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Jeho divoké oči (Ojos salvajes) por yue-sama

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Notas del capitulo:

lo siento mucho por no responder rw, no me ha quedado mucho tiempo... esta vez si respondere, lo prometo.

espero les guste este cap.

 

 

—¿Qué demonios está pasando Kakuzu?

 

 

—Han entrado a la base…  No tengo idea de quiénes son.

 

 

Orochimaru se levantó del asiento, tranquilamente, como si el perder todo su imperio no le molestara en lo más mínimo. Abrió las puertas del cuarto donde estaba y avanzó hasta el cuarto de Jiraiya.

 

 

Se iba a largar del infierno que comenzaba y resurgiría de las cenizas, pateando y destruyendo a todos aquellos que le hicieron daño.

 

 

Abrió la puerta lentamente y vio a Jiraiya con un celular en las manos, eso fue todo lo necesario para que su tranquilidad se fuera a la mierda, ¿qué demonios hacía Jiraiya con un celular? Se acercó furioso y el Omega al ser descubierto no puedo ocultarlo, Orochimaru le pegó directamente en sus costillas sacándole el aire, para después agarrar el celular y ver la pantalla mientras se mordía el labio tan fuerte que sus colmillos traspasaron la carne haciéndolo sangrar.

 

 

Jiraiya veía todo con profunda preocupación, tratando con todas sus fuerzas de recuperar el aire que había perdido.

 

 

Orochimaru vio el mensaje que acaba de ser recibido.

 

 

“Ellos ya entraron.

 

 

XXX

 

 

—¡Pequeña puta! —gruñó fuertemente—. ¡Así que conspiraste en mi contra para salvarte el pellejo!

 

 

Jiraiya le vio con temor, y después de tantos años Orochimaru se sintió vivo, al fin veía una expresión en su rostro, un rostro que, a pesar del tiempo y de las marcas de la edad, se veía hermoso…

 

 

Para él la vista nunca cambiaría.

 

 

Era hermoso, tan hermoso que todavía le dolía tan solo verlo.

 

 

Kakuzu miró todo desde la puerta esperando recibir alguna orden, ya que si bien, la base era grande y tardarían en dar con ellos, no esperaba que su jefe se entretuviera tanto.

Mientras esperaba Hidan llegó corriendo muy agitado y Kakuzu gruñó.

 

—¡Se marcharon! ¡Los malditos cobardes se fueron!       

 

 

—¿¡Quienes!?

 

 

—¡Deidara, Sasori y Kisame! ¡No están, nos traicionaron!

 

 

Kakuzu apretó los puños, ¿cómo era posible que destruyeran el lazo que ellos habían formado? Si salían de esa, juraba que los buscaría y les haría pagar por la traición a Akatsuki.

 

 

La fuerte mano de Orochimaru se cernió en su hombro llamando su atención.

 

 

—Ve a traer a ese bastardo, si voy a morir lo haré con estilo.

 

 

—Como ordene.                                             

 

 

*

*

*

 

 

Pasaban sobre los cuerpos que yacían sin vida en el suelo rodeados de charcos de sangre que eran pateados por él y por la persona que lo acompañaba.

 

 

Así dejaban huellas de sangre por todo el lugar.

 

 

Él se regocijaba al ver tanta destrucción, era maravilloso y en sus venas corría la emoción de ver todo ese desastre. Desde muy pequeño quiso ver a Akatsuki en la ruina. Malditos animales que le habían quitado algo muy valioso. Juraba que los haría pagar.

“El niño quería jugar, con una sonrisa sádica en su cara y manos llenas de sangre.

 

 

El niño quería despedazar y convertir la tranquilidad en desolación.

 

 

El niño solo quería dejar un rastro de muerte, en el que él se sentiría vivo.”

 

 

*

*

*

 

 

Naruto estaba asustado, reconoció el sonido de las balas, después de todo ya había estado en varios tiroteos en su vida como para olvidar el sonido tan familiar, ¿ahora que demonios pasaba?

 

 

Quería ir corriendo hacia Sasuke o por lo menos que Kisame fuera hacia él y lo tranquilizara, pero nada de eso había pasado. Cuando escuchó los pasos apresurados de alguien fuera de su cuarto su cuerpo se tensó, no quería morir ahí, solo quería estar con Sasuke, el Omega en Naruto estaba temblando.

