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Against all odds por KittieBatch

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Notas del capitulo:

Hola hermosas personas que leen esta historia, les traigo nuevo capítulo después de tanto y quería comentarles un par de cositas antes de iniciar, la primera que tengo otros proyectos Stony que les podrían interesar.

 

I lost you (One shot) 

 

Nice to meet you (Aún no decido si será fic o mini fic, como sea ¡visitenlo!) 

 

La segunda cosa que les quería mencionar es que, en mi página de Facebook tengo algunas respuestas a dudas que me han planteado acerca de la historia,además de una historia en formato Tap que hago en mis ratos libres, también de temática Stony, básicamente es humor. Así que les dejo la dirección de ambos álbumes para que se den un paseo por allí. No olviden darle like a mi página y segirla para saber cuando actualizo mis proyectos. 

 

Curiosidades: Against all odds 

 

No es tan fácil (TapChat)

Capitulo IX

 

─Rojo, Azul y Negro─

 

Tony observaba con curiosidad a ambos hombres, a Bucky por el hecho de desafiar a Steve y al segundo por enfrentarse a su amigo querido. Definitivamente algo grave estaba pasando pues hasta donde él recordaba Steve Rogers lo había dejado por causa de Barnes. ─No peleen en mi casa, lleven sus peleas de amantes a otro sitio─ soltó incómodo Tony causando que la nueva seguridad de Steve sobre su relación tambaleara.

 

─Te equivocas─ dijo Barnes acercándose a Tony ─Ningunos amantes, la pelea... yo─ soltó sin mucho sentido y a ambos les pareció extraño pues dos segundos antes parecía totalmente normal.

 

─Me dijeron que había un invitado especial─ la voz de Austin más que divertida resonó tras ellos y Tony comprendió que le sucedía a Barnes.

 

─Austin, por favor─ pidió Tony y él lo vió totalmente inocente─ Sé que eres tú, lo hiciste con Bruce.

 

─Solo quería divertirme─ se encogió de hombros liberando la mente de Barnes por completo.

 

─¿Qué me hiciste?─ habló atontado aún por la intromisión del hombre en su cabeza. ─¿Por qué todo es más claro?

 

─Reconfiguré tus funciones cognitivas... tal vez...─ Barnes clavó la mirada en ese hombre de cabellos blancos y decidió que de alguna manera podía ayudarlo.

 

Steve notó esa mirada en su amigo y una ligera sospecha se asomó, una que guardaría para otro momento más oportuno, de momento se ocupó de abrazar a Tony por detrás rodeándolo con sus enormes brazos y dejando descansar su cabeza en la curvatura de su cuello. Sin pensarlo mucho dejó un beso casto sobre la piel expuesta, justo sobre una de las marcas que le hiciera horas antes. Tony por su parte quería seguir molesto con Steve, quería odiarlo como al principio pero, no podía, y no solo era porque estuvieron juntos nuevamente sino que la cercanía entre ambos solo mejoraba aún más el estado anímico de Tony, permitir que Steve volviera a su vida era una decisión importante, algo que sin duda no podría decidir a la ligera sin embargo la fuerza del odio se diluía como una gota de pintura en un estanque de agua clara.

 

─Sr. Barnes sígame, lo llevaré al laboratorio y tomaré los datos necesarios respecto a su brazo─ Austin casi empujó al hombre hacia adentro pues notaba todos los puntos suspensivos en aquel abrazo que compartían Steve y Tony, ¿Estaba celoso? claro que no, sus sentimientos hacia Tony jamás fueron de ese tipo, eran buenos amigos, lo consideraba uno de los mejores y con el tiempo lo vería como un hermano al qué proteger. Solo esperaba que Tony tomara la decisión correcta, quería verlo feliz, odiaba las ojeras que vivían bajo sus ojos, el gesto amargo en su sonrisa, el llanto nocturno, odiaba que Tony se odiase, si volviendo al lado del rubio Tony sería feliz para Austin estaría bien.

 

─¿Por qué?─ dijo Tony

 

─¿Por qué, qué Tony?─ respondió el rubio sin soltarlo.

 

─¿Por qué no corriste a sus brazos como un cachorro emocionado?

