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MENSAJE DE TEXTO por Aifoss

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Notas del capitulo:

Capítulo de la semana!!

 

 

Él se levantó, se puso su camisa y todo lo que le traje. Yo mientras tocaba las notas invisibles de un piano, recordando la época en la que ese instrumento era todo para mi y no existía nada más que su música y yo.

Salimos y fuimos al camarote de mi padre para invitarlo a desayunar a él y a mi hermano. Al llegar mi hermano fue quien me saludó. 

 

 

- Hola –dijo con una gran sonrisa. 

 

 

-  Bueno días Kouki ¿Cómo sigues? –pregunté. 

 

 

- Excelente -.nos dejó pasar. Mi padre estaba abotonándose una camisa cuando salió a recibirnos.

 

 

- Hola señor Kuroko –saludó Aomine. Mi padre se acercó a estrechar su mano. 

 

 

- Hola Aomine –le sonrió. 

 

 

- Padre –dije y me acerqué a él, me sostuvo en sus brazos  estrechándome en su pecho, luego lo miré poniendo mis ojos más suplicantes posibles- Lo siento, por lo de…

 

 

- Tranquilo hijo, yo debí decirte antes y… 

 

 

- No… -dije cerrando su boca- Aomine-kun me hizo ver la importancia de tu felicidad, lamento haber sido egoísta. 

 

 

- Gracias hijo, por entender – me dio un beso en la frente- Gracias Aomine. 

 

 

- De nada –dijo y metió las manos a sus bolsillos- Yo… le iba a preguntar algo –instó él, yo me hice a un lado. 

 

 

- Claro dime –dijo mi padre expectante. 

 

 

- Me preguntaba.- se sonrojo y se rascaba la nuca nervioso.- si me permitiría salir de novio con su hijo… es que… 

 

 

- Tranquilo Aomine, no soy tan protector con Tetsuya como con Riko, sé que este chico se cuida solo… claro que puedes salir con él –habló mi padre con una sonrisa. 

 

 

- Gracias –respondió mi novio y me abrazó- Estamos por ir a desayunar, nos gustaría que nos acompañaran usted y Kouki. 
El aludido se levantó del sillón y se acercó a nosotros. 

 

 

- Yo sí voy –dijo gustoso. 

 

 

- ¿No será incómodo llevar a un viejo con tanto joven allí? –preguntó mi padre. 

 

 

- No, señor. Será un honor tenerlo con nosotros.- << ¿Esta persona es mi novio?>> pensé

 

 

- Válgame, qué chico tan educado te conseguiste –dijo mi padre mirándome. Yo me sonrojé y reí para mis adentros<< Si supiera>>- De acuerdo. 

 

Salimos juntos de allí y en espera del elevador nos encontramos con Kagami y Riko. Iban tomados de la mano. Los saludamos y bajamos con ellos al salón mayor. Pasamos por diversos restaurantes y luego llegamos a uno que parecía ser muy elegante. Allí estaban Midorima, Akashi, Takao, Murasakibara y Himuro. Nosotros entramos y nos sentamos con ellos. 

 

 

- Buenos días –dijo mi padre. 

 

 

- Buenos días señor Kuroko –saludaron todos. Luego hubo un silencio medio incómodo. Yo estaba sentado entre mi padre y Aomine. 

 

 

- Te dije que era una mala idea que me invitaras –dijo mi padre cerca de mi oído- no hablan de nada porque aquí estoy. 

 

 

- ¿Señor cómo ve la relación entre su hijo y Daiki? –preguntó Akashi. Mi papá se sorprendió de que se dirigieran a él directamente. 

 

 

- Bueno… lo que sea es bueno, con tal de que no sea Haizaki –habló mi padre. 

 

 

- ¿Soy lo que sea? –dijo Aomine indignado. Puso cara a medio enojar y luego bajó la mirada. 

 

 

- Es que… -mi padre se sonrió- necesitas demostrarme que de verdad vales la pena. 

