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Entregado [KRISTAO] por CLLCBMHKSG2

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Notas del capitulo:

Oh no me había dado cuenta que no había publicado la segunda parte en AmorYaoi, lo lamento mucho, aquí les dejo la parte dos y es probable que suba la tercera hoy o mañana, mil gracias 

 

Una patada en las costillas y una bandeja volando por los aire, Zitao quedó tendido en el suelo sosteniendo la parte lateral de su tórax, el aire había abandonado sus pulmones con ese golpe, el príncipe no estaba complacido así que simplemente pateó su cuerpo con todas sus fuerzas.

- Lárgate de aquí inútil – el joven príncipe se puso de pie mientras el criado empezaba a levantar todo con cuidado, tendría que limpiar el desastre lo más rápido posible, pero con el poco aire que le quedaba era difícil, suspiró y se dispuso a seguir con su labor.

Cuando estuvo todo listo se dirigió a  la cocina donde su comida debía estar servida, comida que constaba de algo de arroz blanco frío con algunas verduras y un vaso de agua, las miradas de desprecio se hicieron presentes y el bajó la cabeza, no entendía porque todos lo trataban así… lo conocían desde que nació, el jamás podría si quiera pensar en hacer algo en contra de las personas que le habían permitido quedarse en el palacio, no mordería la mano que le dio de comer alguna vez… pero ellos no pensaban igual, nadie lo defendería ni pondría las manos al fuego por salvar su pellejo sin valor.

Comió tranquilamente o al menos fue así hasta que sintió un fuerte tirón del hombre al que tenía que servir, haciéndolo correr a pasos agigantados hasta su habitación real, en donde lo guió con fuerza hasta el baño, había una bañera enorme, el príncipe solía tomar baños en ella, estaba llena de agua hasta el tope. Zitao fue lanzado dentro del agua logrando que se desbordara por completo cayendo al suelo, al príncipe no le interesó solo se desnudó frente a él y se posicionó aprisionando su cuerpo tirando de su ropa vieja.

- Señor… por favor…  - el príncipe lo observó con lujuria – sea… gentil… - el hombre ni siquiera lo escuchó lo suficiente como para saber que el chico no estaba siendo mentiroso. Lo tomó como quiso esa tarde, penetrando con fuerza y dejando que el joven derramara lágrimas de dolor, el agua fue tiñéndose de un color rosa tenue lo cual asustó al más joven, pero el príncipe se encontraba sumergido en su propio placer ignorando el dolor del más chico.

Ese fue el segundo peor día de su vida, y los peores días de su vida habían seguido sin parar, siendo abusado por el príncipe siempre que este quisiera hacerlo, violado o golpeado, insultado, era siempre lo mismo… se podía decir que los golpes ya ni siquiera eran tan dolorosos, aunque después de la flagelación que había sufrido, como que el príncipe le dejaba muy en claro al decirle que eran horribles todas y cada una de  sus cicatrices, era algo difícil que volviera a sentir la sensibilidad de antes sobre su piel.

Su cabello había crecido hasta los hombros en todos esos meses, odiaba que sea así ya que el príncipe solo se colgaba de eso para tirar fuerte de él y hacerle más daño, su peso seguía igual o en decadencia porque no dejaba de verse las costillas llenas de hematomas que parecían manchas en su piel blanca.

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Todos en el palacio corrían de un lado a otro, Zitao no había estado al pendiente de ningún evento después de haber sido encargado al príncipe, la verdad no estaba enterado de nada, pero no podría saberlo de todas maneras nadie le hablaba y tampoco podía compartir palabras con los demás, no había vuelto a ver a la anciana hace un mes aproximadamente.

Viendo como las criadas corrían con arreglos de flores y trajes finos que supuso que serían para los reyes, una criada se acercó a el en total silencio extendiéndole un fino traje con muchos detalles, él lo tomó y al ver las medidas supo que debía entregárselo al príncipe.