 

─Porque ahora conozco mis prioridades y tú eres lo más importante en mi vida, lo único que importa realmente para mi, no te pienso dejar ir, fui el tonto más grande antes por confundir mi pasado con el presente, él es mi amigo pero es gracias a ti que encontré un lugar en este mundo, mi razón de ser...

 

─Suena tan romántico Steve pero me cuesta creer que realmente estás aquí diciendo esto... Mi padre me dijo cierta vez que la única razón por la que nací fue porque necesitaba dar la imagen de una familia ejemplar... me reí en su cara como respuesta, pero fue el inicio de una espiral de malas decisiones que me llevarían a ser lo que fui... cuando tu me dejaste, cuando estabas allí sobre mi intentando clavar el escudo que mi padre te entregase como símbolo de amistad los vi a ambos, él acabaría con su error y tu lo ayudarías... creí tanto en ti, Te amaba de tal manera que quería incluso morir si eso te hacía feliz...

 

─Tony, no, yo no quería herirte, nunca quise hacerlo, quería protegerte de más dolor pero todo salió mal, hace tres años aún vivía añorando el pasado, pero al perderte comprendí que lo único que realmente me interesaba eras tú. Mi vida comenzó cuando te conocí, le diste sentido y no sabes cuanto me odio por hacer lo que hice, por actuar como actué y por herirte.

 

─Nada puede ser igual... tu y yo tendremos que vivir con la sombra de lo que pasó.

 

─Estoy dispuesto a llevar esa carga, estoy dispuesto a iniciar nuevamente si así lo quieres, solo te pido que pueda acercarme a ti nuevamente, quiero tocar tu corazón y poder llenarlo de amor, reparar lo que rompí... Tony si me quedo contigo te demostraré a cada segundo que eres lo más importante para mi, no volveré a fallar─ dijo en una súplica que se clavó en el corazón del moreno.

 

─Hay un futuro que salvar Rogers─ dijo tras un largo silencio, se alejó de los brazos del rubio y ese sentimiento de estar cayendo volvió. ─Observa a Olimpia, ella vino desde el futuro para que reparemos esta basura de presente que tenemos, y por mucho que busque odiarte, por tanto que busque olvidarte simplemente ¡no puedo! ¿Por qué? todos estos años estuve buscando que no doliera, incluso me prometí hacer que te borraran de mis recuerdos pero mis demonios siempre volvían... ─su voz temblaba─ te veía, siempre eras tú.

 

─Tony...

 

─No, escúchame, aún te amo pero no sé si me alcance el amor para sanar esto, no sé si al final, cuando todo vuelva a la normalidad tu y yo podamos tener un futuro juntos─ agregó y Steve sintió que su corazón se partía.

 

─Está bien─ suspiró buscando ocultar lo mucho que dolían las dudas de Tony ─Te prometo que si al final tu decides que no me quieres a tu lado dejaré de intentarlo.

 

Se midieron con la mirada por segundos que parecían interminables, reconocían el rostro del otro, el alma herida y las culpas tras cada espalda. ─Steve, inténtalo─ dijo Tony por fin y una sonrisa amplia apareció en el rubio, seguida de lágrimas que liberaron la tensión de su alma, volvía a sentirse vivo tras años de no recordar cómo se vive.

 

Bucky siguió a Austin por los pasillos de la Mansión Stark, ese hombre hizo que el ruido de su cabeza disminuyese, quería saber por qué podía calmarlo tan rápidamente. ─¿Qué eres?─ se animó a preguntar por fin.

 

─Un mutante─ contestó sin molestarse en voltear a verlo.

 

─¿De qué clase?

 

─Soy un telépata, por eso pude entrar a tu mente.

 

─¿Eres una especie de Vengador?

 

─No, solo soy un científico para Stark Industries.

 

─Pero tienes poderes o algo parecido.

 

─Los tengo, pero decidí no usarlos, decidí vivir como una persona normal, hasta que conocí a Tony.

 

─¿Eres su pareja?

 

─No, soy su familia.

 

─No sé cómo disculparme, cómo hacerle entender que yo nunca quise asesinar a sus padres.

 

─Lo entenderá cuando demuestres quién eres y te liberes del dominio de Hydra.

 

─¿Puedes ayudarme?

 

─Quizás... pero a cambio necesito que me prometas algo, si no lo cumples te quitaré cualquier capacidad de funcionamiento cerebral que tengas.

 

─¿Qué quieres de mi?

