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El internado Omega de Domino por MizaiTan

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Notas del capitulo:

Hola! Si, sigo viva. Lamento demasiado la tardanza pero la verdad es que la razón el año pasado fue por mi tesis de grado, descuidé todos mis fics. Y este año es por una razón médica y tambien sentimental. Si están curiosos de ese ultimo la verdad lo detallé en mi ultimo capitulo de la nueva vida.

¿Qué onda, chiquitilines? La verdad este capitulo al parecer lo habia empezado en septiembre, solo un par de paginas pero no recordaba, cuando leí lo que tenía no me gustó y decidí empezar otra vez.

Lo edité unas tres veces después, espero les guste.

Ese tipo era un idiota. Claramente mentía. Había vivido en Egipto toda su vida, por supuesto que sabía a la perfección la forma de vida de su propio país.

Por eso siempre está orgulloso de ser de donde es.

Además ni siquiera es un millonario.

Aunque es cierto que sus dos hermanos alfas cuentan con buenas posiciones y nunca le faltó dinero, ¡Pero no es un joven amo!

En diferentes artículos se hablaba de la buena calidad de vida de Egipto.

A lo mejor ese alfa ni siquiera es de allá y simplemente quería hablarle basura para que cayera a sus pies. Por supuesto que es eso.

-¿Qué estás haciendo a estas horas? – Pregunta un somnoliento Ryo despegando su cara de la almohada.

Malik detiene de teclear en su computadora portátil y mira al peli-blanco.- Estoy buscando sobre los omegas en Egipto y já. Todo lo que sale es lo que ya sé.- Dice victoriosamente aun tecleando.

Ryo se sienta en la cama agarrando su almohada.- ¿Es por lo que dijo ese alfa?

-¡No! – Grita Malik a lo que Ryo le hace una seña de que se calle, son las 2 de la mañana y habría clase al día siguiente.- No.- Susurra ahora.

-En la cena dijiste que no te importaba y que no le prestabas atención a eso.- Bosteza Ryo acercándose a la cama de Malik.

-Y no me importa. Pero la próxima vez que lo veo le mostraré toda la prueba.- Señala la pantalla de su portátil cuando Ryo se sienta a su lado.- Es que mira esto. No he encontrado nada que demuestre lo que dice.- Dice con una sonrisa.

Ryo nota lo orgulloso que se ve su amigo, pero también veía un esbirro de duda cuando le hablaba de lo que pasó, horas atrás. Le hace feliz que se haya ido.

Malik mira el reloj despertador de su mesa de noche.- Bueno ya es tarde. Lo mejor es que me prepare para dormir.- Dice estirándose para luego entrar en el baño, cerrando la puerta.

El peliblanco se queda ahí con el portátil. Si debía ser franco algo no le sonaba bien de la historia. Él, como un omega que su familia lo ha proclamado como un producto de venta, sabe que ningún omega en el mundo está a salvo de alfas imbéciles.

Puede que sea cobarde pero no es un idiota.

El país del que Malik habla siempre con tanto orgullo parece una utopía para él, pero demasiado fantasioso si le preguntan. Y puede que muchas cosas le hayan pasado para volverse negativo pero algo le decía que había gato encerrado.

¿O sino por qué ese alfa si quiere lo mencionaría? No conoce a Malik lo suficiente para saber que ese sería su punto débil.

Voltea su cara hacia el baño para escuchar el ruido de la ducha y luego vuelve a ver el portátil. No quiere dudar, y sabe que no todos los alfas son unos malditos, como Bakura, ni todos los omegas son ángeles, como sus compañeros de clase; pero quería quitarse la duda.

Da otro vistazo y enseguida comienza a escribir en el ordenador. Por lo que ve de las ultimas búsquedas parece que su amigo buscaba con palabras como: Omegas en Egipto, Alfas en Egipto, Vida social… Bla bla. Ryo es un omega que hace mucho sabe la realidad de Inglaterra, así que se dispone a buscar como lo suele hacer.

Subasta en barrios negros de Egipto.

Duda presionar el enter. Ni siquiera sale el titulo relacionado antes de que empiece la búsqueda. ¿Estaba equivocado? Francamente esperaba que sí. También podría simplemente cerrar la pestaña y confiar en su amigo. Tal vez decirle que cuando sea mayor de edad lo lleve con él a vivir allá.

Claro.

¿Qué diantres le pasaba?

Cierra la pestaña como si nunca hubiese existido y se va a su cama.

 

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-¡Chicos! – Grita un emocionado Joey mientras llega a la mesa de la cafetería a la hora del almuerzo, donde ya estaban los otros tres.

-¿Qué pasa Joey? – Pregunta Yugi al verlo sentarse a su lado.

-¡Por fin lo encontré! – Exclama feliz mientras muestra un anuncio en su celular.- Es un bar-cafetería.

Malik levanta una ceja.- ¿Y qué tiene eso de especial?

-¡Es el mismo al que solía ir con mi pandilla antes! ¡Abrieron una sucursal aquí desde hace un tiempo y yo ni enterado! – Dice casi rebotando en su silla.

Ryo toma un sorbo de su batido.- ¿Un bar?

-Amo ese tipo de sitios. Incluso solía ir sólo.- Dice apoyando su mano en su barbilla mientras recordaba.- Es un sitio calmado donde se bebe alcohol o sodas, cada uno en su mundo. Me gustaba pensar ahí o simplemente pasar el rato.

