Días antes…
—Hola guapo…
El azabache sonrió de lado al notar el tono de total y descarada sensualidad que utilizó el Omega que estaba parado a su lado, lo miró y no estaba mal, claro que no, era precioso de hecho. Lo miró sin pena para después volver a tomar de su trago, no estaba ahí para follar con lindos Omegas pero ese chico no se daba por vencido y cuando menos lo esperó ya estaba restregándose en su brazo.
—Hueles tan bien —acercándose restregó suavemente sus labios en el cuello del Alfa azabache y este reaccionó.
Que Alfa no reaccionaría con algo tan bonito como un pijo de cabello rojo y ojos violetas, con un lindo cuerpo además.
—Precioso aléjate de mí, ve con tu Alfa —trató de sonar frío.
—Oh no, ese Alfa malo se la está montando con otra Omega.
Lo vio sorprendido, claro no pensaba que todos creyeran en las almas gemelas como él. De pronto el Omega jadeó fuerte y casi cayó al suelo si no fuera por él que lo agarró de inmediato y sintió lo caliente que estaba. “¡Mierda!” pensó.
—Ahh yo... Mierda —dijo suavemente el Omega—. Alfa ayúdame.
Todo el cuerpo se le tensó al escuchar la voz necesitada del Omega a la par que su aroma se intensificó, olía a flores, y todo se descontroló.
Varios Alfas querían ponerle las manos encima pero el Omega no se separaba de ese Alfa azabache y él no sabía qué hacer, el celo de ese Omega había llegado y él estaba por fallar contra su instinto que le ordenaba follar bien lindo a ese Omega que se lo pedía.
Tuvo que gruñir fuerte para hacerles saber que ese Omega iba a ser jodido por él y no esperó demasiado, todas las cosas pasaron tan rápido.
Llegaron a un cuarto que el bar ofrecía, habían entrado azotando la puerta y con mucha prisa terminó desgarrando la ropa del Omega mientras le comía la boca hambrientamente y el Omega se entregaba tan sumiso.
Era maravilloso.
Era una gran follada, el delicioso y resbaladizo interior de ese Omega, lo apretado que se sentía, el calor del otro, los gemidos y gruñidos, los arañazos. Dios, tenía tanto de no pasar un celo Omega con alguien.
Tan delicioso y mojado, caliente como una perra pidiendo ser jodida muy fuertemente “ese Omega se lo pedía mucho”.
Pero ni bien todo acabó y se durmió, todo cambio.
Con su nudo atorado en la entrada del Omega se había dispuesto a dormir, sin embargo cuando despertó todo estaba tan confuso, sentía el cuerpo muy pesado y su vista era tan borrosa que no podía enfocar nada.
Sentía que volaba, literalmente.
Su animal interno gruñó fuertemente en busca de su Omega de turno pero este no se aparecía, hasta que sintió su olor suavemente, nada comparado al celo y no entendía, el celo duraba 3 días o más, ¿por qué ese Omega ya no olía a celo?
¿Qué demonios pasaba?
—Ahí está, ya hice mi parte —dijo la voz del Omega.
—¿Lo drogaste Sasori?
—Aja —dijo despreocupado—. Ahora dame esas malditas pastilla, se vino adentro y no quiero crías.
—Pero bien que te gusto que te jodiera con tu supuesto “celo” —dijo burlón—. Te comió el culo, muy rico ¿no? —él pudo olerlo, era otro Alfa como él, apenas miraba el pelo blanco y como agarraba fuertemente el trasero del Omega.
—Vete a la mierda Hidan, si no fuera por ustedes malditos idiotas, que me drogaron para que mi celo viniera no estaría haciendo esta mierda. ¡¡¡Ahora llévatelo!!!
—Aburrido.
Se paró rápidamente en defensa pero todo giró y cayó ridículamente al suelo, el Alfa se acercó agarrándolo del brazo y comenzó a jalarlo mientras él no pudo hacer nada más que tratar de oponer resistencia.
—¡¡Joder Sasori!! ¡¡Bebé, ¿qué le diste?!! —dijo Hidan con burla.
—¡¡Cállate maldición!! Ser puta tiene sus beneficios.
—Y por eso te amamos…
¿Amamos?
Su mente quería resolver todo pero no podía.
Cuando volvió a tener conciencia fue empujado bruscamente a la parte trasera de una camioneta de transporte de carnes.
¿Lo estaban secuestrando?
—¿Cómo te llamas? —preguntó el hombre—. ¡Habla animal!
—Sa-Sasuke…
—Bien Sasukito, ahora cambia.
Él era un Alfa fuerte, muy fuerte de hecho pero estaba hecho mierda y cuando uso la voz de Alfa en él todo se fue al carajo, se transformó dejando ver a un magnífico tigre de bengala albino, solo escuchó un silbido por parte de ese Alfa y después creyó sentir cómo le inyectaba más ¿droga? Ni sabía, él solo gruñó y el hombre se alejó sonriendo y cerrando la puerta al mismo tiempo que él salía corriendo para escapar, pero solo logró golpearse muy fuerte, dejándolo aún más aturdido.
¡Mierda!, pensó en su cabeza.
Su cuerpo pesaba tanto e incluso le costaba respirar y estaba enojado, que decir enojado. Estaba encabronado, quería arrancarle la garganta a quien fuera que le puso las manos encima
Pasaron ¿horas? ¿días?
