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Jeho divoké oči (Ojos salvajes) por yue-sama

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Notas del capitulo:

hola!! y primero que todo.

AL FIN!!! lo siento mucho por haber desaparecido pero estaba muy enferma y me costo mucho recuperarme, se acuerdan que habia dicho que me sentia mal... pues empeore.

espero e comprendan.

estaba tan ansiosa por subir este cap, quisiera saber sus reacciones.

ya conteste sus rw y muchas gracias por el apoyo de verdad! les quiero mucho.

ATENCION!

este cap tiene la colaboracion de una buena autora que me ayudo a hacer la escena entre tsunade y dan, y ella es Yuki666 y en wattpad ella esta como namirinkise si pudieran denle mucho amor! ella tiene muy buenas historias omegaverse en el fandom de kuroko si te gusta por favor dale mucho amor como lo hago yo.

la escena de dan y tsuna es completamnete bajo su derecho ya que ella lo escribio.

hoy si sin mas, aqui el cap.

 

 

Sasuke se alarmó, ¿a quién se refería el mensaje? ¿A Itachi o Naruto?

 

 

Oh si, Naruto estaba ahí, y si venían por él, se iba a volver loco. Gruñó frustrado y quiso tirar las mesas y sillas, destrozar el lugar. Su Alfa estaba furioso, todo estaba hecho un lío.

 

 

¡A la mierda todo! Ya no sabía ni que pensar o sentir.

 

 

Se apresuró con pistola en mano hacia la sala donde había dejado a Naruto, necesitaba protegerlo, aceleró sus pasos dando órdenes de reforzar las entradas y salidas del lugar, por supuesto que todos acataron sus órdenes. Llegó a la sala con prisa y lo vio ahí encogido abrazando una almohada y hecho bolita en el sillón, se tranquilizó un poco, pero de algo estuvo seguro, el fuerte latir que sentía en su pecho al verlo era verdadero y puro.

 

 

Amaba a ese Omega.

 

 

Salió de su ensoñación al escuchar los suaves sollozos del rubio y se crispó, se acercó captando la atención de Naruto y este se limpió las lágrimas lo más rápido posible pero la mirada seria que Sasuke le daba le decían que las había alcanzado a ver.

 

 

—¿Por qué estás llorando? —dijo Sasuke con esa voz fuerte que le hacía suspirar.

 

 

—No es nada —negó suavemente.

 

 

—¿Qué mi Omega llore no es nada? —dijo desesperado Sasuke—. Es todo para mí —se acercó acariciándolo—. Busco tu felicidad y comodidad, si te veo llorar mi mundo se cae.

 

 

Naruto se puso rojo y no pudo contener más las lágrimas, Sasuke dejó la pistola y se acercó para abrazarlo fuertemente, dándole confort con su aroma sintiendo como su pequeño se restregaba contra él mientras se calmaba.

 

 

—Eres mi tío —dijo suavemente.

 

 

Y Sasuke rodó los ojos. ¡Demonios! ¿Por qué le pasaba esto a él? Quería mandar todo a la mierda, pero Naruto se encargó de recordárselo, ¿por qué tenían que haber tantos estereotipos y tabúes sobre las relaciones entre familiares?

 

 

No descansaría hasta confirmar si Naruto de verdad llevaba sangre Uchiha, además, tendrían que llevarlo hasta el inframundo para evitar que estuviera con Naruto. Era una tortura apartarlo de sus brazos, Naruto era solo suyo y siempre sería así, quería tener hermosos cachorros con él y hacerles honor a los que les habían arrebatado.

 

 

—No sabemos si es verdad —se separó un poco para mirarlo a los ojos—. No todo está dicho aún.

 

 

—Pero él lo dijo… ¡y yo de verdad lo conozco!

 

 

—¿Fue él quién te dejó en el zoológico? —Naruto asintió—. ¿Lo recuerdas con claridad?

 

 

—Él fue bueno conmigo —dijo suavemente—. Siempre jugábamos y veía que tuviera de todo. Él fue el único amable dentro de ese lugar —dijo poniéndose triste de nuevo.

 

 

—¿Y qué pasó? —masculló.

 

 

—Él nunca más volvió. Fue como un sueño, ahora todo tiene sentido, me trató bien porque era mi padre…

 

 

—¿No recuerdas nada más? —dijo Sasuke desesperado por desmentir la verdad—. ¿Algo antes de eso?