 

 

- Lo valgo –respondió sonriente alzando su puño en forma de reto. 

 

 

- Y…-habló un nervioso cejas raras.- ¿Qué tal me ve a mí señor Kuroko? – preguntó Kagami. 

 

 

- Mantienes a mi pequeña Riko sonriente, tú sí me convences… -le dijo sonriente. 

 

 

- ¡JA! Te vencí Bakaomine –se burló Kagami como todo un niño apuntándolo con el dedo. 

 

 

- Es que nunca ha pasado el día contigo, te aseguro que si pasara un día completo contigo te pediría que dejaras amablemente a su hija –dijo Midorima. 

 

 

- Pues entonces sí me odiaría porque no dejaría nunca a su hija –instó Kagami muy convencido. 

 

 

- ¿Te hago feliz Tetsu? –me preguntó mi moreno novio al oído. 

 

 

- Por supuesto que sí Aomine-kun– me robó un pequeño besito. 

 

 

- Decidido… -dijo Aomine feliz poniéndose de pie- señor, yo no tengo nada que probarle a usted. Lo único que tengo que hacer, es mantener a Tetsu feliz, quererlo, tratarlo y amarlo como se debe, y en ello NADIE me puede vencer.- lanzó una directa pero a la vez discreta mirada a Akashi quien se mantenía inmutable.- solamente yo.  

 

Todos nos quedamos callados, yo me sonrojé a más no poder y luego una sonrisilla nerviosa se me escapó. 

 

 

- Eso es lo que yo quería escuchar –dijo mi padre. 

 

 

Pedimos todo lo que desayunaríamos y la verdad es que después de esa escena todos comenzamos a hablar y a reír de muchas cosas, anécdotas de los chicos en los partidos, de una ocasión en la que Aomine estornudó en pleno partido y se le fue la pelota; cuando a Murasakibara perdió su bolsa con dulces y tuvieron que atrasar el partido una hora para buscarlo; o la vez que Kagami se asustó con un perro y accidentalmente empujó a Midorima rompiendo sus lentes en la práctica y finalmente cuando Aomine en conspiración con Kagami escondieron el uniforme de juego a Akashi, costándole al par salir a la cancha con sus uniformes todos rasgados por tijeras. 

 

Luego de eso, mi padre se fue, pues tenía una cita con la señora Alexandra. Nosotros nos fuimos al saloncito del piano. Himuro llevaba también su violín, nos deleitó con una maravillosa melodía que muy bien podría unirse al piano. Siendo sincero, Himuro era una muy linda persona y además era talentoso, protector como una madre, carismático y risueño. Aunque no se notase el amor de Murasakibara por su actitud infantil, cada vez que el grandulón miraba a su azabache se apreciaba un amor incondicional. 

 

Íbamos caminando todos. En eso antes de atravesar por el último pasillo para llegar a la cancha donde practicarían, estaban las hermanas Momoi. La chica traía una mejilla morada. 

 

 

- ¡Demonios! –exclamó Takao. 

 

 

- ¿Le pegaste? –preguntó  Midorima.

 

 

-No Midorima-kun, fui yo.- se adelantó Riko que sostenía firmemente la mano de su pelirrojo.

 

 

-¡Espera espera!- el azabache estaba ansioso.- No te culpes Riko-chan.- miró directamente a su peliverde.- Yo le dije que lo hiciera Shin-chan.- dijo firme  

 

 

- Bien ¿qué me darás a cambio de que no le diga a las autoridades de aquí que me agredieron? –preguntó Saori. 

 

 

- Las gracias –dijo Takao- No me arrepiento. 

 

 

- Tengo testigos, y evidencias de la acusación que hiciste de Midorima – habló Kouki apoyando a Takao. 

 

 

- No tienes pruebas –instó Saori un tanto asustada. Mi hermano sacó su celular y le enseñó fotos del chico haciéndole los moretones. 

 

 

- ¿De dónde las sacaste? –preguntó la rubicunda  mentirosa. 