-Pero eso fue cuando eras un beta.- Dice Malik agarrando el celular para ver las imágenes relacionadas y luego lo voltea para que los demás lo vean.- No veo a ningún chico en uniforme y eso que ya van casi dos meses desde que empezaron las clases.

Joey manotea despreocupado.- Bah, eso es porque no los omegas no se animan a entrar.

-Pero Joey.- Dice nervioso Yugi.- Es un bar, significa que habrán alfas adultos ahí.- Tiembla un poco ante la idea.

-Así como en cualquier parte de la ciudad a la que vayamos. Miren, yo solía ir y los omegas eran bien tratados. No es una discoteca ni una cosa de desnudos o striptease.

-Joey, no me siento cómodo con la idea.- Dice Yugi aun nervioso.- ¿Recuerdas el primer día? Nos veían como comida de primera clase.

Joey se alza de hombros.- No es como si no pudiese tratar con tipos así. El que ahora huela a omega no me quita mi fuerza de antes.

Ryo termina de ver las fotos y luego mira a Joey.- Pues en realidad se ve tranquilo el lugar.

-Gracias, Ryo.- Le sonríe el rubio.

-Y no es que yo sepa de esto, pero cuando vas a estos lugares siendo soltero, ¿No da la impresión que buscas, ya sabes qué, en el bar? – Pregunta Ryo curioso.

Los otros tres guardan silencio ante lo dicho por el peli-blanco. Era un muy buen punto.

-Hm, y además con esa codicia de los omegas últimamente.- Dice Malik pensativo

-Chicos, calma. La mayoría de las personas en bares están con omegas adultos todo el tiempo.- Rueda los ojos.- No solo soy menor de edad sino también genero protección en otros con este puto uniforme… Y no es que eso me haga feliz.- Dice lo último rodando los ojos.

-Pero si tú puedes entrar significa que otros de la misma edad pueden, ¿No? – Pregunta Yugi nervioso.- Te verían como carne fresca.

-Y lo máximo que harían en ese lugar sería invitarme algo que rechazaré para evitar drogas y ya. Hay guardias dentro si te hace sentir más seguro que te diga.-

Malik se alza de hombros.- Pues creo que está bien que vayas.- Los otros dos lo miran con caras no muy de acuerdo con la frase.- ¿Qué? Si ya no es lo que recuerda pues simplemente se irá y no volverá ¿No?

Joey asiente.- Exacto.

-Además el toque de queda es a las siete por lo que no volverá tarde ni será peligroso.

Joey se levanta y abraza a Malik por el cuello, sorprendiéndolo.- ¡Por eso eres mi favorito!

-¡Ey! – Reclaman Ryo y Yugi

-¡Suelta ya, baboso! – Malik logra quitarlo de encima.- ¿Quieres que vaya contigo solo para asegurar?

-¿Qué eres? ¿Mi madre? – Pregunta jocosamente Joey y recibe un tortazo en la cabeza por parte de Malik.- ¡Auch!

-¡Por idiota!

-Ya, ya. Además no es necesario, solo quiero darle un vistazo, tomar una soda y luego venir. Sencillo.

-¿Seguro que estarás bien por tu cuenta? – Pregunta Ryo preocupado.

-Llama si pasa cualquier cosa.- Dice Yugi.

Joey mira a los tres con una gota deslizándose en la cabeza.- ¿Es que ahora compiten por quien será mi madre aquí?

 

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-Yugi, ¿Esto es en serio necesario? – Pregunta Malik aburrido.

-Claro. Este es el sitio donde nos vamos a reunir.- Dice Yugi mirando a varios lados de la cafetería para ver si Atem llegaba.

-Si te vas a encontrar con el Señor Caballerosidad, entonces ¿Por qué no te recogió en la puerta del internado?

-¿Estás loco? – Dice Yugi mirándolo como si se le hubiese salido una tuerca.- ¿No has visto a esos chicos que los recogen los alfas en estos días? ¡Prácticamente le hacen un escrutinio entero al alfa!

Malik piensa y luego asiente.- Tienes razón.- Todo alfa, sin importar edad era revisado con todo y expedientes, además de sus intenciones con el omega. Incluso era preguntado su modo de vivir si era mayor de edad.

-¿Ves? Así que debemos encontrarnos en otro lado para evitar la insistencia.

-Bueno, eso está bien y todo. ¿Pero qué hago yo aquí? – Pregunta alzando una ceja.

-Pues Joey fue a probar ese bar así que no podía venir conmigo.

- Gracias por decirme que soy un reemplazo.- Malik rueda los ojos.- Me refería a que se supone que es una cita…

-¡No es una cita! – Interrumpe Yugi sonrojado.

-… Así que no debería estar otra persona aparte de ustedes dos.- Continua ignorando la interrupción de oji-amatista.

-Bueno si, pero no quiero estar solo en esta ciudad.- Ve que Malik le levanta una ceja.- Aun me asustan los alfas y ellos pueden ver que les temo.- Dice bajando la mirada.

Malik suspira y simplemente le despeina el cabello, ganándose un quejido de este.- Esta bien, no hay problema.

Esperan unos diez minutos más cuando Atem finalmente aparece saliendo de un vehículo blindado.

-Lamento la demora.- Dice en cuanto llega y toma asiento.- Tuve que arreglar un asunto de la empresa con mi padre, en línea.

Yugi sonríe al verlo.- No hay cuidado. Malik me hizo compañía mientras tanto.

