POV JIMIN
Y cada vez me sentía más y más cerca de llegar al extremo lejano a la cordura.
Su piel me atraía y mi lobo comenzaba a alterarse. Yo no me movía ni pretendía hacerlo.
Comenzó a voltearme sobre mi cama, dejé que él besara mi mejilla, luego mi quijada para terminar en mi cuello, cerca de mi marca, de su marca.
Respiró entrecortado sobre mi piel y sentí su desesperación inundarme. Su dolor era mi dolor y su pesar también era el mío.
Si él se sentía ansioso a mí me pasaba igual.
—Déjame...—susurró y el solo hecho de escucharle tan desesperado por mí me hizo ceder.
Quería que me tocara hasta saciarme de él. Quería que no dejara de estar a mi lado.
Incliné mi cabeza hacia un lado para dejarle vía libre a toda la extensión de mi cuello. Él entendió el mensaje y comenzó a hacer un trazo con su húmeda lengua sobre mi piel.
Gemía despacio. No podía evitarlo, mi cuerpo entró en trance y comencé a desearlo aún más.
YoonGi parecía mi droga.
Sus manos estaban por todos lados, tocando cada rincón, con movimientos desesperados.
Llevé mis manos a su rostro y lo atraje al mío para poder observarle.
—Ya no hay vuelta atrás Min. Si tú me reclamas hoy, yo no me iré jamás de tu lado —hablé bajito.
Aunque te enteres luego de que no podré darte cachorros.
Un hueco se alojaba en mi pecho.
Realmente me estaba entregando, dejando de lado el hecho de que jamás podré darle hijos. Dejando mi vida en manos de un alfa que apenas conozco, pero del cual no quiero separarme.
—Eso es lo que haré pequeño...te reclamaré siempre, porque siempre estaré a tu lado. Porque tanto mi lobo como yo te elegimos.
No quería que viera mis mejillas ardiendo y tiré de él para unir nuestros labios otra vez.
Si él hablaba en serio...si él sinceramente me quería...yo ya no tenía nada que perder. Podía comenzar a amar, podía darme una oportunidad.
—¡OH, LO SIENTO!
Empujé con fuerza a YoonGi lejos de mí y sentí que me moría de la vergüenza, mi madre estaba en la puerta viéndonos.
YoonGi se quejó por el golpe, pero enseguida se levantó e hizo una reverencia a mi madre, para luego pedir disculpas por la situación en la que nos encontró.
—Acaso...tú...¿estás en celo?—indagó mientras elevaba una ceja en dirección a YoonGi.
Obviamente quería desaparecer de aquel lugar, pero no podía alejarme, no podía ni aunque quisiera.
YoonGi no parecía avergonzado, incluso parecía orgulloso de lo que estábamos haciendo.
—Él es mi omega, y quiero vivir con él de ahora en más.
Me hubiera desmayado si no hubiera llegado mi padre con bebida para brindar.
—Oh, querido, nuestro Jimin encontró a su alfa. Por fin nuestro bebé estará seguro.
Mi madre no paraba de decir ese tipo de cosas mientras simulaba llorar y mi padre le daba pequeños golpes de consuelo en la espalda.
YoonGi parecía a gusto con la situación; pero mi olfato no me engañaba, él estaba demasiado ansioso. Quería estar conmigo...él realmente estaba en celo.
Sus pupilas se dilataban con solo sentir mi aroma más fuerte y la situación no nos permitía estar juntos.
—Lamento si sueno grosero...pero necesito estar a solas con Jimin—dijo con la mirada seria, mis padres comprendieron y luego de asentir reiteradas veces y sonreír satisfechos cerraron la puerta y se marcharon.
Se dio la vuelta para observarme y me sentí por un segundo acorralado. Y es que lo estaba.
—Ya no lo aguanto.
Miré su bulto e inconscientemente mi cuerpo comenzó a prepararse para lo que se venía.
Sus ojos comenzaron a devorarme cuando sintió el aroma que desprendía mi cuerpo cada vez más fuerte.
—Voltéate—ordenó y al instante y sin rechistar obedecí.
Me sentí expuesto y eso me excitó aún más.
Tomó mis caderas con fuerza y clavó sus dedos en el comienzo de mis pantalones para poder arrancarlos con fuerza.
Todo mi trasero quedó a su disposición.
Estaba apoyado en mis codos y con mi rostro pegado a la almohada. Apreté mis puños sobre la sábana cuando él comenzó a arrastrar sus dedos por la hendidura, el líquido que salía de allí le ayudaba a resbalar sus dedos con facilidad.
Sentí que su cuerpo subió al colchón y su pecho comenzó a posicionarse sobre mi espalda.
