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... y así te volviste mi único en el mundo por lynithatake2

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Notas del capitulo:

capitulo 3 resubido

El sol de nuevo hacía su tarea de traerme de vuelta a la realidad, atravesando la rendija de mi persiana e invadiendo mis ojos con su cegadora luz. La noche anterior después de haber tomado un baño me recosté en mi cama y fui presa del sueño, haciéndome caer y olvidarme de la maraña de pensamientos que desde hacía algunos días me invadían, pues no había pasado ni una semana de lo ocurrido con Chiaki.


Me dispuse a levantarme, miré con dirección a mi celular, que estaba sobre la mesa de noche a un lado de mi cama, y me percaté de lo tarde que era. No tengo ninguna prisa – dije en voz alta levantándome de la cama con un bostezo, mientras estiraba mis brazos al levantarme.


Mientras me dirigía a la cocina, divagaba en lo inútil de la situación ya que, aunque tenía algún tiempo de vivir solo, seguía siendo pésimo cocinando. Sin pensar más, abrí el refrigerador y me percaté de que hacían falta algunas cosas.


Decidido a empezar la mañana con alguna de mis creaciones culinarias, cociné algo sencillo. Después de comer iría al supermercado, al final necesitaba una distracción.
Una vez que terminé mi sencillo y necesario desayuno, tomé el bolso bandolera y mi celular, me dirigí a la puerta para así emprender el camino.

En definitiva era un buen día, aunque mi estado de ánimo no era el adecuado pues aún tenía que olvidarme de lo que pasaba con Chiaki: ¿Con qué cara tenía que presentarme ante Chiaki sin afectar nuestra amistad? ¿Qué debería hacer?... Sin obtener respuestas, después de mucho pensar, concluí que lo único que quedaba por hacer era esperar a que el tiempo hiciera lo suyo. Todo ello quedaría como un bello pero doloroso recuerdo.

No me di cuenta cuando llegué al supermercado, pues la mayor parte del trayecto la utilicé para perderme en mis pensamientos.


Sin más, me introduje al establecimiento tomando una de las canastillas disponibles para cargar los insumos. Comencé por buscar la salsa de soya que hacía falta, paseando por el lugar ya encontraría lo demás.
Minutos después, camino a la caja, recordé que no estaría mal llevar un poco de manzanas, esa era una de las pocas frutas que podía darme el lujo de disfrutar ya que no eran de mi gusto las cosas dulces.

Yendo rápidamente a la zona en donde se encontraban las frutas para no demorarme más, empecé a seleccionar las de mi preferencia. Mientras tomaba una de ellas, sonó una voz suave e infantil: - Onii-San ¿podría ayudarme a alcanzarlas?, al mismo tiempo el niño, dueño de la voz, tiraba de mi pantalón con el objetivo de llamar mi atención.


No pude evitar lanzar una leve sonrisa al escuchar lo que aquella criatura había dicho, pues era la primera vez que me llamaban de esa forma, ya que no tengo hermanos y mucho menos un infante de algún conocido cercano.

¿Quieres que las escoja por ti? – le dije a aquel infante mostrando una cara gentil para no asustarlo.


Onegai shimasu [por favor] – respondió con una inocente sonrisa.
Le devolví la sonrisa, pero por alguna razón su gesto me había recordado a aquel editor. ¡Demonios que estoy pensando! – dije en baja voz, volteando mi rostro afectado por relacionar esto con él.


Me hice de una bolsa plástica y elegí unas cuantas manzanas para dárselas. De momento se escuchó una voz masculina, con un tono de inquietud y regaño exclamando el nombre de “Akira”, dirigiéndose hacia nosotros.



Después de observar cómo el niño corría en dirección a la voz que le llamaba.

Dirigí mi vista para observar a su acompañante
¿U.. us.. usted?, ¿Qué hace aquí? – mirando de pies a cabeza a aquel adulto, no podía creer lo que acababa de ver.


Yanase-San, que grato verle por aquí, espero que mi hijo no le haya causado ningún problema - dijo Mino-San con su característica sonrisa.