Malik sabía que era su momento de despedirse. Ya de por si se sentía intruso.- Y creo que es mi retirada con eso.- Se levanta de la silla a lo que Atem también se levanta.

-Gracias por acompañar a Yugi. Te ofrezco a mi chofer para que te lleve de regreso.- Dice apuntando al coche estacionado.

Malik por alguna razón se sintió tímido. Este Ikemen. Entendió por qué Yugi estaba tan fascinado con él.- No hay necesidad.

-Por favor, insisto.- Dice poniendo una mano en su hombro.

-Pues…- Malik desvió la mirada para tratar de salir de los caballerosos ojos que le hablaban así no por ser omega sino por haber ayudado a Yugi. En serio, todos los alfas deberían ser así. Incluso una que otra vez sus hermanos lo consentían al ser omega.

Está a punto de negarse nuevamente cuando nota por el rabillo del ojo una motocicleta estacionada en el otro lado que conocía muy bien. No encuentra al que la conduce por lo que por curiosidad mira cerca y nota de inmediato una mirada penetrante en el segundo piso del restaurante donde está parqueada la moto.

Una mirada no muy feliz.

Sin rastro de la maldita sonrisa arrogante a la que estaba acostumbrado.

No puede oler hasta allí pero apostaría que debe ser un aura enojada porque no hay muchos cercanos a él.

¿Qué demonios?

Se encrispa cuando lo ve levantarse aun mirando a su dirección.

No quiere encontrarse con Marik.

Su instinto omega le dice que debe alejarse, además de su orgullo por lo que dijo de su país.

Voltea a ver a Atem que aun agarra su hombro.- Creo que acepto tu oferta.

Atem llama a su conductor que luego lo conduce al auto.

No quiere dar otra mirada, por alguna razón no le gustaba esa cara.

.

Marik aprieta el vaso de vidrio con fuerza. El mesero que está cerca, el suficientemente valiente para estarlo, está temeroso que rompa el vaso.

Las personas de las mesas cercanas se alejaron como pudieron.

Y lo peor es que ni siquiera el propio Marik entendía por qué estaba tan enojado.

Se supone que esperaría en el restaurante a que el omega saliera de acompañar a su amigo, y de paso tendría buena vista suya. Pero cuando llegó el Faraón y Malik comenzó a ponerse tímido y mirar a varios lados, por alguna razón lo descojonó.

¿Qué demonios?

Conoce al Faraón de años. ¿Pero cómo demonios se atreve a poner su mano en el hombro de SU omega?

Se levanta a arreglar este lío cuando el omega solo se va de ahí.

Pensó en seguirlo pero el atisbo de miedo que alcanzó a ver lo detuvo.

¿Quién es este omega que lo ha cambiado de la noche a la mañana? Él nunca ha sido celoso. Los omegas solo son un buen ligue y ya, borrón y cuenta nueva.

Decide sentarse y tratar de calmarse.

-¡Mesero!

El chico tiembla pero se acerca.- ¿Se-Señor?

-Tráigame el menú de licores.- Dice pasando una mano por su cara.

El chico está nervioso.- ¿P-Puedo preguntar s-su edad? – Pero de inmediato se arrepiente de preguntar.

-¿Qué no me oíste? – Sisea enojado.- ¡El menú! ¡Ahora!

Todo el lugar prácticamente tiembla. El chico se inclina y exclama un – ¡De inmediato! – Para luego salir como alma que lo lleva el diablo.

Marik suspira. Ni siquiera el licor lo calmará. Toma su celular para llamar a su mejor amigo. Sabe que la llamada costará un buen billete pero necesita hablar con alguien que al menos no lo juzgaría y no podía ser el faraón.

-Hey, amigo. – Escucha del otro lado.

-Ladrón.

-¿Qué pasa? Suenas estreñido.

-Tengo deseos de matar al Faraón ahora mismo.- Dice seriamente.

-¿Oh? ¿Está fastidioso de nuevo? Ya sabes que cuentas conmigo para darle una buena tunda en cuanto vuelva.

-No, Bakura. Hablo en serio.

Se siente un silencio del otro lado, que al parecer asimila las palabras. Marik nunca llama por sus nombres a ninguno de los otros tres. Nunca

-Ilumíname. – Responde con la misma seriedad.

.

-Ya veo.- Escucha del otro lado.- Pues, lo que estoy a punto de decir puede que no le vaya a gustar a un canalla perro como tú, pero posiblemente son los instintos alfas.

-¿Instintos alfas? ¿Qué estupidez dices? – Pregunta alzando una ceja. Ya está mucho más calmado que hace un par de minutos. Tiene el menú pero aun no pide nada por estar hablando con su amigo.

Y sin saberlo el mesero agradece a quien sea que esté hablando con el aterrador alfa.

-Sé que nunca prestas atención en clase, idiota. Pero eso era importante.- Marik rueda los ojos por el descaro de eso. Bakura era conocido por dormir si algo no le importaba, lo cual era la mayoría de los cursos.- Ya sabes lo de las almas gemelas, ¿No?

Vuelva a rodar lo ojos.- Sí. Lo hablas cada vez que puedes. Ryo esto, Ryo aquello.- Trata de imitar la voz.

-¡Hey! ¡No te metas con mi chico!

-Al grano, ladrón.

-A ver… Hm, esto de ser maestro no se me da muy bien… Cuando te encuentras con tu alma gemela tu alfa interior reacciona diferente sin que te des cuenta.

-¿Qué? – Pregunta confundido sin entender del todo.

