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Jeho divoké oči (Ojos salvajes) por yue-sama

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Notas del capitulo:

mi buena gente, hermosa y preciosa, gracias por sus rw ya fueron contestados.

como dije aqui tienen el cap, y muchas gracias por la paciencia, el fandom de naruto es increible, les agradezco mucho de verdad porque me apollan, nunca me han fallado y me han respetado mucho, de verdad muchas gracias, les quiero mucho!

sin mas el cap.

Cuando la nieve por fin cayó no pude contener mi emoción, sin poder evitarlo me había transformado a la piel de mi animal para empezar a corretear de aquí para allá en la inmensa blancura, y, aunque se sentía fría contra mi pelaje, no me detuve, estaba realmente feliz, mis grandes patas se hundían con mi peso causando que varias veces tuviera que gimotear por un poco de ayuda, sin embargo, no me preocupé, Tsunade siempre estaba ahí para sacarme de la nieve…

 

 

Tengo que admitir que es una mujer inmensamente fuerte, a pesar de que mi forma animal le llega a la cintura ella con facilidad me podía cargar.

 

 

“—No eres un tigre muy grande.”

 

 

Por supuesto que eso golpeaba mi orgullo de Omega, pero me distraía fácilmente con la nieve, Daichi también estaba jugando en la nieve con Dan, aunque no se le permitía transformarse a su forma de leoncito ya que podía hundirse en la nieve con facilidad y perderse.

 

 

Tsunade lanzó una gran bola de estambre y yo la miré mal, ¿acaso pensaba que yo, me iba a rebajar a jugar con eso?... Mis ojos se desviaron hacia la bola ahí quieta y mi tigre comenzó a moverse rápidamente, me sentí avergonzado porque de manera instintiva me tiré contra la bola y jugueteé con ella, sacando mis pequeñas garras y ronroneando con tranquilidad.

 

 

Tan distraído estaba en eso que no me percaté de Sasuke acercándose a mí, su gran mano tocó suavemente mis orejas sacándome de mi estupor, lo miré con la bola de estambre en mi boca, él me sonrió ampliamente y sentí como aumentaba la fuerza de mis ronroneos.

 

 

—Tienes que cambiar si no quieres resfriarte, realmente está helando.

 

 

Me levanté en mis cuatro patas y Sasuke acercó su mano para quitarme la bola de estambre, pero mi tigre no quería, así que posé una de mis patas contra su brazo, apartándolo, él me miró divertido tratando de quitármela, pero cacé su brazo y me tiré al suelo llevándome conmigo a Sasuke, que cayó contra mí, quizás en mi forma de tigre casi era del tamaño de Sasuke sin transformar, el respiró profundo contra mi pelaje y comenzó a tocarme delicadamente, yo lo abracé contra mi cuerpo peludo y comencé a lamer su cara, mi rasposa lengua dejaba roja sus mejillas, pero él solo me acariciaba y enterraba más su cara en mi pecho, escuchando el ronroneo sin fin que mi tigre daba.

 

 

Había encontrado algo mejor que la bola de estambre para mi boca. Mordí suavemente su hombro y moví la cola juguetonamente, segundos después vi sus ojos convertirse en celestes y a sus colmillos de Alfa visibles cada vez que sonreía.

 

 

—No hagas que me transforme gatito —murmuró—, no podrás con este gran felino —se señaló.

 

 

Yo bufé y me paré en mis cuatro patas para comenzar a caminar a la entrada donde estaban Tsunade y Dan, el Omega acarició con dulzura mi hocico y Tsuna me dio una palmadita en la cabeza… Que bien se sentía ser querido de esa manera.

 

 

—Ve adentro y cámbiate, trae los chocolates que están en la cocina, ¡que Sasuke olvido! —enfatizó en eso y Sasuke bufó.

 

 

—¿Cómo querías que lo trajera si mi Omega estaba correteando de un lado a otro feliz y distraído?

