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Te estaba esperando por Yae

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7.- No seas tan ciego

 

 

Sus oscuros cabellos se le pegan al rostro por el calor que está sintiendo, ha jadeado tan quedito como puede pero fue imposible contener otro gemido de placer que huye de su boca alertando a su compañero de que sus acciones son más que prodigiosas.

— Puedes… soltarlo — Menma murmura una vez que aparta sus labios de la intimidad de Sasuke quien trata de contener bufidos ahogados. Usa su mano derecha apresurando sus movimientos de arriba abajo en el endurecido miembro buscando que su novio llegue al orgasmo.

Sasuke se halla casi derrengado sobre la cama en la habitación del otro, se sabe acalorado y su ropa toda desarreglada le incomoda aunque poca atención le presta a ese detalle. Se permite disfrutar de los roces que Menma le ofrece a su miembro luego de haberlo estado engullendo, cuando las acciones van apresurándose sus indecorosos gemidos ya no pueden reprimirse.

El último sonido gutural que Sasuke emite queda reverberando en sus oídos, cuando finalmente este termina corriéndose manchando el cubrecamas y parte de su ropa una sonrisa de complacencia se dibuja en el rostro del mayor ahí.

— I… idiota — el Uchiha jadea como si hubiese corrido una larga maratón, su brazo se acomoda sobre su frente limpiando las gotas de sudor.

— Puedo limpiarlo — le susurra en tanto en sus dedos la blanquecina sustancia se pasea, siente la incomodidad en su propia entrepierna, inclinándose sobre Sasuke se acerca lo más que puede para murmurar sobre los labios ajenos, — déjame continuar — le habla tan bajito como puede, ansia poder fundirse en ese perfecto cuerpo que muchas de las chicas de sus instituto desean, llevar al límite la intimidad que comparten sin arrepentirse en lo absoluto.

Los negros y brillantes ojos miran fijamente, aun resiente el escalofrió total que invade sus extremidades que le produce una agradable sensación, ha embotado brevemente su sentido común, sus brazos se extienden alcanzando a Menma estrechándolo en tanto sus labios se funden con gusto en el aliento del otro.

Pero su perfecta tarde ha sido interrumpida por el estrepitoso sonido de la puerta principal de la casa que se abre escandalosa.

Entonces Sasuke reacciona y aparta a su novio de encima con rapidez.

— Debe ser Naruto — Menma resopla fastidiado, solo el más joven se ha corrido por lo que el aún tiene una incómoda erección en sus pantalones.

— Peor aún… — se incorpora arreglando su ropa, no forma parte de ninguna de sus fantasías por mas bizarra que sea el que Naruto llegue a enterarse de lo que hacen a solas.

Menma solo puede chasquear la lengua arrepintiéndose enormemente el no haber  podido satisfacerse también.

 

 

 

— Menma, Naruto, ya estoy en casa — el adulto bastante mayor se anuncia en voz muy alta, sus larguísimos cabellos blancos se ven bastante desordenados, su rostro luce bastante jovial y animado, lleva en manos una bolsa de papel con varios libros dentro. — ¿Qué no hay nadie? — se pregunta llegando a la sala dejando su paquete en la mesa del café.

Luego de algunos minutos al fin ve a Sasuke Uchiha bajar las escaleras del primer piso.

— Sasuke, tiempo sin verte — le sonríe al jovencito, lo conoce desde hace muchos años, cuando se mudó y se llevó a vivir a Naruto y a Menma consigo, sus nietos no tardaron en entablar amistad con el serio muchachito.

— Hn — apenas responde como saludo bajando los escalones que le faltan.

— Jiraiya — también Menma baja unos instantes después, viendo con desgano a su abuelo sigue a su novio hacia la salida — ¿Qué haces tan temprano en casa?

— Oh bueno, fue Naruto quien me llamó y me dijo que tenía algo muy importante que decirme. — Ante lo dicho las miradas de los muchachitos se entornan al adulto por algunos segundos — pensé en aprovechar un poco la tarde y buscar inspiración para mi siguiente libro.

Jiraiya trabajaba en una editorial donde sus escritos se publicaban con bastante éxito en especial los de contenido adulto, desde que llegó a encargarse de sus dos nietos tuvo que dedicarse a ello con más empeño dejando de ser solo un pasatiempo.

— ¿No sabes lo que Naruto quiere decirme?

Menma niega sintiendo bastante curiosidad sobre lo que su hermano quisiese tratar con el abuelo de ambos, nota como Sasuke ya se ha colocado los zapatos para irse, tendrá que darse prisa si quiere estar presente en la “importante” conversación.

