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Apariencias por Momoka Yuuki

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Notas del capitulo:

¡Hola! :D

Nuevamente con un nuevo capítulo :3

Espero y les guste, poco a poco va a empezar a surgir el "drama" :p

Advertencias:

- Los personajes no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto

- Posibles faltas de ortografía y redacción.

Sin más que agregar, ¡a leer! :3

Cap.12 Inicio

Se mantenía encerrado en su habitación, escuchando las escandalosas risas de su primo en compañía de su querida madre en la planta baja. Sasuke solo atinó a bufar mientras buscaba en el cajón de su escritorio su reproductor mp3 y dejaba de escuchar aquellos ruidos, concentrándose ahora en el inicio de aquella melodía se permitió cerrar los ojos y pensar el porqué de los sucesos del día.

— Habla — la voz de Fugaku había sonado autoritaria, mientras se cruzaba de brazos y miraba como el menor de sus hijos bufaba fastidiado, logrando así que su mal humor aumentara.

— ¿Volvieron a burlarse de ti en el colegio? — Mikoto cuestiono con notable angustia, logrando así que los dos varones se relajaran y trataran de centrar su atención en la fémina — sabes que en un par de años tendrás una fuerte compostura — sonrió cálida, viendo como su retoño negaba con la cabeza y volvía a adquirir esa expresión molesta.

— Son molestos — siseó el menor — ¿por qué esa necesidad de meterse en asuntos que no les conciernen? — apretó los puños debajo de la mesa — ¡ah! Pero eso sí, uno les pregunta algo y tratan de todas formas la manera de negarlo u ocultarlo.

— ¿De quién hablas, cariño? — se atrevió a cuestionar de nueva cuenta la dama, reflejando en sus irises oscuras el temor a su respuesta.

El menor de los Uchiha apretó los dientes, juntando más sus cejas para tratar de canalizar la ira que poco a poco bullía hacia afuera — de esa mujer, esa rubia entrometida — su voz empezó a convertirse en un gruñido — y también del dobe de Naruto.

Aquel nombre le sonaba a Fugaku, “Naruto” repitió en su mente el mayor, recordando que era aquel doncel que el día anterior su hijo había llevado a casa, mismo que era el “mejor” amigo de su hijo y según por las pocas palabras dichas por su esposa, el niño que gustaba del menor de sus hijos. Afilando la mirada, volvió a centrar su atención en Sasuke.

—¿Quién es la chica que te molesta, cariño? — Mikoto preguntó, tratando de relacionar poco a poco las cosas — ¿se burla acaso? — levantó una ceja, esperando haber dado en el clavo y viendo como su hijo negaba forzosamente.

—  Es una entrometida, no sabes si está tratando de ayudarte o hundirte junto al dobe — bajo la mirada hacia la superficie plana de la mesa, evitando mirar fijamente a sus progenitores — al menos ella y su amiga se han encargado de divulgar que soy varón, haciendo que me vuelva más popular — esbozó una sonrisa arrogante, presumiendo lo que anteriormente Suigetsu le había dicho, sintiéndose de nueva forma orgulloso de sí mismo.

Fugaku miraba atentamente, todavía sin decir nada y evaluando cada palabra y expresión que delatara al menor.

— Eso es bueno, ¿no crees? — la dama junto ambas palmas, mostrándose emocionada de que al menos su pequeño ya no sufriera el bullying que anteriormente le atormentaba en el colegio de la ciudad, deshaciendo su gesto cuando Sasuke volvió a componer esa mueca de molestia.

—  Sí, es bueno — admitió, dirigiéndose a su madre — pero eso no quita de que sigan siendo molestos, más aquellos donceles con complejo de damisela — junto las cejas, formando un surco entre ellas.

— ¿Ellos te siguen molestando? — Mikoto volvió a preguntar, preocupada por la respuesta.

— No, solo me dirigen miradas despectivas o se burlan a mis espaldas, crean chismes o simplemente me ven como si esperarán algo de mí — se cruzó de brazos, chasqueando la lengua y sin deshacer la mueca de desagrado que había formado con los labios — simplemente no me agradan, son unos raritos, unos fenómenos, algo que jamás debió…

 — ¡Ya basta! — Fugaku levantó la voz, golpeando con ambos puños la mesa y sobresaltando a las dos personas que estaban ahí con él, Sasuke trató de mostrarse indiferente, fingir que no le había afectado la furia de su progenitor.

