Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

MENSAJE DE TEXTO por Aifoss

[Reviews - 43]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Día 2

(Narra Aomine) 


En la noche había tenido una conversación muy amena con un chico y sospecho que es homosexual, no me importo puesto que  a mí no solamente me atraen las mujeres. Bueno, eso pensé pues eso me dijo. Me pidió que no le preguntara información personal, ya que no me respondería. Era bueno saberlo así sabría que él tampoco me preguntaría nada a mí.

 

Pensaba contestarle pero Taiga me había quitado el celular. Pues estuvo sonando demasiadas veces la tonada. Él quería dormir y puso mi celular bajo su almohada. Me quedé toda la noche tratando de quitárselo pero no me dejó. 

Al despertar cuando me lo entregó, lo primero que hice fue enviarle un mensaje al chico. Lo había agendado así: “ÉL”. 

“Buen día. Lamento no haberte respondido anoche, pero me quitaron el celular. Tienes razón ya debo rebelarme. No te preocupes con las cosas personales. No pienso hacerte daño, no soy esa clase de persona y no te preguntaré tu nombre si tampoco me lo quieres decir”. 

Esperé a que  me respondiera pero no lo hizo. Bakagami era un desastre por las mañanas. Salió con lentes oscuros del baño y me hizo media sonrisa.


- Creo… que tengo resaca –dijo tocándose la cabeza. 


- Creo que sí  idiota–dije riendo. 


- ¿Con quién hablabas? –preguntó recostándose de nuevo en la cama. 


- Con… un amigo –dije entrando al baño. 


- ¿Qué amigo? –preguntó el idiota desde fuera, lavé mi rostro y luego mis dientes- ¿Aomine Daiki, con cual amigo? –volvió a preguntar. 


- Con una nueva amigo Kagami Taiga no lo conoces y no te pienso decir su nombre ¿Te importa?
<<Porque no lo sé amigo mío>> –pensé. 


- Bueno… no me digas, pero lo descubriré. Vamos con los chicos a desayunar. 


Salimos de la habitación y nos encontramos con Riko en el pasillo. Al parecer estaba hospedada a unos cuantos camarotes de distancia. Taiga se quedó paralizado y yo le di un pequeño empujón. 


- ¡Sh! –dijo él, al parecer estaba nervioso. 


- Buen día –saludé yo. Kagami me miró desesperado y se puso sus lentes oscuros. Ella se giró y nos saludó con la mano y una bonita sonrisa en sus labios. 


- Buenos días, chicos. ¿Qué tal su primera noche? –dijo metiendo la llave en la puerta de su habitación. 


- Fue… -traté de pensar, pues lo único que había mejorado mi día eran los mensajes- extraña –reí. 


- ¿Qué tal la tuya? –preguntó desviando la mirada- ¿Kagami Taiga, verdad?


- Sí, fue… linda –dijo rascándose la cabeza de nervios. 


- ¿Estás bien? –preguntó ella. Él rió nerviosamente y luego me miró a mí. 


- Estoy… bien, bien. Solo tengo un ligero dolor de cabeza. 


- Bueno, recupérate pronto. Que estén bien chicos, disfruten su día, tengo que levantar a mi hermano –dijo riendo. 


- ¿Les gustaría acompañarnos a desayunar? –preguntó el pelirrojo. Ella se sonrojó y luego frunció los labios. 


- Me encantaría pero… no creo que Tetsuya pueda estar en el mismo lugar que tú –me señaló. Yo rasqué mi cabeza y luego desvié la mirada. Recordé lo de la cámara. Mi celular vibró y me alejé un poco. 


“Buenos días. No te preocupes, yo me quedé dormido y ahora tengo un terrible mareo. Creo que no debo cenar mucha carne, hasta tuve pesadillas” 


Reí debido a eso. Taiga  estaba tratando de mantener una conversación con Riko y luego de un rato de estar tecleando un mensaje para “él” se lo envié. 



“Se supone que se debe ser algo ligero. No puedo creer que comas tanto, me recuerdas a un amigo. Puede hacerte mucho daño”. 

De repente de la puerta de la habitación, salió Tetsu con el cabello completamente hecho un caos a diferencia de ayer cuando lo vi. Abría muy poco los ojos y cuando notó nuestra presencia, no le importó y se quedó allí parado, ni se inmuto. Yo reí un poco y agaché la cabeza. Se veía tiernamente lindo. 


