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MENSAJE DE TEXTO por Aifoss

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Notas del capitulo:

Aquí vamoo con el segundo capítulo, el encuentro de Aomine con el hermoso Tetsuya:3 espero que sea de su agrado 

Día 1

Llegamos al muelle, mi padre me despertó pues me había quedado dormido. Rápidamente bajamos las cosas de la camioneta y aun adormilado tomé mi equipaje. Caminé detrás de mi padre y mis hermanos. Ellos venían admirando el hermoso crucero blanco que estaba frente a nosotros. La verdad es que era gigantesco y hermoso. Se veía bastante lujoso para mi gusto ya que yo era más minimalista. Me sentí como Rose si fuera el Titanic, me pregunto si aquí me encontraría con un Jack. Sería lindo. 

Caminamos unos minutos hasta encontrarnos con la parte donde subían todos los pasajeros, es decir el costado de babor (parte izquierda), donde había unas pequeñas rampas por la cual todos los pasajeros estaban subiendo. Yo iba cargado con mi mochila, mi maleta celeste y además mi balón de basket.


Al caminar con los ojos cerrados pude sentir como topaba con alguien, me paré en seco y abrí los ojos. Frente a mí estaba un chico de cabello rojo con negro y unas cejas muy extrañas según mi parecer. Tenía una sonrisa en su rostro, una sonrisa hermosa debo agregar; y unas grandísimas gafas negras tapaban sus ojos.

 

- Lo siento –dije tallando mis ojos.


- No te preocupes, adelante por favor–dijo con un ademán. Yo le sonreí y seguí caminando hacia dentro del buque. 


Al entrar estaba frente a nosotros una sala enorme que se dividía en muchos pasillos y elevadores. Estaba abarrotado de gente, personas con cara de bobo admirando cada detalle que el barco tenía. Yo estaba igual que esas personas, mirando a todos lados con la boca abierta y de repente no vi a mi padre. Alguien tomó mi brazo y yo asustado me zafé rápidamente. 

 

- Lo siento –dijo el chico de las gafas enormes y cabello rojizo- El señor que venía contigo te está buscando, está por allá –señaló el siguiente elevador. Su acento parecía extranjero.


- Gracias –dije y caminé hacia allá. Mi padre me miró molesto. 

- ¿Dónde estabas? –preguntó presionando el botón. 

- En la entrada, me perdí –dije agachando la cabeza. Subimos al elevador y dentro parecía venir un chico, como el que viene de botones creo. La música del elevador era una de piano <<Ahí va de nuevo el anticuado de mi>>

- Estoy emocionada –dijo mi hermana, yo le sonreí. Ella era una linda chica, una hija obediente, optimista pero para nada sumisa. Lo que yo no era. Ella era un poco más alta que yo y tenía el cabello castaño pero laceo Sus ojos eran grandes y de color café claro. Enganchó su brazo en el mío, regularmente me quitaba pero hoy no quería ser grosero con ella. Fruncí los labios y allí se detuvo el elevador.


- Gracias –le dijo mi padre al chico. Él asintió y cerró de nuevo la puerta. Estábamos en un pasillo enorme y lleno de puertas. Mi padre se paró frente al 640-A y sacó las llaves.


- Esta será la habitación de Kouki y mía –dijo metiendo la llave. La suya es la que está al lado, es una suite –Anunció. Cuando dijo eso prácticamente se me formó una sonrisa traviesa en los labios. Viajaría con mucho lujo esta vez.


- ¿En serio? –dije sorprendido aunque no se notase. Él me entrecerró los ojos y luego de aventar su maleta hacia adentro de la habitación, se cruzó de brazos frente a mí. 

- No quiero que rompas nada, esto es lujoso y a pesar de que mi trabajo lo pagará, es importante para mí que se comporten. Por favor, Tetsuya , ya hazte una persona más responsable, ya no tienes diez años –dijo reprendiéndome. 

- Ya papá, solo dame la llave, quiero dormir un rato más –dije incómodo por su comentario. ¿Desde cuándo yo hacía destrozos? Ni siquiera soy capaz de matar una mosca, para eso incluso llamo a Riko por ayuda.

- De acuerdo, Riko, cuídense –dijo dándole las llaves a ella. 


Metió las llaves a la cerradura de la puerta y luego de ver un botoncito verde prenderse, esta se abrió. Al entrar vimos como una salita se asomaba frente a nosotros, era color dorado y la sala era totalmente blanca, frente al sillón había un televisor de plasma. Detrás había un pequeño escritorio con una lámpara. Además en una esquina en un estante de caoba encontramos muchas botellas de diversos licores. Era un minibar. Dentro de una puertecita estaba un refrigerador pequeño, esto era realmente fantástico...y caro. Había ventanas por donde se filtraba la luz y nos dejaba ver la ciudad pues el barco aún no zarpaba. 


