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El internado Omega de Domino por MizaiTan

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Notas del capitulo:

hola! Wow gracias por los comentarios, siempre me hacen feliz.

Este ha sido un capitulo interesante de escribir, tenía miedo al principio por todo lo que pasaba en un solo capitulo pero no quería cortarlo en ninguna escena por la continuidad. Y terminó teniendo 28 páginas en Word! Un nuevo record para este fic.

Literalmente pasa de Todo!

Disfruten!

La alarma comienza a sonar y francamente Malik solo quiere darle un golpe para que deje de molestar. Si no estuviese en un internado simplemente dormiría todo el día y después buscaría comida en otro lado.

Rueda quedando boca abajo y se levanta usando sus antebrazos. Gira a su izquierda y nota la cama de Ryo vacía. Mira hacia la puerta del baño pero estaba cerrada, con la luz apagada.

Extraño.

Pero el egipcio solo se alza de hombros pensando que el chico andaría por ahí. Por lo que se estira, escuchando algunos huesos crujir y camina al baño. En cuanto abre la puerta sus ojos se abren a más no poder.

-¡Ryo! – Grita para apresurarse al lado del chico.- ¡¿Qué pasó?! – Le pregunta alarmado.

Dicho peli-blanco estaba sentado en el suelo de la ducha, completamente empapado aun con la ropa puesta, y por el contacto Malik adivinó que se había bañado hace un buen tiempo al estar tan frío su cuerpo.

Pero sobre todo su mirada a la nada.

-¡Ryo! – Vuelve a llamarle sacudiéndolo, haciendo que al fin saliera de su ensoñación.

-¿Ma-Malik? – Pregunta tartamudeando con el labio temblando, pero por sus ojos cristalinos Malik no está seguro si es por el frío o porque quiere llorar.

Malik se acomoda a su lado.- ¿Qué pasó? – Pregunta preocupado.

Ryo mira a todos lados menos a los ojos de su amigo y luego simplemente baja la mirada.

Malik ve que no tiene deseos de contarle y agarra uno de sus hombros.- Vamos, puedo ayudarte.

El peliblanco vuelve a levantar la vista, esta vez mostrando grandes lágrimas y negando con la cabeza.- No hay forma… Es imposible.- Solloza limpiándose las lágrimas con el dorso de la mano.

Malik casi de inmediato acerca a Ryo a su pecho, abrazándolo. El chico está completamente desconsolado, nunca lo había visto así. No le importa que también se está mojando completamente. Solo lo deja llorar.

Cuando por fin se detiene Malik consigue sentar a Ryo en la tapa del retrete y envolverlo con una toalla.- Vuelvo enseguida.- Le dice y luego de echarle un último vistazo corre a la habitación de sus otros dos amigos.

Toca frenéticamente la puerta y es recibido por un somnoliento Joey que se rasca su hombro.- ¿Qui… ¿Malik? ¿Qué pa…-

-¡No hay tiempo! – Le dice agarrándolo de la camisa y jalándolo afuera.

-¡Oye! – Se queja el rubio por el mal trato.- ¿Qué rayos?

-Cállate.- Sisea Malik. Mira a la habitación y nota que Yugi no está en su cama. Voltea a ver al rubio. - ¿Dónde está Yugi?

-¿Eh? En el baño, pero qué pa…

Malik no se molestó en responderle a Joey y simplemente entró como Pedro por su casa y abrió la puerta, recordando que el oji-amatista suele dejarla abierta.

-¡Ah! – Grita un sorprendido y desnudo Yugi que de inmediato toma una de las toallas.- ¿M-Malik?

Malik mira no sorprendido.- Soy omega y también hombre, ¿Cuál es tu vergüenza? – Dice arrojándole el pijama que estaba en el suelo.- Vístete.

-¿Qué coño te pasa? - Joey entra al baño bostezando.

-Es una emergencia. Necesito ayuda con Ryo.- Dice mirando a los dos que se sorprenden un poco con su afirmación.

Yugi se pone nuevamente su pijama de forma rápida.- ¿Qué le pasó? – Pregunta preocupado.

Malik niega.- Ni idea, ayúdenme a saber.

Para Yugi y Joey fue un shock llegar a la habitación y encontrar a Ryo con lágrimas sentado en el suelo mientras agarra con fuerza sus piernas.- ¡Ryo! – Corre Yugi de inmediato, seguido de los otros dos.

Los tres se agachan a su altura y lo oyen susurrar.- No quiero… No quiero.

En vista que sus dos amigos quedaron pasmados, Malik toma del brazo a Ryo para ponerlo en pie.- Ven, vamos a la cama. Hablemos ahí. Podemos solucionarlo - El peliblanco niega frenéticamente con su cabeza.- ¿Ryo?

-No hay manera… No hay solución.- Dice sin mirarlos con su labio temblando.

-Claro que si, Ryo.- Dice Yugi poniendo una mano en su hombro y dándole una sonrisa reconfortante.- Todo tiene solución.

Ryo mira al vacío para luego posar sus ojos en los de todos sus amigos, deteniéndose en Yugi.- E-Esto no.- Dice mordiendo su labio. Ve que Yugi abre la boca para hablar por lo que lo interrumpe.- Mi madre me consiguió un-un.- Traga pesadamente, realmente no quería decirlo, esa palabra le causaba nauseas.

-¿Un qué? – Pregunta aun con una sonrisa Yugi para darle fuerza a hablar.

-U-Un… Un.- Nadie trata de interrumpirlo mientras lo ven tartamudear.- Un…- Ryo suspira.- Un cliente.

Clack

Joey deja caer su celular pero poco o nada le importa, mientras mira con la boca abierta como Ryo esconde ahora su cara entre sus rodillas.

La sonrisa de Yugi se fue inmediatamente y Malik tenía deseos inhumanos de matar algo.

.

-Sé que aquí es diferente.- Dice Ryo sentado en su cama con una cobija cubriéndolo y vaso de agua en sus manos. Después de media hora pudo calmarse gracias a los tres chicos que están sentados en la cama expectantes escuchando la explicación.- Pero en Inglaterra los omegas pertenecen a una familia y deben obedecer lo que diga dicha familia. Por tanto la familia es dueña del omega.- Termina con rostro triste.

Malik aprieta los puños al escuchar eso.- ¿Qué es eso de dueño?

-Hay que obedecer lo que dicen, sobre trabajos, estudios, relaciones, todo.- Siente una repentina vergüenza de sí mismo y no puede mirarlos a los ojos.- Somos una propiedad.

Yugi tapa su boca con la mano. Siempre se quejaba de su vida pero ahí estaba justo enfrente de él alguien que realmente la ha pasado mal toda su vida por ser omega. No sabe que decir.

Joey, por otro lado, se acerca a Ryo y pone sus dedos en la barbilla para levantar su cara y así lo mire, sorprendiendo a éste.- No eres propiedad de nadie, Ryo.- Dice con una seriedad no característica en él.

Al peliblanco empieza a temblarle el labio inferior.- P-Pero.

-Ahora estás en Japón.- Apoya Malik poniéndose al lado de Joey.- Este internado puede ser una mierda pero aquí eres un omega importante con muchos más derechos que Inglaterra.

Ryo los mira a ambos y asiente aun con lágrimas en los ojos.- G-Gracias.- Les dice con un mínima tímida sonrisa.

Joey le sonríe y suelta su barbilla para alborotarle su cabello.- Entonces, ¿Tu familia siempre debe decirte qué hacer? – Le pregunta frunciendo el ceño.

Ryo suspira.- Si, a menos…- Se detiene a mitad de la frase

-¿A menos? – Malik levanta una ceja.

Ryo vuelve a apartar la mirada.-… A menos que me venden a otro dueño.

Un silencio sepulcral se posa en la habitación.

-Según los papeles sería mi esposo pero realmente sería la persona que debo obedecer.- Continuó Ryo finalmente levantando la vista para notar las miradas en shock de todos

-N-No puede ser.- Yugi fue el primero en reaccionar pero los otros dos seguían en shock absoluto.

-El plan de mis padres siempre ha sido conseguirme un esposo adecuado que eleve el estatus de la familia y-y ser presentado a sociedad.- Ryo agacha la cabeza y deja salir una risa sin humor.- Bueno, supongo que debo considerarme afortunado de haber sido virgen tanto tiempo

Malik se sale de su estupor para mirarlo molesto.- ¡Ryo!

-¡Es la verdad! – Le responde el peliblanco.- ¡Es raro encontrar un omega virgen de 16! Pero con eso del estatus y querer esconderme no ha habido ofertas. Pe-Pero ahora ya no hay nada que hacer.- Dice secando más lagrimas que comienzan a brotar

-Ryo, cállate.- Sisea Malik apretando los dientes.- Deja de hablar como si todo estuviese perdido

-Pero no hay solución, debo obedecer. Si no lo hago me obligarán de todas maneras. ¡El gobierno los protege! – Mira a Malik por un segundo para luego dejar el vaso de agua en la mesa a su lado y apoyar su cara en las rodillas.-… Solo quiero escapar

-Hay una forma

Voltean a ver a Joey, que se había mantenido en silencio por un buen rato. El rubio, ya sin rastro de shock, los mira a todos con seriedad.

