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Jeho divoké oči (Ojos salvajes) por yue-sama

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Notas del capitulo:

hola!! que emocion un nuevo año con ustedes, gente que quiero mucho!!!

tambien quiero decir que ya subi mi original pero solo lo hice en wattpad, asi que por favor podrian pasar a leerla y dejarme un comentario para saber que les parece y saber si seguirla o no.

por favor...

conteste tambien sus rw.

aqui el cap.

LEER NOTAS FINALES

Primer mes…

 

 

Nada relevante, es decir Naruto estaba tan emocionado que parecía nuevamente un cachorro al que le habían dado la mejor sorpresa de su vida, iba a tener sus propios cachorros aun cuando no se diera cuenta de que el mismo era un cachorro algo crecido.

 

 

Pero aun así el brillaba y estaba algo ansioso.

 

 

Su tiempo ahí adentro no había sido malo ya que nadie lo había atacado y además hasta le daban más comida y lo atendían mucho mejor, se sentía muy querido, es decir no entendía porque Gaara le había dicho todo eso, quizás el pelirrojo estaba equivocado —aunque no era así—. Se arregló su pelo haciendo una trenza y suavemente posó su mano en su vientre y lo sobó.

 

 

Apenas y veía la diferencia. Era tan poca que ya no aguantaba para verse redondo.

*

*

*

 

 

Segundo mes…

 

 

Doloroso y horrible…

 

 

Las náuseas lo estaban matando, ahora ya ni podía comer la deliciosa comida que le daban, casi todos los ricos postres que antes le gustaban ahora acababan en el retrete y eso le frustraba pero Hinata decía que era normal, ya que en el embarazo pasaban esas cosas, aun así a él no le gustaba vomitar pero si era por su cachorro lo soportaría, claro que sí.

 

 

Su instinto de Omega le decía que no importaba que pasara con él, siempre tendría a salvo a su cría.

 

 

La doctora había ido a verlo para decirle que todo iba perfecto y él no necesito más para estar feliz.

 

 

A veces quería ir a la jaula del otro tigre para estar juntos pero ahora lo mantenían en su cuarto por miedo a que hiciera algo y tuviera riesgo de perder sus bebés, ya que era una etapa delicada.

 

 

Entonces él se quedaba ahí en su cuarto. Tratando de comer para después vomitarlo todo.

 

 

Estar embarazado no era fácil.

 

 

*

*

*

Tercer mes…

 

 

Nada fácil…

 

 

Era terrible, los mareos y las náuseas habían empeorado y tenía tanto sueño. Estaba tan cansado que ya ni siquiera quería tratar de comer, ¿se suponía que tenía que ser tan difícil?

 

 

Ni siquiera tenía fuerzas para levantarse de su cama, decir que no estaba asustado o por lo menos que comenzaba a asustarse era mentira. Quería tener a alguien que le dijera lo que estaba pasando, todo era tan nuevo para él.

 

 

—Naruto… —apenas levantó la cabeza de la cama—. ¿No te encuentras bien? ¿Quieres que te traiga algo?

 

 

El suavemente negó y quiso llorar.

 

 

Hinata se acercó poco a poco y se sentó suavemente en la cama, el rubio se acercó a ella y acomodó su cabeza en sus piernas, Hinata sonrió con ternura y comenzó a acariciar su cabello.

 

 

—Me siento muy mal —dijo bajito.

 

 

—Creo que es normal Naru… No conozco los embarazos de hombres Omegas pero son los mismos síntomas…

 

 

—¿Tú los conoces?

 

 

—Oh sí —dijo apenada—, tengo un bebe.

 

 

Naruto no pudo evitar sorprenderse, la miró de reojo y ella sonrió feliz.

 

 

—No puede ser, tienes la misma edad que yo.

 

 

—Sí, lo sé. Lo tuve muy joven pero ¿sabes qué?, después de todo el dolor, las náuseas y el malestar vale la pena, al tener a un mini tú en los brazos.