—Pequeño...eres tan lindo...tan suave...y hueles tan bien. —Mi oído recibía sus palabras, pero no las procesaba debido a su dedos que jugaba con mi trasero.
—Mmgmh—gemía bajo, pero lo hacía.
Uno de sus dedos ingresó y me sentí apenas incómodo.
Su miembro era evidentemente más grande y lo sabía a la perfección.
—No puedo aguantar más...pero ayer fui desconsiderado contigo y lo hice sin prepararte.
—Cállate—murmuré entre jadeos por los movimientos de su mano.
Llegó a mi oído y mordió mi lóbulo mientras ingresaba un segundo dedo y frotaba su erección en una de mis piernas.
¿En qué momento había quitado su ropa?
No quería que demorara tanto.
Pero él parecía absorto en su trabajo manual.
No quería pedirle con palabras que me hiciera suyo y gruñí.
Mi lobo daba vueltas desesperado.
—Tranquilo...—susurró y quitó sus dedos mientras llevó una de sus manos a mi pecho y me levantó para quedar de rodillas en la cama delante de él.
Comenzó a jugar con mi pezón.
Apretaba y acariciaba hasta hacerlo cada vez más sensible.
Con su otra mano sujetaba su erección y la hacía correr por mis nalgas.
Inconscientemente guié y levanté mi trasero a su miembro. Lo quería.
Él sujetó con fuerza mi cintura y apretó su erección en mi entrada. No tardó demasiado en resbalarse dentro y sacarnos un suspiro a ambos.
Comenzó a moverse con rapidez sin soltar mi cintura para evitar que me cayera al frente y siguiera pegado a su cuerpo.
Gritaba incoherencias por el dolor que estaba sintiendo.
Se sentía tan caliente que mi cuerpo comenzó a sudar a la par del de él.
Nuestras pieles chocaban y el sonido hacía a todo aún más morboso y atractivo. Junto con mis gemidos y sus jadeos. Estaba seguro que mi cara estaba cual tomate.
—Mi omega—gimió en mi cuello y mordió mi hombro sin demasiada fuerza mientras su miembro entraba y salía con lentitud de mi cuerpo.
Él cambiaba a su antojo el ritmo de las penetraciones y eso me hacía enloquecer.
—Quiero hacerlo...más...fuerte—susurró en mi cuello. Iba a golpearlo.
¿Siempre iba a ser así? ¿Todo lo que pensaba tenía que decirlo?
—Hazlo...—suspiré con fuerza mientras él sacaba con lentitud su miembro de mi interior.
—No quiero lastimarte—respondió.
Me dio la vuelta para enfrentar nuestros rostros.
Sus cabellos oscuros se pegaban a su frente y se me hacía completamente irresistible.
Me recosté sobre la cama y él se cernió sobre mí.
Despejé mi cuello y lo miré de reojo.
—Marcame—ordené.
Él comenzó olfateando mi cuello mientras con una de sus manos separaba mis piernas y guiaba su miembro a mi entrada.
Besó húmedamente mi piel e ingresó su masculinidad otra vez en mí.
Aguanté las ganas de soltar un sonoro gemido.
Estaba en éxtasis y ni siquiera me había tocado durante el acto.
—Lo haré, pequeño—habló y asentí.
Arremetió con todo contra mi cuerpo. Sus caderas parecían tener vida propia y sus colmillos afilados entraron con fuerza rasgando mi piel.
Otra vez me reclamaba y me sentía en la gloria.
Lo quería.
Esta vez había decidido que él sería mi alfa.
Ya no me escondería ni escaparía de él.
+++
POV TAEHYUNG
Jimin está marcado. Maldita sea.
Ese alfa tuvo que llegar y robármelo.
Pero esto no se quedaría así y si tenía que recurrir a la violencia no me importaría.
—TaeHyung.
Me di la vuelta quitando mis pensamientos.
Mi padre parecía ofuscado.
—Sabías que este día llegaría, tú tendrás que dejar de lado ese pensamiento idiota de que ese omega se fijará en ti y todo será del modo "normal". Nosotros no somos así, nuestra manada no se maneja así y lo sabes. Es fácil, tomarás a ese niño a la fuerza y lo harás tu omega.
Cada vez que escuchaba esas palabras de mi padre me sentía asqueado, pero justamente ahora aquellas palabras se me hacían coherentes y llenas de sentido. Jimin sería mi omega y ya no habría ningún problema.
Si no lo podía conseguir del modo tradicional tendría que recurrir a este método.
Ya nada importaba.
Después de todo mi lobo como todo alfa necesitaba de un omega.