del mismo hombre, de forma que no puedo evitar preguntarme si usted es consciente de él, o si todo esto es una simple coincidencia. —Kira se había dado la vuelta para mirar a Aine, este último levanto una ceja al oír eso, el apellido Kisaragi era poco común, de forma que sabía que Kira hablaba de Ai, y el mayor debía admitir que en verdad era una coincidencia.

—No sabía que mi hermano trabajaba en esta misma clínica. —Confesó con un pequeño suspiro, lo único que Aine sabía de su hermano era su edad, profesión, y su estado civil, bueno ahora también sabía su dirección, aunque eso solo porque había dormido en su departamento.

—Ya veo, bueno, el doctor Mikaze no es alguien que hable mucho, aunque me sorprende que su propio hermano no supiera sobre su trabajo en este hospital. —Aine no supo que responder a eso, era cierto que estaba mal de su parte el no saber ese tipo de cosas sobre su hermano menor, tenía la excusa de haber vivido en el extranjero hasta esos últimos días, pero, aun así estaba mal porque no le había llamado a su hermano menor para enterarse de que estaba haciendo con su vida—. En cualquier caso, es un gusto tenerlo con nosotros, Kisaragi-san. —Termino Kira deteniéndose frente a una puerta, el contrario dedujo que debía tratarse de su nueva oficina, a Aine seguía pareciéndole raro que lo contratará como jefe de división de pediatría tan pronto, cuando lo normal sería ascender de puesto a algún doctor que ya tuviera tiempo trabajando ahí.

—El gusto es mío, Sumeragi-san, espero que podamos llevarnos bien.  —Replico Aine estrechando la mano del peli-negro con una sonrisa—. Buen agarre. —El peli-negro bufo al escuchar ese pseudo-halago.

—No me decepcione, Kisaragi-san. —Le pidió dejando la oficina, Aine cerró la puerta detrás del pelinegro para después mirar su despacho. Aquel estaba bastante bien, era espacioso sin exagerar, y tenía dos grandes libreros, donde no solo encontró algunos libros sobre enfermedades, bacterias, virus y otras cosas, sino que, también estaban archivados algunos casos recientes que se tenían en su departamento, aquello le sería de bastante ayuda para ponerse al día con las cosas, al mismo tiempo que empezaría a relacionarse con el lugar y los doctores bajo su cargo.

Aine leyó bastante rápido cada caso que se encontró archivado en su oficina, vio que algunos se habían resulto, mientras que otros seguían vigentes, y decidió darle una revisión a cada uno de estos últimos era lo mejor que podía hacer ese día, de forma que re-organizo la oficina para luego ir a visitar a cada doctor con los que estaría trabajando de ahora en adelante. Aine tenía algo de experiencia en la forma en que se trabajan en los hospitales, de forma que sabía que hacer conexiones entre los empleados era un bien necesario, ya que así podía pedir con más facilidad el apoyo de otros doctores cuando fuera necesario, además, a él le gustaba conocer nuevas personas, así que todo eso era una ganancia para él.

—No puedo ser cierto. —Aine reconoció la voz de Ai a su espalda, y no tuvo que darse la vuelta para saber qué tipo de expresión tenía el menor en el rostro—. Al menos dime que no tenías ni idea de que trabajo aquí.

—Siendo sincero, no. —Replico mirando a su hermano por encima del hombro—. No hemos hablado en años, así que no había forma de que lo supiera, y Reiji nunca menciono en que clínica trabajabas. —Agrego antes de que Ai hiciera mención a ese detalle, el menor enarco las cejas al acercarse a su hermano—. Mira, Ai, no voy a molestarte en el trabajo, tu trabajas por sobretodo en el quirófano, y tratando enfermedades del tipo terminales, mientras que yo estoy en pediatría, así que no habrá muchos momentos en que coincidamos, ¿Todo está bien así no es cierto? —El problema de Ai no era ese, no con exactitud, pero, si el tonto de su hermano mayor no se daba cuenta, entonces él no veía ninguna razón para decirle.

