-¡espabila!- escucho un grito y por pura suerte logra esquivar el ataque, al reaccionar rápidamente lanza un ataque de huesos en dirección de la que provino la anterior lanza azul, aquella chica pez, Undyne esquiva el ataque sin problemas y mira con enfado al esqueleto que parece más distraído de lo común
-que el estúpido montón de huesos inservible haya desaparecido no significa que puedas andar por ahí holgazaneando- le reclama aumentando la agresividad de sus ataques, aunque, de cierto modo le sorprendía ver que Papyrus ni siquiera haya intentado darle un insulto o algo mas, simplemente, se mantenía callado, demasiado serio para su propia forma de ser
-acabamos por hoy- finaliza un rato más tarde, Papyrus solo asiente y marcha, sin exigir más entrenamiento, sin preguntar por la siguiente sesión, solo marcha, mas perdido en sus propios pensamientos que en lo demás, Undyne le ve con enfado mientras marcha
-te dije que hicieras algo con el idiota montón de huesos, matarlo era la mejor piedad que pudiste mostrarle en su momento, ahora tal vez ya esté muerto sin ti- se burlo regresando a su casa, aunque podía sentir la presencia de la mirada del esqueleto más alto, no se contuvo, siguió caminando hasta desaparecer tras su puerta, riendo burlonamente de saber que le ha golpeado en su “orgullo”
Papyrus ni siquiera dijo nada al respecto… odiaba saber que Undyne tenía razón, debió de matarlo, de marcarlo aun mas… pero no lo hizo, aun cuando debió de dejarlo atado a la cama con cadenas y con sus brazos por detrás, así jamás hubiera escapado de su lado… pero no, ahí iba él como imbécil únicamente a dejarle el collar y la correa, pero sin una mano que sujetase la correa… y ahora, el estúpido de su juguete y mascota ahora estaba desaparecida
Han pasado solo 3 días… 3 putos días donde no ha recibido ni una sola señal del imbécil costal de huesos… si bien, al principio trato de verlo como algo bueno, trato de ver que así, por lo menos dejaría de preocuparse por cuidar su culo, ahora notaba la casa un tanto deshabitada, más fría y vacía de lo normal… sin mencionar que el humano preguntaba seguido por Sans y preocupado se quedaba pensante…
Papyrus solo podía mascullar y maldecir por lo bajo el nombre de Sans… deseaba poder tenerlo de vuelta una vez más, para enseñarle quien mandaba, para educarlo más rigurosamente, para que comprendiera que si él le decía “salta” el otro solo debía preguntar “¿Qué tan alto?” si le decía “canta” Sans debía de responder “¿En qué tono?” y así… pero no… ahí iba y dejaba una estúpida nota donde decía que no volvería nunca más…
-escapaste como un cobarde- grito furico mientras arrugaba en su mano la nota que había portado desde ese día en sus bolsillos, leyendo una vez más la manera indignante en la que el contrario había dicho que se iba, aun sentía la ira recorrer su cuerpo, llenándolo de energía destructiva… incluso había olvidado que ya estaba en su casa, solo se avoco a lanzar un poco sus huesos, notando pronto que estaba destruyendo su propia casa, se detuvo, solo por el saber que estaba destrozando su hogar
Respiro profundamente, mas cansina que nada, dejándose caer pesadamente en el sofá, miro al techo de su casa, perdiendo su mente en cualquier momento de su pasado o cuando podía tomar a Sans sin importar el momento… le gustaba ver sus sonrojos o esa forma sumisa de comportarse… incluso lo que más le gustaba era cuando gemía como un cachorro pidiendo por atención, cuando le pedía que fuera más rudo o cuando suplicaba por que fuera amable… le encantaba romperlo “hasta los huesos” cuando se trataba de sexo… suponía que al hacerlo dejaría de aparecer con Grillby y así se quedaría solo con el… que, incluso esa flama morada que tanto despreciaba comprendería que Sans ya tenía “dueño” en más de un sentido…
