Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Jeho divoké oči (Ojos salvajes) por yue-sama

[Reviews - 852]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 Hola! Muchas gracias por el apoyo como siempre, les quiero mucho. Ya respondí sus rw.

 

he estado muy ocupada, y me duele horrible la cabeza... diablos!! quiero un respiro y dormir mucho...

 

sin alargare mas, aquí el cap.

 dedicado a:

  lyric

—Umm… Sasuke, no… —gimió sin voz abriendo más las piernas y apretujando las sabanas mientras cerraba los ojos con fuerza.

 

 

Sus pechos sensibles se rozaban contra las colchas gracias a la posición en la que estaban, que, a su vez, le permitía a Sasuke apretar fuertemente sus nalgas y trabajar con fervor sobre su entrada lubricada. Estaba tan sensible por el embarazo, que se encontraba a nada de venirse, su pequeño pene estaba erecto y dolía.

 

 

—Delicioso —murmuró ronco, perdido en la vista de la hermosa entrada rosada que pedía por él.

 

 

—Mhmm —gimoteó arqueando la espalda y echando sus caderas ligeramente hacia atrás, provocando que Sasuke sonriera y volviera a comerse esa linda entrada.

 

 

Segundo después, Naruto se tensó completamente mientras se venía con un gritillo causando un gruñido satisfecho en el Alfa y dejando sumiso al rubio, quién enseñó el cuello ronroneando, luego se giró un poco dejando ver su vientre y Sasuke sintió a su tigre alzarse mientras hinchaba su pecho con orgullo, su Omega se miraba hermoso con ese vientre redondo y completamente perdido en la bruma del placer.

 

 

—Eres un Omega hermoso, eres mío —murmuró viéndolo directamente a los ojos y Naruto abrió las piernas gimiendo con necesidad.

 

 

Dios, en los 6 meses que llevaba de embarazo no habían hecho el amor ni una sola vez, así que ambos estaban calientes, y, quizás por las hormonas del embarazo, Naruto estaba muy necesitado de su esposo.

 

 

El Alfa se acercó como el tigre que era, apreciando a su presa dispuesta a ser comida, y no pudo sentirse más satisfecho con ello, mordisqueó la piel de su cuello haciéndolo jadear y arañar un poco sus brazos, estaba ansioso. Se bajó un poco los pantalones —tan sólo lo necesario para poder sacar su miembro—, y se acomodó entre las hermosas piernas de su Omega, para luego, entrar de una estocada gimiendo ronco al sentir la humedad y el calor.

 

 

Se apretó un poco contra Naruto —o por lo menos, todo lo que su pancita le permitía ya que no quería aplastar a su cachorro—, y se movió alzando las caderas de Naruto ligeramente para luego poner una almohada bajo su espalda, buscando que estuviera más cómodo.

 

 

Naruto abrió la boca tratando de recuperar el aire perdido, estaba tan jodido, se sentía lleno, y Dios, eso le encantaba, por lo que ronroneó dócilmente llamando al tigre de Sasuke y este se asomó de inmediato, sus ojos negros cambiaron al frío celeste a la vez que sus colmillos crecían.

 

 

Las penetraciones comenzaron lentas, pero Sasuke no pudo soportarlo, comenzó a penetrarlo cada vez más rápido dejándose llevar por los sonidos que Naruto hacía con esa boquita semiabierta que suspiraba quebrado.

 

 

—Ahh, Sa… mhh… –gimoteó fuerte.

 

 

Sin querer, Sasuke presionó más su vientre y pronto ambos reaccionaron al sentir un pequeño golpecito, el pelinegro se alejó de inmediato y Naruto abrió los ojos asombrado.

 

 

—¿Lo sentiste? —dijo Sasuke asustado—. ¿Le hice daño?

 

 

—Nuestro cachorro —dijo Naruto enternecido—, ¡se está moviendo!

 

 

Sasuke se quedó mudo, desde hace tiempo Naruto admitía sentir pequeños movimientos, pero él no había podido sentir nada, sin embargo, ahora… ahora había sido tan claro como el agua, y fue completamente hermoso, tanto que hasta la calentura se le bajó. Llevó su gran mano al vientre del rubio y lo tocó, sintiendo como su cría pateaba contra la piel, por lo que no pudo evitar bajar su rostro y murmurar palabras, besando la redondez con ternura.

