Bien quiero explicar algunas cosas antes de comenzar.
Así que por favor LEER ESTO!
Bien, comenzare con que el tigre de Naruto es, color anaranjado, con rayas negras y ojos cafés verdosos, pero en su forma humana es rubio con ojos azules.
El tigre de sasuke es blanco con rayas negras y ojos celestes, humano es pelo negro y ojos negros, por eso cuando me réferi en al cap anterior que ‘’Sin embargo no se dio cuenta de que los fríos y celestes ojos lo habían visto partir.’’
Me réferi a que sasuke lo estaba viendo, como esta en forma de tigre por eso dije celestes.
De ahí tsunade y sasuke son compañeros en la policía, al igual que sai y shino son compañeros, pero en la policía, nada de romanticismos por ninguna parte.
Itachi siempre ha sido un niño bueno ante la sociedad aunque sea un yakuza, y sasuke es un policía. otra cosa, itachi si hizo algo bueno por caruto dejándolo en el zoo, ya que si no hubiera sido así, hubiera acabado como prostituta, y no queríamos eso para mí bebe Naruto.
Lo de minato con itachi todavía no puedo revelar que es lo que pasa.
Una relación alfa x alfa, no es bien vista ya que es anti natural, de por si ellos no pueden atraerse por el olor, ya que su cuerpo ve bien recibir el aroma dulce de un omega no uno agrio y fuerte de un alfa, siempre estará su instinto de dominar y por eso no son compatibles.
Pero hidan y kakzu, no son normales y rompen esa ley natural, ocultan su olor para estar juntos y así no darse asco uno al otro.
Espero que eso sea todo.
Capítulo 7
Habían pasado 3 semanas casi 4 y Naruto estaba feliz, no había visto a Pain durante ese tiempo y todo había vuelto a la normalidad pero algo le decía que su Alfa no la estaba pasando nada bien del otro lado.
Se acercó a la jaula de su Alfa y lo vio ahí parado, pero cuando vio su presencia todo cambió, se acercó y lo escuchó gruñir bajito y eso le gusto, acercó su cabeza a los barrotes y el Alfa sacó su lengua y lamió su cabeza y parte de sus orejas, su Omega chilló feliz al saber que su Alfa le estaba correspondiendo, no les habían dejado compartir espacio y eso lo tenía algo molesto.
—¡Oi Naruto! —escuchó que le gritaban—. Ven aquí, tengo que hacer algo.
Era la doctora que estaba del otro lado esperándolo en su cuarto, tuvo que separarse no muy convencido del Alfa.
Este lo dejó marchar viéndolo con sus ojos fríos.
Llegó en sus cuatro patas a su cuarto y se transformó en humano, la doctora sonrió.
—Recuéstate en la cama.
El obedeció y sintió como la doctora tocaba su vientre.
Quiso moverse y privarle a la doctora de la oportunidad de tocarlo, no le gustaba que lo tocaran si no eran él o su Alfa, era una zona particularmente sensible más si tenía a sus cachorros adentro.
Vio como la doctora sacaba un celular y hacía una llamada.
—Buenos días Konan —dijo ella.
—¿Qué quieres? —dijo fría y escuchó unos balazos haciendo que la doctora se quedara callada—. ¿Qué quieres? —volvió a repetir.
—Estoy con Naruto.
—¿Y bien?
—Siento su vientre un poco hinchado, quiero decir… es una buena señal, das el permiso para hacer los exámenes.
—¡Aghh! —escuchó cómo se quejaba—. Maldito hijo de puta —volvió a escuchar balazos—. Sí maldición, hazlos y después dime si esta preñado o no.
—Bien.
Colgó el teléfono y vio al incómodo rubio por lo que decidió terminar eso rápido.
Agarró la bolsa donde llevaba todos sus instrumentos y sacó una jeringa.
—Bien Naruto puedes sentarte y extender tu brazo —el chico lo hizo—, solo te sacaré un poco de sangre ¿sí?