-¿La hay, Joey? – Pregunta Yugi, demasiado angustiado en ese punto.

El rubio asiente y luego mira a Ryo.- ¿Estás seguro que quieres escapar? – Pregunta a lo que Ryo sin vacilación asiente.- ¿Recuerdan al traficante de drogas que me pasaba las hierbas que ocultaban mi olor? – No esperó respuesta y continuó.- He estado en contacto con él.

Se escucharon tres jadeos. Al perecer ese era el día de las revelaciones.

-¿J-Joey? – El rubio miró a su amigo que estaba en estado de shock.- ¿T-Tu-?

-¡No, no! ¡Nada de lo que piensas! – Sacude las manos enseguida, relajando de cierta forma a un nervioso Yugi.- Simplemente le escribí un correo para preguntarle si lo habían atrapado por mí, pero salió bien librado. E incluso parece que con esto del internado tiene mejores ventas.- Explica Joey rápidamente.

-Supongo que eso es bueno.- Dice Yugi con una mano en su pecho.- ¿Entonces qué pasa con él?

Joey de inmediato volvió a ponerse serio y miraba detenidamente al peliblanco.- Ryo, ¿Qué tan dispuesto estás a hacerte pasar por un beta?

-¿Eh? – Pregunta confuso Ryo pues la idea nunca se le vino a la mente.

-Sé que suena loco, pero soy la viva imagen que resulta.- Joey pone se señala con el dedo índice.- Nadie te perseguiría si hueles diferente.

-Eso suena… Descabellado.- Dice Malik después de un momento de silencio mientras la idea se sumergía en la mente de todos. Pero si pensaba por un momento puede que no sea tan mala idea. Bien se podría decir que no es algo que funcionaría por siempre pero ayudaría al menos con el cliente próximo.

-¿S-Ser beta? – Pregunta Ryo nervioso. En realidad es un deseo que ha tenido toda su vida. Poder ser alguien “normal”, aunque nunca esperó que pasaría ni menos en tales circunstancias.

-Sí, podría ser al menos hasta que seas mayor de edad.- Dice el rubio.

-Pero Joey.- Interrumpe triste el peliblanco.- Aunque sea mayor de edad aun tendré un due…

-No digas esa palabra, Ryo.- Gruñe el rubio.- En cuanto seas mayor de edad puedes meter papeles para ser ciudadano de Japón.

Ryo abre los ojos sorprendido.- ¿Puedo hacer eso?

-¡Es cierto! – Aplaude Yugi feliz.- En cuanto seas… Un momento. ¿Mayor de edad? – El peli raro cuenta con sus dedos y luego abre los ojos, preocupado.- ¡Son cuatro años!

Ryo niega.- No me importa. Puedo esconderme por cuatro años.

-P-Pero.

-Yugi, creo que es la mejor solución que tengo.- Dice Ryo al fin con algo de determinación.- Lo haré.

-Ryo.- Esta vez Malik se unió a la conversación con aire preocupado.- ¿Estás seguro que quieres hacer esto? Digo, son cuatro años y tú nunca has dejado casa.

Joey mira a sus dos amigos que siguen cuestionando a Ryo por el plan repentino, y éste poco a poco empezaba a flaquear en su determinación. Sabe que no lo hacen con mala intención, están preocupados. Pero Ryo se veía propuesto.

Además, en cuanto tuvo el plan ya sabía cuál sería su misión incluso sin empezar a que preguntaran.

-Chicos.- Los tres lo miran nuevamente.- Yo iré con Ryo.

Los otros tres lo miran con incredulidad reflejadas completamente en sus rostros.

-N-No es necesario.- Dice Ryo negando con su cabeza.- Yo puedo…

-Sin ofender, chico. Pero has vivido con tutores privados toda tu vida.- Dice Joey volteando los ojos.- No podrías ir por ahí solo, necesitas que alguien esté contigo. ¿Y qué mejor que una rata callejera como yo? – Sonríe para tratar de aligerar el ambiente pero no lo consiguió.

-Joey, es una locura.- Dice Malik agarrando su hombro.

El rubio niega con la cabeza.- Locura es dejar que Ryo vaya solo. Prometimos que estaríamos con él, ¿No?

-E-Entonces. Vamos todos.- Dice Yugi a lo que Malik asiente de inmediato.

-No digan tonterías.- Dice Joey y pone un rostro serio.- No pueden irse porque hay alguien que los espera y los puede visitar.- Voltea a ver al peli raro.- Yugi, tú tienes a tu mamá, tu abuelo y a tu amiga Tea ¿No? – Ve a Yugi asentir aun nervioso para luego ver a Malik.- Tus hermanos te esperan y aunque digas que no, puedes confiar en ellos.- Ambos chicos se quedan en silencio.- En cambio yo no tengo a nadie que me espere, en realidad, nada me ata a este internado o a esta ciudad.- Dice con una sonrisa triste.

Yugi toma su mano apresuradamente y le da un apretón.- ¡Eso no es verdad! ¿Qué hay de tu mamá y tu hermana?

Joey se alza de hombros aun con la misma sonrisa.- Las veo 2 o 3 veces al año y del resto son llamadas o mensajes, realmente no cambiaría mucho.

-Joey.- El rubio mira a Ryo que tiene una cara preocupada.- No te debes sentir obligado, yo puedo encontrar alguna forma. Con que me ayudes a las hierbas es más que suficiente.

-Es como he dicho, nada me ata aquí. Y de hecho en estos últimos dos meses me he estado preguntando por qué el destino decidió revelar que soy un omega.- Los mira esta vez con una sonrisa característica suya.- Y creo que el destino es haberlos conocido y poder ser de utilidad para Ryo. Y si es así, estaría feliz.

Ryo derrama unas lágrimas para luego abalanzarse a abrazar a Joey, que ríe correspondiendo el gesto.- Eso es lo más lindo que alguien haya hecho por mi.- Aprieta un poco más el cuello.- Gracias.- Murmura.

Yugi quiere discutir, Joey se ha vuelto su mejor amigo en el poco tiempo que se han conocido. ¿Sería muy egoísta decir que quiere que se quede? Pero sería injusto, Ryo estaba viendo un rayo de luz en Joey y no lo arrebataría.

Malik por otro lado, estaba pensativo con la idea.

 

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Joey comenzó a escribir un correo al traficante, como se había acordado en la mañana de ese día. El hombre en realidad era genial, un bastardo grosero, pero genial al fin y al cabo. Aparentemente lo hacía muy bien ahora, aunque tuvo que mudarse de ciudad para no ser rastreado.

Tendrían que tener mucho cuidado esta vez y sobre todo para la entrega. Ese era la parte peligrosa si le preguntan a Joey.

Aunque tiene experiencia de años y sabe cómo arreglárselas perfecto.

Por mucho que hubiesen miles de guardias y cámaras de seguridad, un sitio impenetrable para estas dos cosas era: El baño. Aún existía la privacidad de los baños públicos. Con la apertura de los internados hubo muchos cambios alrededor de la ciudad, y uno de esos fue la inclusión de dos nuevos baños. Un baño de omegas hombres y un baño de omegas mujeres. Y en realidad tenía sentido, si no habría seguridad al menos no harían la cosa más incómoda.

Lo único que habría que hacer sería que el hombre mandara uno de sus mensajeros omegas y que entraran en el baño de un centro comercial. Era pan comido.

La puerta de la habitación se abre y Joey deja de escribir en la laptop de Yugi para ver a Malik entrar.- Hey.- Este le saluda, cerrando nuevamente la puerta.

-Hey.- Responde Joey volviendo a escribir. Por el rabillo del ojo ve que el egipcio se sienta a su lado para comenzar a leer el correo.

-¡Oh! ¿Tantos kilos? – Pregunta incrédulo al ver la cantidad.

-Sip. Será lo necesario para que duren al menos dos meses entre los dos.- Teclea un poco para luego detenerse cuando Malik pone una mano en su antebrazo.- ¿Malik?

-¿De verdad estás seguro de esto?

Joey suspira. Sabe lo que pasa por su mente, pero ha escuchado esa misma pregunta de Yugi mil veces en el transcurso del día.- Lo estoy.

Malik suspira y luego le asiente.- Entonces promete que lo protegerás. A pesar de todo lo que dice de los omegas es un señorito que no podrá sobrevivir solo.- Rueda los ojos a lo que Joey ríe.

-Trato.

-Y también, quiero pedirte algo.- Joey levanta una ceja pero dice nada y lo deja continuar.- ¿Hay alguna forma de camuflar el olor por menos de un día?

Ok. Eso no se lo esperaba.

-¿Un día? – Se alza de hombros indiferente.- Supongo que sí, aunque debe ser una hierba diferente. ¿Por qué?

