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Entre el cielo y el Infierno por Yoru Eiri

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Notas del capitulo: holas, sigan leyendo... y algo importante que olvide mencionar, los personajes son mis compañeros de escuela, jaja, es un fic hacía ellos... y SI ERES FERNANDA O ANA, NO LO LEAS!!! o si eres Oasis tampoco lo hagas, porque se que no te gusta que habñe mal de ellas... sorry T_T pero no puedo evitar que me caigan mal.
 Había sido un día muy agitado, y hasta los ángeles necesitan descansar. Estaban discutiendo antes de ir a dormir.
-En verdad Fernanda anda con él?- Diana estaba con estaba sentada a la mesa con los demás ángeles que vivían en ese mismo departamento.
 Era de noche, también hay noche en el cielo, con estrellas por montones.
-No creo que anden juntos- respondió Ran.
-Pero ella lo seguía a todas partes, parecía su guardaespaldas- Diego interrumpió- aunque en verdad me parece de muy mal gusto que Yoru ande detrás de Ran.
 Charo rió ante su comentario homo fóbico, abrazó a Ran por detrás.
-A mi no me parece tan de mal gusto, y apuesto a que Ran tampoco.
-¿A qué te refieres?- todos se acercaron.
 Charo mostró la marca que Ran tenía en el cuello.
-Hay!- Las muchachas se emocionaron- que romántico.
-¿Dónde más dejó marcas?- preguntó Alma curiosa.
 Ran bajó la mirada, estaba sonrojado de pies a cabeza.
-En ningún lado- se dio la media vuelta y subió las escaleras para llegar a su cuarto- buenas noches
 Los demás se quedaron pasmados, rieron al entender la reacción de Ran.
-En verdad que hacen bonita pareja- rió Diana.
-Yo no lo creo- objetó Diego.
 
 Ran se acostó a dormir, se cubrió con todas las sábanas blancas y se soltó el cabello (porque siempre lo traía agarrado en las mañanas)
-No debería afectarte lo que dicen los demás- se escuchó la vocecita de Sunao.
-No lo entiendes- le dio la espalda y trató de dormir.
 Sunao también durmió.
 Una noche hermosa en el cielo, todos dormían en sus camas, soñando cosas hermosas; pero Ran no pedía evitar tener pesadillas, ¿pesadillas? Yo no lo diría así.
 Yoru estaba un lado suyo en su sueño, lo tomaba desprevenido y lo besaba en los labios; un beso tan apasionado, después un...
-¡No!- Ran despertó.
 Tenía la respiración agitada, estaba sudando y... levantó la sábana blanca y echó un vistazo; se tapó de inmediato y se moría de la vergüenza. Nunca pensó que un beso podría generar un sueño húmedo en la noche.
 Se sintió aliviado cuando vio que estaba a salvo de Yoru y sus manos, pero cuando miró la cama de Sunao, se dio cuenta de que el pequeño no estaba...

 

 En el infierno, todas las noches había fiesta, como allí jamás se distinguía el día de la noche; todos dormían a la hora que fuese y festejaban todo el tiempo.
 Había un bar por allí en los barrios bajos, donde estaban todos los amigos tomando y fumando.
-En verdad que son unas enfadosas- se quejó Yoru cuando sintió que dos chicas lo abrazaban.
-No digas eso- se sintieron ofendidas.
-Es que lo son- afirmó Yoru- háganme un favor y muéranse.
 Todos los demás rieron, y las ofendidas no tuvieron otra opción que dejar el lugar.
 Yoru se estiró un poco, estaba sentado en una mesa con todos sus amigos; y lo que más le molestaba era que Fernanda y Ana no lo dejaran disfrutar una cerveza con sus amigos.
-Creen que llevan siendo demonios por toda una eternidad- mencionó Ricardo.
-Pero no llevan más de doscientos años- agregó Lira, una diabla bastante loca; de las mejores amigas de Yoru.
- Y la verdad no están buenas- ese era el novio de Lira, Jorge, apodado “Casares”
-Están más manoseadas que Yoru- dijo Alyssa, otra mejor amiga.
 A Yoru no le pareció el chiste, pero era verdad.
-Pero, cambiando de tema- irrumpió Lira- ¿Cómo te fue con Ran?
 Todos comenzaron a hacer bullicio, sabían que Yoru había tratado por muchos años, echarse a Ran, pero nunca lo había logrado.
-Pues, esta vez al menos pude dejarle una marca- rió.
-Permanente?- Alyssa tomaba de su refresco.
-No, solo durará algunos días.
-Ese es mi compadre- Ricardo lo apoyó.
 Rieron y tomaron, y solo algunos fumaron; una convivencia armoniosa como siempre había sido entre los demonios, hasta que llegó Macario (dueño de la virginidad de Fernanda)
-Sora no está- dijo simplemente.
 Y eso fue lo único que bastó para que Yoru saliera disparado del lugar en busca de su pequeño. ¿Dónde se habría metido a estas horas de la noche?
 
