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Jeho divoké oči (Ojos salvajes) por yue-sama

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Notas del capitulo:

Buenas tardes a todos. Un placer, soy Alex, Beta reader de Yue, ella no pudo encargarse de subir el capítulo hoy así que, para no dejarlos sin nada, me pidió que lo hiciera en su lugar.

Yue estuvo enferma las últimas semanas, por eso le resultó muy complicado actualizar, pero ya ha vuelto.

Ahora sobre el capítulo, recuerden que Naruto todavía es muy inocente (basta con decir que ni siquiera sabía que era correrse) y Sasuke no quiere destruir esa inocencia tan rápido.

En fin, Yue tratará de regresar el próximo jueves, pero ya ha contestado sus reviews.

Espero que disfruten este capítulo tanto como yo lo hice :)

Era la situación más incómoda que podría haber sucedido, Sasuke se perdió en la bruma del desconcierto, pero el suave sollozo de Naruto lo despertó casi de inmediato, con su Alfa rugiendo con fuerza y enojo al no estar consolando a su Omega.

 

¿Y qué si eran primos? Al diablo con eso, no le importaba y quería hacerle saber a su rubio que no se alejaría de su lado, porque había planeado todo un futuro con él y no iba a renunciar a tan bello sueño solo por algo tan mínimo como su parentesco.

 

—Espera… ¿qué? —la voz chillona de Sakura se escuchó y él tuvo que rodar los ojos—. ¿Quién tiene un parentesco con quién?

 

—Calla, esto no es de tu incumbencia —bramó Sasuke.

 

—Es que el bonito rubio está llorando… Solo quería saber.

 

Naruto limpió sus ojos y salió corriendo hacia su cuarto dejando a Daichi con su padre. Sakura se quedó con la palabra en la boca y Sasuke gruñó.

 

—Puedes, por lo más que quieras, ir a dejar a Sakura y hacer la guardia por mí —le mencionó a Tsunade y esta arrugó el ceño—. Sé que no eres guardaespaldas, pero es mi amiga, por favor.

 

—Vale… Cuida a Dan y a Daichi.

 

—Lo haré, no tienes que pedirlo.

 

Y así, ambos tomaron caminos separados.

 

Apenas se despidió de su amiga, salió corriendo hacia el cuarto de su rubio, llevándose la sorpresa de que su puerta estaba con llave, tocó sin ser brusco, pero desesperado por estar con él y llenarse del hermoso aroma de su Omega.

 

—Sé que sabes que soy yo, por favor abre… No me iré de aquí hasta que me abras.

 

Y dicho y hecho se sentó contra la puerta a esperar que su terco, pero lindo Omega abriera la puerta, lo que no esperaba era que se tardara más de una hora en abrir y que, sin querer, cuando lo hiciera, fuera a dar contra el suelo asustando a Naruto, sin embargo, no le dio tiempo de preguntarle si estaba bien, en segundos se tiró contra su cuerpo moviéndose rápidamente y posicionándose sobre él, los bellos y ahora cristalizados ojos de Naruto lo miraban sorprendido, el olor a miedo opacaba el de la vainilla que tanto le gustaba, así que sin pensarlo mucho, estampó sus labios contra los contrarios y lo besó desesperadamente.

 

Naruto gimió contra su boca al ser presionado contra el suelo y el duro cuerpo de su Alfa, sus labios calientes le devolvían el aire que sintió perder al haber corrido de esa manera, el calor comenzaba a llenar su cuerpo después del frío que había tenido… Diablos, de verdad necesitaba a Sasuke.

 

Cuando el moreno jaló sus labios en medio de ese posesivo beso, se humedeció, se sentía avergonzado, nunca antes se había sentido así —fuera del celo, cabe resaltar—, y sabía que Sasuke en cualquier momento lo olería, quiso cerrar sus piernas, pero Sasuke ya estaba acomodándose entre ellas, aplastando sus pelvis juntas y haciéndolo jadear con fuerza al sentir sus miembros rozarse.

 

Ya no era un estúpido en el tema, Dan había hablado con él, pero eso no evitaba que se sintiera cohibido, estaba avergonzado, quiso despegarse de Sasuke, pero el Alfa rugió en sus labios.