-Mira, se supone que el instinto alfa es el de defender a su alma gemela ¿No? – Marik da un murmullo afirmativo.- Pues tu cuerpo ya lo sabe solo que tu no. ¿Captas?

-Eso es pura fantasía, ladrón.- Dice pasando las manos por su cara.- Además ¿Cómo es que saben de eso? He conocido muchas personas en esta vida y él único que se ha encontrado con su alma gemela eres tú.

-¿Y yo que voy a saber? Llámalo destino y punto.

-¿Tu lo sentiste? ¿Esa cosa diferente?

-¿Te debo recordar por todo lo que pasé en mis primeros días en Japón?

-Cállate ya entendí. Entonces, déjame recapitular. ¿Dices que Malik puede ser mi alma gemela? – Pregunta incrédulo.

-Solo es una posibilidad. La otra es que empiezas a pensar como un alfa territorial de omegas, para variar.

Marik se encoge de hombros.- Pues eso de almas gemelas sigue siendo fantasía para mí. Por mucho que esa cruz esté en mi hombro lo he tratado y siempre lo trataré como un lunar.

-Bueno, allá tú.

-Cambiando de tema, ¿Qué tal la ronda anual por Inglaterra? – Dice relajándose en su asiento ya completamente relajado, se asoma por la ventana y ve que felizmente el faraón sigue cerca de enano omega y nada cerca del suyo, como debía ser.

-Esto de los negocios no me gusta pero ya sabes que se me da bien además de aterrorizar todo lo que me pegue la gana.- Ríe a lo que Marik lo acompaña.

-Amaría hacer eso. Poder ser el presidente principal de la sede de Inglaterra te hace casi el más poderoso de ese país de mierda. Quiero ir también.- Sonríe con malicia

-No olvides que viniste conmigo una vez y la mayoría salió traumatizado.- Se ríe con ganas.- ¿Cuándo repetimos? – Pregunta maliciosamente

-Quizás cuando al sacerdote se le salga ese palo del culo.- Mira el menú de licores para luego hacerle una seña al mesero.- Mejor tráeme el menú de bocadillos, muero de hambre.- El chico se inclina feliz a la orden y se retira. Marik vuelve a hablar al teléfono.- A mí me parece que a ese tipo le hace falta follarse a alguien para que se le quite ese mal genio.

-Agh, todo lo arreglas con un polvo.

-Lo dice el virgen.

-¡Cállate!

 

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-¿¡Qué significa que no puedo entrar!?

-Pues, justamente eso, chico.

-¡Pero yo solía entrar antes! ¡Se supone que los mayores de 15 pueden entrar si no piden alcohol! – Joey se asoma por la puerta abierta del bar-cafetería Touls, del cual un guardia le prohíbe la entrada.- ¡Ni siquiera está lleno!

-Chico, yo no escribí las reglas.- Le dice el alto guardia señalando un letrero.- Aquí están.

El rubio se acerca al letreo pegado en la pared contigua. “Se admite entrada a partir de los 15 años para todos los géneros” Joey se da un Ja en su mente y está a punto de decirle sus verdades al guardia cuando lee la siguiente viñeta. “Todo omega menor de edad (20 años) debe estar acompañado de un alfa”

-¡Hey! ¿¡Qué demonios es esto!? – Grita para nada feliz.

El guardia suspira por la escena que está haciendo el omega. Afortunadamente el bar está escaleras abajo del nivel normal en un corredor de cuatro locales hasta la ubicación del bar-cafetería “Touls”, por lo que la atención no es mucha.

-Mira, te digo que no escribí las reglas. Pero es todo por esa ley de los omegas.

-¿Les mandaron a poner el anuncio? – Pregunta Joey un poco más relajado.

-Nah, el dueño decidió que no quería escándalos en el establecimiento por si algo llegara pasarle a un omega estando allí. Así que deben estar acompañados de un alfa por protección.

-¡Eso es ridículo! – Protesta Joey nuevamente.- El sitio ni siquiera está lleno, ¿Qué daño se puede hacer?

El guardia se alza de hombros.- No puedo ayudarte.

Joey quiere seguir peleando pero su lógica le dice que no llegará a nada. El guardia ni siquiera tenía nada que ver y si continuaba posiblemente lo eche para siempre.

-Vale, supongo que puedo rendirme por ahora.- Mete las manos en los bolsillos de su uniforme y se da la vuelta para irse.

-La próxima trae un alfa y listo.

Joey hace una mueca ante esa frase. ¿Él? ¿Traer un alfa? La sola idea le daba escalofríos.

Aunque quizás podría pedirle a Atem que viniera con él. El tipo es buena compañía y seguro que no le importaría. Rayos, como desearía que al menos Tristán estuviera cerca.

Y también debía abonarle al guardia. Es un alfa pero por su olor ya tiene pareja*, asi que no le vio el culo ni nada de más.

Eso piensa mientras camina cuando suena su teléfono celular. Lo toma y mira en la pantalla que es Mokuba quien le llama. No es que le parezca raro, el chico le ha llamado y escrito desde que puso él mismo su número de contacto.

Presiona contestar.- Hola

-¡Hola, Joey!

-¿Qué pasa? – Pregunta mientras mira los locales alrededor del área comercial, ignorando con éxito las miradas de los extraños.

-Suenas decaído. ¿Pasa algo?

Que niño tan intuitivo.- Quería entrar a un lugar y no me dejaron.

-¿Por ser omega? – Casi puede escuchar el enojo en su voz, lo que de alguna forma le da ternura.

