Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La maldición de los D por Vamp

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

—III—

 

—Torao, me siento raro… —Luffy tenía los ojos cerrados, respiraba por la boca ya que sus pulmones no alcanzaba a tener el aire necesario y cada que exhalaba un suave gemido escapaba de sus labios. Agarrando a Law de los hombros mecía las caderas de forma involuntaria buscando no solo mayor profundidad en los dedos que lo penetraban, también en el roce de ambos miembros.

—Te gusta ¿no es así? —susurró el moreno y aumentó otro dedo en la faena de dilatar al pequeño, ahora eran tres.

—Sí… —Luffy se tensó con la nueva intromisión; ya había comprobado que después del dolor una muy agradable sensación invadía su parte baja.

Law sonrió y con la otra mano empujó la espalda del pequeño acercando aún más ambos cuerpos; lamía la piel del cuello hasta el hombro dejando una que otra marca. Los movimientos se hacían mayores al punto que Luffy se encontraba a un paso del orgasmo.

—Espera… Torao, espera… —habló tratando de alejarse el moreno.

—¿Qué sucede?

—Yo… quiero lo demás… quiero todo…

Law se detuvo al escuchar esas palabras; miró a Luffy que ya había abierto los ojos cuando el movimiento dentro de él cesó; buscaba un atisbo de duda, algo que le dijera que la decisión del pequeño era por el calor del momento, por el placer que sentía; sólo encontró confianza y amor. Tanta determinación en esos ojos negros, una expresión que solo ese chiquillo podía mostrar. Law sonrió sin tintes sexuales ,sin sarcasmo, sin burla de por medio, sólo felicidad, alegría… amor. Luffy al verlo lo besó con pasión y fuerza. Con un poco de trabajo, ya que ninguno de los dos quería romper el contacto entre sus labios, Law recostó al pequeño en la cama acomodándose encima.

—¿Seguro? —preguntó para confirmar, recargó los codos en la cama y acercó el rostro a su amante. El pequeño afirmó, sonrisa incluida.

Law se levantó un poco acariciando las caderas de su pareja paseando por los muslos y los costados acercando el pequeño cuerpo y acomodándose para la penetración. Guió la punta de su sexo a la dilatada entrada y sintió como era succionada; jadeó y Luffy se tensó.

—No te haré daño, confía en mí —dijo acariciando el rostro del chiquillo. Luffy se relajó un poco y cerró los ojos al sentir como era penetrado; la piel estirándose dando la pauta a inmensas sensaciones y entre todas ellas predominaba la confianza y el amor hacia ese hombre, dueño ya de su vida, Trafalgar Law. Aun con todo, dolía. Y mucho.

Luffy se mordió el labio inferior para no gritar o decirle a Law que parase. Dolía. Con cada centímetro recorrido dolía más, una sensación tan abrumadora como tortuosa, tan potente y sofocante; lo dejaba sin aire, sin fuerzas a la vez que sus músculos se tensaban. Dolía, pero al mismo tiempo podía sentir la cercanía de ambos, una unión que poco tenía que ver con lo físico; era algo profundo y maravilloso, una ayuda mutua para satisfacer los deseos ajenos así como los propios.

—¿Estás bien? —preguntó el mayor tan preocupado como ansioso por comenzar a moverse.

—Sí… Torao, eres increíble… —contestó sonriendo mientras que una pequeña lágrima salía de uno de sus ojos, lágrima por el dolor y que no pudo contener. Law se inclinó a lamer la gota de agua salada friccionando así la unión de ambos cuerpos. Luffy jadeó.

—¿Quieres parar? —susurró alejándose un poco.

