El pequeño rubio se quedó atónito, siendo incapaz de moverse, ¿acaso ese no era su padre? ¿El hijo de Jiraiya? ¿Acaso no estaba muerto? ¿Le habían mentido? Pudo moverse y dejar de temblar al ver como el rubio era guiado por un alto Alfa con ropas oscuras. El Omega parecía ido y sin vida propia mientras que el Alfa lo agarraba del brazo, guiándolo y hablándole suavemente, ¿qué pasaba? Sin saber muy bien lo que estaba haciendo, se movió siguiéndoles, sin importarle los gritos de Tsunade, tenía que saber si de verdad era Minato.
Con el corazón desbocado siguió a la pareja, por un momento el rubio lo volteó a ver y le informó al Alfa, este lo miró frunciendo el ceño para luego comenzar a caminar más rápido, Naruto se asustó y caminó con más prisa, pudo ver que se dirigían a un carro en el que los esperaba una señora vestida de blanco, con un moño muy bonito en la cabeza, parecía una Omega amable.
Cuando el rubio mayor llegó al carro, fue subido por ambos, y, tan pronto como Naruto estuvo en frente pudo ver como el rubio lo miraba a los ojos y comenzaba a respirar pesadamente para luego agarrarse la cabeza con desesperación. Después de eso subieron la ventana polarizada y no pudo ver más.
Estaba realmente inquieto, entonces, la Omega se puso enfrente de él mientras escuchaba como el Alfa le hablaba apresurado.
—Sra. Mornin está teniendo una crisis —ella solo asintió apresurándose para subir al carro mientras Naruto apenas conseguía detenerla.
—P-por favor… ¿Qué está pasando?
—¿Conoce a esta persona? —preguntó apurada y Naruto no supo qué decir—. No puedo atenderlo ahora mismo, pero por favor, siéntase libre de llamarme más adelante.
La Omega le entregó una pequeña tarjeta en la que se apreciaban un par de números telefónicos, para que luego, sin más palabras, se subiera al carro y partieran de ahí a toda prisa.
Naruto se quedó con el corazón en la mano y sin saber qué hacer, pudo ver el carro alejándose hasta perderlo de vista, pero todavía podía ver en su mente al rubio mayor… Era tan parecido al de la foto, ¿era posible? Estaba tan confundido.
—¿¡Qué demonios te pasa!? —demandó Tsunade agitada después de perseguirlo—. No vuelvas hacerlo nunca.
Dan llegó poco después sosteniendo su prominente barriga y miró con un enorme puchero a Naruto, renegando por la falta de aire.
Y así, por primera vez Naruto fue enérgicamente regañado por ambos, Alfa y Omega.
*
*
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Habían pasado dos días desde el funeral, y ahora Naruto estaba fuera de la casa de Sasuke, si hubiera sido su elección el habría ido el mismo día en que Sasuke entró en celo, aunque está claro que él no veía el lado sexual —era tan inocente que solo pensaba en cuidarlo y darle de comer—. Tocó la puerta, después de todo había sido difícil que Tsuna le dejara ir, pero, ahí estaba.
La puerta fue abierta y Sasuke asomó la cabeza viendo a su bonito rubio, su celo aún no había terminado, sin embargo, ya estaba en sus últimas etapas, ahora solo sentía el hormigueo en su piel, estaba cansado y adolorido, tener el pene erecto por mucho tiempo y su nudo sin ser enfundado era terrible.
Se apartó un poco y dejó que Naruto pasara con su aroma haciéndolo enloquecer, Naruto lo abrazó de inmediato y tocó su frente comprobando si aún estaba caliente, al parecer su parte más salvaje ya había pasado, así que besó suavemente sus labios, Sasuke gimió extasiado, era como tomar agua después de mucho tiempo de sequía, alargó el beso sin chistar, dominándolo casi de inmediato.
—Sabes tan bien —dijo ronco.
Naruto sonrió complacido y se alejó, llevando comida fresca a la cocina, notando de inmediato que todo era un desastre, había cosas tiradas de un lado a otro.
El aroma de Sasuke aún resultaba intenso y eso lo hacía sentirse raro, su vientre cosquilleaba y todo su cuerpo parecía dispuesto a dejarse hacer fácilmente.
Vio como Sasuke caía sin fuerzas en el sofá, apenas tenía una camisa sencilla y un pantalón elástico de pijama puestos, su piel se veía sonrosada y tenía ojeras pronunciadas. Parecía muy desgastado.