—Como sea, solo no me avergüences. —Aunque le pidiera eso, Ai sabía que Aine terminaría haciéndolo, siempre había sido así, y tenía la mala sensación de que siempre sería de esa forma.

—¿Yo?, ¿Cuándo lo he hecho? —Replico Aine sintiéndose un poco ofendido, él no recordaba ni un solo momento en que hubiera hecho algo para avergonzar al menor, aunque claro, él y Ai siempre veían las cosas de distintas formas.

—Solo no seas mi hermano mayor aquí. —Le dijo luego de girar los ojos, Ai debió haber sabido que Aine no tendría ni idea de las tonterías y cursilerías que había hecho antes de irse, después de todo, para él, ser el hermano mayor cariñoso y desvergonzado algo sumamente natural.

Aine observo la espalda de su hermano menor al verlo alejarse, en verdad no sabía de qué era que habla Ai, ¿Y qué era eso de no ser su hermano mayor ahí? Como si fuera posible no tratarlo con dulzura o preocuparse por él. El mayor de los hermanos exhalo con algo de pesadez, nunca comprendería del todo a su hermano.

—Estúpido Ai.         

 

Cinco de Mayo.
Cuatro de la tarde.

 

Ren preparo un ramo de flores especial, uno hecho con colores blanco, rosa, y morado, había puesto un esfuerzo sorprendente en él, tanto que ni siquiera se dio cuenta de cuando Masato entro en el taller de la florería. El peli-azul no recordaba haberlo visto de esa forma antes, ese día se parecía que estaba totalmente embelesado en la creación de aquel ramo, y Masato no encontraba una razón para que fuera tan importante, sin embargo, no se sentía molesto de ser mediamente ignorado por culpa de eso, ya que ver aquella concentración del peli-naranja en aquello lo hizo comprender lo mucho que le gustaba el ser un florista, y que posiblemente esa era la razón por la que nunca intento hacer algo diferente.

—Ren… —Lo llamo una vez que vio que el peli-naranja terminaba aquel arreglo, el contrario entonces fijo sus ojos de un azul claro en los del otro, mostrándose un poco contrariado.

—Masato, ¿Cuánto tiempo tienes aquí? —Le pregunto preocupado por no haberlo oído entrar, Ren no solía perderse de la realidad mientras trabajaba, de forma que lo avergonzaba el no haber visto que su novio había llegado.

—Unos segundos solamente, no te preocupes. —Replico Masato con una sonrisa, aquello era una mentira blanca, pero, estaba bien para él, no quería que Ren se sintiera mal por nada, en especial después de hacer un trabajo hermoso como el que tenía sobre la mesa de trabajo.

—¿En serio? Me alegro de no hacerte esperar en ese caso. —Respondió el contrario regalándole una sonrisa—. ¿Te gusta? —Le pregunto sobre el ramo de flores al levantarlo, Masato encontró ese arreglo aún más hermoso, era curioso como Ren conseguía hacer que todas las flores resaltaran sin opacar a las otras, y la forma en que combinaba los colores era sorprendente.

—Es hermoso.

—Entonces seguro que le encantará este también.

Masato se sintió bastante curioso al oír ese comentario de parte de Ren, la persona que recibiría ese ramo debía ser bastante especial para él, mentiría si dijera que no se sintió celoso, aunque, de algún modo comprendía que hubiera más personas importantes en su vida, personas que conocía de más tiempo, Masato tenía ese tipo de personas, así que era normal que Ren también las tuviera. Sin embargo, no fue capaz de hablar mientras caminaban por las aceras vacías, aquello era algo raro ya que era viernes por la tarde, aunque claro, Masato no iba pensando en eso, sino en Ren.

