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Jeho divoké oči (Ojos salvajes) por yue-sama

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Notas del capitulo:

pues muchas gracias por sus rw, algunos fueron divertido de leer.

 

no saben cuanto me costo este cap, estuve tan distraido al hacerlo que no se... fue tan dificil terminarlo.

decidi subirlo algo temprano porque voy a salir a cenar por el cumpleaños de mi papa que es hoy, asi que espero les guste mucho.

tambien queria preguntar, en mi pais todavia es jueves, nunca e entendido los horarios mundiales, lo siento mucho!

ahora si aqui el cap.

   

Lo había confirmado, el Omega estaba en estado, con sus crías dentro y su Alfa había rugido orgulloso por ser tremendo semental y dejar en estado a su Omega a la primera, pero él, él se sentía confundido y no sabía qué hacer, nunca de los nuncas había pensado dejar a un Omega preñado, no era su estilo, no sin antes conocerlo y casarse, tener una unión con él. ¡Mierda! Él estaba asustado, no es que no quisiera a las crías —en parte no, porque no estaba preparado—, pero su Alfa tenía el pecho hinchado de orgullo.

 

 

Era muy difícil estar dividido en dos y estaba más cansado de lo común.

 

 

Ver el redondo e hinchado vientre en el tigre había sido espectacular.

 

 

Habían sido minutos, muy poco tiempo de hecho pero fue suficiente, ahora solo tenía que esperar y ver qué demonios pasaba.

 

 

Sin embargo al finalizar el mes, había escuchado algo terrible. Su Alfa se enfadó, estaba encabronado y lleno de ira pero realmente él… no sabía cómo estar.

 

 

“—Tu maldito Omega perdió a las crías, idiota —habían dicho burlándose de él’’

 

 

Haber escuchado esas palabras había sido como abrir un gran hoyo negro.

 

 

En su forma de tigre había destrozado la estúpida habitación en la que estaba y había querido arrancarles la garganta a esos Betas por burlarse de algo como eso pero no podía y cuando al fin se calmó reflexiono.

 

 

Estaba acostado, pensando y supo que tenía que irse. Él tenía la capacidad para escapar de ahí, solo tenía que irse y olvidar todo eso, seguir con el caso para clausurar ese zoológico y salvar a todos los Omegas que estaban ahí.

 

 

Sí, eso tenía que hacer, ese era su plan.

 

 

*

*

*

 

 

Ya habían pasado unos días pero… seguía doliendo como el mismo infierno y no había motivo para que pudiera ser feliz de nuevo.

 

 

Miraba por la rendijas el cielo, era bonito, de hecho era hermoso, había pasado estos días de la misma manera, viendo el cielo y admirando cada tonalidad diferente, observando las nubes, pequeñas, grandes, esponjosas, oscuras o blancas…  y aun se preguntaba ¿cómo es que seguía vivo?

 

 

Apenas comía y se preguntaba ¿en dónde quedaron las ganas de ser feliz?

 

 

Los pequeños cuerpos de sus bebés habían sido llevados lejos de él después de llorarlos toda la noche. Sus pequeños cuerpos se habían puesto morados y muy tiesos pero aun así los abrazó, eran pequeñísimos, delgados y delicados…

 

 

Hinata le hacía comer, de mala gana, pero al final de cuentas lo hacía.

 

 

La puerta de su cuarto fue abierta pero no quiso ni voltear a ver, sintió el olor picante de Gaara y el suave y raro de Kiba, su corazón brincó feliz pero aun así su expresión siguió igual.

 

 

Sintió los suaves brazos de Kiba en su espalda abrazándolo y comenzó a llorar de nuevo, Gaara se puso enfrente y lo abrazó también, estaba en medio de ambos pero al fin no tuvo frío, hundió la cara en el pecho de Gaara y este la acarició suavemente junto con su cabello mientras Kiba sollozaba detrás de él.

 

 

—Cuanto lo siento Naru —dijo Kiba hipando.