 

 

—Estaba muy pequeño… Recuerdo… recuerdo a una tigresa defendiéndome, pero después me arrebataron de ella y ya no recuerdo más —dijo incómodo, no le gustaba recordar.

 

 

—¿Más recuerdos?

 

 

Naruto se acomodó mejor en el sillón y vio a Sasuke, este tenía el ceño fruncido, como nunca antes lo había visto y supo que sus palabras eran de importancia, así que trató de recordar, era imposible, tenía solo tres años cuando todo eso pasó. Sin embargo, logró recordar algo.

 

 

—La tigresa… recuerdo que fue la primera vez que le dije mama… —era algo que había golpeado fuertemente su cabeza—, y ella lamió toda mi cara feliz…

 

 

—… —entonces si era posible que Kushina fuera su mamá.

 

 

—También recuerdo a mi papá… él me enseñó a convertirme, se convertía en serpiente tratando de enseñarme —sonrió con ternura—. No me acuerdo de nada más, lo siento…

 

 

Sasuke besó su frente y lo volvió a abrazar.

 

 

—Eso es suficiente, muchas gracias.

 

 

Solo tenía que sacarle sangre y mandar a hacer los benditos exámenes de ADN para al fin acabar con su duda.

 

 

Vio la hora notando que era muy tarde, quizás era mejor irse de ahí, además su pequeño Omega estaba cansado, habían sido muchas emociones en un día.

 

 

Decidió dejar todo a cargo de Shino, así que se fue con su rubio de ahí, sin notar como desde la oscuridad de la madrugada, unos ojos verdes lo miraban mientras sonreía de lado.

 

 

Agarró su largo cabello en una coleta y después puso sus manos en el timón de su auto, viendo sus uñas pintadas, solo tenía que actuar rápido.

 

 

*

*

*

 

 

(R-18 sexo entre Tsunade y Dan)

 

Tsunade se despidió de Shino y fue hacia donde estaba Dan con su cría, ambos seguían en su forma animal por lo que suspiró, tendría que hacer algo para calmarlo. El cachorro jugaba en su forma de leoncito así que Tsunade se agachó para recogerlo haciendo que su pequeño pegara un lloriqueo y Dan se tensara.

 

 

—Amor, tranquilo… Tenemos que irnos y descansar, Daichi no debería estar despierto.

 

 

Dan la miró y comenzó a caminar, pero su cría aún estaba inquieta, quería seguir jugando. Se metieron al auto y ella manejó hacia su casa.

 

 

Apenas entraron a su hogar y Tsunade liberó a su otro yo, una fuerte leona se apreció a la vista colocando a su cría junto a Dan, cuando este dio su aprobación caminaron hacia la recamara donde los tres se recostaron en la cama y comenzaron a lamerse. Dan, en búsqueda de protección y seguridad se resguardó en el costado de su pareja permitiendo que el aroma de su Alfa le calmara.

 

 

Probablemente en su forma humana no había mucha diferencia de tamaños, pero la leona de 130 kilos podía envolver perfectamente el pequeño cuerpo de su cachorro junto al de su pareja.

 

 

Mientras ella usaba sus feromonas para calmar a su hermoso Omega, su cachorro mamaba una de las tetillas del lince, así el sueño fue inevitable y pronto dormía profundamente.

 

 

Fue hasta que Dan estuvo seguro de que todo estaba bien y que ya no había peligro, combinado con el simple hecho de sentirse mimado por su Alfa —que lamía sus orejas y su cabeza sin parar—, y ver a su cachorro sano y salvo, que por fin pudo regresar a su forma humana y respirar aliviado.

 

 

Tsunade hizo lo mismo que él mientras acariciaba su hermoso cabello celeste, Dan estaba acostado frente a ella como si fueran dos cucharitas por lo que ronroneó en su oído y besó su marca de apareamiento con amor.

 

 

—¿Ya estás bien lindura?

 

 

El Omega asintió con el rostro rojo y se pegó más al cuerpo de su Alfa. Si pudiera le gustaría ser uno con su Alfa siempre.

 

 

—Tenía miedo… —susurró y retuvo la respiración cuando los labios de la rubia pasaron de su marca a su rostro atrapando sus labios gentilmente.

 

 

—No voy a permitir que nada les pase, Dan… Ni a ti ni a nuestro cachorro.