— Pero Sasuke, no deberías decir eso — las irises de la azabache tintineaban, tratando de explicarle lo mal que estaba — Naruto también es…

— Naruto es un manipulador, mentiroso y hablador, al igual que todos ellos — interrumpió a su madre, dejándose consumir por los celos al haberlo visto demasiado afectuoso con Nara — todos en el colegio hablan mal de él, diciendo que es un pobre diablo, huérfano y que busca la estabilidad vendiéndose — sus manos las apretaba, convenciéndose de que aquellos rumores eran falsos, tratando de creer cuando su rubio amigo le dijo que no eran ciertos — trate de ignorarlos, creerle a él, pero ahora empiezo a creer que por algo existen aquellos chismes, puede que Naruto sea todo una puta — su voz salió rasposa, demostrando cierto asco y desprecio.

El corazón de Mikoto se comprimió, doliéndole de cierta manera las palabras que su hijo había soltado contra ese dulce y rubio doncel, ahora comprendía por qué se refirió así en un principio sobre la amistad que mantenía con Naruto, demostrando cierto recelo hacia su persona el día anterior que le invito a la casa. No era tonta e ingenua y mucho menos tratándose de sus hijos, notando como en verdad su retoño se encontraba celoso y a la vez renuente a aceptar que la persona que había acaparado la atención de su corazón había sido un doncel, las personas que según él decía odiar.

Y Fugaku al igual que su esposa se había percatado de lo mismo, gruñendo por la terquedad de su hijo y por las tonterías que andaba soltando, volviendo a ver de forma amenazante al menor, esperando que se retractara en sus palabras, obteniendo solo el silencio de este y la altivez que lo caracterizaba — si en tan mal concepto lo tienes, ¿por qué es tu amigo? — volvió a dirigirse al menor, viendo como levemente se alteraba — será… ¿qué te gusta? — sonrió, mofándose de la expresión de su hijo, que tardo unos segundos en responder.

— Ja — una mueca divertida formó sus labios, cruzándose de brazos, levantando la cabeza y dirigiendo su bruna mirada hacia su progenitor, hablo — como puede gustarme — un amargo sabor se coló en sus papilas gustativas, así como un ligero nudo en el estómago que trató de ignorar — ni, aunque me pagarán un millón de dólares saldría con un estúpido doncel — endureció su mirada, asegurando así la veracidad de sus palabras.

— ¡Retráctate! — para sorpresa de ambos azabaches, Mikoto se había levantado de su silla y miraba molesta a su hijo.

— No, y no pueden obligarme — trató de mostrarse seguro, era verdad que en parte las palabras que había soltado apenas hace unos segundos empezaban a afectarle, pero en esas situaciones lo último que quería era mostrarse inseguro ante sus padres.

— ¡Sasuke! — ahora fue Fugaku quien molesto observaba a su hijo, ordenándole con la mirada lo mismo que su esposa le había obligado.

Sasuke estaba por ceder, la mirada que le estaban dirigiendo sus progenitores estaban a punto de quebrar la poca confianza que había adquirido para mostrarse sereno ante ellos, al igual que Itachi. Y como si lo hubiese invocado con la mente, este apareció, obligando a sus padres que desviaran su atención hacia su persona.

—  Necesito disculparme — susurro Sasuke, cerrando los ojos y llevándose un brazo hacia sus ojos y cubriéndolos con el mismo. Aquellas palabras que había soltado en contra del rubio en realidad más de la mitad no lo sentía en contra del doncel.

Solo esperaba que sus padres no le hayan dicho nada a su hermano mayor, no lo quería tener en su contra y mucho menos siendo también amigo de su rubio. No se disculparía con sus padres, de eso estaba más que seguro.

