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La maldición de los D por Vamp

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Notas del capitulo:

Y yo me pregunto: ¡¿cómo carajos le hacía para escribir un longfic?! T^T

Hasta aquí. Nos vemos la próxima semana.

—V—

 

El pequeño bar Shakky´s, a la orilla del distrito de Shin Sekai, era lugar con poca clientela, pero fiel a la diversidad de cosas que se podían encontrar ahí, desde la típica cerveza hasta caros vinos de cosechas selectas; todo en un especial cuidado para los clientes que se presentaban: algunos estudiantes a los cuales se les permitía tomar, asalariados que solo iban a emborracharse, grandes empresarios que usaban el lugar como puerto en común para cerrar importantes contratos e inclusive personas que buscaban una alternativa extra como Ace y Sabo.

Al entrar, el rubio se percató de los escasos ocupantes de la ya de por si poca clientela del lugar, tan solo un par de hombres de mediana edad en una mesa, otro más en la barra y un estudiante al fondo del local cerca de la puerta de servicios. Sabo y Ace atravesaron el salón sin saludar ni mirar a nadie y entraron por una puerta que tenía un enorme letrero escrito que recitaba: sólo personal autorizado. Caminaron por un estrecho pasillo en el cual sólo había espacio para una persona a la vez, hasta llegar a otra puerta de madera. Sabo ni siquiera se acercó a ella, se agachó para buscar debajo del linóleo una pequeña abertura y así levantar el piso falso; bajó por unas escaleras de metal seguido de Ace quien al cerrar la entrada automáticamente se accionaron varias lámparas de luz blanca iluminando un largo pasillo con distintas puertas de madera. El olor a humedad lo impregnaba todo al igual que un sutil tufo a sangre y cloro. Sabo ignoró las primeras tres puertas hasta llegar a la cuarta donde tocó cuatro veces seguidas, no recibió contestación.

—Tal vez estén ocupados —dijo sin creérselo.

—Tal vez sean problemas. Deja, yo abro —se ofreció el pelinegro. Sabo lo miró un tanto malhumorado—; debes de estar cansado —trató de excusarse.

El rubio no contestó y se hizo a un lado. Ace abrió la puerta y lo primero que lo recibió fue la bala de una pistola que le impactó en la cabeza, cayó de espaldas completamente inerte. El estruendo había resonado por todo el lugar.

—Mira que tenías razón, son problemas —comentó el rubio despreocupado, desde donde estaba parado no alcanzaba a ver el interior del cuarto.

Divertido, Sabo sujetó el cañón de un rifle que asomaba por el umbral de la puerta; con bastante facilidad jaló el arma junto al atacante logrando que otros rifles dispararan desde el interior sin importarles que las balas impactaran en su compañero. El cuerpo del pobre desgraciado cayó encima de Ace y al verlo Sabo supo quienes eran los atacantes.

—Ace, levántate, es la Marina.

Sabo, usando el arma robada, disparó a las lámparas quedando todo en completa oscuridad. Se escucharon más disparos, gritos, golpes y quejidos. La situación no duró mucho tiempo y poco después de hacerse el silencio Sabo encendió la luz del cuarto al que iban a entrar; varios cuerpos derribados y unos más ensangrentados se encontraban desperdigados por el piso, todos con la misma vestimenta. El rubio se acercó a uno de ellos para confirmar sus sospechas al ver el escudo bordado en la ropa.

—¿Por qué la Marina está aquí? —preguntó Ace al acercarse a su hermano, tenía los labios llenos de sangre así como las manos.

—Pensé que estabas lleno —reprochó.

—Sacar una bala de la cabeza cuesta trabajo —se defendió.

Sabo ignoró el tema y se dirigió al centro de la habitación, mas específicamente a una pequeña mesa. Las cartas de poker así como una botella de whisky a la mitad seguían ahí.

—No tiene mucho que Akagami estuvo aquí —habló el pelinegro.

—¿Puedes encontrarlo?

—No. Su aroma y presencia se pierden saliendo de la habitación. Lo peor es que el otro aroma que distingo es de Taka no me.

