POV YOONGI
Tenía que marcharme de aquí. Habían sido amables conmigo al dejarme abusar de su hospitalidad, pero ya era hora de seguir mi camino.
Con paciencia intenté mover uno a uno mis músculos, era difícil, pero logré levantarme.
—Mierda...
Aún duele y lo único que me había llevado a estar en este estado...
—¡KIM SEOK JIN!
Me giré en dirección a la puerta y la abrí.
¿A quién rayos se le antojaba gritar de ese modo?
Abrí la puerta y me encaminé hasta la salida o lo que parecía ser la salida de la casa.
Me asomé por la puerta hacia el jardín de enfrente, de donde provenía esa voz.
Era un hombre, más específicamente un alfa y ... ¿Eso eran flores?
—¿Hyung también vino a ver el espectáculo?—Una voz a mi lado me sobresaltó.
—¿Quién es él?—pregunté a JungKook.
—Es NamJoon Hyung, viene seguido. Vive cortejando a Jin hyung pero es vilmente rechazado, es "un alfa muy básico" según hyung.
Volví mi vista al frente y observé como SeokJin giraba el rostro y mantenía sus brazos cruzados mientras el alfa le acercaba las flores.
Me di la vuelta para marcharme nuevamente a la habitación, ahora no podía escapar, tenía muchos espectadores y con mis fuerzas por el suelo sería una misión fallida.
—¡Hyung! ¿No se quedará para la mejor parte?
Voltee a verlo y él me señaló hacia afuera.
Me acerqué nuevamente para ver la vergonzosa escena que estaba montando ese alfa mientras suplicaba de rodillas por la atención de aquel omega.
—Mphm... No es de mi incumbencia—respondí y me marché a la habitación.
En cuanto ingresé, cerré la puerta detrás de mí y suspiré.
Debo reponerme y seguir mi camino. No encariñarme con nadie...No debo encariñarme con absolutamente nadie.
Cuando uno deposita sus sentimientos en alguien nada acaba bien, o al menos eso era lo que mi experiencia me había llevado a pensar.
SungJae se fue incluso antes de que pudiera decirle algo y sé que estaba todo mal desde un principio, sé que mis sentimientos jamás iban a ser correspondidos, él quería a su omega; ya había encontrado a su destino y yo seguía atascado en mi propio amor.
Un alfa con otro alfa... imposible.
Sé que no era atracción de ese tipo...era más bien cariño, un cariño excesivo. Ambos habíamos perdido a nuestra manada...sólo eramos nosotros dos.
—¿Hyung?
Me di al vuelta rápidamente, sintiendo que había sido descubierto haciendo alguna travesura.
—S-sí—hablé e intenté ladear una sonrisa ante el chico frente a mí.
—¿En que estabas pensando? ¿En tu familia?—indagó acercándose hasta donde me encontraba.
Suspiré.
—Algo así—Musité.
—¿Ellos están muy lejos?
—Lo están—contesté.
Realmente lo está.
POV JIMIN
—¡Así que eras tú! —gritó.
—Sí...Yo, tu pero pesadilla.
Soltó una fuerte carcajada.
—Un omega, por dios ¡No me hagas reír!
Bufé y aflojé la cuerda logrando que bajara unos centímetros.
—¡Eyy!—exclamó.
—Si sigues insultándome y tratándome de débil tan solo por ser omega te juro que te va a ir muy mal.
—¡Está bien!¡Está bien! Sólo bromeaba, suéltame por favor—El alfa gritaba mientras movía su cuerpo balanceándolo en el aire.
—Quién diría que un débil e inútil omega ataría a un alfa de cabeza en la rama de un árbol.
Sonreía mientras sujetaba la cuerda.
Si algo aprendí con Taehyung era a no ser demasiado frágil.
—¡¿Por qué me haces esto?! —gritó frustrado.
—¡Tú eres el alfa que le rompió el corazón a mi amigo! ¡Estoy seguro que eres tú! Y te mereces esto y mucho más.—Aflojé la cuerda y él gritó con fuerza.
—¡Lo siento! ¡No sé de que hablas!
—Lo sabes muy bien, ¡Le rompiste el corazón a Tae! ¡Imbécil!
¿Quién diría que Park Jimin podía llegar a ser tan agresivo?, incluso me sorprendía de mí mismo.
—¡¿Jimin?! —Me dí la vuelta rápidamente y noté como mi amigo me miraba de forma desaprobatoria. Mierda.
Dejé escapar la cuerda de mis manos y el alfa cayó de bruces al piso.
Escuché el grito y apreté mis ojos.
Cuando me di la vuelta para observarlo Tae ya estaba hincado intentando ayudarlo.
¿Qué absurdo era este?
Enarqué una ceja confundido.
—¿No fue el quién te engañó Tae?¿Por qué le ayudas? —interrogué mientras cruzaba mis brazos.
—¿De qué habla ese niño, Taehyung?
Noté como mi amigo tragaba saliva y fregaba una de sus manos por su rostro.
—Entendiste mal, Jimin-ah, no fue así.