Caminamos hacia la habitación y encontramos dos camas individuales separadas por un buró con una lámpara sobre él. Abrimos la puerta del baño y encontramos una regadera con llaves por todos lados y una tina de hidromasaje, este viaje sería a todo un derroche y extensión de toda la palabra. Sería genial. Por fin me olvidaría de todo, de mi pasado y viviría mi presente que es aquí y ahora.

 

- ¿Quieres ir a dar una vuelta alrededor del barco? –preguntó mi hermana ansiosa.


- De acuerdo, solo déjame sacar mi cámara, me gustaría tomar algunas fotos.


- ¡Sí! –dijo ella emocionada.- Me quiero cambiar de ropa, siento que me veo demasiado... ciudadana –dijo debido a su blusa de vestir y falda floreada. La miré de arriba a abajo y luego reí. 

- Cámbiate te espero –sacaba mi cámara y algunos lentes especiales. Noté como ella salía con un short de jean y una camiseta corta azul cielo, decía con palabras blancas, "Basket". Me olvidaba, ella fue entrenadora de basket en el club de su preparatoria por tres años, yo era uno de sus "alumnos" se puede decir, ambos tenemos esa pasión por el deporte, y en especial el basquetbol.

 

Salimos de la habitación y caminamos hacia el elevador. Allí estaba de nuevo el chico. En su gafete decía Kotaro. 

 

- Te llamas casi igual que mi hermano.- mi hermana sonriente y él se sonrojó-, podrías dirigirnos a la cubierta principal, por favor. 

- Claro –dijo él gustoso. 

- ¡Esperen!- alguien gritó cuando la puerta estaba a punto de cerrarse. Era el chico del cabello rojizo, traía puesta una camisa negra y unos jeans largos con Vans. Ahora no traía las gafas y sus ojos también rojos dominaron mi mirada. Me sonrojé un poco pues él sonreía de oreja a oreja. 

- Lo siento, voy... a... arriba a la maderota es que no recuerdo el nombre – se apenó pasando su mano entre su cabello y yo sonreí.


- ¿A la cubierta? –pregunté inocentemente.


- Sí –dijo riendo-, gracias, tenía el nombre en la punta de la lengua.


- Claro


- Por cierto, me llamo Kagami Taiga – me dio su mano, yo se la estreché y sonreí.


- Hola, soy Kuroko Tetsuya y ella es mi hermana Riko... - él se giró y la vio. Le dio un fugaz vistazo de arriba a abajo y luego noté cómo sus mejillas se pusieron coloradas.


- Es... este... un placer... conocerte –habló apenado.- conocerlos, perdón –. El timbre del elevador sonó y él sonriente salió caminando o prácticamente trotando. Nos dedicó una sonrisa y luego desapareció entre la gente.


- El chico... está lindo –mi hermana estaba sonrojada. Yo no podía creer que ella dijera algo así de un chico que a penas habíamos visto.


- ¿Riko, lo dices en serio? –dijimos saliendo y metiéndonos entre tanta gente.


- Sí, soy mujer y... pues no estoy ciega, ¿acaso me lo negarás? –preguntó parándose cerca del barandal, nos sentamos en las camillas que allí estaban y reí.

 

- No, no te lo puedo negar, la verdad es que es agradable a la vista –miraba hacia el océano, extendiéndose.


Luego de un rato de platicar vimos como el barco zarpaba. Al principio sentí un leve mareo, pues se comenzaba a mover lentamente. Miré a mi hermana quien se veía realmente feliz de dejar todo atrás. A mi lado derecho se sentó mi hermano quien estaba con una sonrisota viendo a todas las chicas que pasaban atrás de él. Negué con la cabeza y comencé a tomar fotografías.

 

 

(Narra Aomine)


Llegamos al puerto y vimos como montones de gente se acercaban a las pequeñas rampas que allí estaban. Todos traíamos los lentes oscuros y nuestras sudaderas negras para que nadie nos reconociera, aunque pensándolo bien, parecíamos todos unos raros por vestir igual... dentro del barco sería otro asunto. 

Caminábamos lentamente, la gente no nos dejaba subir. Había muchos niños de papi y adolescentes por doquier. Me dolía un poco la cabeza y el cuerpo pues no había dormido bien. Un muchacho de curioso cabello celeste caminaba hacia nosotros con los ojos cerrados. Observé que el borde de sus ojos estaba hinchado y rojizo, parecía ser producto de que lloró la noche anterior, un sentimiento de empatía y condolencia emergieron en mi por el chico. Kagami iba caminando delante, como venía peleándose con Murasakibara por unos dulces, topó con él de frente. El chico abrió los ojos y...quedé absorto... unos bellos ojos celestes al igual que su cabellera, un celeste esperanza.