—Si Taka no me nos está siguiendo deberíamos irnos, llevarnos a Luffy y escondernos.

—Sería lo mejor, solo hay un pequeño problema: Luffy; no estará de acuerdo en irse y mantenerlo escondido es una tarea imposible ahora que ya es vampiro. Además ¿no se suponía que Akagami conoce a Taka no me? Mira bien, no creo que los marines se hayan puesto a jugar poker mientras esperaban a que llegáramos y si Mihawk hubiera venido por Akagami no hay ninguna señal de lucha con espadas.

—¿Y la Marina?

—Esperaban a alguien, tal vez a Shanks.

—Puede que tengas razón. De cualquier manera no podemos hacer nada ahora que no sabemos su paradero, habrá que esperar a que contacte con nosotros.

—¿Eran ustedes a quien Akagami trataba de esconder?

Tanto Ace como Sabo se giraron al escuchar la voz de un hombre, ninguno había sentido su presencia.

Taka no me —habló el pelinegro poniéndose un paso delante de Sabo y en posición de ataque,

Sabo dejó que lo resguardaran, no sólo se sentía débil por haber alimentado a Ace, también sabía que Mihawk no era un oponente fácil

Dracule Mihawk, Taka no me, uno de los mejores cazadores que ha habido a lo largo de la historia. Entrenado para eliminar a los chupa sangres a cualquier costo; se decía que traicionó a sus congéneres a cambio de las habilidades de los vampiros. Tomando la sangre de los originales su fuerza, percepción y agilidad sobrepasaban los límites humanos convirtiéndolo en alguien virtualmente invencible. Un cazador de vampiros que se alimentaba de vampiros; su mala fama sólo era comparable con lo despiadado que podía llegar a ser.

—Portgas D. Ace, vampiro original que comparte con la sangre Gold; eres un espécimen muy raro. Los Gold fueron un clan grandioso y excelso. ¿Qué tanto lo eres tú?

—Disculpa, pero yo sólo soy Portgas —contestó con ira contenida. Sabo observó a su hermano, no era bueno el rumbo que tomaba la situación.

—Así que es verdad lo que dicen —continuó Mihawk—, desperdicias tu sangre de realeza.

—¡Maldito…!

—Ace. —Sabo trató de calmarlo. Frente a Mihawk lo último que se necesitaba era el carácter explosivo del pecoso. Taka no me desvió su atención a Sabo.

—Sabo, sclav de Portgas D. Ace… ¿Qué hace la pareja en Shin Sekai?

—Vinimos a saludar a un amigo —contestó el rubio—, sólo estamos de paso.

El silencio llenó la habitación, silencio que se volvía cada vez más sofocante. Mihawk se hizo a un lado permitiendo la salida a los dos jóvenes; el objetivo que tenía que realizar (confirmar si Akagami se encontraba en Shin Sekai) estaba hecho; además el toparse con esa pareja junta buscando a Shanks sólo podía significar que algo grande estaba en camino, lo mejor era hacer las cosas con precaución.

Sabo comenzó a caminar, llevó la mano al hombro de su hermano en señal que lo siguiera y los dos salieron de la habitación, recorrieron el pasillo y subieron por las escaleras; no fue hasta que llegaron al salón del bar que se permitieron un respiro de tranquilidad. Salieron del lugar cuando el sol comenzaba a salir.

—No solo la Marina, los ejecutores también están aquí —comentó Ace—. Hay demasiadas cosas en juego, tenemos que adelantarnos a ellos.

—Bien. Tú investiga qué sucede, yo me encargaré de Luffy.

—Eres mejor recolectando información que yo —rezongó.

—Sí, pero presiento que si te dejó al lado de Trafalgar, eres capaz de asesinarlo —dijo regalándole una sonrisa y partió a la casa de Luffy. Ace, molesto, se rascó la cabeza, sin embargo se quedó callado y se encaminó hacia el otro lado.