 

 

La puerta fue abierta bruscamente y vio a Kakuzu acompañado de Hidan. Se le revolvió el estómago al ver las miradas tan letales que esos dos Alfas le estaban dando, le prometían mucho dolor si no hacía algo para defenderse, el rubio se tensó aún más al ver como se acercaban amenazantes así que no pudo evitar rugir suavemente y cambiar a su forma de tigre.

 

 

Hidan se burló de él al ver al bello tigre en el que se había convertido, un tigre pequeño, pero no por eso menos letal. Se acercó decidido, pero Naruto lo mordió fuertemente en el brazo haciendo que lanzara una maldición al aire.

 

 

—No tenemos tiempo para esto Hidan —dijo enojado el otro Alfa.

 

 

Cuando Kakuzu quiso tocarlo, Naruto le dio un zarpazo directo, sin siquiera soltar el brazo de Hidan, provocando un gruñido de vuelta por parte de Kakuzu.

 

 

Naruto se jaló fuertemente haciendo la herida de Hidan más grave.

 

 

—Maldición Kakuzu, se va a comer mi brazo —bramó el otro Alfa—. ¡Haz algo carajo!

 

 

Kakuzu se transformó en un enorme león de gran melena negra y sus ojos verdes brillaron más que nunca. Naruto tembló, en cuanto sus grandes patas tocaron el suelo, podía sentir el gran poder que ese Alfa tenía, exigía sumisión completa.

 

 

Soltó de inmediato el brazo de Hidan y le rugió a Kakuzu enseñando sus pequeños colmillos, Kakuzu le dio un fuerte cabezazo en sus costillas haciendo que cayera en el suelo, pero Naruto saltó —a pesar del dolor—, y se abalanzó contra él, incrustando sus garras en la piel contraria, pero Kakuzu era más fuerte y de un movimiento rápido, lo empujó contra el suelo y mordió con fuerza parte del cuello del Omega dejándolo quieto.

 

 

Gruñó fuertemente mientras no le dejaba ir, lo aplastó con todo su cuerpo y siguió apretando el cuello de Naruto contra el suelo, mientras este lloriqueaba, el Alfa vio directo a Hidan y este pareció comprender lo que el otro quería.

 

 

Cambia Omega —dijo con la voz Alfa, haciendo que Naruto se congelará y chillara más fuerte.

 

 

Cuando menos lo sintió ya estaba en su piel de humano, todavía teniendo el gran hocico de Kakuzu contra su cuello. Naruto lloró de frustración, tenía miedo, mucho miedo.

 

Hidan no perdió tiempo dándole una patada contra su estómago que lo dejó sin aire y así Kakuzu se quitó, transformándose de nuevo.

 

 

—Ponle ropa, apúrate.

 

 

—Sí, sí.

 

 

Naruto sintió como las fuertes manos de Hidan lo tocaban de más, pero estando tan débil como estaba no pudo hacer nada más que rogar que parara. Había tocado su piel y la lujuria que vio en esos ojos le dio mucho más terror. Solo quería regresar al zoológico donde todo había sido tranquilidad, ver a sus cuidadores, que le dieran rica fruta y encogerse en su manta.

 

 

Después de mucho tiempo —al menos para Naruto—, Hidan comenzó a vestirlo, lentamente viendo más de la cuenta esa delicada piel sin imperfecciones que pedía a gritos ser marcada, Hidan gruñó con cierto morbo al ver las marcas de dientes del león de Kakuzu alrededor del cuello del rubio, estaban sumamente marcados.

 

 

Si Kakuzu hubiera mordido bien a Naruto tendría un lazo con Kakuzu y podría hacer cualquier cosa con ese Omega, tener un trío tal vez.

 

 

Sintió un fuerte golpe por parte de Kakuzu que lo apartó, para luego ver como el propio Kakuzu terminaba de vestir al rubio.

 

—¡Eres taaaan aburridooo! —clamó Hidan.

 

 

—Y tú no ves la seriedad del momento.

 

 

—Tranquilo Alfa, ¿es que acaso no lo hueles? Es tan adictivo, solo quiero clavarle el diente.