 

 

- No creas que los hombres somos tan tontos, mi estimada rubia oxigenada –dijo Kouki con una amplia sonrisa. Ella miró a mi hermano, nos vio a todos y luego nos enseñó un dedo no muy cortés. 

 

 

- Adiós –dije yo con una sutil sonrisa. Satsuki miraba a Aomine con una mirada tristona, la verdad me dio un poco, casi nada de pena por ella. Mi novio ni la miraba, estaba mirándome a mí. 

 

Llegamos a la cancha y los chicos ocuparon sus respectivas posiciones, nos deleitaron con sus diversos tipos de juego. A veces nos invitaban a nosotros a jugar o en ocasiones hasta Kouki jugaba. 

- Algo anda mal –dijo Takao. 

 

 

- ¿Qué? –dije preocupado. 

 

 

- Observa esto –se paró de las banquitas donde estábamos, se acercó a Midorima y lo abrazó por detrás, él no lo miró solo se alejó y caminó al otro lado de la cancha, con la mirada baja. 

 

 

- ¿Qué tiene? –pregunté. 

 

 

- Está molesto conmigo, por lo de Saori –dijo cuando ya estaba de vuelta conmigo. Mordí mis labios y me le quedé viendo, de verdad parecía estar molesto, apretaba la mandíbula y en vez de acariciar el balón, lo presionaba con dureza. Eso no era de él. Midorima se acercó y se sentó a mi lado, me miró de reojo y luego sacó su celular, tenía una foto de Takao en el fondo y vi cómo la cambiaba y ponía una ranita, muy bonita debo decir. 

 

 

- ¿Estás bien Midorima-kun? –pregunté. Él estaba serio y negó con la cabeza- ¿Quieres hablar? 

 

 

 

- Sí, pero con Takao, dile que salga conmigo por favor –pidió. Yo giré mi cuerpo. 

 

 

- Te llama Midorima-kun, quiere que lo acompañes a dar una vuelta –le dije a Takao, él suspiró y se puso de pie. El peliverde tomó su mano y lo guió fuera de la zona de práctica.

 

 

(Narra Takao) 

 

Shin-chan tomó de mi mano y me guió al elevador, subimos a la cubierta y aunque el sol estaba presente no estaba tan intenso como cualquier otro día. Yo estaba al lado de mi novio y con los rayos del sol, su cabello se veía de un color verde esmeralda, con tonos algo dorados y sus ojos brillaban más que nunca, me observaba pero no con amor como cualquier otro día, sino con una mirada llena de dolor y decepción. 

 

 

- Lo siento –dije antes de que él me dijera cualquier cosa. 

 

 

- No puedo creer que la hayas golpeado –dijo lleno de dolor, yo agaché la cabeza- Sabes lo que pienso de eso. 

 

 

- Shin-chan… te acusó de algo totalmente grave. 

 

 

- Pero no necesitaba que fueras a defenderme Kazunari –dijo molesto arrugando el ceño- Sabes que me molesta que seas tan violento, y más aún que involucres a terceros.- refiriéndose a Riko. 

 

 

- No lo soy, Shin-chan. Solo esta vez… estaba furioso y vi la oportunidad. Además ella me molestó primero.

 

 

- ¿Tú tenías que seguirle el juego? 

 

 

- ¿por qué no puedes dejarlo así por esta vez? –pedí, estaba de mal humor. 

 

 

- Takao, ahora te desconozco. 

 

 

- Es que… solo fue un pequeño golpe, ella dejará de molestarnos y lo que es más, te dejará de molestar a ti. 

 

 

- Siempre te escuché decir que le pegarías con un bate, o que sería solo un estirón de cabellos, pero nunca creí que fueras capaz de pedirle a la hermana de Tetsuya que haga tu trabajo sucio. 

 

 

- No lo soy… es que… -no sabía cómo acabar con esta inútil discusión- Shin-chan lo siento ¿sí? 