 

 

El rubio sonrió y cerró los ojos, mientras sentía el suave arrullo de Hinata en el pelo.

 

 

*

*

*

Cuarto mes…

 

 

Lo único que lo calmaba de verdad era tocarse el vientre, estaba hinchado y comenzaba tomar forma, estaba cayendo en depresión y no sabía por qué, a veces tenía crisis y quería salir corriendo pero otras veces como ese día se sentía verdaderamente cansado.

 

 

Hinata estaba tan preocupada por él. Decía que no había ganado el peso necesario, y que en vez de mejorar seguía viéndose mal.

 

 

—Bien Naruto.

 

 

Se asustó, abrió los ojos y vio a la doctora, hacía tiempo que no la veía, desde la última vez. La doctora le ayudó a sentarse para comenzar a revisarlo y verificar que todo iba bien pero en vez de eso la doctora arrugó el ceño y Naruto comenzó a asustarse.

 

 

Todo iba bien ¿verdad?

 

 

Lo tumbó en la cama con cuidado y siguió tocando un poco su vientre, haciendo presión levemente.

 

 

—Bien chicos traigan el equipo.

 

 

Cuando el equipo estuvo instalado la doctora esparció el gel en su vientre, el rubio saltó por lo frío que era para después sentir como presionaba su vientre con una cosa rara según él.

 

 

La doctora veía una pantalla con negro y blanco que él no entendía. Ella seguía con la cara muy seria.

 

 

—¿Qué pasa?

 

 

—…

 

 

—Doctora…

 

 

—Nada —dijo al fin—, vas bien Naruto… Tendrás a dos cachorros, por lo que veo.

 

 

Le brillaron los ojos, al fin buenas noticias.

 

 

Pero ella seguía seria, muy seria de hecho y eso no le gustaba.

 

 

Vio cómo se alejó un poco y sacó su teléfono, no estaba tan lejos como para no escuchar.

 

 

—¿Qué quieres? —rugió la chica del otro lado.

 

 

—Konan esto es serio.

 

 

—¿Serio? Seria es la paliza que estoy recibiendo. ¡¡Maldición!!

 

 

—Es Naruto.

 

 

—Habla —demandó.

 

 

—Creo que uno de los cachorros murió…

 

 

—¿¡Qué!? —pegó un gran grito—. ¿¡De qué hablas!?

 

 

—El Omega necesita el lazo con su Alfa, necesito que lo marque para que puedan vivir los cachorros, es conocimiento general Konan. ¡Tú deberías saber de esto!

 

 

—¡No maldición! —dijo fuerte—. No voy a dejar que ese maldito Alfa marque al Omega, ¿qué quieres estúpida, tener enlazados en el zoológico?

 

 

—Pero…

 

 

—Tienes suerte de que no lo haya mandado a matar todavía.

 

 

—Naruto está muy mal, su embarazo no mejorará, Konan por favor…

 

 

No, ya lo dije, la jefa soy yo y no habrá mordida, haz lo posible para mantener a esos cachorros vivos, o te juro que yo misma te mato, ¿entiendes?

 

 

—Sí.

 

 

Y cortaron la llamada, la doctora estaba preocupada, se volvió a acercar al rubio y revisó de nuevo, escuchando los suaves golpeteos de los corazones de los fetos y se preocupó, estaban muy débiles.

 

 

Pero no supo qué hacer.

 

 

—Todo mejorará —había dicho ella.

 

 

*

*

*

Quinto mes…

 

 

A pesar de todo… nada había mejorado.

 

 

Tenía tantos episodios, pasaba frío, no tenía ganas de comer y no lo dejaban salir a ver a su Alfa, necesitaba desesperadamente estar cerca del otro tigre, necesitaba estar con él, sentir su aroma, estando tan lejos de él comenzaba a sentir que nada valía la pena y ahora apenas sentía a sus cachorros…

 

 

Nada estaba bien.

