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Conociendo a mamá por Samantha0507

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Yuri abrió los ojos, cuando la luz comenzó a molestarle, la cabeza le dio vueltas, se sentía mareado y una fuerte nausea lo hizo estremecer.

—Cachorro…— la voz de Yuuri a su lado llamó su atención. —No te levantes, debes descansar.

 

—¿papi? — El japonés se sorprendió ante las palabras del pequeño omega, pero no dijo nada, simplemente acarició su mejilla, con cariño, sabiendo que llevaba años soñando con tener al rubio junto a él y a Victor.

 

—Si cachorro, descansa, aún es de noche…—Yuri buscó la luz que lo había despertado, notando que era la de la mesita de noche, dándose cuenta por primera vez que estaba en un cuarto conocido para él. —Te trajimos a casa cuando perdiste el conocimiento entre los brazos de Victor, nos diste un gran susto pequeño.

 

—¿Mamá?

 

—Victor está en la cocina, iré por él…

 

—El bebé…—los ojos del rubio se anegaron de lágrimas, con solo recordar el golpe que su madre había recibido, como por su culpa, nuevamente la felicidad de sus padres podía verse comprometida. —perdón, lo siento tanto…—el rubio se había inclinado hacía el japonés, tomando la parte baja de su sudadera, repitiendo las disculpas.

 

—Yuri, no entiendo…—pero el de lentes no pudo continuar, cuando Victor entró en el cuarto, con un vaso de agua en las manos.

 

—Cachorro. — el peliplata llegó a su lado rápidamente. — Yuuri ¿qué pasó? —Victor tomo los hombros de su hijo, tratando de que el rubio lo mirara y le dijera que era lo que ocurría. —Yura, mi cachorro, mírame hijo.

 

—Mami…—Yuri al escuchar la voz del peliplata, simplemente se quedó mirando el vientre del mayor, como pudo puso sus manos con delicadeza en el vientre del más alto y dejando las lágrimas caer continuo. —lo siento, lo siento mucho, yo no quería que nada le pasara, yo quería que ustedes fueran realmente felices, estaba dispuesto a renunciar a su amor, no quería que esto pasara, no quería mami, perdóname, te lo pido.

 

—Yurio, amor, calma pequeño. —Victor le acarició la cabeza al omega y como pudo, lo llevó a su pecho, sentando cerca de él, sobre la cama. —Respira, eso amor, respira mi pequeño Yurio, eso, tranquilo…

 

Yuri cerró los ojos cuando el calor de su madre y su padre lo rodearon, podía sentir las feromonas a su alrededor, era una mezcla de sensaciones y de olores, algo tremendamente nuevo y que parecía simplemente posarse a su alrededor como algo más que conocido. —quiero estar aquí, quiero estar con ustedes…— Cerró los ojos, dejándose llevar por el calor que estaba brotando a su alrededor.

 

Yuri volvió a abrir los ojos, cuando la temperatura a su alrededor comenzó a sofocarlo, se llevó la mano al pecho, sintiendo que el aire a su alrededor se había vuelto seco.

 

—Shhhh, tranquilo pequeño. —Víctor acarició suavemente la frente del rubio, alejando su flequillo, que parecía estarse pegando a su frente.

 

—Mami…—Yuri quería hablar, pero su pecho parecía quemarse, que el aire que estaba entrando a su pecho hervía, su piel estaba sudorosa y entre sus piernas, su pene se sentía duro, como si el contacto con su propia ropa fuese doloroso. —¿Qué me pasa? —pero antes de poder decir algo más, el roce entre sus propios muslos lo hizo gemir, siento como su parte baja se  humedecía. — Mami, estoy mojado, mami perdón…—el rubio nuevamente comenzó a gemir.

 

—Tranquilo amor, es solo tu celo, ya pasará, tranquilo…—Victor le acaricio la cabeza nuevamente, Yuri quería decir muchas cosas, pero simplemente podía removerse entre las sabanas, sintiendo como si su piel quemara, solo con el roce. —Yuuri traerá unos supresores, además llamaremos a Otabek, lo mejor es que te marque ahora.

 

—No…—Yuri jadeo fuertemente. —hasta los 18, Beka no...mmmmmm —apretó las sabanas, sintiendo como su parte baja era la que ahora se encontraba en peor situación.

Yuri miró a la puerta, notando como el japonés entraba a la habitación, aún con el abrigo puesto, como si nada, el rubio se preguntó si realmente no le afectaban sus feromonas, ellos no eran familia de sangre y podía incomodarle.

 

—Pequeño, esto dolerá, pero como es tu primer celo, será más rápido…—Victor rápidamente inyecto algo en su muslo, logrando que un pequeño grito escapara de sus labios y que desesperadamente se aferrara al cuello de su madre, suplicando para que parara.

 

Yuri volvió a abrir los ojos, sintiendo como la habitación estaba realmente fría, parecía estar amaneciendo, ahora las persianas estaban levantadas y se podía distinguir el cielo de un suave color turquesa.