 

 

- Takao, qué harás cuando una admiradora diga que me besó o que me tocó… o qué harás cuando una desquiciada venga y me bese frente a ti… -eso me hizo morir de celos, solo apreté la quijada. 

 

 

- ¡No lo sé! –dije molesto. 

 

 

- No sé de qué eres capaz… tal vez vas y en vez de golpearla la matas –dijo desviando la mirada acomodando sus lentes.

 

 

- Sabes bien que no lo haría. Respeto a tus admiradoras y sé que te aman al igual que yo. 

 

 

- No lo sé Takao Kazunari … 

 

 

- Bueno, lo hecho, hecho está. No puedo hacer nada para revertirlo. 

 

 

- ¿Tienes idea de lo que hubiera pasado si ella de verdad te acusara de agresión, y no solo a ti, sino a Riko también?, ¿El escándalo que se armaría y además lo que te podría pasar a ti por una imprudencia TUYA? –dijo asustado y molesto, me miraba con una mirada que yo nunca había visto. Me hizo sentir, indefenso y pequeño. Las lágrimas comenzaban a correr como ríos por mis mejillas. Él no se acercaba ni a abrazarme. 

 

 

- Lo siento –dije totalmente arrepentido encogiéndome en mi sitio. 

 

 

- Creo… que lo mejor será apartarnos por un tiempo, no quiero verte. 

 

 

- Shin-chan… Shin-chan… -dije temeroso a perderlo, sentía cómo mi corazón palpitaba, queriendo salir de mi pecho y correr a sus brazos- No… no… ¿estás terminando conmigo? –estaba deshecho. 

 

 

- Sí –dijo en un susurró. Sentí cómo mi corazón se rompía en pedacitos. Las sutiles lágrimas que recorrían mis mejillas cambiaron a atropellarse las unas a las otras , empapando todo a su paso. Yo tenía mis manos asidas en torno a sus muñecas, deteniéndolo. Él me apartó de sí con un suave movimiento. 

 

 

- Shin-chan… no lo hagas… por favor.- rogaba con la voz  totalmente quebrada.- sabes lo mucho que te amo y estamos terminando por una total tontería, no… no lo hagas –dije desesperado. Estaba llorando mucho y sentía que mis mejillas ardían de tanto limpiar mis lágrimas. Él estaba derramando unas cuantas lágrimas, pero se dio media vuelta y se fue. 

(Narra Tetsuya) 

 

Estábamos aún en la cancha hablando de los chicos. Se nos hizo extraña la forma en que Takao llegó. Traía la mirada roja y los ojos hinchados. 

 

 

- ¿Qué pasó? –preguntamos todos al mismo tiempo. Él tomó su mochila y luego rompió en llanto. Himuro corrió a sus brazos y él seguía llorando desesperadamente. 

 

 

- Shin-chan terminó conmigo –dijo entre sollozos. Yo miré a Aomine rápidamente y él a mí. Nos quedamos viéndonos unos a otros bastante sorprendidos. 

 

 

- Iré a ver qué sucedió - dijo Akashi.

 

 

- Volveremos en un par de minutos –me dijo Aomine. 

 

 

- Ve – Él me dio un beso en la comisura de los labios y salió disparado. Kagami y Murasakibara no dudaron en seguirlo. 

 

Mi hermano también se fue, quería ir a dar una vuelta solo por la cubierta. Riko y yo nos acercamos a Himuro y dejamos que Takao llorara todo lo que quisiera. 

 

 

- ¡Siempre, me controlo y la única vez que hice lo que quería, él termina conmigo! –dijo él lloroso y molesto.

 

 

-Yo…Yo lo siento tanto Takao-kun, si yo no hubiera hecho eso no estarías así.- hablaba Riko muy culpable

 

 

-No Riko-chan, tú no has hecho nada malo, yo de cierta forma te obligué a hacerlo, no te culpes.- dijo Takao viendo a mi hermana con sus ojos vidriosos.