- Lo siento –habló el chico, inocente. Kagami me hizo una seña con las manos.


- No te preocupes, adelante por favor.–haciéndose el caballeroso. Más fingido no puede ser.


El no dijo nada, solo caminó hacia dentro. Había algo en ese muchacho que me hacía sentir extraño. Parecía estar triste o adormilado.


- ¿Adorable, verdad? –dijo Kagami


- Sí, es muy lindo – fui honesto.


Subimos e íbamos detrás de él, parecíamos espías con nuestros lentes oscuros detrás de un inocente chico. Akashi nos guió hacia el elevador y noté como el padre del peliceleste lo estaba buscando. Me preocupé pues él estaba con un rostro de bobo viendo hacia su alrededor y cuando notó que el señor no estaba a su lado, se comenzó a mover nervioso.


- Oe Kagami, dile que el señor que venía con él está en ese elevador –le señalé el lugar y luego él me miró pensativo.


- ¿Por qué no se lo dices tú? – me desafió

- Eh... por que tú ya mantuviste una conversación con el chico. Tal vez conmigo se asuste –dije apenado.- Además porque tú eres Bakagami

- Eres demasiado gallina Aomine–dijo el tonto.- ¿No que solamente tú te puedes vencer?.-se acercó al chico y lo tomó del brazo, se exaltó pero al final le agradeció. 



Luego de un rato de revisar que nuestros camarotes estuvieran en orden. Decidimos subir a la cubierta para admirar el paisaje mientras zarpábamos. Taiga se quedó un momento más guardando sus cosas. 

Arriba sentí como el barco comenzaba a moverse. Me mareé y luego sentí como sudaba frío. Esto sería demasiado cruel para mi cuerpo mientras me acostumbraba al movimiento.

 

- Mine-chin has estado muy serio –dijo Murasakibara- tú no eres así.

 

- Ya Murasakibara, cuando me acostumbre al movimiento del barco, prometo hacerte cariñitos todos los días –reí. Él sonrió y luego abrazó a Himuro, quien venía al lado de él. 

- Lo siento –habló el silencioso Himuro.- pero para cariños, solo yo –le robó un beso. Lo cual no me tomó mucha sorpresa, sabía que no eran solo "amigos".

- Aomine –dijo agitado- ya sé cómo se llama el chico de la rampa, el de cabello celeste. 

- ¿Sí? Felicidades – traté no parecer tan interesado. Aunque en realidad moría por saber su nombre. 

 

- Bueno, si no quieres saber su nombre, te diré el de su hermana. Se llama Riko y es tan hermosa. Ella es muy agradable.


- Bakagami estoy mareado, ahora no quiero hablar sobre chicas. 

 

La verdad es que aún me dolía un poco el corazón por cómo terminó mi relación con Satsuki.

 

- ¿Akashi te gustaría ir a beber algo al bar que está en el piso de abajo? –pregunté. Él medio pensativo aceptó. 

Caminábamos y yo iba bastante distraído. Un chico estaba jugando con otro tipo al frisbee, me empujó haciendo que empujara a alguien más.


 

(Narra Kuroko)


Estaba tranquilamente tomando fotos, cuando de pronto alguien me empujó haciendo que mi cámara cayera por la borda...sentí cómo mi estómago se iba hasta el suelo al ver que mi cámara profesional, por la que mi madre había ahorrado tanto tiempo y era el último regalo que me dio se caía hacia el mar.


- ¡Mi cámara! –grité alarmado. Un chico de cabello azul que me aventó abrió bien la boca y se puso blanco de lo negro que era. Yo sin pensarlo dos veces me subí al barandal dispuesto a saltar por ella.


- ¡TETSUYA, NO! ¿Qué haces? - gritó mi hermano. Tomó mi mano y me bajó.


- ¡Mi cámara! –dije molesto y lloroso- Tengo... tengo que recuperarla... -tenía el corazón en las manos e inconsciente de lo que hacía


- Tetsuya, no vas a saltar por ella...además... ya se mojó ¡No funcionará! –me dijo para que entrara en razón.


- Oye... -comenzó el chico que me aventó- Lo siento, iba caminando un poco distraído y...


- ¡Eres un idiota! –le grité sin piedad, él me miró pasmado y luego agachó la mirada. Sin darme cuenta mi vos salió más fuerte que otras veces, es más, era la primera vez que gritaba, la mayoría de las ocasiones solo me guardaba mi enojo en silencio.


- Lo siento – estaba cabizbajo –no fue mi intención de verdad. Prometo comprarte una... 

- ¡No! –dije exaltado- No entenderías la clase de conexión que tenía yo con esa cámara.


- Disculpa pero creo que estas exagerando –dijo el chico que venía con él. No era tan alto pero realmente guapo sí. Sus ojos heterocromáticos y su cuerpo escultural me distrajeron un poco pero luego volví a mi pésimo humor.