 

 

////////

 

 

No se dio cuenta en qué momento se hubo quedado dormido luego de recostarse en su cama, cuando despierta ya no pudo sentir a Naruto a su lado, el rubio aparentemente ya se había ido hace un buen rato dejándole una extraña sensación de vacío que esfuerza por ignorar. Itachi bosteza cubriéndose la boca con cuidado da un vistazo a la ventana verifica que falta poco para que anochezca.

Se levanta por completo y se despereza para salir de su habitación para dirigirse a la de su hermanito, da un par de suaves golpes antes de ingresar viendo a su menor recostado en la cama con los audífonos aislándolo de su entorno.

— ¿Cómo te fue hoy? — pregunta aun sabiendo que no le están escuchando pero espera que Sasuke pueda leer sus labios.

— Madre dice que la ayudes a ordenar el ático — habla el más joven si apartar la vista de su móvil donde está cambiando de un tema musical a otro.

— De seguro que no me lo dijo solo a mí — sonríe tirando de los delgados cables destapando el oído izquierdo de su hermanito, el cariño genuino que siente por su pequeño Sasuke le sirve de cierto consuelo en su estresante situación actual… el día de mañana culmina el plazo que Nagato les dio.

— ¿Porque te saliste de clases hoy? — inquiere girándose sobre su cama para poder ver mejor a Itachi. Puede darse cuenta de que su hermano no actúa como habitualmente lo hace, no es muy adepto a pasarse buscándolo por algún tipo de consuelo emocional.

— Iré a ayudar a madre — obviando la pregunta el mayor se pone de pie dispuesto a salir de la habitación pero la voz de su hermanito lo detiene.

— ¿Es por Naruto? — Cuestiona incorporándose a prisas — si el dobe te hizo algo…

Itachi suelta una risilla enternecido por la actitud del más joven, — no te preocupes Sasuke, si Naruto me hace algo malo te lo diré — la suave sonrisa que adorna sus labios se ensancha.

— Mentiroso — Sasuke infla los mofletes tan imperceptiblemente que resulta adorable para quien lo conoce bien y sabe que no suele regalar gestos tan encantadores.

Otra risa se le escapa a Itachi esta vez algo más fuerte, — mejor vamos a ayudar a madre.

 

Eventualmente a su madre le da por ordenar su siempre limpio hogar de arriba abajo, moviendo las pocas chácharas que conservan en el ático, viendo a su hermanito refunfuñar del porque mejor no tiran todo lo que no se utiliza, Itachi resiente el saber que momentos tan agradables se estropearan en cuanto todos se enteren de su increíble irresponsabilidad. Sin desearlo se ha perdido en los magníficos momentos de su niñez esos que curiosamente ahora se dibujan distantes e inalcanzables.

— Itachi, trae para acá esas cajas. Vamos a acomodarlas en esta esquina — dulce su madre le sonríe devolviéndolo a la realidad, Itachi asiente y acata la petición asegurándose de llevar los empaques de cartón con cuidado. — El auto está en el mecánico, así que su padre me dijo que trataría de venir temprano estos días, vamos a terminar de ordenar pronto.

Pero el estrepitoso timbre ha desentonado del tono el momento familiar, Mikoto deja los libros que esta ordenando para bajar a la sala y abrir la puerta, lleva un delantal y una pañoleta en el cabello. Al abrir sus negros ojos se sorprenden al ver nuevamente a Menma en la entrada, si hace algo más de una hora vino acompañando al menor de sus hijos.

— Menma-kun — sonríe — ¿has olvidado algo? — siempre fue consiente del interés del muchachito para con Sasuke y no puede decir que tenga algo que objetar en tanto ambos adolecentes actúen apropiadamente.

— ¿Puedo ver a Itachi?

Respinga algo confundida por la petición, — si… claro. Pasa — se aparta dándole paso pero el pelinegro se mantiene fuera de la casa sin intenciones de ingresar.

— Voy a esperarlo aquí, es algo que me gustaría hablarlo con él sin que Sasuke se entere.

Mikoto frunce el entrecejo mostrando desagrado por la manera en que Menma está exponiendo la situación.

— Si lo pones así, primero deberás decirme de que se trata.

Ve al chiquillo resoplar, — lo sabrá en cuanto hable con Itachi, tiene mi palabra.

Problemas.

La palabrita hace eco advirtiéndole a su intuición que esa no será una tarde pacifica como las acostumbradas.