 

 

Los ojos del Omega se anegaron en lágrimas y Tsunade las secó a besos, su pareja lo necesitaba, su hermosa pareja sabía que no era inmortal y que siempre estaría en peligro, pero Tsunade lo decía en serio, para ella tanto su pareja como su pequeño cachorro eran lo más importante de la vida y si era necesario morir por ellos, con gusto lo haría.

 

 

Tomó al pequeño león que dormía profundamente y lo metió dentro de su cunita, a los pies de la cama para tenerle cerca. Dan la miraba expectante, con amor y deseo, admirando su cuerpo femenino pero fuerte, suspirando para tratar de calmar la excitación que le provocaba ver a su pareja con tanto poder y autoridad, como una guerrera protegiendo su territorio.

 

 

Apenas Tsunade subió a la cama, Dan abrió las piernas dándole la bienvenida y ella se resguardó entre las mismas, causando que el colchón se hundiera con su peso, cosa que a Dan le encantaba sentir.

 

 

Empezaron con un beso suave, caricias en el rostro, y roces uno contra el otro para impregnarse de sus aromas, mientras la cascada dorada que era el cabello de Tsunade, caía cubriéndolos a ambos, como una manta que les bañaba con su esencia y sus enormes pechos tocando los pequeños y rosaditos pezones de Dan, notando la suavidad de sus pieles y el deseo en cada gesto.

 

 

—Hazme el amor… —pese a tener tiempo juntos y conocer la localización de cada lunar y marca en el cuerpo contrario, las mejillas de Dan se tiñeron de rojo por su petición, un rojo tan hermoso que solo acentuaba su belleza y alimentaba la libido de la leona. Un suave gruñido salió de lo profundo de su garganta y Dan se sometió a los deseos de Tsunade, le pertenecía, su cuerpo, su corazón, todo era de ella.

 

 

Con facilidad Tsunade giró con su Omega y una vez que lo tuvo encima lo guió con sus movimientos hasta que la entrada rosada de Dan quedó justo frente a su rostro, como un hermoso vaquero invertido. A Tsunade le gustaba saborear a su pareja, estimularlo hasta tenerlo duro y escurriendo por todos lados, abrirlo lentamente con su lengua y escuchar el sonido obsceno de su boca lamiendo la estrella húmeda y dilatada.

 

 

Dan se sentía en la gloria, Tsunade siempre había sido así, le gustaba tocarlo, volverlo loco y derretirlo con caricias, besos y lamidas hasta que fuera una masa de gemidos, sudor y placer, pero era un Omega y quería satisfacer a su Alfa, así que aprovechando su posición, acarició los pechos de su pareja y se inclinó hacia enfrente dejando un camino de besos y mordisquitos por el firme abdomen de ella hasta alcanzar el bonito pubis coronado por una mata de vellos rubios.

 

 

El entusiasmo de Tsunade comiéndole el culo fue suficiente incentivo para hundir su rostro en la pelvis femenina y comenzar a lamer y morder, ya que a su pareja le gustaba el dolor, era una chica ruda que él quería complacer, así que lamió sus dedos índice y medio y tocó el pequeño botón húmedo que latía y crecía lentamente, Tsunade abrió las piernas y a Dan se le hizo agua la boca al ver la carne rosada y húmeda… Definitivamente era un manjar que no se quería perder, así que bajó su rostro hasta que su lengua pudo seguir cada borde del coño de su Alfa, en donde lamió y lamió hasta obtener su premio…

 

 

El falo de Tsunade era enorme… de verdad enorme y el ano de Dan latía con deseo por sentirle dentro taladrándolo con el vigor de todo un Alfa… Con mucha ansiedad Dan apretó la verga de Tsunade, masturbándole, pidiendo en silencio que lo follara. La rubia dejó de lamerlo como si fuera una piruleta y tras darle una fuerte nalgada, que le dejó la piel sensible, permitió que su Omega gateara hasta que su entrada se restregara contra su erección.

 

 

Tsunade solía ser una hembra que amoldaba a su Omega a lo que ella quería para el placer de ambos, siempre era cuidadosa, romántica y caliente, pero por todo lo sucedido recientemente, supo que su bella pareja necesitaba esto… necesitaba sentir que tenía el control en algo, y si de esta manera Dan reafirmaría su seguridad, la rubia lo permitiría.