—¿Es para saber si tengo cachorros?
Ella se sorprendió no esperaba que el dulce Omega supiera eso. Ella solo asintió y al rubio le brillaron los ojos, agarró su brazo y buscó una vena hallándola y pinchando para sacar la sangre.
—Bueno ya me voy —dijo mientras el chico se quedó sobando su brazo, después de todo a quien no le duele un pinchazo.
La doctora salió intercambiando un saludo con la joven Beta que iba entrando, ahora ella era la encargada de llevarle la comida.
La chica lo vio feliz y se acercó.
—Por ser tan bueno, te sacaré un rato —dijo la chica—. Me llamo Hinata.
—Muy lindo tu nombre —dijo, provocando que ella se sonrojara.
—Muchas gracias, el tuyo igual.
Naruto sonrió, era una chica dulce.
—¿Podrías llevarme dónde Gaara?
Ella asintió.
--------------------------------------------------
—¡¡Gaa-chan!! —entró dando brinquitos y Gaara lo miro tranquilo—. Ahora sí, termíname de explicar.
Gaara miró hacia todos lados, intranquilo, mientras el rubio se acostó en la cama del pelirrojo.
—¿Tienes límite de tiempo?
—No, Pain ya no está aquí —Gaara asintió y se acomodó para poder contarle todo a Naruto.
—Recuerdas que te conté que había pasado una guerra… ¿Sabes qué es la guerra Naruto?
El mencionado negó.
—Una guerra es donde hay muchas muertes, mucha maldad, soledad y desesperación. Te voy a contar lo que este mundo ha sufrido por las estúpidas decisiones de sus habitantes. Los Omegas siempre fuimos muy codiciados, ya sea por lo exóticos olores que tenemos, lo indefensos que nos vemos, o lo bonitos que somos. Antes todos vivíamos unificados, tanto Betas como Alfas y Omegas. Era una gran nación en cada país era lo mismo, hasta que los Alfas quisieron dominar sobre todos, quizás por ser más fuertes pero a los Betas no les pareció absolutamente nada, queriendo negarse a lo que la jerarquía dictaba.
La competitividad que surgió de los Alfas y Betas fue tanta que estalló una guerra.
Unos buscando no ser oprimidos por los Alfas y los otros buscando ser los líderes de la manera “correcta” según ellos, pero la verdad es que por la estupidez de los Betas y Alfas hubo mucho caos, luego los Betas quisieron robar los Omegas de los Alfas para derrotarlos y eso no salió nada bien, todo se descontroló.
Recuerdo… haber visto a bebés siendo asesinados por las frías manos de los Betas.
Las casas siendo destruidas por los Alfas.
Y a los Omegas sufriendo por las pérdidas que habían, pérdidas que nunca más iban a regresar.
Había tantas armas y tantas cosas, que por un momento todo el mundo se unificó, para estar en esos dos bandos.
Algunos Alfas que no estaban de acuerdo con todo lo que pasaba, decidieron parar todo y poco a poco lo lograron pero ya todo el daño estaba hecho. En la batalla se habían perdido a más del 50% de los Omegas y hubo una crisis de natalidad.
Muchos Alfas murieron de depresión al ver que sus Omegas habían muerto y se les culpó del crimen de muerte y secuestro de Omegas a los Betas, por lo que decidieron que en cada país, la región se dividiera en dos, ambos lados muy lejanos uno del otro, en uno estarían los Betas y en el lado contrario estarían tanto Omegas como Alfas.
Así se evitaría cualquier riesgo.
La guerra solo duró un año, pero eso fue suficiente para destruir muchas vidas, matar tantas almas y derramar tantas lágrimas.
—¿El mundo está destruido? —preguntó con temor.
—No, ha pasado el tiempo desde entonces, de eso no hay duda. Ya no hay tantos recuerdos de eso, yo tenía 5 años cuando todo pasó, hace 20 años. El mundo se regenera.