Naruto sacó la comida que Dan tan amablemente había hecho y se la llevó a Sasuke, este comió a gusto viendo a su Omega y cuando menos se dio cuenta su Naruto estaba ronroneando y restregándose un poco contra él.
Sasuke tragó la comida y la dejó a un lado para luego subir rápidamente a Naruto en su regazo, apoderándose de esa linda boquita que se abría para permitir un contacto pecaminoso y muy gozoso, ambas lenguas se encontraron, una tímida y la otra caliente y abrumadora, Naruto perdió rápidamente la batalla y se acercó más a su Alfa, quien no perdió tiempo y posó sus grandes manos en el trasero del rubio apretándolo contra sí. Qué bien se sentía.
Urgido y con los sentidos un poco adormecidos lo vio deshacerse en el beso y gemir contra sus labios, había mucha ropa, pensó Sasuke, así que le quitó rápidamente la camisa y acarició con lentitud su cintura y hermosas caderas, que le llamaban para marcarlas con groseros besos y violadoras caricias.
Sasuke gruñó, de verdad que gruñó, y de inmediato Naruto ladeó su cabeza dejando su cuello al descubierto, mostrándose completamente sumiso. Sasuke besó su quijada, bajando por ese cuello canela que le traía loco, las feromonas de esa zona eran enloquecedoras y exquisitas, lamió con gusto toda la piel virgen que sería suya para siempre y luego mordió suavemente, chupando, haciendo mojar a su lindo rubio.
Metió una mano en su pantalón yendo directamente hacia la pequeña entrada mojada que pedía atención, Naruto gimió largamente al sentirse tanteado, sus zonas más sensibles estaban siendo atacadas al mismo tiempo, dejándolo quieto y disfrutando del ataque.
Sasuke estaba enloquecido, la piel caliente de Naruto y su lubricante mojando sus dedos lo motivaban a hacer muchas cosas, sabía bien que Naruto tuvo que haber esperado para ir a su casa hasta que su celo terminara definitivamente, él ya no era capaz de parar, de verdad necesitaba darle alivio a su Alfa y a su tigre.
Distrayendo muy bien a Naruto con sus besos metió el primer dedo y lo sintió estremecerse contra él, sí, le encantaba ponerle la piel tan sensible, solo por y para él.
A pesar de que su lindo rubio no estaba en celo y tenía que dilatarlo un poco —porque no lubricaba tanto como en el celo—, se dio cuenta de que podía meter fácilmente dos dedos, su rubio estaba tan deseoso como él, así que, sin contenerse más, bebió de esos labios dulces para luego mordisquearlos como un manjar sin fin, hasta dejarlos rojos como una cereza, sus dedos nunca pararon, entrando y saliendo tocando el dulce botoncito tierno y sensible.
—Sa-Sasuke —dijo apenas con voz rota—, p-para…
—¿Por qué? —jadeó ronco contra su boca—. ¿Te vas a venir?
—Mmhm —asintió tembloroso, estaba contrayéndose y dejándolo sin fuerzas.
—Córrete Omega —dijo ronco, gustoso de verlo tan perdido en sus manos.
—¡Ah!
Naruto pegó un gritillo y sintió su semilla salir, su pequeño pene ni siquiera había sido tocado y se había corrido en sus pantalones, estaba tan avergonzado, iba a replicar, pero Sasuke pronto estuvo encima de él rugiendo y viéndolo con sus ojos celestes de tigre, pupilas dilatas y fieros, Enseñando sus lindos colmillos de Alfa y Naruto gimió abriendo las piernas para él, sintiendo de inmediato como rasgaba sus lindos pantalones y se los quitaba de un fuerte jalón,-dejándolo desnudo- y, aunque debió sentir miedo por la manera descontrolada en que Sasuke estaba actuando, solamente sintió un fuerte cosquilleo en su vientre, entonces lo sintió acomodarse entre sus piernas y juntar sus pelvis.
Se sorprendió al sentir como Sasuke juntaba sus penes y comenzaba a rozarlos sin fin, haciendo que volviera a la vida rápidamente, se arqueó al sentirse presa de la lujuria y se entregó por completo mientras el Alfa atacaba esos dulces pezones erizados por la acción de antes.
Cuando finalizó y se sintió satisfecho, dejó esos botoncitos rosas y enterró su cabeza en el cuello de Naruto, bramando un poco y sujetando la cadera mientras se rozaba con más fuerza.
—Necesito hacerte mío —jadeó caliente—. ¿Eres mío, mío?
