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MENSAJE DE TEXTO por Aifoss

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Notas del capitulo:

El capítulo de la semana:) como siempre espero que sea de su agrado queridos lectores, gracias por sus reviews y por leer el Fic <3 

 

 

DISFRUTTEEEN!

 

Psd: No lloren plis :'(

(Narra Tetsuya)

 

 
Desperté de golpe, asustado por el tiempo, la noche había llegado y yo no estaba en el lugar de encuentro. ¿Qué pasaría si yo no me presentaba? Miré alrededor y mi padre estaba dormido a mi lado, Kouki no se encontraba allí. Me levanté corriendo y salí de la habitación. No estaba tampoco en la salita. 

Salí al corredor, bajé corriendo las escaleras, llegué al primer piso y revisé mi celular. 

 

 

Has sido impuntual, tu hermano pagará” –estaba en mi bandeja de entrada. 

 

 

“No, no, no, no, ¡Ya llegué! Me quedé dormido, pero ya llegué, no le hagan nada por favor, ya llegué” –mientras lo escribía, estaba temblando y estaba llorando. 

 

Me senté como comúnmente lo hacía y cerré los ojos fuertemente, esperé unos minutos y no había nada. Comencé a llorar otra vez desesperadamente, esperando y rogando que llegaran y me llevaran a mí en vez de él. Luego de estar sollozando, sentí que el pañuelo rodeaba mi boca y mi nariz, aspiré profundo de él y me quedé dormido. 

… 

 

- ¡Ah! –sentí cómo me golpeaban en el estómago. 

 

 

- ¡Con que algo en vez de alguien! –gritó la pelirosa frente a mí. Comenzó a golpearme con más fuerza en el cuerpo con una bara, mientras Haizaki se encargaba de embestirme, morderme y hecharme cera caliente. 

 

 

- Te dije que hoy te arrepentirías –gritó esta furiosa. Sentí cómo si desgarraran algo dentro de mí. 

 

 

- ¡Ya basta! –lloré. En vez de lágrimas corría sangre y salía de mi nariz. Todo se oscureció de nuevo y no vi nada, sentí cómo mi cuerpo no sentía más que el latir de la sangre por toda mi piel.

 

 

- Oe Momoi, esto es suficiente… lo hemos hecho por cinco días, al principio no sentía nada, pero ahora me da lástima, ha sido suficiente –dijo él. 

 

 

- ¡Claro que no! Si estás en el negocio, el negocio tiene que terminar. 

 

 

- ¿Cómo quieres que termine, muerto? –preguntó. 

 

 

- Sería la mejor opción, así sabremos que él no hablará –habló la pelirosa, yo a penas y los podía escuchar, el taladrar de mi oreja no me dejaba en paz. 

 

 

- No, Momoi, él no podrá hablar de esto. No puede, por más que trate de decir o hacer algo, te juro que no lo hará.- sonaba preocupado. 

 

 

- ¿Cómo lo sabes? –preguntó la chica. 

 

 

- Solo lo sé –dijo. Me pusieron de nuevo el pañuelo en la cara y me quedé dormido. 

 

Al despertar mi cuerpo no respondía, mis caderas dolían como nunca y mi cabeza no me dejaba pensar con claridad. Escuchaba un pitido en mis oídos y cuando me puse de pie, caí al suelo.  Me levanté y trastabillé un poco. Llegué al elevador, aunque había gente mirándome, no me decían nada. Salí del elevador, tembloroso y lastimado, entré temeroso al camarote, esperando que no hubiera nadie dentro. Para mi suerte no había nadie allí. Entré directo al baño, me desvestí lentamente y tuve mucho cuidado con los boxers, pues casi sentía que lo tenía pegado a mi piel. Al terminar de quitármelo, comencé a llorar desesperadamente. 

 

 

 

- ¿Tetsuya? –Se escuchó en la puerta, no hice caso y seguí llorando a grito abierto- ¿Tetsuya estás bien? –escuché que la puerta se abría, yo estaba en el suelo escupiendo un poco de sangre. 

 

 

- ¡Dios! –era Kagami quien me veía. 