—Es muy triste.
—Lo es… Por eso tanto Alfas como Betas son peligrosos, no te dejes engañar… Toman decisiones estúpidas.
—Gaa-chan —dijo bajito—, ¿perdiste a alguien? —bajó la mirada al ver como Gaara se congelaba.
—Sí… —guardó silencio por un tiempo y Naruto estuvo a punto de pedir perdón por ser tan entrometido—. A mi mamá…
—¿Tu papá…?
—No —dijo rápido—, mi papá es un Alfa fuerte y sobrevivió al perder a su Omega pero se desvió del camino y se hizo una persona muy mala, arrastrándome con él, y por eso, yo tampoco soy bueno Naruto… Puede que te esté mintiendo, no confíes en mí.
—¿Qué…?
—Naruto —dijo una suave vocecita y vio a Hinata asomarse—, tenemos que irnos.
Gaara lo fulmino con la mirada y él se quedó mudo…
Se dio la vuelta y comenzó a caminar, cuando estuvo a punto de irse, vio hacia atrás y pudo notar cómo una lágrima bajaba por la cara del Omega pelirrojo.
—Gaa-chan…
--------------------------------------------------
Al fin su cuerpo estaba libre de drogas, por lo menos en esas 3 semanas que había estado ahí, había recuperado el poder sobre sí mismo, no entendía por qué no lo habían seguido drogando pero tuvo el tiempo suficiente para pensar, ya iban para la 4 semana y Tsunade no se había aparecido y eso quería decir que no tenía ayuda para escapar. Tenía que comenzar a planear como salir de ahí sin dejar al descubierto que era policía.
Pero había otro asunto que lo tenía un tanto acelerado y no muy a gusto. Podría tener cachorros y si era así no iba a mover ni un solo pie fuera de ahí, no hasta que los viera nacer.
Aun recordaba cuando había salido de su trance y había visto la carta, tuvo que cambiar a su forma humana para poder agarrarla y leerla, se había sentado en un rincón y había leído las indicaciones de Tsunade y algo más…
“No sé si lo recordarás pero compartimos mi celo y pueda que tenga cachorros en mi vientre y estoy muy emocionado”
Decir que sintió tantas cosas al leer eso no era mentira, sorpresa, enfado y ternura…
Ese Omega se leía dulce, así como su aroma, recordaba pedazos de ese celo que mencionaba, nunca en su vida había tomado a alguien en su forma animal pero todo estaba tan descontrolado en su sistema que lo único que le importó fue marcarlo como suyo.
¿Cómo sería ese dulce Omega?…
Quería verlo, hablar con él. Ver su vientre y oler a su cachorro, si era verdad.
Ahora la mayor parte del tiempo la pasaba en su forma de tigre, así los Betas que lo visitaban no podían hacerle hablar, él era un Uchiha y era testarudo como el mismísimo diablo.
No le iban a sacar nada de su boca, a veces llegaban exigiendo saber quién era y de dónde venía pero el muy chulo solo les gruñía y se iba a acostar, claro que no iba a cambiar a humano o por lo menos no hasta salir de esas cuatro paredes que le retenían.
Una semana más paso y otra vez pudo ver como ese Omega llegaba a su jaula en forma de tigre y ponía un papel en el suelo.
Se acercó rápidamente notando el dulce olor a vainilla, su Alfa arañaba su pecho queriendo tener a ese Omega a su lado, era suyo, suyo y de nadie más. Soltó su aroma para cubrir el pequeño cuerpo del Omega y lamió la cabeza peluda que Naruto le ofrecía.
Le encantaba escucharlo ronronear por él.
No pudo hacer nada cuando el otro tigre se alejó de ahí.
Arrastró el papel, estaba vez solo era un pedazo pequeño y no con muchas letras, pero sin duda lo dejó sin aliento…
“Tendremos cachorros”