+*+*+*+*+

Analizaba la fotografía que en esos momentos sus dedos sostenían con cierto cuidado. Sus ojos se movían apenas perceptiblemente, detallando a cada una de las personas que devolvían una cálida sonrisa a la cámara en aquel entonces. Un hombre rubio, que sonreía afable y que con un brazo rodeaba la espalda de una mujer de larga cabellera color rojo, misma que mostraba una sonrisa de dientes blancos y entre sus brazos sostenía un bebé de rubias hebras. Naruto contrajo sus cejas, apretando la fotografía hasta generarle algunas arrugas, procesando lo recién acontecido.

Jiraiya mostró cierta sorpresa en su mirada al ver la expresión que el joven adquirió, volteando a ver a su pareja que se mostraba de igual manera levemente sorprendido. Ambos adultos esperaban emoción alguna de parte del rubio al por fin saber algo de su familia, felicidad, la misma que él sentía al haber encontrado a su amado nieto y dicha al saberse de nueva cuenta querido por su familia. Pero la reacción que había adquirido Naruto era de absoluta molestia y resentimiento.

— Saben, esto parece algo sacado de una novela ‘ttebayo — trató de sonreír, dejando la fotografía sobre el sofá y mirando con una sonrisa a los adultos que estaban atentos a su persona — pero, ¿quieren saber algo? — Jiraiya levantó una ceja, asintiendo con duda — me niego a creer esto — su voz sonó sombría, mirando fijamente al varón con una mirada que helaría a cualquiera.

— Pero Naruto, ellos son tus padres, no deberías hablar así — trató de hacerle razonar, mostrándose aparentemente calmado, alterándose un poco por la sonrisa que estaba componiendo Naruto.

— ¿Y? — cuestiono el blondo, tratando de mostrarse divertido ante la estupefacción que habían adquirido los adultos.

— Pensé que ibas a estar feliz, feliz de saber que tienes familiares que se preocupan por ti, por conocer quiénes eran tus padres anteriormente — aguardo un momento, esperando a que el menor dijera algo, pero solo veía seriedad en su mirada — hace unos momentos te mostrabas feliz e interesado por saber de tus padres, ¿Qué cambio? Ni siquiera te he dicho sus nombres.

— Lo hizo en cuanto me vio — resoplo Uzumaki, tomando de nueva cuenta aquella fotografía y mirándola nuevamente — él de seguro es Minato, Namikaze Minato — paso su dedo sobre el rostro del nombrado, esbozando un intento de sonrisa — una de las cuidadoras tiene varias revistas de él en su cuarto — dejo escapar de sus labios un poco de aire — esta de aquí es Kushina — aquel dedo se deslizo ahora sobre el rostro de la dama, mirándola enternecido — es la primera vez que escucho ese nombre y es uno muy lindo — sus ojos empezaron a brillar por las lágrimas que se querían desbordar de sus ojos — y ese de seguro soy yo.

Jiraiya quería acercarse a consolar a su nieto, aquel que no pudo ver crecer en todo ese tiempo, pero el agarre que ejerció Orochimaru sobre su muñeca y del como negaba suavemente con la cabeza, le obligo a desistir en realizar aquel contacto, quedando en silencio y observando cada gesto que componía el menor.

— ¿Acaso nunca pensaron en lo mucho que he sufrido en su ausencia? — cuestiono al aire, sin dejar que las lágrimas abandonaran sus ojos — como era acosado y despreciado por mis compañeros en el orfanato, del cómo me obligaron a salir de ahí aun sin tener la mayoría de edad — en su voz se podía oír cierto reproche — y lo peor es que me alejaron de todos ustedes — un suspiro largo y tembloroso escapó de sus labios — lo siento, pero no estoy listo para aceptar esto.

No llevaba muchas cosas consigo, salvo su monedero en forma de rana, su viejo celular y uno que otro dulce dentro de sus bolsillos. Verificando que todo estuviera en su lugar, Naruto se puso de pie y dirigiéndose al doncel de cabellera negra le pidió que lo llevara a su hogar, acción que de inmediato acato Orochimaru, tomando las llaves de su vehículo y saliendo de la residencia sin dar oportunidad de que su marido dijera lo contrario.

