Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Te estaba esperando por Yae

[Reviews - 206]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

 

 

10.- Mi alegría

 

 

Las lámparas de papel dispuestas por el jardín le dan un toque bastante elegante al jardín de la residencia Uchiha, Nagato observa curioso cómo han colocado algunos arreglos florales dispersados por las esquinas donde el verde césped le parece bastante… verde.

Suspira algo inquieto viendo a las poquísimas personas que han sido invitadas a la “ceremonia” contando a la familia Uchiha, a Jiraiya, Menma, Naruto y él, no ve más invitados. Entiende que puedan querer ser lo más discretos posibles para el terrible disparate que estaban montando.

 

*

 

— ¡¿Están dementes?! — casi desea tirar de sus rojos cabellos y arrancarse unos mechones por la indignación y desconcierto que experimenta.

— Fue idea de Fugaku y estoy de acuerdo — Jiraiya le da un gran sorbo al vaso de cristal con licor que está consumiendo para relajar sus nervios y poder contestar a los reclamos del Nagato, quien como león enjaulado solo está girando por su escritorio donde un montón de libros están desparramados por el piso.

— ¡Pero son solo niños! — exclama atónito, siente que va a tragarse la lengua en cualquier momento.

— Pues… no fueron muy niños para terminar en la misma cama.

— ¡Ese…! No es el problema — logra modular su tono de voz deteniéndose en medio de la estancia — comparto su opinión de que fueron irresponsables y todo… pero obligarlos a casarse solo porque van a tener un bebé me parece totalmente innecesario.

— No los estamos obligando — el de cabellos blancos resopla bebiendo más en tanto se acomoda en su silla giratoria. — Ambos muchachos están de acuerdo…

— Que van a saber de matrimonio unos niños — interrumpe — no va a resultar bien, puede que un día digan que se aman con locura y fijarse en otra persona mañana, no pueden atarlos de una manera tan ilógica. Naruto bien puede hacerse responsable de su hijo sin tener que asumir un enlace de tal magnitud con Itachi, ya cuando sean mayores si quieren casarse estará bien. Si los casan y no se llevan bien será hacerlos infelices por la excusa de un hijo.

— ¿Crees que no lo he pensado? — El mayor afila su tranquila mirada dejando su vaso sobre uno de los muebles — hay muchas más probabilidades de que su matrimonio no funcione y todo salga mal.

— ¿Y entonces? — Nagato mira con cierta mortificación, no comprende porque el abuelo de Jiraiya a sabiendas del nefasto fracaso que les espera a esos chicos haya apoyado una idea tan absurda.

— Contamos con eso.

— ¿Qué? — Pregunta tontamente — a que te refieres.

— Nagato… — entonces Jiraiya se pone de pie dando un hondo suspiro mientras avanza hacia uno de los ventanales de la habitación notando como la brillante noche en la ciudad restringe la vista de las estrellas en el firmamento. — Naruto tiene dieciséis años e Itachi diecisiete; a penas están viviendo una pequeña parte de sus vidas, existen muchas cosas que deben hacer y que “querrán” hacer — hace énfasis en la penúltima palabra volviendo a suspirar.

— A dónde quieres llegar — con una mala sensación aguarda expectante.

— Naruto no me dio detalles pero estoy casi seguro que su relación con ese chico no pasa de ser algo fugaz de una noche probablemente y por Itachi no lo veo ni en lo más mínimo entusiasmado por adquirir un compromiso así — hace una pausa que pone más tenso al pelirrojo — hubiese preferido que optaran por interrumpir el embarazo.

Nagato traga pesado, un nerviosismo real le empieza a incomodar, — pero…

— Son niños, lo has dicho. Si con esfuerzo pueden realizar deberes del instituto menos podrán con un hijo y una familia. Pero Naruto se ve totalmente dispuesto y no deseará que ese bebé no nazca.

Comparte la idea de que es muy difícil para ambos jóvenes lidiar con el asunto pero un aborto suena demasiado monstruoso, siente nauseas solo al rememorar.

—Pero si se desposa con ese chico que tanto quiere y se da cuenta de que las cosas no resultan de la manera que espera… puede que cambie de parecer. Aunque el niño nazca siempre se puede optar por otras alternativas.

Una sonrisa amarga se dibuja en sus labios decepcionado por la conclusión a la que llega — van a casarlos para que terminen odiándose entre ellos a tal punto de que… ¿ya no quieran a su hijo? Es… estúpido.