 

 

—Yo… yo…

 

 

—Llora cariño —dijo Gaara con voz suave—. Aquí estamos.

 

 

Sentir el calor de ellos era gratificante. Ya que no podía estar cerca de su Alfa, el que sabía que lo podía calmar.

 

 

Gaara comenzó a darle suaves besos en la cara, mojándose con las lágrimas que estaban en las mejillas de Naruto y Kiba lo abrazó fuerte, con cuidado de no presionar de más su vientre.

 

 

Se sintió amado por ambos.

 

 

Sabía que si quería irse volando ellos dos lo iban a retener en la tierra y si se ahogaba en el agua ellos lo iban a sacar y darle aire.

 

 

Cuando por fin pudo calmarse, los tres estaban acostados en la cama mientras se escuchaban sus suaves respiraciones. Naruto les agarró las manos y besó cada una de ellas para luego sonreír.

 

 

La primera sonrisa que mostraba después de ese largo periodo de depresión.

 

 

—¡Muchas gracias a ambos!

 

 

Gaara hizo una mueca —que se parecía a una sonrisa—, y Kiba revoltoso como era brincó feliz, parecía el cachorro feliz que era.

 

 

Hinata entró al cuarto llevando comida y asegurándose de que Naruto comiera.

 

 

No hablaron mucho, de hecho solo tocaron temas felices o bromas, para que el ambiente aminorara el sentimiento de pésame y tristeza.

 

 

Y por un momento la mente de Naruto se despejó.

 

 

 

 

*

*

*

—Naruto…

 

 

El Omega de pelo celeste vio a su esposa y Alfa —postrada en la cama—, con dolor. No sabía quién demonios era ese “Naruto” pero le dolía que Tsunade mencionara a otro, ¿acaso lo habían engañado?

 

 

Sostuvo mejor a su bebé, había nacido hace un mes atrás y era el bebé más hermoso que pudiera haber pedido, era idéntico a Tsunade, rubio con ojos cafés claro.

 

 

Agarró suavemente la mano de Tsunade y la apretó.

 

 

No era nuevo que susurrara el nombre de esa persona y los doctores le habían dicho que era buena señal, ya que parecía que su subconsciencia quería despertar y él tenía esperanzas.

 

 

—Buenas noches —se asustó un poco y su bebé también, comenzando a llorar, Dan suspiró y se levantó para arrullar a su nene, viendo como Sai le miraba con temor y con pena.

 

 

—No hay problema Sai, este nene es muy llorón —dijo dándole suaves besos en su pequeña cabeza.

 

 

—Yo solo quería saber cómo sigue Tsunade.

 

 

—Ella sigue igual pero es fuerte —dijo con media sonrisa.

 

 

Tenía tantas ganas de preguntarle a Sai si sabía quién era Naruto pero se detuvo, parecía un Omega celoso —y eso era—, pero él nunca se había comportado de esa manera.

 

 

Todo se congeló cuando escucharon un gran suspiro y como la máquina de latidos se disparaba, tanto Dan como Sai voltearon a ver a Tsunade y esta tenía los ojos abiertos y balbuceaba, se asustaron tanto al ver a los doctores entrar corriendo para luego sacarlos de la habitación.

 

 

Su nene nuevamente se había puesto a llorar y él estaba angustiado.

 

 

—Sai…

 

 

—Tranquilo —dijo sonriente—, creo que al fin regreso del infierno.

 

 

Una hora después, ya podían pasar a verla. Dan entró primero dejando al nene con Sai afuera, este lo agarraba con miedo ya que era tan pequeño y él tan torpe. Los grandes ojos del bebé lo miraban curiosos y a veces le jalaba de su ropa, él simplemente se dejaba hacer. ¿Quién hubiera dicho que un indefenso bebé lo dejaría tan quieto y sumiso?

 

 

Comenzó a reírse de sí mismo, pero en ese momento salió Dan.

 

 

—Ella quiera hablar contigo.