Fruncí mi ceño. Este chico no iba a jugar conmigo. Estaba seguro que aquel alfa era el que había estado jugando con el corazón de Tae.
El herido se levantó con ayuda de mi amigo y lo miró extrañado.
—Creo que aquí hay una confusión. Sí, el es de quién te hablé Jimin, pero en realidad él no estuvo jugando conmigo.
—¿Que yo qué? —soltó el otro sorprendido.
Tae suspiró y pude notar lo agobiado que la situación lo tenía y eso me llevaba a pensar que algo estaba ocultándome. Si él no fue la razón de sus lágrimas aquel día, ¿cuál fue?
—Sigo sin entender.
—Puse aquello como excusa. Él, —señaló a chico a su lado —, simplemente es un amigo, se llama HoSeok.
El nombrado hizo una reverencia hacia mí aunque estaba más confundido que yo.
—Creo que tenemos que hablar Tae —sentencié luego de responder la venia.
HoSeok, como Taehyung dijo que se llamaba dijo algo al oído de éste y se marchó.
—Sígueme —hablé y comencé a caminar por la senda que me llevaba al centro de la ciudad.
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—¿Entonces dices que hice una estupidez?
—Lo hiciste. Él no tenía que saber de mis sentimientos, imbécil.
Un poco de "acabo de arruinar todo" me revolvió el estómago y me sentí un verdadero estúpido.
Siempre el impulsivo Jimin actuaba antes de darle lugar al Jimin que razona.
—Oh mierda. Lo siento, Tae...es que tú me dijiste otra cosa. ¿Cómo iba a saber que aún no te declarabas? —Apreté mi labio inferior con fuerza.
Suspiró por enésima vez en el día.
—No importa, lo hecho hecho está, no hay nada que pueda remediarlo. Mi punto a favor es que HoSeok no entendió nada de lo que hablábamos. —Se removió en la baca en la que nos encontrábamos sentados y apoyó su cabeza sobre mi regazo.
—Igual no entiendo por qué no me dijiste la verdad. ¿En serio pensaste que me reiría si me decías que llorabas por tener miedo a no ser correspondido?
—Algo así. Ahora déjame descansar —murmuró y cerró sus ojos.
Sonreí. Después de todo, Tae seguía siendo un niño. Aunque ambos teníamos veinte él seguía pareciendo un pequeño de quince.
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POV YOONGI
Creí que jamás recuperaría mis fuerzas, pero ya me sentía como nuevo. Incluso estaba seguro que podía cambiar de forma con normalidad.
Después del espectáculo de SeokJin, éste me pidió que me quedara a cenar por más que le dijera una y mil veces que me sentía sumamente agradecido y que ya había hecho demasiado por mí.
Era incómodo por la presencia del alfa. Ya que para ser más precisos, éste no paraba de intentar complacer al omega.
Y aunque SeokJin se negara estaba seguro que mínimamente le correspondía. Podía notarlo en cómo le miraba cuando el otro estaba completamente distraído.
Definitivamente el pequeño y yo sobrábamos en esta mesa.
—Como decía, YoonGi. Tú puedes quedarte cuanto quieras aquí —habló el mayor y pude sentir el aura oscura y el pequeño gruñido de aquel alfa, que tenía entendido llevaba el nombre de NamJoon.
Sabía que lo hacía a propósito y aunque en otra situación de mi vida me hubiera realmente molestado el comentario con doble sentido, ahora me veía casi en la obligación de seguirle el juego para darle celos al otro, al fin y al cabo de algún modo debía pagar mi estadía en este lugar.
—Lo pensaré, realmente agradezco el trato tan amable de su parte. Más que nada de ti SeokJin, después de todo no es normal ver a un omega ser jefe del hogar y llevarlo tan bien de este modo.
—Oh, ¡me harás avergonzar!
Definitivamente aquel alfa estaba cavando mi jodida tumba.
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POV JIMIN
—¿Y por qué quieres venir aquí? Ya es tarde y noona se enojará conmigo.
Apretaba mi labio mientras miraba el perfil concentrado de Tae.
—Tenemos que ayudar a JungKook a salir —susurró y funcí mi ceño.
Eso no quita que cuando llegue noona me mate, pero todo por mi amigo.
Bufé y observé a la pequeña casa que TaeHyung miraba fijamente.
—¿JungKook sabe que estaremos tras estos arbustos? —indagué.
—¡Shhh! —puso su dedo índice sobre sus labios.
Arrugué mi entrecejo y volví a bufar.
—Hay un olor que no puedo reconocer —susurró y presté atención a lo que decía.
—¿Hablas del olor a chocolate? —pregunté en un susurro y él negó.
—No se parece al chocolate...es olor a...mmm realmente no sé como definirlo. Pero no me agrada para nada.
—A mí sí me agrada.
Incluso es mi favorito... Un delicioso chocolate recién preparado en una fría noche de invierno. Una calidez exquisita.
—Igual no importa. —Sacudió su cabeza —. Es hora.
Cogió mi muñeca y me jaló en dirección a la casa de nuestro dongsaeng.
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