-Pues sí, algo así. Es un bar que…

-¿Bar? – Le interrumpe Mokuba.- ¿O sea para beber? ¡Joey! ¡No puedes entrar a esos sitios!

-¿Hoy todos quieren ser mi madre? – Pregunta algo desesperado. En serio ¿Qué pasaba hoy con todos? - ¡Lo sé! Déjame hablar. Es un bar-cafetería con entrada para mayores de 15. No venden licor a menores. ¿Feliz?

Escucha un suspiro del otro lado a lo que solo rueda los ojos. Este chico aun lo trata especial por ser omega, casi como un niño que cuidar, ¡Y se supone que ÉL es el niño!

-¿Entonces cuál fue el problema?

Joey suspira al recordar.- Una nueva regla que dice que solo puedo entrar si me acompaña un alfa.

-¿Ah? No había escuchado de algo así.

-¡Yo tampoco! ¡La inventó el gerente!

Mokuba murmura pensativo.- Creo que puedo ayudarte con eso, Joey.

-¿Eh? ¿Tú? – Eso lo descolocó pues no lo esperaba.

-Si. Imagino que la gracia de todo esto es tu “seguridad”, creo que puedo hablar con algunas personas sobre eso.

-¿En serio?

-Cree en mi Joey. Aun a mi edad conozco muchas personas. Soy quien ayuda a esos cuatro a gestionar todo. Tengo contactos.- Dice orgullosamente.

Joey en serio se maravillaba de la juventud de estos días.

.

Cuando Joey pensaba en los contactos de los que habló Mokuba se imaginaba guardias, altos cargos del Gobierno, abogados. Pero por alguna rara razón no pensó en la respuesta obvia.

-Entonces, perro. Infórmame de todo.- Kaiba se cruza de brazos sentado en la banca, de un parque cercano, a su lado

-¿A qué has venido, ricachón? – Pregunta confundido.

-Escuché la conversación de Mokuba  y no quiero que siendo un niño se meta en cosas de bares ni mucho menos.- Dice mirándolo seriamente.

Joey lo piensa un momento y en realidad tiene sentido.- Supongo.

-Así que, ¿Qué pasa?

Joey lo mira con confusión y sorpresa. ¿Kaiba lo acompañaría? El alfa ya había escuchado la base de la conversación por lo que sabía el propósito de que viniera. Realmente no está muy seguro si estar con él es algo que quiere hacer, pero no desaprovechará la oportunidad.

Finalmente se decide.- El resumen es que no puedo entrar a ese bar-cafetería si no voy acompañado de un alfa.- Se cruza de brazos enfurruñado.- Eso es clasista, prohíben a los omegas menores entrar a menos que tengan niñero.

-Hm. Puedo entender el punto del gerente al hacerlo.- Joey lo mira con ira.- ¿Es básico, no? Así no tendrá problemas con los guardias estacionarios si llegase a haber un altercado interno de alfas y betas que peleen por la atención de un omega.

Joey aún mantiene su mirada fija.- Eso es lo mismo que con el internado. Por un “bien mayor” obligan a los omegas a sufrir. Es estúpido.

Kaiba mantiene su mirada fija de negociación en el omega impetuoso.- Así no genera problemas en el lugar.

-Pero aísla aún más a los omegas, lo cual es lo opuesto al propósito principal de toda esta estupidez.

Ambos sostienen sus miradas por un tiempo. Cualquiera que pasara por la calle se sorprende por el intercambio entre el súper-alfa Seto Kaiba y un omega con el uniforme del internado, quizás algunos se preocuparían por este último pero en sus ojos está la misma voluntad de lucha que de un boxeador en su último round.

Es una guerra de voluntades en la que ninguno de los dos realmente les importa su alrededor.

De repente Kaiba se levanta mirando desde arriba al omega, haciendo la imagen intimidante para cualquiera. Pero Joey seguía firme.

-Vamos, perro.

-¿Eh? – Balbucea confundido Joey quitando su cara de seriedad.

-Vamos a ese lugar de una vez.

Joey se levanta feliz, desafío completamente olvidado. - ¿¡De verdad?! – El castaño le asiente - ¡Genial! ¡Sígueme, es por aquí! – Dice corriendo en la dirección de Touls.

.

-¿Sabes? Cuando te dije que trajeras un alfa no me imaginé que sería tan rápido.- Se inclina a susurrarle a Joey.- Ni menos semejante alfa.

-Sí, bueno.- Rasca su cabeza nerviosamente mientras ve a Kaiba leyendo con detenimiento el letrero.- Ni yo mismo entiendo cómo terminó así todo.

Kaiba se acerca al par haciéndolos separarse de inmediato. El castaño levanta una ceja pero no menciona nada y solo se dirige al guardia.- Supongo que la entrada ya está bien.

-Claro, sin problema.- Les abre la puerta.- Por favor, disfruten.

Al entrar encuentran un lugar no del todo grande ni del todo pequeño, pues contaba con un gran mesón con nichos iluminativos y sillas altas de cuero negro. Mesa con sillones rodean el establecimiento con una atmosfera algo oscura por la iluminación cálida combinada a la madera de roble que engloba el lugar. Pero de alguna forma era muy acogedor.

-Se parece mucho al que recuerdo.- Murmulla feliz Joey sentándose en una silla alta.- Ven.- Palmea la silla a su lado.