 

 

Empujé la puerta y entré a la casa, con paso perezoso caminé alrededor, la casa era lo suficientemente grande para que yo anduviera en mi forma animal adentro, pocas veces dejaba a mi tigre salir desde que escapamos del zoo y mi Omega lo estaba resintiendo, así que tranquilamente llegué hasta la cocina y estando ahí cambié, cuando mi piel humana estuvo lista me estremecí y agarré suavemente la ropa que había dejado tirada ahí para luego ponérmela, no me gustaba romper la ropa al transformarme.

 

 

Cuando estuve listo agarré la bandeja con los chocolates y les puse marshmallows, luego me puse una bufanda y un abrigo y salí, entregando con cuidado los chocolates para finalmente sentarme al lado de Dan.

 

 

Tsunade y Sasuke fumaban alejados de nosotros mientras que Dan aprovechó para acariciarme los cabellos.

 

 

—¿Quieres hablar de algo? —murmuró tranquilo.

 

 

—Emm... Bueno… —me puse nervioso irremediablemente, quería hablar algunos temas con él—. Eres como mi papá —a Dan le brillaron los ojos y asintió feliz así que continúe—, y-yo… bueno S-Sasuke y yo…

 

 

—Tranquilo —susurró—, ya se a lo que vas. Es muy normal lo que tú y Sasuke están haciendo, no tienes por qué avergonzarte, tu Alfa te adora y te cuidará hasta en los momentos de pasión.

 

 

—Hay tantas cosas que no sé…

 

 

—Cosas que podemos hablar y en las que te ayudaré —sonrió—. No te agobies, todavía eres muy joven.

 

 

Supe que la conversación había acabado cuando Tsuna y Sasuke vinieron hacia nosotros, me sonrojé tan solo al recordar lo que había hecho con Sasuke, él sacó de su chamarra un bonito gorro y con suavidad me lo puso, besando dulcemente mis labios.

 

 

—Te ves hermoso.

 

 

—Al igual que tú…

 

 

Pellizcó mi mejilla sonriendo, luego se sentó detrás de mí e hizo que recostara mi espalda en su pecho y me abrazó fuertemente posando sus manos en mi cintura. Recosté mi cabeza en su hombro mientras todos tomábamos nuestros chocolates.

 

 

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Sasuke me sacó por toda la ciudad mostrándome todas las brillantes decoraciones, era totalmente hermoso, me había emocionado tanto que salté de un lado a otro viendo todo lo que podía, habíamos reído felices por todo lo que estábamos haciendo.

 

 

A veces chicas Omegas se nos acercaban por una foto, me avergüenza decir que de verdad piensen que somos hermosos, Sasuke nunca salió mal en las fotos y lo envidio, es tan hermoso, en cambio yo siempre salgo con un terrible sonrojo.

 

 

Sasuke me toqueteaba más de la cuenta cuando esperábamos a que tomaran alguna foto, y eso es realmente penoso.

 

 

Así pasó el tiempo, y como si nada, llegó noche buena, estoy nervioso, me han comentado sobre esto, pero es la primera vez que lo celebro, nunca antes había puesto un árbol de navidad ni decorado una casa, nunca había hecho una cena para compartir con varias personas…

 

 

Me vestí lo más bonito que pude y bajé las escaleras para ayudar a Tsuna a poner la mesa para los invitados, cuando la puerta fue tocada brinqué emocionado y fui directo a abrirla, encontrándome con un fuerte hombre, retrocedí por instinto, pero la pequeña cabeza que se asomó por su hombro hizo que chillara de alegría.

 

 

Ahí estaba mi Kiba, el Alfa se apartó para que pudiéramos vernos, Kiba reaccionó de inmediato y brincó hacia mi colgándose en mi cuello, con algo de fuerza lo sostuve antes de caerme, si no fuera por el Alfa de mi amigo estaríamos en el suelo, Kiba simplemente rió como un niño… Cuánto lo había extrañado.

 

 

—¡Estás hermoso! —me felicitó emocionado mientras yo sonreía dulcemente.

 

 

—Te extrañé tanto, me alegra saber que estás bien.