— Queremos que entiendan que lo mejor el delegar la responsabilidad de ese bebé a alguien más.

— ¿Ustedes acaso?

— No lo estás entendiendo del todo Nagato…

 

 

*

 

Por supuesto que no entendía, le resulta casi imposible asimilar algo tan ridículo y confuso como lo que Jiraiya sugería. Ciertamente no pueden obligar a los jóvenes a interrumpir el embarazo y tampoco forzarlos a entregar al bebé al nacer, pero torturándolos durante esos nueve meses podrían intentar coaccionarlos de algún modo.

Y aun así le resultaba por demás ilógico, como si desearan algo más.

— ¡Nagato!

La voz de Naruto le hace respingar, su rubio pariente le mira de brazos cruzados a un par de metros de distancia.

— ¿Naruto?

— Si llevo hablándote más de cinco minutos dattebayo — se queja bufando.

— Estaba algo distraído — sonríe con cierta pena, el chico de ojos azules esta vestido de traje blanco y sus alborotados cabellos parecen incapaces de mantenerse peinados.

— No puedes estar en la nubes, esta mi boda — sonríe emocionado olvidando su ligerísimo enfado — mejor buscó al teme que debe saber dónde está Itachi — sin esperar respuesta se despide con un ademan buscando en el jardín trasero viendo a su amigo junto a la señora Uchiha acomodando la pequeña mesa que usará el juez civil para casarlos. —¡Sasuke! — le llama agitando su mano.

El nombrado se gira chasqueando la lengua al ver a su dobe amigo, — ya regreso — le murmura a su madre antes de darle alcance al rubio — que es lo que quieres, usuratonkachi.

— No me llames así el día de mi boda dattebayo.

— Hn — le resta importancia rodando los ojos.

— ¿Sabes dónde está Itachi? Ya le di más de dos vueltas a todo tu jardín y no lo encuentro.

— Esta arriba — responde parco dando un leve resoplido  — ve a buscarlo y dile que baje de una vez.

— ¡¿Yo?! — se señala a sí mismo, ha oído en varias películas decir que es de mala suerte ver a la “novia” antes de la boda.

— Eres tú el interesado — responde mordaz sonriendo nimiamente ante la mohína de enfado del otro — llévale unos dangos y veras como se lanza a tus brazos.

— Muy gracioso — masculla un insulto que no se oye para dar media vuelta en dirección de la entrada de la residencia.

Sasuke inspira hondo, si bien sabe que su hermano no desea nada con Naruto espera que la situación entre ambos pueda mejorar, aunque la boda le parezca una reverenda estupidez no va a debatírselo a su padre y menos si el mismo Itachi no lo hace antes. Vuelve a inspirar, solo le queda aguardar a que el rubio sea paciente y su hermano mayor no le dificulte las cosas.

— No deberías animar a mi hermano.

El neutral tono de voz de Menma hace girar al Uchiha más joven, el gemelo de Naruto ha demostrado su repudio total a la descabellada solución dada por los adultos. No es una sorpresa para Sasuke que su novio no siente ni el menor afecto por Itachi y aunque nunca ha sido descortés parece que pronto atravesará esa línea.

— Deja de fastidiar Menma — habla irritado desea evitar más pleitos, al menos por ese maldito día — Puedo decirle a Naruto lo que me venga en gana, si no estás de acuerdo ve a encargarle que no me dirija la palabra.

Menma se queda observando un par de segundos antes de suspirar agotado, sabe que no debe involucrar a Sasuke en el asunto pero no puede soportar que sigan metiéndole por los ojos a Itachi como si fuese ideal, — es esta estúpida boda… — vuelve a suspirar relajando milésimas sus facciones, su relación con el pelinegro que está en frente no ha ido muy bien desde que se supo lo del embarazo, en especial porque ambos tienen opiniones por completo diferentes.

 

 

.

 

 

Naruto sube las escaleras con cierta prisa evitando tirar los dangos que lleva en el platillo de porcelana que sujeta como ha aprendido en su trabajo, su corazón ha estado latiendo de forma apresurada durante todo el día, sabe que al culminar Itachi y él serán esposos.

Después de ese día podría amar a su pelinegro sin pedir nada más que permanecer juntos al lado de su hijo que pronto nacerá.