 

 

Vio como poco a poco el Omega comenzó a llorar, se levantó y le entregó al bebé, escuchó como el Omega susurraba “Mamá regresó, regresó pequeño, al fin estamos juntos”, sonreía feliz mientras lloraba y Sai supo que él, no conocía ese sentimiento para nada y tuvo curiosidad.

 

 

Cuando entró a la habitación la mirada pesada de Tsunade cayó sobre él y con voz pastosa habló.

 

 

—No sé cuánto tiempo ha pasado para que mi Omega ya no esté con mis crías en su vientre.

 

 

—De hecho solo es una cría —sonrió burlón—, no eres tan semental como pensaste ¿no?

 

 

Ella gruñó y Sai supo que todo iba a estar bien.

 

 

—Necesito regresar por Sasuke…

 

 

—¡Wow! ¡Wow! Tranquila Alfa —dijo al ver como Tsunade quería levantarse—, el caso está en mis manos, no hay necesidad de correr.

 

 

—Me quitaste el caso —volvió a rugir.

 

 

—Por si no te diste cuenta compañera, acabas de salir del coma, así que cállate, estoy a pocos días de ir a sacar a Sasuke de ahí.

 

 

Ella se quedó callada y después de unos minutos lo miró directo a los ojos y pronunció firmemente.

 

 

—¡Trae a Naruto también! ¡Tienes que sacarle de ahí, me escuchas!

 

 

—Sí, sí como quieras —miró su reloj—. Me tengo que ir, tengo un vuelo que tomar y te juro, que traeré a tu amado Sasuke.

 

 

—Ese estúpido no merece mi amor, ahora vete que quiero estar con mi familia.

 

 

Sai sonrió por última vez y se dio la vuelta para irse, no sin antes hacer una señal en forma de despedida.

*

*

*

 

 

Hinata vio hacia los dos lados del pasillo para asegurarse de que ningún Beta —aparte de ella—, estuviera ahí, estaba tan nerviosa. Abrió la puerta donde estaba el Alfa y se acercó temblando, era la primera vez que iba ahí, vio al enorme tigre blanco pasearse por todo el cuarto y se le cortó la respiración.

 

 

—Vengo… Vengo a dejarte la comida —dijo como pudo al ver como se imponía el Alfa.

 

 

Como pudo metió la comida sin abrir los barrotes y de entre sus ropas sacó un woki toki pasándoselo a Sasuke.

 

 

—Por favor guárdalo o estaré en graves problemas —rogó la chica—, por favor no lo dejes ahí.

 

 

Y tan rápido como dijo eso salió corriendo, dejando atrás a un Sasuke muy confundido.

 

 

La chica salió de ahí cerrando con llave y en ese preciso momento iban pasando esos Betas que eran tan brutos con ella.

 

 

—¿Cómo estás putita?

 

 

—Y-yo ya me iba…

 

 

—¿Cómo está mi maldito bastardo?

 

 

Ella se congeló y miró a su hermano, que la miraba de una manera seria, hasta sentía como si la quisiera matar con la mirada.

 

 

—Está en casa —dijo suavemente.

 

 

Neji solo se dio la vuelta y se fue, seguido de esos estúpidos Betas que tanto la denigraban.

 

 

Neji era su hermano pero aun así había abusado de ella, obteniendo de ello el bebé que ahora tenía. Hinata le tenía el miedo necesario para no contradecirlo ni hacerle enojar.

 

 

Apreciaba su vida de verdad.

 

 

Amaba a su hijo eso no había duda, no importaba si era de su hermano o producto de una violación, ella lo quería y era feliz por ello.

 

 

Salió corriendo y se encerró en el baño, sabía que el zoológico no era nada legal y estaba tan asustada de ir presa, razón por la que había ayudado a los policías que habían aparecido afuera de su casa.

 

 

“—Oye niña —había dicho un pelinegro—, queremos hablar contigo.

 

 

—N-no puedo —dijo tímida y con miedo.

 

 

—Somos del FPA colabora con nosotros —el hombre con gafas había sacado una placa, ambos se miraban temibles, y se asustó mucho.