 

«»«»

 

Se llevó el tarro de cerveza a la boca cuando observó a los dos jóvenes aparecer en el salón del bar; ocultándose tras el vaso los miró con detenimiento, parecían nerviosos e incluso el pelinegro con pecas daba la impresión de estar listo para atacar. Ninguno lucía alguna herida así que imaginó que salieron victoriosos al enfrentarse a los cincuenta hombres de la Marina que se encontraban abajo; no los esperaban a ellos, pero a cambio de Akagami fueron una mayor recompensa. La misión había sido un éxito, aunque el pelirrojo se les había escapado bien tenían sospechas de su paradero, además tenía frente a sus ojos a un vampiro original y su sclav. Sí, la misión había sido un completo éxito.

Los siguió con la mirada mientras salían del bar y momentos después sonrió al ver que Taka no me aparecía por el mismo lugar que los jóvenes. Mihawk se dirigió directamente hacia él y se sentó enfrente; sin mediar palabra le ofreció el otro tarro de cerveza que mantenía en la mesa.

—Después de mucho tiempo por fin nuestro trabajo está dando frutos —le dijo a Taka no me.

—No es mucho tiempo, sólo el necesario —contestó.

—¿Cuándo?

—Habrá que esperar un poco más. Akagami estaba escondiendo a alguien y no se trataba de ninguno de ellos, posiblemente sea tu presa.

—Aun tengo dudas de que sea un vampiro, no da ninguna señal de ello.

—Eso es lo que tú quieres creer. Si no puedes con el trabajo, lo haré solo.

—No me vengas ahora con eso. Puedo hacerlo, te lo aseguro.

—Entonces no hay más que discutir. Te mantendré informado así que espero que tú también lo hagas. —Mihawk se levantó— No pierdas de vista a Monkey D. Luffy.

—Ya lo sé. No tienes que repetírmelo… y si llegase a ser un vampiro de verdad le cortaré la cabeza.

 

«»«»

 

Luffy abrió los ojos encontrándose con el respaldo del sillón; tardó un momento en relacionar el mueble con la casa de Law y recordó lo que había sucedido la noche anterior. Alegre y sonriente se giró para ver a su querido Torao y cayó al suelo.

—Nishishishi… —se carcajeó mientras se ponía de pie.

Con las persianas puestas el apartamento no estaba totalmente iluminado, algunos rayos de sol se podía colar por las rendijas, nada más. Luffy se acercó a la ventana, quitó las persianas y dejó que toda la luz del sol le diera de lleno en la cara. Se sentía realmente bien; se estiró todo lo que pudo y abrió la ventana, no había aire, pero esperaba que eso fuera a cambiar pronto.

Se acercó a la cocina esperando ver al ojigris, ansiaba verlo; después de dejarse morder y unirse, sentía que ahora lo quería más, mucho más. Su corazón rebosaba de alegría. Lo encontró mirando por la ventana que se encontraba encima del fregadero, llevaba una taza de café en las manos y parecía muy serio.

—¡Torao, buenos días!

—Mugiwara siéntate, tenemos que hablar —lo interrumpió, se dio la media vuelta y se recargó en el mueble; la seriedad con la que habló no amedrentó al pequeño quien se sentó en la barra.

—¡Tengo hambre!

Law se quedó a medio camino de llevarse la taza de café a la boca ¿acaso esperaba que lo dejase morder tan pronto? Y ya que lo pensaba ¿cada cuándo se alimenta un vampiro? Luffy tardó más en sentarse que en volver a estar de pie buscando en la alacena un paquete de galletas; regresó a su lugar comiendo como si fuese cualquier otro día sin vampiros y mordidas de por medio. Internamente Law exhaló aliviado.

—Veo que ya puedes comer.

—¡Sí! Ace me enseñó anoche mientras hablabas con Sabo. A decir verdad todo el día que estuve sin comer fue un verdadero infierno nishishishishi…

—Sobre anoche, he decidido que voy a ayudar en tu… alimentación.

—¿Vas a dejar que te muerda otra vez? —preguntó entusiasmado pasando de largo el tacto que el ojigris había querido darle a la conversación.