Cuando esta frente a la puerta da unos suaves golpes sin recibir respuesta, — ¿Itachi? — pregunta volviendo a tocar. Solo al hablar es que le abren unos instantes después, — te traje un bocadillo, ya todos están esperando abajo — sonríe emocionado al ver a su futuro esposo, lleva un kimono en tono azul marino con detalles en blanco con grabados de lo que se ven como golondrinas.

— Ya casi termino — el pelinegro responde guardándose su suspiro de alivio,  manteniéndose en su habitación está evitando encontrarse con Madara quien descaradamente aceptó la invitación de su madre, luego del incidente que lo llevó al hospital hace una semana no creyó que volvería a ver a su tío de nuevo.

— Son dangos… están muy ricos dattebayo — Naruto extiende los dulces sonriendo más cuando el pelilargo toma una varilla.

— Te lo agradezco — dice al sonreír levemente, está bastante cansado, no ha dormido bien y con todos los arreglos del “matrimonio” no tuvo tiempo de descansar. Prueba los dangos deleitándose con el agradable sabor de su plato favorito, tiene bastante hambre así que le caen de maravilla.

En tanto Itachi mastica con lentitud Naruto lo observa a detalle, como suele hacerlo de vez en cuando. Debe admitirse encantado por el cabello largo del pelinegro, por lo maravillosamente que engalana el rostro blanco y pese a estar sujeto lo trae a un lado dándole cierta sensualidad. Los labios se entreabren con cada bocado que le arrebata a las afortunadas bolitas que se nota está disfrutando.

Pero entonces Itachi deja de comer para dirigir la atención de sus negros ojos al rubio que lo mira embobado como si hubiese sido hipnotizado, — ¿en qué piensas? — pregunta tratando de hilvanar una conversación.

— En lo hermoso que te ves — responde sin pensar.

Inmediatamente el pelinegro siente ligero calor aglomerarse en sus pómulos desviando su apenada mirada, — también te ves muy bien.

— ¿Tú crees? — Ríe acercándose al otro chico — este traje lo use en la ceremonia de graduación de Nagato, creo que ya me queda pequeño´ttebayo — estira los brazos un poco incómodo tirando de la compacta tela blanca.

— Hn… Naruto — pasa saliva — sé que no le agrado a tu familia pero…

— Eso no importa — interrumpe sin dejar de sonreír — por Ero-sennin solo deja que te conozca mejor y a Nagato le simpatizas mucho… y por Menma no te preocupes, esa es su manera de ser.

Itachi asiente resintiendo nuevamente ese pesado nudo de culpa que en ocasiones tentaba a cerrarle el paso del oxígeno a sus pulmones, tan desesperante que temía romper en llanto como un niño.

— Quita esa cara Itachi — se acerca pasando su mano derecha por la suave mejilla — todo va a estar bien, te prometo que voy a protegerte a ti y a nuestro bebé. No estoy pidiéndote más, solo déjame enamorarte dattebayo —se habla suave dirigiendo sus labios a los de su pareja disfrutando del espléndido beso.

El gesto de Naruto en ese instante le resulta maravilloso, su boca cosquillea aun con el saborcillo de los dangos presente, siente ilusión por lo dicho por el blondo, emoción y culpabilidad al saberse indigno de tanto brillo que con rapidez acaba con cualquier oscuridad. Cierra los ojos al saberlos anegados sin poder detener al par de lágrimas que atraviesan su lagrimales, pero reconfortado al instante cuando lo abrazan con amor.

Con magnífico amor.

 

Pero el par de golpes en su puerta para después ser abierta alertan a ambos debiendo dar por terminado el contacto.

— Aquí estaban — Fugaku los observa con cierta desaprobación — el juez ya llegó, bajen ahora que todos están esperando.

— ¡Desde luego dattebayo! — emocionado eleva la voz, le extiende su mano a Itachi quien pese a la pena de ser observado por su padre acepta para ser encaminado hacia al jardín.

 

.

 

Mantiene su mirada al frente en todo momento, solo la desvía cuando Naruto o su hermano requieren su atención, está oyendo las palabras del juez en la poco tradicional ceremonia, es consiente que Madara se halla en las sillas improvisadas que están detrás pero desea ignorarlo, no sabe si está sudando pero las palmas de sus manos le escuecen y el obi que lleva le presiona demasiado el abdomen o al menos lo siente de esa manera.

