Finalmente había llegado a su destino, no podía ocultar su emoción pese a que no conocía muy bien el lugar. De inmediato bajo del tren, para buscar su maleta y conforme lo hacía, recordaba cómo fue que llego a dar ahí...
FLASH BACK
Desde niño siempre había sentido pasión por la música, incluso convenció a su padre de que le permitiera aprender a tocar el piano. Conforme fue creciendo, se fue interesando más por la guitarra tanto acústica como eléctrica, instrumentos que tuvo que aprender a escondidas de su padre.
Sin embargo, solo por hacer quedar bien a su familia, tuvo que acatar la orden de su padre de Estudiar Economía donde ahí conoció, sin saberlo, a su prometido: Sinbad. Era un chico alto, de penetrante mirada y larga cabellera. Al principio, se sentía incómodo, ya que ese desconocido lo seguía a donde quiera que iba y un día lo confronto.
--Oye, ¿se puede saber porque me sigues?
--¿De verdad no lo sabes?
--No te estaría preguntando si lo supiera.
Sinbad solo se limitó a sonreír y tomar el mentón del chico, que sin espéralo, recibió un pequeño beso. El mayor esperaba a que le correspondiera, pero en vez de eso, su pequeño prometido lo empujo.
--ESTUPIDO, ¿QUIÉN TE CREES QUE ERES? - Sinbad se ríe
--Eso, lo sabrás esta noche
--¿Huh?
Y así fue, esa noche hubo una gran fiesta, donde él se sentía sofocado; odiaba las fiestas de la "alta sociedad", pero tenía que soportarlo, su familia ya tenía bastante con un rumor que se corría y que le negaban compartir. La noche avanzo hasta que llego el clímax de la fiesta, y ahí para su sorpresa, apareció su acosador, vistiendo un traje de gala negro.
--Damas y caballeros, les agradezco que hayan asistido a esta reunión, donde no solo es una fiesta común donde puedo ver la disfrutan, pero antes
Con una seña, los meseros comenzaron ya fuera llenar o entregar copas con champagne, una vez que terminaron.
--Gracias - sonriendo- bien, como decía, esta no es una fiesta común... es una fiesta de compromiso. Y con gusto presento a mi prometido, al que le pido suba al estrado - sonriendo y estirando su mano - Uchiha Judal.--
Al escuchar su nombre, Judal soltó su copa al mismo tiempo que abría sus ojos con sorpresa e incredulidad, su mente se bloqueó ignorando los aplausos y felicitaciones.
--Anda querido, ven conmigo.
--Judal, tu prometido te espera.
El escuchar la voz de su padre lo hizo reaccionar, dándose cuenta que los invitados le abrían camino hacia su "prometido" que lo miraba con una sonrisa triunfal. Judal ya no se contuvo.
--NO - todos borran sus sonrisas - ME REHUSÓ A CASARME CON ESE... ESE...--
Ya no pudo más y salió corriendo, ante la mirada de consternación de Sinbad y de sus padres; no supo cuánto corrió, cuando se detuvo no supo dónde o como había llegado. Para cuando se dio cuenta había llegado a una estación de taxis.
--¿Necesitas ayuda hijo? - pregunto un anciano.
--Yo...
Judal guardo silencio al escuchar una canción, pero al reconocer la voz.
--¿Es Indra Uchiha?
--Si - respondió el anciano - él y sus primos tocan en una banda, son increíbles, cuando hicieron su primer concierto, las entradas se agotaron apenas se anunció que ya estaban a la venta. Pero, ¿los conoce?--
--Claro que si - sonriendo - señor, ¿está trabajando?--
--Si, ¿A dónde lo llevo?
Judal le daba indicaciones al taxista por donde ir hasta llegar a una elegante mansión, la cual tenía las luces prendidas, luego de haber pagado el viaje y entrar a su casa.
--Judal, ¿Dónde te habías metido? - su madre lo abrazo.
--Judal - se oyó su padre - ¿Por qué dejaste plantado así a tu prometido?, ¿sabes la vergüenza que nos has hecho pasar?-
--Ese tipo no es mi prometido y yo no he hecho nada - se defendió el azabache.