 

 

—¡Basta! —bramó—. Este Omega es de Orochimaru, aléjate si valoras tu pellejo.

 

 

Después de eso solo pudo ver como Kakuzu desaparecía por la puerta con ese delicioso bocadito para sus grandes caninos, lástima…

 

 

Realmente era una lástima que no pudiera jugar con ese bocadito.

 

*

*

*

 

 

Unos fuerte golpes y disparos lo despertaron, Sasuke se levantó de la cama lentamente, viendo en la dirección de las puertas que daban entrada a la arena, donde estaba él.

 

 

Había aprendido que existían más jaulas con personas como él, que eran vendidas para las peleas, pero estaban relativamente alejados de él.

 

 

Tenían hasta mujeres ahí adentro, todos fuertes Alfas que peleaban para vivir un día más a como diera lugar, gracias a Dios a él no lo habían tocado, así que suponía que esperarían hasta que sus heridas sanaran por completo, presentía que habían sido órdenes de ese pequeñajo Omega pelirrojo.

 

 

Intentó distinguir algo, pero el lugar estaba tan sumido en la oscuridad que se le dificulto ver. Se tranquilizó al no escuchar nada más, así que volvió a recostarse en la fría cama de metal, pero un fuerte golpe de nuevo hizo que se alertara.

 

 

Por un momento pensó que lo había soñado, pero al parecer no era así, con sus propios ojos pudo ver como desde la oscuridad la explosión de una metralleta se abría paso, escucho varios alaridos y después golpes secos contra el suelo.

 

 

Él se tiró al suelo para evitar cualquier bala perdida, ya que, aunque las balas no iban en su dirección era mejor prevenir. Entre la ráfaga de balas solo pudo ver a una sombra negra sosteniendo la metralleta mientras atacaba a todos los guardias que estaban en la arena.

 

 

¿Qué demonios estaba pasando?

 

 

Cuando el ensordecedor sonido paró, Sasuke levantó la cabeza y vio como esa sombra se movía de un lado a otro, buscando entre las jaulas que estaban esparcidas por todo ese gran lugar, alumbrando con una lámpara.

 

 

Se levantó con cuidado y cuando el sujeto llegó a su jaula y lo alumbró, lo dejó casi ciego, tuvo que taparse los ojos mientras escuchaba una risa burlona al otro lado de los barrotes de su jaula.

 

 

—Al fin te encuentro idiota.

 

 

Sasuke estuvo a punto de abrir la boca sorprendido, no podía ser verdad.

 

—Eres tú.

 

 

*

*

*

 

 

—Señor…

 

 

—¿Qué? —no pudo evitar sonreír al sentirse lleno de poder.

 

 

—Creo que hayamos la habitación donde se encuentra la serpiente.

 

 

—Bien, condúceme a ella.

 

 

Así, siguió con paso tranquilo a su subordinado, sus pálidas manos jugaban ansiosas con la capucha que ocupaba, sabía qué si Orochimaru no se había movido de ahí, no lo haría nunca más, al parecer quería enfrentar su destino.

 

 

Cuando llegaron a lo más profundo de la base, vio a sus hombres portando pistolas y haciendo guardia en la gran puerta, parecía que habían acabado con la mayor parte de Akatsuki.

 

 

Hizo una señal para que abrieran la puerta, y por fin entró dejando tras de sí un camino lleno de sangre, levantó su cara y se quitó la capucha mostrando su rostro, sus ojos fríos recorrieron el lugar, viendo a la serpiente venenosa de Orochimaru sentado en un trono, a su lado estaba un maltrecho Jiraiya, y un poco más lejos de ellos vio a una cabellera rubia que se encogía de dolor en el suelo, mientras era retenido por dos Alfas más.

 

 

Su furiosa mirada se posó en Orochimaru y lo vio sonreír ampliamente dejando ver sus colmillos de Alfa.

 

 

—Nunca espere a los Sabaku en mis territorios. Bienvenidos.

 

 

“El niño sonrió.

 

 

Había encontrado lo que tanto había buscado.”

Notas finales:

la verdad me costo mucho sacar este cap, si hay alguna duda por favor hacerla.

saben que les quiero mucho.

espero traer el siguiente el proximo jueves.

nos vemos


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