—¡No! ¡Ni hablar! —exclamó enrollando sus piernas alrededor de la cadera del moreno—. Me gusta… siento un poco de dolor, pero sé que después vas a hacer que me guste aún más… —dijo llevándose las manos a la cara que se había ruborizado de sobre manera. Law lo veía sin poder dar crédito a lo que escuchaba, su Luffy le confiaba su placer—. Torao, muévete…

El ojigris no esperó más, se recargó en las manos y onduló la cadera en un movimiento suave y constante. Luffy sujetó las sábanas tratando de relajarse lo más posible, dolía. Law a la par del movimiento de pelvis buscaba ese punto mágico en el pequeño, aquel que lo haría estremecerse del placer olvidando el dolor que muy seguro estaba teniendo, verlo más tenso de lo normal y con los ojitos cerrados le hacían suponer eso. Para Luffy seguía doliendo hasta que Law rozó algo que lo obligó a gritar, abrir los ojos y verlo ansioso por más de esa abrumadora sensación. El ojigris encontró el ritmo exacto para complacer a Luffy que jadeaba sin parar retorciéndose debajo de su cuerpo, a veces balbuceando algo que parecía su nombre o simplemente en un intento de respirar. Sentía a Luffy tan cerca, con su pequeño y delgado cuerpo al alcance de un roce; con su deseo y libido tras una caricia; con la confianza de un beso y el amor de una mirada; era suyo así de simple; Luffy era su Luffy y eso nada lo iba a cambiar…