+*+*+*+*+

Nunca le había tomado la debida importancia a lo que los demás dijeran de su persona. Desde que tiene memoria, Uchiha Itachi ha hecho y sido lo que él espera para sí mismo y a lo mejor un poco de lo que sus padres quieren que se convierta, pero no por ello interponiendo sus intereses a los suyos propios. Ni siquiera cuando se sintió irremediablemente atraído en aquel entonces hacia aquel doncel de larga cabellera rubia, sintió la necesidad de querer cambiar algún aspecto de su circunspecta personalidad, solo esperando el momento en que aquel joven le prestara atención, cosa que jamás sucedió y que actualmente ya no desea. Siempre supo mantener la tranquilidad ante cualquier situación y sacando el mejor provecho de acuerdo a las circunstancias. Sabía que ello era una de las principales razones del porque sus padres lo tenían en un alto pedestal y no parasen de compararlo con su hermanito, aquel que hicieron una persona insegura y que espera el reconocimiento y halago de los demás.

Miro la hora a través de la pantalla de su móvil, dándose cuenta de que ya eran casi las diecinueve horas del día y del como su madre estaba fascinada con la visita del doncel a la casa y del como también su primo participaba amenamente en la plática con ellos.

— Itachi, has estado muy silencioso, ¿ocurrió algo? — Mikoto dirigió su atención hacia el nombrado, viendo solamente como este negaba suavemente con la cabeza — estás muy pensativo.

— Pero sí Itachi siempre está en las nubes, tía — con una sonrisa y un tono divertido de voz, Obito se dirigió a la dama — el día en que se muestre con una sonrisa de dientes blancos y demasiado conversador, será el día que pronostique el inicio del apocalipsis — rio ante su propio chiste.

— Voy a hacer mis deberes escolares madre — Itachi se puso de pie una vez que obtuvo un asentimiento por parte de su progenitora, misma que sabía lo poco que le gustaba a su hijo “convivir” con su primo — por cierto, mañana no me pidas la tarea — se dirigió a Obito, sin molestarse en ver la expresión que compuso.

La cara que había compuesto Obito era una de estupefacción, pasando a una de lamento para estar a punto de pasar a una de súplica, algo que no fue posible al escuchar la suave risa de Mikoto acompañada de la de Deidara.

— No es gracioso — chillo, dejándose caer en la silla y mirando a su pareja de manera suplicante.

— Sabes que no debes meterte con Itachi, hmp — Deidara se cruzó de brazos y negó con la cabeza mientras miraba a su pareja hacer pucheros — y será mejor que nos vayamos, ya que mira la hora que es.

— Pero Tobi no se quiere ir — se enfurruño Obito, cruzándose de brazos e inflando las mejillas, Deidara solo soltó un suspiro para obtener algo más de paciencia.

— Si no es de suma urgencia que se vayan, pueden quedarse a pasar la noche aquí — sugirió Mikoto con una sonrisa.

— Muchas gracias por la invitación señora Uchiha — sonrió amable el doncel — pero al menos yo, todavía tengo deberes escolares los cuales debo empezar y no voy a estar esperando a que cierta persona me ayude — ironizó, volteando a ver a su novio que no deshacía su gesto de inconformidad — además no sé porque Obito toma en serio las palabras de Itachi si ni siquiera comparten alguna clase.

— ¡Oye! — el moreno se levantó de su asiento, disconforme de que el rubio haya soltado aquello — ahora mi tía va a pensar que soy un aprovechado con mi primo.

— No importa, es mejor que dejemos de estar acusando molestias, hmp — lo tomo firmemente de la muñeca, logrando que solo así asintiera y se dirigiera nuevamente hacia la mujer.

— Nos veamos tía — hizo una ligera reverencia — gracias por permitirnos estar aquí en su casa a pesar de no haber sido invitados, prometo volver a venir más pronto.

— Sabes que no hay ningún problema, me encanta que vengan ambos a visitarnos — sonrió más que complacida Mikoto — y no te preocupes, si mi Itachi es de suma ayuda para tus materias, no me molesta en lo absoluto.

Mostrándose más que feliz, Obito abrazo a su tía, caminando poco después hacia la salida junto a su pareja y volviéndose a despedir ahora de su tío.

