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Aun no podía acostumbrarse por completo a las muestras en público de afecto por parte de su alfa, no estando cómodo y en gran medida su rechazo por esa clase de acciones seguían siendo su físico.
Cristian tenía la costumbre de salir a correr cerca de las 7 am, algo que podía entender bastante bien si consideraba que su alfa era un atleta muy activo. Más de una vez recordaba haberse quedado embobado al contemplar sus entrenamientos, alejándose bastante de los deportes de contacto que la mayoría de los alfa preferían, Cristian estaba metido de lleno en la carrera de bicicleta y el judo, donde la fuerza bruta no era necesaria.
Más de una vez intento pedirle que lo llevara a sus caminatas matutinas, pero tenía miedo de hacer el ridículo frente a su pareja. Aun se encontraba aterrado de hacer algo que pudiera molestarlo y hacer que su frágil autoestima se perdiera.
Como si fuera un niño solía observarlo desde lejos durante sus entrenamientos, admirando lo espectacular que resultaba Cristian al estar sobre su bicicleta y aun cuando le encantaba verlo a escondidas oculto detrás de las gradas de la pista, no soportaba ver al grupo de admiradores que tenía su alfa y no escondían para nada su interés por Cristian.
No se consideraba del tipo celoso y su opinión cambio al ver a esos desagradables omegas babearle casi encima a su pareja, en realidad no sabía cómo o cuando sus piernas empezaron a moverse solas y lo único de lo que era consciente que no deseaba ver a su alfa rodeado de esos molestos omegas.
-Creí que te gustaría comiéramos juntos, ¿te parece buena idea?- si podía ser más que infantil esa forma de actuar, pero no podía evitar sentirse molesto con la presencia de todos esos detestables chicos y antes de poder pensar con más calma sus acciones ya se encontraba parado frente a la bicicleta de competencia de su alfa.
-Aun faltan 3 vueltas mas, ¿podrías esperar a que termine?- el solo ver a su hermoso omega parado frente a él y con esa tímida sonrisa solo pudo derretirse, si ya lo consideraba lindo con esa forma de actuar tan inocente lo tenía sonriendo como un idiota.
Volviéndose por completo ciego a las demás personas, en ese momento solo existía a sus ojos solo la presencia de su pareja y nada más, estando seriamente a un paso de mandar todo al demonio e irse con su omega para pasar una muy dulce mañana a su lado.
Estando a un paso de realmente dejar todo por irse con su adorado Donovan, podía contar con los dedos de una mano las pocas veces que oportunidades tan únicas como esa se presentaba por culpa de sus apretados horarios, donde rara vez coincidían para verse.
- 15 minutos podremos irnos, espérame en las gradas...después nos podremos ir a donde quieras- susurrando suavemente cerca del oído de su pareja, solo para ver su reacción tan inocente hermosa...aun parecía estar apenado por esa clase de acciones.
-Te estaré esperando en las gradas, no me quiero perder tu entrenamiento- algo que nunca creyó poder hacer aun en público, besarlo frente a las caras sorprendidas de todos los odiosos omegas y cuya expresión le pareció extremadamente cómica en contraste con el rostro satisfecho de su pareja, quien parecía haber disfrutado demasiado esa acción.
Dejando atrás su acto basado por celos en cuanto Cristian se marcho de regreso a su práctica, camino lo mas rápido que pudo hasta las gradas antes de que los aun shockeados omegas se recuperaran del espectáculo que habían presenciado y parecían no creer que el alfa con quien soñaban estuviera besándolo frente a sus narices.
Sin conocerlos ya podía asegurar que lo odiarían hasta la muerte, con solo evaluar la forma en que parecían comerse con la mirada a su pareja mientras practicaba.
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Los cambios son necesarios y muchas veces bruscos cuando no los esperasen esa situación bien podría decir que la mitad de la culpa recaía en el por los prejuicios que aun tenían las personas por su aspecto físico del que aun no podía tener control total, a pesar de la nueva rutina de ejercicio y dieta a la que se había sometido parta perder peso.
Obligado por un accidente desagradable...
Aun se sentía culpable de que Cristian dejara oficialmente la bicicleta, si hubiera sido más cuidadoso el alfa no habría descubierto el trato tan horrible que sus admiradores le daban cuando él se encontraba practicando...uno de los omegas del grupo por descuido "accidentalmente chocaban", por la fuerza del impacto no pudo evitar estrellarse contra las gradas el golpe le dejaba un moretón en la espalda que se extendía hasta parte del cuello.
Ya fuera el destino o alguna clase de broma de mal gusto por parte de la vida a quien parecía agradarle estar llenándolo de malos momentos, el dichoso "accidente" pasaba justo al campo de visión de su alfa, quien pareció totalmente horrorizado de ver como terminaba literalmente usando el suelo.
-¡Donovan!....-angustiado y al borde de un colapso por pánico apenas fue consciente del momento en el que salió de la pista con un frenan tan brusco que podría haberlo lesionado, movido por el instinto corrió hasta donde se encontraba su herida pareja. Horrorizado de ver como su pálida piel se encontraba tan roja que parecía estar teñida con tintura.
Asustándose a un nivel que no creyó posible, veía como la delicada piel de Donovan se encontraba sangrando, su corazón se encogió de dolor con solo verlo lastimado y sollozando del dolor, en una respuesta no consiente de su cuerpo tomo del cuello al culpable y recreo el "accidente" provocando las mismas lesiones en el otro.
-Basura como ustedes me asquea de solo verla, atacar así a mi omega, mi pareja, agradezcan que no me gusta solucionar con golpes los problemas o ya los estaría reduciendo a golpes en una masa ensangrentada que ni su padres reconocerían- poco o nada le importaba el resto del entrenamiento, si el resto de sus compañeros de equipo resultaba como ese puñado de idiotas no quería saber nada de ellos.