—Más… Torao, más…

 

~~~~~~~~~~

 

—¿Despertarlo? ¿Se refieren a convertirlo en vampiro? —preguntó con cautela el ojigris, no sabía que tan delicado era hablar de los chupa sangres en presencia de dos y de uno que no sabía lo que era.

—Podría decirse —contestó Sabo—. Luffy nació siendo un vampiro, solo despertamos sus instintos.

«Él no es humano» pensó el ojigris.

—No lo somos —habló Ace y Law lo observó desconcertado, eso había sido una contestación a sus pensamientos—. Todos los que tenemos la D en nuestro nombre somos vampiros.

Trafalgar desvió la mirada hasta Sabo quien al percatarse de ello sonrió con un dejo de aprobación.

—Yo no pertenezco a ningún clan D —explicó.

—Heee… pero eres la pareja de mi hermano —comentó el pequeño zarandeando a Sabo. Law arqueó una ceja.

—Creo que lo estamos confundiendo más de lo necesario —Ace se rascó la cabeza al hablar—; lo que él necesita son respuestas, no más dudas.

—Tienes razón. —Sabo se quitó el sombrero mientras se sentaba en uno de los sillones— Trafalgar, responderé a sus preguntas si quiere escuchar las respuestas.

—¡Eso es aburrido! —se quejó el más pequeño. El ojigris se dedicó a observarlos a cada uno.

—No te haremos daño —dijo el pecoso—. Tienes nuestra palabra.

Law dio un sutil suspiro, había llegado a su casa conciente de que posiblemente esa era su ultima noche con vida así que no hacia falta pensar más las cosas. Con toda la sangre fría que pudo reunir caminó entre Ace y Luffy para sentarse frente a Sabo en el sillón donde momentos antes había estado el pecoso.

—Muy bien. —Ace se sentó al lado del rubio mientras Luffy los veía aburrido— ¿Por dónde empeza…?

—Ace, podrías llevar a Luffy a la cocina para enseñarle eso que le ibas a enseñar —interrumpió Sabo.

—¿Qué?

—Ya sabes, esas cosas de vampiros.

—Pero…

—Luffy, quieres aprender a comer ¿verdad? —El rubio se dirigió al pequeño quien al escuchar lo dicho se le iluminaron los ojitos y de un saltó se aferró a la pierna de Ace.

—¡Ace, enséñame! ¡¡Quiero comer!! ¡¡CARNE!!

—¡Luffy, suéltame! —Trataba en vano de quitarse a su hermanito— ¡Esta bien, esta bien, vamos! —Ace se levantó y observó a Sabo— Te lo encargo.

Sabo afirmó y esperó a que su hermano entrara en la cocina llevándose a Luffy colgando de la pierna. Trafalgar recordó la mañana  cuando Luffy tuvo arcadas por un pequeño sorbo de té.

—¿Pueden comer? —preguntó al rubio. Sabo lo miró un tanto desconcertado—. En la mañana no comió nada.

—Los novatos no pueden mantener el alimento en el estómago, pero con el tiempo logran hacerlo. No es indispensable para ellos sólo es una ligera ayuda, aunque para esos hermanos es la gloria —contestó señalando con la cabeza la cocina.

—¿Ellos sí son hermanos?

—No, técnicamente no. Luffy pertenece al clan Monkey mientras que Ace comparte sangre del clan Gold y Portgas. Los dos son D y por ello ambos son vampiros.

—Nunca fue humano… —susurró para sí mismo. Decirlo en voz alta ayudaba al ojigris a comprender la situación, más no aceptarla.

—Podría decirse que un vampiro original antes de despertar es humano, después puede pasar por uno muy fácilmente, pero en sí no lo son.

Law bajó la cabeza, ¿cómo debía tomar aquello? ¿Qué debía sentir? ¿Miedo, asco, conmoción, incredulidad? Tantas cosas que debían estar presentes, sin embargo no había nada, nada; por ese momento toda la información que asimilar le impedían sentir algo. Necesitaba más respuestas ahora que su mente se negaba a sentir.

—Responderé cualquier pregunta que quiera hacer —comentó el rubio. Law lo observó, algo le decía que esa concesión era una especie de prueba.

—¿Qué sucedió anoche? —dijo—. No recuerdo nada y estoy seguro que Luffy tiene algo que ver.

Sabo volvió a sonreír con aprobación.

—Después de despertarlo, digamos que Luffy decidió dar un paseo el solo y vino aquí. Para cuando Ace y yo llegamos ya no estaba, pero nos dimos cuenta que había… cenado.