-Verás, estuve pensándolo desde que arreglaste con Ryo el tema de la hierbas y me gustaría probarlo.- Toma su celular y abre una publicación, dejando que Ryo la vea.- Quiero ir aquí.

-¡Wow! – El rubio exclama con los ojos abiertos emocionados.- ¡Un concierto de rock!

Malik de hecho se ríe con su expresión.- Si. Realmente quiero ir. ¡No he ido a ningún concierto de J-Rock y me lo merezco!

-Es genial, pero ¿Para qué oler beta para eso?

Malik suspira.- Lee más abajo

Joey se desplaza un poco y nota una ley algo parecida a la del bar Touls. “Todo omega menor de edad debe ir en compañía de un alfa” -¿Estás bromeando? ¿Ahí también? – Frunce el ceño Joey.- ¿Qué puñetera pasa con la gente?

-¿Cierto? – Se cruza de brazos resoplando molesto.- ¿De qué estúpida libertad es la que tanto hablan?

-E imagino que la idea de buscar un alfa es…

-…Denigrante.- Terminó Malik por él.- ¿Por qué debo buscar a alguien más para divertirme?

Joey pone una mano en su hombro.- Te entiendo a la perfección

Malik, aun cruzado de brazos, le da una sonrisa maligna a Joey.- Aunque tú contaste con suerte. Kaiba fue a tu rescate y ahora puedes entrar cuanto quieras.

Y Malik se ríe pero no por ver la cara frustrada de Joey refunfuñando, sino que de hecho se sonrojó un poco.- C-Cállate, no estamos hablando de eso.- Dice retirando su mano del hombro

-Je~ e incluso le invitaste la comida. Buena movida, hermano.- Pone un pulgar arriba en aprobación.

El rubio mira a otro lado tratando de no pensar en la vergüenza.- ¿P-Podemos regresar al asunto de las hierbas?

Malik asiente pues ya se burló del chico, pero no podía evitarlo. ¡La historia era para morirse de la risa!

-Mira, simplemente quiero ir al concierto como un beta. Incluso si consiguiera un alfa aun llamaría la atención por este estúpido uniforme.

Joey entiende completamente el punto, él también siente con frecuencia deseos de volver a ser un beta. Le sonríe al egipcio.- Le escribiré sobre eso, te aseguro que tendrá algo preparado.

Malik también le sonríe.- Hoy eres el salvador, al parecer.

 

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Resultó que sí, hay una hierba especializada para ocultar el olor por tres horas y si se quiere expandir el tiempo pues solo se deberá tomar más al tiempo límite. De hecho, el traficante dijo que ese era su peor producto hasta ahora y pronto lo sacaría del mercado, pues los omegas de internado gozaban de los beneficios que tenían al ser omegas y prácticamente no había sentido en ocultar su olor para pasar la tarde.

Por lo que llamó a Joey un bicho raro. Y Joey le respondió vía correo que podía irse al infierno.

Lamentablemente el envío tardó más de lo esperado, siendo el sábado, casi una semana después, y justo el mismo día del concierto.

Por lo que Joey se apresuró en la mañana al centro comercial, para poder tener tiempo de llegar, explicarle a Malik y que este se cambiara, hiciera fila para entrar y disfrutara el concierto antes del toque de queda a las 7 de la noche.

Y Ryo debía aguantarse a un Malik paseando por la habitación de un lado a otro.-Cálmate ya. Joey llegará pronto.- Dice Ryo mirando a Malik que estaba seguro que pronto haría un agujero en el suelo de tanto caminar.

Malik lo mira para luego suspirar y sentarse en la cama.- No puedo evitarlo, nunca había hecho algo como esto y estoy nervioso.- Mira sus manos.- Aunque también estoy curioso. ¿Dejar de oler como un omega? Eso es interesante.

Ryo se alza de hombros.- Supongo que sí.

Ryo estaba completamente agradecido con la idea de Joey y por quien sea que haya descubierto esas hierbas. El plan fue trazado y básicamente los hizo perder las primeras dos horas de clase ese día pero lograron llegar a un acuerdo.

Lo mejor era partir un fin de semana, muy temprano en la mañana, para que cuando los empiecen a buscar al no llegar al toque de queda ya estén muy lejos.

Al llegar sábado lo mejor era salir el siguiente, y la idea era empacar lo menos posible para que quepa en una mochila.

Y el dinero, eso es otra cuestión.

Joey se sostenía por su trabajo de medio tiempo pero ahora, como no puede trabajar, está con la tarjeta regalo que le dio el director en los primeros días. Lo cual era completamente inconveniente. ¿Cómo comprar pasajes de tren bala, avión o lo que sea sin ser rastreados o notificados por la tarjeta? Imposible. Así que la opción de la tarjeta, descartada.

Pero el tío de Ryo le manda dinero cada mes, además de los hermanos de Malik. Por lo que la cubierta del dinero estaba bien por un tiempo, al menos hasta que pudiesen conseguir un trabajo a donde sea que fuesen.

Aun no lo planeaban pues esperaban la llegada de las bolsas de té.

Pero aún lo ponía nervioso. Terriblemente. Este era un plan que por muchos lados podría fallar.

Es que básicamente sería un fugitivo. Correr sin parar por años. Pero una parte suya, quizás la pequeña parte aventurera no explorada, le decía que este riesgo valía la pena. Es decir, ya no es un omega cobarde, ¿Cierto?

Eh.

Mejor cortar esa parte.

Ni siquiera ha podido decir que otros omegas le hacen bullying.

Su tren de pensamientos se interrumpe cuando llega cierto rubio abriendo la puerta de par en par.

-¡Ya era hora! – Escucha a Malik decir mientras corre a un sudado Joey. Aunque luego levanta una ceja al ver sus manos vacías.- ¿Y el paquete? No me digas que no lo conseguiste.- Dice con una cara de susto.

Joey le sonríe alzando su camisa y mostrando todas las bolsas de te pegadas con cinta por todo su abdomen.- Si traía una bolsa grande estoy seguro que sería sospechoso.

Ah. Eso explica por qué le pidió a Raoul, el chico obeso del segundo piso, que le prestara una camisa.

Malik choca los cinco con el rubio.- Bien jugado.

-Te digo, soy una rata callejera que conoce los trucos.- Comienza a despegar las bolsas.- Ahora acérquense ustedes dos. Es hora de mostrarles cómo se hace esto.- Mira hacia la puerta para asegurar que está cerrada. Voltea a ver a Ryo.- Trae dos vasos con agua.

El peliblanco asiente yendo al baño. Cuando regresa con lo pedido nota que el rubio ha distribuido más de una docena de bolsas verdes pequeñas en una pila y la otra pila tiene tres pequeñas bolsas naranjas.

Joey da un agradecimiento al recibir ambos vasos y se acomoda en el suelo, mientras los otros dos se sientan a su lado.

-Ok, empecemos con Malik.- Dice tomando una bolsita y mirando a Malik, que le prestaba toda la atención. Rompe la bolsa.- Es muy simple. Solo vierte todo el contenido en un vaso de agua estándar.- Realiza lo explicado y ambos ven como el agua se va tornando de dicho color. Joey introduce un pequeño palillo y empieza a revolver.- ¿Ves? No tiene mucha ciencia.- Les sonríe.

-Tienes razón. Para que un idiota como tu pudiera hacerlo por tanto tiempo debía ser así de simple.- Dice Malik con una sonrisa.- ¡Ay! – Se queja al recibir un zape de Joey por el comentario.

-Cállate, imbécil.- Le mira.- En fin, tómalo cada dos horas y media para no perder el efecto y listo.

Malik toma el vaso y lo huele.- ¿A qué sabe? – Pregunta curioso al no sentirle olor.

Joey se alza de hombros.- Ni idea. Nunca lo he probado.- Joey nota de inmediato la cara de duda de Malik, así que pone una mano en su hombro.- Tranquilo, hermano. Si no resulta te devuelves y ya, no hay nada que perder.- Le sonríe el rubio.

Malik le asiente nuevamente determinado.- Es cierto.- Se levanta y busca su termo donde vierte con cuidado el líquido.

-Recuerda, tómalo en cuanto estés disfrazado.- Le señala Joey mientras lo ve meter todo en su mochila.

-Sí, si.- Mete todo, tomando las bolsitas del suelo. Llega a la puerta para abrirla y voltear a verlos.- Nos vemos en la noche.

-Adiós.- Se despiden los otros dos viéndolo salir.

-Entonces.- Ryo vuelve su atención a Joey que le sonríe.- El procedimiento de éstas.- Dice señalando la pila de bolsas verdes.- Es el mismo, solo que una vez a la semana.

Ryo asiente y ambos quedan en silencio mientras ve a Joey guardar las bolsas en una caja que al parecer encontró en su alcoba y lo mete bajo su cama.

-¿Joey? – Le llama

-¿Hm?

-¿Qué se siente ser un beta?