- Habrá un almuerzo a las doce del día – fueron las únicas palabras que le dirigió la criada antes de irse. Regresó a la habitación del príncipe dejando el traje con cuidado sobre la cama, poco después él llegó.

- ¿Para qué es ese traje? – el menor hizo una reverencia.

- Una criada me dijo que habría un almuerzo al medio día, es para usted – dijo despacio sin verlo a los ojos.

- Prepárame un baño – dijo frió a lo que el menor se puso en marcha – y tú estás incluido en él – el pequeños estremeció y suspiró resignado… terminaría empotrado y profanado por ese hombre.

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Al llegar las doce todos ya estaban sentados en la mesa del comedor, los reyes, el príncipe y sus amigos, los reyes de China junto con su hijo mayor el príncipe Wu Yifan y la bella princesa Jiang una par de años menor que su hermano, los platos fueron servidos, a diferencia de los criados que se encontraban en el lugar Zitao era el único que llevaba ropa tan vieja que se hacía pedazos con solo respirar cerca, fue terriblemente humillado visualmente… sin duda lucía deplorable, escuálido, pálido y golpeado, tenía un fuerte golpe en el rostro, el príncipe no había controlado sus puños esa mañana, abriendo de esa manera la piel de su pómulo izquierdo en una grieta horizontal.

- Sin duda esta ha sido una cena magnifica – dijo el Rey de china sonriendo al igual que su esposa a diferencia del príncipe que lucía serio y la hija menor solo asentía delicadamente. Fue en ese momento que el destino de Zitao no pudo jugar más en su contra, la copa de vino cayó en el regazo del príncipe siendo el detonante de la milésima guerra mundial en su vida, su cuerpo fue golpeado por el hombre joven ante la vista de todo en la sala, los reyes de China quedaron anonadados después de semejante escena, la princesa Jiang cubría su rostro con sorpresa ante tal violencia, mientras el príncipe Yifan solo se sostuvo de los brazos de su asiento deteniéndose de ir a hacer algo de justicia.

- Hijo por favor no delante de los invitados – el rey habló a su hijo quien bufó sentándose nuevamente, la reina tenía una mirada maliciosa – por favor disculpen lo que acaban de presenciar, pero este joven merecía un escarmiento – dijo continuando con sus acción de llamar a la servidumbre y recogieran los trastes.

- Veo que es algo severo con su servidumbre – dijo el rey de china algo fuera de sí, no estaba de acuerdo con la forma en la que el rey educaba a sus criados por lo que había visto recientemente –

- Ese muchacho no es solo un simple criado, es un criminal – toda la mesa enmudeció de repente, mientras el rey continuaba su relato – intentó envenenar a mi esposa y eso no se quedaría de esa manera, recibió su castigo y será un renegado de por vida mientras corra por mi cuenta – Zitao había desaparecido de la vista de todos unos minutos después de ser atacado en cuanto pudo recuperar el aliento, fue entonces que la reina de china decidió hablar.

- Últimamente ha faltado algo de servidumbre en el palacio, ¿sería una opción que pudiera otorgarnos algunos de sus empleados? – los reyes parecieron dudarlo, pero no se lo dejarían tan fácil.

- No es por ser grosero, pero amigos míos no esperarán ustedes que seda a mis empleados sin ningún trueque a cambio ¿verdad? – la reina asintió gustosa.

- En efecto creo que no sería lo adecuado – dijo apropiadamente, compartiendo miradas con su marido – estaremos dispuestos a otorgarte una parte de nuestra riqueza por ellos, después de todo nosotros los necesitamos –

- Entonces no hay problema alguno – contestó la reina muy feliz, tendría lo que quería, más dinero y probablemente deshacerse de ese criado detestable.

El acuerdo fue estipula incluso por escrito, los empleados serían trasladados al palacio de china junto con los reyes y no existían cambios ni devoluciones de ningún tipo.

Zitao había abandonado la sala después de haber cometido un error tan grande delante de los reyes de china, seguramente sería castigado… su cuerpo temblaba de solo pensarlo.