- Buen día –dije y él alzó la cabeza. Miró a su hermana y Riko estaba totalmente sonrojada, al parecer le daba pena ajena. 


- ¿Dónde está mi toalla? –preguntó a su hermana. 


- En mi maleta –contestó ella apenada. El entró de nuevo a su camarote sin decirnos nada. 


- Es muy… diferente tu hermano de ti –dijo Taiga. 


- Es… algo inexpresivo  –dijo mirando hacia dentro- pero es muy agradable cuando la conoces. 


- ¡Riko, no la encuentro! –se escuchó desde dentro. Ella suspiró y nos sonrió. 


- Cuando lo conoces bien –dijo sonriente-, será en otra ocasión lo del desayuno. 


- De acuerdo, espero verte por aquí –dijo mi amigo pelirrojo. 


- Yo también –dijo ella. Me sentí bastante incómodo en medio de tanto amor. Mi celular vibró de nuevo. 

No te preocupes, tengo mis armas y no me refiero a las de fuego. ¿No te molesta la gente inoportuna? La que está frente a ti en el momento menos indicado. Conocí a un chico y creo que es lindo y sexy pero aún sospecho de él”. 

Caminando hasta el elevador, estaba Kotaro, el chico del elevador. Nos saludó y yo traté de responder. 

“¿Ese chico es inoportuno para ti, como por qué?, ¿No te gustaría enamorarte? Es bueno darle la oportunidad a alguien que no conoces”. 

Llegamos al camarote de Murasakibara y Himuro. Tocamos y ellos nos abrieron. Estaban intactos, parecía como si hubieran ido a un salón para arreglarse. 


- ¿Taiga qué te pasó? –preguntó Himuro. 


- Nada, solo es algo de resaca –dijo quitándose los lentes lentamente. 


Rodé los ojos y luego sentí cómo vibraba de nuevo mi celular, de la nada apareció Akashi uniéndosenos, se puso frente a mí y luego extendió la mano, indicio de que quería saber con quién hablaba. 


- Sí Akashi oblígalo a que te diga quién es ese amigo con el que habla tanto. 


- Dame –dijo Akashi con su tono autoritario en modo “absoluto” de siempre. Le di mi celular y notó que tenía un mensaje nuevo. 

“Tengo miedo a enamorarme –comenzó a decir  Akashi-, la verdad es que he sufrido mucho por eso y sé que aunque los hombres no son iguales y yo soy uno de ellos. A mí siempre me tocan los peores. Además de que… es un maldito idiota”


- No sabes quién es el chico, ¿cierto? –preguntó Himuro, me miró con cierto tipo de desaprobación moviendo su cabeza en negación y yo solo sonreí. 


- Es… un amigo ya les dije. Tsk…no molesten –dije encarándolos


-  Daiki, sabes bien que eso puede ser algo peligroso, ¿verdad? –dijo Seijuro.

- Sí, lo sé. Pero no hablamos sobre nada personal ni serio. Simplemente platicamos. 


- Mine-chin–dijo un preocupado Atsushi - No sé qué tratas de hacer pero… Aka-chin –dijo llamándolo- Dale el celular, déjalo que se entretenga un rato, si ese “chico” hace que él se sienta mejor y relajado. Pues dejemos que hable con él. Mientras no… -dijo agarrando mi cabeza con su enorme mano- No le digas nada que ponga en peligro al equipo o si no te aplastaré.- siendo sincero era la primera vez que oía algo sensato que saliera de las palabras de este grandulón devora dulces.


- Ya –dije retándolo,apartando la mano del pelila de un manotaso. Akashi me entregó el celular y yo comencé a teclear otro mensaje. 



“No debes de tener miedo a enamorarte. Sí habemos muchos hombres, como dijiste. Ya llegará el tiempo en que te toque uno que en verdad sea digno. Solo espera y solito caerá ante ti”. 


(Narra Tetsu) 


Mi papá, mis hermanos y yo decidimos salir al Flow Rider (un simulador de surf), que estaba en la cubierta pero en la parte de atrás. Allí había una gran piscina y un restaurante. Decidimos desayunar allí. 
- ¿Cómo se la están pasando? –preguntó mi padre, traía solo un short puesto. Gracias a Dios que él tenía un buen cuerpo y no me daba vergüenza estar cerca de él. 


