Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

... y así te volviste mi único en el mundo por lynithatake2

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

capitulo 5 resubido

Camino a casa, después de salir consternado del departamento de Yanase-san, Akira de nuevo empezó a invadirme con aquel tema que hace dos días intentaba evadir.

Papi, ¿por qué no dejaste que Yuu-Oniichan me dijera qué te pasó en la mano?

 

¿Eh? – me hice el desentendido, aun no encontraba algún pretexto que decirle a Akira.

 

¿Por qué?, ¿es algo que no puedes decirme? – mientras él miraba por la ventana del auto.

No es eso Aki… es solo que… no puedo decirlo por el momento, pero no es algo de lo que debas sentirte preocupado – esperando que eso calmara un poco su inquietud.

 

Hika-chan dice lo mismo, también dijo que debo cuidarte de que alguna persona te haga daño, ¿es por culpa de una mujer? – fijé mi vista en el retrovisor admirado por tal declaración y para poder ver su expresión, pues Akira parecía que de un momento a otro empezaría a llorar.

 

No es eso Aki… ¿Hikari te ha dicho esas cosas?, no hagas caso a veces puede exagerar y, con respecto a una “mujer”, no es algo de lo que esté bien hablar por el momento – dije mientras le mostraba una sonrisa por el mismo retrovisor para reconfortarlo.

 

Mientras manejaba a casa Akira no me dirigía palabra ni mirada alguna, evadiéndome así el resto del camino.

 

Seguramente Hikari le había metido ideas equivocadas; normalmente no era del tipo de persona que se inmiscuye en la vida de los demás, pero recientemente, cuando iba por Akira a su casa después de que ella lo recogiera de la escuela, había comenzado a plantearle ideas al niño, como el no dejar que ninguna “mujer” se le acercara a papi, desconozco los motivos que tenga ella para poner de nervios al pequeño pero… ¿Qué es lo que pretende? ¿Por qué poner a Akira nervioso?. Realmente no planeaba iniciar una relación amorosa, me era totalmente ajena la idea de lo que pasaba por la cabeza de Hikari al hacer ese tipo de cosas.

 

Pasado un rato llegamos a casa y me dirigí al estacionamiento que se encontraba en la parte baja de complejo de departamentos en donde vivía.

Estacioné el auto. ¿Quieres que te lleve cargando arriba? ¿O me ayudas con las compras? – le dije a Akira, cuando estoy en mi descanso trato de mimarlo y aprovechar el tiempo libre con él.

 

No, yo puedo ir solo - manifestó sin mirarme, corriendo al elevador para subir al piso de nuestro departamento.

 

Ok, como tú digas... ¡No corras, ten cuidado! - Extrañado por la réplica cortante de Akira, saqué las bolsas de las compras de mi auto y fui hacia el departamento. Al llegar a la puerta me topé con la sorpresa de que esta estaba abierta y Akira ya se encontraba sentado mirando la televisión despreocupadamente.

 

Con las bolsas de las compras en mano me dirigí a la cocina, quería confirmar mi idea de quién era el intruso que se había adentrado a mi casa sin siquiera dar aviso de su estancia; por un momento pensé que mi madre había irrumpido de nuevo, dado que ella poseía una copia de la llave de mi departamento, en caso de que por alguna “emergencia” la necesitara: ese era su pretexto para meterse en mis asuntos.

Al adentrarme a la cocina inmediatamente reconocí el olor característico del pollo teriyaki, al tiempo que Hikari se volteaba para ayudarme a colocar las bolsas.

 

Kanade ¿ni un “tadaima” me merezco? – dijo descaradamente arrebatándome una bolsa y sacando el contenido de esta para acomodar las cosas en su respectivo lugar.

 

¿Qué haces aquí?, ¿Cómo entraste? – Realmente no sabía cómo reaccionar ya que hasta donde sé, cuándo nos divorciamos ella se quedó con el departamento y por lo tanto no tenía forma de como entrar al mio.

 

Ah… eso… le pedí las llaves a tu madre, jeje – respondió.

 

Dime ¿¡a qué has venido!? – arrebatándole la bolsa y acomodando por mi cuenta el contenido, lanzándole una mirada de exasperación en espera de una nueva respuesta.

 

No has cambiado ni un poco, siempre tan quisquilloso… ¿que acaso no es obvio? Por Akira me entero que era tu descanso, vengo a cocinar para ti y tu me recibes de esta manera. Sabes Kanade, no sé ¿por qué demonios vengo de nuevo a ti?, siempre me tratas como si fuese a hacerte algo, poniéndote conmigo a la defensiva. Dejando los reclamos a un lado, quiero hablarte de algo; aunque tengo el presentimiento que siempre recibiré lo mismo de ti ya que con tu “bienvenida” me has dado parte de la respuesta. – el rodeo que le daba al asunto no hacía más que aumentar mi desesperación.