—Estás muy callado hoy. —Escucho el comentario de Ren que iba por delante de él, Masato alcanzo el ritmo de Ren antes de responderle, aunque, si lo pensaba bien, ¿Qué podía responderle?

—Estaba pensando. —Se limitó a decir mientras desviaba un poco la mirada, de forma que se percató de donde estaban. El peli-azul se sorprendió bastante al verse en la entrada del cementerio municipal, de todos los lugares a los que podían ir, ¿Por qué ahí?

—Eso es bueno, supongo. —Replico Ren siguiendo su camino, Masato le siguió de cerca mientras pasaban por las tumbas acomodadas sistemáticamente, el peli-azul entonces alineo sus ideas al darse cuenta de lo que estaba pasando ahí. Aquel ramo de flores debió ser primera pista, y no la razón de que se pusiera a pensar en tonterías—. Aquí estamos. —Escucho decir al peli-naranja al detenerse frente a una placa de cemento y aluminio plateado, en ella se leía un nombre que reconoció al instante—. Feliz cumpleaños, madre. 

Masato cerro los ojos para hacer una pequeña plegaria, mientras que Ren se agachaba para dejar las flores en frente a la placa. El peli-naranja tenía la costumbre de hacer un arregló de flores con los mismos tres colores cada año en la fecha de su cumpleaños, pues aquellos eran los colores favoritos de su madre. La única diferencia en esa ocasión, con respecto a los años anteriores, era que Ren nunca había llevado a nadie con él, había tenido una novia un par de años atrás, pero, no la había presentado con el espíritu de su madre.

—Lamento haber estado algo… Perdido el día de hoy. —Escucho que decía el contrario, Masato abrió sus ojos para encontrarse con que Ren lo miraba desde abajo—. Es… No es solo el cumpleaños de mi madre, sino también el aniversario de su muerte, así que siempre tengo mis sentimientos y prioridades revueltos este día. —Le explico poniendo una expresión bastante suave—. ¿Sabes? Nunca he traído a nadie aquí conmigo, y él único que sabía la manera en que me pongo esta fecha era Ranmaru, pero…

—No digas más, Ren, lo entiendo. —Masato se agacho para quedar junto a él—. No es algo fácil de decir, y este año no solo no sabes cómo sentirte con respecto a la fecha y tus recuerdos, también perdiste a tu preciado amigo, es normal que te sientas así. —Ren atrapo al otro en un abrazo, ocultando su rostro en la clavícula del peli-azul—. Estoy aquí, nunca voy a dejarte ¿Sí? —Ren se separó lo suficiente de Masato para mirar su rostro, en los ojos azules de esté, vio que estaba hablando con una sinceridad y seriedad increíbles, de forma que en verdad creyó en sus palabras. Ren unió sus labios con los del contrario durante un instante, para luego separarse de él y sonreírle.

Ren entonces se giró para encarar la tumba de su madre, había estado ahí varias veces, pero, nunca antes se había sentido en paz como lo hacía en ese momento, incluso fue capaz de tocar el aluminio de la placa antes de empezar a hablarle.

—Madre, quiero presentarte a mi novio, Hijirikawa Masato, es una persona seria, madura, responsable… Todo lo contrario a mí. —El peli-azul no pudo evitar soltar un pequeño ruido de risa, él se había dado cuenta de que sus personalidades eran bastante contrarias tiempo atrás, aunque, encontraba que esa diferencia hacía su relación bastante hermosa y divertida—. Lo mejor de todo es que… Es una persona asombrosa, un buen amigo, y un mejor novio, sé que puedo contar con él para lo que sea, realmente estoy muy feliz de conocerlo. —Masato se sintió sumamente conmovido con las palabras de Ren, estaba seguro de que el peli-naranja no sería capaz de hablar con tanta sinceridad en otra situación, al menos que lo emborrachara, pero, eso no entraba en sus planes.