Joey termina de guardar todo para luego verlo con una cara pensativa.- No sabría decirte, supondría que significa estar en la barra “normal”. No estoy diciendo que ser omega es malo.- Dice rápidamente lo último para no ofender.- Pero no tengo experiencia en esto.- Se rasca la cabeza indeciso por no saber cómo explicarse.

Ryo reflexiona un momento y luego lo mira.- ¿O sea que eres ignorado?

-Hm. Se podría decir que si, a la gente no le importas mucho.- Se alza de hombros.- Pero con este internado de mierda se ha llamado tanto la atención que los omegas pasaron de ser la clase con menos derechos a una especie en peligro de extensión.- Se cruza de brazos molesto.- En serio, la vida era más sencilla cuando era beta.

Ryo mira un rato a Joey despotricando y solo puede soltar una pequeña risita. Joey en definitiva es el omega más raro que ha visto, sin duda tiene cualidades alfas y betas en él. Pero el chico no le asustaba, era completamente entrañable.

-Joey.- Le llama deteniendo su diatriba para prestarle atención.- ¿Has pensado alguna vez en tu alma gemela? – Le pregunta curioso por la respuesta.

Joey le sonríe.- Te gusta mucho ese tema, ¿Eh? – Dice a sabiendas a lo que Ryo se sonroja.

-B-Bueno, si

Joey se ríe para luego mirarlo aun con una sonrisa.- Allá en casa tengo dos amigos que la viven restregando en mi cara que son almas gemelas. Es inevitable pensar en eso, ¿Sabes? – Dice alzándose de hombros.

A Ryo le pica el interés.- ¿Y?

-Antes pensaba que era un mito pero después de ellos me di cuenta que es verdad. Maldición lo demuestran todo el tiempo.- Dice volteando lo ojos.- ¿En serio descubrir tu alma gemela te hace ser así?

Ryo se alza de hombros.- A Bakura lo conocí por poco tiempo. Pero he oído que los alfas instintivamente reaccionan sin saberlo.- Dice pensando el encuentro en la calle con Bakura y que el chico lo defendiera. Que tonto, aun lo hace sonrojar cual tomate.

-¿Ah sí? – Pregunta curioso por su comentario.- Eso explica por qué parecía un tonto ese Tristán al conocerlo.- Dice riendo quizás al recordar tal anécdota.

Pero Ryo sigue curioso.- ¿Entonces tu alma gemela? – Retoma el tema.

-¿Por qué estás tan curioso sobre eso?

-Porque cuando dijiste que me ayudarías hablaste del destino. Y el alma gemela es la pareja destinada aunque ya casi nadie lo ve así.- Y en realidad era cierto, era un tema poco tratado por lo casi imposible en encontrar a alguien de todo el globo terráqueo con el mismo símbolo que está en alguna parte del cuerpo. De hecho a pesar de ser alma gemela, la probabilidad de encontrarlo era demasiado remota y casi un milagro. Ryo en si no entendía el mecanismo. ¿Para qué tener un alma gemela si no estabas destinado a estar con esa pesona? Esa pregunta lo carcomía día a día.

Que cruel era el destino.

Joey, sin notar el dilema interno de Ryo simplemente se acomoda en el suelo, poniendo sus brazos bajo su cabeza para usar de almohada.- Creo en el destino, Ryo.- El peliblanco lo mira.- No tengo prisa como todos que se casan o se hacen parejas. Si estamos destinados a alguien no hay que apresurarse como todos lo hacen ni revisar el cuerpo como lo hacen los niños curiosos. Simplemente pasará.

-¿Y qué hay de los que han esperado toda su vida?

Joey se alza de hombros aun acostado.- No lo merecían entonces.- Ryo queda con la boca abierta por la simplicidad del pensamiento de Joey.- No hay que darle vueltas, creo que el destino ya me tiene preparado a alguien y estoy seguro que tu.- Le dice señalándolo con un dedo.- Volverás a ver a ese chico.

Eso tenía la atención de Ryo que se arrastra para estar cerca de Joey.- ¿De veras lo crees?

-Claro. Tal vez antes no era el momento pero estoy seguro que se verán.- Joey le sonríe a lo que Ryo le iguala.

A pesar de todos los líos que ha tenido, Ryo se siente bendecido. Personas como Malik, Joey y Yugi llegaron a su vida para verla diferente y darle más calor. Escuchar al chico, que dejará su vida para acompañarlo a esconderse, hablar sobre el destino de una manera tan simple y esperanzadora le hace pensar que haber nacido omega y viajar a Japón a conocerlos ha sido lo que el destino tenía preparado para él.

-Siento un poco de pena por mí alma gemela.- Ryo mira a Joey hablar mientras cierra los ojos.-. Con todo lo que me ha pasado en la vida debe ser un hueso duro de roer.

Ryo se ríe a su lado asintiendo.

Los dos ignorantes al hecho que el destino hace todo lo posible para que Joey y su alma gemela se encuentren todo el tiempo.

 

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Yugi se siente nervioso. Lleva un buen tiempo saliendo en no-citas con Atem. El chico era el alfa ideal que cualquier omega soñaría en su versión de príncipe en cuentos de hadas.

Dulce, refinado, caballeroso, y para nada clasista.

Yugi incluso se sentía mal al pensar que a veces tomaba como un experimento la cercanía que ahora tiene con Atem. Aun hablan de temas cotidianos, nada íntimo y el alfa es lo suficientemente respetuoso para no tocarlo. Yugi le gusta pensar Atem es el alfa más cercano a él y por tanto ha perdido su miedo a él.

Por eso probaba su miedo a los alfas en Atem, dándose cuenta que Malik y Joey tenían razón, no todos los alfas son malos que quieren abusar omegas.

Aunque también llamaban a Atem un Ikemen, quizás ni ellos creían que alguien así pudiera existir.

Y le da vergüenza admitirlo, pero en un principio pensó que quizás todo era una fachada para poder sodomizarlo y venderlo al extranjero para… Bueno, muchos documentales, debía admitirlo. Pero la minúscula duda estaba ahí después que pasara el susto en hospital.

Luego llegó la charla tranquila por mensajes, su salida al parque de diversiones y encuentros a comer. No podía estar equivocado, el chico era el ideal alfa de cualquier omega.

Y Yugi también se sentía orgulloso de sí mismo, por primera vez en mucho tiempo podía estar en presencia prolongada con un alfa sin asustarse.

No se quería apresurar, es cierto que ya le gustaba. Justo ahora estaban juntos recorriendo el acuario con Atem amablemente explicándole todas las especies al menor. Nunca sobrepasándose, guiándolo e incluso poniéndose en medio cuando un alfa se acercaba mucho a él.

-Y este de aquí es mi favorito de niño.- Dice Atem guiando a Yugi a una banca en la mitad de una habitación cubierta de vidrio con peces multicolores. No había puerta, por lo que la entrada era abierta.

-Wow.

Atem asiente a la expresión perpleja de Yugi.- El tiempo que pasé de niño en Japón disfrutaba mucho venir aquí.- Sonríe nostálgicamente.

Yugi es curioso por naturaleza. De hecho, su miedo a los alfas surgió precisamente de esa curiosidad. Pero en realidad considera irrespetuoso preguntarle sobre su pasado al alfa, por lo que se queda callado mientras asiente.

Ambos se sientan en la banca mirando toda la habitación. Era una vista muy bella. En el barrio donde vivía Yugi no había acuarios así que estar allí era realmente una gran experiencia. Se voltea a ver al chico.

-Gracias por traerme aquí, Atem.- Le sonríe.- Ha sido increíble.

Atem le sonríe de vuelta y Yugi sintió todo en cámara lenta. Ver la cara del alfa acercarse poco a poco a su rostro. ¿Un beso? ¿Su primer beso? Se sonroja pero no puede pensar en ninguna razón para alejarse, solo ve como Atem se acerca poco a poco.

-¡Cállate!

Un repentino grito los hace separar antes de siquiera tocarse y voltear su atención al vano donde ven con claridad una pelea que está surgiendo en el área social del acuario.

Yugi ni siquiera piensa en que arruinó el ambiente, puesto que un escalofrío comienza a pasar por su columna. A pesar de la distancia reconoce el olor, dos alfas peleando.

Atem frunce el ceño - ¿Qué está pasando?

Un nuevo ruido de un golpeteo surge y Yugi tiembla al escuchar algunas bancas golpeando el suelo. Al parecer era una fuerte pelea.

Yugi sin pensarlo agarra ambas manos en el brazo derecho de Atem quien lo mira con sorpresa, pero al parecer el rostro asustado de Yugi es suficiente explicación.

Una cara de resolución atraviesa el rostro de Atem.- Tranquilo, salgamos de aquí.- A lo que Yugi asiente.

Ambos salen de la habitación abierta y al fin notan con claridad la conmoción. Dos alfas se están peleando a los puños por cualquier razón mientras algunos trabajadores tratan de frenar. Lo cual era increíble, si le preguntaban a Yugi, puesto que calmar alfas enojados era como tratar de parar un tren en movimiento. Por lo que algunos empleados también eran golpeados.