—Sí —contestó llevándose la mano al puente de la nariz.

—¿En serio? ¡Qué bueno! No se me antojaba probar otra sangre que no fuera la tuya.

—¿Mugiwara, tú sabías que eras un vampiro? —cuestionó cambiando el tema.

—¿Eh?... mmm… Mi abuelo me dijo algo al respecto, pero no le puse mucha atención así que no lo recuerdo bien nishishishi… —Law quedó con la boca abierta—. Poco antes de que Ace se fuera me dijo que él también era un vampiro, pero luego ya no pudimos hablar al respecto, hasta antier que lo volví a ver junto a Sabo.

—¿Te das cuenta que no eres humano? —exclamó anonadado por la ligereza con la que el pequeño se desenvolvía ante su nueva condición. Se acercó a él parándose a su lado.

—¿Y qué? —contestó levantando los hombros y rascándose la nariz— Puedo estar con mis amigos, hacer lo que yo quiera y estar contigo, no me importa el hecho de no ser humano.

Law no podía creerlo ¿era demasiada estupidez la que había en ese niño o era sentido común? Al parecer al único que le importaba lo que sucedía era a él mismo y aun con todo, o más bien después de escuchar las palabras de Luffy, el ojigris comenzó a preguntarse que tanta importancia debía de de darle al asunto. Bajo el concepto de Luffy, el que fuera un vampiro cambiaba algunas cosas a las cuales se podía adaptar con o sin esfuerzo, y lo más importante era que lo esencial seguía estando como en el pasado. En pocas palabras lo verdaderamente importante para Luffy no había cambiado y a lo demás bien se podía adaptar.

Claro que Trafalgar sabía que las cosas no eran tan sencillas, existían demasiados matices y posibilidades en la situación que estaban viviendo; pero tratar de ver aunque sea un poco las cosa bajo la perspectiva de Luffy podría ayudarle a aceptar todo lo que conllevaba ser un sclav. El ojigris dio un sorbo a su café y dejó la taza en la barra; por esa razón y mil cosas más amaba a ese chiquillo, detrás de toda esa estupidez, su ingenuidad y su manera de aceptar las cosas a la primera siempre terminaban ayudándole.

—¿Recuerdas que hace dos noches mordiste a Eustass-ya? —preguntó cambiando nuevamente de tema. Era algo que no quería discutir, sin embargo necesitaba hacerlo.

—¿En serio? ¿Lo hice? —Luffy parecía completamente sorprendido. Law dio por zanjado el asunto, si Luffy no se acordaba de nada le creía, el chiquillo era pésimo para mentir— ¿Y está bien?

—Killer me dijo que sí —respondió. El pequeño seguía comiendo galletas, pero parecía ¿pensar? en algo— ¿Qué sucede?

—Es que Ace me dijo que no podía dejar que nadie se enterase que soy un vampiro, eso podría traernos muchos problemas.

—¿Qué piensas hacer?

—Kid no es mala persona —dijo cruzándose de brazos y ladeando un poco la cabeza—. Confío en que no le dirá nada a nadie. —Law desvió la mirada y siguió tomando café; a veces tanta confianza le exasperaba— Mejor le preguntaré a Sabo lo que debo hacer.

Trafalgar prefirió callar el hecho que fue el mismo Sabo quien lo había separado de Eustass; si no se lo habían dicho era por algo y él, como simple humano ante vampiros, prefería guardar las distancias.

—Anoche escuché tu corazón latir —comentó el moreno cambiando de tema otra vez.

—¿En serio? ¡Qué bien! ¿Y ahora? —preguntó acercándose a su pareja, lo tomó de la mano y la llevó a su pecho.

Law no sintió nada y subió sus dedos al cuello del pequeño donde percibió unas suaves palpitaciones.

—Late, muy despacio, tu pulso está muy bajo.                                   

—Mmm… bueno, al menos mi corazón funciona nishishishi…

Law quiso sonreír, sin embargo no pudo hacerlo.

Notas finales:

Gracias por leer.


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