A ella no le gustas
El azabache había decidido mostrarle las instalaciones del laboratorio del profesor Oak, se suponía que Tracey el asistente del profesor los guiaría pero él estaba de visita con una vieja amiga en ciudad Celeste, así que le tocaba a Ash ser el encargado del tur, y la verdad así lo prefería Alan.
En su recorrido Pararon a ver la manada de tauros que pertenecía al joven entrenador, el chico los saludo.Mientras los observaba, Alan empezó a sentir una presencia perturbadora. Giró a ver a ambos lados, pero nada. Empezó a captar un aroma picante, aunque acompañado de una olor algo dulce si le preguntaban
-Baylee-. Se escuchó
Era un sonido no muy contento, volvió a buscar alrededor, hasta que agachó un poco la cabeza pudo dar con el.
-Baylee.
Se topó con un pokemon cuadrúpedo que tenía un largo cuello,Era un bayleef que lo estaba mirando inquisitivamente. Lo ponía tensó ser observado por aquellos ojos carmesí lo cual lo extrañaba puesto que que la criatura tenía una apariencia inofensiva.
El pokemon dio un paso hacia adelante, de repente de mirarle de cara a cara, bajo la cabeza e inflo las mejillas su a expresión se transformó en enfado; ahora miraba directamente a su mano que era sostenida por el Azabache. Lo inusual vino después : el pokemon de hierba desenvainó su látigo sepa y le dio un golpe en la mano, haciendo que soltara a Ash ante el dolor del golpe.
-Que pasa....
Ash no tuvo tiempo de preguntar por la repentina conmoción, pues el enorme peso del pokemon lo había derribado, y empezaba a ser llenado de mimos por bayleef que frotaba cariñosa su rostro con el joven. Levantó ligeramente la cabeza observando a Alan quien tragó saliva, dando un paso hacia atras al sentirse intimidado y no era de menos, había encontrado a su primer rival en el amor aunque este mismo no lo supiera.
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Lo que sus labios nunca debieron pronunciar
AU (universo alterno)
Alterar el tiempo
- ¿No te agradó tu deseo?
¿Porque que quieres que lo deshaga? -
Fueron las preguntas del pokemon de los deseos, Jirachi ante las exigencias del humano que le reclamaba revertir el deseo que él le había pedido hace 7 noches, estaba desesperado ya que el tiempo se estaba acabando.
- ¿Eso no importa, deshaz el deseo ahora mismo?
¿Pero no era lo que tú querías? - .Comento el pokemon volando alrededor del joven de cabello índigo, rodeándolo con sus dos colas que desprendían una estela de luz semejante al de las de estrellas.
- ¡Para nada!
-Entonces ¿Por qué lo deseaste?
El cuerpo de Alan quedo inerte ante aquella voz, no era la de Jirachi, sino a quien más temía enfrentar, pero lentamente fue girando su cuerpo hasta toparse con esa persona, había dolor, tanto a pesar de no recordarle. Y de alguna manera había vestigios de un cariño tan puro que una vez existió o mejor dicho debió existir. Estaba inmensamente desolado y ni el propio Ash sabía el porqué de ese sentimiento.
-Por tonto- .
Tras pronunciar aquella frase se mordió los labios y tembló al sentir la impotencia de saber que él era responsable de que él no lo recordara. Aunque sus palabras no fueron más que habladurías accidentales de un momento importuno, para Alan esto no era más que su karma respondiéndole a sus acciones; por haberlo tratado tan mal, había hecho caso omiso a las advertencias del joven cuando le dijo que su jefe deseaba separarlos al considerar al azabache un obstáculo en su futuro como investigador, no solamente le ignoró, creyó más en Lysandre que a su propia pareja.
-Estaría mejor si nunca nos hubiéramos conocido.
Esas fueron las palabras que habían sentenciaron su espacio y tiempo.
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La desolación de la Luna II
AU (universo alterno)
Hombres lobos/cambia formas
Hoy era la noche del cortejo, época especial en la que se reunían las manadas de hombres lobos, como indicaba su nombre muchos buscaban la oportunidad de encontrar una pareja. A Ash nunca le intereso, tal fecha, tampoco fue su prioridad en el pasado ya que teniendo la manada que tenía era mejor permanecer soltero, además era un híbrido muy pocos se interesarían en él. Bueno todo eso era lo que pensaba hasta que apareció Alan, aunque tenía que admitir el amor no era su fuerte, por más que lo tuviera enfrente era malo para aquellas cosas, incluso teniendo a su propia pareja no era extraño que entraran en discusiones ocasionales ante su falta de atención a esos temas.
Esta noche no era para él, así que por ahora yacería apartado de los demás lobos, echado en el suelo observando desde lejos a los otros, ese era el plan hasta que captó la presencia de un extraño, que interrumpió su paz,
- ¿Estas solo?- Comentó el recién llegado , poniendo sus cuatro patas delante de él. Con solamente verlo pudo deducir que no pertenecía a su manada; era un hombre lobo de pelaje castaño. El extraño Se acercó, demasiado haciendo que el de pelaje azabache se erizara, y se levantara precipitadamente del suelo.
- ¡No! - .Le dijo desviando su mirada lejos del huésped indeseado.
-Es una lástima -.Se sentó a un lado de Ash quien trataba de ignorarlo-.Podríamos pasar un rato juntos, para matar el tiempo. Sugirió con voz petulante. El enorme macho, cepilló su pelaje contra el hombro del más joven.
-¡¡Apártate!!-
Le advirtió Ash con gruñido gutural, y con la pelambre erizándose de la desagrado de tener al otro individuo cercas. Quizás no entendía bien las cosas del amor ni lo afín a ello, pero sabía muy bien cuando alguien quería pasarse de listo.
-Oh vamos, nos divertiremos.
Con el peso de su cuerpo, lo comenzó a empujar, haciendo que diera pasos hacia atrás ,su intención era alejarlo de la vista de la manada, esto no paso invertido por el más pequeño de los dos, quien permanecía con la cabeza agazapada a la par que le mostraba los dientes entre crujidos de enfado.
-Podrías alejarte de mi pareja.
Ambos lobos prestaron atención aquella voz. Cuando Ash vio a su compañero emerger de la espesa hierba, se sintió aliviado, pero aun así no bajo la guardia.
-No deberías dejar a alguien tan bonito esté tan solo, podría pasarle algo malo- .
Comentó con voz jocosa. Luego colocó una pata encima de la espalda de su presa. Ante aquello Alan lleno de ira se aproximó de un salto enfrente del castaño dando en amenaza un abrir y cerrar de sus fauces.
-¡Al que le va pasar algo, es a ti sino te largas ahora mismo!
Su acosador fue razonable y dio marcha atrás, de mala gana pero lo hizo para alivio del azabache.
- ¿Estas bien?- Le pregunto con preocupación su compañero
Asintió con la cabeza, para luego frotar su rostro en el pelaje de su compañero, quien hizo un gesto similar usando su nariz para acariciar el lomo del más chico.