No lo sabía, cada cierto tiempo abrían las puertas para volver a drogarlo y mantenerlo quieto, se sentía inútil aun cuando era un Alfa.
Cuando al fin abrieron las puertas y vio a 5 hombres parados a su alrededor, no supo cómo reaccionar.
Estaba hambriento, tenía sed, se sentía fatal y la maldita droga era tan fuerte que se sentía excesivamente débil.
Reconoció al Alfa que lo había llevado mientras que el resto eran completamente nuevos, más uno de pelo anaranjado.
¿Eran Alfas? ¿Betas?
No lo sabía, dio un zarpazo al aire en clara amenaza para que no se acercaran, pero esos estúpidos no hicieron caso y trataron de someterlo, ¡a él! A un Uchiha pura sangre.
Y ese fue su fin.
Se removió furioso como la fiera que era.
Lo estaban queriendo meter a un lugar pero él no enfocaba bien, lo que sí logró distinguir fue un brazo y con mucho gusto lo mordió fuerte sintiendo la sangre caliente en su paladar.
El hombre gritó fuertemente y se jaló empeorando la herida. Hidan golpeó fuerte la cabeza de Sasuke haciendo que lo soltara pero de inmediato comenzó a gruñir amenazante y Hidan gruño de vuelta.
—¡¡Vete de aquí Hidan!!
—Pues jodete Pain, ¡¡este tipo es peligroso!!
—¡¡¡Solo enciérrenlo!!! —dijo desesperado.
Y como pudieron lo metieron a la habitación cerrándola con candado. Hidan y Pain vieron como esos hombres corrían lejos de ahí llevándose al herido y gritando como nenas.
—Buen trabajo supongo—dijo Pain.
—No te ves contento.
—¡No lo estoy! Naruto es mío —dijo molesto
—¿Sabes qué? Arréglalo con Konan, ella es la jefa en esto.
—Me vale una mierda eso —gruñó pero Hidan le enseñó que era un gruñido real.
—No trates de hacerte pasar por un Alfa, eres un estúpido Beta, ten presente tu lugar y nunca más en tu vida vuelvas a siquiera pensar en gruñirme, ¡inútil!
Pain rodó los ojos y comenzó a alejarse de ahí.
Odiaba no ser Alfa, por la mañana hablaría con Konan.
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A la mañana siguiente seguía desorientado y un poco ido, la droga poco a poco dejaba su sistema. Se estaba estabilizando, aunque no tan rápido como le gustaría.
Era una droga específicamente contra Alfas, ya que de ser una droga cualquiera su cuerpo la hubiera metabolizado muy rápido.
Gruñó frustrado.
Estaba tirado en el suelo, buscando una posición cómoda para él cuando sintió un adorable y delicioso aroma, se le hizo agua la boca y tuvo un hambre feroz, pero no de comida, si no de sexo, duro y muy rápido. Pudo ver como por las rendijas se asomaba una pequeña cabeza peluda y anaranjada y supo que era un tigre Omega.
Un delicioso Omega.
Un pequeño gruñido nació en su pecho y decidió levantarse, su porte era enorme y amaba ser un tigre, camino hacia las rendijas tratando de enfocarlo mejor y cada vez que se acercaba más, captaba ese olor a dulces, a caramelo con vainilla, y Dios, era delicioso.
Su instinto Alfa estaba fuera y solo veía a ese hermoso Omega debajo de él.
Recibiendo su enorme pe…
Gruñó fuerte y vio como el Omega bajaba la cabeza mostrando su cuello. ¡Oh Dios mío! Cómo quería enterrar sus dientes en esa suave piel y marcarlo como suyo. Comenzaba a respirar fuertemente y estaba volviéndose loco.
Sus feromonas salieron sin controlar llenando el lugar con su olor de Alfa. El Omega se miraba tan pequeñito contra él y tan confundido, con miedo.
Cuando el Omega salió corriendo de ahí se enojó y gruñó fuerte, golpeó con su gran cuerpo la rendija, ¡¡no quería que ese Omega se fuera!!
Era suyo, era suyo y solo suyo.
*
*
*
Actualidad…
—Mierda —dijo ella.
Salió corriendo y llegó a las afueras de la otra habitación que tenía la zona de Naruto y vio a dos Betas custodiando la entrada.
No le importó mucho y los golpeó a ambos, eran grandes —más grande que ella—, pero aun así no tenían la fuerza de un Alfa, y más aún, ella estaba enojada.
Sai venía tras ella cubriendo su espalda.
No pudo evitar soltar su olor a Alfa, los betas reaccionaron de inmediato y comenzaron a pelear cuando al fin los dejos tan golpeados que no recordarían ni su nombre, sonrió satisfecha para luego tratar de abrir esa maldita puerta pero no pudo.
Comenzó a golpearla fuertemente.
—¿¡Qué demonios hace Sasuke ahí!? —dijo Sai.
Ni ella lo sabía.
—¡¡Sasuke!! ¡¡¡Sasuke!!! —gritó ella—. ¡¡Mierda!!
Estaba frustrada al no poder abrir la puerta, Sai comenzó a golpearla junto a ella pero la puerta parecía tan resistente que los dejó adoloridos rápidamente.
—Parece que el idiota de tu compañero se metió en una grande.
—Cállate Sai, ¡¡maldición!!
—Yo solo digo —se burló.
—¡¡¡Sasuke!!!
Y lo único que escuchó fue un gruñido roto detrás de la puerta y ella confirmó que todo estaba mal.