 

 

 

- Tranquilo Takao-kun, verás cómo se soluciona esto pronto –le dije. Confiaba en que Aomine y los chicos encontraran una solución y pronto. 

 

 

- Nunca lo vi tan decepcionado de mí –dijo el azabache acurrucándose en el regazo de Himuro. 

 

(Narra Aomine) 

 

Cuando Takao llegó tan deshecho supimos que algo andaba mal. Midorima no regresó a la práctica así que nosotros fuimos en busca de él. 

 

 

- ¿Qué estará pasando por la cabeza de Mido-chin? –preguntó Murasakibara. 

 

 

- ¿Dónde crees que esté? –pregunté a Akashi. 

 

 

- Es hombre, seguro en un bar… vamos al salón del tercer piso, para ver si está en el bar mayor –respondió Akashi.

 

 

- Hecho –dije. 

 

Caminamos lo más aprisa posible y cuando llegamos notamos a un chico peliverde apoyando su cabeza en ambas manos, tapando su rostro completamente. Tenía frente a él una botella de whisky a la mitad y un vaso con hielos vacío a su lado derecho junto unos lentes empeñados. 

 

Nos sentamos todos alrededor de él, bajó sus manos y tenía la mirada perdida y roja. Estuvo llorando. 

 

 

- ¿Cómo estás? –preguntó Kagami. 

 

 

- Vacío –dijo, solo así. Suspiró marcadamente y dio un sorbo a su vaso. 

 

 

- Shintaro, sabes que te apoyamos en todo, pero… creo que cometiste un error al terminar con Kazunari –recalcó Akashi. 

 

 

- Estaba molesto…fue la salida más fácil que encontré. 

 

 

- Es cierto Mido-chin–dijo Murasakibara- sólo querías acabar con la discusión. Pero terminaste de una forma peor ¿De verdad crees vivir sin Takao-chin?- el pelilila era el mejor indicado para comprender su situación, pues el aprecio que le tenía a Himuro lo hacía reflexionar sobre ello. 

 

 

- No… 

 

 

- Deberías de hablar con él cuando los dos estén totalmente calmados –dije yo. 

 

 

- Me molesta que sea tan violento e imprudente, y que no se controle en esos casos, además que involucre a terceras personas para su trabajo sucio. 

 

 

Kagami se quedó callado, pues de cierta forma se sentía responsable por lo que hizo Riko; Akashi desvió la mirada. Murasakibara solo mordía sus labios. No sabían qué decir. Yo me reí. Midorima me vio y entrecerró los ojos, los demás chicos también se me quedaron viendo. 

 

 

- Oe! Midorima… recuerdas cuando fuimos a las finales del campeonato y un chico que era novio de una admiradora, estaba tan celoso que te quería pegar… 

 

 

- Sí –dijo él recordando la escena, se estremeció un poco. 

 

 

- ¿Quién fue el que lo puso en su lugar? –pregunté.

 

 

- Takao… él le dijo unas cuantas cosas y el tipo amablemente me pidió disculpas. 

 

 

- ¿Quién es el chico que te defiende a capa y espada? No solo a ti, a nosotros también. 

 

 

- Él. 

 

 

- ¿Has pensado en compartir tu vida con alguien que no sea Takao? 

 

 

- No. 

 

 

- ¿Hay alguien que valore tanto tu esfuerzo y tu coraje a la hora de salir a la cancha? ¿Hay alguien que te bese como él lo hace? ¿Hay alguien que se preocupe por cuidarte cuando enfermas tanto como él? ¿Hay alguien que ría de tus chistes sin sentido o adore tus manías tanto como él? ¿Hay… alguien que te ame tanto como él lo hace? ¿Hay alguien que aguante ver tus horrendos lucky Items todos los días? 

 

 

- No –dijo él con lágrimas en los ojos. 

 

 

- Solo te haré una pregunta más, ¿cómo conociste a Takao Kazunari? –él abrió los ojos de golpe y se sonrió nostálgico. 

 

 

- Él estaba peleando con el cajero de la librería –dijo sonriente. 