 

 

 

(Narra Kagami) 

 

Muy temprano en la mañana Riko y yo fuimos a desayunar con los chicos. Aomine parecía estar triste y molesto a la vez, era obvio que extrañaba al peliceleste. Nosotros no dijimos nada cuando nos informó que habían terminado. Decidimos dejar a su criterio todo eso del amor. Riko se llevaba de maravilla conmigo, la amaba con locura, estaba ciego de ella. 

 

Después del desayuno fuimos a dar una vuelta en la cubierta pero ella me pidió que fuera por su cámara a su camarote. Al entrar a este, escuché que alguien estaba llorando desesperadamente. ¿Qué pasará allí? –me pregunté, conocí esos sollozos, era Tetsuya. 

 

 

- ¿Tetsuya? –dije desde la puerta, los gritos comenzaban a aumentar- ¿Tetsuya estás bien? –pregunté de nuevo, él seguía sin responder y decidí entrar. 

 

 

Fue allí cuando lo vi, estaba en el suelo, montones y montones de moretones, quemaduras y llagas rodeaban su espalda y piernas, de su nariz y boca salía sangre. Estaba temblando, pálido y delgado.

 

 

- ¡Dios! –grité y corrí hacia él. Me metí en el agua, no me importó mojarme por el, ni siquiera le presté atención a su desnudez- ¿Qué te hicieron? –pregunté asustado. Él no respondía. Lo tomé en mis brazos y traté de caminar con él, estaba muy liviano

 

 

Estaba por salir del baño, cuando tropecé y caí encima de él. Tetsuya pareció no dolerle y yo caí sobre mis codos, admito que me dolió, él me miró y estaba llorando. Preocupado también derramé algunas lágrimas, me estaba levantando… 

 

 

- ¡¿Qué estás haciéndole?! –preguntó Riko en la entrada del cuarto. 

 

 

- ¡No es lo que parece! –grité inmediatamente y me levanté de encima de él. 

 

 

- ¡Te diré lo que parece! –dijo ella molesta- ¡No lo toques! –gritó furiosa. 

 

 

- Yo no hice nada, déjame explicarte lo que pasó. 

 

 

- ¡No! –dijo ella con los ojos cristalinos. 

 

 

- ¡Riko, espera! –pedí. Era cierto, esta no era una imagen nada bonita. Tetsuya en el suelo desnudo y mojado, además lleno de restos de sangre y yo sobre él mojado. 

 

 

- ¡Kagami, vete antes de que llame a la policía, seguridad o lo que sea que haya aquí! –gritó. 

 

 

- ¡Déjame decirte lo que pasó! –pedí desesperado. 

 

 

- ¡VETE! –gritó llorando, me partió el corazón verla así y esperando a que yo me moviera del lado de su hermano, miré a Tetsuya estaba casi desmayado. 

 

Caminé rápidamente y salí de allí, fui a mi camarote. Pensar en decirle lo que pasaba a Aomine solo lo preocuparía, no sabía qué le estaba pasando a Tetsuya, así que esperaría hasta que todo este problema se aclarara.

 

 

 

(Narra Tetsuya) 

 

Luego que Riko descubrió en una escena nada agradable a Kagami y correrlo, se acercó a mí y me puso una toalla encima. 

 

 

- Dime qué pasó –dijo furiosa. 

 

 

- Kagami-kun no hizo nada –fue lo único que se me salió. 

 

 

- ¿Quién lo hizo entonces? – me ayudaba a levantarme. 

 

 

- Te lo diré el sábado cuando lleguemos a Los Ángeles, ahora no –susurré. 

 

 

- Tetsuya, estoy harta y asustada. No sé qué te está pasando, tienes una semana así en ese estado, qué te está pasando, con quién te juntas, quién te está amenazando, qué es lo que pasa –dijo llorando- hermanito, qué pasa… 

 

 

- No te lo diré –dije de nuevo. 

 

Me levanté de la cama y busqué ropa limpia, hoy era viernes, hoy sería el último día de todo esto. Suspiré y mi estómago comenzó a gruñir de una forma rara. 