—¿Me…me mordió? —preguntó casi con la quijada dislocada, apretó los puños tratando de controlar los irrefrenables deseos de pararse e ir al baño para mirar si tenía un par de hoyitos.

—En la primera noche el despertar es una tortura para el vampiro al soportar sus instintos. Luffy en realidad no supo lo que hizo y cuando se dio cuenta nos habló para venir a ayudarlo; exactamente no sabemos qué hizo, sólo que usted se defendió y el rechazo de su parte fue una pequeña crisis para Luffy así que huyo.

—Fue ahí cuando se encontró a Eustass-ya… —dijo para sí mismo.

—¿Eustass? —preguntó— ¿El pelirrojo? No creí que lo conociera.

—Sólo de nombre —contestó con cautela. Ambos guardaron silencio unos momentos.

—Arreglamos sus cosas —el rubio regresó al tema anterior—, lo llevamos a la cama para que descansara y le dijimos a Luffy que lo mejor era mantener lo sucedido en secreto hasta que Ace y yo pudiéramos hablar con usted. Pero —suspiró— Luffy se sintió amenazado cuando dijo que lo llevaría al hospital y decidió confesarse; por lo que nos contó las cosas no salieron muy bien.

—Sí, eso de conocer vampiros no es de todos los días, uno no sabe bien como reaccionar… ¿Por qué lo despertaron tan repentinamente?

—Porque es necesario. Así como es necesaria su ayuda, Trafalgar. —Law lo miró detenidamente— Luffy necesita un sclav y para ello él sólo confía en usted.

—¿Sclav? —Arqueó una ceja— Eso es esclavo en rumano.

—El título es simbólico —dijo moviendo la mano para restarle importancia.

—Supongo que te refieres a alguien que haga de alimento.

—Es más perspicaz de lo que imaginaba —confesó sonriendo ampliamente—. Sí, eso queremos.

—No.

—Es un verdadero problema si Luffy no tiene quien lo ayude a alimentarse; tendría que cazar todos los días y eso aumenta las probabilidades de ser descubierto.

—Tú no eres un vampiro.

—Yo soy el sclav de Ace y con él me basta y sobra.

—Entonces busquen a alguien más. Apuesto a que dentro de la fanaticada que tienen los chupa sangre encontrarán a alguien que se ofrezca.

—Para un vampiro el acto de alimentarse es un poco… íntimo, y no sólo para él; es preferible que sea alguien de más confianza.

«Pues no pareció tan íntimo cuando mordió a Kid» pensó el ojigris, más no dijo nada por precaución.

—Es la pareja de Luffy ¿verdad? —preguntó el rubio.

«De un Luffy humano» contestó en sus pensamientos, pero guardó silencio.

—Luffy lo ama ¿y usted?

«¡Es un maldito vampiro, joder!». Law abrió la boca para hablar.

—¡Sabo, Ace se quedó dormido y no terminó de explicarme! —Luffy salió de la cocina gritando y de un salto se aferró a la pierna de su otro hermano— ¡¡Despiértalo!!

El rubio suspiró, se excusó y se sacudió a su hermanito para ir a la cocina. Luffy sentado en el suelo miraba sonriente a Law.

—¿Torao, verdad que vas a dejar que te muerda?

—Hasta donde me acabo de enterar ya lo hiciste.

—Ah, disculpa. Anoche no sabía muy bien lo que pasaba, lo único en que pensaba era en probar tu sangre nishishishi…

«Egoísta.»

—Quiero volver a hacerlo, morderte se sintió muy bien —confesó el pequeño levantándose y acercándose al ojigris—. Esta vez lo haré bien, lo prometo. —Luffy estiró la mano para tocar al mayor quien lo sujetó sintiendo el frío del pequeño.

—Eres un vampiro —dijo alejando al chiquillo—, nunca fuiste humano.

La sonrisa de Luffy se desvaneció, pero en esa ocasión no hubo tensión en el ambiente.

—Soy un vampiro y no pertenezco a los humanos y tú eres un humano que no pertenece a nosotros, aun así  no me importa —exclamó. Law seguía manteniendo una expresión pasiva— ¡Te quiero, Torao, y eso no cambió cuando desperté!

Trafalgar tragó saliva, en cierta forma eso era ¿lógico? Ninguno de los dos pertenecía a la raza del otro y al chiquillo no le importaba. Luffy solo lo quería a él.

«Egoísta… como siempre.»

La seriedad del pequeño cambió cuando olió el delicioso aroma que provenía de la cocina.

—¡¡CARNE!! —gritó y corrió casi atropellando a Sabo en el camino.

—Disculpe la interrupción —comentó el rubio regresando al mismo lugar de antes. Law solo miraba hacia donde Luffy había estado.