¡Queeeeeé! – expresé eufórico y mis ojos se abrieron de par en par al escuchar las palabras pronunciadas por el editor.



Supongo que no se lo esperaba, es la primera vez que alguien del trabajo conoce a mi hijo – dijo sonriendo como siempre.



Papá, ¿Onii-san y tú se conocen? - dijo el infante dirigiendo su mirada a Mino-San.


Estaba en shock, no sabía qué decir o pensar. Quité mi expresión de sorpresa pensando que tal vez podía ser una molestia
Sí Aki, nos conocemos; podría decirse que somos compañeros de trabajo.

¿Cierto, Yanase-San? – Mino-San contestaba al tiempo que levantaba a aquel niño para cargarlo.


Aah, sí… algo así, Mino-San – esperaba que mi reacción no fuera una molestia pues realmente estaba sorprendido por la escena que acababa de presenciar.

No podía creer que aquel editor fuera padre.


Simplemente todo esto era por mucho inusual, así que antes de que mi nerviosismo me delatara necesitaba zafarme de aquella situación que hasta cierto punto me incomodaba, dado que no tenía ni idea de lo que debería hacer o decir.


Bu…bueno, creo que es hora de que vaya a pagar las cosas – el nerviosismo de mi voz me delataba, mientras hacía una reverencia para despedirme y huir hacia la caja.


¡Onii-San!, ¡Arigato Gozaimasu! – dijo Akira-San mientras me brindaba una cálida sonrisa.


Continuando con mi intento de huida, y para no decir más de la cuenta, le devolví una cara gentil al niño mientras su padre le revolvía el cabello.


Por nada… Bien, hasta luego Mino-San – me devolví para despedirme nuevamente.


Apuré el paso, pues no dejaba de sentir las miradas en mi espalda de aquel niño y su padre.

 

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Debo estar haciendo algo mal – dije para mí mientras suspiraba – solo lo descuidé un segundo. Gritaba el nombre de Akira intentando obtener una respuesta.


¡Dónde demonios se ha metido! – Enfoqué mis esfuerzos en dirigirme hacía el área de las frutas con la esperanza de que estuviera ahí, ya que insistentemente había estado pidiendo manzanas Al doblar en uno de los pasillos confirmé mi teoría: ahí estaba Akira. Grité su nombre sin más, realmente estaba preocupado. Mi euforia había hecho que ignorara al joven que estaba junto a él dándole unas manzanas. Al escuchar mis gritos Akira se volteó hacia mí.



No puedo describir la sensación que tuve al darme cuenta de que aquel joven que se encontraba junto a mi hijo era Yanase-San. Lo saludé, nos dirigimos unas cuantas palabras, entre las que terminé explicando que aquel infante era mi hijo, y nos despedimos como de costumbre.


De ninguna manera pensé que el hecho fuera a sorprenderle tanto, su cara y nerviosismo me lo dejaron muy claro. Después de todo no nos conocíamos lo suficiente y supongo que la fama respecto a mi carácter dentro de Marukawa Shoten no hará que las personas me vean de forma alguna como un padre amoroso.


Mientras subía a Akira al carrito del supermercado solté un suspiro con un dejo de decepción y reemprendimos nuestra tarea de continuar con las compras.
Papi, ¿estás triste? – voltee a mirar el rostro de Akira. Su pregunta rompió el silencio: a pesar de su edad, siempre ha sido muy perceptivo.


No, Aki ¿porque la pregunta? – Contesté.


Mmmm… no, por nada… ¿Cuál es el nombre de Onii-san? ¿Se conocen desde hace mucho? ¿Son cercanos? ¿Onii-san tiene novia?
Akira casi nunca se interesaba por alguna persona, y por alguna razón empezó a invadirme de preguntas sobre Yanase.


La verdad es que desconozco muchas cosas sobre él Aki, sólo trabajamos juntos. Su nombre es Yanase Yuu. De lo poco que sé de aquel joven es que es muy profesional en su trabajo y buen dibujante, diría que es una persona por la que siento admiración – intenté responder las varias preguntas que acababa de hacer mi hijo, ¿cómo es que salió tal discurso?