Su vida ¡Su propia existencia ya le pertenecía! Por eso le puso el collar, por eso la cadena… para demostrar que ya le pertenecía a alguien… que era su sumiso, que nunca pondría una mano en su contra… y cuando lo maco, más allá de lo que “carnalmente” se debería, supuso, que solo así, realmente lo poseería para la eternidad, que nunca podría alejarse, que, siempre tendría Sans dueño y ese no sería Grillby o alguno de esos imbéciles que iba detrás suyo sin que el imbécil saco de huesos se diera cuenta…
Incluso en alguna ocasión recuerda que pudo ver como el mismo Mettaton iba detrás suyo y no precisamente para poder molestarlo… le llenaba de ira saberlo pero prefirió a él, solo tomar su cuerpo, volverlo otro juguete mas de su colección, siempre, logrando llenar de odio tanto a su… SU Sans como a ese Mettaton, así, alejaba discretamente a otro “depredador” de SU presa…
Por que Sans era solo suyo, de su pertenecía y de nadie más…
-nye… y aun así… tu… bastardo idiota- mascullo con odio, enterrando sus afiladas uñas en las palmas huesudas de sus manos, respiro cansado, molesto y por fin, moviéndose de la entrada, viendo de paso que en una mesita que tenían, había una nota… algo confuso, se acerco pues, hasta donde recordaba, no había tomado notas ese día y menos lo había dejado en un lugar tan descuidado como ese
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No estoy muerto… para tu desgracia
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Era todo lo que decía, pero incluso, esas simples palabras, parecieron entregarle una extraña energía que le hizo volver a leer la nota otra vez, una y otra y otra y otra y otra vez… no había duda, era la letra de Sans, y solo decía unas cuantas palabras… solo 2 malditas he infernales palabras que inconscientemente le hicieron sacar una sonrisa
Sans aun no estaba muerto…
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-¿Qué haces Red?- escuche desde mis espaldas, al girar pude ver al mismo chico que había salvado el día que llegue a este lugar… su nombre era Nick y desde que le salve la vida, se apego a mí como si yo fuese su hermano mayor… no me molestaba ni un poco la idea pero… todo lo demás había ocurrido demasiado… “¿pronto?”
Aunque le había dicho por primera instancia a Nick, mi verdadero nombre, cuando la gente que nos rodeaba pregunto por eso, yo, simplemente dije que me llamaba “Red”… si, no era el nombre más ingenioso de mi vida, pero era preferible… así, si en algún momento, llegase a suceder que mi “jefe” llegase a encontrar este lugar (cosa que ya rogaba por que fuera improbable) por lo menos, le costaría trabajo poder dar conmigo y por consiguiente, yo tendría el tiempo suficiente para alejarme de el
Claro, el pequeño y su inocencia pregunto por mi cambio de nombre, y al menos solo guardo silencio cuando le dije que no quería que nadie supiera mi “otro” nombre. El accedió amablemente llamándome igual que los demás, así, comencé en este pueblo una nueva vida
Poco más tarde de las bienvenidas cálidas y la gentileza de la gente, me entere que, en este mundo subterráneo existe una gran ciudad… ciudades por doquier, no importa hacia donde fuera, siempre habrían ciudades que se sustentan por sí mismas… la presencia de algo como el sol no era importante ni vital en este sitio; además de que, según tengo entendido, aquí, humanos y monstruos convivieron tanto entre ellos que al final, ambas razas se habían entremezclado tanto que ahora todos eran una hibridación de ambas razas, ya no existían humanos ni monstruos como tal… supongo que de ahí, la forma humanoide de muchos de los presentes, como el pequeño Nick