—Jinguji Renge-san, es un gusto el conocerla. —Ren se sorprendió al oír como Masato empezaba a hablarle al espíritu de su madre también—. Como dice, Ren, realmente somos personas completamente distintas, no obstante, he llegado a creer que él es la persona destinada para mí, no solo me dio un hermoso ramo de flores en nuestra infancia, sino que cuido de mí después de que mi hermana menor falleciera. —Ren mantuvo sus ojos sobre Masato, mientras que este último miraba atentamente la placa de aluminio que tenía en frente—. Ren no piensa en lo buena persona que es, no es capaz de ver lo bueno que hay en él, pero, yo lo he visto, y conocer cada aspecto de él es algo que me hace feliz, de alguna forma, siento que soy el único al que le muestra quien es en verdad.

Ren estaba sintiendo un remolino de emociones, aquello no solo le parecía algo tierno por parte de Masato, sino que su pequeño discurso había removido algo en su corazón. Aunque eso no era todo, Ren sentía que había hecho algo bastante maduro al llevar a Masato ahí, por supuesto que hablar con una tumba no era como hablar con su madre en verdad, sin embargo, aquello seguía haciendo que su relación fuera más seria y real.

—Masato, aún hay otro lugar al que me gustaría que fuéramos. —El peli-azul se levantó en silencio junto a Ren, no se le ocurría a qué lugar podían ir después de eso, no obstante, él estaba bien con la pura idea de pasar más tiempo con Ren.

Los hombres hicieron una última plegaria frente a la tumba de Renge Jinguji antes de irse. A diferencia del camino de ida, ahora iban enfrascados en una conversación, como siempre que hablaban en la calle, no estaban mencionando nada de importancia, más bien conversaban sobre lo que iban viendo o lo que oían. Ren disfrutaba bastante de esos momentos, no solo por la naturalidad con la que se presentaban, sino que, de esa forma era bastante fácil conocer los puntos de vista que poseía Masato sobre algunas cosas, e incluso los pequeños detalles que a los que rara vez pondría atención, se hacían bastante notables en esas conversaciones.

 

Cinco y media de la tarde.

 

Aine podía sentir una aura tensa a su lado izquierdo, mientras que frente a él veía la personificación de la felicidad, salir con Ai, Reiji y Haruka no había sido la mejor idea para celebrar su nuevo empleo, el peli-turquesa se acordaría de eso para la próxima vez que celebraran algo. El castaño y la peli-rosa parecían estar disfrutando de una conversación bastante animada, Aine, sin embargo, no había prestado la más mínima atención a lo que decían esos dos, ya que el aura tétrica que emanaba su hermano menor lo tenía con los nervios de punta.

—Puedes decirme una vez más… ¿Qué pinto yo aquí? —Se quejó el menor dejando notar su molestia en su expresión, el mayor no tuvo otra opción más que encogerse de hombros, ya que ni él mismo sabía que era lo él estaba haciendo ahí.

—Bueno, Reiji insistió en que celebráramos aunque… —Aine no tenía ni una sola excusa para hacer que Ai se quedará ahí, de hecho, hasta él pensaba que lo mejor era dejar a esos dos solos, después de todo, estaban demasiado absortos el uno con el otro, aunque, Aine no dejaba de tener la sensación de que Reiji no estaba realmente bien eso.

—Reiji-san, Kisaragi-san, Mikaze-kun, vuelvo en enseguida. —Se disculpó la muchacha al retirarse de la mesa. En cuanto Aine vio que estaba lo suficientemente lejos para no oírlos, procedió a interrogar a su amigo

—¿De dónde la conoces?,¿Estás seguro de que estas bien con esto?, ¿No sabes nada de Kurosaki? —Reiji puso una mueca al oír las preguntas de Aine, no porque le parecía impropio que lo cuestionará, sino que, hablo bastante rápido y le costó un poco entender lo que dijo.