Kaiba aun miraba el lugar críticamente y en su mente lo aprueba. En realidad no estaba mal, no se veían intenciones lujuriosas, ni malos pensamientos, ni ojos críticos, solo personas disfrutando de lo suyo.

Se sienta al lado del chico.- De alguna forma pensé diferente del sitio.

Joey toma un menú que estaba puesto en la barra para hojearlo y ver si algo lo entusiasma.- ¿Qué esperabas, exactamente? – Pregunta sin verlo.- ¿Ventas de omegas? ¿Un tubo en medio de una plataforma de baile? ¿Viejos verdes apostando al mejor? – Lo mira con una sonrisa.- Puede que haya sido pandillero como te dije antes, pero se reconocer un buen lugar.

-Supongo que está bien.- Se alza de hombros aunque se queda pensativo.

-Hombre, estoy hambriento. No he comido nada desde el almuerzo.- Mira con gula el menú y luego ve al castaño.- Yo invito, pide lo que gustes.

-¿Tu invitas? – Pregunta Kaiba con sorpresa aunque exteriormente no la muestra. Se suponía que él es el del dinero además del alfa, eso es lo que la sociedad siempre le ha enseñado, lo codiciosos que son los omegas

-Claro. Tómalo de agradecimiento por entrar conmigo.- Mira con ansias la hamburguesa doble de la tercera página.- Imagino que estarás ocupado como el demonio. Es lo menos que puedo hacer.

Kaiba lo mira aun extrañado, tratando de ver sus expresiones sin ser obvio para tratar de descifrar qué trata de conseguir con todo esto pero no encuentra nada. Se supone que él es un perfecto analizador de personas. ¿Por qué este chico es tan complicado?… ¿O podría ser demasiado simple?

-Sí, claro.- Resuelve decir.- Pero antes, voy a atender algo.- Se levanta sin escuchar la respuesta del chico a su lado.

Camina hasta un pasillo donde dice “Solo personal autorizado” que ya no está a la vista de la clientela, dos guardias están allí.

-Necesito hablar con quien esté cargo aquí.-Dice en una voz autoritaria. Uno de ellos abre la boca para responderle.- Infórmenle que se trata de Seto Kaiba.

Y ocurre lo mismo de siempre cuando su nombre es mencionado, de inmediato se convierte en un dios pues una de los guardias corre al interior y en solo un par de minutos se le da autorización de entrar a la oficina que no es ni la mitad  grande en comparación a la sala de estar dentro de la suya.

Un hombre alfa en traje lo saluda en cuanto abre la puerta.- Buenas tardes, Señor Kaiba. Que agradable sorpresa. No esperaba verlo. Por favor siéntese.- Indica el costoso sillón con su mano.- ¿Gusta algo de tomar? – Kaiba levanta una mano en señal que pare.

-No, seré breve.- Dice aun de pie. ¿Por qué querría sentarse con este viejo y tomar algo con él mientras lo adula vacíamente sin parar sí allá había un chico que era mil veces mejor compañía a pesar de ser un perro sarnoso?

El hombre parece un poco confuso si lo apropiado seria sentarse o no, por lo que al final decide quedarse en pie a una distancia educada de uno de los alfas más poderosos de Japón y también prácticamente del mundo.- Claro, ¿En qué puedo ayudarle?

-Leí sobre la nueva regla de limitantes de omegas menores de edad que puso en la entrada.

-Oh, por supuesto. Ingenioso ¿No?

-No lo dudo. Lamentablemente hoy vengo con uno que no piensa lo mismo.

El mayor se desconcierta, más que todo por lo sabido que es el que Kaiba no guste de omegas ni menos que los saque a citas, pero sabe lo inteligente que es no mencionar eso en ese momento.- Bueno, es una pena. Pero es en base a protección para él y para evitar problemas con los lujuriosos que están siendo los mocosos alfas últimamente, sin ofender.

Kaiba se cruza de brazos.- La verdad, el omega que acompaño es capaz de patearle el trasero a todos los alfas en este lugar, sin problema alguno. La protección es innecesaria… Sin embargo.- Se acerca lentamente al mayor haciéndolo retroceder un paso involuntariamente.- Quiero que el chico tenga garantizado que nada le pasará estando aquí.

-P-Por supuesto que sí. Es un lugar seguro. Además si usted siempre lo compaña no habrá pro…

-Ese es mi punto.- Interrumpe sin problema.- Quiero que me garantice su seguridad incluso si viene solo.

-¿S-Solo? – Pregunta nervioso por alguna razón que no logra comprender.- Pero la regla…

-Siempre se pueden hacer excepciones.- Vuelve a interrumpir.- Resulta que a él le gusta este lugar pero a ambos nos parece clasista que solo pueda venir acompañado de un alfa por eso de la seguridad. Si ese punto ya está resuelto ¿Entonces qué más queda? ¿Eh, dueño? – Pregunta sardónicamente.-

El dueño se siente así mismo en un aprieto. Cuando le hablaron que Seto Kaiba quería hablar con él esperaba tocar el tema de negocios, tratar de venderle la idea de su bar-cafetería y expandirse más. Ni en sus sueños más locos imaginaba que sería para algo así.

-S-Supongo que puedo hacer una excepción con el chico. Para que los guardias estén al pendiente de él cuando esté solo.

-Pero sin acoso.

-C-Convenido.

Kaiba camina con paso galante de regreso a la barra donde ve que el chico ya come la hamburguesa que tanto miraba en el menú, haciendo una cara muy satisfactoria. Se acerca a su asiento y nota que enfrente suyo hay unas papas fritas.