-Es...toy bien, no te preocupes fue un accidente- queriendo morderse la lengua con solo decir esas palabras cuando sabia que eran una vil mentira, vio la clara intención del otro por herirlo y no quería ser el causante de que su alfa perdiera todo por lo que estaba trabajando: la competencia nacional por equipos, sabia lo importante que era dicho evento para Cristian y lo mucho que se estaba esforzando para ganar, para el valía la pena soportarlos los acosos y callarse si con eso su alfa lograba
sus metas.
-Nada es más importante para mí que tu seguridad, si no pudieron entenderlo fue su problema- el descubrir cómo estaban tratando a su pareja no solo lo asqueo por completo, logro ponerlo furioso al descubrir el hecho de que su propio entrenador sabia de la situación y no había movido un solo dedo para detenerla por completo, todo porque no era conveniente el distraerlo con algo que creyó sin importancia.
Dándole un motivo más que suficiente para tomar todas sus cosas y mandar tanto a la competencia como a su incompetente entrenador al diablo, nada podía ser más importante que la seguridad de su omega, algo que su padre parecía haberle inculcado desde muy pequeño para que nunca descuidara a su pareja.
-Saúl y Oscar vendrán mañana ¿no?, deberíamos limpiar la casa y no dejar que vean el desastre que tenemos- las visitas frecuentes de los padres de su alfa solían deberse para dejarle a su hijo suministros y un poco de dinero, a su juicio resultaban bastante sobre protectores y no podía culparlos de actuar así al tener a su hijo lejos.
Tenía ya un mes de estar saliendo a correr junto a su pareja o
mejor dicho trotar porque aun no era capaz de correr al mismo nivel que Cristian, quien era totalmente capaz de correr el parque en solo unos minutos, no como el que tardaba una hora completa en hacer el mismo recorrido y al ser tan lento su alfa bajaba su ritmo para quedarse a su nivel.
-Lamento... apestar... tanto con el ejercicio...-apenas podía respirar después de la tercera vuelta y con cierto resentimiento como su pareja no parecía estar ni cerca de estar cansado, tan fresco y resplandeciente que parecía estar posando para la foto de una portada de revista y no en un parque a las 6:30am trotando.
-No espero que corras a mi nivel, para ser tu primer mes vas bastante bien, ¿cuánto bajaste ya?- los cambios que podía notar por ser tan visibles en su omega, iban desde su pérdida de peso hasta el aumento de su autoestima, por decirlo de alguna forma podía verlo aun mas radiante de lo que ya resultaba a sus ojos su hermosa pareja.
-5 kilos creo, no es mucho pero creo que es bastante y me siento satisfecho jamás creí poder perder peso- aunque apenas podía respirar no mentía al decir que esos 5 kilos le resultaban una verdadero logro, con su sobrepeso el bajar solo unos gramos ya le resultaba una victoria personal.
-No te excedas y estaré feliz de seguir ayudándote con el ejercicio, no debes presionarte mas de lo que está en tus limites-al no desear exponer a un peligro que podría ser fatal para Donovan y pareciendo un poco paranoico consulto con un medico el riesgo al que estaría exponiendo a su omega al empezar a ejercitarse y si resultaba una buena idea cambiar su dieta, para ayudarlo en la pérdida de peso que sabía era la mayor preocupación de su pareja.
Solo después de consultar a una tonelada de libros y médicos, aceptaba una cuidadosa dieta que esperaban complementar a la perfección la rutina de ejercicio.
Un detalle que deseaba mantener aun en secreto para sus padres y los padres de su omega por miedo a que lo tomaran mal y quisieran separarlos, el hecho que ambos mantenían desde su cambio a esa ciudad: una muy activa vida sexual, una mala costumbre que tenían ambos después del ejerció y antes de tomar un baño solían tener sexo, una vez saciados por completo, se aseaban para borrar las huellas de lo que hacían en secreto.
Un acuerdo al que ambos habían llegado después de la primera vez sexual como pareja, fue no usar anticonceptivos si su omega resultaba embarazado afrontarían como adultos esa situación y se harían responsables por completo del bebe, no buscarían excusas para justificar sus acciones, si se sentían tan adultos para tener sexo lo eran para ser responsables del resultado que podría acarrear esa decisión.
Ambos se sentían bastante seguros de no protegerse principalmente por la inmadurez del útero de su omega, del que sabia aun no era capaz de producir óvulos maduros y por las estimaciones del médico que consultaran en unos 3 años debían empezar a usar protección y gracias a que el hombre era realmente confiable en su trabajo ambos confiaban plenamente en su juicio, tomando muy en serio ese consejo y todas las indicaciones que su pareja debía tomar después de sus controles médicos tanto de peso como revisiones periódicas obligatorias para cualquier omega después del celo.
Como cualquier alfa que soñaba con tener una pareja y formar una familia tenía ya una importante suma en su cuenta bancaria, por la influencia de su padre Saúl desde muy pequeño había iniciado con el habito de ahorrar "por el futuro de su familia", para sus padres seria una suma muy pequeña gracias a que ambos trabajaban y sus sueldos sin dudarlo eran muy superiores a lo que el llegaba a ganar en trabajos de medio tiempo.
Si las cosas en su relación seguían el mismo curso en cuanto Donovan cumpliera 15 empezarían a vivir juntos para medir si podían convivir como pareja, un muy alto índice de parejas rompía durante o después de ese proceso al descubrir que la vida no era como habían imaginado, si podían salir vivos de esa etapa existía una muy alta probabilidad de casarse y vivir felices una vida juntos.
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