«Un tragón como siempre ha sido…»

El ojigris salió de sus pensamientos encontrándose con Sabo que le sonreía.

—Por experiencia sé que Ace siempre ha sido Ace, así como Luffy siempre será Luffy.

—No estoy aceptando ser un sclav, necesito más detalles… ¿Ellos son inmortales? —por primera vez Sabo lo miró con una seriedad abrumadora.

—No. Los vampiros son tan frágiles como los humanos, pero si tienen lo que necesitan para sobrevivir pueden hacerlo por cientos de años.

—¿Y qué necesitan?

—Lo principal: sangre. —Law guardó silencio un momento esperando algo más, sin embargo Sabo no parecía querer continuar con el tema.

—¿Por qué solo los que tienen la D en su nombre son vampiros?

—Esa es una cuestión que pocos, si es que nadie, lo sabe. Ace y yo hemos estado buscando el motivo por el cual los D tienen esta especie de maldición; al parecer hay un «siglo vacío» donde se dio la primera aparición de los vampiros, pero no tenemos nada en concreto. Lo que sabemos es que los D tienen la capacidad de despertar en cualquier momento y son los únicos que pueden crear más chupa sangre.

—Entonces si yo alimento a Luffy…

—No tiene de que preocuparse, por una simple mordida no se pueden convertir. En ese aspecto varios libros de ficción tienen la razón, se necesita desangrar a un humano hasta el punto de la muerte y darle a beber la sangre del vampiro; si el humano soporta la transición se convertirá en un chupa sangre de segunda clase con bastantes limitaciones en comparación a los originales, digamos que más apegados a los vampiros de creencia popular y, claro, sin la capacidad de crear más.

—¿Cuántas clases existen?

—Solo dos: los originales y los de segunda clase. Y en los dos casos son bastante escasos: hay pocos D y de ellos la gran mayoría no desea crear, además los humanos que pueden soportar la conversión son mínimos.

Law entrelazó las manos y recargó la cabeza en ellas. Tenía demasiadas preguntas que hacer, esa explicación en vez de ayudarle parecía que le dejaba más dudas desde el origen, el comportamiento y la constitución de los chupa sangre, pero necesitaba ir paso por paso. Todavía no se decidía si ayudar a Luffy, y tener información de más en el caso de no aceptar sería contraproducente.

—Luffy es un vampiro y quieren que lo alimente ¿después que pasará?

—Luffy apenas es un novato, como una especie de recién nacido, necesita que le enseñen varias cosas; durante ese tiempo también requerirá un sclav, después es posible que nos lo llevemos, si el sclav desea seguirlo puede hacerlo.

—¿En serio? —preguntó en son de burla— Me entero que mi pareja es un vampiro, que necesita alimentarse de mi sangre y con eso me convertiré en un esclavo, aunque el título sea simbólico; existe la posibilidad de que se lo lleven y puedo seguirlo como un fiel sclav ¡no me jodan!

—La decisión final de irse es de Luffy. Hay motivos bastante importantes por los cuales necesitamos a nuestro hermano, pero para hablar de ello se necesita un compromiso.

Law, como lo supuso, notó que entre más información le daban se veía obligado a ayudarlos; seguir preguntando significaba aceptar ser el sclav de Luffy. A ese paso solo le interesaba una cosa más por saber.

—Si no acepto ¿Qué harán conmigo?

—Usualmente eliminamos a aquellos que tienen conocimientos de nosotros y no desean ayudarnos, pero Luffy jamás permitiría que le pongamos una mano encima; él confía ciegamente en usted así que nosotros también lo haremos. Le dejaremos ir esperando que tenga la inteligencia suficiente para no mencionar a nadie nada de lo que hemos hablado.

Trafalgar dejó de respirar. Asesinan a aquellos que saben de su existencia y no los ayudan, con eso ¿por qué tanto Kid como Killer seguían vivos? ¿En qué pudieron ayudarles? Y aparte de todo ¿Qué tan confiable era la palabra de un chupa sangre?

—Trafalgar, por qué no lo intenta una vez, solo una, consciente de cada acto que representa la «unión» con un vampiro. Si aún así no le parece, nos iremos y jamás nos volverá a ver ni a nosotros ni a Luffy por el resto de sus días.