 

¿Qué es?, ¿es sobre lo que le has empezado a decir a Akira?, porque si vamos a tratar eso, créeme que tengo mucho que decir – dije de nuevo con un aire frío en mi tono de voz.

 

¿Por qué no comemos? ya tengo todo listo, ayúdame a llevar los platos – exclamó de repente, al tiempo que evadía mi mirada, en un claro intento por cambiar el tema.

 

¡No!, lo que tengas que decir, ¡dilo ahora! – la tomé rápidamente del brazo antes de que diera un paso para salir de la cocina.

Kanade, ¡suéltame, me lastimas! – forcejeó un poco su brazo para soltarse del agarre.

 

Me percaté que en efecto, al haberla tomado así no fui consciente de mi fuerza y la solté de inmediato, tenía un leve tono rojizo justo donde le había sujetado.

 

Discúlpame… me dejé llevar un poco… no menciones nada innecesario frente a Akira, tus recientes comentarios le han perturbado un poco. – dije tajantemente, tomando platos de la alacena y saliendo rápidamente de la cocina hacia el comedor.

 

 

HORAS MÁS TARDE

 

 

El resto de la tarde había sido relativamente tranquila. Akira acababa de dormirse cuando salí de su habitación para ir a la sala de estar y hablar sobre lo que Hikari había mencionado hace unas horas antes.

 

Ya se durmió, así que dime ¿de qué querías hablar? – le dije en tono suave mientras me sentaba junto a ella en la sala de estar.

¿Es lindo no crees? – Hikari dijo mientras recargaba su cabeza en mi hombro.

 

Sí, es lindo, supongo que cuando crezca ya ni siquiera me dirá papá – le dije en tono de broma

 

No, no hablo de eso… hablo de nuestra familia, nosotros 3 juntos como antes – como si añorara lo que habíamos vivido.

 

¿Nuestra familia, nosotros 3? ¿cómo antes dices? – le dije al tiempo que me apartaba de ella.

 

Kanade, ¿por qué siempre eres así?... He estado pensando, y yo... realmente TE AMO. Me ha quedado muy claro que tu no me amas y creo que nunca lo harás… Antes de que intente dar un paso hacia ti me detienes para recordarmelo... ¿Por qué no puedes amarme y permitirme estar a tu lado? ¿acaso no podemos ser una familia? ¿por qué no me das otra oportunidad? Por más que intente olvidarte no puedo… no quiero rendirme – me dijo mientras sus lágrimas brotaban con la voz intermitente y la mirada baja postrada en el sillón de la sala.

De nuevo, lo siento… no puedo amarte, no puedo obligarme a sentir algo. No quiero engañarte ni mucho menos pretender el “ser una familia”. No puedes pedirme decidir sin más y darte la oportunidad de algo que sé de antemano saldrá mal… perdóname – le dije mientras miraba hacía el techo de la habitación, sentado junto a ella.

 

Ella se acercó y recargó nuevamente su cabeza en mi, quedándome inmóvil por la culpa que me atacaba debido al daño que mis palabras y acciones de nuevo le habían causado.

 

Después de unos minutos de silencio, ella desprevenidamente tomó mi mano para intentar entrelazarla con la suya, pero rápida e inconscientemente la retiré para evitar el contacto.

 

¡¡No quiero, ni voy a rendirme!! – se levantó, poniéndose frente a mí. En un descuido de mi parte, me tomó por ambos lados de la cara y se acercó para besarme, logrando posar sus labios sobre los mios por un segundo. Mi falta de rapidez, más la sorpresa que todo ello me causó, evitaron que pudiera alejarla a tiempo.

 

Se colgó apresuradamente la bolsa y, sin mirarme ni decir nada, salió disparada, dejándome sólo con el ruido de la puerta cerrándose a mis espaldas. No sabía qué pensar de lo sucedido; por un largo rato me perdí en los recuerdos de nuestra ya extinta relación de casados, reprochándome a mí mismo por la aparente facilidad que tengo para darle falsas esperanzas a Hikari y de ser incapaz de siquiera otorgarle un “porqué”, en especial el que le haga entender que nunca podré amarla, pero ¿en verdad nunca podré amarla a ella y a nadie más?

 

 

MIENTRAS TANTO EN EL DEPARTAMENTO IJUUIN-SENSEI

 

Después de relajarme un poco, y de hacer el ridículo frente a Kirishima-san e Ijuuin-sensei, Kirishima-san me sacó de mi frustración interna para darme la estocada final, sin estar mental ni físicamente preparado.

 

En fin, creo que ya se conocen así que los dejo trabajar. Yo tengo muuuuchas cosas que hacer gracias a cierto mangaka – dijo Kirishima-san con la mirada enfocada en Ijuuin-sensei, volteándose para ir hacia la puerta.