 

 

Con un poco de prisa nos metimos a la casa y se los presenté a Tsunade y Dan, Kiba estaba tan encantador como siempre lo fue, supe que nada había cambiado y que ese Alfa lo estaba cuidando bien.

 

 

Ayudamos a Dan a poner la comida en la mesa mientras Tsunade hablaba con el otro chico, cuando los invitados comenzaron a llegar la casa se llenó rápidamente. Sasuke entró con un traje formal acompañado de Sakura y de sus padres, corrí hacia él y le presenté a Kiba.

 

 

En general, la noche fue tranquila y hermosa varios regalos me fueron otorgados y con mejillas rojas los acepté feliz.

 

 

A la mañana siguiente desperté con Kiba en mis brazos y con un suave susurro de “Feliz navidad” en mi oído, miré a Sasuke detrás mío mientras que Shino cargaba a Kiba, que, adormecido le pedía más cariño, haciendo sonrojar al Alfa.

 

 

—¿Quién diría que un pequeño lobo te atraparía? —se burló Sasuke.

 

 

—¿Y quién diría que un pequeño gato te dejaría tonto? —bufó llevándose a Kiba del cuarto, Sasuke chasqueó la lengua y yo sonreí.

 

 

—Feliz navidad, Sasuke —dije feliz, abrazándolo y besando sus labios—. ¡Feliz navidad! ¡¡Feliz navidad!!

 

 

Mi pecho se sentía cálido y estaba sumamente feliz, Sasuke sacó una pequeña caja de sus ropas y me la dio, la abrí y noté un hermoso brazalete, Sasuke me lo puse en la muñeca mientras la besaba, sin poder evitarlo toqué su cabello y lo jaloneé un poco para poder besarlo, el agarró mi cuello y profundizó el beso, mordisqueó suavemente mis labios dejándolos rojos para él, sus labios siempre calentaban mi piel.

 

 

Lo alejé un poco y salí de la cama para buscar su regalo, era mi primer regalo, esperaba que le gustase… Agarré la pequeña envoltura y se la entregué, él sonrió y la abrió, sus ojos se agrandaron y luego me abrazó fuertemente.

 

 

—No pude pedir algo mejor cariño —dijo feliz—. Pensé que no teníamos fotos juntos —mi pequeño regalo había sido una foto que Dan nos había tomado despistados, sabía que no teníamos fotos juntos y esta sería la primera de muchas—. Gracias bonito.

 

 

No, gracias a ti Sasuke, por enseñarme que el mundo también es bonito, tan bonito como tú.

 

 

*

*

*

 

 

—Aahh, e-espera…

 

 

No pude evitar gemir cuando sentí sus dedos en mi entrada, sus labios succionaban mi piel y me dejaba más sensible de lo que ya estaba, me ericé completamente cuando sentí un tercer dedo entrar, agarré fuertemente las sabanas y él sonrió lujurioso al oler mi dulzura y escucharme gemir tan desesperadamente.

 

 

—Estás tan mojado.

 

 

—¡C-cállate!

 

 

Sus dedos comenzaron a tomar un fuerte movimiento, no pude evitar abrir más las piernas levantando mis caderas para conseguir más contacto, estaba por estallar y golpear a Sasuke por ser tan desvergonzado.

 

 

Besó mis labios y su lengua violó sin compasión mi boca, gemía ahogadamente mientras tocaba mi punto especial y yo me retorcía junto a él, agarré fuertemente su brazo mientras me quedaba sin aire.

 

 

Cuando me corrí Sasuke sacó lentamente sus dedos mojados con mi lubricante de mi entrada, lamiéndolos de manera sensual, causando que me sonrojara con fuerza.

 

 

—Sabes tan bien…

 

 

—¡Eres un desvergonzado!

 

 

Él se carcajeó y salió de la cama revolviéndose el cabello, agarró su pantalón para acomodarse la erección que tenía.

 

 

Ya han pasado dos meses desde navidad y durante todo el tiempo que he pasado con él, ha sabido enseñarme cosas nuevas, y Dan, me ha ayudado a entender mi cuerpo y aceptar que todo está bien.