 

—Te estás mojando por mí —ronroneó en su oreja—. Oh bebé… Me vas a volver loco.

 

—Y-yo… es que…

 

No pudo más y se llevó las manos a sus mejillas que ardían de vergüenza tapando también sus ojos y logrando que Sasuke suspirara mientras sonreía, su rubio era la persona más adorable y bonita que había estado entre sus manos, no podía pedir más.

 

Besó suavemente sus manos mientras jalaba sus caderas, haciendo que soltara un dulce gemido, definitivamente deseaban mucho más, no pudo evitar acariciar la piel bajo la camisa de Naruto, haciendo que este agarrara sus manos rápidamente.

 

—¿Qué es lo que pasa? —preguntó suavemente Sasuke.

 

—No podemos, somos familia —apenas pudo decir.

 

—No me importa —afirmó Sasuke—. Te voy a demostrar que tú serás mío pase lo que pase, me darás hermosos cachorros y nos casaremos.

 

Sus ojos se afilaron, dejando ver las pupilas de su tigre y Naruto gimió, era todo un Alfa el que tenía encima, Sasuke pedía su rendición y él estaba tan dispuesto a dársela, él era débil, más aún cuando se trataba de Sasuke. Ofreció su cuello rápidamente y el fuerte ronroneó de su Alfa le hizo saber que estaba contento.

 

Sus labios volvieron a ser tomados y la lengua de Sasuke violó lentamente su boca, era un beso lleno de pasión, algo que no habían compartido mucho, se agarró de los hombros de Sasuke y este comenzó a moverse entre sus piernas haciendo fricción, no tardó mucho en sentir el miembro de su Alfa contra su cuerpo.

 

¿En serio iba a tener sexo con Sasuke?

 

Su Omega se estaba derritiendo por las caricias y rudos besos en su piel, que a su vez ardían por más. Tantas sensaciones le hicieron sentir confundido, ya antes había estado con Sasuke —de manera meramente sexual—, pero había estado en celo y poco recordaba de esa experiencia, ahora todo era más real y vívido. Una parte de él estaba emocionada.

 

Sasuke lo agarró fuerte levantándose como si Naruto no pesara nada, para luego, dejarlo rápidamente en la cama, su Alfa estaba tan bello, con las pupilas dilatas viéndolo ferozmente. Se mordió el labio al ver como Sasuke arruinaba su camisa jalándola bruscamente para dejar su cuerpo al aire, Naruto tuvo que contener un gemido subido de tono al ver el cuerpo formado y bien marcado de Sasuke, mierda, estaba como quería. Los botones de la camisa formal del azabache habían salido volando con el trato tan rudo y cuando lo vio desabrochar su pantalón tuvo que contener la respiración, ¿él también tenía que quitarse la ropa? Trató de quitarse la camisa, pero Sasuke negó rápidamente tomando sus manos.

 

—Dame a mí el placer.

 

Suspiró, la voz ronca de Sasuke era adictiva, se dejó quitar la camisa y cayó suavemente en la cama dejándose hacer por Sasuke, el Alfa deleitó su mirada al ver los dulces y rosados pezones dándole la bienvenida y estuvo a punto de a ir por ellos y dejarlos sensibles a su tacto, pero aguantó, en su lugar fue por sus labios una vez más, probándolos a profundidad, el dulce aroma a vainilla afloraba de nuevo, volviéndolo loco. Sus manos bruscas agarraron los muslos del rubio haciendo que abriera sus piernas y él se acomodó de nuevo entre ellas, sintiendo el calor de sus pieles y como su pequeño se erizaba al rozar sus miembros en un suave vaivén.

 

—Bebé —dijo sin aliento al besar de esa manera a Naruto—. Lo llevaremos lento, ¿quieres?

 

El rubio asintió atontado, haciéndolo sonreír, le encantaba, tenía que ser ilegal quererlo tanto.

 

—Voy a hacer que llegues con mi boca.

 

—¿Q-qué…?

 

Sin embargo, Sasuke no le dio mucho tiempo para pensar, arrebató sus pantalones junto a sus pequeños boxers, dejándolo desnudo, por Dios, se tensó rápidamente y quiso ocultarse, pero los besos de Sasuke en sus muslos internos lo dejaron quieto y flojo. Sus labios ardían por los bruscos besos de su Alfa y sus ojos se cristalizaron por el placer que sentía.