 

 

Si le hubieran dicho que estaría tan feliz y enternecido de tener un cachorro, quizás se habría reído. No había considerado nunca tener hijos, después de todo, él era un hombre de justicia, así que pensó que su vida siempre estaría llena de riesgos y nada de amor, pero ahí estaba ahora, sumamente feliz al saber que la vida le había dado tremendo regalo.

 

 

—Oh, Dios —Sasuke levantó la mirada hacia su Omega notándolo sonrojado a mas no poder—. ¡¡Nuestro cachorro nos escuchó!!

 

 

Sasuke sonrió, su Naruto siempre sería tan inocente.

 

 

*

*

*

 

 

—¡¡Estás enorme!! —gritó Tsunade al verlo—. Dan, ¿tú llegaste a tener tremenda barriga con Daichi?

 

 

—Claro que sí, Alfa —dijo con suavidad—. Fue un cachorro grande, y al parecer, este gatito también lo será.

 

 

Naruto miró a Tsunade y Dan, que habían llegado a visitarlo y a ayudarlo con la habitación de su cría, luego, con algo de pena, se recostó en el sillón ya que con el pasar de los meses se había puesto muy grande y las piernas se le cansaban mucho, de hecho, ahora su bebé apenas lo dejaba dormir por tanto movimiento.

 

 

—Creo que les gustará la sorpresa que les tengo… abran eso —Naruto señaló una caja algo grande y Tsunade sonrió emocionada agarrándola rápidamente.

 

 

Al abrirla notó un hermoso conjunto de ropitas, pero lo que más le llamó la atención fue ver los colores, la rubia alzó la mirada y la intercaló entre las ropitas y Naruto, el Omega sonrió feliz y asintió, entonces Dan saltó de su asiento y fue abrazarlo, estaban felices por ellos.

 

 

—Por un momento pensé que Daichi tendría una novia —dijo Tsunade con falsa tristeza.

 

 

—Puede que sea un novio —dijo Naruto sonriente.

 

 

—Con esa —señaló su vientre—, lo dudo.

 

 

—¡¡Ya llegué!! —entró Kiba cohibiéndose de inmediato al ver a Tsunade, ella era una Alfa que imponía mucho, su aroma era fuerte y estaba seguro de que era de un rango un poco más alto que el de Shino—. Lo siento —murmuró, pero se relajó al ver que la rubia sonreía.

 

 

—¡Bien! ¡¡Pintemos el cuarto de este cachorro!!

 

 

Se tocó el vientre y cantó un poco para su cachorro, hace tiempo que él y Sasuke sabían sobre el sexo de su bebé, un varoncito que seguro sería tan fuerte como Sasuke, de hecho, ya casi no faltaba nada para que este travieso naciera, esos 8 meses habían sido llevados de la mejor manera, no había tenido muchos malestares, más que nada, las ganas constantes de ir al baño en el día ya que su bebé estaba grande y aplastaba mucho su vejiga, fuera de eso los antojos lo mataban, pero no había ningún tipo de dolor físico. No había nada malo y estaba tan contento.

 

 

En el primer embarazo no llegó a tener tremenda panza, pero ahora… se sentía deslumbrante.

 

 

Vio a sus amigos yendo a la habitación y Naruto suspiró feliz al escuchar que todos se llevaban bien, segundos después la puerta fue abierta nuevamente y por ella entró Mikoto, hace tiempo también que ella estaba más seguido en su casa, cuidándolo, y él sabía que su Alfa confiaba mucho en ella y que por eso se lo dejaba encargado.

Al pelinegro casi le había dado algo al saber que Tsunade iba a estar ahí, en la casa, sospechaba que por ese motivo Mikoto había llegado, sonrió con diversión, seguro de que molestaría a su Alfa cuando regresara a la casa.

 

 

Se levantó poniéndose una mano en la espalda baja y aguantando un quejido de dolor —después de todo, él era demasiado pequeño para el peso que llevaba encima—, y sonrió al ver a Mikoto sonriéndole con muchos postres en las manos.

 

 

La acompañó a la cocina y ambos comenzaron a hablar, Naruto le ayudó a hacer el almuerzo para todos en la casa, pero para el final de la tarde ya no le quedaban más energías, así que el pequeño rubio se despidió de los presentes para ir a descansar, no es que se quejara, adoraba tener a su cría en el vientre, pero era muy cansado y hacía que le doliera cada músculo.

