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¿Hero? por MiRoApril

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Una simple carta parecía arruinar la vida de cualquiera. Era el y otros tantos “Elegidos” para una beca e ir a estudiar a Black Rose. La academia parecía tener prestigió por sobre todas las de la ciudad, todo por ser una nueva academia en abrir, que de nueva no tenía nada. La academia era una de esas donde salían grandes científicos, doctorados en lo que se podía pasar por la cabeza de alguien. En fin, capturaba la atención de cualquier padre en busca de la mejor educación para sus hijos. Otro de los tantos chistes que había escuchado de los adultos y su familia no sería una excepción a lo dicho. 

 

Por una parte le alegraba el no volver a casa, tener que vivir con sus padres era algo que detestaba, sobre todo porque él no era como ellos esperaban. No se refería a ser un cerebrito que luego llevara a casa dinero o heredará la empresa de sus padres. Desde pequeño recibió una educación de alta calidad. Era su vida la que detestaba, peor que un preso en la cárcel, limitado a hacer todo. Hasta que los años pasaron. Crecer era parte de la vida, para un hombre comenzar a tener intereses en las mujeres, un poco de alcohol también, pero Yunho había llevado todo al extremo. Solo por alejarse de lo que debía ser su próxima vida, por obligación de la familia y ser hijo único. Lo difícil de asistir a un internado era dejar sus amistades, sus novias, si, novias, ¿Por qué tener a una si puedes tenerlas a todas?,  dejar las fiestas, limitarlas a solo los fines de semana. Pero sus padres conseguirían lo que deseaban, tenerlo encerrado en cuatro paredes con miles de libros.

 

 

Al llegar el poco esperado día para marcharse de casa, parecía la gran fiesta que jamás le dieron para un cumpleaños. Tener sus cosas listas no era asunto suyo, tenía empleados que incluso no le dejaban solo, y hacer sus maletas no sería algo que el elegiría. Tenía todo listo en menos de lo que esperaba, el año escolar estaba por iniciar y el estaba a horas de irse lejos. De madrugada para llegar a un establecimiento alejado de la ciudad, “Convive con la naturaleza” le decía su madre. ¿Qué creía que había en un bosque? ¿Conejos? ¿Ardillas y animalitos lindos? ¡Era un bosque! No podían solo existir animales lindos, no tenía lógica tener un instituto en un lugar peligroso como el bosque. Ni aunque tuvieran rejas o algo parecido para alejarlos del peligro estarían seguros. Pero los retos eran algo que le agradaban de sobremanera.

 

A estructura del ¿Castillo?, era antigua, grandes puertas. Una infraestructura con una mezcla de diversas épocas, no tenía una definición en absoluto, ni mucho menos una época a la cual asimilarla. Parecía ser que cada vez que intentaron remodelarla fue en una época diferente, consiguiendo un poco de cada una. Bien, objetivo obtenido, era un desastre en cuanto a infraestructura medieval.  Lo que se preguntaba en ese momento, era, ¿Por qué un castillo?, para reabrir un instituto en esa época, ¿No debieron remodelar al menos todo?, ya que parecía que de tan solo pisar el lugar este se caería. Además de eso, se sentía en una especie de cuento mágico, como Harry Potter, solo por asistir a un instituto con un castillo en arquitectura.

 

Despedirse de sus padres… Bueno, no fue la gran cosa. Dejar su maleta en el suelo junto a un bolso para decir luego adiós desde el interior del vehículo. Era de esperarlo por parte de ellos. Solo deseaba poder ir luego por su propio vehículo, le extrañaría de dejarlo por un año en esa maldita cochera. Ni su padre podía tocarlo, y eso que el mismo había sido quien invirtió en él. Un amor que todo hombre tenía por su vehículo.

 

 

 

 

Que lugar más curioso, el primer instituto en el que las habitaciones eran individuales, era eso o sus padres se las arreglaron para mantenerlo solo, lo cual sería molesto, realmente molesto. Era un humano, el igualmente necesitaba convivir con otros de su especie, hacer amistades, pero vamos.. Que la idea de tener una habitación solo para él traía otro tipo de pensamientos a su cabeza, ideas bastante buenas y guarras. Sabía que no era el único en pensarlo, más de uno debió hacerlo. Al otro extremo de ese castillo, se encontraban las habitaciones femeninas. ¿Qué tan difícil era cruzar los pasillos?