 

—Sasuke… Mmhm…

 

—Sí, así te ves hermoso, jadeando por mí.

 

Separó un poco más sus piernas y Sasuke besó su cadera bajando lentamente, mientras sus dientes mordían haciendo que gimiera más alto, seguro Dan estaría escuchando todo, en cuanto pensó eso quiso pararlo todo de nuevo, pero la boca de Sasuke llegó a su entrada y lloriqueó alto agarrando las sábanas bruscamente.

 

Sasuke quiso ser lento, pero al probar por primera vez la dulzura de Naruto se sintió perdido, su Alfa jadeó con fuerza queriendo gruñir para después enterrar su lengua, jugueteando y probando la humedad de Naruto, que era un manojo de nervios y cuyas caderas se movían buscando más.

 

Agarró las traviesas caderas dejándolo inmóvil y Naruto enrojeció, Sasuke estaba violando sin contemplación su pequeña y suave entrada mientras que su pequeño pene estaba rosado por la sobre estimulación recibida.

 

—V-va a salir algo… —jadeó Naruto—. P-para, p-por ¡Ah! Mhhmm…

 

Sasuke puso más ahínco en lo que hacía y eso fue todo lo necesario para que Naruto terminara manchado su pequeño cuerpo con su propio semen, Sasuke jadeó al escucharlo venirse, se separó lentamente de esa bella entrada —que algún día sería suya nuevamente—, limpiándose los labios y disfrutando hasta lo último de la esencia de Naruto.

 

Pensaba que Naruto se merecía muchas cosas, pero no terminaría de quitarle la inocencia en esos momentos, se sintió orgulloso de darle placer a su Omega, estaba hecho para eso, además su inocente Omega estaba casi sin respiración sintiendo la bruma del placer quemarle, era su primera experiencia sexual y a Sasuke no le molestaba iniciarlo lentamente.

 

Su Alfa parecía estar de acuerdo, ya que no le estaba exigiendo hacerlo suyo con desenfreno, parecía que todo estaba bien. Acunó a Naruto contra su cuerpo, besando suavemente sus ojos y mejillas, tratando de tranquilizarlo.

 

—No importa que seamos familia, de todos modos, cuando te cases conmigo seremos la familia Namikaze Uchiha.

 

Naruto sonrió tranquilo y se restregó contra su Alfa buscando su aroma para dormir tranquilo, se sentía raro, todavía estaba sensible, pero también terriblemente cansado, todavía no comprendía mucho lo que había pasado.

 

—Gracias —dijo adormilado y buscó más contacto con él.

 

*

*

*

 

—Bienvenido a su hogar señor, la hermandad lo espera.

 

—Gracias —dijo seco—. Shikamaru, ve a arreglar las cosas, yo iré directo a mi despacho.

 

—Sí, Phakan.

 

Kakashi suspiró viendo su mansión, recién había regresado a Rusia, la hermandad no podía quedarse tanto tiempo sin su líder, tenía obligaciones ahí, al parecer las negociaciones con los yakuzas habían fallado y todo por su estupidez. Se fue con su mal humor hacia su despacho para ver todo lo que tenía pendiente, pero, aun así, cuando llegó y se sentó frente a su escritorio no pudo poner su cabeza en lo que debía.

 

¿Por qué le había salvado el pellejo a Gaara?

 

Maldición… Maldito sea el momento en que lo conoció, antes de él todo en su vida estaba más tranquilo, no podía darse el lujo de perder negocios valiosos con la mafia japonesa, tenía que ver como ganar el favor de Rasa de nuevo, más ahora que ellos resurgirían y se convertirían en la mayor organización de Japón.

 

Desordenó sus cabellos bruscamente y se crispó al escuchar el sollozo de un bebé, tuvo que buscar la paciencia suficiente para lo que venía, pero le quedaba muy poca.

 

La puerta se abrió y por ella pasó su Omega, tan bonito como era.

 

—¿Por qué demonios te tardaste tanto? ¿No ves que tienes responsabilidad conmigo? —bramó.