 Lo que Sora había estado haciendo, era una cosa de niños realmente. Antes de que se despidiera de Sunao, le entregó un papel:
 Nos vemos en la noche en el árbol del paraíso. atte. Sora
 Sunao se escabulló cuando estuvo seguro de que Ran dormía y salió del cielo brincándose la reja (tuvo suerte porque San Pedro estaba dormido) cuando estuvo en el paraíso se encontró con Sora en el lugar indicado.
-Vamos a escaparnos- le dijo el diablillo mientras lo tomaba de la mano.
-Lo que tu quieras- asintió.
 Y lo único que hicieron fue desaparecer, sencillamente, sin pensar en los problemas en que Yoru y Ran se meterían.

 

 Y allí estaba Ran, siendo regañado por Gabriel, nuevamente, en las afueras del cielo.
-¡Eres de lo peor!- le gritaba.
 Ran no contestaba, solo mantenía su cabeza gacha ante sus palabras.
-¡No puedo creer que lo hayas perdido de vista!
-Yo...-  trató de hablar.
-¡No me contestes!- Gabriel estaba enfurecido.
 Levantó una de sus manos con la intensión de plantar una cachetada en una de las mejillas de Ran, pero antes de poder tocarlo siquiera, una mano lo detuvo.
-Yoru..- Gabriel se sorprendió ante la presencia del demonio.
-Nadie va a lastimar a Ran mientras yo exista.
 El demonio le dedicó una sonrisa a Ran, que el ángel tuvo que corresponder, pues era lo que le correspondía.
-¿Qué haces aquí? Los demonios no pueden estar aquí- el arcángel seguía con su cara de amargado.
-Pues...- Yoru tomó a Ran de la cintura- digamos que cierto diablillo se escapó- plantó un beso en su mejilla sonrojada- y pues, como siempre estaba cerca de cierto angelillo... pensé en buscarlo aquí....
 Ran estaba realmente incómodo, y más en presencia de Gabriel, era vergonzoso desde cualquier ángulo.
-Eso tiene sentido...- el arcángel se dio la media vuelta- los niños están en la Tierra.
-¿¡Escaparon juntos!?- ese era Ran.
-Pues claro bombón- El demonio guiñó un ojo.
 ¿Bombón? Desde cuando se atrevía a hablarle de esa manera? De seguro Gabriel se enojaría o algo por el estilo.
-Irán a la Tierra a buscarlos.
 Yoru sintió una gran satisfacción, imposible de explicar por nuestra redactora (lo siento) no importa, todos tenemos limitaciones.
-Pero...- Gabriel hizo una seña para que Ran se acercara- Solo tienes una semana para encontrarlo.
-¿Y si no lo logro?
-Si no- hizo una seña con la mano ( pasar una mano por el cuello: “serás hombre muerto”) – te mandaré al purgatorio y te será imposible regresar.
 Ran sintió un nudo en la garganta, demasiado severo, tenía que encontrar a ese chiquillo antes de una semana en un mundo más grande que cualquiera de los que ya había visitado ( si, yo pienso que México DF es grande, es decir, en el sentido en el cual me puedo perder buscando una tienda de ánime) 
 En ese momento, Gabriel hizo un par de rezos y paso sus manos por todo el contorno del cuerpo de Ran; lo que provoco que el angelito se sintiera aún más incómodo.
 Yoru tenía bien checado a su bomboncito, y cuando vio y reconoció lo que el arcángel estaba haciendo, maldijo en su interior.
-¿Qué es eso?- preguntó Ran, ahora completamente sonrojado.
-Es un conjuro, para que ese demonio- lo dijo mirando a Yoru- no te pueda “hacer suyo”
-¿Qué?
-Digo, ahem, no se si me explico- suspiró- No va a poder acercarse a tu cavidad virginal si TU no lo deseas.
 Entonces comprendió sus palabras, ya había escuchado sobre ese rumor, el conjuro que alejaba a los demonios de los ángeles, pero nunca creyó que fuera cierto.
-Solo funcionara si TU no deseas que ese tipo te haga “cosas”- Gabriel le dio su último consejo- ahora ve y encuentra a ese “diablillo” (lo dijo refiriéndose a Sunao)
 Ran caminó a lado de un derrotado Yoru, que lo veía como un juguete inalcanzable, y todo gracias a un arcángel creído (a su parecer)
 Gabriel cruzó la puerta del cielo, dejándolos solos en las afueras, en una noche fría...
-Y ahora...- Ran miró a su acompañante.
-Pues, iremos al lugar donde Sora llevó a Sunao.
-¿Dónde es eso?
-Un país llamado México.
-¿Por qué lo llevó allí?
 Yoru contuvo una risita al recordar todas las anécdotas que le había contado a Sora sobre “porque México está chido”
-Pronto lo sabrás...
 Tomó la mano de su adorado inalcanzable y caminaron juntos por el espeso bosque que se alzaba en el paraíso...

 


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