 

 

Recogí la manta y me tapé con ella, ya que después de que Sasuke me tocaba mi piel siempre quedaba muy sensible, tan solo un suave rose me hacía sentir incómodo y necesitado.

 

 

Lo veo ir al baño y me recuesto de nuevo, todo había estado bien, él se había levantado para ir a su trabajo y estaba completamente listo para partir, hasta que decidió toquetearme, cuando salió del baño corrió hacia mi dándome un rápido beso y acomodándose el cinturón con sus pistolas.

 

 

—Voy tarde —explicó.

 

 

—Eso no te hubiera pasado si no me hubieras tocado —dije firme.

 

 

—Eres una tentación en mi cama con ese pequeño bóxer, no pude evitarlo.

 

Y así sin más se fue dejándome con la palabra en la boca, sentí mi cara arder y estaba seguro de que si me miraba en el espejo estaría sonrojado. Me levanté para asearme y regresar a casa de Tsunade —había dormido en el departamento de Sasuke—. Durante este tiempo había comenzado a aprender a leer y escribir, sentía que por fin avanzaba como era debido y estaba feliz por eso.

                                                     

 

Poco a poco voy dejando los tragos amargos atrás, se bien que no tuve el mejor pasado… pero con ayuda de mi familia he podido sobrellevarlo, algunas noches todavía tengo pesadillas —por ejemplo, la de ayer—, por eso había ido al departamento de Sasuke, no es que no quisiera dormir con Tsunade y Dan, pero ellos ya tenían a un bebé y una panza que crecía rápidamente.

 

 

No quería ser un estorbo, además, tenía un Alfa que me comprendía y me cuidaba cuando despertaba llorando, Creo que con un poco más de tiempo estaré como nuevo, al menos ahora ya había aprendido a tener un poco más de confianza en mí mismo.

 

 

Me levanto y voy al baño, solo necesito ducharme para no llegar oliendo a sexo —ríe con vergüenza—, seguro Tsunade me mataría al olerme, aprovecharé y comeré algo, creo que Sasuke no se molestara.

 

 

*

*

*

 

 

Por los callejones corrían dos Omegas tratando de perderse entre la oscuridad y la suciedad de su alrededor, respiraban agitadamente, uno pelirrojo se sostenía su barriga de 6 meses mientras corría tras un rubio que buscaba un camino por el cual salir.

 

 

—D-Dei él bebé está pateando, no puedo más.

 

 

—¡No podemos! —gritó desesperado—. ¡No podemos detenernos Sasori!

 

 

—Pero…

 

 

—¡¡Vienen tras nosotros!!

 

 

Sin más, apuró el trote tratando de salir y liberarse de los hombres que los seguían. Sasori sollozó, sentía que se quedaba sin aire, su bebé era grande y apretaba mucho sus órganos, le costaba hacer ciertas cosas y definitivamente correr era una de las principales cosas de la lista, de hecho no habían tenido que hacerlo hasta ahora, habían estado muy bien escondidos, habían vivido por 4 meses libres de todo, eran una pareja de Omegas oficial, aunque la sociedad todavía no les mirara tan bien, varios de los vecinos donde vivían los comprendían y respetaban su forma de amar.

 

 

Deidara lo cuidó tan bien como lo haría un Alfa, además de que lo amaba de una manera tan dulce como solo los Omegas podían hacerlo.

 

 

Atrás habían quedado los días oscuros de la mafia, habían comenzado desde cero, en un lugar donde nadie los conocía, habían estado tan bien, y les hubiera encantado que se quedara así, pero Sasori sabía bien que un día iba a suceder lo inevitable.

 

 

Cuando al fin iban a llegar a la salida ya dos hombres los esperaban ahí, se quejó sin aliento y Deidara se irguió rápidamente defendiéndolo, ambos hombres eran Betas, unos malditos Betas que parecían Alfas.

 

 

Eran enormes y Sasori temió por la vida de su bebé.

