volvieron del colegio, tsuna queria subir lo mas rapido posible a su alcoba, pero eso iba a ser imposible, su madre salio de la cocina acercandose a su unico hijo.
-bienvenido a casa, tsu-kun. espero que no le hayas causado molestias a gio-kun.
-hola, nana-san. es un gusto conocerle en persona. no debe preocuparse tsuna nunca sera una molestia para mi.
-ara, ara.. tsu-kun ¿que es eso que tienes en el cuello?-dijo apartando un poco el cuello de la camisa para ver mejor, el castaño se altero y se cubrio negando con las manos diciendo que no era nada.-no es nada, oka-san. ¡espera! ¿gio-kun? oka-san ¿llamaste gio-kun a giotto-san?
-si. gio-kun es muy amable. me alegra conocerle en persona.
-¿cuando hablaron?
-recuerda tsuna. llame a tu madre para decirle que como se te habia hecho tarde te quedarias a dormir en mi casa. despues de eso comenzamos hablar un poco.
-si. pero nunca me imagine que gio-kun fuera un chico tan guapo. tu madre debe estar orgullosa de ti-dijo ladeando la cabeza con una sonrisa.
-no es para tanto, nana-san-dijo riendo nervioso.
-oka-san, giotto-san y yo iremos a mi alcoba a hacer la tarea ¿si?-dijo y tomo de la mano al rubio llevandolo consigo rapidamente hasta su alcoba. sin dejarle tiempo a su madre para responder.
una vez arriba.
-lamento eso-le dijo sentandose frente a el.
-¿porque te disculpas?
-es que oka-san siempre dice cosas asi y...
-no me importa, tu madre es muy amable y linda. ademas ¿no te paresco guapo?-dijo mirandole fijamente de cerca.
-¡¿que?! no, bueno si... yo..-estaba realmente nervioso no sabia que responderle. bueno si le parecia muy atractivo, pero era vergonsozo decirlo en voz alta, estaba rojo de la pena, y su color se intensifico aun mas cuando el mayor tomo su mano para besarla subir beso a beso por esta y llegar hasta sus labios. se separaron mirandose fijamente el rubio sonreia mientras besaba las mejillas rosadas de su "caramelito".
-te quiero, mi dulce caramelito.-susurro en su oido seductoramente.
mas tarde.
contenia sus ganas de reir, los besos en esa parte de su cuerpo le daban cosquillas. la puerta de su alcoba fue abierta estriposamente asustandolos a ambos, esa escena fue vergonsoza para tsuna, el que lo vieran asi, el mayor nose inmuto, de los dos chicos que entraron groseramente a la habitacion el mas alto de los dos miro hacia un lado insistiendole al otro que debian irse, pero este nego molesto y ligeramente sonrojado por haberlos encontrado asi, se acerco al mayor de los 4 este solo sonreia viendo el desastre que iba a comenzar a su alrededor. su caramelito intentaba bajar el sonrojo que se habia posado en su rostro, el peli negro trataba de calmar al bombardero que lucia furioso pero sus intentos eran inutiles.
-calmate gokudera.
-¡¿como quieres que me calme?! ¡mientras este le hace cosas indesentes al decimo!
-crei que ya habiamos pasado por esto, hayato. crei que ya confiabas en mi-dijo haciendose el ofendido.
-nunca dije que confiara en ti, dije que aceptaria la decision del decimo si era lo que el queria. aun asi, sigo observandote. no dejare que le hagas daño al decimo.
suspiro resignado hiciera lo que hiciera el chico frente a el no se fiaba, no bajaria la guardia de ningun modo, admiraba eso pero tambien le estaba desagradando si eso irtervenia entre su caramelito y el.
mas tarde la madre de tsuna subio a la alcoba y les llevo a los chicos algo de comer y un poco de jugo. calmadamente le pidio a gio-kun que le ayudara en algo a lo cual el rubio acepto y se fue con la mujer.
-gracias por ayudarme, gio-kun. eres muy amable.
-no es nada. me alegra ayudar.
en el pasillo se oyo un estruendo, un grito y una voz infantil. a la cocina entro un niño vestido de vaquita llorando a mares y gritando siendo perseguido por otro de traje.
-¡vuelve aqui vaca inutil!-dijo para luego patear al niño vaca hasta los brazos del rubio.
-¡dejame en paz, reborn!-grito mientras lloraba.
-¡no haces nada mas que llorar!¡ya callate!-grito y salio de la habitacion sin antes hecharle un vistazo al chico rubio que le miraba confundido. el niño vestido ve vaca seguia llorando, pero nana sabia que hacer y le dio unos dulces de uva para calmarlo, este dejo de llorar y miro curioso al rubio que le sonrio.
-¿tu quien eres? te pareces a tsuna pero no eres el.
-mi nombre es giotto. ¿y cual es tu nombre pequeño?