Los guardias aparecieron de nuevo, pero esta vez no eran los mismos del palacio en el que se había criado toda su vida sino eran los soldados del ejército chino quienes venían por él, se encogió esperando los movimientos bruscos, pero ellos solo lo escoltaron hasta la salida del palacio en el que los reyes lo esperaban.

-  Huang Zitao – dijo el rey con cordialidad, el menor solo bajó la mirada – a  partir de este día trabajaras en el palacio de china – el menor asintió sin alzar la vista, la reina caminó unos pasos hasta quedar frente a él y levantar su rostro con delicadeza, era bellísima.

- Pequeño -  el menor observó los ojos tiernos de la mujer con temor mientras ella sonreía – vamos al palacio -

Tuvo que compartir el carruaje con los reyes, eso fue aún más humillante, se veía tan miserable que no se sentía digno de si quiera mirarlos a la cara, ellos se mantuvieron en silencio cuando le pidieron que se ponga de pie, él lo hizo sin dudarlo.

- Eres un joven muy hermoso joven Huang – dijo la reina sonriendo, el asintió viendo desde lo bajo como ella se acercaba hacia él – Quizá esto pueda parecerte una situación incómoda, pero… me temo que es necesaria - ella tomó de entre sus vestiduras una daga y simplemente la deslizó por debajo de la tela de su túnica rota en un solo tajo logrando que la piel de su torso quedara al descubierto, pero no lo suficiente como para mostrar toda su desnudez, sus manos quisieron cubrirse pero ella las detuvo con una sonrisa – no tienes que preocuparte cariño, quiero revisar el daño – se dejó observar tal y como ella lo había dicho, hace algunas horas había recibido esa maldita patada que había dejado una gran mancha en sus costillas, realmente él no sabía cómo no tenía el hueso roto, las finas manos de su alteza recorrieron los rincones con marcas y cicatrices, con una expresión de dolor gravada en su ceño poco visible - … monstruos… - fue lo único que pronunció, el rey simplemente dejaba que su esposa hiciera lo que creía correcto.

Sus vestiduras rotas fueron sostenidas con algunos broches simples y los reyes le invitaron a comer frutas de estación y panecillos dulces, al principio se sentía morir… quizás era una trampa… pero ya no tenía nada más que perder así que solo comió con gusto todo lo que quiso mientras ellos lo veían felices.

Cuando llegaron al enorme palacio Zitao se sintió aun más asustado, pero por el tamaño del lugar, era mucho más grande que su antiguo trabajo y aun más elegante y con detalles hermosos, bajaron del carruaje indicándole que vaya junto a ellos, el príncipe y la princesa llegaron justo detrás de ellos, la menor con una sonrisa linda mientras el mayor se mantenía serio, Zitao no quería ni verlo, era muy guapo y su mirada lo intimidaba por completo.

La reina incluso tomó su mano para guiarlo hasta donde ella quisiera mientras hablaba con voz dulce solo para el asustado joven, siendo el chico atolondrado que era solo la siguió sin decir ni una sola palabra, pero tratándose de la mujer, ella se veía feliz de que tañ solo la acompañara.

Llegaron a un salón enorme lleno de vestuarios, telas y demás, Zitao miró sus vestimentas y la reina lo llamó con señas, él solo se acercó y ella retiró todas sus ropas dejándolo desnudo ante ella mientras lo examinaba.

- No te sientas nervioso cariño – dijo ella sosteniendo el rostro del joven – no quiero que vuelvas a bajar la cabeza – el menor asintió y la miró a los ojos como ella quería – primero necesito encontrar algo que te vaya muy bien y sea cómodo – después de probarse algunas cosas, terminó usando unos pantalones holgados y una camisa de color blanco junto a unos zapatos de andar por ahí – Luces muy bien cariño, es hora de que comas algo, hemos llegado tarde y la cena se aproxima – Zitao seguía tan confundido como cuando llegó, pero solo le seguiría la corriente a la reina antes de saber exactamente para que lo habían traído a palacio.

Notas finales:

Espero les haya gustados, nos leemos luego ^3^


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