 

 

Menma ve asentir a la madre de Sasuke y suspira quedo esperando por Itachi, desde hace años que no se siente tan enfadado con alguien en concreto y teme no poder controlarse cuando vea al cruel hermano que su novio tiene.

Chasquea la lengua casi deseando mordérsela se siente más enojado, pueden tacharlo de indiferente e incluso de despiadado pero bajo ningún concepto toleraría que le jugasen tan sucio a su familia.

Y sin importan cuan enamorado pudiese estar Naruto, Itachi no sería la excepción.

— ¿Qué es lo que quieres? — el hermano mayor de Sasuke se asoma por la puerta cerrándola con cuidado, lo examina de pies a cabeza como buscando descifrar sus intenciones.

Menma niega afilando una diminuta sonrisa sabiendo que el otro no tiene idea del porqué de su visita, — no vas a engañar a mi hermano — habla de inmediato ganándose la atención total de Itachi — estoy seguro de que si estas esperando un hijo. No es de él.

Esta dispuesto a divulgarlo a quien sea necesario para evitar a toda costa que el “genio” del clan Uchiha desee usar a Naruto como lavadero de platos sucios, los negros ojos del mayor se han entornado del todo a su dirección…

Aunque no lo demuestre, es evidente que está enfadado.

 

 

 

//////////

 

 

Naruto ya es del todo consiente de que está metido en una complicada situación, sabe que tendrá que olvidarse de muchas cosas para poder brindarle a su futura familia todo lo necesario para salvaguardarlos en lo que necesiten.

Quiere restarle importancia a la reacción de su hermano en cuanto se enteró del bebé hace poco.

“Esto es ridículo”

Hubo vociferado su gemelo al descubrirse a si mismo escuchando la conversación que sostenía con su abuelo y que no debió haberle incumbido.

 

*

 

— ¿Sabes que estoy saliendo con Itachi Uchiha? — dijo y su abuelo se gira para mirarlo con curiosidad dejando el librito que sostiene sobre uno de los muebles de la estancia.

— El… hermano de Sasuke — aclara rascando levemente su cuero cabelludo algo intrigado — no lo sabía, si no me lo dices ni me habría enterado.

Asiente, sabe que está inventándose una gran mentira pero decir toda la verdad con respecto a su relación con Itachi solo complicaría las cosas para ambos, — hace unos meses, no era muy formal… — se muerde el labio inferior unos segundos — pero nos queremos mucho.

Resopla dándose valor, se ha sentado en uno de los sofás y tiene encima la mirada atenta de su abuelo que ha tomado de nuevo el libro dejado para seguir ojeándolo creyendo que la conversación no es tan relevante.

— Parece alguien muy centrado e inteligente, hubiese preferido que salieses con alguna muchacha de tu salón pero… — estornuda repentinamente — es un chico lindo de todos modos. Tienes mi permiso.

— Es que no se trata de eso dattebayo — traga pesado, tuvo que escabullirse de casa de Itachi sin despedirse del pelinegro, no quiso despertarlo al apreciarlo tan dulcemente dormido. Piensa llamarle más tarde cuando resuelva el asunto con su abuelo, — Itachi esta embarazado.

Después de soltar su oración final Naruto es cien por ciento consiente de que todo sonido ha cesado en el lugar a excepción del que producen las manecillas del reloj de pared que hacen evidentes los segundos que están transcurriendo.

— ¡¿Qué?! — El adulto casi brinca en su lugar aventando la impresión que sostiene que se estrella en la pared más próxima — ¡¿Cómo que embarazado?!

El rubio no está seguro de si su abuelo esta anonadado o furioso, la expresión que deja entrever le sugiere total desconcierto, — no sabíamos que podía suceder — se pone de pie sin apartar la mirada — por eso no nos cuidamos… — vuelve a pasar saliva con dificultad — voy a hacerme responsable de todo, quiero casarme.

Los ojos abiertos enormemente del mayor y la boca abierta en demasía es lo único que aprecia en primer plano. — ¡Tienes dieciséis años, Naruto! ¡¿Cómo puedes salir con semejante disparate?!

— ¿Lo dices en serio?

Antes de que pueda contestar a lo dicho por su abuelo Menma interviene saliendo de uno de los pasillos.

— Estabas espiando — resopla algo enfadado, no deseaba que su hermano se enterase aun, no quiere ocasionarle problemas a Itachi hasta que hablen apropiadamente con sus padres.

— ¿A quién piensas convencer con ese cuento tan pobre? — su hermano eleva la voz como pocas veces.

— Tú no sabes todo lo que pasó entre Itachi y yo — afila su mirada enfadada señalando a su gemelo — este no es tu asunto dattebayo.