Yuu Oniichan es buena persona. Me ayudó con mis manzanas ¿crees que vuelva a verlo? – Volteó hacia mí con una mirada tímida y curiosa esperando mi respuesta.


¿Yuu Oniichan? vaya, sí que eres confianzudo ¿no crees Aki?, y sí, es una buena persona y en cuanto a verlo no lo sé Aki, eso es algo que no depende de mí – le dije mirándolo a los ojos.


Realmente no sabía qué pensar de todas las preguntas hechas por Akira con respecto a Yanase, me sentía algo decepcionado pues me hacía darme cuenta de que era verdad lo que Hikari decía: siempre pongo una barrera a la gente, nunca dejo que me conozcan y por dicha razón las personas no se acercan a mí. Me entristeció que Yanase reaccionara de esa forma por conocer esta parte de mí y sobre todo era duro el darme cuenta que es mi culpa el no poder acercarme a él.


¿Papi? ¿Soy alguna molestia para ti? ¿No querías que Yuu Oniichan te viera conmigo? - dijo Akira mientras me miraba con sus ojos, un poco cristalinos, casi a punto de llorar.


No digas eso Aki, es solo que estaba pensando algunas cosas. Los adultos complicados como yo se atreven a pensar en los momentos menos indicados. -- Supongo que mi expresión se perdió por un momento y he hecho pensar cosas para nada acertadas a mi pequeño, pues estaba al tanto de nuestro lazo familiar.


Aki, quiero que te quede muy claro que nunca serás una molestia para mí. Elegí hacerme cargo de ti y estoy más que feliz por ello – le dije mientras le mantenía una mirada fija llena de ternura y lo abrazaba para darle consuelo.

Después de varios minutos nos dirigimos a la caja para pagar nuestras compras. El semblante de Akira había cambiado, pues se notaba más animado, era mi responsabilidad el hacerle saber que lo amo, que somos una familia.
Al salir del supermercado nos dirigimos al estacionamiento para llevar los insumos que habíamos comprado, el celular sonó tan repentinamente que me sorprendió: era una llamada Takano.


Supongo que es una emergencia – deslicé el botón del display de mi teléfono, pensando en lo extraño de la llamada.


¿Moshi, moshi? – contesté.


Ah, hola Kanade, espero no ser inoportuno - me dijo la voz detrás del auricular.


No, para nada, ¿en qué puedo ayudarte Masamune? -- mi curiosidad aumentaba.


Bien, iré al grano: la intención de mi llamada es para preguntarte si por casualidad tienes los datos de contacto del asistente Yanase-Yuu, ya que has trabajado con él pensé que tú podrías tenerlos. He intentado conseguirlos por medio de Hattori pero no responde su celular y Kirishima-San está buscando un asistente urgentemente. Verás, Ijuuin Sensei está atrasado con The-Kan y ya sobrepasaron la fecha límite. - Dijo Masamune con un tono de urgencia.
Oh, ya veo. Desconozco su número celular, pero se su dirección. Puedo ir a verle y comunicarle de la situación para que se ponga en contacto contigo.

- Espero encontrarlo en su casa si no será un problema.


Claro, sería de gran ayuda. Estaré al pendiente de su llamada. Gracias Kanade, una disculpa.


No te preocupes, nos vemos.


Perfecto, hasta luego. – Masamune cortó la llamada.


Subí rápidamente las bolsas del supermercado a mi auto, con la intención de ir a la casa de Yanase para avisarle que estaban en busca de un asistente, y senté a Aki en el asiento trasero.


Me subí y antes de arrancar el auto, miré hacia el retrovisor para decirle a Akira en voz alta: ¿Qué crees Aki?, podrás ver de nuevo a tu Oniichan.

Notas finales:

espero les haya gustado este capitulo y no se desesperen pero me gustaría ir gradualmente con su historia sin ir a prisas con la parte suculenta
muchas gracias por leer, dejame tu comentario es muy importante para mi saber que piensas


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