 

Con el pasar de los días noto claramente la dificultad que tenían de realizar esas fantasías sexuales, teniendo maestros rondando por lo pasillos, apareciendo de la nada. Realmente a veces se preguntaba como era que descubrían a tantos alumnos en las oscuridades que daban los pasillos. Esos maestros eran unos expertos en su trabajo, sin duda el instituto tenía algo de bueno que los padres deseaban. Otra vez… Era molesto.

 

Para empezar la descripción de ese lugar. Misterioso era la primera palabra que ponía en su vocabulario. No solo la estructura le daba ese toque de fantasía de los libros de J.K Rowlling, era una especie de Hogwarts sin magia, ni toda la fantasía que se leía en los libros, solo el misterio de estar en un lugar donde el silencio de las noches ni siquiera traía actividades paranormales. Esperaba un par de “fantasmas” que le desvelaran, quizás un árbol que molestara su ventana para quitarle el sueño, pero nada. Lo único que parecía llamar la atención de todos, incluyéndole era el gran letrero evitando la entrada a un camino directamente al bosque. ¿Por qué pondrían un pedazo de cartón evitando que ingresaran?, claramente podía ser cruzado por cualquiera, no era dificultad alguna pasar al lado e ir al bosque. Pero no, todos temían ingresar a ese lugar como si estuviera encantado o algo parecido. Podía creer en los lobos o animales salvajes que podían atacarle durante la noche, debía ser realista, pero no tenía lógica. Idiotamente, se sentía tan curioso como los demás.

 

Sus clases parecían ser normales, dentro de lo que podía llamar normal en ese lugar. Sus maestros variaban, entre los amables y amigueros de los alumnos, como esos que pensaban hacerle la vida imposible. En el par de semanas que llevaba en ese lugar, no había tenido una sola clase de matemáticas, no era que estuviera exigiéndolas, por él… al diablo con los números. Era la necesidad de saber del tipo que todos hablaban por los pasillos. Había escuchado en sus primeros días los cuchicheos, “Ahí viene” “Es tan guapo” Y cosas de ese tipo de las mujeres.  ¿Qué le veían a un tipo de gafas?.

 

—Otra vez Hero llevándose la atención de todas..-

 

—¿Otra vez?.—Se preguntó a el mismo poco antes de acercarse a un par de supuestos compañeros sentados en el alfeizar de la ventana.- ¿Quién es ese Hero?

 

—¿No lo conoces?.-

 

—¿Nuevo?.- Dijo el más alto de los tres en el lugar.-

 

-Si. Me transfirieron este año.- Respondió. Su mirada estaba prácticamente perdida en el tipo de gafas. Tenía un cierto aura femenino, sus rasgos faciales, quizás la forma de caminar. ¿Era gay y por eso todos hablaban de él?.-

 

—El es Hero. Maestro de Matemáticas.—Le quito de sus pensamientos la primera voz suave que escucho.— Jamás se quita las gafas, y su carácter es… Bueno, es el peor de todos los maestros.-

 

-Estas bromeando, ¿No?.-

 

—Como si realmente pudiera bromear.— Le escucho bufar al de la voz suave.— Soy Junsu, el es Changmin. ¿Vamos en el mismo grado, no? Te he visto antes…

 

-Yunho. Probablemente, aunque siempre me siento al final del salón.- Termino su presentación con una sonrisa que desapareció solo para volver al tema.- ¿Qué tiene con esas gafas?