 

—¿Mamá? —Yuri se giró, encontrándose a un Victor dormido en una posición bastante incomoda, con los brazos y las piernas cruzadas, junto a su cama. —Mamá…—Yuri se relamió los labios, sentía mucha sed, probablemente el calor de su celo aún estaba presente en su cuerpo y que eso lo estaba torturando de alguna manera.

 

Cuando pudo sentarse sin sentir que vomitaría, el rubio simplemente miró al hombre a su lado, tenía marcas bajo los ojos, probablemente no había descansado lo suficiente, repentinamente el recuerdo de los otros hombres que lo habían atacado antes lo hizo estremecer, logrando que su mirada se fuera al vientre del omega mayor.

 

Yuri gateo un poco y puso una de sus manos en el plano vientre del otro. —¿bebé?

 

—No hay bebé Yurio…—Victor habló, haciendo que el rubio alejara su mano, con el rostro contraída en una mueca de culpa, mientras sus ojos se aguaban. — y nunca lo hubo cariño.

 

—Sé que fue mi culpa, sé fue por el golpe…

 

—Yurio…—El rubio levantó la vista. —lo que vistes no es lo que estás pensando, como te marchaste nosotros pensamos que ya no querrías ser parte de nuestra vida.

 

—Iban a ocupar mi lugar…—la voz del pequeño omega se quebraba.

 

—Claro que no, pero debíamos dejarte marchar hijo, si tu felicidad no es a nuestro lado, no podíamos obligarte, no podíamos forzar el que estuvieses a nuestro lado, para nosotros lo importante es que fueras feliz, pero tener ese cuarto, con todas las cosas esperando para ser usadas, cuando jamás vendrías a nuestro lado, solo era una tortura…—la voz de Victor se quebró a media frase. — pensamos que podíamos tener un pequeño cachorro, podríamos darle amor a un pequeño y esperar que algún día dejase de doler, que un nuevo niño en nuestras vidas pudiese curarnos y lograr que un futuro solo sintiéramos nostalgia al pensar en ti amor.

 

—No quiero que me dejen, no me remplacen.

—Yuri. —Victor lo miró con angustia. — nunca podríamos reemplazarte, pero si quieres volver con Beka tendrás que marcharte, Yuri amor no podemos volver al pasado, no podemos recuperar lo perdido, no podemos darte todo lo que te hizo falta…

 

El rubio se limpió las lágrimas, estaba desesperado.

 

—Yura calma, podemos seguir en contacto, respetaremos tú decisión…

 

—Quiero quedarme mamá…—Victor acarició la cabeza del rubio. — déjame quedarme, sé que ya desarmaron el cuarto, pero no molestaré, yo de verdad…

 

—Yuri, yo no sé…—Victor lo miró triste, logrando que el nudo en la garganta del rubio creciera, como si el aire simplemente no pudiera hablar. Bajó la cabeza, sabiendo que estaba equivocado tratando de pedir algo que no mecería, sonrió y como pudo se armó de valor, sonrió y de la forma más orgullosa que pudo buscó las palabras correcto.

 

—Perdón mamá, tienes razón, lo justo es que ahora tengan un nuevo cachorro, será un niño o niña precioso, ojala tenga tus ojos y la actitud de papá, Yuuri es un alfa muy genial, tomaré mis cosas y llamaré Beka.

 Yuri no le dio tiempo a Victor, salió del cuarto, sin notar que llevaba un pijama que le quedaba un poco grande, llegó a la cocina y se quedó observando como el japonés lo miraba.

 

—Yuri, debes descansar.

 

—papá, lamento si mis feromonas te afectaron, yo llamaré a Beka, el debe estar preocupado, esta noche…

 

—Yuri, han pasado cuatro días desde tu celo, no permitimos que Otabek viniese, creímos que sería demasiado riesgoso, ya que no quieres ser marcado todavía.

 

—Te quité a tú omega por mucho tiempo

 

—No me quitaste a nadie, Victor es tu madre, es justo que también la disfrutes.

—Mis feromonas…

 

—No, jamás me ha afectado tú aroma, eres mi hijo, estuve contigo desde que estabas en el vientre de Victor y estaré contigo hasta que me muera. —Yuuri se acercó al menor y en un fuerte abrazo lo llevó a su pecho. —Otabek me comentó de los papeles para poder mantenerte con nosotros, no le he dicho nada a Victor, quería que fueses tú quien se lo dijese.

 

—Yura, eso es…

 

—Creo que es momento de que le digas a mamá lo que quieres, pero que sepas que yo siempre estaré para ti hijo, pase lo que pase.

 

El rubio se giró, encontrándose con la mirada de Victor, quien simplemente estaba en silencio, con un gesto extraño en los labios.

 

—Yura…

 

—Quiero quedarme con ustedes, déjenme ser su hijo, déjame quedarme a tú lado mamá.

 

 

 

 

 


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