Lo ve abrir la boca como deseando decir algo pero solo atina a levantar las manos con fastidio — esto es ridículo — dice antes de salir por la puerta principal azotando la misma con violencia.

 

 

*

 

Al menos la torpe intervención de Menma ha servido para que Jiraiya se calmase un poco, su abuelo tuvo que servirse un vaso de ron que está bebiendo en esos instantes.

— Dieciséis años, Naruto — resopla ya sentado en el sofá, apoya el peso de su cabeza en su brazo derecho, siente que está fallándole a su hijo y a su nuera al no haber podido prevenir la situación actual — las cosas no son tan sencillas como de seguro te las estas imaginando. — Pese a la buena voluntad de su nieto sabe que no es lo suficientemente maduro para entender lo grave de la situación.

— No me imagino nada, Ero-sennin — se guarda todas sus sonrisas para que no ser desmerecido — aun somos menores de edad y no por eso vamos a deshacernos de nuestro hijo, no queremos eso. Queremos ser una familia dattebayo.

— Familia mis narices, Naruto. Aun son unos niños — se levanta casi queriendo aventar el vaso de cristal que sostiene pero la azul mirada que el adolecente le sostiene en todo momento le aclara que no piensa retractarse. Resopla ruidoso casi tirándose de sus blancos cabellos, tal vez tenga la culpa por dejar sus libros por ahí tirados para que sus nietos los lean, niega con fuerza bebiéndose el resto de la bebida. — ¿Ya hablaron con los padres de Itachi?

— No, quería decírtelo antes a ti. De seguro que el papá de Itachi va a querer matarme cuando se entere´ttebayo.

— Es lo más probable.

 

 

//////////

 

 

— No es de tu incumbencia, te agradecería que te fueses de mi casa, Menma-kun — fue lo primero que dijo ante las mordaces palabras.

— No hasta que me digas la verdad.

Ve al gemelo pelinegro con la mandíbula rígida, Itachi maldice que sea precisamente “él” quien se enterase del delicado asunto y menos sabiendo la poca estima que este le demuestra. El frío viento que recorre el entorno no está ayudando en nada.

— Como te enteraste — se asegura de sostener la perilla tras suyo con fuerza atento a que su madre o hermano vayan a asomarse.

— Naruto se lo dijo a nuestro abuelo pero eso es lo de menos. Yo sé que ustedes nunca han salido antes, que el único momento que han compartido es su encuentrito en la fiesta de Sakura, a mí no van a engañarme.

Itachi no está seguro de que responder, si el abuelo de Naruto ya estaba al tanto de todo no podría hablar con el rubio de momento, — pasó en esa ocasión — miente, pero si debe confesarle a alguien lo sucedido con Madara es exclusivamente a Naruto.

— Esa es una falacia — Menma esta conteniéndose tanto como puede — tu no quieres a mi hermano, a saber el hijo de quien estas queriendo encajarle. — Apenas han pasado dos semanas de esa estúpida fiesta, es muy poco tiempo para que se enterasen de un supuesto embarazo a menos que Itachi supiese que podía suceder y sabe que ese no es el caso.

— Vete de mi casa, Menma. No voy a repetirlo — afila su negra mirada.

— Dime antes quien es el padre.

Esos filosos ojos azules parecen recorrerle con total repugnancia, menospreciándolo por completo asegurando sin palabras la terrible verdad pero una verdad que no tiene por qué revelarle a él, una verdad que aún puede ser diferente pese a ser tan improbable… porque aún le queda mínima esperanza de que el hijo que espera sea de alguien tan maravilloso como Naruto y no de su malévolo tío de ese amor grotesco que nunca tuvo un comienzo.

— Naruto, el hijo que estoy esperando es de Naruto.

Asegura y desea que sus palabras sean suficientes para conseguir que esa oración sea una realidad, pero más que la mirada de Menma quien ahora está sonriendo con ligera malicia son los pasos que tarde se ha dado cuenta se han acercado los que le obligan a contener la respiración unos instantes, la sonrisilla del otro es porque ha notado de quien se trata. Tal vez sea demasiada mala suerte o simplemente un castigo merecido por no haber hablado con Naruto en cuanto supieron del bebé.

— Itachi, voy a pedirte que repitas lo que acabas de decir.

Definitivamente la gélida mirada de su padre no da lugar a excusas o mentiras.

 

 

Continua.

 

 

Notas finales:

 

Saludos, espero el capítulo haya sido de su agrado, estaba sin internet estos días. Gracias por las lecturas y los comentario, cuídense mucho.

Yae.


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