 

—¿Cómo osas hablarme así Omega? —dijo molesto.

 

—Te hablo como me dé la gana. Cortaste mis tarjetas, ya no pude comprar nada y que se supone que debo hacer con mi bebé, ¿eh? Adiós a sus ropitas y comida.

 

—No soy su padre —rugió enojado—. Tuvo que hacerse cargo el verdadero.

 

—Ya te dije que es tuyo, por favor.

 

—¿No crees que ya es suficiente de todo tu teatro? Te he dado lo que quieres, por Dios, ¿acaso quieres otra mansión? ¿Un nuevo carro?

 

—De hecho, si quiero un nuevo carro, ya sabes, para presumírselo a mis amigas.

 

—Iruka, por favor —dijo cansado—. Tienes que cambiar tu forma de ser.

 

—Tú matas personas y lo acepto, así que hazme el favor de reanudar mis cuentas porque vas a mantener a esta cría como si fuera tuya.

 

—Tengo asuntos que resolver y tú no eres de mi prioridad.

 

—¿Qué? —dijo ofendido apenas sosteniendo al bebé.

 

—Tienes que ser tan descarado para exigirme dinero, se honesto ¿para qué lo quieres? ¿Drogas? Apenas cuidas a mis cachorros, si no fuera por la nana esos niños no estarían bien. Tienes suerte de todavía tenerme.

 

Iruka se molestó y lo fulminó con la mirada, dejó al pequeño crío en el suelo y se fue de ahí moviendo sus caderas y refunfuñando, Kakashi rodó los ojos, Iruka era hermoso, una digna pareja para un mafioso, pero tenía un carácter de los mil demonios.

 

El pequeño cachorro comenzó llorar por la falta de su madre y Kakashi tuvo que agarrarse la cabeza ya que esta le dolía, nada de lo que había dicho era mentira, si sus hijos hubieran dependido solo de Iruka era seguro que hace mucho habrían muerto.

 

Se acercó al pequeño bebé y lo cargó haciendo que lo mirara con sus enormes ojos celestes y su cabello rubio, sabía bien que no era su hijo, se parecía demasiado a Mihail.

 

Salió por las puertas y vio a sus hijos asomar la cabeza, así que los llamó con un movimiento de manos. Su primer hijo era un fuerte Alfa de 7 años y era su viva imagen, su pequeño Levka era todo un hombre y sabía bien que le correspondía a él ser su sucesor, ahora bien, su hija Zaria era también una Alfa, tenía 5 años, y, al igual que su hermano, era respetada por todos. Los había educado lo mejor que pudo.

 

—Levka toma a tu hermano y juega con él.

 

—Pero padre… él no es mi hermano —dijo firme, viéndolo con fuego en sus ojos rojos.

 

—Escúchame bien —rugió Kakashi—, es tu hermano y vas a tratarlo bien, te estoy educando lo mejor que puedo.

 

—Lo sabemos padre —dijo tranquila Zaria.

 

—Bien, ahora tómenlo y déjenme trabajar.

 

Sus hijos agarraron al pequeño bebé y se fueron casi refunfuñando, ahora sí, tendría que resolver todo lo que había dejado pendiente antes de irse a Japón.

 

*

*

*

 

—¿Qué te trae ante mí después de tanto tiempo? —se burló.

 

—Solo vengo a darte esto.

 

Sasuke le pasó los exámenes por las rendijas e Itachi lo miró fijamente para después agarrarlos y abrirlos rápidamente para leer lo que decían, Sasuke se deleitó al ver como poco a poco la cara de Itachi iba cambiando, para luego pasar al enojo.

 

—¡Esto es falso! ¡Él es mi hijo! —gruñó pegándole a los barrotes.

 

—No lo es, él es hijo de Madara.

 

—Madara es peor que yo, ¡te lo aseguro!

 

—Como quieras, ya me voy.

 

Itachi tensó la mandíbula por la rabia y miró la espalda de su hermano. Arrojó los papeles enojado para continuar golpeando los barrotes.

Notas finales:

Bueno, espero que disfrutaran el capítulo, las cosas se ponen interesantes entre Naruto y Sasuke ¿no?

Yue los quiere a todos y espera estar aquí el próximo jueves.


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