 

─No te intereses en Tony, no busques nada con él más allá de su perdón.

 

─¿Por qué?

 

─Nunca va a interesarse en ti, siempre estará enamorado de Steve Rogers.

 

─¿Cómo lo sabes?

 

─Conozco su corazón

 

─¿Ya lo intentaste?

 

─No, no lo hice, pero lo conozco mejor que tú.

 

─¿Nunca dejará de amarlo?

 

─Nunca. ¿Lo entiendes?

 

─Sí, lo entiendo.

 

─¿Puedes prometer entonces que no le pedirás nada más que su perdón?

 

─Puedo prometer eso.

 

─Entonces te ayudaré.

 

Aquella extraña conversación era seguida de cerca por Olimpia y Rhodey desde su centro de operaciones en la habitación de ella, Friday se había encargado de mantenerlos informados con todo detalle. Ella tuvo que explicar a Rhodey su interés en ellos y el moreno sonrió entusiasmado, deseó con el corazón que el plan de ella se cumpliera por completo.

 

Poco faltaba para que la batalla por el poder llegara, ella podía sentirlo, la gema avisaba que el momento de arreglar todo se acercaba, el fracaso no era una opción y para ello necesitaba a Barnes en su equipo, los necesitaba a todos y eso incluía a Falcon. Hasta ese momento Rhodey parecía calmado, feliz con su vida, pero no sabría predecir su reacción al saber que el hombre causante de su parálisis se integraría al equipo.

 

─Uhmm, Rhodey─ llamó ella.

 

─Dime─ dijo pasando la vista por las cámaras del jardín sonriendo al ver a Tony y Steve abrazados.

 

─Llamé a Falcon─ dijo ella y cubrió su cabeza con los brazos por puro instinto.

 

─Está bien─ dijo el moreno sin una gota de molestia en la voz.

 

─¿No vas a gritarme por llamar al hombre que..., bueno, no vas a gritarme?

 

─No, ya lo hiciste, ¿qué puedo yo hacer si su presencia es importante para cambiar todo?─ agregó él y quitó con cariño las manos de ella sobre su cabeza ─Eres igual a Tony─ sonrió ─me agrada saber que esos idiotas lograron tener una buena vida y buenos hijos ─señaló la pantalla donde Steve y Tony aparecían.

 

─Es reconfortante que lo sepas... tío─ sonrió ella y lo abrazó, su tío Rhodey siempre le levantó el ánimo e incluso ahora lo hacía.

 

─Anda, arreglemos esto y no me cuentes nada de mi futuro, aunque si me puedes dar una esposa guapa no me molestaría─ bromeó y la chica rió.

 

Tony y Steve estaban volviendo a la Mansión con las manos unidas en un tímido agarre, de pronto se sentía como volver a comenzar, existían cosas que perdonar, pecados aún por asimilar, sin embargo ambos unidos simbolizaban que el mundo podría tener esperanza. Una sonrisa apareció en el rostro  de Tony, quizás si podrían lograrlo. Steve ahora más que nunca estaba dispuesto a pelear con todas sus fuerzas por conservar al moreno a su lado y si destruyendo a los enemigos de los que Olimpia habló lo lograría entonces tomaría su traje y pelearía, también convencería a Bucky  de acompañarlo en esta misión aunque resultara un tanto descabellada y suicida.

 

─Al laboratorio Steve─ llamó Tony al rubio que caminaba perdido en sus planes para luchar.

 

─Lo siento─ se disculpó, se fijó en el camino a donde sus pasos lo comenzaban a conducir y se echó a reír, estaba llevando a Tony a su habitación.

 

─No vas a tener más suerte de la que ya tuviste hoy Rogers─ bromeó Tony y Steve tironeó de él para atraerlo a sus brazos y plantar un beso suave y lento en los labios del más bajo.

 

─Yo creo que la sigo teniendo─ sonrió pasando su brazo por la cintura de Tony posesivo y dejando que él lo guiara al laboratorio de la Mansión.

 

─¿Sabes lo cursi que puedes ser?─ dijo sin apartarse de su lado.

 

Cálido, así era como Tony definiría eso en su pecho que crecía con lentitud, en un pensamiento un poco idiota imaginó que tal vez Steve sintió eso cuando lo sacaron del hielo, negó sus pensamientos, Rogers ni siquiera estuvo consciente cuando salió del hielo. ¿Quién se pierde un momento tan importante como salir de un estado de criogenización? Solo el idiota de Steve Rogers.