Y aun así, lo curioso fue que, a cambio de cuerpos más fuertes, su magia se iba deteriorando a tal punto que estas generaciones actuales ya casi no mostraban una gran cantidad de magia, incluso “el más poderoso” no lograba el nivel ni de un sub jefe… así que, realmente eran débiles aquí abajo… presa fácil para una invasión. Otra cosa que denotaba mucho, era su completa inocencia, su falta de fuerza tanto física como mágica, su inteligencia era promedio, pero debido a su gran inocencia y una vida llena de paz desde hace muchos milenios, eran realmente inocentes; no comprendían palabras endoble sentido, se confiaban ciegamente de lo que otros decían… incluso, aun cuando intente en dado punto, pelear contra alguien, estos se negaron rotundamente
Fue solo entonces que comprendí… este mundo era tan diferente al mío, que no podía dejarlo sin protección, aun cuando realmente, quien necesitaba protección era yo
-entonces ¿Qué hacías Red?- escuchar por segunda vez su pregunta me saco de mis pensamientos y sonreí levemente, desviando mi mirada a mi cuaderno de notas
-solo escribo una bitácora, pero ya he acabado- le dije cerrando la libreta y finalmente guardándola en mis cosas; el mismo día que llegue, Nick acepto a recibirme en su hogar, sorpresivamente era huérfano, no sabia absolutamente nada de él, ni de su pasado, solo que un día había aparecido en ese pueblo y que todos le trataban como si nada, incluso se ayudaban entre ellos, cosa, que de cierto modo me era fastidiante. Un mundo completamente diferente al que yo conocía y aun así, aunque el ambiente era agradable, yo aun pensaba si ese imbécil costal de huesos flacos se preocuparía siquiera por mí… así que, aposte el día de ayer por una locura…
Dejar una nota en la casa. Gracias a las habilidades de la Data Madre solo tenía que abrir un portal dimensional que me dejara dejar la nota y asunto arreglado, no espere a ver su reacción, no me intereso, solo deje la nota. Hoy también dejaría otra…
-vamos Red, hay que ayudar en este lugar para que todos podamos comer- me dijo mientras tomaba mi brazo y me halaba con él, hacia el exterior de la casa
-¿A dónde me llevas?- le pregunte confundido, enarcado un ojo, el solo mostraba una radiante sonrisa mientras me guiaba hacia las afueras del pueblo donde estaban las zonas de cosecha… ahí, gran parte de los habitantes estaban, ayudando a sembrar… y fue entonces que comprendí a lo que se refería… aquí, todos hacen de todo para la supervivencia de todo el mundo… no habían egoístas o gente que solo viera por si misma… suspire hondamente, no estoy acostumbrado a este tipo de vida
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Al 4º día, Papyrus regresaba como de costumbre de sus rutinas, incluso de tratar con el humano, cuando vio en la sala de su casa una nueva nota, camino rápidamente hasta esta y lo tomo, igual que el día de ayer, venia otra nota con la misma letra de Sans
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Sigo vivo
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Si bien no era mucho lo que decía, por lo menos era algo, por lo menos, así sabia que el contrario seguía vivo, aun cuando no supiera si estaba bien o no, no sabía realmente si le interesaba… pero ya sentía un gran alivio con el simple hecho de saber que estaba aun “con vida”…
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Los primeros días se vuelven por fin la primera semana desde que ha escapado de su “jefe”, aun y con todo lo pasado… no había día que Sans no enviara a la misma hora una pequeña y diminuta nota diciendo “sigo vivo” o “aun no estoy muerto” se negaba a decir otra cosa que no fuera eso, se negaba a volver a tener contacto y por lo mismo, se negaba a buscar si es que Papyrus le dejaba alguna nota, por parte del esqueleto mas alto, este solo esperaba en su casa por mas noticias de Sans, aun negándose a escribir o a verlo
Incluso, poco a poco comenzaba a cambiar su rutina, con tal de poder ver la nota en el momento y ver si Sans estaba tan siquiera cercas; pero ni con las cámaras de vigilancia de Alphys o con la ayuda del perro molesto a quien todo el mundo creía como la “Data Madre” podían ubicar a Sans… aquello se volvía molesto y exasperante para el esqueleto más alto que, simplemente mandaba todo al diablo y seguía “como si nada”