--Claro que si, así que mañana temprano llamaras a Sinbad, te disculparas con él y nosotros haremos de nuevo la fiesta de compromiso, ¿Quedo claro?--
El joven no respondió, simplemente se soltó del abrazo de su madre para subir a su habitación y encerrarse de un portazo, luego de que se calmó sintió que las lágrimas brotaban de sus ojos, las cuales limpio con furia. Tomo una bocanada de aire, para luego verse en el espejo: su cabello largo recogido en un moño, usando un fino kimono al igual que caras joyas.
Judal no lo pensó dos veces: saco una mochila y una maleta, para luego quitarse esa ropa para cambiarse por algo más cómodo. Deshizo su peinado, para hacer de su cabello una larga trenza, en su armario saco cinco sobres grandes, los cuales, eran sus ahorros para guardarlos en su maleta.
No tuvo que esperar mucho tiempo, para que en completo silencio y desactivando las alarmas, saliera a la calle donde lo esperaba el taxi que lo había llevado.
--Disculpe la demora señor -- entrando al auto.
--Tranquilo -sonrió el anciano - ¿estás seguro que quieres hacer esto? -- Judal miro por la ventana.
--Al aeropuerto.--
El taxista solo obedeció, una vez que llego a su destino, le pago el doble del viaje al señor como compensación por esperarlo. Llego a la recepción donde compro un boleto para el próximo vuelo a Japón, para su suerte, el próximo vuelo salía en media hora.
Poco después, abordo el avión el cual despego sin demora, poco después se quedó dormido. Cuando despertó, aún faltaban dos horas para llegar a su destino, mientras tanto, Judal revisaba su computadora, buscando la información de la banda de sus primos.
--Veamos, aunque se turnan el puesto de vocalista, casi siempre Indra es quien canta, Itachi toca la guitarra, Obito la batería, Sasuke el bajo - sorprendido - vaya, el tío Madara es el manager y el tío Izuna es el quien se encarga de la edición - sonriendo- así que por eso los desprecian en la familia.--
Judal sonrió, tal vez era su oportunidad de hacer lo que más le gustaba, aunque eso significara que también fuera expulsado, solo esperaba que ellos le dieran la oportunidad. Finalmente las dos horas pasaron y llego al aeropuerto, luego de consultar la dirección de Madara, tomo el tren que lo llevaría a su destino.
Cuando llego, reviso el papel donde había anotado la dirección. Finalmente, llego a la casa de familia, donde suspiro, pero al mismo tiempo temía entrar, ¿lo aceptarían?, en eso estaba cuando.
--¿Judal?--
--¿Indra?--
Ambos se miraban fijamente, pero una sonrisa se dibujó en Judal quien corrió a abrazar a Indra; aun estático, el castaño tardo en sonreír y devolver el abrazo a su primo. El mayor estaba sorprendido de ver a su primo en su hogar, tenia años de no verlo puesto que este estaba en Estados Unidos, y por la separación que había en la familia pues, se les dificultaba más verse.
- ¿Pero que es lo qué haces aquí? ¿No deberías de estar en Estados Unidos?- Preguntó Indra después de separarse de aquel abrazo. Judal pasó una mano a su nuca para rascarla con algo de incomodidad.
- Digamos que sucedió un problema, cosa que me hizo venir hasta acá.- Fue lo que respondió el menor dándole una sonrisa algo nerviosa.
El mayor dudo en creerle pero no lo forzaría a que le contara, todo a su tiempo. Ayudo a su primo con unas maletas invitándolo a pasar, lo bueno era que estaban todos en casa.
-- Oigan, ¡tenemos a un invitado!-- Grito Indra dando aviso. Unos pasos se escucharon al chocar con el piso y se detuvieron a unos metros de ellos.
-- ¡Judal!-- El primero en llegar fue Izuna, que era quien estaba más cerca. Judal dejo sus cosas a un lado y corrió a abrazarlo siendo correspondido por su tío.-- Tenía tanto de no verte.--
-- Tio Izuna, te extrañe mucho.-- Ni tardo ni perezoso le correspondió el abrazo a su tío con fuerza, siempre pensó que Izuna dejaba un aura de tranquilidad a quienes le rodean y eso a sido para notarse con el pasar de los años, incluso parecía que sin el en esa casa ya hubiera corrido sangre... de Tobi, pero sangre.