-Al fin llegas.- Dice Joey tragando.

-Te dije que atendía asuntos.- Se sienta.- ¿Y esto? – Señalando las papas.

-Pues mientras esperas que llegue tu comida las pedí para ti. Puede que te de hambre mientras como mi hamburguesa pero entérate que no te dejaré dar ni un mordisco.- Arrebata la comida de su vista.

-Ni te molestes. Las hamburguesas me parecen desagradables sin cubiertos.- Escucho un jadeo ofendido y ve que es el rubio con una cara aún más ofendida.

Luego lo ve negar.- Lo ricachones no saben disfrutar la vida.

Kaiba se cruza de brazos.- Y los perros no saben callarse.

-¡No me llames perro!

Kaiba pide con éxito su comida, al igual que Joey que pide una segunda hamburguesa.

-Eres un glotón.

-Lo tomaré como cumplido.

-Por cierto, perro. De ahora en adelante puedes entrar aquí solo sin problema.- Dice comiendo con un tenedor una de sus papas.

Joey voltea a verlo.- ¡¿Hablas en serio?!

-Sí, y baja la voz. Es vergonzoso.

-¿Pero cómo? Pensé que era imposible por la regla.- Le pregunta Joey ignorando el comentario anterior de Kaiba.

-Soy Seto Kaiba, nada es imposible para mí, pulgoso.- Dice con una sonrisa arrogante.

Joey gruñe y quiere darle un golpe al bastardo por seguir llamándolo perro sin parar pero malagradecido no es.

Se quedan en silencio un rato mientras terminan lo que tienen en frente. Ahora solo esperan su orden.

Mientras toma un sorbo de soda Joey voltea a ver al castaño.- Entonces… ¿Te gustaría matar el tiempo hablando sin parar como la vez anterior?

El castaño se alza de hombros.- Supongo que sería bueno para perder el tiempo.

 

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Un celular comienza a sonar en cierta habitación haciendo que los dos inquilinos se remuevan.

-Ryoo... Es el tuyo.- Murmura Malik somnoliento.

El peli-blanco busca ciegamente su celular con su mano y ojos cerrados, lo toma y mira la pantalla y de inmediato se sienta quitándose el sueño. Voltea a ver que Malik aún se queja por lo que corre al baño para hablar sin problema.

En cuanto entra aprieta el botón verde.

-Ya era hora.

-Perdón, madre.- Responde Ryo sin emoción a pesar que es la primera vez que escucha su voz en varios meses además que el tono agrio de ella demuestra que el sentimiento es mutuo.- Estaba dormido.

-Ah. ¿La diferencia horaria? Bueno, no importa. Ya sabes que la única razón por la que te llamaría es para contarte buenas nuevas, ¿verdad Ryo?

-Sí, madre.- Responde de forma automática.

-Buena la dicha es mayor porque son dos noticias.- La mujer se oye emocionada.- En primera, John. Mi dulce John había estado cortejando una chica alfa desde hace un tiempo, y luego que salieran un tiempo decidieron casarse. ¡Es asombroso! ¡Una boda con una chica de buena clase! ¿Y qué crees? Su padre es el gerente general de proyectos de la sede de Inglaterra de Kaiba Corp. ¡Es la mejor empresa del mundo! ¡Nos sacamos el gordo!

Ryo voltea los ojos. Nunca entenderá las relaciones entre alfas. Para empezar no tienen sentido pues ambos quieren dominar, dicho más allá del sentido sexual. Es antinatural pero visto como algo de la realeza para muchos en su país, incluidos su familia.

Es más. La mayoría de esas relaciones terminaban en divorcio pero no diría nada de eso. Siempre se le enseñó a no contrariar a nadie, ni menos a su familia. Pero bueno, a estos les motivaba el dinero y la posición social más que nada.

-Ya sabes lo complicado que es que una chica alfa dé a luz, por lo que hablé sobre un omega en alquiler y les encantó la idea.- Ryo se tensa ante la emoción de su madre con un tema que sencillamente le daba escalofríos.- Aunque ella me dice que aún no, pues haciendo está ocupada con su trabajo y planea  varias cosas en los próximos años. Pero la idea le fascinó.

Un omega en alquiler es un nombre nada más llevado en su país. En otros lugares se conocía como vientre en alquiler. La diferencia recae en que los servicios del omega en alquiler comienzan antes y terminan después que el de un vientre en alquiler común. El omega no solo presta su vientre sino también que debe tener sexo con una de las personas de la pareja de la relación pues los “sabios” y “eruditos” dictaron que es más sano crear un niño por medio del coito que por inseminación artificial. Un omega es de fertilización más fácil que una mujer alfa que es prácticamente estéril, hace muchos años descubrieron que sería el trabajo perfecto para los omegas. Aunque al ser solo el 2% de la población, los costos eran altos para todo el proceso.

Era asqueroso. Insano. Sin moral. Como todo lo relacionado a Omegas en Inglaterra.

Además, posteriormente el omega prestaría los cuidados de crianza hasta que el bebé esté lo suficientemente grande para pasarlo a sus verdaderos padres, lo cual, Ryo había escuchado, era un infierno para los omegas pues ellos aman a sus hijos incluso más que su propia vida.

Si el bebé nacía omega, cosa rara de suceder pues solo pasaba el 2% de los casos de todos los nacimientos, el omega se quedaba con él y debía prestar nuevamente sus servicios al haber sido un nacimiento “Fallido”.