 

 

Hicieron el papel de policías malos con ella y así la habían chantajeado para que llevara ese woki toki a Sasuke, y ella había aceptado de inmediato’’

 

 

Y ahí estaba encerrada en el baño con miedo de que la descubrieran, suspiró y trató de tranquilizarse.

 

 

Todo iba a salir bien

 

 

*

*

*

 

 

Sasuke se movió de la cama y tomó el woki toki en sus manos tratando de comunicarse con alguien, no sabía si eso era una trampa o era algo bueno, hasta que sus dudas se aclararon al escuchar la voz de Sai y supo que era bueno.

 

 

—Vamos a sacarte de ahí, solo tienes que estar listo.

 

 

—¿Cuándo?

 

 

—Mañana, seremos lo más silenciosos posible, ya que ninguno de los que maneja el zoológico están. Los agarraremos con las defensas bajas.

 

 

—Bien.

 

 

Y cortaron la comunicación.

 

 

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 El día siguiente había llegado tan rápido y Sasuke estaba ansioso por salir de ahí.

 

 

La noche se posaba encima de ellos cuando Sai llegó a las afueras del zoológico, Shino ya había comenzado a desconfigurar las cámaras de seguridad, sabía que tenía un genio por compañero y estaba agradecido por ello.

 

 

Se encargó de forzar la entrada sin hacer mucho ruido y pudo sentir como su pantalón vibró por lo que sacó el celular viendo un número privado y supo de inmediato quien era. contesto cambiando su voz a una respetuosa.

 

 

—…

 

 

—Sí señor…

 

 

—…

 

 

—Claro que trataré…

 

 

Y sin más habían cortado la otra línea y él afiló la mirada. Shino comenzó a silbarle para que se apurara y entraran, se ocultaban cada vez que miraban a los guardias y a los que no podían evitar Sai les dejaba inconsciente con un buen golpe, sorprendiendo a Shino.

 

 

—Pareces un ninja —se burló pero Sai seguía serio.

 

 

Cuando al fin llegaron donde Sasuke, abrieron la puerta y Sasuke se transformó en humano, Shino le paso ropas para que se cambiara mientras el forzaba el candado y Sai hacía guardia.

 

 

Cuando el candado fue removido, abrieron los barrotes y Sasuke suspiró, al fin sería libre de ese maldito zoológico.

 

 

Salió corriendo y cuando pasó cerca del otro cuarto se quedó inmóvil, olió a su Omega, su aroma a vainilla y supo que no era correcto dejarlo, su Alfa estaba enojado con la simple idea de dejar ahí a ese pequeño Omega que había tenido a sus crías en el vientre, le exigía que lo sacara.

 

 

Los chicos venían tras él, vio pasar a la chica de antes, la que le había dejado el woki toki, y la agarró bruscamente, ella iba a gritar e iba a arruinar todo así que le tapó la boca y comenzó a rebuscar entre las ropas de la chica para ver si podía hallar las llaves. Ella lo miraba asustada pero se tranquilizó un poco al ver a los dos oficiales tras ellos.

 

 

Ella le tendió las llaves a Sasuke y este la miró sin saber por qué ella hacía eso.

 

 

—Es por Naruto ¿no? —dijo suave—. Se merece salir de aquí.

 

 

—¡Hey, hey! ¡Shino! —escuchó como Sai decía algo fuerte al ver como shino se iba para otra dirección, pero él estaba más concentrado en la chica enfrente de él.

 

 

Tomó las llaves y abrió rápidamente la puerta, acercándose más a ese dulce aroma. Cuando llegó a los barrotes y vio al pequeño chico que estaba dormido en la cama se le fue el aliento.

 

 

Y supo que era su destinado.

Notas finales:

si tienen alguna duda por favor preguntar y yo tratare de responder.

gracias por leer y si les gusto dejen su bello rw, saben que los quiero y nos vemos el proximo jueves,

en wattpad subi los ultimos personajes de mi historia por si los quieren pasar a ver.

nos vemos.


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