Por otro lado, Itachi espero a que su primo se retirara, esperando a sí ver la posibilidad de que su hermano saliera a comer o a cenar, cualquiera de las dos opciones le daba igual, solo esperaba que Sasuke saliera de su habitación para preguntarle y su caso apoyarlo con lo que haya causado el disgusto de sus progenitores, pero para su mala suerte, el menor de los Uchiha nada más salió de su recámara para tomar una ducha y volverse a encerrar. Resignado, Itachi también fue a concluir sus tareas del día, ya mañana buscaría la oportunidad de abordar a su hermanito.

+*+*+*+*+

Podía sentir las pesadas miradas que le dirigían Ino y Sakura, además de la mirada recelosa que le dirigía Sasuke que se sentaba a un lado suyo. Naruto decidió ignorarlos, centrándose en sus pensamientos y en espera de que el profesor en turno llegara.

“Uzumaki Kushina” susurró apenas perceptiblemente, dibujando una pequeña sonrisa en sus labios al mencionar aquel nombre, nombre que el señor Orochimaru le había dado completo. Estaba feliz de tener el apellido de su madre, esa mujer de largos cabellos del color del fuego, de brillante belleza y mirada traviesa. Quería y deseaba con todas sus fuerzas sentir algo de rencor o resentimiento con aquellas personas que lo trajeron al mundo, pero no podía, simplemente eso no cabía en su naturaleza, en su personalidad. ¿Pero entonces que era aquello que le oprimía en el pecho en ese momento? No sabía si era felicidad, tristeza, enojo o una mezcla de emociones, prefiriendo encerrarse en sus pensamientos, desde el día anterior, desde que salió de la casa de los Sanin.

— Naruto se ve raro — susurró Haruno a su rubia amiga — me gustaría saber qué es lo que piensa — agregó, sin despegar su atención del doncel.

— Ayer, dicen las malas lenguas, que lo vieron salir de una pastelería con un hombre mayor — Yamanaka levantó ambos hombros, restándole la debida importancia — era un doncel, sabes que ahí toda acción o buen chisme pierde interés.

— Es cierto — Sakura soplo un mechón de cabello que se había adherido a su rostro — pero eso no quita que emite un aura deprimente.

Ino no agrego más, se limitó a sonreír y a palmear la espalda de su compañera y amiga. Era esa de las pocas ocasiones en que Sakura mostraba su verdadero ser, una chica dulce y tierna que simpatiza con los demás, olvidando por un momento todos aquellos complejos, aunque no por ello desvió su atención de aquel par, el doncel que se veía melancólico y pensativo y el varón que mostraba cierta preocupación en su mirada y no se animaba a hablar.

— Este es el escenario perfecto para empezar mi plan — susurró, sin ser escuchada por nadie, ni siquiera por Sakura. Una sonrisa algo torcida, dibujaron sus facciones.

Sasuke, mientras tanto observaba atentamente a su amigo, sin atreverse a decir algo que arruinara más su deprimente estado de ánimo. Había llegado como normalmente acostumbraba al colegio, sorprendiéndole de cierta manera que Naruto ya estuviera en este y no durmiéndose como en la mayoría de las ocasiones. Espero que el doncel al momento de percatarse de su presencia le recibiera con una amplia sonrisa de dientes blancos, unos brillantes y alegres ojos azules y que se acercara para que pudiera estrecharlo entre sus brazos, pero lo único que recibió del rubio fue una pequeña sonrisa y un movimiento de cabeza, para ser ignorado después.

No iba a negar que al haberse sentido ignorado había sentido cierto resentimiento hacia el menor de rubias hebras, pero al notar su mirada perdida y concentrado en sus pensamientos opto por ser prudente y darle su debido espacio, cuando Naruto se sintiera listo le diría ¿cierto? Eso esperaba, lo último que quería era que Uzumaki le guardara más secretos, más a esas alturas del progreso de su relación.

Al parecer todos en el aula se percataron de su estado de ánimo, sorprendiéndole de cierta manera que nadie se acercara a molestarlo como normalmente lo hacían, dándole su espacio y en el mejor de los casos ignorándolo por completo. La única atención que había recibido hacia su persona fue un papel doblado que le entrego Uchiha, uno en donde le pedía acompañarlo en el receso, no quedándole de otra que responder afirmativamente, ya que veía en el moreno cierta preocupación y no quería empezar una nueva disputa con él.