 

¡¡¿Eh?!! – Ijuuin-sensei y yo gritamos al unísono.

 

Si, como escuchas Kyo, TÚ te metiste en esto corriendo a tus asistentes, así que TÚ debes solucionarlo. Dudo que alguno de ellos regrese, lo siento por Yanase-san... Así que: ¡vayan por todas! – dijo sin más y se fue, dejándonos solo con el sonido la puerta cerrándose.

¡¡¿Debe ser una broma, verdad?!!! – me quedé parado sin saber qué hacer: había sido abandonado sin más por Kirishima-san, era el único asistente, sin mencionar además que aún faltaban 15 páginas por hacer.

 

Puedes sentarte o irte cuando quieras, de cualquier forma no haré nada, cuando salgas asegúrate de cerrar bien la puerta – dijo Ijuuin-sensei saliendo de aquella habitación.

 

El cuarto estaba desordenado, con hojas de lo que podría ser el manuscrito, con dibujos y fondos sin terminar tiradas por doquier y tazas con un poco de café, dado el aspecto del lugar deduje que era algún tipo de estudio en donde se suponía tenía que trabajar.

 

¿Qué se supone que debo hacer?, ¿Debería quedarme o irme? Se supone que Kirishima-san me dejó para trabajar, y si lo llamo de nuevo ¿atenderá a mi “llamado de auxilio”?. Me encontraba en un problema en el que cualquier decisión que tomara sería igual de mala para mí – lancé un suspiro de resignación llegando a la conclusión que era inevitable irme sin trabajar y acomodé mis cosas en uno de los escritorios que se encontraban ahí.

 

Minutos después de levantar un poco el desorden y haber acomodado las hojas esparcidas por la habitación, me encontraba totalmente asombrado, pues a pesar de no estar terminado tenía en mis manos el aún incompleto manuscrito de “The kan”, uno de mis favoritos. Era increíble como aquel hombre siendo tan arrogante y con tales cambios de humor haga una obra maestra, seguro Chiaki estaría encantado de tenerlo también en sus manos - pensé y suspiré de nuevo, pero con un dejo de melancolía al recordar a mi ahora amor no correspondido.

 

“Dicen que por cada suspiro se te escapa un poco de felicidad”, ¿todavía sigues aquí? – dijo Ijuuin-sensei adentrándose de nuevo a la habitación, sacándome de mis pensamientos.

 

Si, aún sigo aquí, se supone que estoy para trabajar y en teoría, eso estoy haciendo, en cuanto a su dicho, no necesito suspirar pues antes de que lo intente mi felicidad ya se habrá escapado. (Con su editor para ser precisos) – sentencié tajantemente al mangaka y susurrando para mí lo último.

 

Veo que limpiaste un poco… oye… ¿de verdad te gusta mi manga?, ¿no crees que después de tanto tiempo se ha vuelto aburrido? – mientras Ijuuin-sensei decía ello, se sentaba en uno de los escritorios, mirándome melancólicamente esperando mi respuesta.

 

¿Cuántas veces quiere que se lo repita, no sé porque piensa de esta forma?, allá afuera hay un montón de gente que lo admira y espera sus obras, viéndolo desde mi punto de vista usted lo tiene todo: es atractivo, talentoso y rico, supongo eso después de vender por tanto tiempo su manga, además tiene a Kirishima-san uno de los editores más populares y talentosos de todo Marukawa-Shoten – me sentía avergonzado por las cosas que le acababa de decir, poniendo en sus manos aquel manuscrito sin terminar.

 

¡Te equivocas!, no lo tengo todo… la gente se acerca precisamente por mi apariencia, fama y dinero. Es peor saber que a pesar de todo ello la persona que amo no me corresponda, y solo me admire por mi manga… si es lo único que obtengo de este manga de mierda, ¡¡entonces no tengo nada!!… Demonios iré por algo cerveza a la cocina ¿quieres una? – se expresó así, tirando a un lado el manuscrito para darme la espalda e irse directo a la puerta.

 

¿Y qué, sólo porque no lo amen se va a dar por vencido?, ¿tirar su trabajo así nada más?, ¿no cree que es algo positivo que aquella persona al menos tenga un poco de admiración?, ¿por qué no solo es suficiente conformarse con su amistad? – dije a Ijuuin-sensei levantando la voz entrecortadamente, descargando mi propia frustración con mis lágrimas que amenazaban con salir en cualquier momento. Recordando que yo estaba en las mismas condiciones que él, lamentándome por un amor no correspondido.

 

Él se volteó y me miró estupefacto por haberle levantado la voz, mientras yo me encontraba con los puños cerrados a mis costados, mirando al suelo para evitar que de nuevo vieran aquel estado de desilusión que me causaba el solo recordar ese amor por el que tantos años he mantenido guardado, manteniéndolo vivo por Chiaki.

