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ME ENAMORE DE MI SECUESTRADOR por Samy_DBS

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-Gracias por su compra, vuelva pronto. –Forzó una sonrisa, la ultima de esa jornada. Suspiró. –Por fin, ya estaba exhausto. –Se estiró haciendo sonar algunos de sus huesos.

 

Se quitó el pequeño chaleco de uniforme de la tienda y tomó su mochila, y como no, ya se encontraba su compañero Lee listo para iniciar su jornada con una gran sonrisa.

 

-Nos vemos Lee. –Se despidió con un ademan de manos, este se lo correspondió de forma muy exagerada.

 

Con un suspiro salió por fin de la dichosa tienda, comenzó su caminar rumbo a su casa.

Sin que el rubio lo notara un auto comenzó a avanzar siguiéndolo sin ser sospechoso ante las miradas de las personas que transitaban allí.

 

Se colocó los audífonos para tratar de relajarse, estuvo cerca de cruzar la calle e ir a la parada para abordar el transporte publico que lo llevaría a casa, sin embargo dobló la esquina para ir directo a una pequeña tienda de mangas, compró los más recientes.

Al salir de la tienda fue a otro lugar para fotocopiarlos y posteriormente venderlos en su escuela.

 

Ahora se encontraba cruzando una calle solitaria, se detuvo de golpe al ver que un auto negro se detenía frente a el de forma brusca.

 

-¿Pero que demonios…? –Retrocedió espantado al ver que la puerta se abría, se disponía a correr lejos del peligro sin embargo un sujeto lo amordazó con un trapo impregnado de cloroformo dejando a Naruto débil y en menos de un parpadeo aquel auto había arrancado llevándose consigo al rubio.

 

-Fue muy sencillo, me pregunto que es lo que quiere Lord Orochimaru con este pobre diablo. –Mencionó una mujer con gafas y un gesto de molestia en su rostro.

 

-Pues quien sabe, ese viejo cada día está más loco, al igual que tu Karin. –Dijo el chico que manejaba el auto.

 

-¡Cierra la Boca bastardo! –Gritó alterada. -¡Dile algo!- exigió al peli negro que presenciaba con indiferencia.

 

-Basta Suigetsu, Karin… -los miró a ambos. –Dejen de cuestionar las ordenes de Orochimaru y concéntrense, Jugo nos está esperando. –Ambos rápidamente guardaron silencio para evitarse problemas con Sasuke.

 

El auto salió de la ciudad y se dirigió a uno de los terrenos desolados y solitarios de la zona, donde había una pequeña casa de madera en pésimas condiciones.

 

-Es aquí. –Aseguraron mientras bajaban del vehículo. –Tráelo Suigetsu. –Ordenó Sasuke con voz seria mientras el y Karin se adentraban a la casa.

 

Suigetsu hizo lo que le ordenaron y le hecho un vistazo al prisionero inconsciente, realmente estaba “bueno”.

Sonrió para sí mismo ante sus pervertidos pensamientos. –Creo que si soy un enfermo. –Soltó con burla a su persona.

 

Mientras que Sasuke y sus compañeros ya estaban dentro del enorme sótano de esa casa aparentemente destruida.

-Escucha Sasuke, Orochimaru dijo que estuvieras pendiente pues el te daría la orden de matar a la victima en cualquier momento. –Dijo serenamente Jugo.

 

-Comprendo. –Se limitó a decir.

 

-¡Ya estoy aquí! –Bajó Suigetsu con el rubio prisionero en brazos, Karin puso un gesto de desagrado al verle.

 

Jugo miró al muchacho, realmente no se le veía ni con ropa cara ni artilugios valiosos. -¿Por qué Orochimaru querrá a este joven? –Preguntó.

 

-Lo mismo me pregunto. –Formuló Karin. –Estoy segura que no tiene ni donde caer muerto. –

 

El callado Sasuke llegaba a la misma conclusión que sus acompañantes, le dirigió una mirada al rubio, había algo especial en ese chiquillo eso seguro. Se levantó del sofá en donde había permanecido.

 

-Muy bien basta de parloteo y atenlo. –Ordenó de forma tajante.

 

-¡Deja de dar ordenes! – Gritó exasperada la pelirroja.

-Enseguida. –Tanto Jugo como Suigetsu acataron la orden sin chistar a lo que Karin tuvo que unírseles.