 

─Lento─ soltó Tony y Steve lo observó confundido, no supo si se refería al ritmo que debían llevar las cosas a partir de ahora o se trataba de un insulto.

 

─¿Yo?─ dijo por fin

 

─Sí─ asintió con energía

 

─¿Por qué?

 

─Eres naturalmente lento, pero no lo entendí hasta ahora, sabía que eras ingenuo pero no que también eras lento, no en todo debo aclarar, en... en "eso"─ señaló la entrepierna del rubio─ no, pero en el resto sí, veamos, no tuviste sexo hasta los noventa y tantos, no te declaraste hasta que casi te obligué a hacerlo, razonaste tus ideas sobre nosotros cuando ya habías cometido un error, y sobre todo tardaste demasiado en despertar tras el hielo, eso amigo mío es ser lento, y no recibes un premio al hombre más lento del mundo porque tardarías en entender que quieren darte uno. Steve, tienes que acelerar el ritmo.

 

─¿A qué viene todo ese razonamiento Sherlock? ¿Qué hice?─ preguntó Steve, por suerte él conoció a Sherlock Holmes en su juventud y podía hacer una buena referencia de ello.

 

─Solamente me puse a pensar que realmente es un triunfo que sobrevivas en un mundo tan rápido como este.

 

─¿Gracias?

 

─No lo digo con ese fin, realmente necesito comenzar a enseñarte como se mueve todo o manejar un Smartphone será el menor de tus problemas─ suspiró ─¿Por qué tuve que enamorarme del hombre más lento del mundo?─ añadió una queja que hizo a Steve soltar una carcajada.

 

─Porque en el fondo tu también eres un poco lento como yo─ sonrió dejando un beso en su frente ─Admítelo Tony, también te gusta  ir lento a veces, ¿recuerdas el viaje a Napa? Acampar bajo la luz de las estrellas es ir a mi ritmo y lo disfrutaste.

 

─Tal vez tengas razón Dorito─ aceptó a regañadientes.

 

─Haz eso otra vez─  pidió Steve  señalando el rostro de Tony

 

─¿Qué cosa?

 

─Eso que haces con tu nariz cuando piensas, la arrugas como lo haría un conejo, es adorable... está en mi lista de cosas favoritas. 

 

─No bromees, es solo un mohín que no pude quitarme.  

 

─Nunca lo dejes, te hace ver tierno, pero no lo hagas en público si quieres mantener tu imagen de tipo duro.

 

─Creo que mi imagen es lo último que me importa en estos momentos─ rió entrando al laboratorio donde Austin se encargaba de preparar a Bucky para un análisis exhaustivo a su brazo. 

 

La historia que Olimpia conocía sobre el primer encuentro de sus tíos Bucky y Austin ya no existía, fue cambiada con totalidad, sin embargo era igual de graciosa, pues el de cabellos blancos jugaba con la mente del castaño con tanta frecuencia como lo hacía ahora, un poco porque buscaba crear resistencia en él al control mental y otro tanto porque Bucky era muy gracioso cuando se molestaba con el telépata. Pero a todo esto ¿quién es Austin Black? El mutante ex alumno de la escuela de Charles Xavier conoció a Tony mucho antes de que este siquiera pensara en ser Iron Man, fue varios años atrás, en una reunión sobre descubrimientos científicos patrocinados por miembros del CERN en una ciudad fría de Europa, sus ideas eran muy distintas y decir que fue amor a primera vista sería cometer un error, básicamente no se soportaban. Un año después Tony fue secuestrado y su historia cambió junto a su forma de ver el mundo, quiso tomar responsabilidad de lo que sucedía y fue entonces que las ideas de ese hombre de cabello blanco volvieron del lugar donde las dejó olvidadas. Buscó a Austin Black y aunque se negó a trabajar a su lado mantuvieron nutrida correspondencia electrónica que sirvió de escape a Tony. Por su parte Austin tuvo su propio camino a la oscuridad, él conocía el olor a azufre con que se bañaba el mismo demonio, se separó de sus compañeros mutantes tan pronto como salió del radar de Xavier, con veinte años cometió su primer crimen, un robo en el que nadie pudo culparlo pues básicamente él nunca estuvo allí.