 

 

- No saldrás hoy de aquí hasta que me lo digas –dijo mi hermana totalmente decidida. 

 

 

- No evitarás que salga –la miré fijamente, pero rápidamente desvié la mirada. 

 

 

- ¿Kagami te hizo esto? –preguntó. 

 

 

- No –dije rápido y claramente- él me sacó de la ducha solamente. 

 

 

- No lo sé, ¿qué tal si solo lo estás cubriendo? 

 

 

- No lo hago, ¿por qué lo haría? 

 

 

- No lo sé, tal vez para salvarlo –dijo ella molesta- ¿estás enamorado de él? 

 

 

- Sigues haciendo suposiciones idiotas, métete en la cabeza que el único que me gusta y amo es Aomine,  Kagami es tuyo y solamente tuyo, no sería capaz de dañar ni a una mosca –hablé metiendo con cuidado mis piernas al boxer. Me puse otro buzo suelto, pues las quemaduras de la cera me ardían al roce, y una sudadera gris. Me recosté en la salita y me quedé dormido. 

 

 

(Narra Kagami) 

 

Habían pasado ya cuatro horas desde que vi a Riko, y discutí con ella. Estaba realmente desesperado por aclarar lo que había pasado. No dudé más y fui a su camarote. Toqué un par de veces y ella fue quien me abrió. 

 

 

- ¿Podemos hablar? –pedí. 

 

 

- No –dijo molesta. 

 

 

- ¿Por qué no? –dije molesto también, no podía ser que no me dejara explicarle. 

 

 

- Tetsuya no me dice todo lo que pasa, no sé si él te está protegiendo pero… yo sé lo que vi. 

 

 

- Pues viste mal – me moleste- yo no le hice nada, cuando entré a la habitación, él lloraba a grito abierto, entré para verlo y estaba hincado sobre el suelo, sangrando. Hubieras visto mi expresión al verlo así, me asusté y corrí a ayudarlo. No lo dañaría, nunca dañaría a nadie de ninguna forma. 

 

 

- Kagami… no lo sé… 

 

 

- Dime algo, ¿Tetsuya te dijo que fui yo? –pregunté sin temor a equivocarme. 

 

 

- No –dijo desviando la mirada. 

 

 

- ¿Por qué no confías en mí entonces? –pregunté molesto. 

 

 

- Es que… 

 

 

- Gracias por demostrarme la confianza, de verdad –molesto me di media vuelta y me fui. No podía creer que ella pensara que yo sería capaz de dañar a su hermano de esa forma. ¿Qué pude haber hecho, violarlo? ¡Jamás! 

 

Entré a mi camarote y le pedí a Aomine dar una vuelta por la cubierta. Estábamos tan cansados de la situación con nuestras parejas, que decidimos enjuagarnos las ideas con un poco de natación. Al cabo de unos minutos todos nuestros amigos estaban allí, solo nosotros. Los originales: Midorima, Takao, Murasakibara, Himuro, Akashi,  Aomine y yo. Los únicos en los que en realidad podíamos confiar. 

(Narra Tetsuya) 

 

Había despertado solo para comer y volver a dormir, no tenía ganas de nada, no quería ver a nadie y tampoco estaba dispuesto a aprovechar mi último día en las instalaciones del crucero, solo quería que anocheciera pronto, terminar con mi atroz situación y despertar al día siguiente en Los Ángeles. 

Eran las ocho de la noche y estaba preparándome para la última noche. ¿Masoquista? Sí, sí lo  era por ir a pararme frente el extintor y esperar que me tocaran ya y poder irme más pronto. 

 

 

Hoy es más temprano, así podrás llegar a tu camarote sin que nadie se de cuenta y nadie salga herido, has hecho un buen trabajo, te queremos aquí a las nueve” –recibí. 

 

Después de un gran suspiro, salí a la salita, me paré en seco cuando vi que no estaba solo. Estaban mi padre, la señora Alexandra, Ogiwara, Kouki y Riko. 

 

 

- ¿A dónde? –preguntó mi hermana. 