 

-Debemos comenzar. –Sugirió Jugo pidiendo autorización del peli negro, este solo asintió.

 

-Bien, yo empiezo. –Karin se acercó a Naruto el cual estaba atado a una silla. -¡Despierta! –Al decir esto lo golpeó fuertemente en la cara.

 

Debido al fuerte impacto Naruto despertó al instante sintiéndose mareado, mientras su mente se estabilizaba logró recordar aquel asalto hacia su persona, intentó por inercia levantarse pero las ataduras de manos y pies se lo impidieron.

-¿D-donde estoy? –Fueron las únicas palabras que pudo pronunciar.

 

-Aquí las preguntas las hacemos nosotros Uzumaki. –Aclaró el peliblanco.

 

Un incontrolable pánico invadió al ojiazul pues estaba a merced de terribles personas, sus padres seguramente estaban preocupados buscándolo y el solo pensar que su vida colgaba de un hilo solo empeoraba las cosas. –P-por favor, no sé que es lo que quieren pero les suplico me dejen ir yo no tengo nada para ofreceros. –Rogó con los ojos vidriosos.

 

-Ternurita…, créeme que quisiera hacer eso pero tenemos ordenes que cumplir, no es nada personal. –Sonrió cínicamente Suigetsu.

 

-Ahora escucha bien, si no quieres morir tendrás que hacer todo lo que te pidamos. –Explicó Karin ya fastidiada de la situación.

 

Despues de dar un largo suspiro endureció su mirada. –Karin, Suigetsu, Jugo. Váyanse, Orochimaru me dejó a cargo de esto. –Ordenó con una mirada inexpresiva.

 

Los tres hicieron lo pedido rápidamente pues sabían que si el mismo Orochimaru había dejado este asunto a Sasuke eso solo podría significar problemas.

 

Naruto solo se dedicaba a temblar en su sitio, su organismo estaba a punto de colapsar pues ya habían sido suficientes emociones juntas.

 

-¡Hey, levanta la mirada! –Le ordenó de forma seca. Sin embargo el otro ni siquiera se inmutó por el tono. Y Sasuke no iba permitir esto, tenía que marcar su autoridad. -¿¡Acaso eres sordo!? –Sin previo aviso pateó en el estomago al rubio provocando que la silla cayera.

 

El otro solo dejó escapar un gemido de dolor, ese golpe no se lo esperaba. El pelinegro se agachó hasta la altura del otro y le levantó la cara tomándolo fuertemente del cabello.

-¿Vas a seguir ignorando mis ordenes? –Naruto apenas pudo negar con la cabeza. –Perfecto, ahora respóndeme. ¿Dónde esta Minato Namikaze? –apretó el agarre en la cabellera rubia.

 

Dar información de su padre, eso ya era otra cosa, el conocía el antiguo trabajo de su progenitor y sabía perfectamente el porque este solía “esconderse”, ni loco pondría en peligro a su familia. –Púdrete. –Soltó con odio.

 

Sasuke lo soltó. –Me dijeron que te mantuviera con vida, sin embargo creo que podré divertirme un rato. –Al decir esto volvió a golpear el rostro de Naruto. –Nadie, nunca me ha faltado al respeto de ese modo. –Dio un rodillazo en el abdomen del Uzumaki haciéndole escupir sangre. Y una lluvia de patadas e insultos cayó sobre la victima sin embargo Sasuke supo que debía parar, ya había sido suficiente.

 

Lo desató y el pobre rubio no podía ni moverse lo arrastró sin ningún cuidado hasta unas cadenas incrustadas en la pared asegurando  sus pies. –Ahora estarás ahí, te dejaré descansar para que reflexiones sobre tus decisiones, dentro de unas horas volveré a preguntarte y espero la respuesta que quiero escuchar. –Amenazó mientras se limpiaba las manos de un trapo y se iba a otra habitación del sótano.

 

De sus labios aún escurría sangre y en sí todo su rostro estaba lleno de moretones y heridas. De sus ojos celestes resbaló una lagrima de amargura e impotencia. –Maldición ese tipo me dejó muy lastimado. –Se quejó mientras intentaba moverse.

 

-Ya veo, así que ese tal Minato Namikaze tiene información valiosa de Akatsuki, una gran oportunidad para encontrar más rápido a ese bastardo. –Decía con rencor en su voz. –Entonces eso quiere decir que ese rubio me será muy útil. –Pensó con malicia.

 

CONTINUARA…

 


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