 

Su camino estuvo condecorado con crímenes y tal vez uno que otro asesinato, buscaba la redención cuando conoció a Tony, era listo como solo un telépata podría serlo, en su proceso de vuelta a la luz hizo una maestría y pronto era un físico nuclear reconocido, tendría veintisiete años cuando Stark se topó con él y mientras el Playboy buscaba conseguir la paz con bombas y armas, Austin quería dejar las guerras y centrarse en sembrar una paz mucho más cortés. Los años que no pasó trabajando con el filántropo estuvo inmerso lo más profundo de las instalaciones del CERN en investigaciones que ayudaran a la humanidad, pronto se dio contra la pared al darse cuenta que el ser humano por naturaleza busca el conflicto y soñar un mundo donde todos se abracen como hermanos era una tremenda estupidez, además se dio cuenta de algo que todos sospechan pero nadie admite, no estaban solos, no solo en el universo, sino que en la dimensión. Criaturas de otros mundos venían a jugar en el planeta, hombres con martillos se aparecían dejando un rastro de símbolos en el pasto, un soldado que sirvió en la segunda guerra mundial descongelado y un hombre viviendo con un corazón de magnetos para evitar que la metralla en su cuerpo lo asesinara...

 

"Tony, considero que en esta ocasión tienes razón en tus ideas, también he sido idealista y el camino me he topado con sucesos que me han devuelto a la realidad, la misma que te secuestró hace años a ti, olvidé la maldad que los seres humanos podemos albergar, hasta el hombre más bondadoso tiene un lado malvado que podría explotar si se lo propone, así que viendo que mi trabajo aquí no contribuye más allá de engordar los gruesos archiveros del CERN acepto tu proposición de unirme a tu equipo de trabajo en Manhattan, aunque sabes la vedad de mi condición te pido que lo mantengamos en secreto, quiero ser únicamente un científico que ayude a mejorar el mundo, tu aprendiste a hacerlo, será un honor trabajar a tu lado."

 

Esas fueron las palabras exactas que Austin usó al aceptar el puesto que Tony le ofreciera tras el conflicto con los vengadores, quizás un poco por simpatía o porque el aire viciado de su vida lo estaba matando, fuera lo que fuese aceptó volver a Nueva York y ponerse a las órdenes del genio, el hombre que halló era tan diferente a aquel joven inmaduro que conociera años atrás, la vida le dio un par de duros golpes que lo dejaron rogando por clemencia. Al verse casi corrieron a fundirse en un abrazo, era  bueno ponerle cuerpo a la persona que escribía aquellas cartas. 

 

Supo adaptarse a la vida trabajando en la Torre Stark, tenía un pequeño apartamento a unas cuadras y pasaba la mayoría del tiempo trabajando en el laboratorio junto a Tony, ambos crearon el esqueleto que Rhodey usaba para caminar y suya fue la idea de una forma de control sobre Bruce Banner cuando este decidió aparecerse en la puerta de Tony con la ropa rasgada y expresión de arrepentimiento. La Mansión Stark era prácticamente un campo de refugiados, como si la estación de la cruz roja se hubiese instalado ahí tras la guerra. Todos ellos eran veteranos de sus propias peleas, tenían heridas que aún intentaban curar y demonios que alejar. El primer año fue el más duro, especialmente para Tony, estuvo a punto de destruirse por completo pero la intervención de Visión lo sacó de su deseo de dejar de existir, Austin fue quien le sugirió que Visión era el hijo que inevitablemente tendría que educar, podría ser muy listo y todo pero el humanoide tenía problemas para comprender la vida humana. 

 

 ─¿Eres feliz viviendo aquí?─ preguntó en cierta ocasión Tony, era media noche y aún perfeccionaban las nuevas mejoras al esqueleto de Rhodey. 

 

─Estoy mejor que con los cerebritos, solo tengo que cuidar que tu enorme ego no me aplaste─ respondió haciendo que Tony riera con ganas. 