Y sería “como si nada” de no ser por un pequeño detalle. Una segunda y muy poderosa razón por la cual Sans no había dicho nada más que una señal de vida diaria… la razón era… una criatura que se “Suponía” ya no estaba más…
Flash Back
Se encontraba “como de costumbre” ayudando a alguien; aun cuando decía, se decía, que no iba a ayudar, que no era su asunto, la amabilidad de las personas le hacía cierto “corto” en su personalidad y le obligaba a ayudar sin chistar, incluso, se podía decir, que comenzaba a actuar como un tsundere tímido por su propia manea de actuar
Le llenaba de molestia y diversión el saberse, el autoproclamarse mentalmente como un jodido tsundere por su forma de actuar… debía admitir que le gustaba la vida que comenzaba a tener, era confuso y difícil acoplarse pero todas las personas le trataban de un modo bastante gentil, se podría decir, que era él, el salvador y el héroe del pueblo pues en varias ocasiones ha ayudado y prevenido accidentes, incluso Sans admitía que era un lugar agradable para pasar el resto de su vida
Estaba ese día ayudando en los campos, ahora era el último, mas por placer, terminando de gozar la poca luz que comenzaba a oscurecer, ellos habían recreado la luz del sol y tenía el mismo horario que en la superficie, eso ya era algo, sin mencionar que, aun siendo la Data Madre, sin los constantes abusos de su hermano, ya no se sentía tan cansado, así que podía ayudar aun más que antes
Caminaba tranquilo, a sus anchas, con sus ojos cerrados y sus manos ocultas tras sus bolsillos de la chaqueta, respiro hondamente la brisa fresca del atardecer, deteniéndose solo unos momentos de su camino al recordar el collar sobre su cuello, aun se pregunta por qué no se la ha quitado, es un muy amargo recuerdo que no quiere recordar y aun así… en todo ese tiempo nunca se lo había quitado, ni siquiera cuando se bañaba… valla, el recuerdo de su hermano estaba muy marcado en sus huesos…
Prefirió seguir caminando, tratando de olvidar los malos momentos, pero algo llamo su atención y le hizo frenarse de golpe, abriendo sus ojos, dio un par de pasos hacia atrás, aun sus huesos blancos se volvieron aun mas blancos de lo posible, comenzó a negar, a parpadear tan rápido podía…
-no… tu- tu no deberías de estar aquí!- dijo sorprendido, casi gritando y finalmente cayendo de trasero
Frente suyo, en su mirada, podía ver perfectamente a quien, se “suponía” había desaparecido en el “núcleo”… el doctor… W.D. Gaster… estaba ahí, frente de él, viéndolo con diversión en su demacrada sonrisa retorcida y aun espeluznante; Sans trago en seco, poniéndose de pie de inmediato y preparándose para pelear de ser necesario, ahora puede recordar momentos para NADA AGRADABLES con el mencionado esqueleto, anterior científico del rey y… la razón de que el existiera en primer lugar…
-¿te sorprende tanto que me veas?- pregunto con sorna clara, sonriendo de ese modo perturbador ante Sans, y sin embargo, molesto, su ojo derecho se activo de inmediato
-tú no deberías de seguir convida… Gaster- mascullo molesto, dando un paso al frente para encararle, aunque pudo observar la risa burlesca del contrario quien asentía burlesco, después de todo, ¿Cómo olvidar una de las reglas de la Data Madre
*Todo ser PELIGROSO ante la Data Madre será “borrado” de la Data Madre*
Y claro, el científico Gaster ya se había ganado por mucho rato que la misma data le viera como un potencial peligro, así que, había tenido que tomar sus medidas de precaución… en todo caso, ocupar a Sans en modo genocida para que desapareciera a Gaster del mundo, lanzándolo al único lugar que podría detenerlo, el único, donde la propia Data Madre lo mantendría encerrado… el núcleo