- Es que... -dije llorando- solo... Me largo -corrí hacia la entrada del pasillo. Dejé a todos atrás y lloré desesperadamente. Claro que no estaba gritando tampoco quería parecer un desquiciado. Bajé en el elevador y luego entré a mi camarote. Me aventé a la cama y abracé la almohada, esta no era la forma de comenzar mi viaje a la nueva vida.



(Narra Aomine)


Íbamos caminando hacia el bar cuando un tipo bastante tonto, me empujó haciendo que topara con un chico. Él sostenía una cámara profesional y debido a mí la soltó y calló por la borda. 

Luego de que me gritó me comencé a sentir como un completo imbécil, era el chico que había visto en la entrada. El viaje había comenzado y yo ya estaba arruinando el viaje de alguien más. Soy un fracaso.

El corrió hacia la entrada del pasillo, vi cómo iba llorando desesperadamente. Los chicos que estaban con el nos miraban detenidamente.


- Escucha... -dije preocupado- lo siento. De verdad que no fue mi intención.


- Tranquilo –dijo la chica con una gran sonrisa, parecía ser su hermana-, Tetsu estará bien. Sí tenía algo de valor la cámara pero... ya se recuperará.


- Es que fui un tonto... a él le afectó mucho –dije preocupado y Akashi me dio un pequeño golpecito en el brazo.


- Tetsuya así es...aunque es la primera vez que lo veo comportarse de esa forma pero tranquilo, estará bien –dijo el chico. Era un adolescente, se parecía a un cachorro chihuahua solo que en versión humana- Soy Kuroko Kouki, su hermano.


- Hola, soy Aomine Daiki. Él es Akashi Seijuro –prensenté a mi amigo.


- Yo soy Riko –supongo que ella es de quien Kagami hablaba. Era muy linda y su sonrisa era hermosa. Además de que su humor era encantador, bueno, eso aparentaba.


- Bueno... -dijo Akashi- fue un placer conocerlos, pero tenemos algunas cosas qué hacer.


- De acuerdo, nos vemos –proseguimos nuestro camino hacia el pasillo. Bajamos en elevador, llegamos al salón donde había un casino y un bar enorme. Nos ubicamos en la barra y el barman nos saludó


- ¿Qué tal caballeros, les puedo servir algo? –dijo amablemente. 

- Nos das dos Martinis dobles por favor –dijo Akashi con su tono refinado de siempre. Yo me quedé callado y me limité a cruzar los brazos frente mí. El lugar estaba completamente lleno pero me sentía tan solo.


- Oye... sé que no estás muy bien últimamente pero... Satsuki no se merecía un chico tan especial como tú. Deja de lamentarte por lo que pasó con ella y ve hacia delante.- no esperaba ese tipo de palabras y menos aún que salgan de la boca de Akashi, sin embargo igual me agradaron


- Respecto a ella sí me siento mal... pero creo que tienes razón. 

- Por otro lado, el chico de la cámara... fue un accidente –dio un sorbo a su Martini.


- Cierto, aunque sí se alteró mucho.


- Sí, luego le pagas la cámara y todo resuelto –dijo comiendo un aperitivo.

- Tienes razón –traté de esbozar una sonrisa. 



(Narra Tetsu) 

Ese chico odioso me había arruinado mi primer día en el crucero. Ahora no tenía una cámara decente con la cual retratar mis mejores momentos y algunas buenas tomas para mi futura exhibición en Estados Unidos. Estaba de pésimo humor... no dejaría que ese negro de dos metros me arruinara el día. 


Tomé mi celular y comencé a buscar el número de Haizaki. Por extraño que parezca sentía la necesidad de contarle lo que me había pasado. De decirle que lo había perdonado y que todo estaría bien. Yo quería hablar con él. 


Después de estarlo buscando por mucho tiempo, no lo encontré. Recordé que lo había borrado y aventé el celular a la cama. Saqué mi pelota, estuve boteando un rato contra la pared como si fuera un adversario. Luego de un rato yo aún estaba ansioso por hablar con Haizaki, tanto que no lo pensé más, me aventé a la cama y teclee algo. 


 

"Hola, amor. Siento el haberte dicho tantas cosas. Por favor perdóname tú a mí. Lamento que lo nuestro no haya funcionado y... quiero que sepas que siempre estaré a aquí para apoyarte, aunque tú casi no me correspondas a esto tan fuerte que siento".

 

Tecleé su número y me quedé pensando en si el último dígito era un cinco o siete. Pusé siete y lo envié.

Notas finales:

Dentro de un momento subiré el siguiente capítulo, en verdad estoy muy emocionada con este Fic, nos vemos:) y gracias por leer


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