«¿Amenaza?» Law trataba de encontrar una nota de advertencia, de peligro en las palabras de ese chico; algo que le ayudara o más bien que le diera la excusa para decir que no pensaba hacerlo, sin embargo no encontró nada. No había motivos para negarse a excepción del miedo que le acarreaba imaginar ser mordido por un cuerpo desconocido mientras que su sangre era el alimento.

—¿Sufriré alguna consecuencia? —preguntó consciente de que casi estaba aceptando.

—Posible anemia, debilidad. Nada que un descanso, una buena alimentación y tal vez un suplemento no curen.

—¿Y si… no se controla?

—Sé que mi hermano puede ser bastante impetuoso, pero se preocupa más por usted que por su bienestar. Estará bien.

«Claro, me lo dicen de alguien que destrozó la puerta del ascensor y mordió a Eustass-ya»

Antes de poder seguir con la conversación tanto Ace como Luffy salieron de la cocina; el mayor con un palillo de dientes en la boca y Luffy sobándose la panza mostrando una expresión de felicidad pura; en su fuero interno Law no pudo evitar sentirse aliviado al ver la alegría del pequeño.

—Por lo visto no tuvieron problemas —comentó el rubio.

—Cuando le interesa —Ace señalaba a su hermanito— puede ser el mejor alumno. —Luffy se echó a reír feliz y contento de la vida(?)— ¿Y, en qué quedaron? ¿Nos ayudaras Law? —preguntó sentándose al lado de Sabo.

Law giró la cabeza para ver por la ventana, sin embargo las persianas estaban cerradas; estuvo tentado de pararse a abrirlas, no lo hizo. No soportaría ver el paisaje que la deba la altura del edificio, de esa pequeña ciudad con las luces iluminando la tierra y las estrellas tiñendo el cielo, el viento moviendo los árboles, hasta la gente en un ir y venir dentro de su propio mundo; todo a lo cual antes él también pertenecía, era su vida, su entorno; no el mundo que se desarrollaba dentro de su hogar, en ese reducido espacio con verdades que jamás creyó existieran, con oscuros secretos y retorcidos actos, con maldiciones y un peligroso futuro.

«¡Te quiero, Torao, y eso no cambió cuando desperté!»

Law sintió un nudo en la garganta. «¿En mí cambió algo?»

—Piénselo por esta noche —habló Sabo levantándose del sillón—. No me gustaría apresurarlo, pero necesitamos una respuesta para mañana. Por lo pronto, lo dejaremos solo. Ace, Luffy, vámonos.

—Heee… yo no me quiero ir —rezongó el pequeño.

—Luffy si estás aquí sólo vas a molestar a Law —Ace también se levantó y fue por su hermanito.

—¡Eso no es cierto! ¿Verdad que no Torao? —Law no contestó.

—¿Qué te parece si vamos a comer más? Apuesto a que sigues con hambre —el pecoso hablaba mientras se llevaba a Luffy camino a la puerta; el pequeño se dejaba guiar cabizbajo por el silencio de su pareja.

Law se mordió el labio interno, cerró los ojos y respiró profundamente varias veces hasta que sintió un leve mareo a causa del oxígeno extra que le llegaba al cerebro, abrió los ojos.

«¡¡Maldición!!» Se levantó.

—Luffy, quédate.

No necesitó decir más, el pequeño se zafó del agarre de su hermano y corrió a los brazos del ojigris. Sabo ni se volteó a verlos, siguió su camino a la puerta sonriendo satisfecho, contrario a Ace que no pudo evitar sentirse un tanto molesto por la confianza tan grande que tenía su hermanito para con el moreno, se rascó la cabeza y siguió al rubio, sabía que todo era por el bienestar se Luffy, pero eso no significaba que le tenía que gustar.

 

«»«»

 

—Me siento… raro… —comentó Trafalgar un tanto apenado. Después que los hermanos de Luffy salieron y el pequeño lo soltara lo tenía parado enfrente de él, sonriente, feliz y demasiado cerca. El ojigris aceptó el abrazo de Luffy sólo porque lo agarró desprevenido, ahora volvía a sentir la incomodidad de tenerlo cerca.

—Yo también me sentí raro en un principio, pero luego se me pasó. ¿Te puedo abrazar otra vez? —preguntó con la inocencia que lo caracterizaba. Law tragó saliva y afirmó, pensaba que todo era cuestión de acostumbrarse.