-yo soy lambo, pero tu puedes llamarme lambo-sama-dijo mientras reia. al mayor le parecio adorable. la mujer les miro sonriendo disimuladamente esa escena era tierna.
en el piso de arriba.
giotto subio de nuevo a la alcoba luego de varios minutos. en sus manos llevaba una bandeja de chocolate con forma de conejito incluso tenian sus orejitas y cola. al llegar se detuvo para escuchar lo que hablaban los 3 chicos dentro de la alcoba.
-pero decimo...
-pero nada gokudera-kun, ya te lo he dicho, giotto-san es una buena persona. quiero que te comportes con el.
-..de acuerdo..-dijo, no podia desobedecer los deseos de su jefe, ademas le habia dejado sin palabras.
detras de la puerta el mayor se rio bajito, luego entro a la alcoba disimuladamente. se acerco hasta donde estaban y coloco la bandeja frente a todos en la mesa.
-¿que es esto?-pregunto confundido.
-chocolates con forma de conejitos-sonrio.
-jajaja, son lindos-rio yamamoto mientras comia uno.
-¿no te gustan mi pequeño caramelito?-decia mientras ponia una cara triste-¿tu madre y yo los hicimos para ti? pero si no te gustan...-dijo haciendose el dolido, mientras fingia llorar.
-¡no! no es eso, por favor no llores-dijo tratando de calmarlo. una gotita el bajo por la frente, no era la primera vez que algo asi pasaba, no le quedo de otra que calmarlo de la mejor forma que sabia, aunque le parecia vergonsozo hacerlo frente a sus amigos, se acerco a su rubio novio y le lamio la mejilla mientras restregaba su rostro en el pecho del mayor, se veia tan adorable que hasta casi se podria decir que le salieron una cola y unas orejitas de conejito o de gatito. el mayor se calmo y lo abrazo, mientras frotaba su mejilla con la del otro.-aaaww... mi dulce caramelito. eres tan adorable-grito mientras abrazaba posesivamente al pequeño castaño entre sus brazos-te comeria ahora mismo-dijo mirandolo con un brillo lujurioso en sus ojos y un tono de voz provocativo. si estaba confirmado a giotto le daba igual decir lo que fuera delante de los demas, para el todo lo que decia aunque fuese muy extraño era normal para el, si los demas pensaban mal, alla estos a el no le importaba que los demas tuvieran la cabeza metida en la cloaca todo el tiempo.
para los presentes lo ocurrido fue, gracioso, vergonsozo e intolerable. giotto solo sonreia mientras el pobre tsuna trataba de ocultar su verguenza. un pequeño toque en su mejilla llamo su atencion, salio de su escondite entre la ropa del oji azul quien le sonreia ofreciendole un chocolate, lo miro y este le beso donde le habia manchado de chocolate.
-come uno, saben bien.-dijo ofreciendole uno, este lo comio directo de su mano, que romantico y vergonsozo tambien penso tsuna, pero sabia que pasaria si se negaba, el mayor formaria un berrinche y tendria que volver hacer eso de fingir ser un neko-usagi, y no lo haria de nuevo-¿son dulces?
-si, mucho. gracias, giotto-san.
-los hice tan dulces como tu-dijo poso un casto beso en su labios-mmm, tus labios saben a chocolate, que rico.-dijo relamiendo sus labios lo cual coloco a tsuna un tanto nervioso. volteo hacia sus amigos para pedir ayuda pero estos se habia ido, ¡¿que?! ¡¿en que momento se fueron?! ahora que mas los necesitaba-tsuna-llamo el mayor frente a el, como estaba casi sentado sobre su regaso no podia escapar a esa azulada mirada tan intensa y cautivante. asintio al llamo, este se acerco a el mas hasta el punto de obligarle a tenderse en el suelo, sin quitarle la mirada de encima el mayor le desabotono la camisa y el pantalon, bajo un poco su ropa interior dejando ver su vientre dando besos desde este lentamente hacia arriba dando de ves en cuando mordidas minusculas haciendo gemir al pequeño chico debajo suyo, cada gemido era mejor que el anterior y le causaban un placer infinito, se sentia satisfecho de ser el quien le sacara gemidos tan lindos y excitantes a la vez a su pequeño caramelito, si no fuese el seria alguien mas el que estuviese haciendole esas cosas a su pequeño lo sabia muy bien, habian personas que miraban de forma extraña a su caramelito, ellos querian robarle su inocencia, y extraer la dulzura que contenia ese pequeño cuerpo tan delicado casi tan fragil como una tasita de té. se alegraba de ser el quien le hiciera esas cosas, se alegraba de haber sido el primero en llegar a ganarse el corazon de tsuna, y por nada dejaria que se fuera de su lado, aun asi el sabia que tarde o temprano debia irse, y era lo que mas lo ponia triste, pero tambien era lo que le alentaba a pasar tiempo de calidad con su amor, darle todo su amor, hacerlo feliz, verlo reir, verlo sonrojarse y hacer pucheros lindos, bueno el de los pucheros en su mayoria era el pero todo era por amor.
no llegaron a nada serio ese dia, giotto solo acaricio e hizo sentir bien a tsuna y viceversa pero no ocurrio nada mas alla de eso, no por ahora.