 

 

- Takao, desde siempre ha sido como es. Él nunca ha mentido a su forma de ser, él no pelea siempre. Simplemente estaba de mal humor y sabemos que Saori es insoportable. Midorima Shintaro… tú te enamoraste de Takao, tal y cómo era… no entiendo qué rayos es lo que pensaste, al momento de terminarle. 

 

 

- Me equivoqué –dijo apenado. Pasé un brazo por sus hombros y luego él me abrazó, esto en verdad era un momento que nunca se volvería a repetir, por el hecho de que Midorima exprese sus sentimientos tan abiertamente, pues él siempre ha sido muy reservado, seguro es el alcohol. 

 

 

- Tranquilo man, solo es cuestión de que hables con él y listo –dijo Kagami. 

 

 

- Cierto, es seguro que todo se arregla –dijo Akashi.

 

Después de eso nos quedamos allí hablando y jugueteando por unas horas. Al regresar a la zona de práctica notamos que no había nadie, había una nota diciendo esto: 

Fuimos al cuarto piso, habrá un evento con micrófono abierto y luego habrá un baile. Todos estaremos allí, esperamos que nos acompañen. Con amor, Riko” 

 

 

(Narra Takao) 

 

Después de estar llorando por unas horas, los chicos me convencieron de ir a un baile que habría en el cuarto piso. Llegamos y nos sentamos en una mesa cerca de la pista y del escenario. Yo estaba demasiado desanimado con la idea, pero Riko me obligó a venir. 

Había gente cantando frente al micrófono y otros tocaban los instrumentos de allí como el piano, la verdad no eran tan buenos como Tet-chan o mi exnovio. Extrañaba su voz en mi oído diciéndome lo feliz que era o lo bien que se sentía. No había pasado ni un día de haber terminado y yo ya me sentía totalmente miserable. 

 

 

- No quiero estar aquí –dije con ojos llorosos de nuevo.

 

 

- He… -me dijo Tetsuya con una sonrisa- espera a que lleguen los chicos. Te prometo que todo se solucionará Takao-kun.

 

 

- Gracias Tet-chan, pero no creo que se solucione nada hoy. Quisiera ir a mi camarote a dormir. Un chico se paró en mitad de escenario mirando a todos lados asustado y luego dijo unas palabras en el micrófono.

 

 

-Disculpe la molestia, pero ¿Alguien tiene experiencia con el piano y desea tocar? Necesitamos apoyo por favor, nuestro pianista principal tuvo un incidente.

 

 

-¡Aquí aquí!- Himuro estaba levantando la mano de Tetsuya sin que el mismo se dé cuenta.- ¡Él sabe tocar muy bien!

 

 

-Himuro-kun  ¿Qué está haciendo?- el peliceste se puso nervioso.

 

 

-¡Que alegría!- el chico ya se había acercado a nuestra mesa, tenía rasgos asiáticos pero un acento inglés.-Nos podrías apoyar en el escenario por favor, el pianista tuvo un accidente en la cocina y se lastimó las manos así que no podemos tocar sin uno.

 

 

-Disculpe pero ¿Qué canción tocaran?- preguntó Tetsuya

 

 

-Es un cover de una canción en inglés pero en versión instrumental, se llama “Nothing like us”, yo soy la voz y tú mi mano derecha con el piano.  

 

 

-Si la he escuchado.- el peliceleste se quedó pensando un rato y luego aceptó.- Esta bien, lo haré, pero disculpe, no me dijo su nombre

 

 

-Oh, perdónenme, soy algo distraído, me pueden decir Jung Kook.- sonrió.- entonces ven conmigo.- el chico le hizo un gesto a Tetsuya para que lo siguiera.

 

 

- Quédate hasta que termine de tocar Takao-kun, te la quiero dedicar a ti y a Midorima-kun –pidió o más bien rogó, pues tenía mis manos fuertemente agarradas con las de él. 

 

 

- Midorima no está aquí, ¿de qué servirá? 