 

 

—¡Malditos animales! ¿¡Saben acaso quién soy!? —gritó Deidara.

 

 

—Eres una rata traicionera —escupió uno de ellos.

 

 

Deidara lo apartó cuando vio a los dos hombres venir por ellos, el rubio rápidamente comenzó a pelear, Sasori se contuvo de hacer algo, Deidara y él eran excelentes peleadores, nunca habían sido Omegas débiles, así que cuando vio como Deidara fracturaba el brazo de uno de ellos se sintió feliz, pero el gusto le duró muy poco, por detrás lo jalaron haciéndolo chillar de dolor, los hombres que los estaba siguiendo al fin los habían alcanzado.

 

 

Le jalaron el cabello y lo estamparon contra la pared, el rubio perdió concentración en el instante en el que vio como sometían a Sasori, y fue fácil para los Betas golpearlo rápidamente y dejarlo un poco tonto.

 

 

Deidara se sintió impotente, ¿cómo demonios esos Betas habían logrado entrar a la zona Alfa y Omega? ¿Cómo es que la frontera no los había captado? Estaba furioso.

 

 

Sin poder evitarlo vio como le reventaban con furia el labio y el pómulo a Sasori, lo vio retorcerse para proteger su vientre mientras seguían desquitándose con su pequeño cuerpo.

 

 

Deidara quiso moverse, pero los desgraciados también lo estaban golpeando, cuando sintió que ya no podía más, ellos pararon. El dolor era tal que se sintió morir, el grupo de Betas se alejó de ellos, y vio como Sasori se desplomaba en el suelo sin hacer movimiento alguno, se asustó mucho.

 

 

Entonces los Betas se acercaron y con su horrible aliento dijeron.

 

 

—Akatsuki nunca olvida.

 

 

Y así, sin más, se fueron riendo estruendosamente y fumando, dejándolos ahí heridos. Como pudo se arrastró hacia Sasori, y su miedo creció al ver como su Omega —ya que era su pareja—, no respiraba. Sus ojos se llenaron de lágrimas al verlo ahí sangrando.

 

 

—¡¡Malditos desgraciados!! —gritó adolorido—. ¡¡¡Bastardos!!!

 

 

Deidara no pudo contener las lágrimas, no había podido defender a Sasori, negó lentamente mientras lo recogía para ponerlo en su regazo, lo vio respirar con dificultad y lo abrazó. No podían ir a la policía, ellos los reconocerían y los entregarían a la FPA, seguían tras los de Akatsuki que no estaban en la cárcel, y Deidara sabía que eran ellos dos, más Kisame, Konan y Pain… Malditos Betas.

 

 

Ese era su forma de intimidarlos.

 

 

Lloraba de rabia y tristeza, mientras acariciaba suavemente a Sasori.

 

 

—Vamos a estar bien… Tranquilo… ¡Ayuda! ¡¡Ayuda!! ¡¡¡Por favor, alguien!!!

 

 

No le importaba rebajarse por ayuda cuando sabía que Sasori estaba tan herido, estaba preocupado por su cachorro.

 

 

Quizá la vida le estaba pasando factura por todo lo malo que había hecho… Estaba destrozado.

 

 

—Por favor, no…

 

Notas finales:

espero que les gustara, todavia estoy recuperandome de mis faltas de creatividad, aun que saben, es curioso... en mi otra historia el cap que publique esta semana no me gusto mucho, no lo senti perfecto pero al parecer gusto demasiado, gusto mas de lo que esperaba.

quiza solo soy yo y mis cosas.

si hay alguna duda por favor hacerla, espero esta vez en verdad contestar, tambien tenia asi como una duda.

quisieran que les diera mi tumblr? pues la verdad es que tengo algunos dibujos referente a este fic, y puedo hacer mas dibujos, voy a estar practicando asi que les gustaria?

creo que podria poner cosas y por ahi conocernos mejor.

les parece?

aqui el dibujo de este cap -me emocione y lo hice-

 naruto

nos vemos

 


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