 

Austin era el tipo de hombre que no esperaba ya nada de la vida, en cierta forma comprendía la forma de amor que Tony podía experimentar, también pasó por tantas camas que le sorprendía la cifra que lograba contabilizar antes de perder la cuenta. El amor parecía algo utópico en alguien como él, por eso dejó de buscarlo tan pronto como decidió que haría algo productivo con su vida. En cierta ocasión él y Tony tomaron esos estúpidos test de compatibilidad online, aunque tenían un alarmante 90% de cosas que los volverían la pareja ideal ninguno tenía esa intención hacia el otro. El amor para Austin Black parecía algo no permitido, por eso cuando sintió la presencia de Bucky Barnes en la Mansión y su cerebro prácticamente lo empujó a buscar esa mente tuvo que respirar profundo para no entrar en pánico. 

 

─¿Cómo se encuentra?─ habló Tony reparando en el ambiente tranquilo que rodeaba a su amigo y al juguete de Hydra. 

 

─Sin temor a equivocarme diría que su brazo está por morir, está casi frito ¿qué demonios estuviste haciendo con esta cosa?─ Regañó Austin y Tony elevó una ceja admirado. ¿Así se veía él regañando a Steve?

 

─Parece que en Wakanda intentaron repararlo, pero solo fue superficial─ agregó Tony examinando la extremidad.

 

─Estuve dormido, yo no sé que hicieron─ dijo el soldado y Steve asintió en silencio.

 

─Ellos dijeron que la tecnología usada en el brazo de Bucky era algo que desconocían. 

 

─Hydra siempre utilizó tecnología avanzada y complicada, pero no para mi─ añadió Tony llamando a Dum-E* para que le alcanzara sus herramientas ─¿Por qué no te he donado a la universidad?─ suspiró Tony cuando el brazo robótico se tropezó con un cable y casi se estrella con una ventana. El sonido parecido a un lamento se escapó del pobre Dum-E y Tony fue a él revisando que nada estuviera mal. 

 

─Lo siento─ dijo Bucky y Tony se tensó.

 

─Austin ¿te molestaría por al día a Steve de la situación política del país?─ pidió Tony y el albino prácticamente empujo al rubio fuera del laboratorio. 

 

─No importa si decides no ayudarme, yo vine para disculparme. 

 

─María Stark fue la mujer más importante en mi vida, ella me amaba...─ dijo intentado que su voz no temblara ante el recuerdo de su madre─Y Howard Stark, nunca fue un buen padre pero era una mente brillante ¿Por qué lo hiciste?

 

─Si lo supiera te lo diría pero no lo hice yo, quizás fueron mis manos pero nunca quise hacerles daño, yo no existía en esos años, Hydra controlaba mi mente, mis acciones, yo era su peón... 

 

─Estoy dispuesto a concederte el beneficio de la duda, lo pensé todo este tiempo, ellos están muertos, de no hacerlo tú lo hubiese hecho otro, querían a mis padres muertos. Ahora conozco los alcances de Hydra, no te estoy perdonando pero puedes redimirte, probarás tu lealtad uniéndote a nosotros para salvar una vez más el planeta, aunque en esta ocasión será diferente... Pelearemos por salvar el futuro. 

 

 ─Ella, la chica... ella es el motivo ¿cierto? buscas protegerla.  

 

 ─De cierta forma, ella existirá en el futuro junto a los hijos de todos, ellos desaparecerán si nosotros no arreglamos la mierda que hicimos hace tres años, eso te incluye a ti Barnes.

 

 ─Si es lo que quieres de mi lo haré, no importa que desees si con eso puedo conseguir tu perdón. 

 

 ─Veamos tu brazo─  cambió de tema Tony ─Wakanda podrá tener súper tecnología pero no supieron tratarlo, me llevará tiempo lograr que vuelva a ser el de antes, tendrás que esperar.

 

 ─Puedo hacer eso... No me gusta depender de esa cosa pero ya no tengo mi propio brazo. 

 

 ─Te acostumbrarás, Rhodey lo logró, utiliza un esqueleto que lo ayuda a caminar.

 

─Sobre Steve... él y yo no tenemos nada, jamás podría verlo de esa forma, siempre fue como un hermano.

 

─¿Lo prometes? ¿Realmente nunca hubo nada entre ustedes? ¡Júralo!

 

─Te lo juro Tony, él solo está enamorado de ti, pasó estos tres años añorando estar a tu lado, no hubo día que él no se sentara a ver el cielo y pensara que la vida se le acabaría antes de volver a tu lado. Yo dormí por mucho tiempo y así acallé a mis demonios, él tuvo que escucharlos todo el tiempo... Anthony Stark, te prometo que Steve Rogers solo te ama a ti.