 

 

Así que tomó su sexo para mantenerlo firme y sólo miró como la entrada de Dan le acogía lentamente y se lo tragaba hasta que estaba totalmente adentro. La vaina de carne de su Omega se apretaba alrededor de su falo y le exprimía placenteramente. El hermoso peliceleste, permaneció quietecito por un par de segundos dándole la espalda, amoldándose a su tamaño y disfrutando el sentirse lleno y conectado con su pareja de vida.

 

 

Una vez estuvo listo levantó su pelvis y Tsunade disfrutó la función de ver el punto exacto donde sus cuerpos se unían, su propia erección entrando y saliendo de la estrechez de su Omega con sus gemidos como música, alimentando su ego. Su leona quería gruñir y morder, cogerlo más fuerte y rápido, hasta que sus ojos se fueran para atrás.

 

 

Dan la conocía tan bien, la entendía tanto y, sobre todo, la amaba tanto, que comenzó a subir y bajar con mayor velocidad, haciendo palanca con la propia colcha, provocando que la humedad en su ano aumentara tanto… Se estaba quemando por dentro y Tsunade estaba igual que él.

 

 

La Alfa se sentó y sin desconectarse ni un poco de su amado, logró hincarse mientras frente a ella Dan continuaba empalándose con vigor, montándole pasionalmente, tocando sus propios pezones hinchados y sensibles, y disfrutando de la suavidad de los enormes pechos de su pareja tocando su espalda.

 

 

Tsunade no pudo quedarse quieta por más tiempo y comenzó a moverse, complementando los movimientos de su pareja, sus manos delgadas encontraron el bonito pene rosado de Dan y lo masturbaron al ritmo de sus embestidas hasta que los dos no eran más que jadeos y gemidos incontrolables.

 

 

Dan estaba cerca, pero necesitaba más… quería más… así que inclinó su cuello mostrando su marca que Tsunade mordió fuertemente hasta atravesar la piel, lanzando a Dan a una vorágine de placer que le hizo ver todo oscuro. Las contracciones en el cuerpo de su Omega fueron lo que arrojó a Tsunade a su propio orgasmo siendo exprimida por el interior de Dan.

 

 

Jadeante la rubia lo sostuvo entre sus brazos, pegándola a su pecho mientras lamía la esencia de su Omega de la mano que lo había ordeñado… el sabor de su pareja le encantaba. Ronroneó en el oído del peliceleste y lo recostó pegadito a ella, disfrutando de la humedad y el calor de su cuerpo, esperando que su nudo se desinflamara un poco.

 

 

Cuando Dan volvió en sí, Tsunade continuaba pegadita a él, susurrándole palabras de amor y mimándolo con besos y caricias que pronto lo tuvieron listo para un segundo round.

 

 

*

*

*

 

 

Shino se preparó un café, estaba haciendo guardia gracias al mensaje que había recibido, pero pegó un salto al escuchar la alarma contra incendios ser activada, su café cayó al suelo cuando salió disparado hacia donde estaba la alarma, encontrándose con una escena sumamente grotesca, varios de sus policías habían caído, y el que había activado la alarma lo miraba con su último respiro antes de caer al suelo llenando todo de sangre. Shino tuvo que contener las náuseas, podía ver su garganta completamente abierta.

 

 

¿¡Qué demonios estaba pasando!?

 

 

Sacó su pistola y con cuidado fue alertando a todos los policías que quedaban en pie de que tuviera cuidado pues la alarma era falsa. Siguió el rastro de unas huellas con sangre impresas en ellas y se dio cuenta de que iban hacia la celda de Itachi, por lo que gruñó. ¡Los desgraciados iban tras Itachi!

 

 

Corrió hacia la celda esperando llegar a tiempo, sin Itachi perderían todo el maldito caso.

 

 

Se metió viendo como un encapuchado tenía a Itachi contra la pared ahogándolo con sus manos. Por la fuerza y la altura supo que era un Alfa, pero no podía verle la cara, así que simplemente disparó, dándole de lleno en el bazo y logrando que soltara a Itachi, sin embargo, rápidamente se volteó hacia él corriendo en su dirección. Shino volvió a apuntarle, fallando el tiro, para después sentir el fuerte golpe que provocó que botara el arma.

 

 

—Pensé que los había matado a todos —dijo con voz ronca.