 

 

Cuando estuvo en la seguridad de su cuarto se quitó toda la ropa, y se permitió cambiar a su tigre, el suave pelaje brilló bajo la luz del sol que se filtraba por la ventana, sus grandes patas comenzaron a caminar en busca de su nido ronroneando feliz al acostarse sobre todas las mantas y almohadas que tenía. Dios, amaba tanto su nido, era un lugar donde de verdad se sentía a salvo, aunque pareciera un desorden, para él era hermoso.

 

 

Su panza quedó de lado y el estiró el cuello para jalar una camisa de Sasuke, olisqueándola en busca de protección, restregó un poco su gran cabeza felina y luego bostezó, agachó sus orejas y cerró los ojos.

 

 

*

*

*

 

 

Cuando Sasuke entró a la casa olisqueó el delicioso pie de manzana que su mamá hacía, así que supo que todavía estaba ahí.

 

 

—¡Regrese! —informó.

 

 

—Bienvenido —recibió Mikoto y Sasuke sonrió, pero no pudo evitar fruncir el ceño al oler a Tsunade, aunque el aroma era leve podía olerlo gracias a que era un Alfa puro, Mikoto pareció notarlo, así que habló—. Ellos ya se fueron, y debo decir que están haciendo un gran trabajo.

 

 

El azabache no pudo evitar sentir curiosidad, así que se dirigió al cuarto del bebé examinándolo y sonriendo con gusto al ver que poco a poco iba tomando forma, pero tan sólo pensar en su cría hizo que los nervios crecieran, ¿y si no era un buen papá?

—Seré el mejor —se dijo a sí mismo, le enseñaría tantas cosas.

 

 

Regresó hacia donde estaba su madre y notó que sacaba el pie del horno, así que se sentó para comer un pedazo.

 

 

—Tienes que cenar primero y después el postre —regañó la mujer.

 

 

—Pero quiero pie, Ma —lloriqueó y restregó su cara contra la de Mikoto y ella rió feliz.

 

 

—No lo creo, guarda ese pie para después y mejor ve a descansar un poco en lo que hago la cena.

 

 

—Muchas gracias, Ma —se levantó y fue directo a darle un suave beso en la frente a Mikoto, luego caminó hacia la habitación aflojando su chaleco antibalas y sus botas, cuando llegó al cuarto sonrió al ver a su Omega durmiendo enroscado entre todas sus almohadas y mantas, así que, decidido a acompañarlo, se quitó su chaleco, sus botas, su cinturón y la placa, y luego comenzó a desvestirse.

 

 

Se estiró completamente, relajando el cuerpo y cambió a su tigre, el pelaje blanco de Sasuke era hermoso a la vista y sus pesadas patas resonaban al caminar, acercándose al nido, entonces olisqueó a Naruto y lamió su hocico levemente, haciendo que el tigre Omega levantara las orejas y ronroneara más fuerte.

 

 

Sasuke entendía la importancia del nido y nunca se metía sin el consentimiento de Naruto, así que esperó pacientemente a que Naruto abriera los ojos y le diera el consentimiento, cuando eso pasó se acomodó a su lado y dejó que Naruto buscara resguardarse en su cuello —ahí donde su esencia era más concentrada—, mientras que él ponía su pesada pata encima del cuerpo del rubio, para luego lamer con amor su cabeza y orejas haciendo que rápidamente cayera dormido de nueva cuenta.

 

 

Al notarlo dormido Sasuke supo qué hacía bien su trabajo, era un momento tan íntimo, así como un celo, tanto, que si alguien interrumpía ese momento no estaba seguro de poder evitar despedazar a la persona.

 

 

Se frotó más contra el tigre más pequeño, relajó la cola, y finalmente, cerró los ojos.

 

 

*

*

*

 

 

—Dios, Dios Dios…

 

 

—Deja de caminar tanto, ¡me estás estresando! —rugió Tsunade al ver a Sasuke caminando de un lado a otro, como un felino atrapado en una jaula y a punto de atacar. El azabache estaba ansioso y apestaba toda la sala.

 

 

—¿¡Por qué no viene!?

 

 

—No me hagas noquearte, gato —dijo Tsunade justo cuando la puerta era tocada, haciendo que Sasuke fuera rápidamente a abrirla. Podía sentir el dolor que Naruto estaba sintiendo, el lazo era poderoso y eso lo tenía tan inquieto.

 

 

—¿Cómo está Naruto?

 

El doctor entró a la casa notando varias caras, Sasuke se miraba agitado y nervioso y el doctor no pudo evitar sonreír por ello, padres primerizos…

 

 

—Tiene dolor, son las contracciones…

 

 

Sasuke brincó al escuchar el quejido de su Omega y hubiera salido corriendo hacia el cuarto de no haber sido por el doctor, quién tocó su hombro para darle confianza.