—La conozco porque trabaja en la clínica, es enfermera. No sé qué quieres decir con si esto bien con esto, y no, no he sabido nada de Ranmaru. —Respondió las tres preguntas en orden, Aine entonces leyó entre palabras, o más bien se guio por la manera en que sonó la voz del castaño.

—Oye, Reiji… No deberías salir con Haruka si no la quieres en verdad. —Escucharon decir a Ai, el menor sonaba tan serio e imparcial como siempre, aunque el castaño fue capaz de notar cierta molestia en él—. Ella es una buena enfermera, pero, es muy sentimental si terminas hiriéndola empezará a hacer mal su trabajo.

—Ai tiene razón, si no sabes que es lo que sientes por ella, no deberías estar dándole estas falsas esperanzas. —Concluyo Aine cruzando los brazos, el menor miro a su hermano por el rabillo del ojo antes de desviar la mirada al resto del restaurante—. Además, ¿No me habías dicho que estabas muy encaprichado con Kurosaki? —Le recordó haciendo hincapié en la palabra “encaprichado”, Reiji logro molestarse un poco al ver lo bien que Aine lo conocía, no le era extraño ya que habían sido mejores amigos de toda la vida, aunque, tomando en cuenta que Aine había estado en el extranjero los últimos años, no debería ser capaz de recodar los detalles de cómo Reiji trataba de ocultar la verdad.

—Ranmaru me dejo en claro que no quería nada conmigo. —Dijo desviando el rostro, era cierto que el albino le había dicho que podía y debería guardarse sus sentimientos para sí mismo, aunque Reiji no le contó a Aine sobre el beso en el almacén el mes pasado—. Además, se fue hace un par de semanas y nadie sabe a dónde, no nos ha contactado desde que se fue. —Dijo en una queja al regresar su vista hacia los hermanos.

—Está en Saitama. —Replico Ai ladeando un poco el rostro, para luego notar las miradas sorprendidas de los otros dos—. Oh, no lo dije antes, pero, Ranmaru es una especie de amigo mío, así que mantenemos el contacto. —Les explico como si aquello fuera algo que carecía de importancia. Aine, pensó que eso era algo muy propio de Ai, mientras que Reiji estaba entre la duda de si debía hacerle preguntas a Ai sobre el albino, o si debía estrangularlo por no decirle eso antes—. No me veas así, mis amistades no tienen nada que ver con las tuyas.

—Lo que hay quiere decir, es que si quieres saber algo, debes preguntarle. —Tradujo Aine lo que el otro decía de manera implícita, el menor viro los ojos antes de levantarse—. ¿A dónde vas?

—A casa, es un milagro que tenga la noche libre y no pienso gastarla en este lugar. —Se explicó antes de irse, dejando a su hermano mayor con una sensación de pesadez.

—En cualquier caso, Reiji, ¿No crees que deberías primero aclarar lo que sientes? —Le pregunto al castaño centrando su atención en él. Reiji apoyo los brazos en la mesa mientras que su miraba iba de un lado a otro, antes de que Ranmaru lo besará, había pensado que en verdad le gustaba Haruka, y fue por eso que la invito a salir, sin embargo, desde aquel día en el almacén, su cabeza estaba hecha un lio emocional por completo. El castaño estaba por responderle a Aine, cuando vio un cabello anaranjado acercarse.

—Hola, Reiji. —El saludo de Ren sonaba bastante animado para la fecha que era, Reiji, como el resto de empleados de la florería, sabía que ese era el aniversario de la muerte de la madre de Ren, de manera que este último solía estar sombrío y el resto le daba algo de especio para que estuviera en paz.

—Kotobuki-san, buenas noches. —Masato por otra parte, sonaba tan estoico como siempre, aunque, eso no evito que el castaño pensará que el buen humor de Ren se debería a la cercanía con el peli-azul.