—¡Sí! —gimió escandaloso al sentir el fuerte empuje—. Tuyo, Alfa.
Eso fue todo lo necesario para que Sasuke perdiera la última gota de cordura que le quedaba, se alejó solo un poco para alinear su pene contra la pequeña entrada que sabía le acunaría tan bien, pero al escuchar el gemido quebrado que dejó salir el rubio se quedó quieto.
¿De verdad lo iba a hacer así?
Por supuesto que Naruto al ver la duda de su Alfa sonrió enternecido, jaló un poco a Sasuke y le dio un suave beso en la nariz, claro que no le molestaba entregarse a su Alfa, hace mucho que su cuerpo lo aceptaba, no tenía miedo como antes, ahora sabía que Sasuke siempre buscaría su bien, y ahí estaba la prueba, estaba pensando en el bienestar del rubio aún a pesar de su estado.
—Estaremos bien —dijo tranquilo
—¿Bien? —dijo en medio de la bruma—. ¿Y-yo… puedo?
—Sí, Sasuke —murmuró bajito—. Soy tuyo.
Sasuke ronroneó complacido y besó suavemente las mejillas sonrojadas del rubio mientras comenzaba a hacer presión, la estrechez y la humedad que le recibió fue el paraíso, no pudo evitar rugir quedito y pesado al sentir como centímetro a centímetro llenaba ese bello cuerpo, estaba haciéndolo con su rubio después de tanto.
El rubio se contrajo al sentir ese duro pene entrar en él, Dios mío, se quedó sin aire al sentir chocar pelvis con pelvis, el pene de Sasuke lo estiraba tan bien, cerró los ojos y se dejó abrazar por el azabache, no había dolido tanto —no era virgen después de todo—, pero era completamente extraño, no se comparaba con los dedos, pero aun así su cuerpo y su Omega estaban felices y deseosos de más.
Sasuke agarró fuertemente sus caderas y vio como la linda carita se contraía de placer cuando comenzaba a moverse sin ser bruto, se sentía palpitar dentro de esa cavidad húmeda. Un rato después sus caderas agarraron fuerza y comenzó a embestirlo más rápido haciendo que los jadeos se convirtieran en gemidos.
Los gemidos más dulces que había escuchado.
El aroma más aturdidor que había olido
Y la imagen más bella que había visto.
Sus dientes salieron y tuvo que apretar la mandíbula para pelear con su instinto de Alfa y evitar marcar a ese lindo Omega que estaba bajo su cuerpo, tenía que controlarse, sabía que si apretaba más esas doradas caderas iba a dejarle sus marcas, así que rugió complacido al saber que él podía dejarle marcas de propiedad a ese cuerpo tan suyo.
Mordió pedazos de piel dejando dichas marcas de amor y nunca paró de embestirlo, dejándolos sin aire a ambos. Naruto lo rodeó con sus brazos, ciñéndolo, y Sasuke rápidamente se acercó para besarle la cara, pasando por sus ojos y aterrizando dulcemente en sus labios.
Detuvo las penetraciones y vio a su sonrojado rubio a los ojos, en la mirada de ambos había amor y lujuria, Naruto sonrió bajo la atenta mirada de Sasuke y el Alfa le correspondió, haciendo más profundo el lazo que tenían. Sasuke puso su cabeza en el pecho del rubio y escuchó los acelerados latidos de su corazón, así reanudó los movimientos de su pelvis, sintiéndose morir por la estrechez de las tiernas paredes, la profundidad que puso en los movimientos hizo que tocara el punto dulce de Naruto haciéndolo gritar un poco y arañar sus brazos.
Eso…
Sin piedad arremetió contra ese punto logrando que Naruto gimiera sin voz para luego contraerse y dejarse ir, su segundo orgasmo lo dejó fuera de combate, aturdido, sensible y con la piel caliente, sin embargo, Sasuke no paró, siguió dándole sin dejar que se recuperarse del feroz orgasmo, luego tomó sus labios nuevamente, más rudo y pasional, mordiéndolos suavemente y jugando con su lengua.
Y, cuando al fin se sintió acabar, apretó a Naruto contra él y besó su cuello.
—T-te amo —rugió Sasuke
Y Naruto se sorprendió, era la primera vez que lo decía, sin poder evitarlo comenzó a llorar mientras lo sentía agrandarse en él. La voz del Alfa distorsionada por la pasión repetía una y otra vez lo que sentía y aunque el dolor del gran nudo expandiéndose en él fue suficiente para hacerlo llorar mucho, se sintió querido y protegido, arrullado por el fuerte aroma de Sasuke y sus dulces palabras.