 

Los ojos castaños de Tony dejaron ver un ligero destello de luz, como si algo renaciera en él, sin duda las palabras de Bucky estaban llegando a su interior, un paso más para poder superar el dolor que las malas elecciones le causaron. Sonrió de pronto concentrándose en el brazo metálico y en que Dum-E no explotara el laboratorio ─Austin Black, él es una persona interesante... yo puedo reparar tu brazo pero tu cabeza, a esa solo Austin puede ponerle orden, deberías pedirle ayuda─ soltó Tony recordando la breve escena que viera al llegar. 

 

─Austin Black... es como una brisa fresca... 

 

─Lo es...─ dijo Tony en un suspiro.  

 

Afuera del laboratorio Steve se paseaba como un león enjaulado, estaba esperando que estallara la tercera guerra mundial, sin embargo a medida que pasaban los minutos nada parecía pasar y eso le ponía peor, solo quería saber qué tanto podrían hablar ese par. Austin lo observaba indiferente, su antiguo yo le hubiese dado un puñetazo al rubio para que se calmara, sin embargo ahora le daba igual, él tenía claro control de sus emociones... eso hasta que Bucky salió del laboratorio a pasos lentos y se encontró con el albino frente a frente ─Tony trabajará en mi brazo, tal vez podamos...─ la frase murió en sus labios cuando el mutante asintió en silencio y lo guió de vuelta al jardín, único sitio donde podría usar su poder en él sin correr peligro. 

 

Steve por su parte prácticamente corrió para asegurarse que Tony se hallaba bien, lo encontró colocándose el equipo para trabajar en el nuevo proyecto que tenía entre manos, el rubio se acercó abrazándolo con necesidad. ─¿Todo bien?─ preguntó Tony sintiendo a Steve pegado a su cuerpo. 

 

─Solo quería saber que estabas bien, ¿él no te hizo nada? Tony...─ besó su cuello aspirando su aroma, llevó sus manos hacia el pecho del moreno y repasó sus pectorales como si se asegurara que nadie más lo ha tocado.

 

─Steve, necesito concentrarme... el brazo no se arreglará solo─ dijo, sabía como acababan esos encuentros, ambos sobre alguna mesa del laboratorio gimiendo y frotándose como animales en celo.

 

─La espera no lo matará─ el rubio mordió el lóbulo de la oreja del moreno, Dum-E hizo un sonido desaprobatorio y Tony recordó porqué nunca lo donó como chatarra. Antes que Steve pudiera convencerlo de seguir la voz de Friday se asomó y ambos saltaron sorprendidos.

 

─Señor, no quisiera interrumpir pero parece que SHIELD intenta contactar con usted y la nave de los Guardianes pide permiso para aterrizar. 

 

─Bien, que aterricen. Dile a Fury que llame después, cita a todos en la sala de estar. 

 

─Ya lo hice señor, la señorita Olimpia lo solicitó. 

 

Steve suspiró, pareciera que las cosas comenzarían a complicarse, pero justamente estuvieron esperando ese momento para poder poder mantener su futuro a salvo, Tony tomó la mano de Steve y el rubio entrelazó sus dedos, caminaron en silencio hacia la sala de estar, el ambiente no era tenso como la primera vez que estuvieron allí reunidos. Olimpia estaba en el centro de la habitación, tan pronto como los vio entrar suspiró aliviada. Repasó con la mirada a cada y uno de los presentes, incluido Sam Wilson que apenas tuvo tiempo de ponerse al día. Mordió su labio inferior para recordarse que eso no era un sueño y habló ─Comenzó, ellos ya vienen─ dijo ella y todos asintieron, después de tres años y muchos sentimientos encontrados los Vengadores estaban de vuelta, volverían no para salvar al mundo, ellos se unirían para salvar su mundo.

Notas finales:

*Dum-E es el nombre en inglés para el brazo robótico que Tony tiene el el laboratorio, al que conocimos en las películas, ese que lo rocía con el extintor durante su primera prueba de vuelo. En el doblaje latino Tony lo llama Babas, desconozco el nombre en el doblaje para España.

 

¡No olviden comentar y dejar sus votos! Quizás no debería mencionarlo pero solo nos quedan tres capítulos de historia. Un beso.


 


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