- Yo genial –dijo Kouki - conocí a una chica muy linda llamada Penny, es americana. 


- ¡Pórtate bien Kouki! –dijo mi padre. 


- He… tiene suficiente edad, déjalo –le dije y probé mi batido de vainilla. Mi padre comió sus emparedados  y mi hermana estaba bebiendo su coco. Mi hermano decidió probar una piña colada sin alcohol porque era temprano. 


- Buenos días –dijo Midorima detrás de nosotros. Venían los seis chicos detrás de él. El asesino de cámaras no dejaba de mirarme. 


- Buenos días –dijo mi padre. 


- Es un placer conocerlo señor… -Él esperó para que mi padre completara. 


- Kuroko –dijo serio. 


- Mi nombre es… -comenzó a presentarse. Al final mi padre terminó riendo con Midorima y los otros chicos, hasta el asesino resultaron ser muy amables. 


- Hola chicos –nos saludó el que era novio del peliverde, Takao.


- Hola –contestamos los tres. 


- ¿Les gustaría ir a nadar un poco? –preguntó- Himuro y yo iremos un rato. 


- Yo si quiero ir –dijo mi hermana encantada. 


- Yo… no lo sé… soy muy penoso, no me gusta que me vean con traje de baño –dije apenado. 


- Ellos no son nada juiciosos no te preocupes –me alentó Takao-. La demás gente no te prestará atención, Vamos Tetsu-chan  –dijo despreocupado. 


- De acuerdo –dije caminando con ellos hacia los vestidores. Entramos cada quien a su propio vestidor y luego noté que tenía un mensaje en el celular. 

“Escucha estaré un poco ocupado así que probablemente no lea los mensajes. Adiós” –envié. 


Me quité mi camisa y quede en un shorts, mostrando mi incolora piel sin ninguna marca que me levante el orgullo,  me envolví en una toalla azul con blanco que tenía. Los chicos ya estaban listos  viéndose en el espejo presumiendo sus músculos, tanto Takao como Himuro tenían más que mi debilucho cuerpo, algo que envidiaba. Al salir de los vestidores nos encontramos con Riko, ella tenía un gran cuerpo, aunque no mucho busto pero igual de linda.


- Luces bien –le dije a mi hermana, ella rápidamente se sonrojó y se envolvió en una toalla. 


- Bueno, ahora que estamos listos salgamos a nadar –dijo Himuro con una sonrisa. Al parecer solo necesita tiempo para agarrar confianza. 

Caminamos hacia la piscina y llegué con mi hermano quien estaba cerca del asesino. Kagami  también estaba cerca de él. 


- Pon la toalla en la banca –dijo quitándomela del cuerpo. Riko también se la dio. Taiga se sonrojó rápidamente y desvió la mirada. 


-  Kagami-kun ¿Quieres nadar? –le pregunté al pelirrojo pues miraba mucho a mi hermana. Él me miró y rió nerviosamente, me dio un poco de pena su expresión. 


- Yo… este… -vimos como Takao jalaba a Midorima de la mano y se tiraban juntos a la piscina. Himuro se acercó a Murasakibara provocativamente, quitándole el poki que tenía en los labios y robándole un beso. Él se levantó, en verdad es gigante y lo cargó tirándolo en la piscina, nos salpicó un poco de agua. El pelilila reía y luego se tiró con él. 


- ¿Vienes o no? –pregunté un poco más desesperado. 


- En un momento… pero Aomine sí va –dijo empujándolo. Me le quedé viendo al asesino, él me miraba a los ojos y yo esbocé una pequeña, mínima sonrisa que duró menos de lo que duré explicando esto. Él miró a Taiga y luego se levantó de la banca, yo me separé de él, se quitó la camisa que traía puesta, noté el perfecto tonificado cuerpo que el chico se cargaba. Era marcado pero no suficiente como para verse pesado. Su cabello y sus ojos eran los que más me distraían, era como el azul nocturno de las olas. Para no parecer un bobo admirándolo, miré hacia donde estaba Takao, quien estaba salpicando a Akashi. De la nada vi al chico del ascensor, Kotaro que también estaba en la piscina junto a Kouki estaban jugando juntos, al parecer esos dos se habían hallado bien. Luego de un rato sentí cómo la mano del tipo a mi lado pasaba por mi espalda baja guiándome hacia delante.