 

 

- Sólo quédate por favor –pidió. Asentí y vi cómo él corrió con “Jung Kook” al escenario, hablaron de algo con los demás músicos que allí se encontraban, luego Tetsuya le dijo algo al oído del chico lo cual asintió con una sonrisa, finalmente uno se acomodó en el micrófono y el otro en el piano.

 

 

- Que tal damas y caballeros, mi nombre es “Jung Kook” y les interpretaré una canción que se llama “Nothing like us”. Está dedicada por parte de Takao Kazunari a Midorima Shintaro. 

 

¿Yo no se la había dedicado, o sí? Giré mi cabeza para ver si entre el público se encontraba Midorima y sí. Allí estaba observando a Tetsuya en el piano. Aomine lo observaba bastante sorprendido con la boca semiabierta. 

 

Un miembro de Staff le dio una partitura a Tetsuya, Jung Kook le dio una señal y comenzaron a tocar los acordes de una hermosa canción. (N/A: Para que sea más feeling pongan la canción en Youtube:3 como “Nothing like us Jung Kook”)

 

Últimamente he estado pensando, pensando en lo que tuvimos; sé que fue difícil; fue todo lo que sabíamos, si

 

¿Has estado bebiendo, para llevar todo el dolor lejos? Desearía haber podido darte lo que te merecías...

 

Porque nada podría, nunca podría reemplazarte, nada podrá hacerme sentir como tú lo haces, si. Sabes que no hay nadie con quien me pueda identificar Y sabemos que ya no encontraremos un amor tan verdadero

 

No hay nada como nosotros…Nada como tú y yo…Juntos a través de la tormenta
No hay nada como nosotros…Nada como tú y yo…Juntos...
–esa canción hacía que mi corazón se desgarrara sentí cómo las lágrimas se acumularon en mis mejillas, observé a Midorima y él miraba con mucha atención tanto a Tetsuya como al chico. 

 

“Te dí todo, cariño, todo lo que tenía para dar amor, ¿por qué me alejas?

 

Perdido en la confusión, como si fuera una ilusión, sabes que estaba acostumbrado a hacer tu día…

Pero eso es pasado ahora, ahora no duramos, supongo que así estaba destinado a ser

 

Dime, ¿valió la pena? Éramos tan perfectos, pero cariño, solo quiero que veas…


Jung Kook y Tetsuya repitieron el coro y yo estaba entre sollozos tratando de cantar también. Esa canción era perfecta. Me describía ahora… agradecía tanto a ese chico que la estuviera cantando con tal voz y tal perfección, además de Tetsuya por su hermoso acorde.

 

“No hay nada como nosotros…Nada como tú y yo…Juntos a través de la tormenta

 

No hay nada como nosotros…Nada como tú y yo
Juntos…”

 

 

- Es cierto, no hay nada como nosotros juntos –dijo Midorima a mi lado. Me levantó de un jalón y sus labios buscaron los míos. 

 

Repentinamente sentí cómo nos quedábamos solos en esa habitación. Solo éramos él y yo. Borrando el pasado y comenzando de nuevo nuestra historia. Cómo agradecía a los chicos y a Tet-chan que intervinieran para poder salvar lo que yo amaba en esta vida. Las lágrimas ahora corrían pero de felicidad, porque sabía que Shin-chan había regresado a mí y aunque no se fue por mucho tiempo. Para mí fue una eternidad. Metí mi mano entre su cabello y lo acerqué más a mí. Él atrapó mis labios entres sus dientes y jaló un poco de ellos. 

 

 

- Te amo tal y como eres Takao Kazunari. Perdóname, por ser tan… idiota.- me susurraba 

 

 

- Yo fui… el que… lo siento, no quiero volver a pelear así contigo Shin-chan –pronuncié entrecortadamente. 

 

 

- Ni yo… amor –dijo dándome un beso otra vez. 

 

 

- Te amo –le dije al oído.

Notas finales:

nos vemoooooooooooooooos!! :)


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