La multitud se dividió entre los que se quedaron a ver y vitorear el espectáculo, y los que corrían a la salida para no salir envueltos en la pelea.

Yugi alcanzó a notar un omega sentado en una banca cercana, paralizado con lo que veía y Yugi no lo culpaba, si Atem no lo estuviese llevando a la salida también estaría paralizado. Es que la pelea estaba empezando a salirse de control, cosas salían volando y olor era insufrible, lo suficiente para hacerlo temblar de miedo.

En eso uno de los alfas toma una de las patas de una de las bancas de pino destruidas y se la lanza al otro, que esquiva con ira, sin importarle a ninguno de los dos en ángulo que tomó la pieza de madera. Al parecer solo Yugi lo notó.

-¡Cuidado! – Grita sin dudar.

Y luego pasó.

La madera golpeó al omega que estaba sentado.

Ahí se iba a formar. Incluso hubo un pequeño silencio de un segundo, de inmediato reemplazado por jadeos donde empleados y guardias se acercaban al omega herido y hacían más por detener la pelea.

Yugi se sintió temblar y mira a Atem por comodidad. Pero lo que ve lo paraliza.

El dulce y tierno Atem tenía una vena que le crispaba en la frente mientras veía al omega inocente envuelto en la riña. Yugi no puedo separar su brazo más rápido cuando un aroma de dominio absoluto empieza a rodear a Atem.

-¡ALTO! – La voz de Atem gritando resuena por todo el establecimiento, y combinado con su olor detiene a todos de lo que hacen, incluso a los alfas peleando.

Atem se acerca a paso lento a los dos alfas con el ceño fruncido.- ¡Paren de una condenada vez! – Aprieta sus puños.- ¿¡Ven lo que ocasionan?! – Grita señalando al omega herido.

Nadie dice nada. Cualquier sonido podía molestar aún más al alfa enojado. Súper-alfa. Se corrigen algunos. Ese olor era sin duda de un Súper-alfa que podía incluso dominar a los alfas más severos.

Atem se gira a uno de los guardias alfas.- Haga su trabajo y escolte a estos sujetos.

El guardia alto y musculoso incluso se siente temblar un poco y asiente.- Si, señor.- Responde acatando sin importar que no fuese una autoridad.

Con todo calmado Atem respira calmando sus impulsos y se voltea solo para encontrar la cara asustada de Yugi con lágrimas pasando por sus ojos.

Se acerca con cautela al chico, mientras los demás se apartan del alfa. Estira su mano hacia el menor a lo que este asustado retrocede un paso.-¿Yu…?

Pero Yugi no lo deja terminar y sale corriendo del lugar. Solo un pensamiento pasa por su mente.

Atem da miedo.

 

Xxx0xxx0xxx

 

Malik está feliz, acomodado en su asiento mientras el concierto estaba en un receso a la mitad.

Si, en definitiva se merecía un día así. No tenía uno mientras estaba en Japón, incluso desde antes de la locura del internado.

Nada de miradas hurañas, olores desagradables hacia él, o regalos. Sólo él con sus golosinas y vistiendo su ropa de calle.

Ya entendía a lo que se refería Joey con ir a ese bar, tener un momento para él era increíble.

No fue fácil, pero pudo disfrazarse antes de tomar el té de hierbas, que en realidad no sabía nada mal. Tuvo que bajar por una escalera de incendios para estar en un sitio donde nadie lo viera y luego salir con gorra y lentes pero lo consiguió.

Aunque aún un par de chicos y chicas se acercaban pues estaba solo y, no por ser arrogante, pero era bien parecido así que claramente llamaba la atención a pesar de “ser beta”, pero no era una atención desagradable, con solo un – Lo siento, hoy no puedo.- De inmediato se disculpaban y alejaban.

Así es cómo debería ser incluso siendo un omega. Se preguntaba si en algún momento llegarán a eso cuando el internado omega baje de popularidad.

Gime en su asiento al pensar que quizás podría tardar uno o dos años.

Alejó ese pensamiento y se concentró en disfrutar.

Aunque debía admitir algo, en realidad estaban teniendo en cuenta a los omegas, el concierto terminaría a las 6:30 si todo estaba en orden, dando tiempo a los omegas de volver a tiempo para el toque de queda del internado.

Punto para Pegasus, debía admitirlo.

Miró su reloj.

5:30.

Ya había tomado su última dosis y sus efectos durarían lo suficiente para salir del establecimiento, cambiarse y llegar a tiempo para el toque de queda oliendo a omega.

Se mete un chocolate en la boca. Tal vez debería pedirle a Joey que me consiga más de esa hierba. Esta era la gran vida.

Sin nada más que hacer hasta que empiece la segunda mitad mira con curiosidad el alrededor. Las personas que vinieron en grupos comentaban emocionados el concierto a sus omegas, otros aprovechaban para comprar comida, y habían algunos que aprovechaban el momento para besuquearse, haciéndolo rodar los ojos.

Como si un concierto de J-Rock fuese un lugar tan romántico.

Aunque no es de los que husmean en ese tipo de situaciones, sus ojos se detienen en una chica, unos puestos más adelante, sentada a horcajadas sobre un chico. Al estar a cierta distancia Malik no podía decirlo con certeza pero sospechaba que el chico era alfa, y la chica no estaba seguro, pero se veía mayor. Usaba un vestido rojo pegado al cuerpo, sus curvas muy bien definidas a lo que Malik tuvo que aprobar.

Aunque lo de él sean los hombres sabe reconocer una buena chica cuando la ve.

Pero también debía admitir que el vestido era demasiado revelador para este tipo de concierto y aún más el maquillaje.

El hombre sentado tenía ambos antebrazos apoyados en los apoyabrazos como todo un rey mientras la chica rodeaba su cuello. Malik apostaría que la chica estaba tratando de conseguir un Sugar Daddy pero al parecer el tipo aun no cedía. ¿O posiblemente mostraba su dominio?

A todo esto, ¿Desde cuándo es tan curioso con lo que hacen otras personas?

Se alza de hombros y centra su atención en otra cosa. Tal vez antes de regresar debería comprar unos refrescos como los del chico a su lado. La pequeña nevera en su habitación necesitaba algo así, más que esos jugos sin azúcar que a Ryo le gustaban por alguna razón.

Al estar de lado del pasillo Malik siente cuando una tela pasa por su brazo, voltea para encontrar a la chica del vestido rojo caminando por el pasillo, que ahora en definitiva podía reconocer como una omega al pasar tan cerca, mientras llevaba de la mano al alf…

Un momento.

Malik mira con el rostro sorprendido al alfa que camina junto con la chica alejándose del lugar, y por la sonrisa de satisfacción de la chica, parecía que habia conseguido lo que quería.

Espera un maldito momento.

Malik siente su ceño fruncido. ¿Acaso ese no es el mismo alfa que días atrás le prometía mil cosas y decía frases rebuscadas en un intento por llamar su atención? ¿Qué mierda estaba haciendo Marik con ella?

Malik no tenía que ser un genio para saber qué iban hacer esos dos juntos.

Espera. ¿Qué te pasa, Malik? Se dice a sí mismo. Claro, así es cómo es ese sujeto, en cuanto se aburrió se fue con otro omega.

Siempre tuvo la razón, era una alfa perro. Se voltea con una sonrisa al ver que tenía razón, pero sabe en su interior que esa sonrisa que tiene por alguna razón no es de satisfacción, incluso siente algunos tics nervioso.

Debería sentirse aliviado de ver que dejará de molestarlo.

En cambio no deja de mirar la puerta donde ambos desaparecieron.

Y solo pasa un minuto más donde no puede detener el impulso de levantarse a seguirlos.

.

Marik hace una mueca cuando la chica mete su brazo y lo apoya sobre sus exuberantes pechos. La chica es hermosa, y si la trajo al concierto de mierda fue para follarla para sacarse de la cabeza todo lo que le había dicho Bakura sobre que estaba empezando a ser celoso.

¿Él? ¿Celoso?

El año anterior estuvo con un omega por semana por casi tres meses seguidos. Un buen polvo hacia que pudiese olvidarlos de inmediato. Claro que la satisfacía pero no era alguien que le decía que no si alguien más atractivo se lo proponía.

Así que era imposible que estuviese celoso.

Y lo decidió probar.

Llamó a una de las omegas mayores más sexis que tenía su número desde su pequeño encuentro el año anterior. Un buen polvo le haría olvidar toda esa basura y también de Malik. El chico se lo perdía y ya. Él podía seguir al ruedo.

-Ven querido~ - Señala la chica una puerta que decía Salida de Emergencia.- He venido aquí cientos de veces, conozco un lugar encantador para que tú y yo tengamos un ratito solos.- Dice guiñando su ojo.

La chica sabía que tenía un buen dinero así que claramente estaba tratando de hacer un buen trabajo conquistándolo. Y si hubiese sido hace un par de meses Marik la habría estampado contra la pared en cuanto llegar al lugar que decía.