 

—Nadie lo sabe. Jamás hemos visto sus ojos.— El más alto sonó fastidiado de tan solo recordar el tema.— Tampoco han logrado quitarle las gafas. Hero es un completo misterio y termina llevándose la atención de todos…

 

Tenían una cierta naturalidad para hablar del tema, se veía en ellos el fastidio de un año más asistiendo a ese lugar. Agradecía que aquel fuera su último año, había dejado el circo de su casa para soportar otro en el instituto. Aun así… Ese Hero. ¿Qué tenía de especial?. Por poco sintió su mirada encima, podría ser o no su imaginación, por aquellas gafas no sabía realmente cual era el punto de enfoque que este tenía. Solo le sintió pasar a su lado, con una escena similar a una película, donde la cámara lenta se presentaba justo en el momento que los personajes principales pasaban uno al lado del otro. Solo que en vez de sentirlo como una escena de tensión o misterio, sintió escalofríos, su piel se erizo a tal punto en el que llevo su diestra hasta su brazo opuesto.

 

—Que tipo más siniestro..—Pronunció mirando un punto fijo frente a él, ¿Voltearse?, no soñarlo. Esa sensación térmica seguía en su cuerpo como para buscar más.- Entonces dicen… ¿Qué nadie ha logrado quitar sus gafas, no?...

 

—¿Qué? ¿Planeas intentarlo?.—El más alto se burlo del moreno en el instante que imagino sus fallidos intentos.-

 

—¿Por qué no?. Es humano después de todo. Debe tener alguna debilidad….¿No?..-

 

 

 

 

 

 

Sería otra clase de matemáticas sin el maestro, donde probablemente saldría a los minutos de estar todos reunidos en el aula. Podría volver a su cuarto a dormir un poco más, odiaba tener que levantarse temprano y aunque el sol mostraba ya la tarde de la jornada, sus ojos más que nunca pedían un descanso. No tenía nada de bueno poder despertar quince minutos antes de empezar la clase, provocaba más deseos de quedarse en la cama, de hecho, ¿Por qué asistió a clases? Sabía que ese tipo no aparecería, no lo había hecho durante todo ese tiempo y lo iba a hacer justamente ese día. Si claro. Estaba listo para tomar sus cosas cuando el salón se silenció por completo. Parecía que la muerte fuera a atacarles, podía sentir la tensión en el ambiente, era espeluznante, pero a su vez, excitante.

 

La voz casi masculina resonó en el silencio dando órdenes, a la cual todos respondieron como robots tomando los libros para comenzar los benditos ejercicios. No tenía más opciones que unirse a ellos, después de todo si deseaba conseguir su objetivo, no podía iniciar mal.  Pero más allá  de realizar sus ejercicios como correspondían, no podía quitar de su cabeza la última escena en la que descubrió al siniestro maestro. Tenía una nueva oportunidad para acercarse y tomar las gafas de este. Sus calificaciones podían ser de un sabelotodo, pero su comportamiento era exactamente lo contrario, una de las razones por las cuales ningún instituto dijo algo al respecto, además de eso, sus padre siempre donaban una gran cantidad de dinero y blablablá, el resto es como cualquier historia sacada de un libro, solo que en su caso era la vida real que debía estar soportando.

 

Una clase más aburrida, los ejercicios los había terminado en cuestión de nada. Dejo a un lado sus cosas y solo se concentró en mirar la hoja con un fin completamente diferente. Idear un plan era todo lo que necesitaba para ser reconocido en el instituto como aquel que le quito las gafas a Hero. ¿Qué escondía bajo ellas? ¿Cicatrices? ¿Era ciego?, si era así, ¿Cómo podía caminar con tanta precisión?, no, ultima idea completamente descartada, aquella no estaba en sus opciones. Probablemente era un gánster al cual siempre le pegaban en el rostro. No, demasiada fantasía. Y si, ¿Solo era para mantener la imagen sombría  y el interés de los alumnos?. Tsk, sería la decepción del instituto y el quien lo descubrió todo. Tal parecía que todas las ideas iban bien para Yunho. Solo debía actuar.

 

 

—Entreguen. No los esperaré más.-

 

— ¿Qué? ¿Ya se acabó la clase?.—Pronuncio con cierto deje de fastidio.

 

—Puedes quedarte todo el día si quieres. Yo no.— 

—Lastima… Me estaba divirtiendo.