 

 

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Tokyo, Japón

 

 

—¡Bien Shino! Nos otorgaron el caso, tenemos que ir a sacar a Sasuke de ahí, tenemos que hacerlo por Tsunade.

 

 

—Ya lo sé… ¿Cómo convenciste al jefe?

 

 

—Enseñándole quiénes demonios son los que le hicieron esto a Tsunade.

 

 

—¿Y quiénes son? —dijo burlón.

 

 

—Akatsuki… —mencionó y la sonrisa de Shino se borró.

 

 

Sai agarró un folder y se lo tiró en el escritorio para después irse. Shino lo miró decidido a abrirlo. Sabía de Akatsuki, era uno de los bandos de la mafia japonesa pero nunca había visto a cada uno de los integrantes, de hecho nunca había estado calificado para eso, hasta hora. Ahora tenía el caso en sus manos.

 

 

Vio la primera página.

 

 

 

Nombre: Konan.

 

 

Sobrenombre: Kami.

 

 

Género: Mujer, Beta.

 

 

Ocupación: Asesina.

 

 

 

Entre las páginas estaban las imágenes que habían podido recoger de ella, algunas fotos movidas, otras de sus asesinatos y mucha más lectura pero él no iba a leer todo eso.

 

 

Vio la segunda.

 

 

 

Nombre: Yahiko.

 

 

Sobrenombre: Pain.

 

 

Género: Hombre, Beta.

 

 

Ocupación: Asesino, robo y extorsión.

 

 

 

Vio la foto y se llenó de furia al ver que era el tipo que le había disparado a Tsunade, si hallaba a ese maldito desgraciado iba a partirle la cara.

 

 

 

Nombre: Kisame.

 

 

Sobrenombre: Kaijin.

 

 

Género: Hombre, Alfa.

 

 

Ocupación: Presunto secuestrador de Omegas..

 

 

 

No se tenía claro si era el líder de una casa de prostitución de Omegas o no, la información era realmente limitada.

 

 

 

Nombre: Sasori.

 

 

Sobrenombre: Akasuna.

 

 

Género: Hombre, Omega.

 

 

Ocupación:

 

 

 

—¡Oye! —gritó Shino.

 

 

—¿Qué pasa?

 

 

—Ven y dime lo que sepas.

 

 

—Bien, este que ves es un prostituto, lo vi con mis propios ojos pero en cuanto quise acercarme casi me arranca la garganta, supo de inmediato que era un policía y huyó. Es muy escurridizo.

 

 

—Este es Hidan y es un Alfa —señaló una foto—. Le dicen calavera. Es un asesino pero creo que también está implicado en los secuestros…

 

 

—Ya veo y este —señaló otra foto.

 

 

—Es Obito, pero le dicen Tobi, es un Beta y es un famoso vendedor de drogas.

 

 

—Él da miedo… —mencionó viendo otra imagen.

 

 

—Él es Kakuzu —dijo serio—, se cree que es la mano derecha de su jefe. Es un asesino profesional. El rubio siguiente es un Omega pero que no te confunda, es un arma mortal, vende armas y mata a un conejo más rápido de lo que tú podrías.

 

 

—Bien, ¿quién es este? —señaló una foto.

 

 

—No lo sé… —dijo intranquilo—. No se deja ver en absoluto es como la sombra del grupo. Creemos que es alguien importante y por ello nunca se destapa la cara cuando está con ellos…

 

 

—Pero… ¿no te parece conocido?

 

 

—Oh sí. Bien sigamos, el jefe no ha salido de las sombras ni siquiera tenemos su nombre…

 

 

—¿Cómo demonios tienen ésta información?

 

 

—Con un muy duro esfuerzo —dijo con orgullo—. ¿Qué crees que estuve haciendo durante estos 5 meses? ¿Follar?

 

 

—Soy tu compañero pude haberte ayudado…

 

 

—Bien, pues ahora, ayúdame a planear cómo demonios sacar a Sasuke de ahí.

 

 

—De acuerdo.