Pero ahora, en ese preciso momento Sans y la Data Madre podían ver perfectamente al primer esqueleto, por supuesto, la Data Madre se ha activado de inmediato colocando en modo genocida a Sans, preparado para la batalla contra la “amenaza potencial” sin embargo, la sonrisa imperturbable y con dobles intenciones de Gaster no desaparecía, solo reía nasalmente mientras mostraba ambas manos agujereadas
-¿acaso piensas que haciendo lo mismo otra vez podrás ganarme de nuevo? No soy como esa excepción a la que tanto desprecias- se burla agitando una de sus manos, imitando el querer alejar algo de su rostro, Sans gruñe por lo bajo, lanzando su primer ataque sin previo aviso, Gaster es atravesado, pero, incluso Sans puede ver que el ataque, aunque le ha dado, no ha bajado ni un punto de su vida… el ataque le ha atravesado sin daños…
/error… ataque fallido/ puede escuchar en su interior la voz de la Data Madre, el siente una irrefrenable ira que nace de tan solo verle… aun si fue predicho por la Data Madre que el naciera, no le agrada la forma ni lo que paso después de haber nacido, y aunque no tiene muchas ganas de rememorarlo, solo observa fijamente al contrario
-no me interesa pelear contigo- dice despectivo, mostrando lo “poco” que significa el mismo para el contrario, Sans siente el rechinar de sus dientes mientras le observa con enfado, suficiente tenia con que su hermano Papyrus le dijera en todo momento lo poco que valía y lo inútil y torpe que era, como para que volviera Gaster a decirle lo mismo otra vez, como si el tiempo nunca hubiese pasado para ellos 3
-no dejare que le pongas un dedo encima a Papyrus si es lo que piensas…- masculle molesto, rememorando apenas como un flash, la imagen de su pequeño hermano aun “dormido” dentro de una capsula criogénica idéntica a la suya propia…
-te lanzare una vez más al maldito núcleo si con eso me deshago de ti para siempre- sentencia señalándolo decididamente, Gaster ríe esta vez de un modo más sonoro mientras se hace ligeramente hacia atrás y por fin, después de lo que Sans observa como una enfermiza y retorcida risa burlona, el mayor regresa, con ese rostro demacrado y ligeramente deforme, lo observa
-si sabes lo que les conviene… vendrás conmigo- esta vez amenazo… Sans sintió un desagradable escalofrió trepar por su columna, pero al ver como corría el pequeño niño Nick desde detrás de Gaster saludándolo alegremente le hizo tener que bajar la guardia rápidamente, Gaster sabía bien de donde tomarlo, sabía que, aunque Sans era una “brutal arma asesina” tenia cierto apego por las cosas “tiernas, lindas y pequeñas” como lo eran los niños, los infantes como lo fue alguna vez él y… entre más inocentes, mas le costaba acabar con sus vidas
Por lo tanto, Gaster ya debía de saber que ese pequeño niño de cabellos plata era su punto débil… Sans sopeso las cosas, si Gaster podía estar en cualquier lugar a la vez, escuchando y viendo todo sin problemas “de antemano sabia de eso” significaba que ya sabía del pequeño… para su mala suerte, sus ojos apagaron ese color carmesí y colocando sus manos tras sus bolsillos de la chaqueta, comenzó a caminar hasta estar a un par de pasos frente del esqueleto más alto quien, soltando un suspiro de satisfacción asintió
-muy bien, así me gusta… nos veremos pronto- y ante la sorpresiva mirada del pequeño niño y de un Sans bastante irritado, Gaster se disolvió como a una ilusión, Sans gruño por lo bajo y el pequeño Nick se acerco hasta el esqueleto preguntando por lo ocurrido, sin embargo, Sans solo se mantuvo callado, cambiando rápidamente el tema y distrayendo al pequeño
Para su desgracia, esa misma noche, Gaster apareció frente suyo, cuando ya todo el mundo dormía plácidamente… y ante Sans, el sentimiento de volver a ser preso, apareció amargamente…
Fin Flash Back