 

 

Jugar las cartas de Hero podía ser algo difícil de realizar si apenas le conocía. No sabía como actuar ante un maestro como ese, ¿Ser el niño bueno?, ¿Ser el buscapleitos?, debía tener una forma a seguir si deseaba obtener lo que deseaba. Como último año, ¿En que le afectaría atacar al maestro más “popular” del instituto?.

 

 

 

 

 

Una noche no fue necesaria para idear un plan. Estaba siendo inútil, no tenía como acercarse a Hero, ni siquiera por consultas de matemáticas, había demostrado ser bueno en ellas con el último informe entregado, quizás no lo pensó bien en el momento. Ya no tenía forma de tomar la gloria de Black Rose. Estaba frustrado caminando por los pasillos aquel día, no tenía nada, ni siquiera había dado con Junsu, ni Changmin para saber más del siniestro. Ya se sentía un acosador por solo pensar en él, y era que esa aura de misterio y siniestra como el apodo que se había ganado de su parte, lo tenían tan curioso que deseaba ver bajo esas gafas. Descubrir la verdad de él.

 

 

—¿Qué quieres, Dambi?.-

 

—Oh vamos… ¿No se alegra de verme?.-

 

—¿Por qué debería alegrarme?.-

 

—¿Es que a usted no le gustan las mujeres?.-

 

Se detuvo contra la pared al escuchar la voz del mayor en el pasillo contrario. ¿No le gustaban las mujeres? ¿Era gay?. ¿¡Estaba a punto de involucrarse con un maestro gay!?, Aquello valía mucho más que unas gafas, ¿Qué tal ambas?, sin duda Hero era una caja de sorpresas, como pandora, tentadora, una que quería abrir y ver cada uno de sus secretos.

 

—¿Qué quieres escuchar de mi?.-

 

—Lo que toda mujer quiere escuchar, ¿No cree?.-

 

—Sabes bien que una relación de maestro y estudiante no está permitida en ningún instituto, ¿No?.-

 

—Eso solo si se enteran…--

 

—Si sabes lo que debería decir, reprodúcelo con mi voz en su cabeza.-

 

 

Hero no solo había ignorado la pregunta de la mujer, sino que tampoco le dio lo que esta pedía, ¿Qué mierda le veían todas entonces?, el hombre ni siquiera sabía conquistar a una dama, todo hombre sabía que una mujer buscaba a un tipo romántico, cursi preocupado, coqueto, entre todas características, alguien que el sin duda podía interpretar. Pero ese tipo… Sin duda le estaba colapsando. La última conversación no había sido tan privada después de todo, coqueteos directos de una de sus compañeras, de aquí a recordar exactamente a qué clase asistía junto con él, lo daba por olvidado. Dejaría actuar a su atractivo, un par de palabras bonitas y la mujer sería otra de aquellas que caería en sus brazos,  el de gafas oscuras no era el único que podía hacer magia con las mujeres. 

 

 

 

 

La tarde había caído. El sonoro timbre dio a conocer el fin de la jornada, todos los alumnos saliendo de las respectivas aulas, incluyéndolo a él. Era tiempo de volver a sus habitaciones cruzando los jardines hasta lo que la academia llamaba “Castillo del Sol”, no le veía nada lógico al nombre, pero tampoco era un tema del cual se sentaría a discutir. Caminaba hasta la salida, cuando vio al siniestro salir directamente hasta los jardines de la academia. Conociendo la nada misma de su maestro, este no iría a los jardines por descanso, era algo que cualquiera podía deducir entre tanta aura tan misteriosa.

 

-—Hey Dambi!— Elevo apenas su mano llamando la atención de la fémina.— ¿Quieres dar un paseo?..

 

—¿Cómo sabes mi nombre? ¿No eres nuevo?.— Pregunto en aquel tono suave, femenino, típico de mujeres coquetas como ella.—

 

-Digamos que siento cierta atracción por tu hermosa belleza, y no me resistí a preguntar tu nombre…

 

—No eres el único. Yunho.—

 

Para empezar, sin duda se sorprendió de escuchar su nombre de los labios femeninos, ¿Es que esta había realizado la misma mentira que él?. Claro que la fémina claramente decía la verdad en comparación a él. Estaba de más decir que subió aun más su ego el interés que Dambi había demostrado por él. Ella podía ser una de tantas que le buscaran luego. Mierda, solo quedaba deshacerse de los maestros para tener a la mujer que deseara en su cama. Al menos se conformaría con una, por el momento.