-Admito que aún es muy temprano para hijos. Apenas tienen 20, pero nunca está de más tener el plan asegurado.- Continua su madre aun feliz sin importar el estado de su hijo menor.- Claro, eso es muy costoso pero la solución fue rápida para mí. Tú eres un omega sano que puede hacerlo sin problemas y sin costo ¡Es perfecto!

Ryo tiene arcadas y debe alejar el teléfono de su oreja para no provocar un desastre. ¿Él? ¿Le obligarían a tener sexo con su hermano?

Se da unas respiraciones y pone nuevamente el teléfono en su oreja para escuchar a su madre que ignoraba su reacción.-… Ella me dijo que sería peligroso se fueran hermanos, por las deformidades del bebé. Lo cual tiene razón.

Ryo suspira, su futura cuñada no pensaba en él pero al menos tenía sentido común.

-Además que hemos mantenido tu virginidad tanto tiempo por el valor que tiene ésta con el paquete completo. ¿Verdad, Ryo?

Ryo traga en seco.- S-Si, madre.- Se le enseñó que solo podía responder a su madre solo cuando ésta dijera su nombre al final de una frase. Ya se había ganado palizas por no hacer eso.

-Y ya tienes 16, es una edad de oro para conocer clientes.- Ryo se desliza por la pared hasta sentarse, siente el revuelto en su estómago.- Lo que me lleva a la segunda noticia. ¡Te encontramos un buen cliente!

Ryo agarra el estómago con fuerza.- Pero no te preocupes, mamá es buena y no dejaré que mi hijo esté con cualquier perdedor. El cliente es un colega del padre de la novia, escuchó sobre ti por medio de él y de inmediato nos contactó. Tiene un puesto muy importante en Kaiba Corp como gerente de Telecomunicaciones y nos va a pagar muy bien para que estés con él, aunque la condición es que fuera en medio de tu celo. Detalles. ¿Verdad, Ryo?

Ryo no podía hablar o sentía que vomitaría ahí mismo.

-¡Ryo! ¡Contéstame, ahora!

Ese grito lo hace tensarse pero le da fuerza para contestar.- M-Madre- N-no n-no pu-pue…

-¡Ryo! ¡Asi no debes hablarle a tu madre! – Grita casi histérica, interrumpiéndolo.- ¿Qué he hecho para merecer un hijo como éste tan malagradecido cuando le hablo que conseguí su primer trabajo? – Pregunta quizás al aire o a quien sea que esté con ella.- Escucha, el plan es presentarlos en la boda, la cual será en un mes.

-¡¿Ta-tan pro-pronto?!

La mujer gruñe en el teléfono.- Sin interrumpir, modales.- Dice secamente.- La verdad es que se ha estado planeando desde hacía un tiempo pero John no tenía intención de invitarte y es normal. Casi nadie sabe que tenemos un hijo omega. Pero con esta presentación haremos una excepción para un encuentro en privado.

Ryo está empezando a marearse. ¿Todo esto ya estaba planeado? ¿No había vuelta atrás? – Ya nos pagó una parte ¡Y es una buena cantidad! Aunque dice que son los gastos necesarios para que vueles en primera clase porque quiere que llegues en una pieza. Tu padre te recogerá en el aeropuerto un día anterior. ¡Estoy tan emocionada! Hablaremos de los detalles luego.- Sin más, colgó.

Ryo no puede detenerlo más y comienza a vomitar en el retrete. ¿Por qué demonios su vida siempre empeoraba más? Lágrimas corrían sin parar.

Al otro lado de la puerta no se podían escuchar sus arcadas ni sollozos lastimeros al ser tan bajos por lo que Malik estaba ignorante ante eso mientras dormía. Se cambia de posición apoyándose en su costado derecho y mostrando en su hombro izquierdo, gracias a su camisa sin mangas, un curioso diseño de una cruz negra.

Notas finales:

*Con esto no me refiero a un noviazgo ni aun matrimonio, sino de la mordida. Para los que no son muy conocedores del omegaverso una mordida en el cuello, en la parte de atrás,  de un alfa a un omega, forma un enlace especial. Haciendo que el omega no puedo estar con nadie más. Eso es lo básico y se sujeta a cosas extras segun la interpretacion de la mangaka o escritora.

En el caso de mi fic es asi: La mordida que forma el vínculo real entre alfa y omega solo puede ser generado durante el sexo, de resto cualquier otra mordida alli no generará nada. Además si un alfa muerde a un omega de inmediato ambos comenzarán a oler como el otro y alejará a otros interesados en estos, más aun si el olor pertenece a un super-alfa. En este fic, cuando un alfa muerde a un omega no puede morder a nadie más y tener sexo con otros nunca será igual de satisfactorio; en el caso del omega tendrá reacciones negativas al sexo con otros como vómitos, mareos, entre otros.

El vinculo es mas fuerte que un noviazgo o matrimonio porque no se puede deshacer.

Si preguntan por los padres de Ryo, les recuerdo que la madre de Ryo es beta, sin derecho a ser parte del vínculo.

EDIT: Gracias por la corrección, Puga. Dios, dónde tendré la cabeza estos dias?

 

Bien, mucho de clases por ahora. Si surge otra duda la aclararé con gusto.

Pasaron muchas cosas aqui no? Y traté tambien de refrescarles un poco de almas gemelas.

Yugi y yami tuvieron una no-cita, y sin notarlo Joey y Seto tambien XD

Nos vemos pronto, besos!


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