Bajaron las escaleras luego de pasar por la salida de emergencia y giraron hasta llegar a un pequeño sótano. Incluso su puerta estaba escondida. Estaba oscuro, pero no completamente gracias a una ventanas superior que daba solo un poco de luz, lo suficiente para no quedar a oscuras al cerrar la puertas y definir las siluetas.

-Entonces~- Continua la chica feliz pasando sus brazos por su cuello.- ¿Deberíamos empezar, querido? – Dice acercando su cara y besando profundamente al egipcio.

Marik pasó sus manos por su esbelta cintura. Oh sí. La chica daba besos geniales, se notaba la experiencia, claro que él no se quedaba atrás. Pero algo le hacía frenar el particular entusiasmo.

¿Qué demonios estaba mal con él?

Una bomba estaba delante de él dejándose hacer lo que le venga en gana, entonces ¿Por qué la imagen de cierto omega era lo único que tenía en mente?

No importa. Piensa empezando a deslizar sus manos para apretar el trasero de la chica que aprieta su cuello con un poco más de fuerza, encantada por la sensación del guapo, bueno en el sexo, y rico alfa. El tipo era la ganga.

La chica comienza a desabrochar los botones de su camisa remangada para pasar la mano por su pecho.

Marik comienza a besar el cuello de la chica. Si, éste es él. Alguien que follaría a un omega sin dudar…

“¿Eres un puto acosador o qué?”

Solo al escuchar esa voz en su mente es suficiente para tomar de los brazos a la chica que empezaba a besarle el pecho.- Estoy sin ganas.- Dice empezando a abotonarse de nuevo

-¿Q-Qué? ¿No te gustó? – Pregunta confundida y un poco insultada la chica.

Marik se alza de hombros.- No se me para, sin importar cuanto toques.- Dice sin rodeos y mirándola con indiferencia.

La chica lo mira con el insulto marcado en su cara. El tipo era un bombón pero no se iaba a quedar a escuchar cómo denigraban sus habilidades.- ¡Eres un idiota! – Le cachetea con fuerza para luego abrir con fuerza la puerta y salir con enojo.

Marik ni siquiera se inmuta y solo busca el apoyo de una mesa de escritorio para sentarse. Puede escuchar que el concierto ya empezó pero le tiene sin cuidado, su acompañante ya se fue y no tiene ganas de nada más.

Sabe que se queda unos minutos, pues han cantado dos canciones que retumban en el pequeño espacio. Así que se levanta y se acerca a la puerta para salir, cuando un apresurado chico se asoma a la puerta.

En realidad no puede ver bien, solo la silueta, pero sabe que es un beta por el olor. En realidad no le importa y camina pasando a su lado poniendo una mano en su hombro.- Está desocupada, chico. Invita a quien gustes.

.Así que ya terminaste con ella, eh.

Esa voz. Marik se voltea a mirarlo y por alcanza a distinguir esos ojos tan familiares.- ¿Malik? – Pregunta desconcertado.- ¿Por qué hueles a…

-Así que de esto se trataba todo.- Le interrumpe el menor entrando a la habitación.- Claro, siempre lo supe. Alguien como tu haría exactamente eso.

Marik no alcanza a oír de qué se queja el chico, su mente está tratando de entender dónde está ese olor que lo volvía loco.

-Pero yo soy el idiota.- Continuó Malik sin notar que Marik se acercaba a él.- Obviamente sabía en qué estabas pero aun así…- Se interrumpe así mismo cuando el mayor lo agarra de los brazos.- ¡oye! ¿Qué… – Se vuelve a interrumpir y siente un escalofrío cuando Marik acerca su nariz a su cuello, el punto de mayor olor.

-¿Por qué hueles a un beta? – Pregunta Marik aun pegado al cuello dando otra calada. También aprovechaba, no olía a omega pero el olor natural de Malik también le era adictivo, hasta que se siente empujado.

-¡Eso no importa! – Le responde Malik.- ¡No te acerques así!

-No, pero en serio. ¿Qué hiciste? – Pregunta curioso Marik.

Malik solo se alza de hombros.- Tengo mis maneras. Además de ésta forma ya podrás amarrarte la lengua para no pensar con las bolas cuando me hables por oler a omega.- Se cruza de hombros de repente enojado, aunque no sabe por qué.- Aunque bueno, ya no parece necesario, ya veo que buscaste otra presa.

Marik alza una ceja con una sonrisa burlona.- ¿Oh? ¿Eso suena a celos?

-¡Claro que no! – Replica rápidamente Malik. Porque ese era un pensamiento totalmente descabellado.- Al contrario me da gusto, contigo mirando a otro lado y con mi olor podrás dejar de molestarme.- Malik se da la vuelta enfurruñado.

Él lo sabe. Marik es un perro con los omegas. Ahora que olía a beta estaba fuera del radar. ¡Era fabuloso! Si, fantástico. Se dice Malik con un tono que ni siquiera puede convencer a su propia mente.

-¿Estás diciendo… que ya no volverás a oler a omega? – Pregunta mirando la espalda del chico.

-Es muy probable.- Dice para probar su punto. En cualquier momento el alfa dará la vuelta y se irá.- De hecho te aplaudo, aguantaste un buen tiempo antes que tuvieses que encontrar alguna perra para desahogarte por mis continuos rechazos. Debe haber sido duro.

-¿Quién? ¿Ella? – Resopla.- No me prendió así que la eché.- Responde Marik con todo el orgullo que puede para no demostrar que simplemente no podía concentrarse.

-Ya veo.- Responde Malik, muy en el interior aliviado de escuchar pero más enojado que eso.- ¿Entonces por qué sigues aquí? Vete a buscar otro omega para divertirte.

Marik también se cruza de brazos.- Estoy con un diez ahora mismo, no tengo que ir a ningún lado.

Malik se voltea para mirarlo.- Ya no huelo a omega. Y a ti solo te atraen omegas. Así que lárgate de una vez.

Marik da un paso y tiene una sonrisa cuando ve que Malik no retrocede.- Por alguna razón el único que me atrae eres tu.- Da otro paso hasta que por fin ambos están frente a frente, siendo Marik más alto por sólo uno centímetros.

Malik mira hacia otro lado pensando en lo cursi que se puso el tipo que hasta hace poco tenía a una choca de grandes curvas sentada en su regazo. Un ira lo invade al recordar por lo que lo empuja con sus dos manos.- No te pongas con tus frases ahora. Bien estabas con alguien más diciendo las mismas idioteces.

Marik es un hombre de orgullo, siempre lo ha sido. Ninguna de sus conquistas necesita saber más allá de lo necesario, pero algo dentro de él le prohibía que este chico se alejaba. Sentía que si se iba ahora no habría posibilidad en el futuro. ¿Posibilidad de qué?

Muerde sus labio inferior para luego agarrar las muñecas del más bajo haciéndolo revolcarse pasar salir del agarre.- Estaba pensando en ti.- Le dice para verlo detenerse y mirarlo curioso.- No pude hacerlo con ella porque estaba pensando en ti. ¿Feliz? – Dice mirando a otro lado, quizás se sonrojó.

Malik abre la boca para luego cerrarla.- N-No te creo

-Es la verdad.- Vuelve a mirarlo, aunque aún estaba oscuro.- No sé qué tienes, pero incluso oliendo como un beta, eres como una droga para mí. Y... Si no me he acostado con nadie antes.- Se detiene para luego ponerse firme.- Es porque solo pienso en ti.

No era una declaración romántica, era un chico que admitía que estaba bueno para echarse un polvo. Pero él podía ver el deseo en los ojos y las ganas en su olor. El chico solo prefería omegas pero por alguna razón estaba encaprichado con él.

Y no sabe que impulso le hice hacerlo, pero, con las muñeca agarradas, se acerca a besar al alfa.

Marik se sorprende un segundo para luego besar lentamente al chico, quitando las manos de su muñecas y apretándolas en su cuerpo para pegarlo a él.

Malik quiere separarse a los pocos segundos, pues ya le dio al chico lo que quería, pero los brazos no lo dejaron alejarse y esa lengua. Dios. Su lengua era magistral.

Se escuchan los aplausos de fondo del público, anunciando que ya estaba llegando a su fin el concierto pero a ninguno de los dos les importaba. Porque solo con un tiempo en la boca del otro los dos pensaron lo mismo

Estoy perdido.

Ambos se besan, pasando sus lenguas como si apenas descubrieran el placer de hacerlo.

Se separan y se ven a los ojos unos segundos.

Una pequeña voz le dice a Malik que hasta ahí, no más. Pero al estar tan cerca Malik puede distinguir mejor los rasgos faciales del otro y cuando le sonríe para luego darle una lamida a su cuello sabe que no puede detenerse.

Marik besa el cuello y se deleita con los pequeños espasmos de Malik y aún más cuando el chico empieza a desabotonar la camisa con sus manos, justo como lo hacía la chica pero mil veces mejor.