Se contrajo una vez más, haciendo que Sasuke rugiera lastimero, su nudo estaba tan sensible que pronto su semilla comenzó a llenar a su rubio, así que se dejó caer agotado contra Naruto, con los cálidos brazos del Omega recibiéndolo.
—Yo también te amo —dijo con media voz—. Muchas gracias Alfa.
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Sasuke amaneció en su cama abrazado fuertemente a su rubio desnudo, recordó el descontrol de su cuerpo la tarde pasada con su rubio amor, y el cómo ambos se habían entregado al otro y como se habían confesado.
No se arrepentía de nada, ahora solo quería estar siempre cerca de su Omega y velar por él. Besó con suavidad esos cabellos y buscó su comodidad.
Naruto dormía tranquilo, entre sus brazos, acurrucándose más contra él cosa que le hizo sonreír mientras apreciaba toda la extensión de piel que su rubio le daba, era tersa y estaba llena de marcas de él, no podía estar más satisfecho, de hecho, su celo ya había pasado formalmente, ya no se sentía mal y su piel ya no estaba sensible.
Después de esa tarde acalorada ambos habían dormido casi de inmediato, Sasuke estaba tan cansado por su celo no compartido y Naruto por toda la acción compartida, pero su burbuja de felicidad se rompió al escuchar el teléfono de la oficina sonar, eso no podían ser buenas noticias, se levantó bufando, muy desconfiado e inconforme de dejar su cama y el calor de su rubio, más les valía que valiera la pena lo que fuera que le dirían.
Su Alfa rezongo al no estar cerca de su Omega y Sasuke contestó malhumorado.
—¿¡Qué!?
—Itachi…
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Sasuke no perdió tiempo, ni siquiera pudo bañarse bien simplemente salió de la casa apurado mientras llamaba a Tsunade para que fuera por Naruto y cuidara de él, Dios mío, no quería dejarlo así después del hermoso acto que habían compartido, pero… pero…
Entro rápido a la estación y se quedó sin habla al ver la escena, corrió hacia la celda especial en la que habían ubicado a Itachi durante todo ese tiempo y su corazón se estrujó.
Había mucha sangre por todos lados y en la salida vio como Itachi era subido a una camilla y llevado de ahí en una ambulancia.
—¿¡Qué demonios pasó!? —bramó enojado enfrentando a los oficiales de menor rango—. ¡¡Hablen!!
—Calma oficial Uchiha —habló un Alfa de la FPA y Sasuke lo miró esperando respuestas—. Necesito que me acompañe.
*
*
*
La madrugada anterior…
Itachi estaba recostado en la pequeña cama de la celda mirando el techo, por alguna extraña razón no podía dormir, pero un fuerte ruido lo puso en alerta y cuando menos sintió ya lo tenían retenido contra la pared.
Había sido tan rápido que no había podido reaccionar, pudo notar a dos oficiales reteniéndolo y dominándolo para que se arrodillara, contuvo un gruñido al saber que eran los oficiales corruptos que ocupaban para monitorear los movimientos de la policía.
Segundos después vio entrar a Konan, la maldita Beta estaba ahí, viéndolo con ojos fieros e Itachi estuvo a punto de gritar, pero la Beta lo golpeó fuerte y con ayuda de los policías Alfas que lo retenían le hicieron abrir la boca, de una manera rápida Konan hizo que sacara la lengua y sin piedad alguna la cortó, Itachi bramó por el dolor mientras la sangre inundaba rápidamente su paladar.
Lo soltaron y tan pronto como fue liberado pisotearon fuertemente sus manos provocando que el dolor fuera insoportable.
—Para que nunca en la vida vuelvas a comentar un secreto y así te los lleves a la tumba, ¡maldito idiota! —dijo Konan—. Akatsuki nunca olvida imbécil.
Y sin más, se dio la vuelta y salió de ahí dejándolo desangrándose mientras que los oficiales Alfas sonrieron orgullosos al verlo así y se fueron dejándolo ahí.
Itachi se paró aturdido y escupió mucha sangre, hasta que en un punto de la madrugada se sintió aturdido por la falta de sangre y se dejó caer en el suelo.
Sus manos no le servían, estaban quebradas, así que simplemente se quedó quieto.
Si le hubieran dicho que terminaría de esa manera se hubiera reído en sus caras.
Si, se hubiera reído…