 

Tentar a la mujer a cruzar la vendida advertencia al bosque, no fue difícil. Era una verdadera puta, un par de susurros, palabras bonitas, por no decirles guarradas y tenía a Dambi contra el tronco de un árbol prácticamente gimiendo su nombre. No era como si lo tuviera planeado, al contrario, el solo quería que el siniestro le viera con tipa, quizás verlo evitar que ingresaran, un regaño, detención, lo que sea para tener un tiempo a solas con el de gafas oscuras. Pero no, la mujer era toda una zorra, no podía resistirse a la carne fresca cuando la servían tan fácilmente.

 

Besos y caricias, no eran más que lujuria actuando desde sus cuerpos. Tomo a Dambi desde los muslos obligándola a rodear su cintura con el fin de mantener más contacto entre sus cuerpos, no desaprovecharía esa oportunidad, después de todo, Hero no hizo ni nada, ni siquiera mostrar presencia. Le estaban regalando un momento único. Sexo.

 

 

-¡Auch!.. ¿Qué fue eso?.- Se quejó de inmediato. Una punzada contra su nuca le separo del rostro contrario. Soltó incluso el muslo de la contraria para tocar su cabeza, no era como si fuera a sangrarle o algo parecido, pero debi admitir que si, había dolido bastante.

 

—Ah!.. Yunho!.—

 

—Oh! Lo siento.. Solo sentí.. Ouch..— Nuevamente ese dolor en su nuca, le obligo a soltar a la fémina por completo. Caer sobre su trasero no era algo que le agradara a las mujeres. Tampoco le sorprendía que esta le dejará con unos cuantos insultos.

 

¿Quién había sido el gracioso?. No se quiso quedar con la incertidumbre ni menos con esa molestia de darle un par de golpes al gracioso que interrumpió su momento. Para ello, solo se adentro al bosque, siguiendo un camino invisible, solo sus humanos instintos. Encontrando, no muy a lo lejos, a quien tanto había buscado durante el día.

 

 

—¿Celoso?...—Pronunció con una suave sonrisa victoriosa. Había logrado celar al maestro siniestro.

 

-¿Yo? ¿De ti?. ¿Es un chiste?.- Hablo el de gafas, seco, inexpresivo, siniestro.

 

—No es coincidencia que estés justamente aquí cuando estoy a punto de cogerme a una tipa.—Se acercó lentamente, escuchando nada más el sonido de las piedras y hojas al pisar. Pues Hero parecía pensar su respuesta más que antes.- ¿Tu fuiste quien nos interrumpió? ¿No?

 

—Primero, soy tu maestro, soy mayor, ten un poco de respeto. ¿O es que te criaron los lobos?.- Una pausa reinó en el ambiente, adornándolo aún más el ocaso a punto de dar paso a una oscura noche.— Segundo. No me interesa lo que hagas con Dambi. Por mi puedes cogerla todo lo que quieras.—

 

Le fastidiaba ser esa tranquilidad en Hero. ¿Cómo podía no afectarle nada? ¿No estaba molesto?, ¿Su orgullo?, ¿Dónde estaba el siniestro que debía enviarle a un castigo o algo parecido?. Odiaba recibir todo tan fácil y no obtener nada a la vez. Hero te quitaba todo lo que deseabas y te entregaba todo lo que no querías. ¿Qué conseguía con eso?. Apretó su mano en un puño, estaba irritado, más que eso, le seguía molestando las malditas gafas, el sol se había escondido por completo y este seguía con las gafas puestas en una noche oscura.

 

—¿¡Por qué mierda no te quitas eso?!.—Pronunció con ira tomando las gafas con un solo fin, arrebatarlas. 

 


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