-No hueles a omega.- Susurra Marik a su oído.- Pero no me importa.- Ni él mismo puede creer lo que dice.

Luego de quitarse toda la ropa y estar un rato en los juegos previos Malik lo siente. Siente su olor volviendo a él, y una parte de su cerebro le dice que es malo porque ya debía irse pero no se sentía a ganas de jugar a la cenicienta.

Marik, quien besaba su estómago sintió su olor y de inmediato se endereza para verlo.- ¿Así que ya hueles a omega?

Malik sonríe con travesura.- ¿A que es un buen truco?

-Y ya estaba empezando a partirme el cerebro pensando en cómo cortejar un beta.- Se acerca a besar su barbilla.

-¿Oh? ¿Qué acaso esto no era solo un polvo por diversión? – Pregunta inocentemente Malik mordiendo su labio inferior seximente mientras agarra sin vergüenza el dotado miembro del alfa

Marik mira la mano del omega para luego sonreírle.- Después de probarlo te aseguro que solo pensarás en mi para tener sexo y ningún alfa más.

Malik ríe.- Te das demasiado crédito a ti mismo y a este chico.- Dice pasando ahora su índice sobre el emocionado miembro.

-Puede ser. Pero haré que veas el cielo.- Le prometió acercándose a besarlo.

-Es un reto, entonces.- Fue lo último que dijo antes que empezara el beso.

Aunque ambos estaban tan calientes y entretenidos que no notaron ciertas cruces en sus hombros que coincidían perfectamente, mientras pensaban en darle placer a sus cuerpos.

 

Xxx0xxx0xxx

 

-Maldición.- Dice Atem corriendo por las calles, sabiendo que su madre probablemente lo golpearía por hablar así.

Llevaba casi una hora y no podía encontrar a Yugi en ningún lado.

Justo cuando Yugi corrió iba a ir tras él pero fue frenado por los guardias estacionarios para hablar de lo ocurrido y agradecer o eso alcanzó a entender, porque cuando se pudo librar de ellos un par de minutos después se aceleró a salir a buscar a Yugi pero ya no estaba en ningún lado.

El acuario no quedaba cerca del internado, estaba a casi 20 minutos en su auto y sabe que Yugi no tomaría transporte público sólo.

Maldición.

Un omega pequeño y asustado corriendo solo por ahí no era bueno, en lo absoluto.

Pero su mayor remordimiento era recordar sus asustados ojos al verlo. Recordó esa mirada de la primera vez que se vieron y el chico reaccionaba a su miedo a los alfas. Pero ahora era miedo dirigido solo a él, por usar un olor que espantaría a cualquiera.

Que estúpido se sentía.

Pero la cólera llegó a él cuando vio a un inocente siendo afectado por dos alfas revoltosos que luego descubrió que habían empezado a pelear por una soda derramada

Facepalm

Corrió por todos los alrededores pero no podía encontrar nada. ¿Cómo era posible que su cita donde al fin iban a compartir un beso se transformara en esto?

Mira la hora y vuelve a maldecir. 6:30

En serio su mamá vendrá en la noche a darle una paliza por esto.

Ha tratado de llamar a Yugi pero no contestó las primeras dos llamadas y luego apagó su celular, aparentemente.

En vista que quedaba poco tiempo, lo mejor era buscar ayuda y cerciorarse que Yugi no esté en la residencia.

No tiene el número de Joey, pero sabe que Mokuba si, así que se dispone a mandar un mensaje a su pequeño primo mientras reza que su pequeño omega esté bien.

.

Joey está jugando el duelo de monstruos con Ryo, ambos sentados en la cama con un tablero entre los dos.

Se está partiendo los sesos pensando en la estrategia cuando el sonido de su celular le hace tirar las cartas de susto.- ¡Ahh!

-¡Ja! ¡Tienes al Bebé dragón en tu mazo! – Exclama Ryo señalando una de las cartas que se volteó al caerse

-Maldición.- Sisea Joey tomando el teléfono y viendo que es un número desconocido.- Más vale que sea importante.- Responde de todas maneras.

-¿Hola?

-¡Joey!

El rubio alza una ceja.- ¿Atem? – Mira el reloj y nota lo cerca que está el toque de queda.- ¿Ya vienes con Yugi? El toque de queda está cerca.- Lo mejor sería llamar a Malik para que se apresurara después de terminar la llamada.

-¿O sea que no está allá?

Joey se congela.- ¿Qué significa eso?

-Lo perdí.- Joey escucha el pesar en la voz del chico.- Salió corriendo y no sé dónde, llevo más de una hora buscando.-

Joey pone una mano en su boca.- Oh Dios.

-Estoy preocupado, estamos lejos del internado.

-Vamos para allá para ayudar.- Se resuelve Joey decidido.- Pásame la dirección por mensaje.

Luego de colgar Joey toma un par de merecidas respiraciones para respirar. Un Yugi perdido a tal hora no era nada bueno.

Se levanta de la cama. Juego de cartas olvidado.- Vamos, Ryo

-¿Eh? ¿A dónde?

Luego de explicar y tomar un taxi para llegar al lugar notan que faltaban escasos minutos para el toque de queda. Pero al carajo eso, ya luego le dirían al director que era necesario.

-Nada.- Murmura Ryo a su lado, quitando el teléfono de la oreja.

Joey frunce el ceño frustración - Maldición. ¿Qué demonios está haciendo? – Refiriéndose a Malik que no contestaba.- Más le vale que ya esté en el internado. Siento que me saldrán canas.- Murmura Joey.

Al llegar lo primero que Joey nota es la oscuridad de la noche y que dos camionetas están estacionadas donde Atem les indicó. Bajando del taxi ambos caminan cuando el vidrio de una de las camionetas baja y ven a Atem haciendo señas.- ¡Por aquí!

Ambos corren y llegan, para ver a Atem saliendo del vehículo y dejando la puerta abierta, vislumbrando a un Seto Kaiba sentando con un portátil en sus piernas.

-¿Kaiba? – Pregunta curioso Joey al verlo.

-Perro.- Saluda en respuesta el castaño aun mirando la pantalla

Una vena se le crispa al rubio.- ¡No me llames así!

-Shh.- Le silencio Kaiba sin escucharlo.- Estoy tratando de encontrar a tu amigo, así que calla.

Eso gana la atención de Joey, que se mete en el auto para sentarse junto a Kaiba y ver también el portátil.- ¿Es así? Entonces continúa.

Y a Kaiba no le molesta que esté sentado a su lado por lo que sigue sin problemas.

Roland, que está sentado en la parte delantera, casi se le caen lo lentes al ver a su jefe tan cómodo con un omega su lado, usualmente los prefiere a metros pero ahí están ambos muy cómodos a pesar de lo que se dijeron momentos antes.

A Atem no le importaba y solo esperaba que su primo, experto en hackear, encontrara algo en las cámaras de seguridad del área.

Y si Ryo lo notó extraño no hizo comentarios al respecto.

-Lo tengo.- Anuncia Kaiba repentinamente habiendo a todos asomarse para ver. Así que para mayor visión colocó su costoso portátil sobre las piernas de Joey, que estaba en el asiento del medio, haciendo que nuevamente Roland tenga problemas para tener sus lentes en su lugar.

Los cuatro ven a Yugi correr por el andén, en una cámara de algún restaurante. El chico se asombra al ver los guardias estacionarios por lo que dobla para entrar en un callejón. Kaiba presiona algunas teclas y la cámara cambia a una con visión al callejón.

Allí Yugi pone sus manos sobre sus rodillas descansando cuando una de las puertas del callejón se abre y un hombre se asoma, al ver a Yugi intercambian un par de palabras para luego tomarlo del brazo, y contra la voluntad del chico lo mete al espacio cerrando la puerta.

Hay un silencio que es roto por Joey.- ¿Qué demonios? – Pregunta enojado y preocupado en partes iguales.

-¿Dónde es eso? – Joey y Ryo se sorprenden al ver que fue Atem quien preguntó, pues su voz sonaba demasiado baja.

Kaiba quita el portátil de Joey y teclea más para finalmente encontrar la respuesta.- Está a cinco calles de aquí, Roland.- Le habla a su guardaespaldas que se acomoda para encender el auto y da señales por su radio a la camioneta trasera llena de guardaespaldas, para que los sigan.- Al parecer es una casa normal…- El castaño se interrumpe para fruncir el ceño.

-¿Qué es? – Pregunta Atem sentándose en el asiento delantero junto a Roland mientras Ryo se desliza al lado de Joey, ya listos para irse.

-Parece algo que se ha escondido pero cavé un poco.- Teclea aún más rápido. Y luego abre los ojos sorprendido.- Una casa de subastas.- Fue la respuesta final.

-Enciende el auto de una vez, Roland.- Ordena Atem aun con su voz fría.

Un escalofrío pasa por toda la columna de Joey, sintiendo un miedo abrumador correr por su cuerpo. Tenía ganas de partirle la madre a todos esos sujetos pero el miedo seguía ahí.