La boda es demasiado fría y sintética, no es que Itachi viviese imaginando el día de su boda como enamorado pero esperaba que si ese día llegase fuese algo menos sombrío, es solo la sonrisa de Naruto que lo conmueve lo suficiente para sentirse feliz.

No tiene por qué negarlo, pese a todo lo retorcido en su entorno, a estar omitiendo demasiadas cosas y toda la indiferencia de sus “invitados” sonríe feliz cuando las manos de su ahora flamante esposo estrechan las suyas.

Un aplauso obligatorio se oye de fondo y por unos instantes le da igual.

El efímero instante le place por completo.

 

Cuando el sonido de las palmas chocando entre si cesan las felicitaciones también obligatorias se presentan.

— Muchas felicidades mi Ita-chan — su madre luce radiante y satisfecha —vas a ser muy feliz — le susurra dándole un beso en la mejilla para después abrazar a Naruto felicitándolo también.

— No olvides tu rol… — son las palabras de su padre, el consejo no le agrada en lo absoluto pero se limita a asentir.

— Antes de las primeras veinticuatro horas se puede anular el matrimonio — su pequeño Sasuke le murmura para molestarlo, sabe que su menor no está de acuerdo con esa boda.

— Sasuke… — le reprende sin convicción sonriéndole al miembro más querido de su familia, con sus dedos índice y medio le da el suave golpecito en la frente que hace enfurruñar al más joven.

No obstante antes de que Nagato se aproxime es Madara quien se acerca afilando una sonrisa hipócrita.

— Muchas felicidades, sobrino querido — hace amago de querer abrazarlo pero Itachi da un paso hacia atrás haciendo una diminuta reverencia a modo de agradecimiento — son muy jóvenes pero estoy seguro de que su matrimonio será prospero — agrega con sarcasmo viendo a ese tal Naruto.

— Gracias por venir´ttebayo — el rubio extiende su diestra para estrechar la mano del tío de su esposo.

— Aprecio mucho a Itachi, así que cuídalo bien. — Corresponde el gesto del chico de ojos azules — Estas desposando a un magnifico Uchiha, siéntete afortunado — completa viendo de soslayo a susodicho.

Traga pesado sintiendo eternos los segundo en los que Madara estrecha la mano de Naruto, respira con toda la calma que puede, trata de calmarse y evitar que cualquiera note su clara desesperación.

Y ese atisbo divergente lo nota Menma, ha estado tan atento al teatro que todos están actuando de la ligerísima incomodidad que Itachi deja entrever lo lleva a redirigir su atención a ese familiar de los Uchiha.

Uchiha Madara; lo poco que sabe de ese hombre es por Sasuke, su novio solía quejarse de cuando en cuando porque Itachi se iba a ciertos “eventos” dejándolo de lado, por lo que la reacción indiferente del recién casado se le hace algo curiosa. Pero no es el único que nota aquello, también Fugaku observa suspicaz la situación.

— Creí que tu hermano admiraba a su tío — Menma habla haciéndose oír por su novio que respinga al oírlo, — son demasiado diferentes… — susurra de ultimo.

 

 

**

El día que conoció a Sasuke por primera vez quedó encantado por lo bonito que era el niño que creyó niña, si bien supo que este estaba empapado al igual que Naruto fue porque el Uchiha había caído al rio que cruzaba cerca lastimándose el tobillo lo que le impidió llegar a la orilla y fue su afortunado gemelo quien lo rescatase lanzándose a las movidas aguas.

Y el precioso sonrojo que notó en esas pálidas mejillas al musitar un “gracias” obligado fue la alarma que le gritaba que no podía dejar que Naruto siguiese siendo Menma.

— Él es mi hermano Naruto — cuando su gemelo lo presentó con el nombre erróneo quiso deshacer su pedido de inmediato, ya no quería ser Naruto, debía ser Menma de nuevo porque la mirada de soberbia que el lindo niño le dedicó le obligó a balbucear, detestando aún más su debilidad.

— A… yo…

— Dobe.

Se sobresaltó por el apelativo recibido pero antes de que el verdadero Naruto interviniese como su cara sugería gritando y reclamando el hermano de Sasuke se acercó corriendo.

— Nii-san — de inmediato los pequeños brazos se extendieron buscando el refugio del Uchiha mayor que aparecía en escena.