— ¿Qué sucede? —  a lo mejor la forma en que soltó la pregunta no fue la mejor, ya que notó como Uzumaki fruncía levemente el ceño y se cruzaba de brazos mientras tomaba asiento en una de las bancas del patio.

— Nada — levanto ambos hombros Naruto, restándole importancia a la pregunta que le formulo Sasuke, notando como le molestaba la respuesta recién dada — tú empezaste teme — señalo el rubio, sacando un panecillo de su bolso.

—  Bien, lo siento — gruño Uchiha, cruzándose también de brazos y tomando asiento al lado del doncel — solo que, no sabía que preguntar.

Aquella respuesta sacó una sonrisa en Uzumaki, ver al moreno nervioso y sin saber que decir realmente, era una sencilla muestra de que se preocupaba sinceramente por él. Partiendo su pan a la mitad, le entregó una parte.

— Ayer Itachi invito a mi primo junto a su novio a la casa — comenzó diciendo Sasuke, tratando de romper el silencio que se había formado entre ellos — son algo escandalosos, así que casi no conviví con ellos — “más bien nada” pensó — ¿cómo te fue el día de ayer? ¿paso algo malo en tu trabajo?

La mirada que le dirigía Uchiha era analítica y un tanto severa, esperando escuchar la verdad de sus labios. No pudo evitar sentirse un poco molesto, sentía la preocupación del varón, pero también sentía que quería acaparar cada uno de sus movimientos sin estar seguro si esto era realmente cierto.

— Bien, mi trabajo estuvo bien, teme — sonrió, mientras le daba otro mordisco a su pan — me regalaron unos muffins que olvide en su casa — rio al apenas acordarse de ellos — sí Shikamaru se llega a enterar me va a regañar.

Nuevamente una ola de celos empezó a envolverle y más al ver como Naruto reía avergonzado a causa de lo que supuestamente le fuera a decir Nara. Eran tantas las cosas que le hacían sentir inseguro, más aquellas que giraban en torno al rubio. Dejando que sus emociones tomarán de nueva cuenta control de su cuerpo, Sasuke tomó el mentón de un rubio que se encontraba distraído en sus pensamientos y de un rápido movimiento junto sus labios con el contario, siendo algo tosco y brusco, ocasionando así que Naruto lo empujara con ambas manos.

— ¡Pero, ¿qué estás pensando, teme?! — la mirada que estaba componiendo Naruto era una de absoluta confusión, no es que le disgustara los besos de Sasuke, solo que le tomó por sorpresa, además de que el varón había sido violento con el contacto.

Sus cejas se contrajeron, notando como el rubio le veía todavía más confundido. Pero no planeaba disculparse, no por eso, era culpa de Naruto el estar pensando en otro varón cuando estaba con él e iban a hablar supuestamente sobre su día anterior — ¿Qué relación tienes con Nara? — preguntó, sin dejar que la cabeza se enfriara y ordenara correctamente sus pensamientos.

La cara del doncel era de absoluta incredulidad, permitiendo que su mal genio bullera de igual manera — ¿Qué pasa? ¿acaso estás celoso? — sonrió divertido, provocando al azabache con la mirada — porque si mal no recuerdo, yo te había presentado a Shikamaru como mi mejor amigo — recalco la última palabra, afilando su mirada y posando ambas manos en sus caderas — y sí eso es lo que querías saber desde un inicio, me lo hubieras preguntado desde antes y no hubiera perdido mi tiempo contigo — tomo sus pocas cosas con la clara intención de irse.

— Espera — le tomo del brazo Uchiha — no era mi intención, solo que… — era vergonzoso aceptar que se había puesto celoso.

Uzumaki al escuchar el titubear del varón relajo sus músculos y volteo a encararlo de nuevo — estabas celoso dattebayo — sonrió, librando su brazo cuando su “amigo” aflojo el agarre — Shika es y será siempre mi mejor amigo, además tiene una bella novia y la quiere un montón — volvió a tomar asiento, divirtiéndose por la estupefacción y la vergüenza por la que estaba pasando Sasuke — y bien, si no era eso ¿qué querías saber?