Y no se equivocaba el recién llegado, Izuna era el tranquilo de aquel hogar pero, cuando se enojaba llegaba a ser mas de temer que Madara e Indra juntos; por eso siempre evitaban hacer algo que le hiciera enojar.
Flash Back.
Izuna había ido a recoger a Indra a la secundaria, lo espero hasta que lo vio salir con la mirada baja cosa que le preocupo. Se le acerco de inmediato poniéndole una mano en el hombro ajeno y hablo.
--¿Que paso Indra?-- Pregunto preocupado recibiendo como respuesta un gemido de que estaba llorando, ahí el mayor sintió un enojo recorrerlo. Así que con voz seria volvió a preguntar.-- ¿Quien fue?--
Justo se escucharon unas risas, e Indra se encorvo al escucharlas, ahí estaba su respuesta.-- Espérame un minuto.- Y se fue directamente a donde iban aquellos jóvenes.-- Ustedes.--
Estos al escuchar el llamado voltearon y con una mirada burlona hablaron.-- ¿Que? ¿Acaso quieres nuestro numero?-- Eso solo hizo enojar aun más a Izuna.
-- Vaya, parece ser que solo son una bolita de engendros inmaduros que se meten con cualquiera solo cuando están con sus amiguitos. Díganme, ¿en serio creen que alguien les va a pedir su número? Cuando ni siquiera los voltean a ver.-- Los jóvenes enojados se dieron la vuelta en su totalidad solo para notar que los ojos negros de Izuna habían cambiado a un rojo sangre, por lo que un escalofrió les recorrió toda la espalda. Indra veía todo desde lejos, quiso reírse al ver ese rostro lleno de terror de los tipos esos.-- Ahora si no contestan verdad, así que de una vez les aclaro... se vuelven a meter con Indra, o con cualquier otro alumno, vendré y no les gustara lo que les puedo hacer... ahora, ¡Largo!-- Y cuando grito salieron corriendo del lugar, Indra sin poder aguantar mas comenzó a reír, sin duda su tío era de lo mejor.
Fin Flash Back.
Era uno de los tantos recuerdos que Indra guardaría con mucho cariño en su memoria, Izuna le había defendido incontables veces al igual que Madara. Siempre los vio a ellos como dos hermanos mayores o sus padres, puesto que su madre ni sabia como le iba en la escuela, no sabia de su existencia por resumirlo.
Tobi fue el siguiente en bajar para ver quien era aquella visita inesperada, encontrándose con Judal, así que hizo lo de siempre... saltar y abrazarlo como si la vida se le fuera en ello.
El pobre recién llegado ni respirar podía, cuando quería el buen chico podía dar miedo con esos abrazos mortales, fue cuando Izuna compadeció a Zetsu e Indra... esperaba que lograra matarlo en uno de sus abrazos.
Madara fue el siguiente en bajar acompañado de Itachi, ambos no ocultaron su sorpresa de ver a sobrino/primo ahí, pero de todas formas lo recibieron con los brazos abiertos. Entre los dos sobrinos tuvieron que despegar a Tobi de Judal, que ya estaba tomando un color morado en su pálida piel. Madara le dio un golpe en la cabeza al buen chico para que se calmara, entendía que estaba emocionado pero no era para tanto.
Ambos recién llegados se dedicaron a saludar a Judal hasta que bajo Sasuke, algo arreglado puesto que había quedado de salir con un amigo de nombre Naruto, se habían quedado de ver en el parque y como le gustaba llegar puntual (aunque su amigo no lo fuera en lo mas mínimo) debía estar ya allá. pero su leve sonrisa en el rostro desapareció al ver a Judal que tuvo la misma reacción, el ambiente se torno tenso y algo oscuro, y como no si esos dos nunca se había llevado bien, a pesar de ser los mas chicos de la familia nunca habían coincidido en algunas (muchas) cosas.
-- Judal...--
-- Sasuke...--