 

 

Sai volvió a dejarlo solo pero algo estaba mal. Volvió a agarrar la foto del enmascarado y lo vio fijamente por un largo rato.

 

 

 

 

De verdad se le hacía conocido y no iba a parar hasta descifrar quién demonios era.

 

 

*

*

*

Sexto mes…

 

 

Ese día había sido igual a los otros, se suponía que en este tiempo ya debería poder sentir a sus crías, pero no había movimientos.

 

 

Aunque el los arrullaba, los acariciaba, no había nada.

 

 

Él sabía que estaba mal, pero aún tenía esperanzas.

 

 

—Por favor… solo un movimiento, para su papá —decía triste.

 

 

Comenzó a sollozar, se transformó en tigre, así podía soportar más, así ya no se sentía tan fuerte, le dejaba todo al lado salvaje de su tigre

 

.

Y así pasaron los días, nadie podía hacerlo cambiar a humano, comía y dormía en forma de tigre pero un día se asomó una cabeza peluda de color blanco y él brincó del suelo para acercarse, los barrotes no le dejaban pero el aroma de su Alfa lo tranquilizó y lo hizo ronronear suave, se sentía mal pero ver esos ojos azules mirarle fijo valía la pena.

 

 

Lo vio olfatear el aire.

 

 

Y él con orgullo se acostó enseñando su panza y el tigre blanco rugió suavemente al ver su redondez pero tan pronto pasó eso, varios Betas comenzaron a jalar a Sasuke para llevárselo de ahí ya que se había escapado de la jaula.

 

 

Naruto chilló y Sasuke gruñó, pero aun así los separaron y Naruto quedó desolado otra vez y con un frío insoportable en su interior.

 

 

A mediados del mes todo se complicó y un fuerte dolor lo hizo caer al suelo y lloriquear en su forma animal, Hinata se preocupó y llamó a la doctora.

 

 

Después de eso se había descontrolado todo.

 

 

Cuando al fin recobró la conciencia pudo notar como la doctora tenía a sus bebés en la manos pero estos no se movían, Hinata lloraba y él estaba lleno de sangre, le dolía todo pero no le importó, se levantó en sus cuatro patas, miraba borroso, llegó donde la doctora y presionó suavemente su cabeza en las piernas de ella y esta pareció comprender ya que se hincó para que él viera a sus bebés.

 

 

Eran pequeños, muy pequeños y no se movían.

 

 

—Lo siento mucho Naruto…

 

 

Estaba destrozado…

 

 

Quiso gritar, nunca en su vida había sentido tanto dolor como ese día, lamió suavemente las caritas pero aun así nada pasó.

 

 

Se transformó en humano con todo el dolor que tenía y agarró a sus bebés abrazándolos a su cuerpo mientras lloraba. Lloraba como hace tiempo, cuando lo habían separado de su madre.

 

 

Sus bebés estaban muertos y él estaba tan mal.

 

 

—Naruto —dijo Hinata.

 

 

—¡No! ¡No! ¡¡Aléjate!!

 

 

Sus lágrimas caían en los pequeños cuerpos que abrazaba, el aire le faltaba y le dolía el corazón.

 

 

Todo volvió a ponerse borroso y no supo más de sí.

 

Notas finales:

bien quiero explicar o por lo menos mencionar porque hice esto.


todas se habían emocionado mucho y de verdad me sentí mal en hacer esto, pero desde hace mucho, desde antes que comenzara a escribir esta historia lo pensé así.


me inspire en un documental, donde la tigresa había perdido a sus cachorros 3 veces antes de quedar en estado, por eso había pensado hacerlo así, ademas siendo muy sincera no quería dejar unos lindos y tiernos bebes en el zoo, y como iban a escapar con dos cositas frágiles?


siento que fue mejor todo así.


hay tiempo, demasiado tiempo donde todo puede pasar, así que este no es el fin.


con este cap se termina la etapa del zoológico, gracias por leer y espero que comprendan.


nos vemos el próximo jueves.


 

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