 

 

- Eso no te importa –le gruñí. 

 

 

- Hey, ese tono –me reprendió mi padre. 

 

 

- Solo tengo que salir a respirar y despedirme del barco –le dije mirando a mi padre, él entrecerró los ojos. 

 

 

- Tú no vas a ningún lado, quédate, veremos una película – habló mi hermana.

 

 

- No, tengo que salir ya – buscaba una excusa. 

 

 

- ¿A dónde vas? –preguntó de nuevo. 

 

 

- Riko… déjame salir, necesito salir –pedí, casi las lágrimas salían de mis ojos, la voz se me quebró en la última frase. Cómo rogaba que ellos me ataran a la cama y pidieran que me quedara, pero estaría toda la noche sufriendo por el paradero de los chicos, temiendo por su vida. 

 

 

- No vas a ninguna parte – habló molesta. 

 

 

- ¡Tú no eres mi madre, Riko! –le grité, no hallaba más excusas. Ella se puso la mano en la boca y comenzó a llorar. Caminé a la puerta pero ella se puso de pie. 

 

 

- ¡No saldrás de aquí! –gruño molesta. 

 

 

- Yo iré con él –dijo Ogiwara y abrió la puerta- Estaremos bien – y me sacó de la habitación. 

Caminamos en silencio por el corredor y luego recibí otro mensaje.

 

 

Tetku, no sé por lo que estás pasando ahora pero de verdad, prométeme que serás una gran persona,  y que le demostrarás a tu novio que lo vales. Prométeme que no dejarás que nadie te toque sin tu consentimiento. ¡Prométeme que lo denunciarás!” –recibí. 

 

 

Cómo me gustaría prometerle eso. Cómo me gustaría decirle toda la verdad. Ogiwara me observaba, me abrazó y las lágrimas corrieron a toda velocidad por mis mejillas. 

 

 

- No sé qué está pasando, pero necesito saber que estarás bien cuando te deje aquí en el pasillo.-Me separé de él confundido. - Sé que vas al primer piso y te sientas frente al extintor de la entrada B. Te he seguido, pero nunca he estado lo suficientemente como para saber qué pasa después. 

 

 

- Estaré bien, solo será hoy… prometo que solo será hoy –él acarició mi mejilla. 

 

 

- Todo saldrá bien –susurró y me abrazó de nuevo

Luego que Ogiwara se fue, quedaban pocos minutos para que me fueran a recoger frente al extintor. Salí a la cubierta y le di una vuelta completa corriendo. Luego pasé por la cafetería y tomé mi último batido de vainilla antes de volver. 

 

Faltaban cinco minutos para que fuera la última vez y llegué allí para estar a tiempo. Puntual para ser violado. Me senté allí y decidí enviarle un mensaje a Daimine con toda la verdad sobre mí. 

 

 

Mi nombre es Kuroko Tetsuya, vivía en Osaka- Japón, pero voy rumbo a Los Ángeles en América en un crucero llamado Princess, hice que mi prometido Aomine Daiki, me botara para que no se enterara de que mi exnovio Haizaki Shogo estaba abusando sexualmente de mí, por una semana, junto con la exnovia de mi prometido Momoi Satsuki. Ahora estoy frente a su puerta para que abuse de mí por última vez, ¿por qué lo hice? Para proteger a mi novio y mis amigos de las barbaries de estos dos, amenazaron con matar a cualquiera de mi familia y amigos si no lo hacía, ahora estoy por venderme por última vez”. –

 

Era un mensaje largo, así que le piqué a enviar y se enviara completo de una vez por todas. Al final, yo no quería que Daimine también terminara desconfiando de mí. Al fin y al cabo si mañana salía en los noticieros con un encabezado de: “Chico violado en la habitación del Princess”. Daimine sabría quién era y ahora sabría a quién demandar cuando yo ya no estuviese vivo. 

 

Metí mi celular al bolsillo y esperé a que él me respondiera pero no lo hizo, cerré mis ojos y sentí cómo ponían el pañuelo en mi nariz. 

Notas finales:

nos leesmo:D


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