—Buenas noches, Ren, Hijirikawa-kun, este es mi amigo Kisaragi Aine. —Ren, que ya había a Aine con anterioridad, lo saludo con un pequeño gesto de mano, mientras que Masato se sorprendió un poco al verlo—. Por cierto, es el hermano mayor de Mikaze-sensei.

—Ah, ya veo, es un gusto conocerlo, Kisaragi-san, mi nombre es Hijirikawa Masato. —Se presentó con una pequeña reverencia, Aine se había desacostumbrado a eso, ya que en Inglaterra todos se estrechaban las manos al presentarse.

—El gusto es mío, pero, si me disculpan, tengo que ir a hablar con mi hermano, así que nos veremos otro día. —Se disculpó con los tres antes de irse. Reiji entonces les dio una sonrisa a los dos que quedaban con él, y con un gesto les pidió que se sentaran en frente.

El grupo se puso a hablar animadamente, ninguno estaba dispuesto a tocar un tema sensible, como lo eran el tema de Ranmaru, la fecha, o los hermanos Aine y Ai, más bien, los tres solo querían disfrutar de ese momento, hasta que una peli-rosa se presentó con ellos.

—Reiji-san, lo siento, mi abuela ha empeorado y debo regresar con ella. —Ren y Masato guardaron silencio al ver a la muchacha con lágrimas en los ojos, Reiji, por otro lado, se levantó de su asiento para darle un abrazo fugaz.

—Anda, no te voy a retener aquí. —Reiji froto los hombros de la muchacha antes de dejarla ir, entonces regreso a su asiento y suspiro exageradamente, haciendo que sus dos acompañantes compartieran una mirada—. Lo siento, la abuela de mi novia está en una condición crítica, así que necesita cuidados especiales. —Les comento la situación por encima, pues aquello no era algo que le correspondiera contar a él. A Ren, sin embargo, lo único que le llamo la atención de todo eso, era que Reiji tenía una novia.

—Vaya, lamento oír eso. —Dijo el peli-naranja siendo sincero, él sabía lo que era vivir ese tipo de situación, de forma que comprendía como debía estar sintiéndose la peli-rosa de antes—. ¿No deberías ir con ella?

—No, su abuela me odia por completo. —Respondió apoyando un codo en la mesa y el rostro en la mano de ese brazo—. Además…

—Kotobuki-san, ¿Usted no está seguro de lo que siente por esa mujer, verdad? —Reiji no pudo evitar mostrar su sorpresa al ver que Masato dio justo en el clavo—. No debería salir con ella si no sabe que es lo que en verdad quiere. —Lo regaño frunciendo ligeramente el ceño.

—Aine me ha dicho lo mismo, pero, no puedo dejarla en este momento. —Replico el castaño sintiéndose aun peor, Haruka lo necesitaba en aquella situación, y él no era lo suficientemente fuerte y maduro para alejarse de ella con todo lo que estaba cargando.

—Concuerdo con los dos, no puedes apartarte de ella si estaba pasando por una situación como esta, pero, tampoco puedes dejarla seguir creyendo que su relación está bien. —Comento Ren con una mano en la nuca, él en verdad entendía ambos puntos de vista, pero, no encontraba la solución adecuada a todo eso.

—Cambiando el tema… —Ren y Reiji se sintieron ligeramente aliviados al oír que Masato quería hablar de otra cosa—. ¿Han sabido algo de Kurosaki-san?

—Está en Saitama. —Respondieron ambos al unísono, entonces compartieron una mirada—. Ran-chan me dijo que iría para allá, se reunió con su familia. —Explico Ren encogiéndose de hombros, él y Ranmaru habían sido muy cercanos, de manera que el albino le confesó lo que haría a continuación, sin embargo, Ren no entendía porque Reiji también sabía aquello.

—Ai me dijo que estaba en Saitama, pero, no sabía lo de su familia. —Comento el castaño juntando sus manos,  el castaño entonces se dio cuenta de que no sabía casi nada de aquel hombre—. Ren, ¿Crees que..?