— ¿Estas bien, Sasuke? — preguntaba preocupado el recién llegado.

— ¿Eres su hermano? — vio claramente como el falso Menma quedaba prendado de ese otro chico un poco mayor que ellos y que nada llamativo tenia ante sus ojos.

 

 

**

 

Menma recuerda ese encuentro como el más importante de su vida y está seguro que de la vida de Naruto también, como a partir de ese momento el hecho de ser gemelos se convirtió en un martirio.

 

 

 

////////////

 

 

 

Luego de una silenciosa comida en la que el silencio reinó por completo Itachi termina de empacar la ropa que llevará a su nuevo hogar.

La pequeña casa donde va a vivir junto a Naruto queda en la zona rural por lo que deberá levantarse bastante temprano para llegar a clases a tiempo, es reducida pero rodeada de vegetación, un cambio radical para su actual estilo de vida.

— ¿No olvidas nada cariño? — su madre entra en la habitación llevando en viandas lo restante de la comida de esa cena.

— No — niega cerrando su maleta — es todo lo que necesitó por ahora.

— Lleva esta comida para mañana, como es domingo seguro tendrán muchas cosas que hacer. Pueden venir a la hora de la comida — ofrece con ese tono maternal y enternecedor.

Pero Itachi en esta ocasión no lo siente de esa manera, ella actúa como si todo hubiese sido planeado de antemano y no fuese una solución de emergencia para sacarlo de la que fue su casa.

— Voy a extrañarte mucho, — casi solloza.

— Naruto debe estar esperándome — desea cortar la escena nostálgica que está a punto de desatarse.

— No estés enojado con nosotros, Itachi — musita al ver los apresurados pasos de su hijo a la puerta — ten la seguridad de que hacemos lo mejor para ti.

Por primera vez en su vida las palabras de su progenitora se oyen huecas a sus oídos, se detiene y se gira para verla con más atención, para corroborar que esa mujer es su madre y no un maniquí que han colocado para suplantarla esa noche.

— No olvides que te amo Itachi, a ti y a tu hermano — agrega.

Asiente ante lo descolocada que se está tornando la plática, al aterrador ambiente que se genera con los diálogos pronunciados. A trompicones baja por las escaleras casi corriendo al lado de su nuevo esposo, en el recibidor el resto de los invitados espera para despedirlos con el mismo ánimo que usaron para felicitarlos.

 

 

Su corazón solo vuelve a latir con calma cuando se aparta de todos, cuando su padre y el abuelo de Naruto los dejan en esa diminuta casa, donde cortan toda responsabilidad sobre ellos con unas cuantas palabras de aliento, donde terminan dejándolos para que el terrible escándalo que se avecina no resuene tanto en sus conciencias.

— ¡Al fin, datebbayo! — Naruto exclama estirando los brazos y soltando un gran bostezo en la pequeña salita que solo cuenta con un kotatsu y una crendeza vacía.

Itachi da un recorrido brevísimo por lo limitado de la estancia, suspira con un deje de tristeza deslizando su mano por las paredes de color marfil, ya no lleva el kimono de su boda, viste unos vaqueros y una chaqueta de lana que lo cubre del frio; se siente bastante frío en el lugar.

— Solo será por algún tiempo, voy a conseguir una casa mucho más grande para ti — el rubio se acerca abrazándolo por la espalda.

— Esta bien así, — susurra sin apartarse — no tienes que conseguir nada más, Naruto. Ya haces demasiado por nosotros.

— Humm… — tuerce los labios no muy convencido — ¿quieres que volvamos a entrar? Así puedo cargarte entre mis brazos — ofrece con picardía soplando al oído de su esposo.

Un leve escalofrió asalta a Itachi.

A partir de esa noche dormirían juntos.

Suspira quedito cuando un suave beso impacta en su cuello y las manos que lo abrazan suben por sus costillas volviendo a descender posándose en el borde de su ropa.

 

 

Continua.

 

 

 

Notas finales:

 

Saludos.

Este capítulo se me alargó un poco, debía incluir algo más pero ya me pase de mi promedio de palabras por capitulo así que bueno. El día en que Menma conoció y se enamoró de Sasuke fue el mismo día que Naruto conoció a Itachi.

Muchas gracias por las lecturas y los comentarios, espero les haya agradado el capítulo nos leemos en el siguiente. Cuídense mucho.

Yae.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).