Ryo no estaba mejor y temblaba con más fuerza que Joey al sentir que sus temores de ventas de omegas estaba cerca suyo, incluso sin ir a Inglaterra.

Para los tres alfas del auto, el olor a miedo de los omegas era ácido y quería deshacerse de ellos por lo que Roland aceleró y Atem dejó un poco su enojo para voltear y darles una sonrisa de apoyo.

Era cierto que el olor de ambos omegas era de miedo absoluto, pero había algo en el de Joey que Kaiba no podía soportar y habló antes de siquiera pensar.- Lo encontraremos, te lo prometo.

Joey lo mira y le asiente.

Y Roland solo puede pensar que la próxima vez comprará lentes que se sujeten en la parte atrás de su cabeza.

.

Hace una hora

Yugi no puede creer que Atem sea más terrorífico que otros alfas, si no lo hubiese visto pensaría que es mentira. Eso es lo que piensa mientras corre a toda velocidad.

No sabe dónde está y no le importa, sólo quería alejarse.

Hasta que ve a los guardias, están viendo a otro lado pero no. No quiere acercarse a ellos.

Por lo que decide doblar por un callejón y descansar un poco para tratar de pensar en su siguiente movida. Podría llamar a Joey para que viniera por él porque en definitiva no usaría transporte público.

En eso una de las puertas del apretado callejón se abre y un hombre beta se asoma. Por lo que Yugi se permite relajarse un momento al ver que no era un alfa.

-¿Estás perdido, chico? – Dice el hombre viéndolo de arriba abajo. Pero a Yugi no le importó, confiaban en los betas.

-Un poco.- Confesó Yugi.- Voy a llamar a un amigo.

Y Yugi se asusta cuando el hombre empieza a acercarse.- En ese caso entra, te puedes quedar mientras.

-E-Eh, no grac…

-Insisto.- Declara el hombre tomándolo del brazo y obligándolo a entrar, y aun con toda su fuerza Yugi no puede hacer nada antes el gran agarre.

A partir de ahí todo pasó muy rápido a los ojos de Yugi. Fue despojado de su ropa y las cosas que llevaba consigo y puesto en una camisa sin mangas y muy ajustada, parecían casi 2 tallas menos. Hasta podía ver todos sus músculos y costillas de lo pegado que era, además de uno pantalones cortos. Fue casi obligado por lo que el hombre y una chica prácticamente lo sujetaron para ponerse todo.

Las lágrimas caían de sus ojos. ¿De qué iba todo esto?

Parecía un evento de algún tipo y había más chicos como él, algunos incluso desnudos y con collares de hierro.

.

El auto llegó al destino tan rápido como pudo y Roland sintió que incluso subió la llanta a la acera pero le tenía sin cuidado. Incluso desde antes que se detuviera por completo Atem ya se había bajado.

Ryo está asustado por el lugar, pero de todas maneras abre la puerta y sale, viendo que a simple vista parecía una casa normal, haciéndolo relajarse un poco.

Cuando Joey se va a deslizar una mano lo detiene por el antebrazo.- ¿Kaiba? – Frunce el ceño confundido.

-No te vas a bajar.- Le dice en advertencia.- Espera en el auto con Roland.

-¿Eh? – Joey lo mira en confusión.- ¿Qué dices?

-Que te quedas en el auto.- Sentencia abriendo la puerta para salir y cerrarla.

El rubio se apura saliendo por la otra puerta.- Ah, no, ricachón. Yugi es mi amigo y yo entraré.

El castaño frunce el ceño y rodea el auto para acercarse.- Obedece, perro. Los omegas obedecen.

-Y sigues con tus malditos comentarios clasistas.- Se cruza de brazos, demostrando que no retrocedería en la confrontación.

Kaiba iba a responderle cuando una de los guardias se acerca con el ceño fruncido.- ¡Ey! ¿Son omegas del internado, no? ¡Ya va más de la hora de queda! – Dice enojado al par de omegas.

Kaiba lo mira y luego al rubio para suspirar.- Escuche, Señor Guardia.- Le replica con sarcasmo.- Quizás quiera acompañarnos, luego puede llevárselos.

El guardia está a punto de replicar que no recibía órdenes de un civil pero luego de un vistazo notó que era Seto Kaiba y que al parecer no estaba de humor, por lo que al sopesar sus opciones termina asintiendo.

Los cuatro entran para encontrar un puesto de ventas que se trataba de una simple mesa con caja registradora, más adelante en la sala habían varias sillas ordenadas como para un función.

Se escucha un estremecimiento a lo que por instinto Kaiba se pone delante de Joey y el guardia más adelante para cubrirlos.

Caminan más para ver a Atem golpeando al mismo hombre del video.

El olor es desconcertando, si es necesaria una palabra. Te hacía retroceder, incluso el guardia alfa y Joey inmune a olores alfa estaban quietos al olor de ira de Atem.

El único que pudo acercarse fue Kaiba.- Ya basta, Faraón.- Pone una mano en su hombro a lo que su primo de inmediato lo mira con ira.- Hay que buscar al chico.- Dice sin inmutarse.

Eso hizo el truco pues Atem dejó al apaleado y casi irreconocible hombre para correr, siendo seguidos por los demás.

Entraron en una habitación que al abrir la puerta ya se podría saber lo que era. Donde guardaban la mercancía. Varios niños omegas de diferentes edades estaba con sus muñecas amarradas con cuerdas y trajes muy sugerentes.

Al ver la situación el guardia de inmediato se acercó para ayudar, tomando su radio en el camino.- ¡Código verde! ¡Necesito refuerzos!

Atem logra ver a un tembloroso Yugi y alza sus brazos para recibirlo cuando el chico al fin es libre del amarre, gracias a la cuchilla del guardia. Ve a Yugi correr y solo quiere abrazarlo.

Así que su corazón se rompe un poco cuando Yugi lo pasa de largo y e arroja a los brazos de Joey y Ryo, con lágrimas en los ojos.

El rubio pasa una mano por su extraño cabello para tratar de calmarlo.- Calma, Yugi. Ya estás a salvo.

Yugi niega con la cabeza.- N-No quiero.

-¿Yugi? – Pregunta el peliblanco confundido.

Yugi lo mira.- Ryo, no quiero vo-volver a a-acercarme a los alfas ni betas.- Dice para luego apoya su cabeza en el pecho de Joey.

Atem siente que algo atravesó su corazón. Joey y Ryo solo pueden ver con impotencia la escena y pensar y todo lo que Yugi tuvo que pasar para decir esa frase.

En cambio Kaiba tenía un pensamiento un poco más lejano. ¿El chico dijo Ryo?

Notas finales:

Si dan un vistazo a capítulos anteriores notarán que los alfas en realidad actúan algo raro con los omegas. Las palabras de Yami a Yugi en el hospital, el instinto de Kaiba de bajarse del auto para ayudar a un preocupado Joey que buscaba a Yugi, los celos de Marik, el que Bakura defendiera a Ryo.

 

Sobre lo ultimo que dice Kaiba, si se fijan bien, ninguno de los tres alfas ha sido presentado a Ryo, por lo que no lo conocen como tal. Y con eso de que los 4 alfas se conocen de hace mucho significa que Bakura les ha hablado sin parar de Ryo, asi que el nombre por supuesto les sonaría en cuanto uno lo oyera.

 

Y solo para aclarar por si quedó duda en el capitulo pasado menciono que el cliente de Ryo en gerente de telecomunicaciones, por lo que no, no es Bakura. Bakura es el CEO de ese KaibaCorp, muy por encima de ese tipo

 

Espero no haberme pasado de longitud, pero mi meta era llegar a ese punto. 

Y ahora Yugi le teme no solo a alfas sino tambien a betas *facepalm* Justo cuando la cosa entre puzzle estaba tan fluff.

Sobre Marik y Malik. Para algunos les puede parecer rápido pero una de las cosas que tenía en mente al crear el fic era diversificar las 4 relaciones, que todas fueran diferentes. Y la verdad que una relacion empiece con sexo no es algo antinatural ni significa que la cosa no va para más allá. Una amiga empezó asi y les digo que tiene una de las relaciones más solidas que he visto, creanme.

Por eso hacer el paralelo de la escena justo despues del pequeño y timido intento de beso entre puzzle demuestra lo variado que son las personas.

Claro que la cosa aun no será color color de rosa, osea ha sido solo una barrera.

Sobre Kaiba y Joey... Si, yo tambien, pasé escribiendo su escena pensando. "Caray, besense ya" 

Alguien más quiera a Bakura por aqui? Pronto vendrá. Pero si no se apura Ryo se irá y tras de eso con Joey. Que enredo. ¿Cómo solucionar todo?

 

Y eso ha sido todo, espero les haya gustado, pasé casi dos semanas escribiendo esto y apenas me di cuenta cuanto tiempo pasó y que no pude escribir mi otro fic como era planeado *facepalm* (A este punto ya tengo la frente roja)

Bueno, nos vemos pronto, no olviden comentar

Besos


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