 

 

—Tranquilo, todo está bien. Es muy normal cuando los Omegas en labor de parto tienen contracciones. Ahora, si no es mucho pedir, llévame con él, necesito revisarlo y saber si el cachorro viene bien y si el canal de parto ya se abrió…

 

 

—Sí, claro —Sasuke se puso más pálido de lo que era y Tsunade chistó.

 

 

La familia estaba reunida y no era para menos, el primer nieto de Minato y los señores Uchihas venía en camino.

 

 

Sasuke condujo al doctor hasta donde Naruto estaba y se puso rígido al ver al Omega aguantando lo que parecía ser una contracción. El rubio estaba en su nido y apretaba las sábanas, después de todo era normal que un Omega diera a luz en su nido.

 

 

—Bien Naruto, creo que traeremos a ese cachorro a este mundo esta misma noche —el rubio asintió y cuando la contracción pasó pudo sonreír, a pesar del dolor que sentía, estaba muy emocionado, había pasado mucho tiempo leyendo sobre el parto y consultándolo con su doctor, por eso sabía que un canal de parto se abriría en él para poder sacar a su bebé y que eso sería muy doloroso.

 

 

—Voy a revisarte, si ambos me lo permiten, por supuesto —Naruto asintió y Sasuke también cedió.

 

 

Se acercó a su rubio sentándose a su lado viendo como el doctor se arrodillaba y jalaba su pantalón, cuando estuvo libre de prendas, el médico puso su equipo a un lado, se lavó las manos y cambió sus ropas, luego se puso unos guantes de látex y abrió un poco más las piernas del Omega para tantear la dilatación, provocando que Naruto se sintiera un poco incómodo y que Sasuke tuviera que tragarse un rugido, ya que sabía que ese era su trabajo.

 

 

—¿Está todo bien?

 

 

—Todo está bien, estamos más que preparados para comenzar… Realmente estaba muy preocupado por la cesárea previa que tuvo Naruto, ya que no es muy recomendable tener un parto natural cuando se ha realizado una cesaría con anterioridad, pero este cachorro viene con mucha presión y el canal se ha abierto por completo, creo que lo más sano es que lo tenga de manera natural, pero para eso tiene que darme el consentimiento, no puedo realizar ningún movimiento sin su autorización.

 

 

El doctor estaba serio mientras que Sasuke se debatía mucho que decisión tomar, por su parte, Naruto jaló un poco la ropa del Alfa llamando su atención, cuando la obtuvo, asintió sudando y entonces el Alfa asintió también. Después de eso todo fue demasiado rápido o demasiado lento según el punto de vista, concentrándose muchas emociones en el lugar.

 

 

Naruto nunca soltó su mano mientras pujaba, y Sasuke pujaba con él, era inevitable hacerlo cuando miraba como su Omega se esforzaba tanto para traer a su cría, su boca estaba seca y una emoción terrible comenzó a crecer en su pecho.

 

 

El doctor estaba serio haciendo su trabajo con la mayor dedicación posible, y, finalmente, todo el duro trabajo valió la pena cuando escucharon el fuerte llanto de su bebé.

 

 

Poco después, Sasuke pudo sentir el preciso momento en que Naruto se relajó dejándose caer contra la cama con un fuerte suspiro, entonces, besó su cabeza y frente sudadas, y miró al doctor, quien con una enorme sonrisa limpiaba rápidamente a su bebé para luego cortar el cordón umbilical.

 

 

Sasuke sintió que su tigre se removió en su interior, notando orgulloso como su cachorro hacía gala de sus fuertes pulmones.

 

 

Al terminar con el cachorro, el doctor se los entregó para luego volver a cuidar de Naruto, evitando una hemorragia. Sasuke cargó a su cachorro que estaba lleno de fluidos y sangre, pero aún así… era hermoso, se lo acercó a Naruto y el rubio lo miró y sonrió enternecido, después besó su redonda y caliente mejilla y él bebé paró de llorar.

 

 

—Bienvenido, Manato —dijo suavemente cansado.

 

Notas finales:

Bien solo para aclarar, el pequeño manato es referencia a mi sobrino que viene en camino, se llamara mateo, por eso la misma silaba para comenzar el nombre, y también por ello decidí que fuera un varoncito el primer cachorro de naru y sasu.

 

si hay dudas por favor hacerlas.

 

les quiero y nos vemos.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).