 

Así que… a ti también te han rechazado... - dijo Ijuuin-sensei con una mirada condescendiente, lanzándome una lastimera sonrisa como si comprendiera lo por lo que estaba pasando. Tomó una de mis mejillas y, al percibir aquel toque de sus manos, por instinto alcé mi cara para verlo de frente.

 

Desvié la mirada hacia un lado rápidamente debido a la intensidad de sus ojos buscando la verdad en los míos. Mientras sostenía aquel tacto en mi cara, sólo pude decir:

Eso es algo que no puedo responder, aunque le duela el decirle lo mismo, yo también admiro su trabajo, así que si aún quiere tener algo de aquella persona a la que ama, por mínimo que sea, ¡¡Sensei, póngase a trabajar!! – manifesté como intentando llamarle la atención

Supongo que tienes razón, debemos trabajar. Seguramente si no lo hago Zen me matará, ¿quieres algo de café? - Ijuuin-sensei sonrió de nuevo lastimosamente, soltándome para darme de nuevo la espalda y salir por enésima vez de la habitación.

 

Siempre y cuando no me haga perder mí tiempo, supongo que no estaría mal un poco de café – conteste, regresando de nuevo a uno de los escritorios.

 

Minutos después Ijuuin-sensei regresó con dos tazas de café.

 

Entonces: comencemos. Por lo que te habrás dado cuenta creo que estamos un poco atrasados, ya dieron el visto bueno así que solo queda dibujar, ¿qué tan rápido eres? – dijo mientras me daba una de las tazas al tiempo que se dirigía a su escritorio.

 

¿Estamos?... ¿Qué no piensa llamar a los demás asistentes? – contesté, un poco vacilante.

 

Sí, ES-TA-MOS, supongo que por lo que escuchaste de Zen si llamo a los asistentes, después de haberlos echado de aquí, es improbable que regresen, así que sólo somos TÚ y YO… o acaso ¿eres lento dibujando?. Zen iba a traer al asistente “Súper estrella” que sacaba de líos a “Chiharu Yoshikawa” – dijo Ijuuin-sensei en tono burlón.

 

¡¡¡¿Eh?, ¿Qué?!!! ¡¡Para que lo sepa tengo suficiente experiencia y puedo hacerlo!! – le dije a regañadientes al mangaka por subestimarme de nuevo, quería hacer que se tragara sus palabras, aunque eso significara sacrificar todas mis energías dado que la carga de trabajo iba a ser bastante para sólo nosotros dos.

 

Sin más remedio me dediqué a hacer mi trabajo, concentrándome en dibujar sin dirigirnos la palabra. Las horas pasaban, entre taza y taza de café llegó el amanecer y, a pesar de ser sólo nosotros dos, logramos a duras penas terminar el manuscrito, el cansancio en ambos era más que notorio.

 

Horas después y toda vez que había terminado mi trabajo no tenía más que hacer ahí, limpié mi área de trabajo y tomé mis cosas.

Sensei, creo que ya es hora de que me vaya, así que si me disculpa, me retiro – dije acercándome a Ijuuin-sensei que desde hace un rato no se movía ni emitía sonido alguno, a pesar de hacer el ruido suficiente al acomodar el escritorio que había ocupado.

 

Me sorprendí al darme cuenta de que Ijuuin-sensei se había desplomado del cansancio, dormitaba sin preocupación alguna en aquel lugar. Dado el tamaño y peso de aquel hombre ni pensar en cargarlo hasta su habitación. Tomé la libertad de adentrarme a lo que podría ser la habitación de Sensei y cogí una frazada que se encontraba a la vista, cubriéndolo.

 

Justamente cuando iba a tomar una hoja y dejarle una nota se escuchó el sonido de la puerta abriéndose y de alguien yendo a la habitación en donde nos encontrábamos.

 

Kyo, he venido a ver cómo te las arreglaste, he negociado con la imprenta... – Kirishima-san quedó estupefacto al ver a Ijuuin-sensei dormido en su escritorio y con el manuscrito terminado, bajando la voz para no despertarlo.

 

Kirishima-san, ya estaba por irme, así que me retiro – le dije en tono bajo, casi susurrando, con aquella cara de cansancio que no podía disimular por más que lo quisiera.

 

¡¡¿Lo acabaron todo sólo ustedes dos?!! – dijo en el mismo tono con sorpresa

 

Si, de hecho estaba por enviarle un correo para notificarle que ya estaba listo el manuscrito y que podían pasar por él, tiene mi número de contacto… espero poder trabajar con usted de nuevo, así que si me disculpa, me retiro – tomé mis cosas y me dispuse a irme a mi departamento a descansar.

Notas finales:

muchas gracias por leer y dejame tu comentario es muy importante para mi saber que piensas


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).