 

 

—Pues no fue así —se levantó del suelo—. ¡Maldito idiota!

 

Su cuerpo se contrajo listo para devolver el golpe, fue lo más fuerte que pudo haciendo que el gran Alfa se golpeara contra la pared, pero no pudo esquivar la pequeña daga que el Alfa utilizó para herirlo en el pecho mientras salía corriendo de ahí.

 

 

Dolía como el infierno, pero no por eso iba a dejar que se fuera. Cuando estaba a punto de quitarse la puta daga, Itachi se levantó y lo miró a los ojos, tosiendo por la falta de aire.

 

 

—Yo no lo haría. Si te quitas esa daga te desangrarás, está en un punto vital. Yo también he ocupado esa técnica.

 

 

—Mierda… —su radio sonó y tuvo que pedir refuerzos. Cuando Itachi trató de cruzar las puertas de su celda, Shino agarró la pistola apuntándole—. Ni creas que te dejaré ir.

 

 

Itachi levantó sus manos esposadas y lo miró mal, sentándose en su lugar para después sonreí como un desquiciado.

 

 

—Todo está perdido —susurró.

 

 

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Unos minutos antes

 

 

Itachi se recostó en la fría cama de metal de su celda y bufó viendo las estúpidas esposas en sus muñecas, ¿qué pensaría su padre de esto?

 

 

Quería verle la cara para después reírse mientras se quebraban las ilusiones del “hijo perfecto”, tan bueno y excelente. Estaba seguro de que Sasuke no demoraría en ir a decirles, es más, estaba seguro de que hasta los medios ya estaban enterados.

 

 

Cuando sus pensamientos fueron hacia Naruto escuchó un gran estruendo y después vio una enorme sombra frente a su celda, se levantó mientras la celda era abierta y supo de inmediato quién era.

 

 

—Te mandaron a encargarte de mí ¿eh? —dijo burlón.

 

 

—Son órdenes.

 

 

—Lo suponía, ahora ven y termina con todo.

 

 

 

Itachi se acercó hasta él y sonrió, no tenía por qué oponerse, además no podía ganarle cuando tenía las manos encadenadas.

 

 

 

 

 

—A Orochimaru-sama le complacerá saber que hallé a su nieto, era idéntico al bastardo de Minato —dijo, e Itachi lo miró con asombro—. Lo vi saliendo de este mismo lugar. Eres un estúpido —le escupió las palabras.

 

 

 

 

 

—No… ¿que…?

 

 

 

 

 

—¡Cuando vi que agarraste a ese cachorro te dije que lo mataras! ¡Desobedeciste mis órdenes!

 

 

 

 

 

—Kakuzu —dijo inquieto—. Él es mi…

 

 

 

 

 

—Él va a morir, le diré a Orochimaru-sama donde encontrarlo.

 

 

 

 

 

—¡No! —bramó Itachi—. ¡Él es mío!

 

 

 

 

 

—Idiota y estúpido. ¿No ves que ya no tienes más voz aquí?

 

 

 

 

 

Itachi gruñó y empujó fuertemente a Kakuzu haciendo lo posible por pelear aun con las manos atadas, pero no pudo hacer mucho para defenderse cuando los interminables golpes del Alfa fueron contra él.

 

 

 

 

 

Cuando Kakuzu lo retuvo contra la pared y comenzó a asfixiarlo temió lo peor por Naruto, quiso liberarse, pero no pudo, solo pudo ver directo a los ojos de Kakuzu mientras el aire se iba, dejando solamente desesperación y dolor.

 

 

 

 

 

Fue una suerte que llegara ese policía, salvándole la vida, pero aun así no había logrado detener Kakuzu y ahora…

 

 

 

 

 

Ahora Kakuzu tenía información muy valiosa, sabía de Naruto y Orochimaru estaría tras sus pasos. Muy pronto se apagaría su vida.

 

 

 

 

 

—¡No! —dijo desesperado, dando patadas a su cama consiguiendo tirar todo lo que estaba cerca de ella—. ¡¡Quiero hablar con Sasuke!! ¡¡¡Tráiganme a Sasuke!!!

 

Notas finales:

espero les gustara y por favor dejarme saber como tomaron el cap.

estoy ansiosa, y espero poder volver con otro cap.

si hay dudas por favor hacerlas.

les quiero mucho!


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