 
- ¿Listo? –pregunté. Él me sonrió y asintió. Caminamos hacia la piscina y luego noté el perfecto abdomen que tenía. Lucía bastante atractivo bajé la cabeza apenado, pues no quería que él se diera cuenta de que lo observaba. Le sonreí y metí ligeramente un pie estaba tibia, el sol no me quemaba pero sí calentaba el agua.

 
- ¿Sabes nadar? –me preguntó. Yo lo miré extrañado, sus ojos azules eran realmente imponentes, me dominaban. 


- Sí –dije corto y claro. Él sonrió y luego se movió hacia mi lado. 


- Entonces no habrá problemas si… -se agachó y me cargó en sus brazos al estilo nupcial. Yo me quedé totalmente congelado y lo miré a los ojos. Él sonrió y luego tomo impulso corriendo y dio un brinco hacia dentro de la piscina. 

Ya debajo del agua me soltó y los dos nadamos hacia la superficie, yo tenía el cabello cubriendo mis ojos y luego él se puso a mi lado. Me sonreía y yo no pude evitar reír. Reí mucho, casi me estaba carcajeando hacía tiempo que no reía así. Bueno, desde ayer con los mensajes. 


- Pensé que tu caja de la risa se había roto y no reías así –me dijo riendo. 


- No soy Bob Esponja –le dije riendo. 


- ¿Te gustan las caricaturas? –preguntó interesado. Yo me sumergí y jalé uno de sus pies haciendo que se hundiera conmigo, debajo del agua le sonreí y luego él se acercó a mí para hundirme más… estábamos hasta el fondo y yo sentí la necesidad de aire. Le di un pequeño toque en la nariz y cuando cerró los ojos salí disparado hacia arriba. La verdad es que me estaba divirtiendo. 


- Tramposo, igual y yo sé que mantengo la respiración por más tiempo que tú –dijo cuando estaba a mi lado. 


- No me ganarás, asesino de cámaras –dije. 


- Me llamo Daiki, Aomine Daiki –me dijo-, oye… lamento lo de tu cámara –al recordarla agaché la mirada- prometo compensarte.

 
- No importa Aomine-kun, no necesito que hagas nada por mí tampoco. 


- Pero no me sentiré bien, hasta que haga algo por ti. Puedes… -trató de pensar en algo- puedes pincharle a pelota de basket a Bakao o algo así. 


- No le pinchare nunca la pelota a nadie, eso es como un homicidio, ¿estás loco? –dije alterado, una vez cuando era  niño mi madre me la reventó como castigo.


- ¿Por qué te alteras tanto? –preguntó riendo. 


- Porque yo también tengo una y moriría si alguien le hiciera eso.
- ¿Juegas basket? –preguntó. 


- Sí, pero… solo a mi manera, no soy un profesional–dije sentándome en la orilla de la piscina. Él se puso a mi lado poniendo sus brazos cruzados. Me miraba, me sentía más pequeño de lo que era al costado de semejante cuerpo descomunal.


- Yo sé jugar, es más, yo supero y por mucho a todos estos idiotas, nadie puede vencerme, solo yo mismo.- hablaba con un aire de soberbia fingida pero graciosa.- Si quieres te puedo enseñar unos trucos.- dijo de forma comprometedora, la cual yo decidí ignorar.

- Tal vez… -dije mirando hacia mi hermano, él hablaba con una chica rubia. Tal vez era  Penny, de la que hablaba. 


- Luces… bueno… te… vez… -trató de decirme, yo no le entendí así que no le presté atención- lin… bueno… 


- A que te gano en una carrera nadando desde este extremo hasta el otro, pero… por debajo del agua sin salir a respirar una sola vez –lo reté mostrándole uno de mis puños. Él sonrió, choco con su otro puño el mío y jaló de mis piernas para sumergirme. Ya abajo conté con la mano y él me observaba. A la cuenta de tres, salimos disparados y le iba ganando hasta que él por su fuerza me alcanzó y me rebasó. No me gustaba perder así que pensé en una treta. 


Dejé de nadar y me comencé a hundir, pensé en fingir que me estaba ahogando. Dejé que mi cuerpo llegara hasta el fondo de la piscina.

Notas finales:

Espero que les halla gustado, subiré un capítulo más porque no podré actualizar hasta el viernes o el sábado, he descuidado otro Fic asi que lo siento:( 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).