—No, no quiere saber nada más de la florería ni de ninguno, muy apenas habla conmigo. —Replico adivinando la pregunta de Reiji, sin embargo, no estaba siendo del todo sincero con eso, era cierto que Ranmaru no quería saber nada con respecto a la florería, pero, sí que había preguntado por Reiji en una ocasión.

—Ya veo…

 

.~

 

Si Aine conocía lo suficiente a Ai como creía, entonces la idea de no ir al departamento de este último era lo correcto, el peli-turquesa en cambio, se puso a caminar por las calles cercanas al restaurante en busca de un parque, de antaño, siempre que Ai se enojaba con él, o con sus padres, se iba a un parque a sentarse arriba del resbaladero, claro que, ahora que tenía casi veinticuatro años, le parecía que no lo encontraría en uno de los juegos, sino en una banca. Cuando Aine al fin encontró un parte, se adentró en este en busca de su hermano, y para su sorpresa, lo encontró sentado a los pies de la escalera del resbaladero, quizás algunas costumbres no se iban con tanta facilidad.

—Creo que obstruyes el paso. —Le dijo en una broma al acercarse a él, Ai, sin embargo, no levanto la mirada, haciendo que el mayor se agachara para estar a su mismo nivel—. ¿Qué es lo que en verdad te molesta, Ai?, ¿No quieres que este aquí?, ¿Soy yo la razón por la que estés así? —Ai recordaba ese tono de auto-compadecimiento, ese era el tono que Aine siempre usaba cuando se sentía herido por culpa suya. El menor de los hermanos entonces miro directamente a los ojos del mayor.

—Estoy molesto contigo, te fuiste como si nada, ni siquiera me dijiste adiós. Y ahora regresas como si esto no importara. —Le dijo sosteniéndole la mirada, Aine quería replicar que había intentado despedirse de él, pero, este último había salido corriendo sin darle la oportunidad de decirle nada, aunque, Aine no tenía nada que decir sobre lo de regresar—. Quiero que estés aquí, pero, a la vez no lo quiero, y sí, tú eres la razón de que este así, no obstante, no por las razones que tú crees. —Le explico regresando la vista a la tierra bajo sus pies, Ai rara vez sentía algo diferente a la indiferencia, pero, cuando lo hacía, no podía controlar del todo sus palabras.

—Entonces, ¿Por qué? —Cuestiono el otro acercándose más a él, de forma que sus rostros quedaban a tan solo unos escasos centímetros, Aine hizo eso, porque de esa manera lo obligaba a seguir mirándolo.

—Porque… —Ai se mordió el labio antes de seguir, e incluso abrazo a su hermano escondiendo su rostro en el cuello de esté—. Porque aunque eres mi hermano mayor, yo siempre te he querido… —Ai sabía que Aine iba a mal-entender eso, sin embargo, no le importo, al fin lo había dicho y ahora podía sentirse en paz.

Aine, puso una mano en el cabello de su hermano menor mientras pensaba en esas palabras, ¿Qué era querer para Ai?, esté nunca le había dicho a nadie algo como eso, ni una sola vez le dijo a su madre o a su padre un “te quiero”, ni siquiera a Aine, y ahora… Ahora le decía que lo quería, y de una manera que no sonaba para nada fraternal. Aine entonces cerro los ojos, empezó a acariciar la cabellera del otro, y le susurró al oído.

—También te quiero, Ai. 

Notas finales:

Aquí Fer con el siguiente capítulo de este RenxMasato tan... Desafiante, como veran, hemos incluido a Aine y Kira en la historia, (dejo la posibilidad de introducir al resto de Heavens más adelante), yo espero que este capítulo también les guste, y quisiera saber que opinan hasta ahora de la relación entre Ren & Masato, entre Aine & Ai, y el resto de personajes.

Una vez más, muchas gracias por leer~ 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).