— Olvídalo dobe, ya no quiero saber nada — ahora quien tomo sus cosas y salió huyendo fue Sasuke, sin querer voltear a ver la expresión del rubio doncel, imaginando que se estaría divirtiendo por su patética reacción. “Ya después me vengaré” fue su ultimo pensamiento hacia el rubio mientras caminaba de regreso al aula de clase.

Mientras tanto Naruto soltaba ligeras risas, despreocupándose de lo que el varón azabache planeaba hacerle en un futuro próximo. Volviendo a sacar su pan y ahora un cartón de jugo continuo con su desayuno, olvidándose un rato sobre aquello que lo acongojaba actualmente y pensando en su teme amigo.

Y la llegada de varios mensajes a su pequeño celular no pudieron haber llegado en mejor momento. Notando que eran varios remitentes pero que todos decía literalmente lo mismo, los contesto con un “los veo más tarde”, sonriendo al esperar ansioso su primera reunión como miembro de “Akatsuki”.

+*+*+*+*+

Después del receso y durante las clases, Sasuke no le había dirigido la palabra, ni si quiera una mirada. Naruto de reojo lo veía encerrado en sus pensamientos, debatiéndose al parecer internamente con lo recién ocurrido más temprano. Verlo de aquella manera se le hacía tan adorable y no podía evitar enternecerse y quedar más atraído hacia aquel varón de cambiante humor.

De igual manera supuso que no lo acompañaría a la salida del colegio y opto por esperar a sus amigos, dirigiéndose los tres a la salida.

— Todavía no me dices como resulto tu “negociación” con el señor Orochimaru — soltó el comentario casualmente el varón, mientras caminaba perezosamente y mirando al frente.

 — ¿A poco si da miedo una vez conociéndole en persona? — ahora fue Kiba, quien con una sonrisa se posicionaba delante de su amigo.

Naruto negó con la cabeza, componiendo apenas un pequeño intento de sonrisa. No es que haya olvidado por completo ese asunto, simplemente todavía no quería tocar ese tema. Llegando a la puerta de entrada, el rubio paro abruptamente, sorprendiéndose por la presencia de aquel imponente varón.

— ¡Itachi! – sonrió el doncel, yendo directamente a saludarlo, mientras que sus amigos se miraban sin entender lo que pasaba ahí — ¿vienes por Sasuke? — preguntó inocente, recibiendo solo un asentimiento y que el mayor alborotará sus desordenados cabellos.

Con una seña, Uzumaki le indico a sus amigos que se acercarán para presentarlo con el varón universitario, pero una voz un poco más atrás de Itachi que le llamaba por su nombre, le obligó a desviar su atención hacia aquella persona que se acercaba trotando hacia donde se encontraba.

— Que bueno que te encuentro — mostrando una amplia sonrisa e inhalando un poco de aire, Jiraiya paso del alto varón de larga cabellera negra y se posó delante de Naruto — vayamos a ver a Hiruzen.

Naruto se quedó inmóvil en su lugar, impactado por la repentina aparición de su ¿abuelo? Y del señor Orochimaru que con paso tranquilo se acercaba al varón. Mirando fugazmente a su alrededor, noto como Shikamaru le exigía más de una explicación con la mirada, Kiba estaba igual o más sorprendido que él, Itachi miraba receloso su alrededor y Sasuke se iba a cercando en compañía de Suigetsu.

Por primera vez deseaba huir lejos y olvidar todo aquello que probablemente sería el origen de todos sus problemas futuros.

Notas finales:

¡Muchas gracias por llegar hasta aquí!


Mi Sasu tan tsudere, me encantó verlo todo avergonzado :'D aunque tiene que saber medir sus palabras >:I


Mi Naru no sabe como actuar ante su ¿familia? creo que yo tampoco sabría, ya veremos como se va desarrollando este lío.


Y al final todos terminaron reunidos fuera del colegio XD


Espero que les haya gustado, sé que no dice mucho, además de que el capítulo salió algo corto... pero no quería forzarlo :I


En el siguiente se irán revelando más cosas y Sasuke poco a poco podrá descansar en paz ¿o no?


Muchas gracias a todos los que leen y dejan sus bellos reviews, en verdad me hacen muy feliz :)


Nos vemos en el próximo capítulo!!


¡Saludos!


°3°~♥


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