Luffy sonrió aún más y acortó la distancia que los separaba, pasó sus brazos por la espalda del mayor y acercó ambos cuerpos hasta ya no quedar espacio entre ellos; se recargó en el hombro de su pareja escuchado el fuerte latido de su corazón, cerró un poco los ojos y se escondió en el hueco del cuello para ocultar el rojo de su mirada, no deseaba alejar nuevamente a Law.

—Espera… —habló el ojigris, su voz parecía un tanto agitada.

—¿Qué pasa?

—Quiero intentarlo… el que me muerdas…

Luffy lo miró asombrado, con la sorpresa sus ojos habían vuelto a la normalidad, y al verlo encontró confusión en esos ojos grises junto con un poco de miedo, pero ante todo la devoción que siempre le había tenido; escondidos detrás de tantas emociones abrumadoras que tuvo en las últimas veinticuatro horas, la mirada de Law exclamaba el amor y la confianza que le tenía, una mirada que sólo ese hombre podía darle. Luffy sonrió con la alegría de siempre, con esa inocencia que era su sello personal y, sobre todo, con agradecimiento y plenitud. Law, al verlo se sintió un tanto más aliviado. Luffy lo llevó al sillón y él se sentó encima con una pierna a cada lado.

—¿Seguro? —preguntó el pequeño. Él no solía ser así, pero por nada del mundo quería lastimar a su amado Torao. El ojigris sonrió como respuesta.

Luffy le inclinó un poco la cabeza enredando sus dedos en el cabello, se acercó y lamió la piel del cuello. Sus ojos se tornaron carmesí, giró un poco el rostro para que el ojigris no viera el momento en que sus colmillos crecieron y arañó la piel con ellos sintiendo un cosquilleo incitante. Law se tensó.

—No te haré daño, confía en mí —susurró en el oído del mayor. Law cerró los ojos tratando de no pensar en lo que estaba sucediendo cuando sintió que la piel de su cuello se rompía, contrajo el estómago ante esa nueva sensación tan fuerte y en cierta medida apasionada. Aun con todo, dolía. Y mucho.

Law se mordió el labio para no apartar al pequeño. Dolía. Con cada milímetro recorrido dolía más, una sensación tan abrumadora como tortuosa, tan potente y sofocante; lo dejaba sin aire, sin fuerzas a la vez que sus músculos se tensaban. Dolía, pero al mismo tiempo podía sentir la cercanía de ambos, una unión que poco tenía que ver con lo físico; era algo profundo y maravilloso, una ayuda mutua para satisfacer los deseos ajenos así como los propios. Comprendió lo que Sabo quería decir, eso era íntimo, sólo de dos, era algo sólo de Luffy y de él.

Trafalgar sintió como sus ojos amenazaban con derramar un par de lágrimas, los cerró con fuerza para evitarlo. Lágrimas a causa de la fuerza que Luffy le hacía sentir, del dolor tan profundo y arraigado, de la tranquilidad que el pequeño trataba de transmitirle al acariciarle el cabello y al aferrarse a él en un íntimo abrazo, y sobre todo a causa de sus propios sentimientos por Luffy.

«Luffy es Luffy, mi Luffy…» pensó abrazando al pequeño por primera vez desde que supo su condición; relajó los hombros y se inclinó un poco más para darle mayor libertad al pequeño.

Luffy no esperó más y comenzó a succionar. Law gruñó, dolía y más de lo que hubiera imaginado. El pequeño sintió la incomodidad en su pareja así que trató de hacer paso por paso lo que su hermano le dijo para cambiar la forma en que se alimentaba. Al lograrlo Law no pudo reprimir un jadeo, abrió los ojos mientras que su mente sólo pensaba en desear más de aquella abrumadora sensación. Luffy encontró la forma exacta de complacer al ojigris; en la unión de sus cuerpos la excitación y el placer amenazaban con desbordarse en ráfagas de pasión que alteraban cada célula de sus cuerpos. Se sentían tan cerca, a tan solo un roce, un deseo, una caricia, una mirada.

«Más… más…» pensó el ojigris.

«Más… Torao, más…» deseó Luffy.

Ellos estaban juntos y eso nada lo iba a cambiar.

Notas finales:

Gracias por leer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).